Está en la página 1de 2

¿POR QUÉ ESTUDIAR LENGUA?

El lenguaje verbal es el principal aspecto que diferencia al hombre del resto de animales y le sirve como herramienta
fundamental para expresar sus conocimientos, experiencias, sentimientos... A veces pensamos que con conocer
unas pocas palabras y saber unirlas a través de dos o tres procedimientos rudimentarios para hacernos entender
conocemos la lengua, nuestra propia lengua. Pero nada más alejado de la realidad, nunca se deja de aprender
acerca de las palabras, que están en continuo movimiento, ni de su uso en cada una de las distintas situaciones. Tan
rico es nuestro idioma como complicada la vida de los mortales que la hablan. Por eso, para saber expresarnos, para
conocer, para encontrar nuestro lugar en el mundo es preciso profundizar en la lengua y en sus mecanismos, siendo
esta la llave que nos irá abriendo una a una las puertas de otras asignaturas, otros conocimientos, otras sensaciones,
otras emociones. Se hace así imprescindible para acceder a cualquier otro contenido, sea del tipo que sea, conocer
nuestra lengua, reflexionar sobre ella e intentar moldearla hasta conseguir que haga lo que nosotros queramos. Sus
posibilidades son infinitas y el poder que otorga a aquel que consiga dominarla le llevará al éxito en todos los
caminos que emprenda.

Los contenidos académicos de Lengua y Literatura están dirigidos al aprendizaje de dos


habilidades muy importantes para el ser humano: la Expresión y la Comunicación

La Expresión se refiere a la manifestación que hacemos de nosotros mismos, de algo que


sabemos, pensamos, imaginamos o sentimos. La Expresión no va dirigido a alguien concreto, su
objetivo es “sacar” lo que tenemos dentro, expresarnos, mostrarnos o desahogarnos.

La Comunicación se refiere a la acción de trasmitir y recibir información de forma


consciente e intencional a otra persona. La Comunicación se hace para que llegue a otros y les
haga saber cosas concretas que queremos transmitirles.

La Expresión y la Comunicación pueden hacerse de la misma forma; hablada, escrita, pintada,


bailando, … pero la Expresión se centra en quien la hace, en cómo se siente o lo que piensa y la
Comunicación se centra en lo que quiere transmitir y a quien va dirigida.

Un cuadro de Pollock es una expresión de su alma y sus pensamientos, mientras que “El Quijote”
es una comunicación escrita para contarnos la historia del famoso hidalgo de La Mancha (y
transmitirnos mucho más).

Desde el primer minuto de vida todos nos expresamos, transmitimos con llantos, sonrisas y
gestos cómo sentimos y lo que necesitamos. Con mayor o menor éxito, pronto aprendemos a
comunicarnos con gestos faciales, posturas, palabras sueltas y señales: Queremos y necesitamos
decir cosas concretas, que nos escuchen y que quien nos escucha actué en consecuencia. Aunque
siempre seguimos expresándonos, también necesitamos comunicarnos, que nos escuchen y que
nos hablen, que oigan lo que queremos decir y que nos transmitan información, que cuenten con
nosotros como parte activa de la comunicación.

Pero necesitamos ayuda. Hay muchos factores que influyen en ese aprendizaje y a veces, casi sin
darnos cuenta, vamos perdiendo esa intuición infantil que nos permite desarrollar estas
habilidades.

En unos pocos años, el niño aprende a hablar y su comunicación se va volviendo más rica, amplia
y compleja. Sin embargo, que seamos capaces de capaces de expresarnos y comunicarnos no
significa que podamos desarrollar todo nuestro potencial para hacerlo. Así que necesitamos
aprender a hacerlo lo mejor posible para que nuestra comunicación y expresión sean plenas,
eficaces y coherentes.
Es decir, para que podemos trasmitir lo que sentimos y pensamos, para que tengamos los
recursos y habilidades necesarias para transmitirlos, para que seamos capaces de trasmitir justo
lo que queremos trasmitir y para que sepamos entender lo que nos trasmiten,
y para que sepamos qué se expresa y que se comunica, cómo y cuándo y tengamos la empatía
necesaria para hacerlo teniendo en cuenta a los demás.

Además el ser humano tiene la maravillosa posibilidad de comunicarse y expresarse de forma


escrita, por lo que aprender a leer y escribir correctamente se convierten en habilidades
decisivas en nuestra vida.

Los contenidos académicos de Lengua y Literatura son importantes por todo ésto pero también
hay otro motivo más: La Ciencia ha descubierto que aprender a hablar, comunicarse y escribir
están relacionados con la capacidad y las habilidades de nuestro pensamiento. Es decir,

aprender a comunicarnos y a expresarnos, de forma hablada, escrita, gráfica, musical y corporal,


lo mejor posible implica que podemos analizar y organizar mejor nuestros pensamientos y que
podremos tomar mejor nuestras decisiones, encontrar respuestas más eficaces (pensamiento
convergente y analítico), descubrir y diseñar alternativas diferentes (pensamiento creativo) y que
podremos ampliar más nuestros conocimientos y aplicarlos con mayor eficacia. Es como una tela
de araña en la que todo se interrelaciona y en la que establecemos las bases para mejorar y
potenciar otras capacidades y habilidades.

Así que, cuando pensamos en Lengua y Literatura necesitamos tomar perspectiva e ir mucho más
allá de la ortografía, la caligrafía o los libros obligatorios de cada curso y mirar a nuestros
pequeños y todas las posibilidades que se abren ante ellos.

También podría gustarte