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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Artes
Departamento de Artes Escénicas
Puesta en escena de teatro
colombiano
2019-1
Prof. Alejandra Marín
Est. Julián Tello Espitia

NUBE DE ABRIL: LA REPRESENTACIÓN MIMETICA EN EL TEATRO


COLOMBIANO DEL SIGLO XX

Nube de abril es una obra dramática de la segunda mitad del siglo XX, escrita por el
dramaturgo colombiano Luis Enrique Osorio. Esta obra, aunque pertenece a la edad del
cambio en el paradigma del teatro colombiano, que procede de la representación mimética
al sub siguiente teatro épico-crítico, conserva aún la esencia del primero según lo
planteado por Víctor Viviescas en sus modalidades de la representación en la escritura
dramática colombiana moderna. La obra mantiene características del drama clásico, como
la construcción de sus personajes en pro del conflicto, el uso del lenguaje que tienen los
mismos, la composición narrativa y dramatúrgica, además de conservar la estructura
ficcional del teatro al no develar el artefacto teatral. Es por esto que podríamos afirmar
que Nube de abril es un referente del teatro colombiano perteneciente a la modalidad de
representación mimética.

Modalidades de la representación en la escritura dramática moderna

Mimética, épico-crítica y simulación o simulacro (posmoderna), son las tres modalidades


de la representación que nos expone Víctor Viviescas en su texto que aborda las formas
de representación dadas en Colombia en el siglo XX, específicamente en su segunda
mitad. Estas tres modalidades de representación, en palabras de Viviescas, estos tres
contenidos particulares y distintos que toma la relación entre mundo posible y mundo
real, se definen en relación con el estatuto interno del mundo de ficción y a la
representación de la realidad (Viviescas, 2005, pág. 19). La modalidad mimética
proveniente del drama clásico, mantenida hasta finales del siglo XIX y mediados del siglo
XX, buscaba de gran manera mantener una cercanía con la realidad y la razón, a pesar de
no poder hacer una imitación milimétrica de la realidad, se proponía mantener una
relación estrecha con los principios del drama reproduciendo artísticamente los elementos
del mundo objetivo. Esta primera modalidad que traspone la realidad en un nuevo nivel
discursivo, mantenía su auto-consistencia en la construcción de personajes y caracteres
que estuvieran en pro del conflicto para que el drama se completara. La modalidad épico-
crítica que se viene a dar más en la segunda mitad del siglo XX, es directamente
influenciada por las nuevas corrientes de teatro dadas en Europa y por maestros como
Bertolt Brecht, es una modalidad que genera una ruptura con la forma clásica del drama
y el arte teatral, pues uno de sus pilares más importantes es poner en evidencia la
operación representativa; esta modalidad utiliza la didáctica en sus obras para promover
y concientizar el estado histórico de las cosas, proponiendo los personajes como símbolos
de las colectividades. La última de las modalidades, la simulación, dada a finales del siglo
XX, genera una des-realización de la realidad a partir de la fragmentación o hibridación
del artefacto teatral con nuevas posibilidades de relación generadas con el público,
además de la representación del individuo como interpretación de la crisis del sujeto
(Viviescas, 2005, pág. 47).

Nube y nueve de abril

Escrita en 1963, Nube de abril narra directa e indirectamente lo sucedido el 9 de abril de


1948 en la ciudad de Bogotá, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y la serie de eventos
violentos que desencadenó este suceso conocido como “El Bogotazo”. A la par de este
evento, la obra también menciona La Conferencia Panamericana un evento político
internacional organizado en la ciudad de Bogotá que contaba con la participación de 21
naciones americanas. La obra nos cuenta lo que le sucede a una familia ficcional
perteneciente a la clase media alta de Bogotá, compuesta por Don Hermógenes, un
político frustrado, y Doña Eudosia, los padres. Además, a Fernanda, Mariana, Camilo y
Darío; los hijos. Esta familia, que se podría definir en síntesis como corrupta, a excepción
de Darío, se ve enfrentada a una crisis. Al ser anunciado el asesinato de Gaitán, Darío se
ve comprometido con su país al ser requeridos los hombres al combate, entonces decide
irse a cumplir con su labor patriótica a pesar de las negativas de su familia que tratan de
disuadirlo. En un intento fallido por ir a buscar a Darío, los padres y hermanas se exponen
a la ciudad que está en caos en donde se encuentran a los otros personajes de la obra, un
par de comerciantes extranjeros y varios bandidos que se fugaron de la cárcel. Después
de varios micro-conflictos dados entre los personajes por la ausencia y búsqueda de Darío,
además de la transformación de principios que viven algunos aprovechando la situación
en la que se encuentra la ciudad, se concreta la historia cuando Don Hermógenes llega a
su casa con su hijo muerto en brazos y lloran la partida del mismo.

Acudiendo al drama clásico se podría afirmar que Nube de abril posee características que
nos permitan enmarcarla como un drama, la linealidad con la que está escrita le da una
estructura aristotélica ya que su argumento está compuesto por un inicio, nudo, desenlace,
que a su vez están comprendidos por peripecia, reconocimiento y padecimiento. Además,
cumple con los principios de completud, extensión y unidad, porque nos plantea un
universo verosímil que puede sustentarse a el mismo.

Darío: Un héroe de la mitad del siglo XX

Como se mencionó anteriormente, la modalidad de representación mimética sigue la línea


del drama clásico y conserva muchas de sus características tal como es la construcción de
los personajes en pro del conflicto. Tomando como ejemplo la familia de Don
Hermógenes podríamos ampliar esta característica del drama clásico, casi toda la familia
a excepción de Darío, hijo de Hermógenes; no encajan en la concepción Aristotélica de
personajes trágicos ya que no representan a seres elevados (Aristoteles, 2004), pues al
contrario demuestran su falta de principios y sus bajezas en el transcurrir de la obra.
Aunque la naturaleza de estos personajes de la obra no es, ni representa a los seres
elevados planteados por Aristóteles, contribuye y construye en parte el conflicto que
afronta la familia, además de resaltar a un personaje por sus diferencias de principios y
forma de actuar.

Darío es la representación del héroe o el personaje dramático clásico en Nube de abril,


(Osorio, 1964) es un joven con principios claros que actúa en consecuencia a su forma de
ser en la vida. Desde el inicio de la obra cuando Darío reprocha a su padre por no aceptar
el cargo que le quieren dar en el Ministerio, en la escena sucede lo siguiente:

DARIO: ¿vas a desperdiciar tan maravillosa oportunidad para servirle al país?


HERMÓGENES: ¡Me encanta oírte! ¡Así le hablaba yo a mi papá a tu edad
cada vez que le ofrecían un cargo de importancia! Y él me contestaba: Es
mejor engordar novillos. Déjame con mis contraticos. Si me pongo en vitrina,
me los echan en cara en la oposición y nos quedamos sin el pan y sin el queso.
DARIO: Me duele oírte así, papá. ¿Dónde está entonces tu patriotismo?
HERMÓGENES: En el hospital, hijo mío. ¡Muy herido!
DARIO: ¡Ah, Si me ofrecieran a mí ese cargo!
HERMÓGENES: ¿Qué harías? … Vamos a ver…
DARIO: ¿Yo? … Ante todo, barrer a los que no dejan hacer nada. A este país
lo está aplastando el exceso de burocracia inútil.
HERMÓGENES: Eso no lo logras ni con barredora eléctrica.
DARIO: Luego, moralizar la administración pública, estimular la producción
de la riqueza, destruir los odios políticos… (pág. 22)

En lo anterior podemos visualizar cómo Darío visibiliza sus características principales


como héroe, su inconformidad con el funcionamiento del estado, además de eso se pinta
a sí mismo como una persona que quiere generar nuevas formas de gobernar, que está
dispuesto a afrontar y crear cambios estatutarios; son estas ganas fervientes por la lucha
para generar el bien las que harán que Darío más tarde se encause en la peripecia que
afronta la obra. También sale a relucir la naturaleza de Hermógenes quien no se molesta
por servir a una causa digna y se enfoca solamente en sus intereses personales y
monetarios. Es desde este punto en la obra que Darío encuentra diferencias con su padre,
a partir de acá y por esta discordia de intereses es que se amplía el conflicto en la obra.
Viendo desde el punto de vista de la modalidad Mimética planteada por Viviescas, y
apoyando la noción de que el contenido substancial del drama es el conflicto (Viviescas,
2005), podemos ver desde este punto de la obra cómo la inconformidad dada por la
naturaleza de Darío desemboca más tarde en la conclusión del conflicto. También dice
Viviescas que el conflicto es el choque de particularidades que abrazan un objetivo
esencial, pero que lo hacen desde la unilateralidad de un compromiso a fondo sólo con
ese objetivo esencial, lo que funda el drama. De él se desprende la dialéctica del drama y
del personaje. En efecto, Hegel (340), quien descubre en el género dramático la virtud de
ser el género poético más elevado –síntesis del subjetivismo de la lírica y de la objetividad
de lo épico–, define el drama como la expresión de los individuos –investidos de un valor
general que se particulariza– en la lucha de sus intereses y en el choque de sus pasiones
y de sus caracteres (Viviescas, 2005, pág. 23). Visto de esta forma, el conflicto de la obra
es construido por las diferencias ideológicas que se dan entre Darío y los demás
personajes, que, aunque no son seres elevados, ayudan y se realizan en pro del conflicto
al contrariar la visión de Darío.
Más adelante en la obra, cuando se desata el caos por la muerte de Gaitán, Darío encuentra
la posibilidad de reivindicar su posición en el mundo y decide actuar frente a esta, sucede
así:

LOCUTOR: (…) ¡Atención! Todos los colombianos que figuran en las


primeras reservas deben presentarse sin pérdida de tiempo en el Estado
Mayor General…
DARIO: ¡Papá!
HERMÓGENES: ¿Qué hijo?
DARIO: Que yo soy reservista.
HERMÓGENES: ¿Y qué?
DARIO: Tengo que presentarme.
HERMÓGENES: Espera a que te llamen concretamente. ¿crees que
todos los reservistas están sintonizando en estos momentos a ese
gangoso?
DARIO: En el cuartel juré defender la paz. Quiero cumplir mi
juramento.
HERMÓGENES: Espera a ver qué pasa en veinticuatro horas.
DARIO: Papá: nos están llamando a los dos a servir al país. Tu no
aceptas. Yo sí.
HERMÓGENES: Y como no te complazco con ser un Bolívar, has
resuelto ser un Napoleón… ¡No te hagas ilusiones!
DARIO: Iré papá. No puedes impedírmelo. (Osorio, 1964, pág. 32)

En esta escena, cuando Darío decide actuar de alguna forma también reprocha a
Hermógenes por no hacerlo él, es en donde todo el conflicto se concreta, de aquí en
adelante se desarrolla la peripecia de la obra y los personajes se ven expuestos a las
distintas peripecias que cada uno afronta individual y colectivamente. Es en este momento
donde se demuestra que el conflicto inicial entre Darío y su papá detona y el hijo se asume
como el único que puede actuar por la causa digna. Y contribuye a la descripción que
hace Viviescas en el modelo de representación mimética en el cual el contenido
substancial del drama es el de mostrar la naturaleza en discordia, aspectos de la naturaleza
no reconciliada, su principio substancial es el de ser la representación humana conflictiva.
Esta acción se realiza en el personaje, porque él es el terreno donde se materializan e
individualizan los conflictos (Viviescas, 2005, pág. 23). Además, se evidencia que para
que el conflicto se efectúe Darío que está construido a favor del mismo, tiene que tener
una contraparte, su papá y el resto de la familia, que representa la contradicción a los
intereses de su hijo.
Un intento de acercamiento al teatro épico-crítico

Si bien vemos en Nube de abril que hay personajes como Darío que representan los
intereses de las colectividades, y que además trata de promover y concientizar el estado
histórico de las cosas. No encaja en la modalidad de representación épico-crítica pues las
funciones que cumple no hacen realmente un acercamiento a los intereses del teatro épico
crítico y se mantiene en un punto medio sobre la mimetización de la realidad y una crítica
al funcionamiento y estado de la estructura social del país. Además de mantener en todo
momento la estructura teatral clásica y el lineamiento Aristotélico de inicio, nudo,
desenlace; en ningún momento revela el artefacto teatral y se mantiene aún alejada de los
participantes.

Conclusión

Nube de abril así se categoriza como un referente del teatro colombiano perteneciente a
la modalidad de representación mimética. Que conserva aún la estructura del drama
clásico, que, aunque intenta tener un acercamiento a un nuevo tipo de teatro, sigue
apegada a las anteriores formas de realización del drama por su naturaleza en estructura,
contenido y forma.

Bibliografía
Aristoteles. (2004). Poética. Madrid: Alianza Editorial.

Osorio, L. E. (1964). Nube de abril (Teatro II). Bogotá: Ediciones de la idea.

Viviescas, V. (2005). Modalidades de la representación en la escritura dramática colombiana.


Literatura: teoria, historia, crítica, 17 - 51.

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