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ABISINIA.

BANDERA
La bandera de Abisinia se compone de tres franjas horizontales, la franja
verde que representaba la fertilidad,
la franja amarilla simbolizaba la
libertad religiosa y la franja roja los
caídos que defendieron el Imperio.
Mientras duró la monarquía en la
bandera aparecía un león coronado
portando un mástil con una cruz de la
Iglesia ortodoxa etíope, símbolo
conocido también como el León de
Judá (León conquistador). Al
desaparecer la monarquía se retiró el
León de Judá y no se incorporo ningún
otro símbolo, manteniendo así solo
las franjas horizontales hasta el año
1987.
Los colores pan-africanos (rojo, verde y amarillo) tienen su base en la
bandera etíope, una de las más antiguas del continente africano.
La bandera de Abisinia es utilizada por el movimiento espiritual rastafari,
movimiento nacido en Jamaica por exiliados etíopes que deseaban volver
a su tierra, Marcus Garvey fue el organizador del movimiento rastafari
con el lema ‘África para los africanos’, siendo Etiopía su tierra sagrada.

Primera guerra italo-etiope


La Primera Guerra Ítalo-etíope corresponde a la invasión italiana de Etiopía
ocurrida entre los años 1895 y 1896.
SUCESO:
Italia llegó tarde a la carrera colonial por África y por eso desde finales del
siglo XIX centró sus miras en Etiopía, por aquel entonces uno de los
escasos territorios que no estaba sometido al control de ninguna de las
potencias imperiales de Europa. El conflicto que se desató a continuación,
conocido como la Primera Guerra Ítalo-Etíope de 1895 a 1896, concluyó
con un catastrófico revés del Ejército Italiano durante la Batalla de Adua.
Las bajas italianas alcanzaron, aproximadamente los 5.900 entre muertos y
desaparecidos, y cerca de 4.000 prisioneros. Además, 1.200 askaris
eritreos resultaron muertos. Los etíopes, por su parte, habían sufrido
alrededor de 10.000 bajas, entre muertos y heridos. Los prisioneros
italianos fueron tratados como prisioneros de guerra, pero a los 800
askaris eritreos que capturaron, se les consideró traidores por los etíopes,
y su castigo fue la amputación de sus manos derechas y sus pies
izquierdos.
Melenik había garantizado la delimitación estricta de las fronteras de
Eritrea y obligando a Italia a reconocer la independencia de Etiopía.

Guerra Ítalo-etíope
La Guerra Ítalo-Etíope entre 1935 y 1936 fue uno de los grandes
conflictos coloniales del siglo XX que incendió una gran parte del África
Oriental. Librada entre la Italia Fascista y Etiopía, el resultado de la
contienda acabaría con la derrota e independencia de los etíopes, así
como en el auge y resurgimiento del Imperio Italiano.

Causas
Italia llegó tarde a la carrera colonial por África y por eso desde finales
del siglo XIX centró sus miras en Etiopía, por aquel entonces uno de los
escasos territorios que no estaba sometido al control de ninguna de las
potencias imperiales de Europa. El conflicto que se desató a
continuación, conocido como la Primera Guerra Ítalo-Etíope de 1895 a
1896, concluyó con un catastrófico revés del Ejército Italiano durante la
Batalla de Adua, durante la cual el Ejército Etíope infligió más de 5.000
muertos a los soldados italianos, lo que frustró definitivamente el sueño
de Roma de expandirse sobre el África Oriental y de tener que
conformarse con sus dominios en Eritrea y Somalia.

Hasta el nacimiento de la Italia Fascista, las autoridades de Roma no


volvieron a interesarse por Etiopía cuando el “Duce” Benito Mussolini
difundió las ideas nacionalistas e irredentistas de refundar el extinto
Imperio Romano, poniendo la mirada desde la década de 1930 en el
África Oriental. Precisamente Etiopía presentaba una amplio espacio
donde establecer población italiana del continente, explotar sus recursos
naturales, impulsar una industria y sobretodo asentar una base desde la
que unir territorialmente las colonias de Eritrea y Somalia ante un
eventual conflicto con el Imperio Británico que rodeaba los dominios
italianos desde el Sudán y Kenya.

Numerosas fueron las causas que terminarían desatando la Guerra Ítalo-


Etíope, aunque el pretexto buscado por Benito Mussolini comenzó a
tomar forma el 22 de Noviembre de 1934, cuando en la zona de Welwel
situada sobre el triángulo que unía las demarcaciones de Etiopía, la
Somalia Italiana y la Somalia Británica, cuya ruta empleaban los
nómadas somalís para comerciar, las tropas del Ejército Británico que
custodiaban la frontera fueron sustituidas (bajo solicitud italiana) por
guardias del Ejército Etíope.

El Incidente de Welwel fue la escusa perfecta mediante la cual Italia


presentó sus quejas en la Sociedad de Naciones de Suiza, esperando
obtener luz verde de Ginebra para llevar a cabo un castigo ejemplar
contra Etiopía. Sin embargo y contra sus aspiraciones, ni Gran Bretaña ni
Francia apoyaron las exigencias italianas, sin embargo

Gran Bretaña accedió fue la de otorgar una salida al mar con la cesión
del puerto de Zeil, así como de las tierras secas situadas en el Desierto
de Ogadén. Evidentemente el Duce no pudo aceptar territorios que no
tenían nada de valor y encima eran poco más que un páramo yermo, por
lo que decidió saltarse el orden internacional vigente y arriesgarse a
invadir Etiopía.

El 2 de Octubre de 1935, Benito Mussolini pronunció desde el balcón del


Palazzio Venezia de Roma un discurso dirigido a las masas de seguidores
y Camisas Negras que se congregaban bajo sus pies para anunciar que
había tomado la determinación de intervenir militarmente en el África
Oriental. Al día siguiente, el 3 de Octubre, la Italia Fascista declaró
hostilidades a Etiopía, desencadenando la Segunda Guerra Ítalo-Etíope.

Guerra Ítalo-etíope (suceso)


A las 5:00 horas del 3 de Octubre de 1935, el Frente del Norte del Ejército Italiano cruzó la
frontera de Eritrea con Etiopía a través del Río Mareb ocupando el área de Ual Ual; al mismo
tiempo que el Frente Sur hacía lo propio desde Somalia y aviones de la Fuerza Aérea Real
Italiana “Regia Aeronautica” arrojaban pasquines sobre las líneas del Ejército Etíope para
incitar a la deserción. A la mañana siguiente, en cuando el Gobierno de Addis Abbeba tuvo
conocimiento de lo sucedido, el Emperador Haile Selassie declaró la guerra a Italia.

Mientras tanto en la Sociedad de Naciones de Ginebra, se convocó una cumbre internacional


de urgencia en Suiza que el 4 de Octubre de 1935 evaluó lo ocurrido y catalogó a Italia como
“nación agresora”. A continuación, un total de 48 países anunciaron sanciones contra el
Imperio Italiano, las sanciones contra Italia
apenas afectaron en nada porque el país tenía
una economía fuertemente consolidada con la
que podía permitirse llevar a cabo sin problema
alguna la invasión del África Oriental.

Justo 48 horas después de la invasión a Etiopía, el


5 de Octubre de 1935, el avance del Frente Norte
fue imparable porque el ejercito tomó las
ciudades de Adrigat e Inticho; mientras que otra
parte del ejercito ocupó Adua, vengando de ese
modo la humillación por la derrota en la Batalla
de Adua de 1896 durante la Primera Guerra Ítalo-Etíope.

A diferencia del Frente Sur procedente de Somalia, el Frente Norte que descendía desde Eritrea
al mando del mariscal Emilio de Bono, cometió el error de continuar adentrándose en el
corazón de Etiopía sin asegurar su línea de suministros y menos aún de vigilar sus flancos. A
pesar de que las tropas italianas en las semanas próximas consiguieron ocupar la ciudad de
Macallé y apoderarse de la región del Tigré, la
resistencia del Ejército Etíope y las diversas guerrillas
paralizaron el avance hasta dejar totalmente
estancando al Frente Norte después de haber agotado
todos los suministros (y encima antes las amenazas del
Reino Unido de embargar todas las compras de
petróleo). Ante esta situación de riesgo, el mariscal
Emilio De Bono fue sustituido el 16 de Noviembre por el
general Pietro Badoglio, aunque la medida llegó
demasiado tarde porque la crisis de avituallamiento era
tan grande que cuando el Ejército Etíope desencadenó
la “Ofensiva de Navidad” el 15 de Diciembre de 1935,
las tropas italianas fueron derrotadas y obligadas a
replegarse más de 20 kilómetros, siendo durante el descalabro capturados 4.700 soldados, 18
tanques, 33 cañones, 175 ametralladoras y 2.605 fusiles.

La victoria del Ejército Etíope en la “Ofensiva de Navidad” obligó al general Pietro Badoglio a
replantear toda la estrategia del Frente Norte y a imitar al Frente Sur del mariscal Rodolfo
Graziani mediante la consolidación de las zonas conquistadas, el tendido de una línea de
suministros mucho más segura desde Eritrea y el recibimiento de nuevos refuerzos
procedentes de Italia.

Campamento del Ejército Etíope el 13 de


diciembre de 1935 antes de la “Ofensiva
Ejército Etíope con armas químicas ilegales de Navidad”.
como el gas iperita y mostaza que
provocaron una gran cantidad de muertos y heridos por dolorosas
quemaduras en la piel, incluyendo entre las víctimas a numerosos civiles
tras el ataque de aviones sobre varias aldeas.
Gracias a la nueva estrategia del Frente Norte, las tropas italianas del
general Pietro Badoglio pudieron reanudar la marcha el 20 de Enero de
1936 aniquilando a 8.000 etíopes en la Primera Batalla de Tembien y
apoderándose el 24 del Paso de Uarieu
A finales de Febrero de 1936
tuvo lugar la Segunda
Batalla de Tembien con la
que el Frente Norte aniquiló
a 8.000 efectivos del Ejército
Etíope y poco después la
Batalla de Shire en la que
causaron baja otros 4.000, lo
que facilitó a los italianos
tomar Uroq Amba y avivar
una rebelión de las Tribus
“Gallas” que traicionaron y
atacaron a los etíopes. A raíz
de tantos reveses y a punto
de derrumbarse el Ejército Etíope, al Emperador Haile Selassie no le
quedó más remedio que tomar una difícil decisión entre dos opciones:
luchar en el norte con las fuerzas todavía existentes o retirarse hacia el
interior para alargar las vías de suministro italianas y organizar una
guerrilla. Contra todo pronóstico y a pesar de que lo más sensato era
escapar, escogió la primera opción y por eso mismo preparó una
ofensiva suicida que supuestamente culminaría en una batalla decisiva.
La Batalla de Maitschew comenzó el 31 de Marzo de 1936 cuando 40.000
soldados del Ejército Etíope y la Guardia Imperial Etíope asaltaron en tres
alas centro, derecha e izquierda a 40.000 tropas italianas y eritreas
encuadradas en las 1ª y 4ª Divisiones de Camisas Negras “23 de Marzo”
y “3 de Enero”, las 26ª y 30ª Divisiones de Infantería “Assieta” y
“Sabauda”, la 5ª División Alpina “Pusteria” y las 1ª y 2ª Divisiones
Coloniales Eritreas. Inicialmente el ataque encontró totalmente por
sorpresa a los invasores porque los etíopes arrollaron a los montañeses
de la 5ª División Alpina “Pusteria” y exterminaron un batallón africano de
la 2ª División Colonial Eritrea. Sin embargo y una vez que los ítalo-
eritreos se recuperaron del choque, comenzaron una pelea cuerpo a
cuerpo con bayonetas a la que se fue sumando el apoyo de la artillería,
agrupaciones de tanques y escuadrones de aviones que bombardearon
la retaguardia enemiga. Así fue como después de varias horas de
sangrienta lucha y tras haber encajado los defensores 1.273 bajas entre
400 italianos y 873 eritreos, los etíopes se retiraron derrotados con más
de 11.000 bajas.
Tras la derrota del Ejército Etíope en la Batalla de Maitschew, el Frente
Norte del general Pietro Badoglio inició la marcha hacia la capital de
Addis Abbeba mediante una columna de 16.500 hombres entre 12.500
italianos y 4.000 eritreos que apenas sin encontrar oposición,
progresaron a toda prisa bautizando al episodio como la “Marcha de la
Férrea Voluntad”. Mientras tanto el Frente Sur del mariscal Rodolfo
Graziani, aniquiló a los últimos 5.000 soldados del Ejército Etíope en la
Batalla de Ogadén que se libró en Abril, emprendiendo sus tropas ítalo-
somalís desde entonces un largo trayecto que les llevaron a la conquista
de todo el Desierto de Ogadén y a la ruptura de las fortificaciones de la
“Línea Hindenburg”.
A inicios de Mayo de 1936, el Emperador Haile Selassie abandonó en
avión Etiopía y se presentó en la Sociedad de Naciones de Suiza para
denunciar la agresión de la Italia Fascista, antes de marchar a Inglaterra
y establecer un Gobierno Exiliado en Londres. Acto seguido, el 5 de
Mayo, las tropas italianas del Frente Norte al mando del general Pietro
Badoglio entraron triunfales en la capital de Addis Abbeba que fue
declarada por las autoridades “ciudad abierta”. Al día siguiente, el 6 de
Mayo, los soldados del Frente Sur del mariscal Rodolfo Grazziani tomaron
la localidad de Giggia, el 8 la ciudad de Harrar y el 9 el Ferrocarril de Dire
Daua, poniendo fin con este último enclave a la total conquista de
Etiopía.

CONSECUENCIAS:
Oficialmente el 9 de Mayo de 1936, la Guerra Ítalo-Etíope finalizó con la desaparición de
Etiopía como nación independiente y también con una rotunda victoria de la Italia Fascista.
Aquella misma jornada en la Península Italiana, Benito Mussolini apareció ante las masas desde
el balcón del Palazzo Venezia de Roma para nombrar con el título de “Emperador” al Rey Víctor
Manuel III y proclamar el Imperio Italiano.

Etiopía sufrió 275.000 bajas entre 70.000 muertos y 205.000 heridos.

Italia sufrió 54.000 bajas entre 10.000 muertos y 40.000 heridos.

Las consecuencias de la Guerra Ítalo-Etíope entre 1935 y 1936 fueron numerosas tanto a nivel
interno como externo. Por ejemplo el territorio etíope se convirtió en una colonia del Imperio
Italiano que perdió su independencia, pero obtuvo otras ventajas como la modernización de
sus infraestructuras, el establecimiento de una educación universal para la población y
sobretodo la abolición de la esclavitud (aquel 1936 fue considerado como la fecha en que
definitivamente se acabó con el último residuo del esclavismo humano en el mundo). Mientras
tanto en el plano internacional, las sanciones aplicadas por Gran Bretaña y Francia, provocaron
que Italia abandonara la coalición con Londres y París para acercar posturas con Alemania que
acabarían en la firma del Pacto de Acero en 1939 y en el desencadenamiento posterior de la
Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, la derrota italiana en África devolvió el poder a Haile
Selassie I. En 1952, la ONU aprobó la federación de Etiopía y de Eritrea, convertida
posteriormente en un país demócrata.
ALBANIA.
Invasión italiana de Albania
La invasión italiana de Albania (del 7 al 12 de abril de 1939) fue una breve campaña militar del
Reino de Italia contra el Reino albanés . El conflicto fue el resultado de las políticas imperialistas
del dictador italiano Benito Mussolini . Albania fue rápidamente invadida, su gobernante, el rey
Zog I , forzado al exilio, y el país hizo parte del Imperio italiano como un reino separado en
unión personal con la corona italiana .

ANTECEDENTES:
Albania tiene desde hace mucho tiempo una importancia estratégica considerable para
el Reino de Italia . Los estrategas navales italianos codiciaron el puerto de Vlorë y la isla
de Sazan a la entrada de la bahía de Vlorë , ya que le daría a Italia el control de la entrada
al mar Adriático . [3] Además, Albania podría proporcionar a Italia una cabeza de playa en los
Balcanes. Antes de la Primera Guerra Mundial, Italia y Austria-Hungría habían apoyado la
creación de un estado albanés independiente. [5] Al estallar la guerra, Italia había aprovechado
la oportunidad de ocupar la mitad sur de Albania, para evitar que fuera capturada por los
austro-húngaros. Ese éxito no duró mucho, ya que la resistencia albanesa durante la
posterior guerra de Vlora y los problemas domésticos de posguerra obligaron a Italia a retirarse
en 1920. [6] El deseo de compensar este fracaso sería uno de los principales motivos de
Mussolini para invadir Albania. [7]

El régimen fascista italiano legitimó su reclamo a Albania a través de estudios que proclamaban
la afinidad racial de albaneses e italianos, especialmente a diferencia de los yugoslavos
eslavos. [8]Fascistas italianos afirmaron que los albaneses estaban vinculados a través de la
herencia étnica de los italianos debido a los vínculos entre los
prehistóricos italiotas , romana y ilirias poblaciones, y que la mayor influencia exhibido por los
imperios romanos y venecianos más de Albania justificados a la derecha de Italia para poseerla.

Cuando Mussolini tomó el poder en Italia, volvió con renovado interés a Albania. Italia
comenzó a penetrar en la economía de Albania en 1925, cuando Albania aceptó permitir que
Italia explotara sus recursos minerales. [9] Eso fue seguido por el Primer Tratado de Tirana en
1926 y el Segundo Tratado de Tirana en 1927, por el cual Italia y Albania entraron en una
alianza defensiva. [9] Entre otras cosas, el gobierno y la economía albanesa fueron subsidiados
por préstamos italianos y el ejército albanés fue entrenado por instructores militares
italianos. A pesar de la fuerte influencia italiana, el rey Zog I se negó a ceder por completo a la
presión italiana. [10]En 1931 se puso de pie abiertamente a los italianos, negándose a renovar el
Tratado de Tirana de 1926. Después de que Albania firmara acuerdos comerciales
con Yugoslaviay Grecia en 1934, Mussolini hizo un intento fallido de intimidar a los albaneses
enviando una flota de buques de guerra a Albania. [11]
Como la Alemania nazi se anexionó Austria y se contra Checoslovaquia , Italia se vio a sí misma
convirtiéndose en el miembro menor del Pacto del Acero . [12] Mientras tanto, el inminente
nacimiento de un hijo real albanés amenazaba con darle a Zog una dinastía duradera. Después
de que Hitler invadió Checoslovaquia (15 de marzo de 1939) sin notificar a Mussolini por
adelantado, el dictador italiano decidió proceder con su propia anexión de Albania. El rey de
Italia, Víctor Manuel III, criticó el plan de tomar Albania como un riesgo innecesario. Sin
embargo, Roma entregó a Tirana un ultimátum el 25 de marzo de 1939, exigiendo que
consintiera en la ocupación de Albania por parte de Italia. [13]Zog se negó a aceptar dinero a
cambio de permitir una toma de posesión completa y la colonización de Albania.

El gobierno albanés trató de mantener en secreto las noticias del ultimátum italiano.

El 6 de abril hubo varias manifestaciones en las principales ciudades de Albania. Esa misma
tarde, 100 aviones italianos volaron sobre Tirana, Durrës y Vlorë, arrojando panfletos que
ordenaban a la gente que se sometiera a la ocupación italiana. La gente se enfureció con esta
demostración de fuerza y llamó al gobierno a resistir y liberar a los albaneses arrestados como
"comunistas". El ministro del Interior, Musa Juka, salió del país hacia Yugoslavia el mismo
día. Mientras el Rey Zog le transmitía a la nación que resistiría la ocupación italiana, la gente
sentía que el gobierno los estaba abandonando. muchos oficiales de alto rango abandonaron el
país. También el gobierno se estaba desvaneciendo los estaba abandonando.

Invasión
Los planes italianos originales para la invasión requerían hasta 50,000 hombres apoyados por
51 unidades navales y 400 aviones. Finalmente la fuerza de invasión creció a 100,000 hombres
apoyados por 600 aviones, [15] pero solo 22,000 tomaron parte en la invasión. [2] El 7 de abril, las
tropas de Mussolini, dirigidas por el general Alfredo Guzzoni , invadieron Albania, atacando
simultáneamente todos los puertos albaneses. Las fuerzas navales italianas involucradas en la
invasión consistieron en los acorazados Giulio Cesare y Conte di Cavour , tres cruceros pesados ,
tres cruceros ligeros , nueve destructores, catorce lanchas torpederas, una capa de minas , diez
naves auxiliares y nueve naves de transporte. [16] Los barcos fueron divididos en cuatro grupos,
que llevaron a cabo aterrizajes en Vlore , Durres , Sarande y Shengjin . [dieciséis]

Por otro lado, el ejército albanés regular tenía 15,000 tropas mal equipadas que habían sido
entrenadas por oficiales italianos. El plan del rey Zog era montar una resistencia en las
montañas, dejando indefensos a los puertos y las principales ciudades; pero los agentes
italianos colocados en Albania como instructores militares sabotearon este plan. Los albaneses
descubrieron que las piezas de artillería habían sido desactivadas y no había municiones. Como
consecuencia, la resistencia principal fue ofrecida por gendarmes y pequeños grupos de
patriotas.

En Durrës , una fuerza de 500 albaneses, incluidos gendarmes y voluntarios armados, dirigida
por el comandante Abaz Kupi (el comandante de la gendarmería en Durrës), y Mujo Ulqinaku ,
un sargento naval, intentaron detenerel avance italiano. La Armada albanesa estacionada en
Durrës consistía en cuatro patrulleras (cada una armada con una ametralladora) y una batería
costera con cuatro cañones de 75 mm, esta última también involucrada en la lucha. [17] Mujo
Ulqinaku, el comandante de la patrullera Tiranë, usó su ametralladora para matar y herir a
muchas tropas italianas hasta que fue asesinado por un proyectil de artillería de un buque de
guerra italiano. Después de eso, la resistencia comenzó a desmoronarse, y en cinco horas los
italianos habían capturado la ciudad. [19]
A la 1:30 pm del primer día, todos los puertos albaneses estaban en manos italianas. Ese
mismo día el Rey Zog, su esposa, la Reina Geraldine Apponyi , y su pequeño hijo Lekahuyó a
Grecia, llevándose consigo parte de las reservas de oro del Banco Central de Albania. Las tropas
italianas entraron en Tirana y capturaron rápidamente todos los edificios del gobierno. Las
columnas italianas de soldados marcharon hacia Shkodër, Fier y Elbasan. Shkodër se rindió en
la noche después de 12 horas de lucha. Durante el avance italiano en Shkodër, la
muchedumbre asedió la prisión y liberó a unos 200 prisioneros. [20]

La cantidad de bajas en estas batallas es disputada. La propaganda militar italiana declaró que
en Durrës murieron 25 italianos y 97 resultaron heridos, mientras que los lugareños afirmaron
que 400 italianos fueron asesinados. Las bajas para los albaneses se dieron como 160 muertos
y varios cientos heridos. Los italianos se llevaron inmediatamente los cuerpos de sus muertos y
lavaron la sangre de las calles y el puerto de Durrës para encubrir el número de sus víctimas. [21]

El 12 de abril, el parlamento albanés votó para deponer a Zog y unir a la nación con Italia "en
unión personal" al ofrecer la corona albanesa al rey de Italia, Víctor Manuel III.

En general, la invasión italiana fue mal planificada, mal ejecutada y tuvo éxito solo porque la
resistencia albanesa era demasiado débil.

Secuelas
El 15 de abril de 1939, Albania se retiró de la Liga de las Naciones.
Benito Mussolini declaró la creación oficial del Imperio italiano y el rey títere Víctor
Manuel III fue coronado como rey de los albaneses, además de su título
de emperador de Etiopía., que había sido ocupado tres años antes.
El ejército albanés fue puesto bajo el mando italiano y formalmente se fusionó con
el ejército italiano en 1940.
Tras la ocupación de Albania y la instalación de un nuevo gobierno, las economías
de Albania e Italia se conectaron a través de una unión aduanera que dio lugar a la
eliminación de la mayoría de las restricciones comerciales.
Albania siguió a Italia a la guerra contra Gran Bretaña y Francia el 10 de junio de
1940. Albania sirvió de base para la invasión italiana de Grecia en octubre de 1940..

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