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TRABAJOS PRÁCTICOS 2019

INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA TN
TRABAJO PRÁCTICO N°7
TEXTO: POZZIO, MARÍA. Madres, mujeres y amantes… Usos y sentidos de género
en la gestión cotidiana de las políticas de salud.

1- Madres, mujeres y amantes es una etnografía realizada en un barrio de la periferia de


la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, entre los años 2004-2007. Partiendo de
que toda política pública, en este caso las referidas a la salud, llevan implícita o
explícitamente una idea de género. Por ellos que la etnografía se suscita teniendo como
actor principal a Gabriela, una mujer casada con Omar y madre de 4 hijos, la cual vive a
4 cuadras de un centro de salud donde se atiende ella y sus hijos. Además, es donde se
desempeñó como promotora de salud a lo largo de dos años, entre 2003 y 2004. El
programa, de origen municipal, que tenía como objetivo formar promotores de salud
como una forma de construir “redes” entre los centros de salud y la población: la función
de las promotoras era hacer el “enlace” entre ambos. Sus actividades consistían en
recibir diversas capacitaciones sobre problemáticas de salud –salud sexual y
reproductiva, cuidados de los niños, vacunación, enfermedades prevalentes como
diabetes e hipertensión, violencia familiar, adicciones, entre otros y en realizar
actividades en terreno con los profesionales del centro de salud- talleres informativos,
encuestas sobre nutrición, vigilancia de familias en riesgo, etc-. Todos los promotores
eran beneficiarios del Planes Jefes de hogar y la promoción de salud era la
“contraprestación” a tal beneficio. Sin embargo, Gabriela, en esta etnografía fue mucho
más que una simple promotora de salud, ya que al compartir la autora con ella tanto
tiempo, pudo conocer atreves de vivencias otros temas relacionados con el género que
desarrolla en cada capítulo.

Capítulo 1: “La producción y actualización de categorías estatales” En este capítulo


relata como Gabriela realiza sus actividades como promotora en el barrio, como ella
sobre sale sobre el resto de sus pares, como otras mujeres de su barrio la tomaban
como un referente, y como ella toma el mando intentando crear una cooperativa y
ayudando a comedores cuando termino el programa de salud. También por otra parte
se plantea como es la situación cuando ella asiste al centro de salud para atenderse,
como hay un ambiente de risas y distendido con quienes antes eran sus compañeras de
trabajo. Así, vemos que Gabriela, en su rol de promotora, se presenta ante otras
mujeres como “promotora” pero también como “madre”, y su labor como promotora
es efectiva en la medida que ella es al mismo tiempo ambas cosas: una “madre”, pero
no una madre cualquiera, es una madre de la “comunidad”.

Capítulo 2 “espacios de sociabilidad” hace referencia a qué es lo que ocurre en la sala


de espera de la "salita" entre mujeres que cuchichean entre sí. Si el día está lindo y se
encuentran algunas conocidas, salen a charlar afuera, al jardín arbolado que rodea el
centro de la ciudad. A partir de esta situación, ellas mismas se ven ante el problema de
quedar limitada en conocer la experiencia y opiniones de las destinatarias del centro de
salud, ya que "cuando están adentro, responden a alguna que otra pregunta, pero de
forma tímida, siempre con la mirada puesta en alguna de las puertas de los
consultorios.” Por lo que crearon reuniones semanales para exponer cada una sus
vivencias e intercambiar opiniones y anécdotas que servirían en sus vidas cotidianas,
muchas de ellas era la primera vez que experimentaban esta situación de amistad de
tener alguien con quien compartir sus problemas o inquietudes.

Capítulo 3 “los amores de Gabriela” En primer lugar tenemos la intimidad. Gabriela está
casada con el hombre con quien quedó embarazada a los 16 años. Cuando Gabriela le
cuenta a la autora que su vida sexual rondaba alrededor de amantes por sobre su
marido, de camioneros que veía "dos veces al mes. Estos encuentros con sus amantes
muchas veces los realizaba en "escapadas" de sus labores, como algunas reuniones del
grupo de ex promotoras.

2- El propósito de esta etnografía es mostrar los diversos modos en que una mujer que
participó como promotora en políticas de salud, se reconoce y es reconocida por los agentes
estatales que implementan dichas políticas y por los otros significativos de su medio:
“marido”, “familia”, “vecinos”. Para ello, la autora reconstruyo y analizo algunas
dimensiones de la vida y de trayectoria de Gabriela, como promotora de salud desde un
punto de vista etnográfico que, con su énfasis en la perspectiva holística, permitido dar
cuenta de situaciones de su vida cotidiana que iluminan de manera clave su participación en
las mencionadas políticas de salud. De este modo, la autora da con tres categorías –“madre”,
“mujer” y “amante”- que nos permiten acercarnos al modo problemático en que esta mujer
articula los diferentes roles e identidades atribuidas por los distintos actores sociales con los
que interactúa y que, al mismo tiempo, nos ayudan a comprender algunos resultados
“inesperados” de la participación en políticas públicas de salud. El objetivo general de la
investigación es analizar las relaciones entre agentes estatales y destinatarios de políticas
de salud, relaciones que se ponen en juego y actualizan en el cotidiano de la implementación
de esas políticas. Más concretamente, examina el modo en que las políticas de salud
reconocen a las mujeres y cómo estás se sienten interpeladas por las mismas. Los objetivos
específicos planteados son analizar los sentidos de género presentes en la implementación
de las políticas, es decir, los sentidos que los agentes estatales y “destinatarios” actualizan
en sus relaciones, buscando dar cuenta de las representaciones en torno al ser mujer, la
maternidad y la importancia que ésta ocupa en las definiciones de los lugares de
legitimación asignados a las mujeres en nuestra sociedad; conocer los distintos modos en
que los actores significan, definen y valoran las relaciones entre los géneros. Para la
etnógrafa, comprender la implementación de una política desde las relaciones cotidianas de
quienes las implementan y quienes son “destinatarios” de las mismas, es una vía de acceso
relevante al estudio de cómo se organiza y funciona el Estado y cómo es definido y cómo se
manifiesta en el curso de la vida de las personas
3- María Pozzio problematiza: ¿cómo la noción de género que imparte el Estado es
construida, desestimada, actualizada o resinificada por agentes estatales de un centro
de salud y destinatarias de la población? ¿Cómo las políticas públicas y categorías
estatales son mediadas por los agentes de salud y experimentadas por las beneficiarias.
En el trabajo que Maria Pozzio emprende ella misma se encuentra con dos tipos de
situaciones, en primer lugar aquellas que apuntaban a lo que ella misma considera como
el objetivo de su trabajo etnográfico, y otras que fueron inesperadas, y que la hicieron
repensar sobre el análisis que estaba llevando a cabo con temas específicos.
La etnografía se basó en un trabajo que implico observación participante, la cual
siguiendo a Guber, tiene por objetivo detectar el contexto y las situaciones en los que
se generan y expresan los universos sociales y culturales. La observación participante se
basa en el supuesto de la presencia en la vida cotidiana de la población que se quiere
conocer. De esta manera la experiencia directa y la testificación se tornan la fuente de
conocimiento del antropólogo. La postura que adopta esta observación participante es
la postura interpretativita, en la cual los fenómenos son esencialmente socioculturales
en la medida que tienen significado para los miembros de la misma unidad social. El
medio que esta postura propone para acceder a la información es la vivencia, donde el
investigador asume un rol de participante observador, o participante pleno más que
observador.
La autora de la etnografía también hizo uso de la entrevista antropológica, entendida
como una relación social, siendo esta la técnica más apropiada para acceder al mundo
de las significaciones de los actores sociales. La entrevista antropológica es además una
instancia de observación, ya que al material discursivo suele agregarse información
acerca del contexto del entrevistado, las características físicas y las conductas. La
entrevista se vale de 3 procedimientos, la atención flotante del investigador, la
asociación libre del informante y la categorización diferida del investigador.
La autora de la etnografía se inserta en la realidad social del campo (Barrio Península) y
al no participar en lo cotidiano, desconoce la conciencia práctica de los actores sociales
que estudia, representando una ruptura en el flujo del cotidiano. Se produce así
objetivamente el “extrañamiento” como unidad contradictoria, debido a la
aproximación de estar en el lugar de estudio, en contacto con el universo social y
cultural, pero al mismo tiempo marcando un distanciamiento.

4- La autora considera que su etnografía está haciendo un aporte al campo de la salud,


desde un enfoque político, y un aporte también para el estudio del genero.
5- Entre categoría nativas y categorías analíticas:
"La etnografía no es solo una metodología, sino también un enfoque que se propone
establecer un dialogo entre categorías nativas -extraídas del trabajo de campo, como
por ejemplo "compromiso"- y las categorías analíticas -´por ejemplo,
"empoderamiento".

En el texto podemos identificar las siguientes palabras de origen nativos reproducidas por
Gabriela.

“SALITA” Centro de salud.

“PASTILLA” Método anticonceptivo.

“CHANGA” trabajo precarizado, remuneración en negro.

“ENFERMOS JODIDOS” Personas enfermas con un riesgo mayor.

“PIOLA”, persona amable

“MUJERES CHIQUITAS” señoritas

“FALOPERO” persona que tiene una adicción con las drogas.

“TAN JOVENCITA” una adolecente

“MANZANAS” parte o porción de un territorio

“PROMOTORAS” mujeres que trabajan en el centro de salud como intermediadoras

“TENER UN PIBE” tener un hijo

6- Desde mi punto de vista estos capítulos se relacionan con la propuesta metodológica de


Malinowski, ya que ambos la etnografía tiene un valor científico, porque existe una
distinción entre lo que son los resultados de la observación directa y las exposiciones e
interpretaciones del “nativo”. A su vez podemos mencionar que ambos realizan trabajo
de campo, intentando pasar la mayor cantidad posible en el caso de Malinowski con el
indígena y en el caso de Maria Pozzio con Gabriela, tratando de esta manera conseguir
la mayor cantidad de información posible que sea útil en sus etnografías. Entiendo que
la autora en su trabajo etnográfico da un esquema claro y coherente de la estructura
social y destacar las leyes y normas del fenómeno cultural. De esta forma llega a captar
el punto de vista del “Gabriela”, su posición ante la vida, comprender su visión de su
mundo, tal como se lo planteaba Malinowki en el texto de los Argonautas.

7- Las conclusiones a las que arriba la autora son varias, ya que el análisis de una trayectoria
individual le permitió acceder a las múltiples formas en que una mujer se reconoce y es
reconocida por los distintos agentes de su entorno; “madre” para las políticas de salud,
“mujer” entre sus pares y con sus amantes, el caso de Gabriela le permitió a la autora ver
cómo se articulan los diversos roles atribuidos, buscando con experiencia un “término
medio” entre las categorías de “señora” y “amante”. La tensión que se manifiesta entre
estas categorías nos muestra lo conflictivo en un proceso concreto de empoderamiento que
por sus características implica algunos cuestionamientos a las teorías del empoderamiento
presentes en las políticas públicas de participación social, como el programa Redes del cual
Gabriela formó parte. En este sentido, el caso de Gabriela es útil porque nos muestra cómo
ella articula y actualiza los roles atribuidos por las políticas de una manera que puede ser
considerada como un resultado inesperado de las mismas. Las políticas de salud que
visualizan e interpelan a las mujeres en su rol de “madres” y el caso de una mujer que es
mucho más que “madre” ha obligado a la autora a preguntarse si las mujeres,
acostumbradas a ser puestas una y otra vez en ese rol en sus interacciones con los agentes
estatales que implementan las políticas de salud, no “representan” dicho rol a fin de seguir
siendo visualizadas. Es decir, que el ejemplo introduce la pregunta sobre si la maternidad
puede ser vista como un requisito para ser destinataria, al mismo tiempo que nos obliga a
reflexionar sobre el modo en que las destinatarias actualizan o “representan” ese requisito.
Accedio a comprender las políticas de salud tal como son consideradas por los agentes
estatales que las implementan en un centro de salud. Analizo su implementación en el
marco de las prácticas de los agentes, de los conflictos y mediaciones por ellos operadas,
sus diversos intereses; intentado no evaluar ni las practicas ni los resultados de las políticas
como "éxitos" o "fracaso", según lo establecía la letra de los programas. Para ello, llego a
una distinción, es central para comprender las políticas estatales. Dicha distinción obliga a
mirar tres niveles: lo que dicen los programas -que manifiesta ya ideologías, saberes,
acuerdos de los planificadores y funcionarios políticos-; lo que dicen y hacen los agentes
estatales encargados de gestionar cotidianamente estos programas -lo que implica de por
sí una mediación que modifica la "Letra" de los mismos-; y por último, la luz de las
interacciones con esos agentes, los modos en que los destinatarios de esos programas y
políticas, las interpretan y actualizan."

8- Las críticas que puedo hacerle al texto es que es una etnografía que tiene un exceso de
información técnica,

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