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MEDULA ESPINAL
Qué es el Reflejo Miotático
La sensibilidad del huso muscular puede estar influenciada por los impulsos de los
nervios gamma. A mayor actividad gamma mayor sensibilidad de los husos musculares,
la actividad gamma es responsable del tono de los músculos, aumenta durante el dolor,
nerviosismo, inquietud o miedo, por lo tanto, cuando más relajados y tranquilos estemos,
menor actividad gamma será registrada y mejor podremos aprovechar la sesión de
entrenamiento para lograr los resultados deseados.
En los músculos también residen los husos tendinosos que tienen lugar durante la
contracción muscular activa y pasiva. El umbral de excitación de éstos es mucho más
alto que el de los husos musculares. Cuando la tensión muscular alcanza un umbral
crítico, que puede poner en peligro el músculo y se produce este reflejo miotático
inverso, que provoca la relajación muscular.
Actos reflejos
El término reflejo se define como la respuesta automática e involuntaria que realiza un
ser vivo ante la presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica
generalmente un movimiento, aunque puede consistir también en la activación de la
secreción de una glándula.
Como ejemplo de reflejo que implica el movimiento, puede citarse el de prensión palmar
que consiste en que al aplicar presión en las palmas de las manos con un objeto, se
desencadena una flexión espontánea de la mano que se cierra tratando de atraparlo.
Reflejos osteotendinosos
También reciben el nombre de profundos, de estiramiento muscular o miotáticos.
Consisten en que al estirar un músculo éste responde con una contracción que se opone
al estiramiento. Este tipo de reflejos se obtienen en la práctica médica realizando la
percusión de un tendón mediante un martillo de reflejos u otro objeto adecuado para tal
fin. La respuesta es una contracción brusca del músculo correspondiente. Los
principales reflejos pertenecientes a este grupo son:
Reflejos de flexión
Se origina a partir de receptores del dolor presentes en la piel y los músculos (receptores
nocioceptivos). La estimulación de los mismos produce una respuesta motora que tiende
a separar el miembro del estímulo doloroso, activando los músculos flexores de la
extremidad afectada, por ello recibe también el nombre de reflejo de retirada.
Este reflejo tiene la función fisiológica de evitar que se produzca un daño importante en
los tejidos. Se activa con relativa frecuencia en la vida cotidiana, por ejemplo si mientras
andamos pisamos una tachuela, automáticamente la pierna se flexiona y el pie se
separa del suelo en un intento de minimizar el daño.
Reflejos vegetativos
Los centros reflejos encargados de determinadas respuestas específicas se hallan
situados a diferentes niveles de la médula, como los que producen la erección del pene,
la eyaculación, la secreción de sudor, etc. Algunos se ubican en el bulbo raquídeo,
engrosamiento medular próximo al encéfalo donde están situados los centros
respiratorios, circulatorio, de la deglución, que controlan las actividades
correspondientes.
El funcionamiento vegetativo del organismo se halla regulado y controlado por un
conjunto de reflejos muy variados, entre los que se pueden citar, además de los que
afectan al sistema respiratorio, circulatorio o a la secreción salival, de cuyos centros se
hablaba en el apartado anterior, otros como la tos; el parpadeo; los reflejos posturales,
mediante los cuales se mantiene el equilibrio del cuerpo en condiciones estáticas y
dinámicas; el del tono muscular; el rubor o la palidez, éstos de carácter muy complejo.
Todos estos reflejos son de tipo innato, no aprendido y en su casi totalidad de carácter
involuntario, si bien sobre algunos se puede ejercer cierto control.
Reflejos patológicos
Se dan en numerosos cuadros clínicos transformaciones de centros nerviosos que
originan signos de notable valor diagnóstico. Entre los múltiples casos de interés en
patología diagnóstica cabe señalar, por ejemplo, el llamado reflejo de Flatau, o dilatación
pupilar por inflexión de la cabeza que puede registrarse en la meningitis; el reflejo de
Capp, trastorno vasomotor específico de la pleuritis.
Una lesión de la médula espinal (LME) es el daño de los nervios dentro del canal
espinal; la mayoría de las LME son causadas por traumatismo en la columna
vertebral, afectando así la capacidad de la médula de enviar y recibir mensajes
del cerebro hacia y desde los sistemas corporales que controlan la función
sensorial, motora y autonómica por debajo del nivel de la lesión.
Las células nerviosas en sí, con sus ramificaciones similares a un árbol (llamadas
dentritas) que reciben señales de otras células nerviosas, forman la "materia
gris". Ésta se encuentra en una región con forma de mariposa en el centro de la
médula espinal.
Los segmentos del cuello (o región cervical), desde C1 hasta C8, controlan las
señales hacia el cuello, los brazos, las manos y, en algunos casos, el diafragma.
Las lesiones a esta área resultan en tetraplejía, llamada comúnmente,
cuadriplejía.
Finalmente, los segmentos sacrales (desde S1 hasta S5) están justo debajo de
los lumbares en la parte media de la espalda y controlan las señales hacia la
ingle, los dedos de los pies y algunas partes de las piernas. Los efectos de las
lesiones en la médula espinal en distintos segmentos a lo largo de la columna
reflejan esta organización.
Las células de la médula espinal
Varios tipos de células realizan las funciones de la médula espinal, incluyen:
Las neuronas motoras grandes tienen axones largos que controlan los
músculos esqueléticos del cuello, torso y miembros.
Las neuronas sensoriales, llamadas células ganglionares de la raíz dorsal
y cuyos axones forman los nervios que transportan información desde el
cuerpo hasta la médula espinal, se encuentran inmediatamente fuera de la
médula.
Las interneuronas espinales, que están completamente dentro de la médula
espinal, ayudan a integrar la información sensorial y a generar señales
coordinadas que controlan los músculos.
Las glías, o células de soporte, son mucho más numerosas que las
neuronas en el cerebro y la médula espinal y cumplen muchas funciones
esenciales.
Un tipo de célula glial, el oligodendrocito, crea las vainas de mielina que
aíslan a los axones y mejoran la velocidad y confiabilidad de la transmisión
de señales nerviosas.
Otras glías encierran a la médula espinal como la llanta y los rayos de una
rueda, proporcionando compartimientos para los tractos de fibras nerviosas
ascendentes y descendentes.
Los astrocitos, células gliales grandes con forma de estrella, regulan la
composición de los fluidos que rodean a las células nerviosas. Algunas de
estas células también forman el tejido de la cicatriz después de una lesión.
Otras células más pequeñas, llamadas microglias, también se activan en
respuesta a lesiones y ayudan a eliminar los productos de desecho.
Todas estas células gliales producen sustancias que apoyan la
sobrevivencia de las neuronas e influyen sobre el crecimiento de los
axones. Sin embargo, estas células también pueden impedir la
recuperación después de una lesión. Tras una lesión, las células nerviosas
(neuronas) del sistema nervioso periférico (SNP), que transportan señales
a los miembros, el torso y otras partes del cuerpo, pueden autorrepararse.
Los nervios lesionados del SNC, sin embargo, no se pueden regenerar.
Aproximadamente 2/3 de las personas con lesiones cervicales que pueden sentir
el pinchazo de un alfiler en las piernas finalmente obtienen suficiente fuerza
muscular como para poder caminar. De las personas con lesiones cervicales y
que sólo pueden sentir un leve tacto, aproximadamente 1 de cada 8 pueden
caminar.
Cuanto más rápido vuelvan a trabajar los músculos, mejores son las
probabilidades de recuperación adicional. Pero cuando los músculos regresan
más tarde, después de varias semanas, es más probable que se trate de los
músculos de los brazos que los de las piernas.
Investigación
En la actualidad, no existe cura para las lesiones de la médula espinal. Sin
embargo, las investigaciones en curso para probar terapias quirúrgicas y
farmacológicas están progresando con rapidez. Se están examinando los
tratamientos farmacológicos para prevenir el progreso de la lesión, la cirugía de
descompresión, el trasplante de células nerviosas, la regeneración nerviosa y
terapias farmacológicas complejas como medios para superar los efectos de las
lesiones en la médula espinal.
Hipófisis
Nervio óptico
izquierdo y
derecho
Tallo hipofisario
Motor ocular común
Cuerpos mamilares
Arteria lenticuloestriada
(se encuentra debajo de Arteria cerebral anterior
la arteria carotida)
Arteria cerebral
media
Arteria carótida
común
Arteria Basilar