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Barroco
El barroco comenzó a implantarse en Euskal Herria a finales del siglo
XVII y se extendió durante todo el siglo XVIII. Durante este período la
arquitectura continúo siendo la disciplina artística más importante,
mientras que la pintura y la escultura sufrieron un fuerte retroceso
provocado por la crisis económica. Por tanto, en general, se conserva
un menor número de obras que en el período renacentista y, en muchos
casos, además, el barroco se limitó a intervenir en elementos
constructivos secundarios aunque también importantes, como portadas
y, sobre todo, campanarios. De todas formas, también existen
excelentes ejemplos de edificios de nueva construcción, así como un
especial desarrollo de la arquitectura civil.
Por tanto, una vez más, el barroco fue un estilo que, al igual que el
renacimiento, tuvo un corto recorrido en nuestro territorio. Por este
motivo, ahora tampoco se puede hablar de un barroco vasco ya que no
existen rasgos particulares. Sin embargo, la interpretación que se hizo
del mismo, una vez más, fue sin excesos ni tendencias hacia el
decorativismo. Y aunque el estilo fue sustituido tempranamente por el
neoclasicismo, el barroco dejó algunos de los mejores ejemplos en el
patrimonio artístico.
Durante el período barroco la arquitectura civil tuvo una mayor
importancia que la religiosa, ya que además de construirse un mayor
número de ejemplos, la sociedad pudo plasmar en ellos un tipo de
arquitectura más acorde con sus propias necesidades e inquietudes, sin
depender de las directrices marcadas por las autoridades eclesiásticas.
Por tanto, los dos tipos de edificios más comunes en la arquitectura
civil de este período fueron los palacios y, especialmente, los
ayuntamientos.
Arte Prehistórico
Las creaciones artísticas más antiguas que se conservan del período
prehistórico en Euskal Herria pertenecen al Paleolítico superior y son
la decoración de utensilios, primero de piedra y luego de madera y de
hueso, y las pinturas rupestres. Más tarde, con la llegada del Neolítico ,
aparecieron soportes como la cerámica y nuevas formas de expresión
como las construcciones megalíticas, realizadas a base de grandes
bloques de piedra. Posteriormente, con los metales, nacieron los
primeros poblados; estas manifestaciones artísticas también se crearon
y se desarrollaron en Euskal Herria, pero al igual que ocurrió con los
avances en las formas de vida, en este territorio también llegaron con
retraso y procedentes del interior de Europa, de sus áreas septentrional
y oriental. Además, desde este período se comienzan a vislumbrar
diferentes grados de desarrollo dependiendo de las zonas; así, mientras
que el arte paleolítico y mesolítico se desarrolló, principalmente, en el
área septentrional, el neolítico y el arte relacionado con la Edad de los
Metales, en cambio, alcanzaron una mayor influencia en el área
meridional de Euskal Herria.
Arte Románico
Las primeras manifestaciones artísticas importantes que se crearon en
Euskal Herria pertenecen al estilo que denominamos como románico ,
un estilo que crearon la Iglesia, la nobleza y la realeza porque
necesitaban símbolos que manifestasen la unidad de los territorios
cristianos de Europa occidental. Y es que ante la diversidad geográfica,
económica y política, la Iglesia utilizó el arte como elemento
unificador a la hora de ejercer el poder en el mayor número posible de
territorios. De ahí el carácter homogéneo y el componente didáctico
del arte románico; en una sociedad rural dedicada a la agricultura y a
la ganadería, con escasa población y una situación política inestable,
condicionada por continuos cambios en el poder, el románico se
convirtió en el principal punto de referencia cultural, en el estilo que
aglutinó al resto.
Hasta la llegada a partir de finales del siglo XII de una nueva corriente
cultural que se denominará gótico y que progresivamente sustituyó al
románico, el estilo se expandió por Euskal Herria con desigual
incidencia. En Navarra la influencia fue mayor ya que el principal
camino a Santiago transcurría por territorio navarro. La proximidad de
Álava e Iparralde al camino principal propició también un mayor
desarrollo del románico, mientras que en Gipuzkoa y en Bizkaia la
influencia fue menor. En cuanto al estilo, dependiendo de la zona de
Euskal Herria, encontramos elementos y rasgos combinados del
románico francés, aragonés y castellano. El predominio de la
arquitectura sobre las artes plásticas y la preeminencia del arte
religioso sobre el civil fueron rasgos que caracterizaron a todos los
territorios.