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MONOGRAFÍA
Autores:
Asesor:
Huaraz- Perú
2018
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Para iniciar el estudio del Contrato de Factoring, debemos señalar que su surgimiento data
del siglo XVIII, con el auge de la conquista y colonización del continente americano por
los países europeos, dada la necesidad de los comerciantes textiles de hacer extensivo su
mercado y por consiguiente sus producciones.
Atendiendo a las calificaciones doctrinales hechas por diferentes autores, podemos señalar
que, Díaz Picazo, lo cataloga como un contrato atípico, al carecer de reconocimiento legal
y disciplina normativa.
Juan Roca Guillamón, lo define como una actividad de cooperación empresarial, que tiene
por objeto la entidad financiera o factor, para la adquisición a nombre del cliente, de los
créditos donde sea titular contra sus compradores y deudores, garantizando su satisfacción
y prestando sus servicios de contabilidad, estudio de mercado, investigación de clientela,
asesoramiento e información.
El Factoring es, sin duda, uno de los más conocidos y representativos Contratos de esa
gran gama de los llamados Contratos Modernos. Tal como detenidamente veremos más
adelante, el Factoring incorpora múltiples aspectos (prestaciones) tales como el cesionario,
el financiero, el de garantía, el de asesoramiento, etc., que impiden calificarlo como una
modalidad o tipo de algún otro Contrato y que más bien obligan a considerarlo u otorgarle
la calidad de Contrato "sui generis" y complejo.
Esta es una figura jurídica que tiene antecedentes desde el siglo XVIII con la
actividad desarrollada por los Selling Agent de las empresas textiles inglesas,
especialmente los de la empresa Blackwell Ball de Londres, en las colonias
americanas. Así, las compañías inglesas necesitadas de conquistar los nuevos
mercados que le ofrecían las colonias de la corona, adelantaron en los principales
puertos de embarco personal que se denominó factores, quienes se encargaban de la
colocación de sus productos. Así con el mayor conocimiento que adquirieron los
factores de la plaza donde trabajaban, estos fueron concediendo créditos a las
personas que adquirían los bienes enviados de la metrópoli, a donde giraban el total
del precio, lucrando para su propio beneficio con la finalización que ellos soportaban
al otorgar el crédito para la compra.
2. DEFINICIÓN
Citando la definición expuesta por el Jurista español Juan Roca Guillamón, Vicente
Walde Jáuregui escribe que el Factoring "Es un contrato de cooperación empresarial
que tiene por objeto para la entidad financiera, la adquisición en firme de
determinados créditos de los que son titulares sus clientes, garantizando su pago y
prestando servicios de contabilidad, estudio del mercado, investigación de clientes y
asesoramiento financiero e información.
Por un lado, definimos al factoring como aquel contrato por el cual una parte,
denominada empresa de factoring o factor, adquiere de la otra, denominada cliente o
factorado, facturas que contienen los derechos que éste tiene sobre las operaciones de
los créditos otorgados a sus propios clientes (que son terceros en la relación jurídica
originada de este contrato), comprometiéndose aquél a gestionar sus cobros y
pudiendo además obligarse al cumplimiento de otras prestaciones consistentes en
servicios que coadyuven a este propósito, a cambio de una retribución o comisión.
3. CARACTERÍSTICAS
4.1. El factor
4.2. El Cliente
A modo de advertencia, Rodríguez Velarde señala que cabe precisar que, los
deudores, si bien no forman parte en el contrato enmarca un papel fundamental
en el desarrollo del contrato, pues su existencia determina la celebración del
mismo, ya que de su capacidad económica y solvencia evaluada y aceptada por
el Banco y de la satisfacción de sus obligaciones dependerá la continuidad del
contrato.
5. OBJETO
El objeto del contrato, dice Max Arias Schreiber, está considerado como el propósito
que las partes intervinientes tienen de crear, regular, modificar o extinguir
Para entender mejor esta figura debemos señalar que se entiende por objeto. El
Diccionario CABANELLAS señala que objeto es fin, propósito, empeño, finalidad,
intento, objetivo, además afirma que desde el punto de vista del derecho el objeto es
el contenido de una relación jurídica.
Nuestro sistema jurídico señala que el objeto del contrato consiste en crear, regular,
modificar o extinguir obligaciones.
A continuación señalamos el objeto de las prestaciones que se desprenden de las
obligaciones derivadas de esta figura contractual:
B) El objeto de las prestaciones a cargo del facturado son los créditos que éste
se obliga a ceder al factor, los mismos que pueden estar representados por
títulos valores, facturas, recibos, etc., indistintamente. Puede tratarse de
créditos vencidos o no, existentes o futuros.
6. IMPORTANCIA
7. FUNCIONES Y SERVICIOS
7.1. Financiamiento
La doctrina tanto económica como jurídica está de acuerdo que uno de los más
importantes servicios que brindan las empresas factoras a las factoradas es el
de financiamiento (60). En opinión de algunos, representa el principal, sino
exclusivo, contenido económico del contrato de factoring. Además, el
financiamiento es el que más ha contribuido a su aceptación y desarrollo en el
mercado internacional. Por este servicio, la factora se obliga a anticipar a la
factorada el importe de los créditos que tiene frente a sus clientes, con la
finalidad de facilitarle una mejora de su liquidez y, por ende, una considerable
reducción del ciclo de rotación del fondo de activo circulante. El predominio
de esta finalidad es patente, obvia, debido en lo fundamental a que el factoring
tiene como uno de sus principales objetivos ofrecer a las empresas,
particularmente a las pequeñas y medianas, un canal de financiamiento
alternativo o complementario a las líneas de crédito tradicionales que ofrece el
mercado.
Dentro de esta misma óptica, cabe señalar que el factoring, como cualquier otra
figura financiera, tiene una función propia y satisface un tipo de necesidades
que otras formas de crédito no lo logran de una manera adecuada. De allí que
convenga entender este contrato como una forma de financiación de segundo
piso que llega para complementar el crédito bancario. En otras palabras, es una
especie de «financiación puente», dirigida a la obtención de recursos
financieros y a la resolución de necesidades concretas que otros negocios de
crédito no logran .En la práctica, la empresa factora utiliza distintos métodos de
financiamiento. Así, puede pagar el importe del crédito cedido cuando éste
llegue a existir; en este caso, el cálculo de intereses se hace en función de una
fecha predeterminada, que se coincide con la fecha de vencimiento del crédito
cedido (maturity date). También la factora puede no realizar una financiación
automática, sino que, como es lo más frecuente, el momento de pago se somete
al pacto de cuenta corriente y el cálculo de intereses se hará en función del
vencimiento del plazo, o en su defecto por la fecha en que el deudor pagará el
crédito cedido.
Por último, cabe recordar que la empresa factora, por ser la titular de los
créditos cedidos en virtud del contrato de factoring, gestiona el cobro de los
mismos en su propio nombre e interés; no lo hace ni como comisionista ni en
calidad de mandataria de la factorada. Esta cobranza la factora se obliga a
realizarla en forma amistosa, esto es, conforme a los usos y costumbres
comerciales, y en interés de la empresa factorada, a fin de no indisponerla con
su clientela.
7.3. Garantía
La prestación de este servicio de garantía por parte de la factora es, sin duda,
una de las más deseadas por las empresas factoradas y la más peculiar en la
actividad del factoring, en relación a la cual procede la factora, antes de la
cesión de los créditos, al análisis, investigación y clasificación del riesgo de los
deudores. En tal sentido, al igual que en otros países, la concurrencia o no de
esta prestación da lugar a una de las más importantes clasificaciones propuestas
de las diversas modalidades de factoring, a saber: factoring «propio» (echtes
factoring, standard-factoring), cuando la factora asume el riesgo de insolvencia
de los deudores; y factoring “impropio” (unechtes factoring), cuando tal riesgo
no es asumido por la factora. En la práctica española se utilizan las
denominaciones de factoring «sin recurso» y factoring “con recurso”; pero,
como bien se ha dicho, esta terminología no es la más adecuada, de allí su
Las causas por las que el deudor no puede cumplir con el pago son de las más
variadas; no obstante, para el caso particular del factoring valen citar solamente
tres: a) impago por imposibilidad patrimonial, constatada judicialmente o no
(insolvencia en sentido estricto); b) impago por retraso prolongado e
injustificado del deudor, normalmente por falta de liquidez (morosidad en
sentido estricto); c) impago con alegación de excepciones para justificar tal
conducta (disputa comercial). Ahora bien, ¿cuáles de estas situaciones de
riesgo asume la factora? La garantía del credere o ex bonitate nominis, que la
factora se obliga a prestar, comprende sólo los dos primeros supuestos; en el
supuesto c), planteada la excepción por el deudor, la factora tiene el derecho a
solicitar la devolución de lo entregado como anticipo, y la factorada está en la
obligación de restituirlo.
8. REGULACIÓN LEGAL
Algunas legislaciones permiten que los bancos practiquen este contrato con sus
clientes; mientras que otras se limitan a autorizar la concesión de créditos, la
compraventa de títulos de crédito, realizar cobranza y prestar servicios accesorios,
sobre cuya base los bancos tienen la posibilidad de realizar estas operaciones; todo ello
facilitado por la posibilidad de prestar garantías de documentos entregados en
Debido a ello es que en el Perú se han venido practicando operaciones muy similares
bajo esta denominación, recurriendo al uso de los contratos innominados y/o
combinando formas contractuales referidas a operaciones y servicios que le están
permitidas a practicar a los bancos y demás instituciones financieras.
En efecto, la antigua ley de bancos D. leg. No 770-, en su Art. 246 inc. h) y Art. 401
inc. g) contemplaba la posibilidad que los bancos “adquieran y negocien certificados de
depósito, warrant, letras de cambio y facturas provenientes de transacciones
comerciales”. Adicionalmente, esta misma ley facultaba a los bancos y financieras a
realizar cobranzas, prestar asesoría financiera y celebrar acuerdos de participación y
venta de cartera. Pues, si queremos ser técnicos y precisos esta ley no señalaba la
operación de factoring propiamente dicho, o el factoring clásico, en la cual el banco
factor adquiere, a título oneroso, del cliente documentos que incorporen un crédito y
este es liberado del riesgo de no pago de los deudores cedidos.
Por su parte, la antigua ley de títulos valores en su Art. 39 permitía que se incluya en
los endosos de títulos de créditos la cláusula “sin responsabilidad” u otra equivalente,
con lo que el endosante se libera de la responsabilidad solidaria lográndose así trasladar
todo el riesgo crediticio representado en dichos documentos al endosatario o adquirente
del mismo.
Sobre la base de esta norma legal que desde entonces se vino a denominar “factoring”
en nuestro medio, se expidió algunas disposiciones complementarias, como aquella
contenida en el D. S. 122 y 123-88-EF, el primero creando un título valor nuevo
llamado “pagaré bancario” como un instrumento de captación de recursos del público,
con la finalidad de realizar la llamadas “operaciones de factoring” conforme señala el
Art. 8° del D. S. 122-88-EF, incentivando con ventajas tributarias mediante el D. S.
123-88-E. F, al no considerarse como ingreso gravado las “ganancias originadas” por
estas operaciones hechas a través de mesa de Negociaciones de la Bolsa de Valores.
Así surge una nueva modalidad de ingreso financiero para los Bancos, distinto al
interés, denominado “ganancia de capital por compraventa de letras de cambo, pagares,
facturas y demás papeles comerciales que gracias a esa calificación legal que los
distinguían de los “intereses activos”, logro mantenerse excluido de las disposiciones
que fijaban tasa de intereses determinados, máximos y efectivos para las financiaciones
directas de los bancos. La actual ley de bancos –ley N° 26702, trae una novedad con
respecto al contrato de factoring en los Arts. 221° inc. 10); 282° inc. 8), los cuales
señalan que tanto las empresas del sistema financiero (ESF) están autorizadas para
realizar operaciones de factoring. Este dispositivo, es pues, una ventana hacia el mundo
financiero; la cual permite que se relacionen agentes del mercado tanto empresarial
como bursátil. Es un logro normativo desde el punto de vista financiero ya que antes no
estuvo regulado.
En la misma línea, la nueva ley de títulos valores en su Art. 11° reza la responsabilidad
solidaria, señala que los que emitan, giren, endosen o garanticen títulos valores quedan
obligados solidariamente frente al tenedor, salvo cláusula o disposición legal expresa
en contrario. Este numeral permite que le cliente, propietario de los títulos de créditos,
pueda endosar al banco factor los documentos bajo la cláusula “sin responsabilidad”,
como lo señalaba la antigua ley de títulos valores, asumiendo el banco el riesgo de
cobranza o no pago de dichos documentos y liberando así de todo riesgo al cliente.
11. VENTAJAS
Las ventajas del Factoring están determinadas por la actividad económica que
permite realizar a las partes contratantes.
José Benito Fajre considera que para el cliente facturado las ventajas son las
siguientes:
Según el Art. 3° del Reglamento de Factoring este contrato se perfecciona por escrito
y con las indicaciones precisadas en la referida norma, es decir, haciéndose constar
expresamente el nombre, razón o denominación social y domicilio de las partes (inc.
1), identificación de los instrumentos que son objeto de factoring o precisión de los
La resolución a que nos estamos refiriendo tiene que haber sido convenida
en forma expresa y, con fines de seguridad jurídica, la prestación que se
incumple debe haber sido establecida con la mayor precisión posible, así
cualquier perjudicado (factor o cliente) pueda valerse de dicha cláusula.
Por último, este es uno de los medios contractuales más eficaces para lograr
que se ejecuten las obligaciones, pues funciona de modo automático y no es
necesario que el perjudicado por el incumplimiento recurra al poder judicial
por ejemplo el incumplimiento de algunas de los causales previstas en el
contenido contractual.
Aquí, las partes tanto el factor como el cliente tienen que “identificar”
individualizar los documentos que van a ser objeto de transferencia, en otra
palabra, van ha escoger que instrumentos de crédito son factibles para la
operación y respectivo financiamiento.
14.3. Precio a ser pagado por los instrumentos de crédito y la forma de pago.
15.1. MODALIDADES
Adelanto Total
Pago al vencimiento
Adelantado en línea