Está en la página 1de 15

El liderazgo carismático de Andrés Manuel López Obrador y el

uso de conceptos ideales en su discurso frente a la sociedad


mexicana.

La situación actual de México nos obliga a pensar sobre la política, pues es un debate que
se mueve en polos extremos, y en los que no hay una reflexión crítica hacia las posturas
que muestran a Andrés Manuel López Obrador como político y como una especie de líder
mesiánico. Considero que una correcta definición de la estrategia política del político
tabasqueño puede mejorar el enfoque de perspectiva, y enriquecer el debate que se ha
generado en torno a su figura y carrera política.

Las posturas extremistas han derivado en una falta de crítica hacia sus decisiones
políticas, esto significaría una pobreza argumentativa para debatir públicamente sobre sus
propuestas, actos y actitudes.

El análisis psicológico y mercadológico de la carrera política de Andrés Manuel López


Obrador, nos permite abordar el uso de concepciones ideales para crear un discurso
cercano a la gente, que les haga identificarse con un gobierno cercano al estado de
bienestar.

La perspectiva de la psicología social aportaría datos significativos sobre su liderazgo


carismático, que se contrapone a la política tradicional de los partidos mayoritarios en
México (PAN, PRI) y que eso es una de las características que atrae partidarios y
votantes para el partido MORENA.

El determinar una estructura que permita realizar estudios más profundos y detallados
sería de gran ayuda para plantear varias directrices en la concepción política de AMLO y
por ende, del partido político MORENA; El primer punto debe enfocarse en la manera en
la cual el partido responde a las necesidades de la población; el segundo, como las
carencias psico-afectivas de la población son subsanadas por la política de AMLO; por
último, determinar la función social que tiene el liderazgo carismático en la población
mexicana.
Andrés Manuel López Obrador

Andrés Manuel López Obrador nación en Tepetitán, Macuspana en el estado de Tabasco


el 13 de noviembre de 1953. Su infancia fue como la de cualquier otro niño del pueblo,
estudió en la única escuela primaria que había en el lugar. A mediados de los 60 se
traslado junto con su familia a Villahermosa. Allí instalaron una tienda de ropa y zapatos
llamada "Novedades Andrés", aquel mismo sitio donde en un accidente, su hermano
perdió la vida, y donde hay tanto misterio que algunos periodistas han especulado acerca
de la responsabilidad de Andrés Manuel en el acto.

En la capital del Estado de Tabasco curso sus estudios hasta el bachillerato; a los 19
años y gracias a la amistad con el poeta Carlos Pellicer se traslado a la casa del
estudiante tabasqueño en la Ciudad de México, y allí curso la licenciatura en Ciencias
Políticas y Administración Pública de la UNAM. Se tituló después de varios años de
iniciada la licenciatura, y en los cuales ya había desempeñado cargos públicos en la
administración del PRI en su estado natal.

Su inicio en la política fue temprano, ya en 1970 estaba afiliado al PRI y apoyó la


candidatura de Carlos Pellicer al senado de la república. Su intereses por los indígenas
chontales, le llevo a ocupar un cargo en el Centro Coordinador Indigenista Chontal de
Nacajuca. En 1977 fue nombrado delegado estatal del Instituto Nacional Indigenista,
desde donde realizó obras públicas, estas le ayudarían a entender el impacto que genera
en la percepción popular este tipo de hechos.

En 1982 fue coordinador de campaña de Enrique González Pedrero para la gubernatura


de Tabasco, luego de la victoria, Andrés Manuel fue designado como titular del Centro de
Estudios Políticos, Económicos y Sociales del PRI. En 1983 fue nombrado como
presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI, pero debido a los conflictos por la
formación de comités de base para auditar el presupuesto de las alcaldías, y debido a la
difusión de ideas socialistas en las comunidades, López Obrador se retira del puesto.

En 1984 en la Ciudad de México asumió la Dirección de Promoción Social del Instituto


Nacional del Consumidor. En 1986 publicó su libro Los primeros pasos, Tabasco, 1810-
1867. Luego su tesis de Licenciatura, y en siguiente año su segundo libro Del esplendor a
la sombra: La República Restaurada, Tabasco, 1867-1976.
Para 1988 se opuso a las directrices del PRI, y se unió a la Corriente Democrática junto a
Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Luego de esto se derivó en el Frente
Democrático Nacional, que unificaba a los partidos de izquierda y que postuló a Cárdenas
como candidato a la presidencia de la República y a López Obrador para el gobierno de
Tabasco. Con un 20 % de los sufragios ante el 78% del candidato priista, el FDN
denunció que las elecciones habían sido fraudulentas y debían ser anuladas.

En 1989 se consolida el PRD y Andrés Manuel se convierte en presidente del mismo en el


estado de Tabasco. Su tercer libro: Tabasco, víctima de un fraude acusa al sistema
electoral e inicia un Éxodo por la Democracia, que moviliza a miles de personas hacía el
Zócalo de la Ciudad de México, en una clara comparación bíblica hacía su política y forma
de actuar de allí en adelante.

En 1994 vuelve a competir por la gubernatura de Tabasco y pierde ante Roberto Madrazo,
donde López Obrador denuncia el fraude electoral y organiza una Caravana por la
Democracia hacia Villahermosa y posteriormente llega a la Ciudad de México. Este
movimiento fue apoyado por el PAN y el PT ante las evidentes irregularidades en los
comicios.

En 1996 se convierte en presidente del PRD Nacional, hecho que coincide con el
aumento de la fuerza política que representa en el país y que coloca a Cuauhtémoc
Cárdenas como Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Para el año 2000 López Obrador se inscribe como candidato a la jefatura de gobierno del
Distrito Federal, la cual obtiene al contender contra Santiago Creel.

Su gestión tuvo cambios importantes en la estructura: ruedas de prensa matutinas, y


construcción de obras envueltas en críticas sociales, pero con la estrategia de votaciones
para que la población tomara la última palabra; un segundo piso y la construcción de la
primera línea del Metrobús en la Ciudad.

En 2004 con su libro Un proyecto alternativo de nación: Hacia un cambio verdadero, el


político comienza a definir su política nacional. Envuelto en obras publicas muy visibles,
como el apoyo económico a los adultos mayores y sectores vulnerados de la población,
construcción de preparatorias, una universidad y obras viales de impacto ecológico, social
y económico.

Durante el año 2000 hasta el 2005 estuvo sometido a un proceso de desafuero por haber
incumplido una orden judicial de un predio ubicado en la delegación Cuajimalpa, conocido
como El Encino. Después de un proceso irregular la sentencia fue cambiada debido a no
existir en la ley mexicana un antecedente, y ante el uso de las multitudes para movilizarse
en “resistencia civil” tal como lo había hecho en ocasiones anteriores.

La elección del 2006 dio como ganador a Felipe Calderón, por una diferencia mínima, sin
embargo, López Obrador consideró que había existido un fraude y llamo a un bloque en el
Paseo de La Reforma, desconociendo a las instituciones y a su propia legislación que
había formulado cuando era Jefe de Gobierno: el Bando 13.

Para entonces Cuauhtémoc Cárdenas se distancia de Andrés Manuel, por comenzar a


utilizar un discurso que polariza a la sociedad y distancia a las clases sociales, como si
estuvieran en un conflicto perenne. De allí vendrá la declaración de Presidencia Legitima,
que junto a un “gabinete sombra” ejercía presión pública sobre los actos del gobierno
mexicano.

En la elección de 2012, bajo el Frente Amplio Progresista fue elegido candidato en la cual
perdió ante Enrique Peña Nieto. En Agosto del mismo año denunció irregularidades e el
proceso y electoral y se retiro de los partidos que lo apoyaban, para convertir la
Asociación Civil MORENA, en un partido político.

Bajo el nuevo partido reunió a seguidores que dieron forma al movimiento encabezado
por López Obrador, donde existe una mayor polarización de las clases sociales, y se hace
uso de conceptos ideales, donde las instituciones deben procurar el bienestar y la
felicidad dentro de los límites de la República Amorosa.
Liderazgo, carisma y populismo.

El termino carisma está inacabado, es una construcción que desde las primeras
aportaciones de Max Weber, ha cambiado y expandido su alcance. En diversos campos
de las ciencias, se han aportado visiones distintas que enriquecen el término, y lo hacen
más equiparable a la realidad. Pero el uso de este, también puede ser peligroso al querer
encuadrar situaciones políticas que nada tienen que ver con el carisma.

Max Weber plantea el término en función de su utilidad paleocristiana: don de gracia,


pues a través de aquel don, un individuo obtiene valores o cualidades sobrehumanas, que
lo llevaran al liderazgo, es decir, a la dominación de los otros. Este yugo voluntario se
obtiene gracias a la legitimación del poder, que Weber considera en tres tipos: autoridad
tradicional, racional y carismática.

El líder puede detentar las tres al mismo tiempo, pero una de ellas siempre dominara a las
otras. Un elemento básico para entender el uso del carisma es la correspondencia
religiosa que este tiene, pues en ambas existe "la creación de símbolos, de ritos que la
configuran y con una puesta en escena similar. Es ilustrativa su idea de efervescencia
colectiva puesto que nos describe los momentos de fusión entre el líder y sus seguidores"
(Deusdad, 2003).

El carisma tiene dos componentes: el racional y sobre todo el irracional; el primero de


ellos corresponde a la ordenación que provee al mundo, pues explica la realidad cotidiana
en función de la visión del líder; la segunda, es un doble juego pues presenta una
realidad, pero, no completa sino fracturada y parcial.

El carisma adquiere una significación más rica en cuanto se aplican ciertas teorías
psicoanalíticas, pues el inconsciente colectivo actúa sobre el concepto. Dentro de la
psicología de masas, las multitudes no adquieren una responsabilidad en cuanto son una
masa sin rostro y sin pasado, por ello, el inconsciente domina a los individuos y estos "se
dejan dirigir por el líder casi como hipnotizados. Los individuos se vuelven menos
inteligentes. Se puede producir una transformación de los individuos. Se actúa a través de
un alma colectiva" (Deusdad, 2003). Entre las masas y el líder existe una especie de
contagio, que les hace dejar a un lado las concepciones individuales en favor del bien
colectivo impuesto por el líder.

Las características de un líder carismático “son: discrepancia con lo establecido (status


quo) y deseos de cambiarlo; propuesta de una alternativa (visión) que ilusione y convenza
a los seguidores; uso de medios no convencionales e innovadores para lograr este
cambio; ser capaces de asumir riesgos personales y/o dañar sus propios intereses con tal
de conseguir sus objetivos” (Morales, 2007).

En la actualidad las sociedades autoritarias han cambiado la forma de gobernar, por otros
controles más sutiles y objetivos, como los medios masivos de comunicación y la opinión
pública. Por lo tanto, el carisma debe guiarse ya no explícitamente hacia el pensamiento
religioso, sino de una manera secular que explique a todos los sectores de la sociedad su
papel en la realidad y la manera en la que esta puede ser transformada en beneficio de
las mayorías. "El carisma se manifiesta como una forma de religión civil que llena un
espacio espiritual y emotivo, a la vez que ejerce de guía frente a la incomprensión del
mundo actual" (Deusdad, 2003).

El líder se convierte en el puente exclusivo entre la divinidad (lo desconocido, lo


incomprensible) y el grupo. La masa frente al carisma del líder y su argumentación
racional experimenta una "conversión" o metanoia que hace cambiar la postura de un
individuo hacia otra, que es mucho mejor pues ha sido mostrada mediante una
"revelación" de lo divino.

Esta es una relación emotiva: se refiere a cuanto amor pueda profesar el líder hacia la
masa, pues de esta manera los individuos ven exteriorizadas sus emociones y su yo no
se encontraría limitado, porque la opinión personal es la opinión del líder, es decir, el
individuo y el líder han creado un nuevo yo, que no está dañado ni tiene miedo a expresar
"su opinión personal".
La exteriorización de los objetivos del líder se muestran en la fuerza que sus discursos
tengan además de las referencias históricas y culturales que existan en la conciencia
colectiva; el líder debe canalizar las demandas sociales y sobre todo las emociones que
denotan las masas, de esta forma, los individuos depositan la confianza en su líder. Esta
forma de utilizar el carisma es peligrosa para los sistemas democráticos pues "sumerge a
los individuos bajo su manto sin fomentar una actitud crítica hacia los dirigentes"
(Deusdad, 2003)

La imagen, lo visual pesa en las sociedades actuales, a través de ella se construye un


significado para los receptores de aquellos mensajes. Esta parte, considerada como la
invisibilidad política influye sobre la ciudadanía en el momento de forjar una imagen
pública del político. "La televisión es el elemento que más ha revolucionado el concepto y
la creación del carisma. Ha creado un efecto de proximidad entre el líder y los
interlocutores alterando las relaciones simbólicas" (Deusdad, 2003).

Ahora, existe otro concepto que está ligado al carisma: el populismo. Entre ambos hay
una ligera división, pues un líder populista debe ser carismático, al ejercer una
manipulación sobre las masas y que estas le sigan sin cuestionar la dirección.
El populismo apuesta hacia la movilización de muchas personas, que basados en una
función emotiva y anti elitista se reúnen ante los valores del líder (honestidad, fuerza y
misticismo) para realizar una "misión" que es hacer de un hombre común, un hombre
extraordinario que rompa la estructura dominante de la elite del poder.

El populismo actúa en favor de los sectores más vulnerados de la población, mediante


políticas de apoyo económico que mantiene una estructura elitista en torno al gobierno,
pero se trata de una "aristocracia carismática", es decir, esta estructura demuestra la
cercanía del líder.
La identidad es otro elemento clave para comprender este populismo carismático:
mediante la identificación del líder con su población, este tendrá todos los valores que
debería tener una nación entera y se ve reflejado como un símbolo que contiene en sí las
características de un ciudadano que ama a su nación y la defiende del exterior, mediante
un cierre ideológico, que exalta el nacionalismo y lo convierte en doctrina.
El liderazgo carismático de Andrés Manuel López Obrador.

Una vez con los dos principales objetos de estudio sobre la mesa que nos interesan,
podemos unirlos y estudiar su relación.

Para comprender la política de AMLO, hay que voltear hacia su pasado y sus influencias,
porque a partir de ellas, muchas de las acciones que el político tabasqueño ha tenido
están determinadas por una visión socio-política determinada.

Tabasco es un estado complejo, alejado de la capital del país, por lo que las instituciones
civiles y eclesiásticas lo dejaron en una situación de abandono. En 1938 el escritor
Graham Greene visitó el estado y lo que vio lo dejó impactado:

“un escenario neurótico: "Ahí estaban las escuelas racionalistas, instituciones de


disciplina casi militar donde los niños era adoctrinados científicamente, aprendían
las virtudes de la razón, la técnica agrícola y los ejercicios físicos. Greene se
impresionó con los carteles que vio en las escuelas: una mujer crucificada a la que
un fraile le besa los pies, un cura borracho bebiendo vino en la Eucaristía, otro
tomando dinero de manos indigentes. Su confesor en Orizaba se lo había
advertido: A very evil land, y Greene, converso al catolicismo, creyó constatarlo a
cada paso: “Supongo que siempre ha existido odio en México –apuntó–, pero
ahora el odio es la enseñanza oficial: ha superado al amor en el plan de estudios
[...] Uno se niega a creer que logrará algo bueno: y es que ese odio envenena los
pozos de humanidad.” (Krauze, 2006).

Ese era el Tabasco que había construido Tomás Garrido Canabal, el político reformista
que si bien buscaba fraguar las ideas revolucionarias en el estado, también influyó en la
mentalidad popular al extender su pensamiento anti católico a todos los sectores de la
sociedad. Pronto transformó Tabasco en un lugar donde más que procurar “la libertad de
las personas” Garrido quería convertir a los pobladores en adeptos de la ciencia y dejar
atrás su pasado religioso e imperfecto. Mediante las brigadas de Camisas Rojas, se
destruyeron edificaciones religiosas y se vigilaba el comportamiento de la sociedad, esto
se intensificó con la prohibición del alcohol: la política de Garrido era ya “religiosa”, pues
las políticas del estado se habían convertido en doctrina.

Todo en Garrido Canabal era dogmatico, pues había una centralización evidente en su
figura como jefe político, ideológico y social. Pero el tiempo dentro de la política mexicana
es poco, y a Garrido le tomó 14 años la construcción de un liderazgo carismático, más
bien, mesiánico, pues las personas y los medios lo identificaban como un reformador
estructural de la sociedad; el medio oficial era Redención, y las manifestaciones culturales
con una carga ideológica importante, pues “se escribían nuevos “credos” y loas al
salvador: Ese hombre es Garrido / el hombre de acción / que al pueblo oprimido / trajo
redención” (Krauze, 2006).

Tomas Garrido quiso extender su influencia hacia la capital de país cuando en 1934 fue
nombrado secretario de agricultura por Lázaro Cárdenas. Al siguiente año y apoyado por
los Camisas Rojas organizó una serie de protestas violentas que tuvieron un saldo de 80
heridos y 10 muertos, a raíz de ello fue exiliado del país y se refugió en Costa Rica.

Para López Obrador en su libro Entre la historia y la esperanza, hay otra influencia en su
formación política: Carlos Madrazo, que en su juventud fue uno de los formadores de los
Camisas Rojas, y gran impulsor de la educación socialista en Tabasco. Después se
integro a las filas del PRI y como Presidente Nacional del Partido, intentó reformas
democráticas dentro del mismo, lo cual le causo enemistades y tuvo que abandonar el
partido. “En junio de 1969, meses antes del período preelectoral, el avión comercial en
que viajaban Madrazo y su esposa se estrelló en la sierra de Monterrey. Dejaban
huérfanos a sus hijos, entre ellos a Roberto, que desde 1994 se volvería el principal
enemigo político de López Obrador. (Krauze, 2006).

Andrés Manuel López Obrador tiene dos claras referencias en el modo de actuar
políticamente, a pesar de que considere a Benito Juárez y a Lázaro Cárdenas como sus
modelos.
La constitución liberal promulgada en 1857 por la influencia juarista limita el poder
presidencial, instituye la división de poderes y otorga garantías y libertades individuales.
En la aplicación de las ideas de Juárez a la política, AMLO dista mucho de ellas y se limita
a considerar conceptos claves, pero que no se reflejan en los actos: la “austeridad
republicana”, la formación de un gabinete ejemplar y tópicos que alejan a Juárez de
AMLO. La concepción del político tabasqueño se ha visto influenciada de conceptos de
importante carga semántica que hacen mella en el ánimo popular. A pesar de considerar
que su gobierno atendía la democracia liberal de Benito Juárez, pero en el ejercicio del
poder hay algo muy distinto: la “democracia popular” que él mismo define: “El gobierno es
el pueblo organizado o, para decirlo de otra manera, el mejor gobierno es cuando el
pueblo se organiza. La democracia es cuando el pueblo se organiza y se gobierna a sí
mismo.” (Krauze 2006).

De Lázaro Cárdenas, AMLO busca seguir su línea popular de apoyo al sector social
vulnerado y de la recuperación de oportunidades para la población (reformas laborales,
institucionales), pero lo único que logra es la repartición de apoyos económicos sin control
alguno, para lograr una simpatía popular pero no atacar los problemas estructurales de
fondo.

Para la política cardenista era de vital importancia la unión de todos los sectores civiles de
la población mediante la educación, los medios masivos y las políticas públicas, es decir,
evitar la polarización mediante el uso de conceptos. Esto era difícil, pues el mundo de
Cárdenas era el de la Guerra Mundial, el fascismo de Franco y la mundialización de los
países democráticos. A pesar de ello, el discurso nunca se enrareció. Con Andrés Manuel
a partir de su jefatura de gobierno y proceso de desafuero su discurso “se impregnó del
conflicto entre las clases. Sus enemigos eran los enemigos del pueblo: los de arriba, los
ricos, los camajanes, los machucones, los finolis, los exquisitos, los picudos” (Krauze,
2006).

El liderazgo de AMLO tiene entonces matices importantes, que no están presentes en el


discurso oficial que el político externa, sino en el pasado de su juventud y de las
tendencias idealistas conceptuales.

Deben existir cuatro características en el líder carismático que lo convierten en una


personalidad a seguir: se comporta cómodamente en situaciones sociales; expresa de
manera externa sus emociones, sobre todo utilizando el componente facial; tiene contacto
físico con las personas en una situación masiva; y tiene altos componentes teatrales, que
le permiten "actuar" frente a los demás (Morales, 2007).

Su liderazgo es carismático según la definición de Weber, pues cumple con ciertos


parámetros, y su figura se ha convertido en una imagen semántica que representa a la
población y sus necesidades de acción más inmediatos. “Sus mensajes son poderosos
porque utiliza mejor que nadie el recurso emocional: en la eterna lucha entre el bien y el
mal, él es el defensor del bien y representa a las víctimas, a los perdedores y a los
marginados del poder y el privilegio” (Del Pozo, 2017). Esta, es una característica de su
política y la relación mediática que ha construido con el paso de los años.

Existen cuatro etapas en las que el líder carismático trasforma la realidad: en la primera,
el líder detecta las deficiencias en la situación existente y siente la necesidad de un
cambio realmente atractivo para los miembros de la organización; en la segunda, el líder
transmite a la organización la importancia de su visión e inculca en los seguidores la
necesidad del cambio iniciado por él; en la tercera, el líder inspira en los seguidores fe y
confianza en él, al asumir riesgos personales, es decir, en mostrar que no hay intereses
personales en lo que él persigue; por último, el líder carismático mediante su ejemplo
hace que los miembros adquieran confianza en sí mismos y busquen realizar la misión
inicial del líder.

En el líder carismático se concentra la ideología y el poder, cuando este adquiere una


significación política importante, es crucial la separación del líder con cualquier otro
movimiento político electoral, pues las demandas sociales no corresponden a ningún otro
grupo gubernamental estático, sino a la acción inmediata.

“El hecho de crear su propio partido fue positivo para el liderazgo político de López
Obrador, al dejar de coexistir con las corrientes y grupos que le eran adversos en
el PRD. En el caso de MORENA, ejerce una enorme influencia entre sus
miembros, a grado tal de que no cuestionan su proyecto ni sus decisiones.
Controla mayoritariamente sus órganos de decisión, e inclusive los ha dirigido,
como fue el caso del Consejo Nacional y del Comité Ejecutivo Nacional. Incluye a
la mayoría de sus allegados en puestos clave” (Bolívar, 2017).

La fuerza de los mensajes y su posterior recepción en los seguidores es un factor clave


para la política de AMLO: la necesidad de formar un movimiento nacional y después un
partido que refleje las intenciones y objetivos del líder, demuestra que es un instrumento
para extender la influencia personal en todos los sectores de la población y de esta forma
legitimar e institucionalizar el movimiento. Esto es, un partido carismático.

Pero existe un límite entre la acción y los cimientos democráticos del país, AMLO logró
encontrar un equilibrio al modificar su discurso que hasta antes de las elecciones del
2012. Instituyo un concepto clave: La República Amorosa, donde más que una política
racional atiende hacia la sensibilización de la gente. Porque “AMLO no representa al
privilegio mexicano: es la antítesis de los mirreyes y las lobukis, de las actrices y de los
presidentes, de las ladies y de los gentlemen. Representa al que no tiene nada, al
despojado, al que solo le quedan sus valores, su supuesta honestidad, su coraje para
luchar y, por supuesto, la esperanza” (Del Pozo, 2017).

Los conceptos ideales con una carga semántica esencial como honestidad, verdad,
cambio verdadero, complot, mafia del poder, etc. ha tendido a polarizar la sociedad, y la
coloca en un punto intermedio en el cual no hay matices, se es bueno o se es malo.

Por lo cual, en el liderazgo carismático se debe tomar un bando al cual defender, porque
ese es un punto crucial entre la política de AMLO y su referente Juárez, para el primero la
critica racional surge de los grupos de elite, y para el político decimonónico la critica
fortalece el proyecto de nación y lo hace fuerte ante los posibles errores o carencias en él.

La credibilidad del político tabasqueño depende en gran medida del trabajo ideológico que
significa la formación de un liderazgo. “AMLO ha entendido como pocos que la
credibilidad del emisor del mensaje es fundamental en la comunicación actual. Ha
construido por años un discurso en el que cada falla de él, o de su equipo, es una
conspiración de la mafia del poder para sacarlo de la contienda presidencial” (Del Pozo,
2017).

Su liderazgo, que oscila entre el populismo y el carisma, responde a las necesidades de


una población agotada de la inacción política, y que ante el panorama desolador de la
injusticia social y la creciente burocratización del país apuestan por una solución
inmediata y superficial, pero no estructural. Su discurso de cambio social ha transitado de
radical a moderado. “La fuerza de su liderazgo radica en que suma y capitaliza la
indignación social. Su base social ya no la conforman tanto los pobres, sino los
indignados. De allí su potencial político” (Berrueto, citado por Bolívar, 2017).

Conclusión.

La necesidad de un enfoque no polarizado en la política actual mexicana exige un


ejercicio de crítica que vaya más allá de concepciones individuales, y presente un
proyecto que incluya a todos los sectores sociales y no seccione la realidad mediante
dicotomías.

La fragmentación del orden social solamente responde a necesidades discursivas


centralistas que forman estructuras de poder no basado en las instituciones, sino en las
concepciones ideológicas de un líder. La honrosa medianía juarista, es decir, la clase
media trabajadora se opone a la clase alta, la esfera del poder que detesta y explota a las
clases bajas; este discurso, no hace sino dividir a la sociedad en clases opuestas y
antagónicas, por lo que sus instituciones derivadas de la burguesía (gobierno, leyes)
están dedicadas a la explotación de los trabajadores y deben desaparecer gradualmente
para dar paso a un gobierno del pueblo por el pueblo.

Entender la postura carismática de López Obrador y su partido MORENA, es esencial


para buscar una justa crítica y demanda al gobierno que encabeza. Si no existe una sana
convivencia entre la sociedad dividida por un discurso, el país podría sufrir las
consecuencias de una sociedad que no es homogénea y que requiere un proyecto que no
solamente pegue las partes, sino que analice las necesidades reales, las atienda y no
aplique paliativos a una sociedad con vacíos afectivos y constitutivos.
Bibliografía.

Aceves, Francisco. (2009). “Elecciones, medios y publicidad política en América Latina:


los claroscuros de su regulación”. En Comunicación y Sociedad. México: Universidad de
Guadalajara. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2009000200003

Bolívar, Rosendo. (2017). “Liderazgo político: el caso de Andrés Manuel López Obrador
en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA)”. En Estudios Políticos. México:
UNAM. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=426453128005

Borjas, Adriana. (2005). “Liderazgos carismáticos e institucionalización política: el caso del


Partido de la Revolución Democrática”. En CONfines. México: Tecnológico de Monterrey.
Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
35692005000100006

Del Pozo, Antonio. (16 de agosto de 2017). “La efectiva estrategia de AMLO que no tienen
los otros políticos”. Huffington Post. México. Recuperado de
https://www.huffingtonpost.com.mx/antonio-del-pozo-garcia/la-efectiva-estrategia-de-amlo-
que-no-tienen-los-otros-politicos_a_23078570/

Deusdad, Blanca. (2003) “El concepto de liderazgo político carismático: Populismo e


identidades”. En Opción. Maracaibo: Universidad de Zulia. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/310/31004101.pdf

Espinoza, Ricardo. (2016). “MORENA en la reconfiguración del sistema de partidos en


México”. En Estudios Políticos. México: UNAM. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/4264/426443710004.pdf

Ganga, Francisco. (2014). “Aportaciones teóricas significativas sobre el liderazgo


carismático y transformacional”. En Revista Venezolana de Gerencia. Maracaibo:
Universidad de Zulia. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29031856009
García Bartolo, Moisés. (2006) “La Construcción de un Liderazgo: Esbozo Biográfico de
Andrés Manuel López Obrador”. En El Cotidiano. Recuperado de
http://www.redalyc.org/html/325/32514111/

Illades, Carlos. (2016). "La izquierda populista mexicana". En Nexos. México: NEXOS.
Recuperado de https://www.nexos.com.mx/?p=29483

Juárez, Julio. (2003). “Hacia un estudio de marketing político: limitaciones teóricas y


metodológicas”. En Espiral. México: Universidad de Guadalajara. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/138/13802703.pdf

Krauze, Enrique. (30 de junio de 2006). “El mesías tropical”. En Letras Libres. México:
Editorial Vuelta. Recuperado de https://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/el-
mesias-tropical

Márquez, María. (2006) “¿Por qué Andrés Manuel López Obrador?” En Bajo el volcán.
México: BUAP. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/286/28661010.pdf

Morales, J. y Gaviria, E. (coord.). (2007). Psicología Social. Madrid: McGraw-Hill.

Sánchez Murillo, Luis. (2005). “El marketing político y sus consecuencias para la
democracia”. En Comunicación y Sociedad. México: Universidad de Guadalajara.
Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/346/34600401.pdf

También podría gustarte