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Psicologia USP

ISSN: 0103-6564
revpsico@usp.br
Instituto de Psicologia
Brasil

Mercedes Vargas Gutiérrez, Rochy; Milena Muñoz-Martínez, Amanda


LA REGULACIÓN EMOCIONAL: PRECISIONES Y AVANCES CONCEPTUALES DESDE LA
PERSPECTIVA CONDUCTUAL
Psicologia USP, vol. 24, núm. 2, mayo-agosto, 2013, pp. 225-240
Instituto de Psicologia
São Paulo, Brasil

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=305128932003

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LA REGULACIÓN EMOCIONAL:

PRECISIONES Y AVANCES CONCEPTUALES DESDE LA PERSPECTIVA CONDUCTUAL1

Rochy Mercedes Vargas Gutiérrez2


Amanda Milena Muñoz-Martínez2


Resumen: La Regulación emocional (RE) ha sido un concepto
que ha cobrado relevancia en los últimos años en diferentes áreas aplicadas de la psicología,
debido al papel que parece tener en el funcionamiento de los individuos en los diferentes
contextos. En la psicología conductual ha sido abordada principalmente por dos perspectivas
terapéuticas: la cognitiva-conductual y el análisis clínico conductual. La primera de ellas atiende
a aspectos de tipo mediacional para la explicación y la segunda a conceptos del análisis del
comportamiento. Las diferencias en estos dos puntos de vista, para explicar este fenómeno
dentro de una aproximación conductual, han derivado en dos problemas principales: (a) no
existe una definición unificada de la Regulación emocional y (b) los mecanismos explicativos son
inciertos. Se menciona la importancia de revisar el fundamento conceptual de este término y el
desarrollo de investigaciones que den cuenta de los procesos que lo explican.

Palabras clave: Regulación emocional. Terapia Cognitivo-Conductual. Análisis del


Comportamiento.

En los últimos años la literatura en psicología clínica ha señalado la impor-


tancia de la disregulación emocional, como elemento central, en los problemas psi-
1 Este artículo se derivó de la investigación: Análisis de la regulación emocional y de los factores contextuales funcionalmente
relacionados con ella en jóvenes universitarios, y lineamientos de intervención. Financiada por la Fundación Universitaria Konrad
Lorenz y desarrollada en la línea de investigación en conceptualización, evaluación e intervención en psicología clínica del grupo
de investigación en ciencias del comportamiento.
2 Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Bogotá, Colombia.

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cológicos por los que consultan las personas que asisten a terapia. Los
trabajos realizados desde perspectivas conductuales, como las terapias
cognitivo-conductuales y el análisis clínico conductual, muestran que la
disregulación emocional parece estar íntimamente relacionada con pro-
blemas de ansiedad (Cisler, Olatunji, Feldner, & Forsyth, 2010), alimenta-
ción (Safer, Lock, & Couturier, 2007), personalidad (Lynch, Trost, Salsman,
& Linehan, 2007; Palmer, 2002), entre otros problemas psicológicos (p.e.
Angst, Angst, & Stassen, 1999; Beck, Kovacs, & Weissman, 1979; Calvo, Sán-
chez, & Tejada, 2003; Fenton, McGlashon, Victor, & Blyler, 1997; Hirshfeld &
Rusell, 1997; Jacobs, 1999; Mann, Oquendo, Underwood, & Arango, 1999;
Moscicki, 1995; Posada-Villa, Aguilar-Gaxiola, Magaña, & Gómez, 2004;
Powell, Geddes, Hawton, Deek, & Goldcare, 2000; Rich, Dhosse, Ghani, &
Isacsson, 1998).
El término disregulación emocional se refiere a dificultades en la
habilidad para regular o modular la emoción. En relación con ello algu-
nos autores (Albert, López-Martín, Fernández-Jaén, & Carretié, 2008; Cay-
cedo, Gutiérrez, Ascencio & Delgado, 2005; Costello, Mustillo, Erkanli, Ke-
eler, & Angold, 2003; Coté, Gyurak, & Levenson, 2010; Marquéz-González,
Fernandéz, Montorio, & Losada, 2008; Sheffield, Silk, Steinberg, Terranova,
& Kithakye, 2010) proponen que el manejo de esta dificultad en la habili-
dad para regular o modular la emoción, implicaría la realización de inter-
venciones que favorezcan el desarrollo de la Regulación emocional. No
obstante, estudios en el área (Albert et al., 2008; Caycedo et al., 2005; Cos-
tello et al., 2003; Coté et al., 2010; Marquéz-González et al., 2008; Sheffield
et al., 2010) mencionan que las estrategias, metas y resultados son dife-
rentes entre los individuos a pesar de haber estado expuestos a la misma
intervención con el objetivo fundamental de entrenar en los individuos
la habilidad de regular o modular su emoción. Estas diferencias entre lo
esperado y lo obtenido en la intervención podrían señalar la importan-
cia de una mayor precisión en la definición del concepto de Regulación
emocional y los elementos que se relacionan con este término.
Las dificultades mencionadas posiblemente se relacionan con dos
aspectos: (a) la definición y el tratamiento conceptual que se hace del
término Regulación emocional y (b) los factores que se han relacionado,
a modo de explicación, con esta habilidad dentro de las propuestas de
intervención enmarcadas en la perspectiva conductual. La presente revi-
sión pretende mostrar las diferencias, precisiones y elementos centrales
de la Regulación emocional en las aproximaciones terapéuticas cogniti-
vo-conductuales y el análisis clínico conductual, y presenta algunas posi-
bles aproximaciones para abordar la RE dentro de este último, señalando
la importancia de la investigación empírica para delimitarla.

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La Regulación emocional en las aproximaciones cognitivo-
conductuales

Para la terapia cognitivo-conductual, la Regulación emocional in-


cluye la capacidad para modular la respuesta fisiológica -relacionada con
la emoción-, la implementación de ciertas estrategias para dar una res-
puesta ajustada al contexto y la organización de estas estrategias para
lograr metas a nivel social (Thompson, 1994). Gross (1998, 1999), definió
la Regulación emocional como un proceso por medio del cual las perso-
nas ejercen una influencia sobre las emociones que experimentan, sobre
cuando suceden y sobre cómo se experimentan y se expresan.
Otros autores (Brenner & Salovey, 1997; Luna, 2010; Murphy, Eisen-
berg, Fabes, Shepard, & Guthrie, 1999) han centrado sus definiciones en
torno al papel del individuo y su funcionamiento, para ello han trabajado
sobre tres elementos principales: el temperamento, el afrontamiento y la
autorregulación conductual. Desde estos enfoques la Regulación emo-
cional implica el manejo exitoso de la activación emocional, permitiendo
un funcionamiento social efectivo al iniciar, mantener, modular o cambiar
la ocurrencia, intensidad o duración de estados afectivos internos y pro-
cesos fisiológicos relacionados con la emoción (Luna, 2010; Murphy et al.,
1999).
Se han formulado, también, definiciones de la Regulación emo-
cional centradas en la autorregulación conductual, que incluye ajustes
en el inicio, adaptación, interrupción, terminación o alteración del com-
portamiento en función de metas, tal y como lo señalan Carver y Scheier
(1996). Esta aproximación desde la autorregulación se fundamenta en
lo que para ellos es uno de los rasgos característicamente humanos: la
capacidad para alterar las propias respuestas y apartarse de los efectos
directos de las situaciones inmediatas (Baumeister & Heatherton, 1996).
Otros autores (Brenner & Salovey, 1997) hacen un mayor énfasis en
el papel de la Regulación emocional, como una habilidad, que favorece el
funcionamiento del individuo en su contexto social. Estos autores descri-
ben tres tipos de procesos de regulación que lo permiten: (a) regulación
de la emoción, (b) regulación del contexto y (c) regulación de la conducta
iniciada por las emociones. Para ellos la Regulación emocional se logra
establecer a través de estrategias que alcancen un ajuste en dos dimen-
siones: interno-externo (relacionado con la emoción y la regulación de la
conducta abierta iniciada por las emociones. Esta clasificación es similar
a la que se hace en el quehacer clínico de las conductas internalizantes y
externalizantes, de acuerdo con el efecto en otros y las emociones impli-
cadas), y social-solitario (en relación con el contexto y el efecto de la emo-
ción en la respuesta privada o en la interacción con otros), y mencionan
que la interacción entre estas y su equilibrio permiten que las personas

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se regulen emocionalmente (Brenner & Salovey, 1997); no obstante, en
su trabajo la definición que le dan a la Regulación emocional es poco
clara y dejan de lado los procesos responsables de su adquisición y man-
tenimiento, por lo que la explicación de la Regulación emocional queda
desligada de sus factores de influencia.
Modelos recientes enfatizan la importancia de considerar el papel
de las emociones como una respuesta adaptativa que varía entre indivi-
duos, de forma que las personas pueden tener distintos niveles de habi-
lidad para hacer uso de sus emociones, incluso algunos autores señalan
que las personas difieren en su habilidad para atender, procesar y actuar
de acuerdo con sus emociones (Mennin, 2005, citado por, Orsillo & Roe-
mer, 2005). Desde algunas perspectivas la Regulación emocional podría
ser entendida de manera análoga como inteligencia emocional (Brenner
& Salovey, 1997; Extremera, Durán, & Rey, 2007; Jiménez & López-Zafra,
2008; Pérez, 2006), que implicaría cuatro niveles de interacción de con-
ductas relacionadas con la emoción, estas son: (a) la percepción, evalua-
ción y expresión de la emoción, (b) el efecto facilitador de las emociones
con respecto al pensamiento, (c) la comprensión y análisis de las emo-
ciones utilizando el conocimiento emocional y (d) la regulación reflexiva
de las emociones para promover el crecimiento intelectual y emocional.
Algunos autores (Beidatsch, 2005; Pérez, 2006) han desarrollado
estudios sobre inteligencia emocional y su relación con la ejecución
académica y el cociente intelectual en jóvenes universitarios. También
se ha relacionado la inteligencia emocional con los niveles de bornout,
engagement y estrés en estudiantes universitarios (Extremera et al., 2007).
En ese contexto Jiménez y Lopéz-Zafra (2008) definieron la Regulación
emocional y sus implicaciones bajo el término de autoconcepto emo-
cional, relacionándolo como factor de riesgo emocional en estudiantes
universitarios.
Autores como Ciccetti, Ackerman y Izard (1995) dividen los proble-
mas de Regulación emocional en dos grandes categorías. La primera ca-
tegoría implica dificultades en la modulación de la experiencia emocional
y en su expresión. La segunda implica intentos frecuentes o automáticos
de control o supresión de la experiencia emocional o su expresión. Si se
disminuye la atención de la experiencia emocional, la emoción es evitada
por lo que se reduce la habilidad de beneficiarse de su valor informativo.
De acuerdo con ellos, la modulación de la emoción puede ser efectiva en
ciertos contextos, pero no todas las formas de manejo son adecuadas,
esto varia con respecto a lo que considere adecuado el contexto (Kash-
dan, Barrios, Forsyth, & Steger, 2006).
En relación con esto, Mennin, Heimberg, Turk y Carmin (2004) desa-
rrollaron un modelo de disregulación emocional, con el fin de explicar los
problemas de ansiedad y del estado de ánimo, en este modelo se plantea
que la disrupción de la emoción y su disregulación se ve reflejada en cua-

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tro aspectos: (a) alta intensidad de emociones, (b) pobre comprensión de
las emociones, (c) reacción negativa al estado emocional propio (miedo
a la propia emoción, tal como lo señala Sloan, 2004) y (d) respuestas de
manejo emocional inadecuadas.
Gresham y Gullone (2012) proponen la Regulación emocional como
un aspecto fundamental en el funcionamiento psicológico saludable, y
explican su desarrollo en términos del vínculo que establecen los adoles-
centes con sus padres. Estos autores consideran que el vínculo favorece
el desarrollo en habilidades de comunicación y por tanto habilidades de
Regulación emocional. Además mencionan como aspecto fundamental
para explicar la regulación los rasgos de personalidad de los individuos.
En su estudio encontraron que personas con rasgos de extraversión y
apertura tenían mejores estrategias de evaluación de la emoción, mien-
tras personas con rasgos neuróticos tendían a tener mejores estrategias
de supresión.
Lo mencionado muestra cómo para los terapeutas cognitivo-con-
ductuales la Regulación emocional parece ser fundamental en el funcio-
namiento de los individuos en diferentes contextos y la forma en que
han tratado de abordarla. No obstante, la revisión muestra la manera en
que su definición y aspectos explicativos, parecen cambiar de manera
frecuente. Por otro lado aunque incluyen elementos relacionados con la
personalidad y los procesos cognitivos de orden superior para explicarla,
no es clara la forma en que se da esta explicación de acuerdo con estos
elementos, dado que la mayoría de investigaciones muestran la posible
relación que existe entre la Regulación emocional con ellos, pero no los
mecanismos explicativos que se encuentran involucrados.
En este contexto se establecen las siguientes limitaciones de esta
perspectiva: (a) ausencia de una definición clara del objeto de estudio
para los investigadores en el área, es decir, qué se entiende por Regula-
ción emocional, pues el carecer de una visión unificada limita la posibi-
lidad de conocer el fenómeno en su complejidad y (b) diversas explica-
ciones del fenómenos que se dan en términos de la correlación entre lo
que definen los autores como Regulación emocional y variables, como
la personalidad, pero sin señalar un peso causal entre la variables, por lo
que no es posible conocer si la regulación depende o no de tales factores.

La Regulación emocional vista desde el Análisis del


comportamiento

Para el análisis del comportamiento el objeto de estudio de la


psicología es la conducta, la cual se explica en términos de la relación
funcional de esta con el contexto, por lo tanto cualquiera sea el área en

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la que se desempeñan, los psicólogos conductuales dirigen su análisis
a la identificación de las relaciones entre el comportamiento de interés
y el ambiente, para explicarlo y producir cambios sobre él, sin recurrir a
ningún tipo de factor de tipo mediacional para ello (Delprato & Midgley,
1992).
Con base en lo anterior los analistas del comportamiento en las
diferentes áreas de la psicología, han hecho uso de los conceptos y me-
todologías enmarcadas en esta perspectiva para dar cuenta de los fenó-
menos de su interés. La Regulación emocional ha sido uno de los temas
abordados, dada la importancia que parece tener en varias áreas aplica-
das como la psicología clínica y del desarrollo. No obstante, el abordaje
hecho hasta ahora ha resultado limitado, pues la mayoría de investiga-
ciones se han centrado en intervenciones para promover la Regulación
emocional, pero la definición y las explicaciones de este fenómeno son
poco claras, en términos de sus características y la forma en que se rela-
ciona con el contexto.
Dentro del análisis clínico conductual, aproximación del análisis
conductual a los problemas en el contexto psicoterapéutico, Linehan y
Koerner en 1993, intentaron definir y explicar la Regulación emocional
con base en lo observado en su trabajo con personas que presentaban
Problemas de personalidad límite. Para ellas la Regulación emocional se
refiere a una habilidad, que implica principalmente cuatro tipo de reper-
torios: (a) inhibir el comportamiento altamente inapropiado ya sea posi-
tivo o negativo, (b) autocalmar cualquier activación fisiológica intensa in-
ducida por la activación, (c) refocalizar la atención, y (d) organizarse a uno
mismo para cualquier acción coordinada al servicio de una meta externa.
Sin embargo, Shearin y Linehan (1994) mencionan que la Regula-
ción emocional refiere a un sistema complejo de respuesta que implica
aspectos bioquímicos, fenomenológicos, de expresión facial, cognitivos
y conductuales. Además señalan este sistema afecta aspectos del yo, las
autoatribuciones, la percepción de control el aprendizaje y la actuación
en diferentes áreas (Linehan & Koerner, 1993).
Esta doble definición de Regulación emocional (Linehan & Koerner,
1993), presenta problemas dentro del análisis clínico conductual, pues
por una parte la describen como una habilidad y por otro como un siste-
ma que media las interacciones. La atribución causal que se le da a facto-
res de tipo orgánico, lleva finalmente a un distanciamiento con la visión
contextual, no mentalista y funcional del análisis del comportamiento,
que implica la interacción entre el organismo biológico y el contexto en
el que este organismo biológico se comporta (para mayor información
sobre esta temática el lector puede remitirse a Delprato & Midgley, 1992).
Se evidenciaría un distanciamiento de la perspectiva funcional de
estos autores (Linehan & Koerner, 1993), al señalar, de forma enfática que
personas con ciertas características orgánicas desarrollan dificultades en

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Regulaci���������������������������������������������������������������
ón emocional
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dejando de lado aspectos del contexto, de la inte-
racción con ciertos ambientes y de la historia individual en relación con la
respuesta emocional; haciendo énfasis especialmente en aspectos bioló-
gicos y formales o morfológicos de la conducta. Centrarse solamente en
los aspectos morfológicos más que funcionales de la conducta, que están
involucrados en la Regulación emocional, da a entender que la Regulaci-
ón Emocional básicamente ha de ser explicada por factores como la dis-
posición genotípica y que estos factores podrían explicar la Regulación
emocional como un todo, cuando estas respuestas topográficas pueden
estar enmarcadas dentro de una misma clase funcional3 y por tanto no
podrían ser explicadas únicamente desde la perspectiva biológica aisla-
da de factores ambientales y de contexto.
Las confusiones antes mencionadas pueden darse por la definición
misma de emoción y Regulación emocional, pues como plantea Ryle
(1949), desde un punto de vista filosófico, con respecto a la emotividad y
sus diferentes categorías, buena parte de los problemas al hablar de las
emociones se debe a que refieren a diferentes fenómenos que pueden o
no estar enmarcados en las mismas categorías, de tal manera que estas
pueden ser clasificadas como actos o disposiciones, que no implican lo
mismo, pero que al denominarse de manera similar son tomadas como
sinónimos o al menos como si compartieran funciones cuando no es así.
Por otro lado cuando Linehan y Koerner (1993) y Shearin y Line-
han (1994) refieren dentro de su teoría que, las emociones afectan las
autoatribuciones y la percepción del aprendizaje. No es claro el papel
que tienen tales conceptos dentro del análisis, dado que son términos
que normalmente son parte de las conceptualizaciones mentalistas de
la emoción.
Linehan y Koerner (1993) y Shearin y Linehan (1994) refieren que
las autoatribuciones y la percepción del aprendizaje están determinadas
por la Regulación emocional, lo que podría hacer pensar que se habla de
relaciones conducta-conducta, aunque esto es algo que no queda claro
dentro de la conceptualización. No obstante, si se hace referencia a este
tipo de relaciones, como lo plantean Hayes y Brownstein (1986) estos
comportamientos como cualquier tipo de conducta, se encuentran su-
peditados al contexto y en esa medida hablar de ellos sin tener en cuenta
el ambiente resulta insuficiente.
En cuanto al distanciamiento de una visión funcional, se puede ver
cómo la definición de la Regulación emocional brindada por Linehan y
Koerner (1993) se encuentra centrada en las morfologías del comporta-
miento, y aunque mencionan factores contextuales que posiblemente

3 Las clases funcionales hacen referencia al conjunto de respuestas que a pesar de ser topográficamente diferentes
comparten la misma función, es decir, se relacionan con los mismos factores contextuales (Follette, Naugle, &
Linnerooth, 2000).

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pueden estar relacionados con esta no se muestra investigación que dé
cuenta de esto.
Linehan y Koerner (1993) sumado a lo anterior, mencionan que la
Regulación emocional depende tanto de factores genotípicos como con-
textuales. Sin embargo, su teoría presta mayor atención a la vulnerabi-
lidad biológica, como eje fundamental de la explicación, mencionando
el papel del ambiente genotípico como aspecto central, y dejando un
menor papel al contexto socio-cultural, aunque mencionan que ha de te-
nerlo en cuenta para comprender cómo se desarrolla la Regulación emo-
cional, haciendo énfasis en el papel del ambiente invalidante (el papel de
la familia como contexto socio-cultural en el que se dan o limitan ciertas
prácticas de expresión emocional o de reconocimiento de las propias
emociones), como contexto que determina los problemas en la regula-
ción -como se evidenciará con mayor claridad más adelante.
Se menciona que el contexto puede ser tanto social como físico,
y que es posible que se relacione tanto con las dificultades de regula-
ción como también con la vulnerabilidad emocional. En cuanto a los
ambientes próximos en el desarrollo como la familia, se ha encontrado
que en aquellas en las que se suele actuar de manera errática, insensible
o responder extremadamente ante los eventos privados, sus miembros
suelen desarrollar dificultades con mayor frecuencia (Linehan & Koerner,
1993; Shearin & Linehan, 1994). Contrario a lo que sucede con personas
en familias en las que se habla de manera abierta, exitosa y válida de los
eventos privados. Además señalan que los problemas en Regulación
emocional suelen incrementarse cuando los individuos empiezan a ac-
tuar en contextos en los que se discrepa sobre lo que se ha de hacer a
nivel emocional (Linehan & Koerner, 1993).
Aunque la teoría hace énfasis en los posibles factores implicados
en la predisposición y adquisición de la Regulación emocional, también
señala que hasta el momento no son claros los mecanismos que explican
tales procesos junto con el mantenimiento de los problemas (Linehan &
Koerner, 1993). De esta manera tal aproximación menciona aspectos rele-
vantes con respecto a la posible relación entre la herencia filogenética y
el ambiente, pero deja ver la necesidad de hacer investigaciones que den
cuenta de los procesos psicológicos que expliquen la Regulación emo-
cional.

Conclusiones

Cabe señalar que a pesar de los esfuerzos de los investigadores


en el análisis del comportamiento por definir y explicar la Regulación
emocional sin hacer alusión a mecanismos mediacionales, lo que implica

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un cambio con respecto a las aproximaciones tradicionales cognitivo-
conductuales, las dificultades mencionadas muestran que los aspectos a
trabajar sobre la Regulación emocional dentro del análisis del comporta-
miento aún son amplios.
Por un lado resulta importante el uso preciso de los conceptos para
que haya acuerdo por parte de los diferentes investigadores con respec-
to al fenómeno que se estudia, pues como menciona Ryle (1949), la diver-
sidad de los usos hace difícil la comprensión de los fenómenos, en tanto
no habría acuerdo con respecto a lo que se está estudiando. Debido a
ello parte de los esfuerzos de los investigadores han de enfocarse en la
elaboración de trabajos de revisión conceptual que permitan delimitar y
establecer los aspectos que se ven involucrados en estos fenómenos sin
caer en errores categoriales que interfieran en su comprensión (Tomasini,
2001).
Otro de los aspectos relevantes refiere a la investigación relacio-
nada con los mecanismos explicativos de la Regulación emocional, pues
como señalan los investigadores que han estudiado este fenómeno
dentro del análisis clínico conductual (Linehan & Koerner, 1993; Shearin
& Linehan, 1994) estos no son claros. Debido a ello es importante incre-
mentar el trabajo en investigación traslacional, que permita dar cuenta
de los mecanismos conductuales que se relacionan con los procesos de
regulación (Kazdin, 2007).
Al respecto Muñoz-Martínez y Hernández (2012) proponen la po-
sibilidad de estudiar la Regulación emocional en términos de relaciones
discriminadas condicionales, donde el comportamiento emitido por el
individuo (comportamiento emocionalmente regulado o desregulado),
dependería de una interacción previa de tipo respondiente (E-R) que da el
contexto para que esta se presente, independiente de las consecuencias
que se obtengan, pues en ocasiones la respuesta de regulación puede
disminuir la respuesta emocional, pero también puede permitir el acceso
a reforzadores; en el primer caso podría hablarse de reforzamiento nega-
tivo y en segundo de reforzamiento positivo, pero los dos estarían con-
trolados por la situación relacionada con la conducta respondiente, por
lo que sería discriminada condicionalmente. Sin embargo, esta propuesta
ha de observarse en condiciones experimentales, para evitar explicacio-
nes, derivación lógicamente de los conceptos del análisis conductual sin
tener datos específicos al respecto que sean la base de las teorías.
Finalmente, los estudios en el campo aplicado habrían de enfocar-
se en el establecimiento de los factores contextuales involucrados en la
Regulación emocional, que parecen estar relacionados con lo que la co-
munidad verbal y los criterios establecidos por ella con respecto a lo que
deben o no hacer los individuos en los momentos en que experimentan
respuestas emocionales intensas. A través de ello se busca determinar si
las topografías que hasta ahora han sido enmarcadas dentro de la Regu-

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lación emocional, efectivamente son parte de la misma clase funcional o
si requieren de un tratamiento diferencial, en relación con los factores de
los cuales dependen.
Esto sugiere la importancia de incluir factores que puedan esta-
blecerse como explicaciones plausibles y funcionales al fenómeno de la
Regulación emocional, más allá de las descripciones topográficas relacio-
nados en el concepto o descripciones que requieren mayor especifica-
ción en términos de las relaciones con el contexto o con otros problemas
psicológicos de interés. Es posible que esta mirada desde el análisis clíni-
co conductual pueda ampliar los campos de investigación sugeridos por
los estudios desde la perspectiva cognitiva-conductual al respecto del
fenómeno de la Regulación emocional y los contextos relacionados con
la adquisición y mantenimiento de este repertorio.

A regulação emocional: definições e avanços conceituais a partir de uma


perspectiva comportamental

Resumo: A regulação emocional (RE) é um conceito que tem ganhado relevância


nos últimos anos em diferentes áreas aplicadas da psicologia, devido ao papel que
parece ter no funcionamento dos indivíduos nos diferentes contextos. Na psicologia
comportamental, este conceito tem sido abordado principalmente por duas linhas
terapêuticas: cognitivo comportamental e análise clínica comportamental. A primeira
delas se baseia em aspectos mediacionais para a explicação, e a segunda se centra
em conceitos da análise do comportamento. As diferenças sobre a forma como
esse fenômeno tem sido interpretado dentro da visão comportamental geram dois
problemas principais: (a) não existe uma definição unificada da regulação emocional,
e (b) os mecanismos explicativos são confusos. Evidenciamos a importância de
revisar o fundamento conceitual deste termo e o desenvolvimento de investigações
que abordam os processos que o explicam.

Palavras-chave: Regulação emocional. Terapia cognitivo-comportamental. Análise


do comportamento.

234 LA REGULACIÓN EMOCIONAL: PRECISIONES Y AVANCES CONCEPTUALES... Rochy M. Vargas Gutiérrez & Amanda M. Muñoz-Martínez
Emotional regulation: definitions and conceptual advances from a behavioral
perspective

Abstract: Emotional Regulation (ER) is a concept which lately is becoming relevant


in different areas of applied psychology, due to its role in the functioning of
individuals in several settings. Behavioral psychology has approached this concept
from two therapeutic perspectives: cognitive-behavior therapy and clinical analysis
of behavior. The first one is based on mediational aspects to explain it, and the
second uses concepts from the analysis of behavior. The differences between how
this phenomenon is explained in a behaviorism approach derive two main problems:
(a) there is not a unified definition of emotional regulation, and (b) the explicatory
mechanisms are uncertain. We have referred that it is important reviewing the
conceptual bases of this expression and developing researches on processes that
explain it.

Keywords: Emotional regulation. Cognitive-behavior therapy. Behavior analysis.

Régulation émotionnelle: les spécifications et les avancées conceptuelles du point


de vue comportemental

Résumé: La régulation des émotions (ER) est un concept qui, ces derniers temps, est
de plus en plus pertinente dans différents domaines de la psychologie appliquée,
en raison de son rôle dans le fonctionnement des individus de plusieurs contextes.
Dans la psychologie comportementale ce concept a été abordée principalement par
deux perspectives thérapeutiques: l’analyse cognitivo-comportementale et l’analyse
clinique de comportement. La première rapporte des aspects médiationnels, et la
seconde utilise des concepts venant de l’analyse du comportement. Cette différence
vis-à-vis de l’explication de la régulation des émotions provoque deux grands
problèmes : (a) il n’existe pas de définition unifiée de la régulation des émotions, et (b)
les mécanismes explicatifs sont incertains. Il est important de revoir les fondements
conceptuels de ce concept et aussi les recherches qui expliquent les différents
processus qui expliquent la ER.

Mots-clés: Régulation émotionnelle. Thérapie cognitivo-comportementale. Analyse


clinique comportementale.

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Referencias

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Rochy Mercedes Vargas Gutiérrez, Correo: rochym.vargasg@konradlorenz.edu.co;
vrochy@gmail.com

Amanda Milena Muñoz-Martínez, Correo: amandam.munozm@konradlorenz.edu.


co; amandamile@gmail.com

Recebido: 26/09/2012
Aceito: 28/03/2013

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