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detallado de las dos esclusas para el canal del Dique, una en Calamar y otra en Puerto Badel. Esta última
tendrá la ventaja adicional de frenar la cuña salina que le entra al canal del Dique por Pasacaballos y por
la bahía de Barbacoas, a través del caño de Matunilla.
Tal como anotamos aquí hace algunos días, quizá la única virtud del fenómeno de El Niño y su sequía
severísima ha sido que la bahía de Cartagena está cada día más cristalina y “coralina” ante la falta de
sedimentos del canal del Dique, dada la reducción de su caudal, que está en su mínima expresión
navegable.
Siguen las dragas trabajando en Calamar, donde el río Magdalena entra al canal del Dique, y en
Pasacaballos, la desembocadura de este brazo artificial del gran río dentro de la bahía de Cartagena, para
garantizar que el canal sea navegable.
Más del 79% de la carga del río Magdalena en los últimos 20 años ha sido de hidrocarburos entre las
refinerías de Barrancabermeja y Cartagena. Cartagena ha sido y sigue siendo el puerto receptor principal
de la carga que baja por el río Magdalena.
Sin este dragado las aguas de la bahía de Cartagena estarían aún mejor y se regeneraría buena parte de su
fauna y su flora. El río Magdalena y sus sedimentos, a través del canal del Dique, han sido el gran
verdugo de la bahía de Cartagena y del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo.
Mantener el Dique navegable en estos días ha tenido un efecto de “ñapa”: garantizar que la estación de
bombeo de Conejo, de Acuacar, tenga un caudal adecuado para que sus bombas llenen el reservorio
constituido por las tres ciénagas (Bohórquez, Juan Gómez y Dolores) cuyo espejo de agua combinado es
de 1200 hectáreas, con 20 millones de metros cúbicos de agua almacenados entre las tres, y con más de
1,20 metros sobre el nivel del canal del Dique.
Las dos esclusas tienen un solo problema: no están financiadas. Durante la reunión en la Cámara de
Comercio, el empresario Rafael del Castillo le hizo ver al doctor Germán Arce, del Fondo Adaptación,
que este es un problema nacional y debe ser la nación quien financie esta infraestructura indispensable
para salvar las bahías de Cartagena y Barbacoas, mantener saludable el ecosistema lagunar aledaño al
canal del Dique y sus pueblos, y salvar los corales del Rosario. Y además, tener en el Dique un gran
medio de transporte, indispensable para Cartagena.
El gobernador Dumek Turbay, respaldado por el sector privado, asumió el compromiso de liderar la
gestión para que las esclusas y trabajos conexos sean financiados, y no dudamos de que el alcalde
Manolo Duque también ayudará. Estamos seguros de que con los sectores público y privado unidos,
nada será imposible.
Errata: Ayer dijimos aquí que el trimarán y megayate llegado a Cartagena se llama Andra, cuando es
Adastra