Está en la página 1de 16

CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

UNIVERSIDAD ESAN
CURSO: DERECHO DE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS.
PROFESOR: Dr. Julio Núñez Ponce
Tema: Jurisprudencia sobre Delito Informàtico.
Caso Práctico Nº 3. Corte Suprema de Justicia de la Repùblica.
Resolución 000610-2013.

Lima, seis de septiembre de dos mil trece

VISTOS: los recursos de nulidad interpuestos por


los procesados JULIO CHUNGA ORTIZ y JUAN CARLOS MACALUPÚ
CALDERÓN, y el representante del Ministerio Público, contra la
sentencia de folios cuatro mil cincuenta, del treinta de octubre del
dos mil doce, que: i) Condenó a JULIO CHUNGA ORTIZ como autor
del delito cometido por Funcionario Público-peculado doloso y
como instigador del delito Informático, en agravio de la
Municipalidad Distrital de La Unión-El Estado, a cuatro años de pena
privativa de la libertad por ambos delitos; del mismo modo, en el
extremo que establece como regla de conducta reparar el daño
causado y devolvió la suma de ciento treinta y ocho mil quinientos
ochenta y dos nuevos soles con noventa céntimos. ii) Condenó
a JUAN CARLOS MACALUPÚ CALDERÓN como autor del delito
Informático, tipificado en el segundo párrafo del artículo doscientos
siete-A, del Código Penal y como cómplice primario del delito
cometido por Funcionario Público-peculado doloso, en agravio de

1
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

la Municipalidad Distrital de La Unión-El Estado, a cuatro años de


pena privativa de la libertad por ambos delitos. iii)
Fijó en cinco mil nuevos soles el monto que los sentenciados
deberán abonar de forma solidaria con sus demás cosentenciados,
por concepto de reparación civil a favor del Estado. De
conformidad en parte con lo opinado por el señor Fiscal Supremo
en lo Penal.
Interviene como ponente el señor juez supremo Príncipe Trujillo.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. La defensa técnica del procesado Julio Chunga Ortiz, en


su recurso formalizado de folios cuatro mil cien, sostiene que: i) Tal
como lo precisó la pericia, los montos económicos no ingresaron a
la Municipalidad de La Unión; en consecuencia, es imposible la
existencia de una relación funcional, por lo que puede configurarse
el delito de Estafa, mas no el de Peculado. ii) El Colegiado Superior
condenó a su defendido por versiones de sus cosentenciados, sin
existir prueba objetiva; mientras que, respecto del delito
Informático, se debe absolver a su patrocinado, pues no se acreditó
que haya actuado como instigador.

SEGUNDO. Por su parte, el procesado Juan Carlos Macalupú


Calderón, en su recurso formalizado, de folios cuatro mil noventa y
cinco, sostiene que no es autor del delito de Peculado, en razón de

2
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

que no se apropió de dinero del Estado; del mismo modo, tampoco


se probó que hubiera manipulado el sistema informático que
funcionaba en la Municipalidad Distrital de La Unión, respecto de
cuya imputación solo aparecen en autos los dichos de los cajeros
de la indicada institución agraviada.

TERCERO. Finalmente, el representante del Ministerio Público, en su


recurso formalizado de folios cuatro mil ciento cuatro, sostuvo que:
I) La graduación del reproche penal, considerado por el Colegiado
Superior para ambos procesados es reducida, pues no se condice
con la magnitud del daño ocasionado con sus conductas, por lo
que debe elevarse la sanción hasta los siete años de pena privativa
de la libertad. ii) Cuestiona el monto que deberá devolver el
encausado Julio Chunga Ortiz, el mismo que debe elevarse hasta
los trescientos nueve mil seiscientos cincuenta y uno nuevos soles
con cincuenta y seis céntimos.

CUARTO. Según la acusación fiscal, de folios dos mil cincuenta y


cuatro, se atribuye a los encausados Julio Chunga Ortiz, quien se
desempeñó como Alcalde Distrital de La Unión-Piura, en el periodo
comprendido desde el dos mil tres hasta diciembre de dos mil seis,
y Juan Carlos Macalupú Calderón, quien se desempeñó en un
primer tramo de dicho periodo, como Jefe de Rentas y luego
encargado del sistema informático que controlaba los pagos
efectuados por los contribuyentes de dicha repartición edil, la
comisión y grado de participación de las figuras delictivas

3
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

señaladas en el párrafo precedente, en razón a que el procesado


Julio Chunga Ortiz, en su condición de Alcalde Distrital indujo e
impulsó a su cosentenciado a manipular, de forma maliciosa, el
sistema de cómputo de la institución agraviada, con la finalidad de
apropiarse para sí de los fondos del Estado, apartándolos de la
esfera de custodia de la Administración Pública, caudales
monetarios que debieron ingresar a las cuentas corrientes de la
agraviada, mediante la utilización de la mecánica de doble
emisión de recibos de pago. La modalidad que usaron consistió en
que cuando un contribuyente acudía a pagar un impuesto o
servicio que brindaba la Municipalidad Distrital, los cajeros de la
misma alertaban a Juan Carlos Macalupú Calderón, y este, a su
vez, a Julio Chunga Ortiz, el que disponía que se reciba el dinero, se
emita el recibo correspondiente al contribuyente por el monto de
dinero que había abonado; sin embargo, para la contabilidad de
la repartición edil, se modificaba el sistema informático, con la
finalidad de que se emitiera otro recibo con la misma numeración
que el primero, pero con un monto de dinero significativamente
inferior a la cantidad que se había recibido. Así, con esas
transacciones irregulares, el procesado Julio Chunga Ortiz se
apoderaba de la diferencia, monto que se traduce en un perjuicio
directo para la Municipalidad Distrital, con el aporte significativo de
su cosentenciado, Juan Carlos Macalupú Calderón, quien contaba
con claves de acceso al sistema informático para los cajeros de la
institución afectada y quien enseñó a los mismos a realizar dicha

4
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

fraudulenta operación, como lo mencionó a lo largo de todo el


proceso César Augusto Chunga Chunga.

QUINTO. El delito de Peculado, descrito en el artículo trescientos


ochenta y siete del Código Sustantivo, se configura mediante dos
modalidades delictivas, que se estructuran en función a los dos
comportamientos típicos que prevé la norma, como son:
apropiación y utilización. En la primera, el agente o un tercero hace
suyos los caudales o efectos públicos, apartándolos de la esfera de
custodia de la Administración Pública; por consiguiente, los
incorpora a su patrimonio; mientras que, en la segunda modalidad
delictiva, usa los efectos o caudales, sacándolos, igualmente, de la
esfera de custodia de la Administración Pública; pero solo con el
finalidad de utilizarlos, no de apropiarse de ellos, para sí o para otro.
Con esta modalidad, el agente no consume los bienes, solo los usa
y luego los regresa a la esfera pública; asimismo, en ambas
modalidades resulta evidente el beneficio económico-patrimonial
del funcionario o servidor público, agente del delito.

SEXTO. La libre apreciación razonada de la prueba, sustento del


artículo doscientos ochenta y tres del Código de Procedimientos
Penales, reconoce al juez la potestad de otorgar el valor
correspondiente a las pruebas, sin directivas legales que lo
predeterminen. Desde esta perspectiva, se debe afirmar que el
derecho a la presunción de inocencia exige que las pruebas de
cargo, que justifiquen una condena, deban ser suficientes. Es así

5
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

que el canon de suficiencia de la prueba –de la idoneidad de la prueba


de cargo para fundamentar la incriminación del imputado–, sobre la
apreciación lógica realizada por el juez, debe cumplirse a partir de
la configuración razonable de determinadas reglas o criterios de
valoración, que es del caso anunciar para asegurar la vigencia de
las garantías de un proceso penal constitucionalmente
configurado. Se trata, en suma, de criterios que permitan trasladar
las exigencias de racionalidad a la ponderación de la prueba, por
el órgano jurisdiccional, en un caso concreto.

SÉPTIMO. El mencionado tipo penal ha sido configurado por el


legislador como un delito especial o de infracción del deber, de
resultado e instantáneo. En el campo procesal, la estructura de este
delito exige que se demuestre la apropiación del patrimonio estatal
confiado o tutelado por el funcionario o servidor público; en ese
sentido, la sentencia recurrida explica, debidamente, en qué forma
se habría producido tal apropiación, pues la Sala Penal concluye
que la actuación del procesado Julio Chunga Ortiz, en su calidad
de Alcalde Distrital, indujo e impulsó a su cosentenciado Juan
Carlos Macalupú Calderón, a manipular de forma maliciosa el
sistema de cómputo de la institución agraviada, con la finalidad de
beneficiarse con el patrimonio de la entidad edil, apartando de la
esfera de dominio de la administración pública, caudales
monetarios que debieron ingresar a las cuentas corrientes de la
agraviada; para lo cual utilizó una doble emisión de recibos de

6
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

pago, acto ilegal en el que participaron una serie de trabajadores


ediles que coadyuvaron en la consumación del objetivo ilícito.

OCTAVO. Por eso, del estudio de autos se aprecia que la tesis


delictiva esgrimida por el acusador se encuentra acreditada sobre
la base de los siguientes elementos de prueba: i) Como se observa
de la acusación fiscal, se imputa a los dos procesados haber
colaborado para perjudicar al Estado, mediante la manipulación
del sistema informático de la entidad edil, lo que originó la emisión
de dobles de recibos de pago, lo cual se acredita con las
declaraciones del sentenciado CÉSAR AUGUSTO CHUNGA
CHUNGA, cajero de la Municipalidad agraviada, el que a folios
veintiuno, en presencia de su abogado defensor, señaló que el
Alcalde Distrital Julio Chunga Ortiz le dijo que Juan Macalupú
Calderón le explicaría como manipular el sistema, por lo que este le
creó una clave. Destaca la modalidad delictiva utilizada: cuando
un contribuyente entregaba dinero él lo recibía y expedía un recibo
de ingreso, pero después lo anulaba del sistema para que
apareciera como no ingresado y luego entregaba el dinero
directamente al Alcalde o a sus secretarias. ii) La anterior diligencia,
pese a no contar con la presencia del representante del Ministerio
Público, fue ratificada por el declarante en sus declaraciones de
folios mil ochocientos cincuenta, tres mil novecientos noventa y tres
mil ochocientos cincuenta y ocho, en las que sostuvo que su
coencausado Julio Chunga Ortiz, en su condición de Alcalde
Distrital, comisionó a los trabajadores de la entidad edil –ahora ya

7
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

sentenciados–, para que recogieran el dinero del área de caja; con


tal fin, su otro coencausado, Juan Carlos Macalupú Calderón,
aprovechó su condición de administrador del sistema
computarizado de la Municipalidad agraviada, para manipularlo,
con la finalidad de suprimir el recibo que había sido entregado al
contribuyente (vecino), luego creaba otro comprobante que
ingresaba al sistema con un monto menor, con el fin de que la
diferencia resultante entre ambos, fuera entregada a su
coprocesado Julio Chunga Ortiz. Además, Macalupú Calderón,
generó claves de acceso al sistema de cómputo, y lo aleccionó en
la maniobra de eliminación del verdadero recibo y suplantación
del que expresaba la cantidad menor. Se debe enfatizar que dicha
versión se mantuvo desde la etapa preliminar y a lo largo de todo
el proceso inalterablemente, gozando de coherencia, uniformidad
y persistencia, que le otorgan fuerza probatoria para desvirtuar la
presunción de inocencia que le asistía a los encausados
recurrentes. Estas declaraciones fueron corroboradas por sus
cosentenciados, Norley Josefa Yesquén, Manuel Absalón Fiestas
García, Janette Magaly Lachapelle Ocaña, Lorena Beatriz Tume
Sánchez y María Esther Pingo Cobeñas; quienes mencionaron que
fueron comisionados por Julio Chunga Ortiz, quien incluso los
coaccionaba para que recogieran dinero en efectivo de la caja
de la Municipalidad Distrital y se lo entregaran, para lo cual dichos
encausados debían suscribir el recibo correspondiente. Lo que
demuestra válidamente que el Alcalde Distrital, Julio Chunga Ortiz,
dispuso que sus coencausados actuaran para apropiarse del

8
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

patrimonio del Estado y beneficiarse con ello; además, indujo a


Macalupú Calderón a generar claves de acceso al sistema de
cómputo, con las que se realizarían operaciones ilícitas que
conllevarían perjuicio patrimonial a la agraviada, lo que
obviamente demostró también la activa participación que este
último tuvo en los hechos, desde su ámbito de competencia, pues
no solo manipuló el sistema de computo, sino que lo hizo en
beneficio del Alcalde Distrital, con lo que se acreditó su
complicidad en el delito de peculado cometido por el primero. iii)
Asimismo, la vinculación de Macalupú Calderón con los cargos
atribuidos, se demostró en autos, sobre la base de abundante
prueba de cargo, que probó que como cajero de la Municipalidad
agraviada, colaboró con su coencausado, a fin de perjudicar
económicamente a la agraviada; para esto manipuló ilícitamente
el sistema de cómputo, para que se genere una doble facturación,
esto se demuestra, además de lo ya anotado, con la confrontación
que tuvo con su coencausado Fiestas García, ya sentenciado,
quien admitió, de forma persistente y verosímil, que este le creó una
clave para que pudiera borrar y modificar los montos de ingresos al
sistema de la entidad agraviada, declaración en la que no se
observó interés alguno en evadir su propia responsabilidad, pues
admite hasta dónde le correspondió actuar. iv) Respecto al
perjuicio patrimonial y el monto a devolver, elementos necesarios
para la configuración del delito de peculado, cabe anotar que
este se encuentra plenamente acreditado en autos, con el valor
probatorio de la pericia contable, de folios doscientos catorce. Es

9
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

así que el citado documento estableció que en el dos mil tres no se


depositaron cinco mil cuatrocientos setenta y nueve nuevos soles,
mientras que durante el dos mil cuatro, se dejó de contabilizar
treinta y tres mil cuatrocientos ochenta y ocho nuevos soles con
treinta y ocho céntimos. Asimismo, en el dos mil cinco, se dejó de
depositar ciento veintisiete mil quinientos sesenta y un nuevos soles
con treinta y nueve céntimos, y en el dos mil seis el perjuicio
ascendió a ciento cuarenta y tres mil ciento veintidós nuevos soles
con setenta y cinco céntimos, lo que hizo un total de trescientos
nueve mil seiscientos cincuenta y un nuevos soles con cincuenta y
seis céntimos, conforme sostuvo el perito contador autor de dicho
examen, en la propia experticia a nivel judicial, a folios mil
ochocientos veinte, y juicio oral, a folios tres mil trescientos noventa
y seis. v) Además, a folios dos mil setecientos cincuenta y siete, obra
una segunda pericia contable, dispuesta por el Colegiado Superior,
que tuvo como objetivo la determinación de la existencia o no del
perjuicio económico en agravio del Estado. En dicho examen, se
determinó que durante el tiempo ya mencionado, se ideó el
mecanismo fraudulento del doble recibo de pago; manipulando la
base de datos de la entidad agraviada así, por ejemplo, se
mencionó en su anexo tres, el recibo pagado por dos
contribuyentes (Castillo Taylor y Muñoz Collazos), por concepto de
Impuesto Predial y Arbitrios, de los años dos mil al dos mil cuatro, por
un importe de mil setecientos nuevos soles; sin embargo, se verificó
que dicho recibo fue anulado y se ingresó a la contabilidad de la
agraviada uno con la misma numeración por un importe de cien

10
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

nuevos soles, por el concepto de pago de administración de agua,


lo que generó una diferencia de mil seiscientos nuevos soles, que
como se afirmó fueron a parar a manos del encausado Julio
Chunga Ortiz. En dicho examen contable, se concluyó que el
detrimento económico causado a la entidad edil, ascendió solo a
ciento cincuenta y tres mil quinientos ochenta y dos nuevos soles
con noventa céntimos; sin embargo, resulta vital mencionar que el
segundo dictamen pericial fue ordenado por la Sala Penal Superior,
y sometido al contradictorio por lo que goza de virtualidad
probatoria a efectos de demostrar cuál fue la suma indebidamente
apropiada por el procesado recurrente, por lo que ambos se
complementan entre sí para determinar la existencia del señalado
perjuicio patrimonial, pues concuerdan en dicho resultado ilícito.
Ante ello, se concluyó válidamente que el monto del perjuicio
ascendió a ciento cincuenta y tres mil quinientos ochenta y dos
nuevos soles con noventa céntimos; sin embargo, por error material
manifiesto se consigna una suma diferente a la que se determina
en los considerandos de la recurrida, lo que debe ser corregido en
la presente Ejecutoria Suprema; por lo que los agravios esgrimidos
por el titular de la acción penal, en cuanto al monto que deberá
devolver el procesado Chunga Ortiz, no resultan atendibles en este
extremo.

NOVENO. Asimismo, la responsabilidad penal de Julio Chunga Ortiz,


se demuestra porque luego de que inicialmente negara todos los
cargos atribuidos a nivel del juicio oral, sostuvo que el dinero que

11
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

pedía a los trabajadores de la entidad agraviada fue dedicado a


la realización de obras sociales; sin embargo, en autos no existe
prueba alguna en ese sentido, ni se demostró en qué se utilizaron
los trescientos nueve mil seiscientos cincuenta y un nuevos soles con
cincuenta y seis céntimos, que fueron derivados del ámbito de
propiedad de la agraviada, hacia su propio patrimonio; lo que
además se demostró en autos, pues el encausado solicitó distintas
sumas de dinero a título de préstamo a los cajeros de la
Municipalidad, Chunga Chunga, Fiestas García y Yesquén Morales;
para ello utilizaba a dos secretarías y un personal de servicio para
que requirieran el dinero a los excajeros de la entidad, BAYONA
MOSCOL, PINGO COBEÑAS y TUME SÁNCHEZ, para que
personalmente sus coprocesados recojan el dinero y se lo
entreguen. Además, obra en autos el Informe de folios ciento doce,
en el que la tesorera Lachapelle Ocaña le recordó que el área de
caja le solicitó la devolución del dinero prestado a su despacho;
por último, a folios dos mil cuatrocientos cincuenta y ocho obra un
cuaderno de cargo, donde se consignan las sumas entregadas a
sus coprocesados, que iban dirigidas al Alcalde Distrital. Por lo
demás, a lo largo del presente proceso se descartó que tales
hechos se trataran de simples infracciones administrativas, pues se
demostró con suficiencia, el actuar consciente y voluntario para
apropiarse de fondos del Estado en su provecho, quebrantando,
así, los deberes funcionales de lealtad y probidad de los que era
titular el encausado.

12
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

DÉCIMO. La pena privativa de libertad suspendida, impuesta al


encausado Julio Chunga Ortiz, no respetó los parámetros legales
estipulados por el artículo trescientos ochenta y siete del Código
Penal, así como los criterios rectores de determinación e
individualización de la pena, previstos en los artículos cuarenta y
cinco y cuarenta y seis del citado Código, pues no se tuvo en
cuenta la gravedad del ilícito cometido ni la especial función que
el procesado cumplió en la administración pública, que lo llevó a
quebrantar los deberes funcionales de lealtad y probidad que
formaban parte de su competencia en razón a su cargo; por lo que
esta debe elevarse prudencialmente hasta el límite de la propia
culpabilidad por el hecho, incremento en la graduación de la pena
que se establecerá en función a los principios de proporcionalidad
y razonabilidad jurídicas, contemplados en el artículo octavo, del
Título Preliminar del Código Penal, por lo que la pena impuesta de
cuatro años, suspendida en su ejecución por el periodo de prueba
de tres años no se encuentra arreglada a derecho y debe ser
incrementada a cinco años, ordenándose la ubicación, captura e
internamiento en un penal del procesado Chunga Ortiz. Por el
contrario, la pena impuesta por el Colegiado Superior a Macalupu
Calderón respetó los parámetros ya mencionados, y respondió al
grado de su culpabilidad por el injusto cometido, por lo que se
encuentra arreglada a Ley. Por último, en cuanto al monto fijado
como reparación civil a favor del Estado, este resulta proporcional
al daño causado y respeta lo dispuesto por el artículo noventa y tres
del Código Penal –la

13
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

reparación civil comprende la restitución del bien o, si no es posible, el pago de

su valor, y la indemnización de los daños y perjuicios–; por lo que la


determinación de su monto se encuentra arreglada a Ley.

DECISIÓN:

Por tales fundamentos, declararon: I) NO HABER NULIDAD en la


sentencia de folios cuatro mil cincuenta, del treinta de octubre del
dos mil doce, en los extremos que: a) Condenó a JUAN CARLOS
MACALUPÚ CALDERÓN, como autor del delito Informático,
tipificado en el segundo párrafo del artículo doscientos siete-A del
Código Penal, y como cómplice primario del delito cometido por
Funcionario Público-peculado doloso, en agravio de la
Municipalidad Distrital de La Unión-El Estado, a cuatro años de pena
privativa de la libertad por ambos delitos. b) Condenó a JULIO
CHUNGA ORTIZ, como autor del delito cometido por Funcionario
Público-peculado doloso, y como instigador del delito
Informático, en agravio de la Municipalidad Distrital de La Unión-El
Estado. c) Fijó en cinco mil nuevos soles el monto que los
sentenciados deberán abonar, de forma solidaria con sus demás
cosentenciados, por concepto de reparación civil a favor del
Estado.
II) HABER NULIDAD en la propia sentencia, en el extremo que
impuso cuatro años de pena privativa de la libertad por ambos
delitos, al procesado JULIO CHUNGA ORTIZ, y estableció como regla
de conducta reparar el daño causado y devolver la suma de

14
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

ciento treinta y ocho mil quinientos ochenta y dos nuevos soles con
noventa céntimos; y REFORMANDOLA, le impusieron CINCO AÑOS
de pena privativa de la libertad, la misma que será computada
desde que sea capturado. CORRIGIERON la recurrida en cuanto al
monto que deberá devolver el procesado a la entidad agraviada,
y precisaron que este asciende a ciento cincuenta y tres mil
quinientos ochenta y dos nuevos soles con noventa céntimos, el
que deberá ser entregado en el plazo establecido en la recurrida.
III) DISPUSIERON su inmediata ubicación y captura, y posterior
internamiento en un establecimiento penitenciario, debiéndose
oficiar con tal propósito. Y los devolvieron. Interviene el señor juez
supremo Morales Parraguez, por licencia del señor juez supremo
Prado Saldarriaga.

S. S.
SAN MARTÍN CASTRO

RODRÍGUEZ TINEO

SALAS ARENAS

PRÍNCIPE TRUJILLO

MORALES PARRAGUEZ

15
CORTE SUPREMA SALA PENAL TRANSITORIA

DE JUSTICIA R. N. N.° 610-2013


DE LA REPÚBLICA
PIURA

PT/lmfrf

16

También podría gustarte