Está en la página 1de 3

Grandes ideas, pequeñas acciones.

Lecciones de las reformas curriculares para el


siglo XXI en China

China es un país de 9millones de km2 con una población total de mil trescientos
millones de habitantes. Debido al tamaño del país y su población, así como su
creciente desarrollo económico en los últimos 30 años es difícil alcanzar una
educación de calidad y universal, aunado a que en China la diversidad lingüística y
étnica complejizan los objetivos de una educación equitativa.

Como en muchos países, las escuela asentadas en provincias o zonas rurales


dependen de la enseñanza multigrado y de una planta docente e instalaciones
ineficientes, en comparación con las instituciones urbanas, como la de Shanghái,
que obtuvo en primer lugar en el informe PISA 2009.

El contexto de la educación en China se recorre hasta 1300 años atrás, cuando los
exámenes de la corte real (keju) se realizaban en torno a Los cuatro libros y los
Cinco clásicos, con el propósito meritocrático de seleccionar a los mejores para el
servicio oficial. Tras un examen sobresaliente se podía obtener un cargo en la corte
y así disfrutar de un estatus social alto, cambiando el destino de toda su familia.
Actualmente, el examen de ingreso a la universidad es un factor determinante para
la asignación de escuelas para los estudiantes, y determinar las proyecciones de
trabajo y vida de estos.

Cuando se fundó la República Popular China (1949) se priorizó la orientación


ideológica con el propósito de edificar una nación. El desarrollo moral, intelectual y
físico eran la dominancia en las educaciones de corte socialista, tanto así que la
identidad política primó sobre el desarrollo intelectual para la selección de talentos
en la educación superior. Este modelo perduró hasta 1976, siendo la llamada
Revolución Cultural la que puso fin a la educación ideológica.

A partir de 1977, bajo el mando del presidente Deng Xiaoping, la educación se


percibió como el sostén del progreso económico y social: “entrenar al talento y a los
cientos de millones que conforman la fuerza laboral de calidad apta para la
construcción de la modernización”. Los exámenes para ingresar a la universidad se
reestablecieron, infundiendo entusiasmo en la gente por la educación, pues le
permitió competir.

Ya en 1999 la armonía social se convirtió en otra prioridad en un contexto de


diversificación cultural, que derivó de la reforma económica y el afán de abrirse al
mundo. Se basó la educación en una perspectiva holística, y los enfoques en el
currículo pasaron de los dos básicos (conocimientos y habilidades) a un objetivo
tridimensional (conocimiento y destreza, proceso y método, emoción, actitudes y
valores).

Para lograr una educación universal, se legisló la educación obligatoria en 1986,


descentralizando la responsabilidad de proveer educación, quedando a cargo de los
gobiernos locales. Cuando la capacidad financiera del gobierno local no era
suficiente para solventar las escuelas se movilizaban recursos de la comunidad,
cobrando costos de inscripción y colegiaturas para contrarrestar ese déficit. Fue
hasta 20 años después, en 2006, que el Gobierno central se comprometió a
financiar la educación obligatoria.

Sin embargo, esa educación se enfocaba en los exámenes y a la memorización de


conocimientos, surgiendo el concepto de “educación de calidad”, la cual quedó
oficializada en 1993 con el anteproyecto de reforma. En 1999se reforzó la reforma
con mayores competencias como las “habilidades prácticas y la capacidad
emprendedora, el pensamiento independiente y la conciencia innovadora, el espíritu
científico y los hábitos de pensamiento innovador”

Para lograr los objetivos se realizó un estudio que involucró a más de 100 expertos
de varios sectores, así como agencias gubernamentales y autoridades locales.
Como resultado se promulgó un anteproyecto por parte del Ministerio de Educación,
cuyo fin es “promover la educación de calidad de forma global y aumentar las
competencias de os ciudadanos” en 12 áreas. A partir de aquí, se desprende una
reforma curricular en la educación básica. La reforma curricular siguió cinco pasos:
llevar a cabo un estudio sobre la viabilidad y pertinencia de las políticas; redactar
borradores que fueron posteriormente corregidos por investigadores y académicos;
hacer consultas a maestros, padres, investigadores, autoridades locales y
comunidades; aplicación de pruebas en algunas provincias de China y finalmente la
enmendación de la reforma con base en los comentarios de dicha experimentación.

El nuevo currículo integra las materias para un aprendizaje interdisciplinario para


incrementar la habilidad de los estudiantes, por lo que se incorporó al programa el
curso titulado Actividad Práctica Integrado (IHA en inglés) como como obligatorio, y
comprende del 16 al 20% del tiempo desde nivel básico y secundaria. Mientras
tanto, en la educación media superior se aplicó un sistema de créditos, siendo 144
punto el ‘mínimo para graduarse. El contenido se reestructuró en módulos
obligatorios y cuatro áreas optativas con, esto para facilitar que los alumnos se
orienten hacia sus intereses y habilidades propias desde una etapa temprana.

A pesar de las reformas educativas y curriculares, el avance en las competencias


hacia una educación holística, la educación sigue toándose con pared en la
educación superior: durante más de dos décadas se ha defendido que el examen
de ingreso a la universidad debería evaluar más habilidades que conocimientos.

También podría gustarte