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Harry Potter y la piedra filosofal

Capítulo 1. El niño que sobrevivió

La historia empieza relatando la vida normal, poco aburrida y a la que está acostumbrada una
familia, compuesta de un padre un tanto tosco, rollizo casi sin cuello y de constitución fornida, una
madre de constitución delgada, rubia y con un cuello el doble de lo normal con el cual cabe
mencionar espiaba a los vecinos, y por último un hijo pequeño el cual empezaba a entender q lo
tendría todo a lo largo de su vida, pues por todo armaba un berrinche.

Y es así que el primer capítulo de este libro nos cuenta que en un día normal la pareja Dursley al
despedirse con un beso en la mejilla, empezaron su cotidiana rutina; la señora Dursey cuidando a
su pequeño hijo “Dudley”, y el señor Dursey de viaje a su empresa de taladros “Grunnings”, en el
cual acontecerían cosas a las cuales el padre de familia descrito no estaba acostumbrado pues
desaprobaba cualquier comportamiento raro.

Tales cosas empezaron siendo; al momento de conducir de camino a su oficina, el ver a un gato
leer un mapa en primer lugar, el cual el señor Dursey supuso solo ver mal, pero que le dejo con
mayor intriga cuando al volverlo a ver parecía que el gato observaba un letrero de Privet Drive;
Lugar donde residía la familia. Luego vio una gran multitud de personas con atuendos raros como
capas coloridas, sombreros de punta, en donde además pudo observar gente aún mayor que él,
causándole un disgusto, y dándole la idea de que lo hacían por llamar la atención de alguna
colecta.

Pero en fin al llegar a su oficina se mantuvo calmado y trato de quitar de si toda esa exposición a
los acontecimientos extraños. Y como se mantenía de espaldas a la ventana del noveno piso no
noto como una ráfaga de lechuzas pasaron volando, ni la cantidad de gente vestida de manera
extraña. Por lo que para él, este fue un día normal en donde grito a sus empleados, y el cual
tomaría otro rumbo en la hora de almuerzo…

Entonces siguiendo con la historia a dicha hora el señor Dursey fue a comprar un bollo en la
panadería, cuando sin pensarlo escucho el apellido Potter de la gente que murmuraba vestida de
manera extravagante, y naturalmente al reconocer dicho apellido el señor Dursey entro en pánico
puesto que era el apellido de la familia de la hermana de su esposa, y cabe recalcar al ser tan
diferentes, la familia Dursey fingían no conocerles pues los despreciaban.

El señor Dursey sin poder mantener la calma entro entonces a su oficina, pensó en ello y se retiró
sin darse cuenta que chocaría con un personaje que vestía dicha ropa, el mismo cual al tambalear
no mostró desconformidad, sino abochorno al señor Dursey abrazándolo y diciéndole este es un
día para estar feliz nada podría molestarme.

El padre de familia desconcertado regreso a casa, merendó con su familia, acostó a su hijo
conjuntamente con su esposa la señora Dursey, miro televisión donde nuevamente escucho sobre
la gente extraña, además de la conducta inapropiada de las lechuzas entre otras cosas, y con
mucha precaución pregunto sobre su cuñada y sobrino a su esposa, quien como era de esperarse
reacciono cortante y molesta. Y por último antes de acostarse, el señor Dursey miró por la
ventana al jardín de su casa y sin pensarlo encontró al gato tan rígido como que si nunca se
hubiera movido. Entonces pensativo se acostó a dormir junto a su esposa q ya reposaba, y con la
idea de que cualquier inoportuno con la familia Potter, no tendría nada que ver con su familia.

¡Qué tan equivocado estaba!

Esa noche luego de que la calle Privet quedó toda sola, como si de la tierra apareciera, un nuevo
personaje se une a la historia; es Albus Dumbledore, quien era bastante peculiar, con su cabellera
y barba blanca y larga que llegaba hasta la cintura, lentes en forma de media luna, botas de taco y
hebilla, una capa morada que rosaba el piso, y una singular torcida nariz, la misma que parecía
partida varias veces. Y quien conforme se acercaba a la casa de los Dursey decidió sacar un
artefacto; era una especie de fosforera, con la cual al prenderla apagaba la luz de las lámparas que
iluminaban aquel sendero.

Al llegar a la casa, se sentó junto al gato y dijo “que gusto verla aquí, profesora McGonagall. Pero
dicho gato había cambiado su apariencia y ya no era el mismo atigrado que vio todo el día el señor
Dursey, sino una mujer de aspecto severo, anteojos de montura cuadrada y capa color esmeralda,
que al escuchar ello armo una conversación en la cual discutieron por un buen rato sobre como
nombrar al innombrable, y de cómo había perdido sus poderes, desaparecido, matado a los padres
de Harry y el gran festejo q se llevaba a causa de ello pues Voldemort o el innombrable, había
atormentado y matado sin piedad a muchos magos durante once obscuros años.

Pero… sin poder definir la forma en el que este fue derrotado, la discusión se centralizo en el niño
q había quedado vivo tras la tragedia y que montaba todo un misterio, pues había sobrevivido
ante un mago maligno bastante poderoso. Y fue ahí, donde Dumbledore sugirió que su rescate
había sido puesto en marcha por uno de sus más leales amigos “Hagrid”, luego de lo acontecido y
quien ya llevaba tiempo retrasado, lo cual lo noto Albus Dumbledore al sacar de su capa un
curioso reloj de oro con doce manecillas y en vez de números planetas.

Tiempo después mientras discutían sobre los “muggles” o gente sin magia, se escuchó un gran
estruendo q se hacía más intenso en el aire. Era Hagrid que llegaba volando en una motocicleta
prestada, y que venía acompañado del pequeño Harry.

Al verlo Dumbledore saludo a Hagrid y tomó al bebe entre brazos y explicándole a la señora
McGonagall que el mejor lugar para él sería el estar con sus tíos, lo llevó envuelto en sábanas y lo
dejo en el umbral de la entrada, junto a una carta que explicaba, su repentina aparición.

Muy entristecidos y Hagrid con un pañuelo a mano, se despidieron del niño y entre ellos, tomando
su respectivo camino, cada uno se alejó. Hagrid marcho contristado a devolver la motocicleta al
joven Sirius Black, la señora McGonagall transformada en gato se escabullo entre los matorrales y
Albus Dumbledore desapareció al agitar su capa, pero no sin antes devolver la luz al sendero.
Una brisa rápida entonces pasó por Privet Drive y la mano del pequeño Harry apretó la carta sin
despertar, y todo ello mientras gente en secreto levantaban copas para decir con voces sosegadas
¡Por Harry Potter… el niño que sobrevivió!

Capítulo 2. El vidrio desapareció

Como sabemos los libros nos transportan en el tiempo y para nuestra sorpresa ésta no fue una
excepción, siendo así que aproximadamente luego de diez años, volvemos a escuchar sobre la vida
de nuestro personaje principal “Harry Potter”, el cual a lo largo de su vida se había criado con su
nueva familia, la cual destaca el libro lo ignoraba y menospreciaba por completo, lo mismo que
también se distingue al hacernos conocer las distintas fotografías familiares que mostraban sobre
la chimenea, con ya no, una gran bola rosada con distintos gorros “Dudley”; sino su recorrido de
vida junto a sus padres y nada más. Y aparte de ello porque a lado de Harry tendían a ocurrir cosas
extrañas y sin explicación, como fue en una ocasión que al momento que la señora Dursey lo
vestía con un atuendo todo viejo y de mal gusto para Harry, el mismo disminuyera de tamaño
hasta el tamaño de una camisa de muñeco, o en otra ocasión cuando la señora Petunia Dursey al
ver el pelo todo alborotado de Harry tomo unas tijeras y casi lo pelo por completo, haciendo que
éste contristado pensara en que dirían sus compañeros en el colegio hasta quedar dormido; lo
cual claramente al amanecer tomaría un rumbo distinto, pues tal cabello se encontraba de la
misma manera como antes de la acción cruel de la tía de Harry.

Y fue así como había vivido Harry hasta esa fecha donde la historia empezará para el protagonista
a tomar un curso diferente. Entonces este capítulo nos empieza aclarando que cada día lo primero
que Harry escuchaba eran los chillidos agudos de su tía Petunia y aún más este día porque se
celebraba una fecha especial en casa de los Dursey; el cumpleaños de Dudley.

Petunia entonces exclamo ¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora! y Harry que como habitación tenía un
armario pequeño, obscuro, lleno de arañas, y que había estado soñando en un viaje mágico de
motocicleta despertó de un brinco y seguidamente fue a ayudar hacer el desayuno. De pronto
bajo su tío el señor Vernon Dursey y mientras Harry freía los huevos fue saludado con un ¡Péinate!
seguidamente bajo el homenajeado, y al sentarse con su pelo rubio, aspecto similar al de su padre
y pequeños ojos azules, se acercó a la mesa y conto detenidamente cada uno de sus regalos, y
entonces protesto a pesar que muchos de ellos eran costosos como fueron una computadora,
reproductor de video, varios video juegos y una bicicleta que llamo la atención de Harry pues su
primo repudiaba todo ejercicio a menos que la misma le sirviera para golpear a otros chicos.

Y todo ello ya que al contar, hubieron treinta y seis obsequios cuando el anterior año fueron dos
más, reacción que fue rápidamente neutralizada por su madre y padre, al confirmar que le
comprarían dos regalos más y que además lo llevarían con su mejor amigo Piers al zoológico y
Harry como de costumbre se quedaría al cuidado de la señora Figg; una vecina anciana que amaba
a los gatos, pero que Harry pensaba era el peor castigo, puesto que era extraordinariamente
aburrido permanecer en una sala con olor a repollo viendo las mismas fotos de gatos.
Pero ese día la suerte sonrió a Harry, puesto que la señora Figg se había roto un pie y ya nadie en
lo absoluto se quería hacer cargo de él, fue así entonces, que reunidos todos, no hubo otra
alternativa que llevarlo consigo al zoológico, pero sin antes advertirlo en privado que cualquier
acto extraño seria castigado; a lo cual naturalmente Harry asintió.

Al llegar al zoológico Harry guardo su distancia con los dos amigos puesto que Piers era de los
muchachos que ayudaban a golpear a Dudley, y sorprendido observo con gran emoción un gorila
que rascaba su cabeza y guardaba un serio parecido con su primo.

Luego todos fueron por un helado y como los tíos no pudieron opacar las ganas del vendedor de
ofrecerle un gran helado a Harry, también le compraron uno, y aunque fue el más económico,
Harry quedo complacido. Pero todo ello no podría ser para siempre pues al llegar a la casa de los
reptiles ocurrió algo que sorprendería al mismo actor principal.

En el transcurso Dudley encontró la serpiente más grande del lugar, una que estrujaría su vehículo
como una simple lata, pero, esta no daba señales de movimiento como lo esperaría Duddley;
estaba dormida. Rápidamente el primo de Harry trato de despertarla junto a su padre pero no lo
lograron y descendió su entusiasmo alejándose con un ¡que aburrido!, fue ahí entonces cuando
Harry plasmo de manera similar su atención a través de sus lentes remendados hacia la serpiente
la cual le había curiosamente guiñado un ojo, siendo merecedora de un saludo igual.

Fue de esta manera que Harry sin saberlo empezó a dialogar a través de mímicas con una
serpiente, en donde pudo conocer que la misma Venia de Brasil pero que había sido criada en
cautiverio sin conocer a sus progenitores, al igual que él. En medio de ello se escuchó un grito
¡Vengan a ver a la serpiente! ¡No van a creer lo que está haciendo! Y rápidamente Piers y Dudley
contoneándose llegaron al lugar a la vez que empujaron a Harry al duro piso de cemento.

Pero fue ahí cuando algo extraño ocurrió. Pues en menos de un parpadear de ojos el vidrio había
desaparecido, los chicos caído y la serpiente huido con un leve silbido que le hizo escuchar a Harry
“gracias me voy a Brasil”, además de coletear a los muchachos, cosa que de camino a casa les
haría inventar una serie de sucesos implicando a Harry en ello.

Tras el reclamo y atención debida a la señora Dursey y de vuelta en casa, Harry fue castigado y
enviado al armario sin comida, en donde nuestro protagonista recalca la historia, hubiese deseado
tener un reloj pues desconocía la hora en la que podría salir a hurtadillas por un poco de comida y
con el cual esperaría la hora en el que un pariente lo rescatara de su horrible vida, pues a menudo
fantaseaba en encontrarse con uno en la calle, como también lo hizo con su sueño la noche
anterior donde trato de recordar a sus padres pero lo único que le venía a la mente era un gran
rayo verde, una quemazón y por supuesto; un gran viaje en motocicleta.

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