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Crítica Filosófica. Joseph Rassam – Michael Foucault: Las Palabras y las Cosas.

Introducción

Foucault y el estructuralismo

La orientación de esta tendencia busca la elaboración de una nueva antropología a partir del
análisis del lenguaje.

En otros términos, se puede decir del estructuralismo que es la teoría que sostiene la primacía
de los conjuntos ordenados, también llamados sistemas, por sobre los individuos (sujeto
pensante, sujeto histórico, razón determinada) y sus hilos funcionales.

Recalca en la figura del viejo Wittgenstein, cuando, en lo que parecía ser una armonía con la
lógica de Ferdinand de Saurusse en curso de Lingüística General, buscan hallar todos los
mecanismos encubiertos del lenguaje.

El conjunto de signos está a disposición de la colectividad, es exterior a ellos, se halla por encima
de ello.

El estructuralismo no se puede entender si no se hace previamente un análisis del sistema


lingüístico, para todo análisis se debe partir de este principio, sólo después de esto las nociones
y los altos productos del espíritu son pensables, antes que posibles.

Sólo la primacía del sistema podrá explicar por qué Foucault, insistirá con el tema de la muerte
del hombre.

Dentro de la historia de los sistemas del pensamiento cómo entender el pensamiento de


Foucault, dentro de la tradición racionalista, como un post racionalismo o un irracionalismo (cuál
es el paralelo entre ambas posturas). Uno observa un rechazo a la noción de progreso histórico
y al triunfo de la razón.

Foucault habla de la arqueología porque lo que hace es hacer una interpretación psicoanalítica
de la lengua, considerada como un fondo inconsciente, no de contenidos sino de elementos
reguladores, formas condicionantes, atmósferas, moldes.

El estructuralismo definirá toda cultura como un sistema simbólico cuyas primeas reglas se
hallan en la manera cómo se articula el lenguaje.

El enfoque llegará a postulados tan extrapolados cuando de llegue a afirmar que la realidad no
será expresada por el lenguaje, sino que esta será creada por las palabras que emplee la
colectividad.

En la arqueología del saber se hablará de “formaciones discursivas”, qué es una noción inédita
dentro de los sistemas de pensamiento, complementaria a ella está el “a priori histórico”, el
“episteme” (conjunto de conocimientos regulados: llámese concepción del mundo, ciencia,
filosofía, en determinado grupo, lugar y época), y el desarrollo en espiral del pensamiento
mediante círculos concéntricos.

ANÁLISIS ARQUEOLÓGICO

Se debe partir de actitud negadora, negar toda síntesis totalizante, o al menos colocarla en
cuestión.
¿Por qué el análisis arqueológico tal como Foucault lo entiende, no se enmarca dentro de una
historia de las ciencias, pero tampoco dentro de una epistemología formal?

El problema para él no es más el de la transmisiones, la continuación; sino más bien el límite, la


trasformación: el quiebre.

Lo que en síntesis hace el análisis arqueológico es una investigación histórica liberada del tema
antropológico, busca desembarazarse del análisis histórico que correspondencia de la historia
con despliegue de la voluntad del sujeto.

Formaciones discursivas.

El análisis del texto supondrá un abandono de categorías tradicionales: sujeto, individuo, autor.
El análisis arqueológico permite restituir al acontecimiento su carácter original.

Entonces habrá que partir de otro punto. Postula los sistemas de formación, que no son
necesariamente los texto previos, o una etapa germinal del discurso, son en cambios la
articulación de las condiciones que hacen posible la configuración del discurso, y le permiten
sostenerse en el tiempo.

Estos sistemas residen en el discurso, lo retroalimentan, y refuerzan.

Si no hay continuidad, ¿tradición? (Foucault ve en su núcleo quiebres que impiden demostrarla),


entonces la idea de totalización fracasa irremediablemente.

El orden del discurso. Está en un plano que va más allá del objeto, del sujeto, de la conciencia
trascendental.

No hay objetos previos al discurso: he ahí un principio general. Los objetos no preexisten a sí
mismos, sólo se dan bajo las condiciones de una trama compleja de relaciones que el discurso
debe establecer para poderlos tratar, nombrar, analizar, clasificar, explicar, etc.

Las formaciones discursivas derivan de condiciones múltiples como dispersas: estatuto del que
habla, situaciones institucionales, disposición del sujeto y su dominio. Del discurso se puede
llegar a reconocer la posición de la subjetividad en un entorno que es una red de diferentes
emplazamientos.

En Marx, es el objeto la negación del sujeto, para retroalimentarlo, en Foucault, será el lenguaje
el punto de negación del sujeto.

El nivel pre conceptual del discurso, debe entenderse como un lugar de emergencia de los
conceptos, situado en los albores del discurso mismo, pero irrigado ya por él. Todo se condensa
en el discurso.

LA ARQUEOLOGÍA DE LAS CIENCIAS HUMANAS

La epistemología del renacimiento. Para plantearse la tarea de hacer arqueología de las ciencias
humanas hay que resolver el problema de la relación entre las palabras y las cosas. Hasta este
punto, existía una correspondencia entre el signo que era exactamente la cosa a la que se
remitía.

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