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Campaña
La batalla electoral se aproxima. Tus tropas deben estar organizadas y
entrenadas. Pero lo primero será preparar a tus generales. Necesitas un
comando de campaña.
Todo ocurría mucho tiempo después de las últimas batallas que pusieron punto
final a la guerra. Y lo largo de la película Yves Montand iba viviendo un proceso
psicológico que lo llevaría a la aceptación definitiva, amarga pero realista, de que
la guerra había terminado. Lo que entonces comenzaba era otro tiempo, el tiempo
de la política.
Ese es el proceso que han vivido las sociedades humanas, todas ellas. Han pasado
de la guerra como mecanismo violento y primitivo para resolver los conflictos
por el poder a la política como mecanismo civilizado y pacífico para resolver la
misma lucha por el poder de siempre.
Ya Sigmund Freud decía que un insulto no es gran cosa considerando que la
civilización humana comenzó cuando las personas prefirieron luchar por el poder
arrojándose palabras en lugar de piedras.
Ahí tenemos pues esas formas primitivas de política basada en el ataque verbal
violento, en el insulto, en la descalificación soez del otro, en la amenaza o en la
dominación del más poderoso sobre el más débil. Formas primitivas que no
terminan de desaparecer del todo, por cierto. Como tampoco las guerras, dicho
sea de paso.
El lenguaje mismo que utilizamos en las más modernas campañas electorales del
siglo veintiuno ya está diciendo que la prehistoria de la política es la guerra.
Porque es un lenguaje pleno de metáforas bélicas. Es así que hablamos de las
campañas electorales como si de operaciones militares se tratara. Y más allá de
que ese lenguaje deriva de la génesis guerrera de la política, de todos modos ese
lenguaje militar sigue siendo claro, descriptivo y muy eficaz (lo cual es mucho
decir, por cierto).
Crear tu cuarto de guerra y hacerlo bien es tu primer paso hacia una campaña
electoral triunfante. Allí, dentro del war room, comienza todo. Allí se decide
todo. A crearlo pues!
Una campaña electoral es una gran operación política que necesita gerencia,
dirección, disciplina, organización y comando.
Mira tu entorno personal, familiar y político. Observa. Escucha. Allí nace el caos
de tu próxima campaña electoral. Nace de los buenos deseos, de las buenas
intenciones, de los buenos sentimientos, de la mejor retórica democrática. En
definitiva: el caos nace de la ingenuidad. La ingenuidad de creer que una
campaña se dirige democráticamente, reuniéndonos todos, intercambiando ideas,
discutiendo, tomando decisiones en mayoría o poniéndonos de acuerdo.
Para llegar antes que tus rivales tendrás que tomar algunas decisiones concretas
sobre dos aspectos básicos en un cuarto de guerra: los recursos materiales y los
recursos humanos.
Sugiero además que la ubicación del cuarto de guerra sea reservada. Que la
conozcan solo quienes tienen que conocerla. Esto al principio parece una medida
un tanto extrema, y lo es. Pero es imprescindible. Porque si se conoce su
ubicación física comienzan a ocurrir fenómenos que interfieren con el trabajo del
cuarto de guerra. Por ejemplo:
-Periodistas que concurren a buscar noticias o a realizar entrevistas
-Activistas que se presentan buscando dinero
-Dirigentes que llegan para analizar los hechos políticos
-Militantes de la campaña que buscan orientación e instrucciones
-Amigos del candidato que quieren conversar con él
-Miembros de organizaciones sociales que quieren aportar ideas para el programa
de gobierno
-Personas que se ofrecen a trabajar en la campaña
-Acreedores que intentan cobrar cuentas
No estoy diciendo que a todas estas personas no se las debe atender ni recibir.
Por supuesto que sí. A todos ellos. Pero no es el cuarto de guerra el ámbito
apropiado para eso. Se los debe atender en otro lugar físico y por parte de otras
personas encargadas de esas tareas. Pero no los integrantes del cuarto de guerra.
La suma de todos estos factores hace que cualquier trabajo intenso que se
despliegue en el cuarto de guerra será destruido por un puñado de interrupciones.
Por eso la ubicación física debe ser reservada y protegida.
Y ese lugar debe estar convenientemente equipado. Los elementos que debería
incluir ese equipamiento son los siguientes:
-Baño, luz y agua
-Muy buen dispositivo de seguridad en puertas y ventanas
-Uno o más vehículos disponibles en forma permanente
-Conexión telefónica, señal televisiva (aérea, cable o satelital), conexión a
internet y wifi
-Mesa de reuniones con sillas
-Una pizarra grande sobre una pared
-Computadora e impresora
-Equipo de audio (radio am y fm, que además permita escuchar desde un CD o
desde un pendrive)
-Televisor
-Elementos de papelería
-Una pequeña cocina que opere de cafetería con autoservicio
-Algunos sillones más cómodos donde descansar o hacer pausas
-Teléfonos de línea y móviles de respaldo
Todo esto que te menciono es importante para facilitar y hacer más efectivo el
trabajo de las personas que van a operar desde este lugar clave de la campaña.
Personas que tienen que trabajar mucho y que tienen que trabajar bien. Muy bien.
La primera pregunta que siempre surge es acerca del número de integrantes que
debería tener el cuarto de guerra. A este respecto no tengo un número mágico
para darte, una cifra exacta de componentes que permita hacer el mejor trabajo.
Pero sí te puedo dar una orientación inicial para que luego tú sepas dentro de qué
marco manejarte y cómo adaptar ese criterio a tu realidad.
Para que tengas una idea clara acerca de las dimensiones ideales del cuarto de
guerra te diré que 8 personas es una buena cifra. Ocho. Que podrían ser dos más
o dos menos, dependiendo de las circunstancias.
Muchas veces me preguntan qué hacer entonces con los principales dirigentes
políticos del partido, con quienes de pronto no queden formando parte del cuarto
de guerra. Y es bueno recordar que la campaña electoral no la dirige
operativamente el partido sino un comando creado especialmente a tales efectos
y que llamamos cuarto de guerra. El partido mientras tanto sigue funcionando
como lo que es: una organización política. Pleno de vasos comunicantes con la
campaña, por supuesto. Analizando y discutiendo política, pero no dirigiendo el
día a día de las operaciones cotidianas de la campaña. Movilizando sus recursos
humanos y materiales pero dentro del marco de la campaña.
Habrá dirigentes políticos del partido, claro está, con el perfil necesario para
integrar el cuarto de guerra. Y los demás tendrán aportes tan valiosos como los
primeros pero diferentes, y realizados desde un lugar diferente. Cuando digo
perfiles me refiero a que hay algunas funciones que son imprescindibles dentro
del cuarto de guerra. No son personas sino roles que tienen que estar. Y luego de
definir esos roles entonces sí debemos nombrar a las personas que van a
desempeñarlos.
Hay varias maneras de resolver cuales son los roles que deben estar cubiertos
dentro del cuarto de guerra. Yo tengo una sugerencia, una propuesta, una
estructura básica que creo es la mejor. Es una estructura que prevé 7 integrantes
para el cuarto de guerra de acuerdo a los siguientes roles:
1. Jefe de campaña
2. Responsable Territorial
3. Responsable de Logística
4. Responsable de Finanzas
5. Responsable de Comunicaciones
6. Responsable Digital
7. Responsable de Equipos técnicos
Claro que será necesario saber con precisión qué es lo que tiene que hacer cada
uno de ellos.
Por lo tanto nada debe alejarlo ni distraerlo de esa tarea: conseguir votos. Para
ello debe concentrarse básicamente en dos áreas:
1. Recorrer el territorio y comunicarse personalmente con la gente: caminatas,
recorridas puerta por puerta, reuniones en casas de familia, visitas a personas e
instituciones, reuniones con organizaciones sociales, contactos políticos para
sumar apoyos y todo lo que signifique comunicación cara a cara destinada a
convencer a los votantes.
2. Comunicarse con la gente a través de los medios de comunicación.
Esta tarea de conseguir votos es decisiva e implica una agenda intensa pero
organizada. Para cumplirla el candidato debe descansar bien, reservar tiempo
para sus vínculos afectivos, cuidar su salud física y mental, realizar alguna
pequeña actividad gratificante fuera de la política, ser muy disciplinado y delegar
todo lo demás.
Allí está la inserción cotidiana del candidato, allí está su trabajo diario. Como
ves, si el candidato cumple con su trabajo de candidato será materialmente
imposible que sea el jefe de campaña. Lo que sí puede y debe hacer es elegir bien
a ese jefe de campaña.
Todos los miembros del cuarto de guerra deben ser personas en las que el
candidato confíe personal y políticamente. Pero además deben ser personas
disciplinadas, trabajadoras, organizadas, estables. Recuerda que no es un grupo
de amigos y tampoco es un comité político. No valen aquí los méritos políticos,
las burocracias ni las simpatías. Vale el trabajo a realizar.
Tiene que tener todas las características señaladas para los demás integrantes del
cuarto de guerra pero con ciertos rasgos diferenciales muy marcados:
-Personalidad firme y decidida que inclusive le permita disentir con el propio
candidato
-Capacidad de diálogo y de negociación
-Condiciones para el liderazgo organizacional
-Carácter ejecutivo, práctico, realizador
-Capacidad para administrar personas y bienes
-Buena comunicación interpersonal
Como comprenderás, cuanto más poderosa sea la estructura del partido mayores
serán los recursos para la campaña territorial.
Pero si hablamos de recursos tenemos que pensar en otro de los integrantes del
cuarto de guerra: el responsable de logística. Se trata de la persona que se
encarga de proveer a la campaña de todos los recursos no humanos que se
necesitan. Piensa por ejemplo en casas y locales, sillas, micrófonos, vehículos,
computadoras, comidas, teléfonos, megafonía, escenarios para actos públicos
callejeros, papelería, cartelería y todo lo que las distintas áreas de trabajo de la
campaña necesitan para funcionar. Menos el dinero, claro, que es un capítulo
aparte.
Insisto en que no son las tablas de la ley, no son una receta rígida sino una
sugerencia que podrás ver cómo bajar a tierra en las condiciones precisas de tu
campaña.
En los últimos años me preguntan si las reuniones del cuarto de guerra pueden
ser virtuales en lugar de presenciales. Suelo aconsejar que no, que una cosa no
sustituya a la otra sino que la complemente.
Al comenzar la reunión se repasan las noticias más relevantes del día anterior,
esas que dan contexto a la comunicación de campaña. Luego se analiza lo que
hicieron los adversarios y se evalúa lo hecho por la campaña en cada una de sus
áreas. Y finalmente se proponen, analizan y deciden las acciones a llevar a cabo
durante el día y los anuncios y preparativos para los días siguientes. Ese sería un
esquema general diario que tendrá sus modificaciones en función de las
coyunturas.
Luego de las reuniones del cuarto de guerra cada uno de sus integrantes llevará la
información y las decisiones a sus propios ámbitos. Así tendrán que existir
equipos de trabajo para cada una de las áreas, equipos coordinados por el
miembro respectivo del cuarto de guerra. El responsable territorial, por ejemplo,
tendrá un equipo territorial con el cual trabajar. Y así los otros responsables. De
manera que la comunicación que emane del cuarto de guerra circule luego por
todos los lugares que corresponda de la campaña electoral.
En cada caso habrá que sopesar bien si usar Whatsapp, Telegram, Line u otras
aplicaciones. Pero hay que elegir una (o un mix) al comienzo y luego sostener la
elección y continuar trabajando con ella (o con el mix que se haya decidido). Lo
fundamental, más allá de cada herramienta o de cada marca, es que el cuarto de
guerra esté en contacto permanente a través de la mensajería instantánea.
Tienes que elegir bien a los integrantes de tu cuarto de guerra entonces. Pero no
solo eso. Además tienes que asegurarte que tengan capacitación y que aprendan a
comunicarse y a funcionar como equipo.
Equipo. Esa es una palabra clave en tu campaña electoral. O más bien en plural:
equipos. Porque nadie es Superman, ¿verdad?
Pero no.
Superman es apenas la delirante alucinación de Clark Kent, un periodista tímido
que apenas puede con su vida.
No hay candidatos superpoderosos.
Nadie que se crea Superman puede volar.