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Ministerio del poder popular para Obras Públicas

Oficina de Gestión Comunicacional

Caracas 27 de septiembre de 2018

Por medio de la presente, yo, Marco Peña mayor de edad titular de la C.I:
19.671.521 Licenciado en Gerencia y Negocios y T.S.U en Ciencias Audiovisuales
y Fotografía, expongo un detallado informe de las irregularidades acontecidas la
semana pasada el día jueves 20 de septiembre de 2018.

El pasado jueves al ingresar a la Oficina donde me desempeñaba como Editor de


Prensa desde hace 5 años, la computadora o equipo de trabajo asignado a mi
persona no se encontraba en el puesto establecido, en el transcurso de la mañana
recibí una llamada de Recursos Humanos solicitando mi presencia en dicha
Oficina, a la cual acudí inmediatamente, me recibió el Adjunto a la Directora de
Recursos Humanos junto a un testigo, donde se me hizo entrega de dos cartas, un
llamado de atención seguido de una notificación de despido, las cuales leí
cuidadosamente.

En ambas cartas se hacía mención y poco detalle de una acusación falsa, sin
soporte y llenas de incoherencias, las cuales hacían alusión a mi persona
cometiendo una falta de respeto hacia mi superior inmediato, el supervisor
temporal, sin cargo, sin nombramiento y sin gaceta oficial Amalio Hernández. Sin
embargo, los hechos señalados, sin detalle alguno en ambos documentos
presentaban una fecha de lo sucedido el día martes 18 de septiembre de 2018,
día en el cual no ocurrió ni un cruce de palabras de mi persona, con el ya
mencionado supervisor temporal de la Oficina de Gestión Comunicacional. Con el
fin de entender lo sucedido, pregunte al Adjunto de la Dirección de Recursos
Humanos si sabía algo al respecto, a lo cual su respuesta fue y cito “No sé, sé que
paso algo, pero no me dijeron que” le deje saber que yo no tenía y al día de hoy
sigo sin tener idea de cuáles eran los motivos de los procedimientos ilegales que
pretendían llevar a cabo, y de ser así, por qué no hubo una confrontación personal
para esclarecer lo sucedido, lo cual sigue siendo un misterio un para mí. Sus
respuestas carecían de explicaciones. Lo que sucedía, sucedía sin razón alguna,
motivo por la cual, al no ser capaces de concederme ni una sola explicación por
muy vaga de lo que acaecía, me negué a firmar dichos documentos por su
contenido falso, carente y el cual mancilla mi nombre como trabajador que lleva
desempeñando sus labores desde hace 5 años a través de 6 gestiones diferentes
y manteniendo perfectas relaciones, excelente record de asistencia, conducta y
colaborando en el desarrollo y crecimiento en la sala de edición desde mi llegada
a dicha entidad, como el incremento de la producción y mejora de la calidad del
material grabado y procesado con el ministerio, entes adscritos, presidentes y
directores de comunicación.

Me reincorpore a mi oficina y espere a que alguien se contactara conmigo para


hablarme sobre lo que estaba en transcurso, el supervisor de la Oficina de Gestión
Comunicacional se encontraba en las instalaciones mas no en la oficina. A los
minutos de su llegada a la oficina toco la puerta quien funge como Director de
Seguridad acompañado de otro miembro de seguridad solicitándome, el cual
procedió a despojarme de mi carnet e identificación laboral y me informó que tenía
órdenes de sacarme y escoltarme hasta la salida del ministerio, no sin antes
escoltarme a la Oficina de Recursos Humanos, de nuevo con el Adjunto de dicha
Oficina, no me dijeron nada más allá de que “Esas son las ordenes…” Solicite
hablar con la Directora de Recursos Humanos la cual se encontraba en su oficina,
a lo que se negaron nuevamente.

Procedí a regresar a la oficina escoltado por los dos miembros de seguridad, uno
de ellos el Director de la misma, para recoger mis pertenencias, no sin antes
solicitar una conversación al supervisor temporal el cual señalan ambos
documentos fue la victima de las acusaciones falsas presentadas. En más de lo
que fueron unos aproximados 15 minutos de conversación con el supervisor
temporal de Gestión Comunicacional quien se limitó a solo escuchar mi exposición
de motivos y dudas ante lo sucedido, conversación a puerta abierta donde los ex
compañeros y amigos de labores presentes escucharon todas y cada una de mis
palabras, para las cuales, nuevamente no recibí respuesta alguna del supervisor
temporal Amalio Hernández, quien respondió únicamente con su silencio
acompañado de sonrisas ocasionales y me señala de un hecho inexistente. Al no
escuchar ni una sola palabra de él, me retire a recoger mis pocas pertenencias del
que hasta ese momento fuese mi puesto de trabajo.

Antes de retirarme y por consejo de mi abogado hice una declaración verbal con
dos testigos ante los presentes que yo no estaba abandonando mi puesto de
trabajo, que me retiraba de forma obligada por los miembros de seguridad.

Dentro de mis pertenencia personales se encontraban dos juegos de cornetas


ingresadas al ministerio hace 5 años por falta de equipos y las cuales fueron
informadas a la Directora de Gestión Comunicacional de aquella gestión, equipos
los cuales han sido de conocimiento público son de mi pertenencia, siendo
informado cada nuevo director a su llegada, que dichos bienes no pertenecen a la
empresa en la que laboraba y que son propios de mi persona. Seguridad me hizo
saber que debían solicitar a un encargado de inventario que demostrara en papel,
que no pertenecían al ministerio y que aquello era un procedimiento protocolar, lo
cual entendí y procedí declarar ante los presentes que los equipos serian retirados
por un compañero laboral cuando fuese demostrado que dichos equipos
efectivamente me pertenecen. Mucho antes de retirarme de las instalaciones el
día 20 de septiembre, ingresó a la oficina un miembro del departamento de
inventario, quien daría fe de mí palabra sobre aquellos equipos ya mencionados
antes, pero por la demora del procedimiento, estaría listo a finales de la tarde,
razón por la cual deje encargado a un compañero de labores y me retire de las
instalaciones por órdenes de miembros de seguridad.

Hoy 27 de septiembre de 2018, fecha en la que envió esta carta, hago constancia
de lo sucedido, hechos en los cuales fui tratado y despojado como a un ladrón y
con evidencia de la humillación perpetuada hacia mi persona y con motivo de
informar lo sucedido a todas las direcciones involucradas, no más, no menos,
mientras me encuentro en los procedimientos legales pertinentes ante este
despliegue de injusticia y difamación, también hago público a todos los que leerán
esta declaración, que aún no han permitido la desincorporación de mis bienes
personales de la Oficina de Gestión Comunicacional. Donde se me ha informado
que el inventario ya fue proporcionado al supervisor temporal, donde se evidencia
que los equipos anteriormente mencionados, no son bienes nacionales y que
pertenecen a mi persona, pero por razones que desconozco, los mantiene en su
posesión, retenidos en su oficina bajo llave y negándose a su entrega el ya
mencionado antes supervisor temporal, sin cargo y sin gaceta oficial Amalio
Hernández quien cabe acotar, también mantiene una deuda monetaria con mi
persona desde hace semanas debido a una transacción para un beneficio de la
oficina, quedándose el con la diferencia del pago hecho a su cuenta bancaria
personal sin intenciones de regresar.

Sin más que agregar, me despido. A los casi 20 compañeros de trabajo con
quienes compartí por muchos años y que muchos se han visto en la obligación de
retirarse debido a un ambiente laboral hostil, hasta llegar a ser los 3 trabajadores
restantes de hoy, siendo esta la mayor evidencia de mis palabras; estos quienes
resisten y se mantienen firme día a día ante el maltrato y caprichos de un miembro
NO OFICIAL del MPPOP. Sin más nada que agregar, más allá de los hechos que
dieron lugar a una demostración de injusticia, difamación y falta de ética laboral,
los cuales serán demostrados en los días venideros ante los responsables de lo
sucedido y dejando esta declaración por escrita y entregada a las direcciones
involucradas.

Atte.:
______________________
Marco Peña C.I: 19.671.521

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