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Coordinación Sectorial de Educación Preescolar

Subdirección de Apoyo Técnico Complementario


Departamento de Programas Complementarios y Talleres
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DIFUSIÓN DE EDUCACIÓN PREESCOLAR

Proyecto ExpresArte

¡NUNCA BESES A LOS SAPOS!


Robert Leeson

Guión para lectura en atril dirigido a la población infantil de


jardines de niños

Adaptación Libre: Centro de Investigación y Difusión de


Educación Preescolar.

Octubre 2003

1
¡NUNCA BESES A LOS SAPOS!

Robert Leeson
Editorial Fondo de Cultura Económica.

Entra música de fondo TRAK 1


NARRADOR

Marisol deseaba con todas sus fuerzas vivir feliz para


siempre.

Vive con su mamá, que trabajaba mucho para mantenerse


más o menos bien. En su casa rentaban habitaciones a
diferentes personas que se lo solicitaban. Por eso ellas
dormían en el sótano y los inquilinos ocupaban el primer
piso.

Cocinaban mucho, limpiaban, y lavaban cerros de ropa de


todas las personas a las que rentaban los cuartos.

Las dos trabajaban de noche y los fines de semana. Por


eso, de vez en cuando, Marisol soñaba con tener una
casa para ellas solas, además de tener el suficiente dinero
para no tener que freír tocino y salchichas, ni lavar
montones de ropa sucia, para luego plancharla.
(Termina Trak 1)

2
MAMÁ

Marisol trae una cubeta con agua, por favor.

MARISOL

¡Ay, mamá! ¡Tengo mucha flojera!

NARRADOR

Su mamá se encogió de hombros y siguió trabajando.


Entonces Marisol, se sintió muy mal y le ayudó a su
mamá.

Entra música de fondo TRAK 2

MARISOL

Mamá aquí está la cubeta con el agua.

MAMÁ

Gracias hija. Creo que están tocando la puerta.

MARISOL

Ay mamá… ¡ya voy… ya voy! ¿Quién es?

3
ABUELITA

Yo hija.

MARISOL

Pero… ¿Quién es…?

ABUELITA

Yo, tu abuelita. Abre la puerta.

Gracias Marisol ¿En dónde está tu mamá?

MARISOL

Está limpiando los cuartos de arriba.

¿Qué tienes en esa bolsa abuelita?

ABUELITA Con voz misteriosa

¡Es una sorpresa¡

Pero dime ¿Cómo te has portado?

MARISOL

A veces bien abuelita… a veces mal abuelita.

(Termina Track 2)

4
ABUELITA

¡Mira la sorpresa que te traigo!

MARISOL

¡Ay abuelita, qué bonito libro! ¿Lo puedo ver?

ABUELITA

Sí, hija, voy a saludar a tú mamá y luego me voy a parchar


la llanta de la camioneta.

NARRADOR

Marisol sale al jardín de la casa con su libro bajo el brazo.

Entra música de fondo TRAK 3


MARISOL

Aquí dice que si se besa a los sapos, se convierten en


príncipes que tienen un castillo ¡Con dos mil bolsas de
oro! ¡Con un rey a medio desaparecer, heredando su
reino! (Termina Trak 3) y luego hay una gran boda,
porque el príncipe se sentía muy agradecido con la niña
que lo besó y todos viven felices para siempre.

¡Hay qué bonito cuento!

5
Entra música de fondo TRAK 4

NARRADOR

Desde ese día, Marisol inició la costumbre de besar a


cuanto sapo se cruzaba por su camino. ¡Bueno lo
intentaba!

(Explicación al público)

No es tan fácil, aunque lo parece pues los sapos se


quedan quietecitos bajo una piedra o una hoja y no se
mueven, ni siquiera parpadean cuando los miran. Su
trompa está un poco paradita, como si estuvieran
esperando que alguien les dé un beso.

El problema era que Marisol se agachaba hasta ponerse


de rodillas y poner su cara bien cerquita, pero en ese
momento los sapos se espantaban y…

MARISOL.

¿Qué hace? ¡Ay! ¡Se escapa! ¡Salta mucho!

(Termina trak 4)

6
Bueno, no tanto… como un metro.

Pensándolo bien si es bastante para un sapo.

NARRADOR

En algunas ocasiones salía al jardín trasero… bueno con


mucha imaginación era una especie de jardín. El lugar
parecía el patio trasero, pero de la casa de Tarzán.

Ahí jugaba, pensaba y también esperaba encontrar a


algún sapo despistado al que pudiera besar.

Un día salió al jardín, había llovido y el sol acababa de


salir otra vez.

MARISOL

Todo está húmedo y vaporoso. ¡Ay, los inquilinos cochinos


tiraron esta lata de chiles! Pero me servirá de pelota.

NARRADOR (Mamá)
Marisol la pateó y la lata de chiles salió volando por los
aires. Marisol llegó hasta el fondo del jardín en busca de la
lata en medio de un charco de agua y de pronto…

Entra música de fondo TRAK 5

7
MARISOL

¡Ah caray! Tengo la sensación de que alguien me está


observando…

Miró por aquí… buscó por allá… y…

¡Ay que bonito sapo! Está sentadito bajo una hoja. ¡Qué
ojos tan redondos y me están mirando fijamente.

(Termina trak 5)

¡Ay! ¿Cómo se infla? Es porque inhala y exhala.

Es el sapo más grande y gordo que he visto…

¡Y cómo me mira!

SAPO

Croac… croac… Dulce dama… hippp… apiádate de mí…


croac, croac.

MARISOL

¿Qué, qué?

Perdón, mande usted:

8
SAPO

Croac, ten piedad de esta pobre criatura… hippp hippp…


en desgracia… hippp…

MARISOL

¿Qué pasa sapito?

SAPO

Croac… croac… hippp… acabo de comerme un chapulín


y me dio hipo… hippp… Croac… croac…

NARRADOR (MAMÁ)

Marisol se puso en cuclillas y con mucho cuidado acercó


su cara, a unos centímetros del sapo, éste se movía y
volvía a hablar.

SAPO

Croac… hippp… mi historia es larga y triste… hippp…


croac…

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Entra música de fondo TRAK 6

NARRADOR (MAMÁ)

Marisol no quería esperar más. Sabía lo que tenía que


hacer, frunció los labios y le plantó un gran besote al sapo

(Se escucha una explosión)

En ese instante hubo un ruido repentino: como el sonido


de una bolsa de papel inflada que explota. Entonces
Marisol se encontró ya no mirando al sapo, sino a un par
de botas de cuero muy lustradas.

(Termina Track 6)

MARISOL

¿Dónde esta el sapito? ¡Ay eres muy alto! … ¡Qué bonito


uniforme rojo y dorado! … ¡Qué maravilla!

(Suspiro)

¡Un príncipe de verdad!

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NARRADOR

Marisol extendió los brazos, se hincó sobre una rodilla y


dijo:

MARISOL

Vuestra humilde servidora Su Alteza

NARRADOR

El príncipe miró hacia abajo, la vio, alzó las cejas y dijo:

PRÍNCIPE

¡Ay, caramba!

MARISOL

¿Qué te pas…? Quiero decir ¿Mande usted, Su


Majestad…?

PRÍNCIPE

Quiero decir, que eres un poco más joven de lo que yo


esperaba…

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MARISOL

¿Qué tengo de malo? Te di un beso ¿O no?

Rompí el hechizo ¿Qué más quieres?

PRÍNCIPE

No hay necesidad de ser insolente.

Desde luego que estoy muy agradecido por tu ayuda. Pero


según las reglas, se supone que debo casarme contigo. Y
para ser franco… ¡Eres muy pequeña!

Entra música de fondo TRAK 7

MARISOL

Ya voy a cumplir 11 años y entro a la secundaria en el


otoño.

NARRADOR (PRÍNCIPE)

Justo en ese momento su mamá la llamó desde la ventana


del sótano.

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MAMÁ

¡Marisol! Ya metete, está lloviznando.

Has favor de entrar. Está a punto de llover más fuerte.

MARISOL

¡Sí mamá!

Su alteza, me llamo Marisol. Esta es su humilde casa.

¿Gustaría usted compartir la cena? Tenemos


hamburguesas de pescado… ¡Ay no!... ¡MI MAMÁ!

MAMÁ

¡Oye Marisol! ¡Te estoy hablando!

¿Y este quién es? ¿Por qué está disfrazado?

NARRADOR

Su madre estaba justo junto a ella. Durante un momento


Marisol pensó que el Príncipe se volvería invisible…

¡Pero no tuvo tanta suerte!

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Al oír la voz de la mamá el Príncipe volteó y la miró
directamente. Ella se sonrojó y empezó a arreglarse el
cabello.

MARISOL

(Dirigiéndose al público)

“Ay no” Esto se está complicando”.

MARISOL

Eh, Príncipe… lo siento pero no sé su nombre.

Le presento a mi madre.

PRÍNCIPE

Príncipe Ruperto… Pero desde luego ella no es tu madre.


Tal vez es tu hermana. (Termina trak 7)

MARISOL

(Dirigiéndose al público)

¡Ah! Es uno de esos coquetos.

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NARRADOR (PRÍNCIPE)

Pensó Marisol y miró, otra vez a su madre, que se estaba


derritiendo.

MAMÁ

Me llamo Jacqueline, y de cariño me dicen “Jackie”.

¿Le gustaría entrar a tomar una taza de té?

PRÍNCIPE

Encantado de tomar el té contigo hermosa Jackie

MAMÁ

¡Ay, Príncipe Ruperto! Hace que me ruboricé, hasta siento


las mejillas calientes.

PRÍNCIPE

Y se lo repito (hipo) es guapa y muy elegante y esa


sonrisa tan bonita que tiene…

MAMÁ

Marisol ve a poner la mesa y la jarra de té y las


hamburguesas para el príncipe Ruperto

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MARISOL

Sí mamá ¡Ya voy!

(Dirigiéndose al público)

Mamá recobró la compostura y empezó a hacerse cargo


de la situación. Caminaron hacia la puerta trasera,
empezó a llover más fuerte.

¡Esto no estaba resultando bien y las cosas fueron de mal


en peor!

El Príncipe Ruperto tenía un apetito voraz. Se comió ocho


hamburguesas de pescado y se bebió diez tasas de té.

¡No quedo nada para mi mamá y nada para mí!

Mamá no parecía darse cuenta.

(Dirigiéndose A su mamá)

¡Mamá ya se acabaron las hamburguesas de pescado!

MAMÁ

No interrumpas Marisol.

Y… ¿Cómo era su vida en el castillo príncipe Ruperto?

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PRÍNCIPE

Como le decía hermosa Jacki la vida en la corte era muy


alegre, con música y bailes en los grandes salones.

Entra música de fondo TRAK 8

MAMÁ

¿Y cómo limpiaban el castillo?

PRÍNCIPE

Bueno, el castillo contaba con 200 sirvientes.


¡Yo era muy feliz!
Mi papá el rey ya se iba a jubilar pero un día, apareció una
bruja perversa que quería entrar al castillo. Los soldados
le preguntaron por que quería entrar y la bruja contestó:

¡Quiero bailar con el Rey! Y como los soldados no la


dejaron entrar, la bruja se enojó tanto que dijo palabras
mágicas para el hijo del rey, convirtiéndome en un sapo
durante 100 años y sólo me salvaría una niña de
hermosos cabellos negros. Desde entonces he vivido en
un agujero húmedo en el suelo. (Termina track 8)

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MARISOL

¡Hmmm! ”Pues este sótano no está mucho mejor”.

MAMÁ

Marisol deja hablar al príncipe.

MARISOL

Si mamá, pero yo quiero saber en cuánto tiempo podría


mudarse a su castillo.

MAMÁ

Por favor no interrumpas Marisol.

¿Decía usted, Príncipe Ruperto?

PRÍNCIPE

Que he tenido mucha suerte de haberte conocido mi


querida Jacki. ¡Que agradable charla!

MAMÁ

Gracias príncipe Ruperto, usted es encantador.

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MARISOL

(Dirigiéndose al público)

Este príncipe, ya no me cae bien.

Estoy pensando que mi mamá y el príncipe se podrían


casar y yo seria la hijastra, y esto no me suena bien
porque sé lo que les pasa a las hijastras en los cuentos de
hadas.

Ay ¿Cómo los interrumpo de manera elegante?

NARRADOR (MAMÁ)

El Príncipe Ruperto parecía haber olvidado por completo


cuál era la hermosa doncella que lo había rescatado.

La mamá y el Príncipe Ruperto dejaron de hablar y la


miraron.

MARISOL

¿A dónde está tu castillo?

PRÍNCIPE

Muy cerca, como a doscientos metros de aquí.

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MARISOL

Pues por aquí no hay ningún castillo.

MAMÁ

¡No seas tan grosera Marisol!

MARISOL

Tal vez la bruja perversa hechizó el castillo para que


desapareciera.

PRÍNCIPE

¡Qué suerte la mía!

MARISOL

¿Y entonces, dónde está el reino de tu padre?

PRÍNCIPE

Pues por todas partes, tanto como pueda recorrer un


hombre a caballo durante siete días y siete noches.

MARISOL

Estás bromeando. Esto es muy grande. Y nosotros lo


sabríamos. Hemos vivido aquí toda la vida.
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MAMÁ

¿Qué le pasa príncipe se esta poniendo rojo?

PRÍNCIPE

¿Cómo te atreves a contradecirme?

No permaneceré en esta choza ni un minuto más.


Regresaré de inmediato al castillo.

No se levante mi querida Jackie.

MARISOL

(Dirigiéndose al público)

Mamá se levantó de un salto y tomó al príncipe del brazo.

MAMÁ

Pero, por favor, Su Alteza, tranquilícese. Estoy segura que


no había ninguna intensión de ofenderlo.

Por favor pase aquí la noche, tenemos un cuarto


desocupado.

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MARISOL

Solo queda el cuarto de la despensa.

MAMÁ

No es cierto.

Los demás se pueden mudar cada uno al siguiente cuarto


y él podrá ocupar la mejor habitación.

PRÍNCIPE

Muy, bien. Pasaré aquí la noche. Y por gratitud, olvidaré la


insolencia de tu hija.

MAMÁ

Gracias, príncipe.

Marisol cambia a los inquilinos para que dejen la mejor


habitación al príncipe, y yo voy a traerle una pijama.

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MARISOL

(Dirigiéndose al público) (Entra Track 9)

Así fue que el Príncipe Ruperto pasó la noche, y también


la siguiente y la siguiente.

Todos los días se queda en la cama acostadote hasta


entrada la tarde.

Mi mamá le lleva la comida a su cama, luego se levanta


para cenar y ¡come mucho! Bebe algo de té,

Habla mucho acerca de la vida en la corte y vuelve a la


cama.

Los inquilinos pensaron al principio que era algo gracioso,


pero después se hartaron de escuchar sus historias y
prefirieron irse de la casa.

MAMÁ

Ya no voy a cocinar para los inquilinos y no voy a limpiar


sus cuartos, no voy a lavar ni planchar.

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MARISOL

Mamá los inquilinos ya se fueron, se hartaron del príncipe


con sus pláticas de la corte. Además se fueron sin pagar la
renta.

MAMÁ

No me molestes, tengo que lustrar las botas de príncipe.

MARISOL

Mamá ya te despidieron de tu trabajo por atender al


príncipe.

MAMÁ

No importa. Tengo que lavar y planchar el uniforme del


príncipe

MARISOL

Mamá mira que pálida y delgada estás, no comes nada.

MAMÁ

Si hija, me siento mal: tengo gripa, me duele la cabeza,


tengo el cuerpo adolorido (Termina trak 9).

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MARISOL

Te lo dije, ya te enfermaste. Anda, quédate en la cama,


ahorita te traigo un té caliente y te pongo alcohol en tus
pies.

MAMÁ

Hija ya dejaste la escuela, para hacerte cargo de la casa.

MARISOL

¡Ya no aguanto al príncipe Ruperto! y su:

“Tráeme esto, tráeme aquello”.

¡Estoy harta!

Esta noche, mientras mamá esté acurrucada en la cama y


el Príncipe Ruperto coma pollo asado en la mejor
habitación, le llamo por teléfono a mi abuelita.

Entra música de fondo TRAK 10

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NARRADOR (PRÍNCIPE)

La abuela era alta y delgada como mamá, pero algo


distinta en sus costumbres.

Manejaba una camioneta para la Cruz Roja cuando daba


la vuelta a la esquina, la gente decía: “Aquí viene la
Santa sobre dos llantas.”

La abuela Mandy llegó temprano al día siguiente y


atravesó la casa como un bólido. Entró marchando en la
mejor habitación.

Marisol se tapó los oídos pero de todos modos oyó los


golpes y los gritos. Luego salió la abuela con el
maravilloso uniforme rojo bajo el brazo.

ABUELA

Bien Marisol, por favor mete todo esto en el calentador.

(Termina trak 10)

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MARISOL

De pronto apareció el Príncipe Ruperto en la puerta, en


calzones.

Se veía verdaderamente ridículo. Y exigió…

PRÍNCIPE

¿Dónde está mi uniforme, mujer?

ABUELA

Convirtiéndose en ceniza y humo en el calentador… Su


adoración.

NARRADOR (MARISOL)

De su bolsa sacó unos pantalones de mezclilla y una


camisa vieja.

ABUELA

Ahora ponte esto, sal al jardín y empieza a cortar el pasto.

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NARRADOR (MARISOL)

El Príncipe Ruperto se puso del color de sus pantalones.

PRÍNCIPE

¿Cómo te atreves, bruja descarada?

NARRADOR (MARISOL)

La abuela dio dos pasos hacia él y dijo con una sonrisa


malévola.

ABUELA

¿Su alteza cree que soy una bruja?

NARRADOR (MARISOL)

El rostro del Príncipe se puso del color de sus calzones.


Sin decir más, tomó los pantalones y la camisa y… se fue
a su habitación gruñendo.

PRÍNCIPE

Desde luego no voy a cortar el pasto. Llamen a un


jardinero.

28
MARISOL

Mi abuelita se puso las manos en las caderas.

ABUELA

Si no hay corte de pasto, no hay desayuno, compañero.

Entra música de fondo TRAK 11

NARRADOR (PRÍNCIPE)

El Príncipe Ruperto se aguantó hasta la hora de la cena.


Pero al día siguiente, cuando Marisol regresó de la
escuela, el jardín estaba limpio, y todas las hierbas habían
sido arrancadas.

¡No se había visto tan bonito en muchos años!

(Termina trak 11)

En la cocina, la abuela y el príncipe Ruperto tomaban una


taza de té. Él tenía las manos vendadas. A Marisol le dio
bastante lástima.

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MARISOL

Caray, ¿te cortaste las manos con las tijeras de jardín?

ABUELA

No, mi amor, se las quemó al preparar el té. Pero está


aprendiendo.

Entra música de fondo TRAK 12

ABUELA

A fin de cuentas las cosas no resultaron tan mal: lA mamá


de Marisol se curó y recuperó su empleo; y el Príncipe
Ruperto consiguió un trabajo de medio tiempo en la
Lotería Nacional.

Cuando exclamaba, “tres… dos…seis…nueve… tres mil


doscientos sesenta y nueve… Premio Mayor… Premio
Mayor” con su voz tan elegante, las viejecitas quedaban
encantadas.

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No ganaban mucho dinero, pero era suficiente para los
tres. Y ya no tuvieron que preocuparse por aceptar
inquilinos. Así que Marisol, después de todo, por fin pudo
vivir en toda la casa.

Con el tiempo, llegó a querer bastante a Ruperto.

(Termina trak 12)

MARISOL

(Dirigiéndose al narrador)

Aunque no tanto como a mi mamá.

Entra música de fondo TRAK 13

NARRADOR

¡Claro!

Así, vivieron felices para siempre, Luego, un día, después


de haber llovido Marisol estaba en el jardín arrancando
unas hierbas junto a las flores, y al agacharse, tuvo la
sensación de que alguien la observaba.

Allí bajo una hoja estaba el sapo más grande y más gordo,
mirándola con sus grandes ojos como platos.
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SAPO

Dulce dama. Apiádate de mí.

MARISOL

Enfática

Escúchame panzón: ¡Te doy un minuto para que te


esfumes de aquí!

SAPO

Croac… croac… croac

NARRADOR

El sapito brincó… ¡y este cuento se acabó!

FIN

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