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 25/02/2018 - 00:31 Ι Clarin.

com Ι Viva

E N T R E V I S TA

El peronismo según
Sara Facio
A los 85 años, la legendaria fotógrafa inaugura una muestra
con imágenes que tomó desde el regreso de Perón, en 1972,
hasta su muerte, en julio de 1974. En el Malba, desde el 7 de
marzo.

Los muchachos peronistas. Sara Facio y una foto de su serie Funerales del presidente Perón. /Rubén Digilio.

E
Miguel n 1955, Sara Facio, nacida en San Isidro 23 años
Frías antes, graduada en la Escuela Nacional de Bellas
 Artes, pasaba una temporada en Europa (había
recibido una beca del gobierno de Francia) y
estaba por iniciarse en la fotografía. El 23 de septiembre, un
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golpe derrocó al gobierno argentino, que había sido
  reelegido en 1951 con el 62,49 por ciento de los votos. “Yo
 estaba en Florencia. Festejamos la caída de Perón”,
comentarios recuerda ella en su elegante estudio céntrico, 63 años
después, ya legendaria, mientras trabaja en la exposición
Sara Facio. Perón, a inaugurarse el 7 de marzo en el Malba.
Imágenes que abarcan desde 17 de noviembre de 1972, día de
la vuelta del líder tras 17 años de exilio, hasta su muerte, el 1
de julio de 1974. Jornadas históricas que fueron desde la euforia
hasta la tragedia colectivas, y que ella reflejó, hondamente, sin
hacer foco en Perón –ni en panorámicas de multitudes– sino en
caras y gestos anónimos. El modo Facio, aun para el
fotoperiodismo o el ensayo histórico.
Perón vuelve, de Sara Facio.

Hablemos por ejemplo de miradas. Observen la foto de la


izquierda: Facio con uno de sus clásicos, Los muchachos
peronistas, de la serie Funerales del presidente Perón. Esos ojos
que interpelan a la cámara contienen no sólo el dramatismo del
instante sino el del cercano porvenir. Miren al joven del medio, el
luto cruzándole el pecho, la mano ajena intentando un consuelo.
La dictadura va a desaparecerlo. Facio va enterarse una eternidad
después, a través, cree recordar, de otro de sus retratados de
aquel invierno del ‘74: el que lee un diario con el título “Murió”
sentado en el cordón de una vereda. “Vino a verme porque el hijo
había visto la foto y no le creía que era él. Le regalé una foto
original; se la llevó encantado. Tal vez en el Malba se
reconozcan otros. Va a haber muchas fotos inéditas; nunca
antes mostré el material completo”, dice Facio.
Facio cubrió el regreso de Perón haciendo foco en personas anónimas. /Gentileza Sara Facio

Antes de Funerales..., había hecho otra serie, Perón vuelve,


mucho más riesgosa, aunque no podía intuirlo. En la madrugada
del 20 de junio del ‘73, día del regreso definitivo de Perón, con
Héctor Cámpora ya en la presidencia, se subió a un Fiat 600 junto
a su socia, Alicia D’Amico, y arrancaron hacia Ezeiza: sabían que
el día iba a ser histórico, no terrible. En algún momento, la
multitud y la idea de fotografiar a los vendedores ambulantes
les hicieron dejar el auto en un descampado y seguir a pie. “Mi
característica es hacer fotos de la gente. Me interesa mucho más
que el motivo”, explica Facio. Y aquel motivo iba a resultarle más
difuso que de costumbre, a la hora de los primeros disparos, que
la encontraron en un palco, rodeada de camarógrafos extranjeros.
Terminó, como todos, en el piso. “Mientras las balas me pasaban
sobre la cabeza, me pregunté qué hacía ahí, me dije que no
era lo mío. Nunca soñé que todo iba a terminar así; si no, no
hubiera ido. No tenía la menor idea de por qué ocurría aquella
masacre entre gente que supuestamente tenía las mismas ideas.”

En Ezeiza también hice fotos de gente famosa con armas. No tengo esas fotos, y es mejor no tenerlas” /Gentileza Sara
Facio.

Las ideas eran, en realidad, antagónicas. Pero ella no se muestra


interesada en transitar el tema. “Explicar derechas e izquierdas
45 años después es un poco difícil”, concluye, entre cortés y
filosa. Aquel día logró hacer fotos célebres: la derecha peronista
copando el palco y exhibiendo armas. “La gente de la política me
dice: éste es fulanito, éste es menganito, pero yo no sabía quiénes
eran y al día de hoy no lo sé. En Ezeiza también hice fotos de
gente famosa con armas. No tengo esas fotos, y es mejor no
tenerlas”, dice, sin revelar más datos.
Asunción del presidente Cámpora. /Gentileza Sara Facio.

Tres meses después, el 24 de septiembre, a días de que Perón


asumiera su tercera presidencia, fotografió a José Ignacio Rucci en
la Rosada. Lo asesinaron al día siguiente. “Nos llamaron de la
agencia francesa para la que trabajábamos y nos preguntaron
quién era el tal Rucci. Mi socia, que hablaba francés mucho mejor
que yo, les dijo que lo buscaran en los rollos que les habíamos
mandado. Hacíamos los envíos por avión; llevábamos los
rollos a Ezeiza.” No iba a exhibir estas fotos setentistas, al menos
en la Argentina, hasta 1985. “Porque era un trabajo
periodístico, documental. Nunca lo vi como un trabajo a
exponer. Además, después vino la dictadura más sangrienta de la
historia. Y no se usaban las exposiciones. A las exposiciones las
inventé yo”, comenta riendo.
La exposición muestra desde la euforia hasta la tragedia colectivas. /Gentileza Sara Facio.

Para muchos, Facio es quien mejor retrató al peronismo de los ‘70.


Lo hizo, en todo caso, desde afuera. ¿A pesar de ser antiperonista
o a causa de serlo? “Lo que puedo decirte es que me atraía
mucho el momento histórico. Era la primera vez que veía a
tante gente común saliendo a la calle. Cuando se enfermó Evita,
por ejemplo, había visto a personas que podían ser mi mamá
o mi abuela rezando por alguien que ni siquiera era la
mandataria, sino la mujer del presidente. Ese fervor me llamaba
mucho la atención, pero todavía no era fotógrafa. Lo mismo me
ocurrió con el peronismo en general, que tenía, y tiene, en
algunos núcleos, algo de religioso. Núcleos que no aceptan
muchas cosas, que hablan de milagros en los que nos cuesta
creer.”
La exposición muestra desde la euforia hasta la tragedia colectivas. /Gentileza Sara Facio.

¿El acercamiento fotográfico le hizo modificar en algo su


percepción del peronismo? “Mi percepción fue cambiando desde
el primer día. Cuando era chica estaba muy enamorada de las
ideas socialistas. Y Perón, en su etapa al frente de la Secretaría
de Trabajo y Previsión, tomó aquellas ideas de justicia social, y me
pareció bien. Pero también me gustaban la libertad, el
existencialismo, Sartre, Simone de Beauvoir y, desde ese lugar, el
peronismo me parecía fascista. Esa era la contradicción. Por un
lado, las cuestiones sociales y la adhesión del pueblo, que parecía
despertar; por otro, la falta de libertad, la censura y las actitudes
autoritarias.”

El 7 de marzo será inaugurada Sara Facio. Perón en el Malba. El


curador, Ataúlfo Pérez Aznar, indagó en los archivos de la
fotógrafa para editar un libro en 2012.

El día de la muerte de Perón, le sorprendió la reacción de algunos


colegas. “Me acuerdo muy bien de un reportero famoso que ya
falleció; su desconsuelo. Le pregunté: ‘Che, ¿cuando murió tu
papá llorabas así? Me contestó: ‘Es como si hubiera muerto mi
papá’. Me impactó; yo ni siquiera tenía mucho respeto por los
políticos. Sigo sin tenerlo.”

Pedido de indulto a presos políticos, antes de la asunción de Cámpora. /Gentileza Sara Facio.

María Elena Walsh, pareja de Facio durante más de 30 años,


recordó en alguna entrevista que había sido furiosamente
antiperonista. “Todos lo éramos, como te acabo de decir”, se
adelanta Facio. Le preguntamos si no le parece que María Elena
Walsh suavizó su posición con el tiempo. “Tenía un pensamiento
parecido al mío –contesta–. Era democrática, aceptaba al que
pensaba diferente, no lo consideraba un enemigo, ni siquiera un
adversario. Ella estaba más unida al folklore, a la cosa nativa, y en
ese aspecto apoyaba en algunos puntos a la filosofía del
peronismo.”
Funerales del presidente Perón /Gentileza Sara Facio.

A punto de cumplir 86 años, trabaja con pasión y vigor en Sara


Facio. Perón y en el libro que acompañará la muestra. “Al
curador, como buen muchacho, le gustan las armas”, aclara,
sugiriendo una ardua selección conjunta. Ella ya no hace
demasiadas fotos, salvo a su gata, con una pequeña cámara
digital. “Lo digital me agarró grande, aunque debo haber sido
una de las primeras que se compró una cámara digital. Para mí,
lo maravilloso de la fotografía era que no mentía. Desde lo
digital todo se puede transformar, y eso me quita las ganas.”
Perón murió el 1 de julio del ‘74. Este joven visitó a Facio mucho después. /Gentileza Sara Facio

¿Y qué opina del avance de la tecnología en relación con el


fotoperiodismo? Le planteamos: hoy, los que volvieron con Perón
en el charter del ‘72 sacarían fotos desde adentro del avión y eso
iría a las redes y a los medios. “Así se degrada la profesión –
replica–. Como si en lugar de publicar un texto tuyo, que sabés
escribir y conocés bien el castellano, publicaran tuits con faltas de
ortografía, de sintaxis y otros errores. Con las fotos pasa lo
mismo. Los diarios las publican porque son del momento. Pero no
tienen valor. Por eso me peleo tanto con los concursos de
fotografía que se dicen de arte. Eligen cualquier foto, sin
entender si está bien hecha, bien compuesta, sin saber si el
autor copió o no a otros fotógrafos. Como los jurados y los
curadores no entienden nada, suelen premiar a fotos malas y las
consideran arte.”

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