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PAUL VEYNE
Fue un arqueólogo e historiador francés especialista en la Roma Antigua, fue así
mismo fue miembro de la Escuela Francesa de Roma en los años de 1955 y 1957,
tras estos años se instaló en Aix Provence, como profesor de la Universidad de
Provence, después de esto el autor publicaría su obra como se escribe la historia,
la cual es un ensayo sobre la epistemología histórica, este ensayo surge en el auge
de la Historia cuantitativa, más sin embargo Veyne se encargara de impulsar la idea
de que la historia seria “un relato verídico”, convirtiéndose en uno de los primeros
llamados narrativistas.
Dicho esto, se puede ver que el objeto de estudio no es nunca la totalidad de los
fenómenos observables en un tiempo y espacio dados, sino únicamente algunos
aspectos que nosotros hayamos elegido. Por lo que en la historia no existe más que
un auténtico geometral: la Historia, la historia total, la totalidad de cuanto ha
sucedido, pero no podemos alcanzar este geometral.
Dicho esto, podemos ver que los acontecimientos no son totalidades, sino nudos de
relaciones, puesto que todo es histórico, la historia será aquello que nosotros
elijamos, se puede ver que en todos estos aspectos la historia es subjetiva. Pero a
su vez que todo lo que hace la historia son las sustancias de los hombres en el
mundo, y cualquiera sea la forma de considerarlo, es perfectamente objetivo.
CUARTO ACAPITÉ: Por pura curiosidad, por lo especifico
En esta parte el autor se encarga de menciona que la historia no es un humanismo,
ya que este no entremezcla conceptos trascendentales, la distención entre hecho-
valor y hecho-documento depende de cada punto de vista, de la trama elegido, y
este está lejos de determinar la elección de la trama ni la distinción entre lo que
sería histórico y lo que no sería.
El interés de la historia es el de acontecimientos individualizados que tienen carácter
irrepetible, pero no es su individualidad lo que interesa, si no tratar de
comprenderlos y hallar en ellos una especie de generalidad o de especificidad
El autor menciona dos principios en la historiografía, el primero, menciona que
consiste en pensar que la historia es conocimiento desinteresado y no colecciones
de recuerdos nacionales o dinásticos, el segundo es que todo acontecimiento es
digno de historia. Por lo que el tiempo histórico es únicamente el medio en el que
se desenvuelven con entera libertad las tramas.
QUINTO ACAPITÉ: Una actividad intelectual
En este apartado el autor hace énfasis en que la escribir historia es una actividad
intelectual, ya que “la historia es conocida por un ser que, a su vez, se encuentra en
la historia”. Y la conciencia no se ocupa de la historia, la historia en sí constituye un
ámbito en el que no puede haber intuición sino únicamente reconstrucción, por lo
que la historia es una idea erudita más no un dato existencial, y todo lo que la
conciencia conoce de la historia se limita a una estrecha franja del pasado,
menciona el autor.
Dicho esto, la historia no afecta al ser intimo del hombre y no cambia profundamente
el sentimiento que este tiene de sí mismo, el autor ve la historia como una actividad
cultural y la cultura es una dimensión antropológica, seguido de esto el autor ve la
historiografía como un acontecimiento estrictamente cultural que no implica una
nueva actitud ante la historicidad, ósea, ante la acción.