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Los Jaivas
Todos desfallecieron
Esperando su muerte
Su corta muerte diaria
Y su quebranto aciago de cada día
Era como una copa negra que bebían temblando
Datos técnicos
Anecdotario
Durante la grabación, Gato Alquinta se quedó completamente afónico. Por consejo de una
cantante amiga del grupo, la solución era ponerse una inyección intravenosa de azufre, que le
permitiría recuperar la voz sólo por un momento. El grupo llamó a un practicante del sector
de Boulougne, en los suburbios de París, donde grababa la canción. Para su sorpresa, éste resultó
ser una religiosa. Con su ayuda y los efectos del azufre, Gato logra recuperar la voz y cantar el
tema.