Está en la página 1de 1

Las proteínas son herramientas moleculares.

Son un grupo diverso y complejo de


macromoléculas que realizan las miles de tareas que sustentan la vida. Una medida
de su valor es su abundancia: al menos 50% del peso seco de las células es
proteína. Otra es el gran número de moléculas de proteína singulares que producen
los seres vivos. Los genomas de la mayoría de los organismos codifican miles o
decenas de miles de proteínas. ¿Cómo pueden éstas ser tan diversas? La
respuesta radica en su composición estructural. Las proteínas son polímeros
lineales constituidos por 20 aminoácidos distintos, unidos por enlaces covalentes.
En teoría, los aminoácidos pueden unirse para formar moléculas de proteína de
cualquier tamaño o secuencia imaginables. Considérese por ejemplo una proteína
compuesta por 100 aminoácidos.
Los aminoácidos son compuestos nitrogenados que se caracterizan por presentar
un grupo amino (-NH2) y un grupo carboxilo (-COOH) unidos al mismo carbono.
Estos dos grupos se pueden ionizar en medio acuoso, siendo los responsables del
anfoterismo de los aminoácidos, es decir, pueden actuar como ácidos o como
bases, en función del pH del medio (los compuestos que son capaces de aceptar o
ceder protones se denominan anfóteros o anfolitos): el grupo -carboxilo se
comporta como un ácido débil y el grupo amino, como una base débil. Por ello, la
carga de los aminoácidos varía en función del pH.
Lesk, A. M. Introduction to protein Science: Architecture, Function, and Genomics,
Oxford University Press, Oxford, 2004.

También podría gustarte