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Diciembre 1995

Monográfico
Anthony Mann

Entrada Libre
MANDY con perspectiva .
LA GRANDE ILLUSION de Jean Renoir

Cinemateca
VERACRUZ de Robert Aldrich
VERTIGO
REVISTA DE CINE

Nº 12. Diciembre 1995

VERTIGO. Revista de cine es una publi- SUMARIO


cación editada por el Ayuntamiento de La
Coruña y realizada por el Ateneo da Co- 2. FLASHBACK
ruña. Comisión de cine. •Hemeroteca
Manuel González
Dirección •El Orador. Algunas precisiones sobre un
Enrique Alonso Quintás controvertido filme de Gómez de la Serna
Luis Fernández Colorado
Redactor-jefe
José Luís Castro de Paz 10. ANTHONY MANN
•Anthony Mann a través de sus películas
Consejo de redacción David Breijo
Dany Arias •La mujer en el cine negro: Análisis de
David Breijo STRANGE IMPERSONATION
Ubaldo Cerqueiro Eva Parrando Coppel
María Elena <:;ores •La agonía de la escritura clásica y los lí-
Eva Parrondo Coppel mites del realismo. La trilogía " negra" de
Anthony Mann (1947-1948)
Colaboradores de este número Carlos Losilla
Dany Arias, David Breijo, José Luis Castro •As time goes by: El paso del tiempo en
de Paz, Josetxo Cerdán, Luís Femández Co- MUSICA Y LAGRIMAS
lorado, Manuel González, Angel Luis Hue- Jaime J. Pena
so, Annette Kuhn, Antía María López Gó- •Anthony Mann: La máscara del western,
mez, Pedro López Gómez, Carlos Losilla, el rostro de Stew art
Xosé Nogueira, Jaime J. Pena, Eva Parron- Ramón Moreno Cantero
do Coppel, Ramón Moreno Cantero •El beso de la espuela . COLORADO JIM (THE
NAKED SPUR, 1953)
Redacción Dany Arias
Ateneo da Coruña. Comisión de cine. •MAN OF THEWEST: El heroe 'novelesco' y el
Rúa Alfredo Vicenti, 6-1 º. crepúsculo del western clásico
A Coruña. Telf. 981 27 81 65 José Luis Castro de Paz
•El fin de un imperio cinematográfico (que
Deseño Gráfico no romano)
Xosé Díaz Angel Luis Hueso
!mago Mundi Deseño
60. ENTRADA LIBRE
Impresión •MANDY con perspectiva
Imprenta Mundo S.L. Annette Kuhn
ISSN: 1131-8023 •LA GRANDE ILLUSION de Jean Renoir. La cons-
Depósito legal: C-1622-1991 trucción de la gesta heroica o la simbólica
del don
La cubierta reproduce un fotograma de WIN- Antía María López Gómez
CHESTER 73 [1950], con James Stewart, y la
contracubierta otro de EL HOMBRE DEL OES- 74. CINEMATECA
TE [1958], con Gary Cooper. •Al otro lado del Río Grande. VERACRUZ, 1954
Dany Arias

VERTIGO no se identifica necesariamente con las 76. LIBROS DE CINE


opiniones expresadas en los artículos, que son res-
ponsabilidad únicamente de sus autores. 80. CINE y ARQUITECTURA

íi.TE~\'(€0
11 DAJjCO
RU~NA
~
ATENEO DA CORUÑA Ayuntamiento de La Coruña
Concello da Coruña
VERTIGO
Flashback

GLOSAS REGIONALES

Reproducciones gráficas:
Un caso de responsabilidad
Desde hace algún tiempo se agudizan los nombre regional- el que pueden pro-
intentos de hacer películas gallegas. He- mover.
mos dicho intentos porque entre lo hecho Esto afecta tanto al cinematografia-
2 no hemos visto lo logrado plenamente y dor - valga la palabra- como al fotógra-
V porque lo que está por ver .. . está por ver.
No culpamos de los males pasados a los
fo corriente. Ya no es posible dar versio-
nes de nuestro país como pudieron darse
artistas, que en algunas ocasiones fueron hace 30 años. En todo existe competencia,
poco menos que víctimas de su prematu- y ésta alcanza a las bellezas territoriales.
ra afición o de su exagerado patriotismo. El fotógrafo y el artista deben ir del bra-
Ha faltado siempre el inteligente brazo zo cuando sa len a capturar los encantos
protector de los trabajos. Estas obras no de la tierra. No se puede disparar el obtu-
pueden encomendarse exclusivamente a rador con la inocencia con que pudieron
la iniciativa y al desarrollo individuales. Por hacerlo nuestros padres. Entonces el pun-
Las cuatro un lado son costosas, y por otro tienen una to de vista era uno para todos los fotó-
páginas que transcendencia tal que nos hacen pensar grafos. Así, contemplando perspectivas de
compronen la en la cuestión de responsabilidad -de res- hace treinta años, puede parecer que ca-
sección ponsabilidad ante el país, ante el buen da panorama no permitía más que un si-
HEMEROTECA,
constituyen una
antología de
prensa gallega Anuncio aparecido en la re-
de temas vista Céltíga (25-10-1930),
relacionados iiGRANDIOSO EXITO!! referido al estreno de LA
CAsA DE LA TROYA en Buenos
con el cine, de Aires
la que es autor
Manuel
González,
LA CASA DE LA TROY A
director de la VERSION SONORA DE LA ADMIRABLE
Escola de lmaxe ADAPT ACION CINEMA TOGRAFICA
e Son de A DE LA NOVELA DE PEREZ LUGIN
Coruña

Todos los
MUIÑEIRAS
gallegos de-
ALBORADAS ben concurrir
FOLIADAS al
ALALAS CINE GLORIA
para disfru-
MUSICA Y tar las inefa-
CANCIONES bles emocio-
nes de nues-
REGIONALES
tra tierra
GALLEGAS

~ ~
LA MAS FIEL Y ARTISTICA INTERPRETACION
DEL ALMA GALLEGA
Todos los días en el "Cine Gloria", AY. DE MAYO 1225
Exclusivas: S. A . C. H. A. MANZANERA - Tucumán 1460
El notable caricato gallego Francisco Castailo Otero, que marcha a l\ueva York, contra1ado Fªra hacer peliculas. Varias de
sus creaciones, vistas por nuestro redactor artístico, Castar.o.

3
V

1, Retrato-2, Fumador-3, Faros-4, Calle ancha-5, Saludo-6, Víeja-7, Tapadera-8, Colgante-9, Adios, guapa-10, Pez.
-11, Matando-12. Niflo chupa.

De Vida Gallega
(10-04-1928) tio para enfocarlo cuando todos los artífi- sotros, fuera de toda traba oficial, en lo-
ces tenían que emplazar allí sus máquinas. grar que los fotógrafos y peliculeros ten-
La consecuencia fue hacer de aquellos por- gan presente la responsabilidad en que in-
tafolios una obra monótona y escasamente curren al reproducir de cualquier modo las
comprensiva. bellezas de un país que puede presentar-
Faltó en aquello tiempos el estudio de se dignamente al lado de los más hermo-
la psicología del paisaje. Galicia es un pa- sos y más visitados de la tierra.
ís de montes y árboles. Hay que presen- Los organismos oficiales que subven-
tarlo, pues, con sus invariables y pintores- cionan o pagan totalmente la ejecución
cas características. Y no será perfecta la re- de películas están ya en codiciones de po-
producción gráfica en el cual, pudiendo ner manos a la obra.
ser, falten esos factores ornamentales. No hablamos a humo de pajas. Es este
Para que se produjese la imperfección el momento de las iniciaciones gráficas
que en punto a estas notas típicas acusan gallegas y cuanto se diga para orientarnos
muchas de las películas modernas - no me- bien tiene que parecernos poco.
nos incompletas que las fotografías de ha- Ante todo es preciso alejar de los pro-
ce treinta años- no ha puesto poca par- pósitos de exhibicionismo de Galicia los
te de culpa la precipitación con que se re- compromisos de amistad, y hasta los sen-
alizaron los trabajos de captación de las timientos de caridad, si éstos mediasen.
notas gráficas gallegas. Cada panorama, Galicia está por encima de todo. El in-
cada simple paisaje exigen un detenido es- terés gallego es lo primero. Y en la comu-
tudio previo. La belleza absoluta se pro- nión de elementos de éste, ante todo el
duce en ciertos días, a cortas horas, en de- interés general de la patria, que no siem-
terminadas condiciones de luz, con este o pre puede ser compatible con el de los in-
el otro horizonte. Y solo cuando la repro- dividuos.
ducción se obtuvo en las circunstancias re- Hay que hilar muy delgado. Por todas
queridas podrá mantener, ante el paisaje partes se extrema la perfección gráfica. El
exótico, una triunfante competencia. buen gusto ha hecho enormes progresos.
Porque hay que advertir que fuera de También progresaron las exigencias del
aquí se estudian todas estas cosas que mi- público . Y si es necesario superar al país
ran al efecto ante la curiosidad del públi- mismo, sublimar la reconocida belleza te-
co, y se obtiene por el "truco", si acaso rritorial, no pueden advertirse versiones
es necesario, lo que aquí podemos con- defectuosas y, en las más de las veces, no
seguir, teniendo un poco de paciencia, que bien entendidas.
no de habilidad, por procedimientos más No nos referimos a nad ie. Hablamos
honrosos. en términos generales, después de pre-
Día ha de llegar en que las exterioriza- senciar algunos fracasos que no debieron
ciones gráficas sean objeto de censura lo producirse nunca y temiendo que las mis-
mismo que lo es hoy un artículo político mas causas ·puedan, en lo porvenir, origi-
cualquiera. Mientras no lleguemos a ese nar los mismos efectos. [Vida Gallega, 20-
día, bueno será que nos preocupemos no- 11 -1929] @
VERTIGO
Flashback

CRONICAS GARCIRRUBIESCAS

El Cine, Agente de Turismo

Cecilio Garcirrubio

V Sin discusión al guna, en los tiempos que co- buena cantidad de dinero en la clase de anun-
rremos, es el cine el medio más eficaz de pro- cio indicado y otros análogos. No lo censuro,
paganda. Se trata de un espectáculo que t iene pero creo que sin gastar dinero puede hacerse
extendido su rad io de acción por el mundo en- mejor. No a pedir que el arte cinematográfi-
tero. Ya por distracción o por recurso, que la co de que son la "meca" los Estados Unidos, se
gente llena las salas de estos espectáculos. Unos nacionalice en España y queramos hacernos sus
acudirán con mejor voluntad que otros, y aun- magnates. Tampoco -y esto bien pudiera ser-
que sea con finalidades diversas, p~ro lo cier- que se rueden películas grandes, con lo cual sal-
to es que las salas se llenan. Las diversas edi- dríamos al paso de tanta españolada como se
ciones que de una misma cinta se hacen, en "cuece" por "allá" y se propaga por "acá".
el transcurso de un año, dan la vuelta al mun- Lo que quiero es más sencillo y más prácti-
do varias veces. co, y algunos países ya lo han hecho con ex-
Y contándose los espectadores por millones celente resultado. Los "noticieros" de una o
y millones, veremos que cualquier clase de re- dos partes que suelen proyectarse antes de la
clamo por este procedimiento sería de lo más película grande, pueden substituirse perfecta-
eficaz. La propaganda por medio de carteles, mente por otra clase de "noticieros" que nos
no es que esté mal, pero no es una cosa per- muestren las múltiples bellezas de nuestro pa-
fecta que digamos. Además es ya un procedi- ís: el paisaje, la arquitectura, las joyas, las reli-
miento tan gastado y manido que resulta cada quias; que nos hablasen con sus estampas de la
día menos edificante. Puede un cartel estar vida campesina; de la aldea; de las constum-
sobre un muro por espacio de un año sin que bres; de las tradiciones; del alma genuina del
le haya leído nadie. Y es que el público está pueblo; de todo lo hermoso y lo bello que es-
cansado de propaganda tan monótona y rudi- ta sin igual España encierra y que hasta los mis-
mentaria. Esta debe hacerse discretamente, sin mos españoles desconocemos. Esto en primer
que se advierta. lugar, el público español lo vería con simpatía
Sin duda alguna, en España se invierte una porque sería una forma de conocer su patria, Vida Gallega (20-04-1914)

Lamparillas Gallissá
ARDEN SIN ACEITE
Duración garantida ocho y doce horas
PARA LAS HABITACIONES DE LOS ENFER-
Insustit11ibles MOS V DE' LOS NIÑOS

1111prescindibles
PARA ARDER
EN ORATORIOS Y CAPILLAS
PARA EL ALUMBRADO ,SUPLETORIO EN LOS
I11dicadísi111as TEATROS Y CINE.MATOORAFOS
por J. M. Gallissá: calle Cardenal
Fabricadas Casañas número S.
Barcelona
VERTIGO
Flashback

GRETA
GARBO
La mujer más seductora del
mundo no tolera sombra alguna
en su belleza : la mirada fasci-
Cla rn Bow e_nca rna el tip o
nada de los hombres puede muy m ode rn o d e In mu -
fijarse en ella, sin que descubra chach a indepcndientt', 5
el menor defecto. apasionada del dt!por l e,
"Antes me hacia depilar. dice
G reta Garbo, la exquisita ar-
del baile, del fll rl.
Cla ra Bow, la delici osa
V
ti sta de la pantalla. Hoy uso es trella d e ci ne , usa Toky,
Taky que es infinidamente más el único mé tod o que hilc o
agradable, más ráp ido y más desaparecer definitiva-
seguro." m ente has ta la raíz el pelo
Taky ideallz.a la mujer. y el vello q uo tanto afean.
Use Ta ky sin tardanza. Da T aky , crema suave y per-
venta en todas partes en forma fu mada, so usa ta l cual
de agu a o de crema . - Tubo sale del tubo . S u el ec to
grande : Ptas 4,75; Tubo pe- e s Inmedi ato.
queño: Ptas 3,60: Frasco mo- U sa t am bi én el agua T aky
delo único : Ptas 5,20. que da los mismos re-
Concufonarfo : GROLLERO, Balmea,
sultados. •
Con cesionario : GROLLEl10 ,
46 - BARCELONA. B nlm!!s, 46 - BARCELONA .

USA usA
TAl<Y

Izquierda: ya que la gran masa carece de recursos y no no haría falta mucho. Y a la vuelta de poco
Vida Gallega (30-07-32).
Derecha;
puede hacerlo de otra forma . Y por lo que se tiempo, los derechos devengados por el alqui-
Vida Gallega (10-11-32) refiere al mercado extranjero, yo creo quepo- ler de las cintas, rebasarían los desembolsos. La
drían exhibirse con idéntico agrado de las gen- propaganda sería formidable, mundial. Y co-
tes que admirarían a la España verídica: a una mo hay riquezas emotivas sobradas para con-
España que t iene otras cosas que toreros, gi- tinuar esta clase de producciones, nada de par-
t anos y chulas de mantón y navaja en la liga; a ticular tendría que a la larga de los años, se con-
una España que hace más que reir, beber y bai- virtiera España en un país de verdadera atrac-
lar ... ción y turismo. Lo
El Patronato que hace falta. es
Nacional del Tu- vo luntad para
rismo podía en- conseguirlo. Eso
cargarse de con- 1ES HOY ENEL es t odo. [E/ Pue-
vertir esta idea en
realidad. Dinero T.~,!'? ! ~..~r.~1!:.K 0
blo Gallego, 4-
10-1931]@
1 1 • • • • • • • !, • _. • _LI

El Faro de Vigo (11-08-34)

'··
- :.. t ~ ~ -=.: . ¡ • • .... • '"" ,.. • -~ -...·: • ._:• .;...4 .... . ~-·{.... ; '.".• ~ ~·q· . -:.,..~~
VERTIGO
Flashback

En el último número de esta revista aparecieron, dentro de esta mis-


ma sección, unas reflexiones de urgencia acerca de EL MISTERIO DE LA PuER·
TA DEL SoL, película que acababa de ser recuperada por Filmoteca Espa-
ñola tras sesenta y cinco años de permanecer oculta en la buhardilla
de una localidad burgalesa. Con tal motivo dedicábamos un espacio a
glosar someramente las andanzas de su productor y principal artícipe,
Feliciano Vitares, en el que se hacía mención a que dicho largometra-
je sonoro -el primero de estas características realizado por nuestra in-
dustria- estuvo precedido por unas cintas de breve duración roda-
das con el sistema Fhonofilm de Lee de Forest, entre las que se conta-

V
Algunas precisiones sobre un controvertido filme de Gómez de la Serna

Luís Fernández Colorado

ron discursos, charlas humorísticas o actuaciones musicales. En teoría


ninguno de estos títulos se conservaba, pero un paciente rastreo aún
sin finalizar por diversos archivos documentales ha permitido inferir
que un puñado de obras de confusa datación, aunque conocidas des-
de antaño, se correspondía con aquellas primitivas producciones. La
más emblemática y, al mismo tiempo, la que requiere mayores apos-
tillas historiográficas, es EL ORADOR, LA MANO o RAMÓN, denominaciones
alternativas de un cortometraje en plano fijo de tres minutos y medio
protagonizado por el escritor madrileño Ramón Gómez de la Serna. A
eso van dedicadas las siguientes líneas, avance de un texto más am-
plio que corre en paralelo al inicio de las tareas preparatorias para la
restauración de todos los fims.

La plena confinnación de que esas películas per- que delatan de manera inconfundible su perte-
tenecían al catálogo de la Hispano De Forest Fo- nencia a ese conjunto, como a continuación ire-
nofilms -sociedad tenedora de los derechos de mos degranando.
explotación para la Península lbbérica de dicho Ahora bien, antes de seguir adelante deten-
sistema norteamericano de sonido óptico- fue gámonos un momento a esbozar las causas por
en gran parte anterior al hallazgo de EL MISTERIO las que este cortometraje ha ido cobrando verda-
DE LA PUERTA DEL SOL, pero la magnitud de es- dera importancia historiográfica. El argumento
ta noticia provocó que aquella otra quedara os- de más peso radica en la personalidad en sí del
curecida por completo. Ni siquiera despues, cuan- interviniente, cosmopolita escritor de logrados
do las informaciones se fueron multiplicando a esperimentos literarios, receptivo aficionado y
medida que el citado largometraje iba siendo ex- defensor a ultranza del cinematógrafo, y una per-
hibido en el marco de la cuadragésimo tercera sona de significada afi nidad con las corrientes
edición del Festival Internacional de Cine de San más avanzadas que estaban en eclosión por to-
Sebastián y en el Cine Doré de Madrid, se hizo da Europa. De ahí arranca un debate todavía abier-
referencia a que detrás de esto iban a ser recupe- to en torno a la adscripción del filme a la van-
rados los demás títulos que se conservaban una guardia, no tanto por su contenido o textura for-
vez solventadas algunas cuestiones administrati- mal como por la hopótesis acerca de a quién atri-
vas y con la calma propia de las limitaciones pre- buir la verdadera paternidad de un producto tan
supuestarias que sufre la Filmoteca Española. No singular y, en apariencia, distante de las cánones
es intención del que suscribe transgredir el cons- industriales estandarizados, o sobre su presunta
treñido espacio de estas páginas ni agotar al su- conexión con las sesiones del Cineclub Español.
frido lector con un exhaustivo recuento del ma- Nacido en Madrid en 1888 dentro de una fa-
terial localizado, sino dejar constancia informa- milia acomodada, Ramón Gómez de la Serna ha-
tiva de que EL ORADOR ha quedado integrada en bía manifestado unas tempranas aficiones litera-
su seno por tener una serie de rasgos comunes rias culminadas con la publicación cuando ape-
VERTIGO
Flashback

Hispano De Forest-Fonofilms S. A.
PASEO DE GRACIA, 56 - BARCELONA

----1 PRESENTA
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Ecu
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g¡ LA MARAVILLA
de e o la CJ DEL
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sonido CJ MÚSICA :: CANTOS
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nas contaba dieciséis años de su libro Entrando otorgarle una autoría precisa o por buscar una jus-
en fuego y que, al finalizar su licenciatura en De- tificación a las preguntas de con qué motivo y por
recho, su padre decidió apoyar fundando la re- quién fue producida, han topado con el espeso
vista Prometeo, que le serviría de vehículo para muro de la ausencia de títulos de crédito y de
continuar desarrollando su febril actividad y en datos sobre su rodaj e, fecha de estreno o exhi-
la que a su vez se publicaron importantes textos biciones privadas. Tampoco resultaron de espe-
como el Manifiesto Futurista de Marinetti. El má- cial utilidad fuentes habituales de trabajo por su
ximo apogeo de su fama lo alcanzó durante las capacidad para aportar alguna noticia como son
décadas de los veinte y treinta, prestigio cose- las entrevistas o libros de memorias de aquellos
chado por un indiscutible t alento narrativo y por amigos y conocidos del escritor que hacia esa
factores ajenos como sus iconoclastas conferen- época --en la transición del mudo al sonoro-
cias, intervenciones tuvieron contacto
circenses, actuacio- frecuente con él. Te-
Los esfuerzos por datarla, niendo que arrostrar
nes humorísticas o
haber sido el funda- otorgarle una autoría precisa esas dificultades, só-
dor de una conocida o por buscar una justificación 1o era posible por
tertulia en el madri- parte de los investi-
leño Café Pombo.
a las preguntas de con qué gadores el aventurar
También manifestó motivo y por quién fue especulaciones co-
un especial interés mo que dicha cinta
producida, han topado con el pudiera haber sido
por el cine que se re-
flejó en su obra, co- espeso muro de la ausencia una especie de pro-
mo en el caso pal- de títulos de crédito y de batura técnica de un
mario de su novela equipo, estudio o so-
de 1923 Cinelandia,
datos sobre su rodaje, fecha ciedad de reciente
y que de manera más de estreno o exhibiciones constitución y cuyo
concreta se plasm ó destino no era, por
privadas. tanto, el de llegar a
en varios guiones
inéditos (uno de los cuales fue un proyecto para ser proyectada en público, o su posible ligazón
el entonces debutante Luis Buñuel) , su apari- con EL ORADOR BLUFF, un ignoto título mostrado
ción en el poema documental dirigido por Ernesto en el susodicho Cineclub, sobre el que parecie-
Giménez Caballero ESENCIA DE VERBENA_( 1930), ron holgar los comentarios y al cual se le ha em-
osadas tomas de postura a favor de cosas tan de- parentado en un ejercicio no exento de cierto me-
nostadas como las películas parlantes o curio- canicismo. Así las cosas puede resultar descabe-
sas alocuciones de presentación como la que lle- llada la presunción de verificar el aserto que he-
vó a cabo embadurnado de negro durante la se- mos apuntado en los prolegómenos del artículo.
gunda sesión del Cineclub Español, en la que se- Esto es, que e l cortome traje conocido como EL
ría pasada EL CANTOR DE JAZZ (THE JAZZ SINGER, ORADOR es en realidad una producción española
1927). registrada con el sistema Phonofilm. Pero exis-
EL ORADOR se presenta de este modo como ten abundantes elementos para sustentarlo que
una muestra añadida del carácter inquieto de Gó- han ido apareciendo por azar o mediante una de-
mez de la Serna y de su curiosidad por el cine ha- tallada revisión de documentos de variopinta ín-
blado. Sin embargo, los esfue rzos por datarla, dole.
VERTIGO
Flashback

En esas directrices se encuadraría una CHAR-


LA HUMORISTICA DE GOMEZ DE LA SERNA rodada
CONCHITA en Madrid por Feliciano Vítores en una fecha in-
concreta del primer semestre de 1928. El pro-
ductor burgalés hizo a lo largo de ese año infi-
nidad de cintas que se iban agrupando en bloques
cy¿n e[ rincón má!5 ca!5lizo como los antedichos, y entre éstos hizo especial
hincapié en los discursos de miembros destaca-
ClDef barrio ma!5 ch.ufo dos del régimen primoriverista o de personalida-
des caracterizadas por su claridad de pensamiento,
Q)ue liene 911adrid impecable oratoria y fama internacional (léase,
por ejemplo, el filósofo José Ortega y Gasset).
8 9Dine 90 un d ía a e!5le mundo Este último aspecto resultaba crucial para Vito-
V '\) a[ verme dijeron ¡je!5ú.s que gach.d
res, puesto que de un modo u otro había que en-
contrarles una salida comercial en Hispanoamé-
rica que garantizase su completa amortización -
'\J cuando luve mi!5 quince abr:i(e!5 difícil de conseguir en ese tercio del mercado in-
terior que tenía adjudicado en principio- y ésa
lea genle deda a( verme pa!5ar era una de las maneras de superar ese lastre com-
parativo con respecto a un lenguaje más univer-
<P.ue yo era un ange[ dd parai!5o sal como era el de la música. La presencia co-
mo operador de Manuel Marín es dudosa aunque
13arado a Ca li.erra por casuaCi.dad, no descartable ya que tras su vuelta a primeros

1J lodo!5 a[ verme pasar de año de un viaje por París y Berlín colaboró en


varias de estas producciones, mientras que Víto-
res, como era habitual, debió encargarse en per-
9f3aji.lo !5o[íari. murmurar: sona de la toma de sonido. Tampoco existe cons-
tancia de que la película de Gómes de la Serna
<Conchila de negro!5 ojo!5
llegase a ser estrenada por Vítores en las panta-
llas españolas durante uno de sus periplos am-
<Pue me Heg6 a enamorar
bulantes, pero sí de que al menos tres copias fue-
ron vendidas a la Cmporación Argentina de Fo-
(f>i e:slá [a g(ori.a en Eu!5 ojos,
nofilms para su distribución en el país andino y
<Conligo a Ca g(oria yo quiero marchar. de que se tanteó a otras entidades conexas de esa
área geográfica.
Está fuera de toda discusión, pues, la exis-
tencia de este cortometraje, pero nada hemos di-
cho todavía acerca de las variadas razones por las
que consideramos que es el mismo que hoy seco-
noce como EL ORADOR. Punto por punto serían,
Para situarnos, conviene recordar de manera en síntesis, éstas:
sucinta parte de los avatares sufridos por los rec- a) Posee características idénticas al del res-
tores de la Hispano De Forest Fonofilms sobre to de producciones conservadas de la Hispano
los que dábamos cuenta hace unos meses desde De Forest Fonofilms. Con independencia de as-
estas páginas. Dicha sociedad había sido consti- pectos secundarios y nada rigurosos desde una
tuída en 1927 por Feliciano Vítores, Enrique Ura- perspectiva histórica como su extremada ade-
zandi y Agustín Bellapart, quienes a los pocos cuación a los postulados que manejó Vítores en
meses decidieron dividirse el territorio peninsu- la selección de nombres, existen aspectos for-
lar ante el cariz que estaban adquiriendo los con- males definitorios como la distancia existente en-
tínuos enfrentamientos entre ellos. Aunque la de- tre imagen y sonido. En el Phonofilm el lector de
nominación social se mantuvo en pie, desde 1928 sonido se situaba respecto a la ventanilla de ima-
cada uno actuó dentro de sus límites con plena gen entre siete y trece fotogramas por delante
autonomía y puso en marcha cuantas iniciativas (aunque lo más normal es que estuviese a unos
consideró oportunas, atendiendo siempre a sus doce) en vez de los veinte por detrás que acaba-
disponibilidades financieras y limitaciones con- rían por convertirse en el estándar normalizado.
tractuales. En líneas generales su actividad se cen- Este desfase provoca que, vistas y oídas con los
tró en la exhibición por la mayoría de las capi- sistemas actuales, se manifieste una acusada fal-
tales de provincia y grandes núcleos de población ta de sincronía, que en su momento no era tal
españoles de cortometrajes importados de Ar- por el uso de equipos adecuados. La película de
gentina o Inglaterra, y en la subsiguiente puesta Gómez de la Serna, como es obvio, entra de lle-
en marcha de una producción autóctona de dis- no en esos márgenes.
cursos, canciones regionales, relatos cómicos o b) El metraJ.e. Cuando desde España se enví-
extractos teatrales que fuese gradualmente susti- an tres copias a Argentina, la suma a percibir se
tuyendo en los programas al material foráneo. establece en función de los gastos de envío y del
VERTIGO
Flashback

número de metros facturados, por lo que es po- SERNA, y dejando a un lado la bizantina discusión
sible saber que la denominada CHARLA HUMORIS- sobre cual sería su verdadero título teniendo en
TICA DE GoMEZ DE LA SERNA medía 117'9 metros. cuenta que ninguno de éstos lo es y que con pro-
La copia conservada en la Filmoteca Española tie- babilidad ni siquiera llegó a fijarse uno concreto,
ne 117'6, una diferencia imperceptible que, ade- habría que poner aún más en solfa si cabe su ads-
más, puede achacarse a que la primera palabra que cripción a la vanguardia cinematográfica (¿o aca-
pronuncia el escritor entra de manera atropellada so tendríamos que empezar a replantamos ese
al faltar un minúsculo fragmento. concepto?).
c) El lugar de conservación. Aunque carezca Acerca de esto ya existía un amplio consen-
de la contundencia de los apartados anteriores, so a la luz de su aspecto formal, idea que se ve
tampoco es desechable la constatación de que reforzada por el hecho de que una productora
la cinta está depositada en los archivos de NO- de acusados tintes comerciales y en crisis rara-
FDO junto a alguna otra que ha sido identificada mente se lanzaría a experimentos de dudosa ren- 9
como Phonofilm y cuyas procedencias son coin-
cidentes (en apariencia, ya que a partir de un de-
tabilidad. El cortometraje, por tanto, tampoco tu-
vo nada que ver con las sesiones del Cineclub Es-
V
terminado punto es imposible seguirles la pista). pañol, aunque Gómez de la Serna sí participara
Si se acepta como válidos estos argumentos de manera activa en ellas. Ni la figura del litera-
para autentificar que EL ORADOR se corresponde to ni su conocida pasión por el cine se empeque-
con esa CHARLA HUMORISTICA DE GOMEZ DE LA ñecen por ello. @

En lembranza de Chano Piñeiro


[1954-1995]

Reproducimos est e texto de Chano Piñeiro


como recoñecemento ó cineasta galego
recentemente falecido

Ata hai pouco, a xente viaxaba ós máis fer- bles e dos seus temores
mosos mundos arredor dun lumeiro, paro- ocultos. Eles non protes-
lando, acenando coas mans e coa voz, in- taban. Moitas veces, ó no-
ventando sons imposibles, crendo historias so pesar, tiñamos que aca-
inventadas que a forza de repetir se fixeron bar berrándolles que t i-
rea is, disfrutando da ausencia do tempo e vesen coidado porque no
movéndose en espacios e velocidades dife- armario estaba aga cha-
rentes, seguindo a inspiración do narrador. do un home cunha pisto-
Eu coido que hoxe estamos a perde-la la decidido a matalos.
nosa capacidade para saber sentir (en cas- Non se decataban de na-
telán, dise "escoitar"), para ulir, para sa- da. Coitados.
borear, para atrevernos a tocarnos. A nosa Daquela, cando nenos,
cu ltura só sabe "ver" no senso máis pasivo hai douscentos ou tres-
da palabra. A nosa vida está reducida a un centos anos, criamos nos
constante bombardeo audiovisual. Somos soños, e no cine vivimos
rendibles perceptores manipulados polo mer- fantasías imposibles, in-
cado . confesables e irrepetibles. • .,,.
. Non hai moito tempo, cando o cine che- Quizais por iso, porque no
gaba a un pobo, a unha aldea, producíase fondo haise que resistir e deixar de ser un
unha máxica revolución en tódolos sentidos. neno, sigo inventando historias de amor, mun-
O valor encantador da palabra era substi- dos onde retirarme, t empos descoñecidos e
tuído polo vendaval transportador da ima- personaxes onde meterme para me arrastrar
xe. Era a arribada dun novo e descoñecido por noites cálidas e mares sen descubrir.
mundo onde a xente morría, sufría e ría en No.n deixedes de inventar contos incri-
branco e negro. De súpeto, a nosa mono- bles, por favor . Seguide facendo películas.
tonía estoupaba, coñeciamos e compartia- Quizais sexa o único xeito de sobrevivirdes.
mo-la vida de xente nova e entrabamos na Porque, ¿q ue irnos facer se non ternos so-
casa dos ricos e dos aristócratas, dos pode- ños?. [Publicado en A convivencia social no Xa cobeo
rosos presi dentes e das pobres prostitutas 93, Vilagarcía, r994; e recollido no li bro adicado a Cha-
para facérmonos cómplices dos seus ínti- no Piñeiro, A luz dun soño e outros textos de cine. CGAI,
mos segredos, dos seus amores inalcanza- A Coruña, 1995] . @
VERTIGO
Anthony Mann

Anthony Mann en el roda-


je de LAS FURIAS (1 950)

10
V
David Breijo

Anthony Mann ha sido sometido a me-


nudo a un ejercicio de. reduccionismo.
Suele encasillársele como el director
que hizo un puñado de grandes wes-
terns. Aunque eso ya sería mucho -no
vamos a negar la irónica aseveración
de John Ford- tal afirmación no de-
bería pasar de ser un "lugar común"
que, ocasionalmente, se hace incluso
más constreñidor al circunscribirlo a
los westerns protagonizados por Ja-
mes Stewart. No pretendo en absolu-
to dedicar espacio a descubrir los por-
qués del tópico, pero sí se debe seña-
lar que existiendo entre críticos e his-
toriadores de nuestro país una alta va-
loración de Anthony Mann, ésta sólo
se ha visto plasmada en estudios par-
ciales o comentarios acerca de filmes
muy concretos, a los que se suman los
a través de sus películas
textosde este número de VÉRTIGO. Un
hombre que a través de su cine se trans-
lucía como discreto y sencillo, un hom-
bre sobre e l que no se prodigaban anéc-
dotas como con Ford, que no se hizo
célebre hasta convertirse en una "tra-
demark" como Hitchcock ni provocó
llorosas adhesiones como Ray en su úl-
tima etapa, tampoco puede convertir-
se en fácil blanco para los cinéfilos pre-
ocupados en buscar referentes que
siempre rocen la mítica. En nuestro pa-
ís parece que la "popularización" de
Mann todavía llevará tiempo, como es
previsible que ocurra con otro de los
más grandes directores norteamerica-
nos, Leo McCarey; como tuvo que trans-
currir mucho tiempo antes de que nos
detuviésemos con suficiente atención (*)Versión reducida del ar-
sobre la obra de Jacques Tourneur. tículo original.
VERTIGO
Anthony Mann

Y cito a Tourneur porque, como él, Mann no es una norma compuesta de cinco elementos que se-
un director de "temas", de grandes enunciados, gún él determinan la potencial solidez de una
reflexivo, cerebral. Si se quiere afirmar su auto- película: 1) la historia 2) el director 3) los acto-
ría -sustitúyase por "coherencia" si la palabra res 4) los medios técnicos 5) el presupuesto. Cin-
molesta- encontraremos más base afirmando en co elementos que en títulos como WINCHESTER
función de un estilo que de una reiteración te- 73 o MEN IN wAR se hallan presentes, pero no
mática. El Western es a Mann lo que el Fantásti- siempre fue así. Anthony Mann ejerció su pri-
co a Toumeur: son los géneros donde alcanzaron mera fase como director rodando filmes baratos
sus respectivas plenitudes. Plenitud como narra- de serie B, los "quickies". Se forjó; en ese me-
dores de las vetas más ricas que estos géneros dio, como harían también Don Siegel o Richard
contenían. Y lo hicieron como "story tellers", ca- Fleischer. Fue David O'Selznick el que le en-
tegoría a la que nunca renunciaron y dentro de la contró; en el mundo del teatro de la costa Este,
11
cual supieron manifestarse como creadores. Am- alternando las labores de producción en Broad-
bos tenían interés personal en sus respectivos cam-
pos y a ellos dirigían miradas directas, libres de
way con temporadas en las que, con una peque-
ña compañía, escenificaban obras con presupuestos
V
~ijo
artificio. Mann miraba así al Oeste en gran me- escasos. En 1938 comienza a trabajar para Selz-
dida como aprendiz de Ford, con una narrativa nick como cazatalentos y director de casting l.
superior a la de John Sturges y con un mayor sen- En 1940 pasa a la Paramount como ayudante de

r
tido aventurero que Delmer Daves. Este estilo dirección en una de las obras maestras de Pres-
vertebra más su obra que las parcelas argumen- ton Sturges, SULLIVAN's TRAVELS. Años más tar-
tales o temáticas que tengan en común y que se de, Mann (quien, por cierto, sólo se acercaría a
extienden a otras piezas del género como, por la comedia a través del musical o tangencialmente
ejemplo, "la venganza", "el peso del pasado" o en Gon's LITTLE ACRE) recordaría con gran afec-
"la integración en la civilización". Fijémonos, por to a Sturges por sus indicaciones y enseñanzas.
ejemplo, en este último tema, el más proclive al También declararía que gracias a Sturges obten-

didactismo -que casi ahoga THE FAR COUNTRY- dría su primera oportunidad como d irector, aun-
, Mann carece, desde luego, de la sumisión al que en esto al parecer también haya mucho que
as enunciado que mostrarían otros como Martin Ritt agradecer al protagonista de su ópera prima, Mc-
o Arthur Penn. Es la diferencia entre directores Donald Carey, antiguo compañero del mundo te-
de la casta de Mann y los preocupados en ha- atral y que había sido descubierto por el produc-
cer"statements", declaraciones. Mann defendía tor Sol C. Siegel y contratado para protagonizar
este estilo. Es sabido que fue expulsado del ro- una de sus producciones de bajo presupuesto: DR.
daje de SPARTACUS por la Universal y el produc- BROADWAY. Carey insiste en que permitan a su
tor estrella Kirk Douglas. Mann dice al respecto: amigo llevar la dirección, con lo que Mann se es-
"Douglas ( ... ) quería insistir respecto al "men- trena con un thriller, género que cinco años más
saje". Yo creía que éste se asimilaría más fácil- tarde le encumbraría a la primera fila. Coinci-
mente si mostrábamos 'físicamente" todo el ho- dencia es que el guión de DR. BROADWA Y se ba-
rror de la esclavitud. Un film debe ser visual, el se en una historia escrita por Borden Chase, fu-
exceso de diálogo lo mata" turo guionista de éxitos de Mann, como WIN-
No existe contradicción entre las iniciales pe- CHESTER 73.
ticiones de no enmascarar todo Mann tras el wes- Tomando como punto de inflexión 1947, cuan-
tern y afirmar que es en este género en el que al- do realizó DESPERATE (film que él considera su
canza su época de madurez. Mann fue asimilan- auténtico debut, o sea, el primer film del que se
do sus distintas fases: el aprendizaje, la resolu- encuentra satisfecho), hallamos una lista de diez
ción de una puesta en escena con los mínimos títulos previos desde DR. BROADWAY. "Hice 8 o
medios, la toma de conciencia de la posición del 1Opobres pelfculas -así las valoro-porque tu-
(1) En títulos como GONE director como elemento clave en la configuración ve que realizarlas con poquísimo presupuesto,
ar- WITH THE WINO, REBECCA, IN-
TERMEZZO. final de una obra ... Esto cristaliza para Mann en sin actores, con malos guiones ..." Simétricamente
VERTIGO
Anthony Mann

T-MEN (LA BRIGADA SU ICIDA,


1948] gedia de Flammarion, solitario caballero venido
a menos que vive de su habi lidad para el tiro en
números de vodevil. Fuera del escenario, se cie-
rra en su camerino cuidando sus armas. Sólo co-
bra vida cuando exhibe su habilidad, y ésta, la
única parte de su vida que le pennite establecer
lazos -si bien fugaces- con el mundo exte-
rior, será pervertida para encubrir su crimen pa-
sional. La trama criminal es superada en favor de
la melodramática a p esar del enorme peso de la
estructuración en un largo ftashback, ejercicio ha-
bitual en el ne gro que predispone a la idea de
12 fatalidad una vez que Flammarion ha ejecutado
V a su antigua amante por haberle traicionado, ago-
nizante se confiesa, en brutal ironía, a un payaso.
Mann juzga estos títulos que preceden a T-
MEN como "un buen adiestramiento, porque las
condiciones te obligan a ajustar mucho el film,
tienes que obtener lo más rápidamente posible
aquello que te propones". Estas condiciones eran,
en parte, causantes de algunas particularidades
inherentes a la serie B: observemos los minuta-
divididos en dos géneros -aunque forcemos los jes. Hasta T-MEN nunca rompe Ja b arrera de los
límites en algunos casos- nos encontramos con 78 min. y, como si le costase despegarse de tales
cinco musicales: MoouGHT IN HAVANA (1942), costumbres, no será h asta THE FURIES que supe-
NüBODY'S DARLING (1943), MY BEST GAL (1944), re la barrera de loslOO. Se forjó como un narra-
SING YOUR WAY HOME (1945) y THE BAMBOO dor conciso. Conciso, pero no seco, al estilo de
BLONDE (1946); y cinco thrille rs: DR. BROAD- Fuller, porque sus imágenes siempre destilan una
WAY.(1942), STRANGERS IN THE N!GHT (1944), THE emoción (Fuller parece destilar emoción a secas).
GREAT FALMMAR!ON, Two o'CLOCK COURAGE (am- En cada paso adelante en la narración de la his-
bas, 1945) y STRANGE IMPERSONAT!ON (1946). toria, una emoción acompaña a la acción; una in-
Tres musicales se realizan en productoras po- formación tras otra: Ja escuela de la serie B.
co proclives a dejar huella en la historia de este Al describir a Mann -principalmente- co-
género: Universal y Republic; los dos restantes, mo un narrador, evidentemente no pretendemos
si bie n fúeron hechos bajo el techo de la RKO a equipararlo con numerosos directores gramati-
ésta ya se le había acabado el filón Astaire-Ro- calmente correctos, pero incapaces de dotar a la
gers. Ateniéndonos a las bases que Mann enun- imagen de otras vetas narrativas que superen la
ciaba como sustentadoras de un buen film, nos función del cumplimiento de la linealidad argu-
encontramos con serias carencias: actores de du- mental (como Rich ard Thorpe, George Mars-
doso interés (Allan Jones, Jack Healey ... ) e his- hall o No1man Taurog). Mann conoce el valor de
torias deplorables (Ej: MOOLIGHT IN HAVANA cuen- la puesta en escena como principal instrumento
ta la historia de un jugador de béisbol cantante para intentar superar un mal guión o unos intér-
¡que sólo puede cantar cuando está acatarrado! y pretes poco adecuados. T al como la cámara de
las acciones de su empresario para que se cons- Hawks se ponía a la altura del hombre, podría-
tipe). Más interesantes se presentan sus progre- mos decir que la de Mann se pone a la altura de
sivas incursiones en los thrillers: T wo o CLOCK la historia, intentando dignificarla si es necesa-
COURAGE (y en menor medida STRANGE IMPER- rio. Así, por ejemplo, e n STRANGE lMPERSONA-
SONATION) apuntaba hacia una tram a muy que- TION un pésimo guión se ve redimido parcialmente
rida del cine y la literatura negra: el falso culpa- por la convicción de la puesta en escena. La tra-
ble, planteamiento que reaparecerá e n DESPE- ma gira alrededor de la pé rdida de identidad de
RATE. THE GREAT FLAMMARION es uno de los tí- una mujer al dañarse su rostro en un experimen-
tulos más inte resantes de entre los previos a T- to químico. La secuencia fundamental, la com-
M EN, en p arte por Ja presencia de su protago- bustión del rostro, hubiera podido rodarse de mu-
(2
nista, Erich Von Stroheim, al que Mann recuer- chas maneras: un plano frontal de la ac triz en 9•
da como escasamente problemático --excepto e n tamaño variable en función de la calidad del efec- li!

contadas y molestas ocasiones- e ingenioso has- to especial (si hubiese inte nción de mostrarlo), e1
ta extremos comprometedores ("Me regaló una de espaldas, off total. .. pero ahí e ntra el con- d1
n•
de su s ideas: ¡rodar FLAMMARION desde la len- cepto visual de Mann, el plus que sabe extraer de le
te del monóculo que continuamente llevaba!"). una imagen: el rostro es la clave, por lo tanto en 91
re
Pero no es sólo Stroheim el que otorga interés la secuencia de la combustión, el encuadre deca- m
al film . A pesar de tocar otra situación que rida de pita a la actriz, que yace tumbada en un sofá. El UI
b1
Ja novela y el cine negro (dos amantes deciden obje to en conflicto está en off, no es visible: se Te
eliminar al cónyuge de uno de ellos), Ja películ a incrementa el horror del accidente por la brutal la

se inclina más al melodrama, plasmando la tra- amputación que produce el encuadre. Capacidad, DI
VERTIGO
Anthony Mann

intuición, talento ... que hace encontrar el tono asombroso plazo de 6 días, en la que se aprecia
adecuado de cada largometraje. ¿Cómo cerrar un que ya había cristalizado una concepción de la
film sobre la pérdida de identidad, si no con el re- mirada que, inevitablemente, nombres como Wi-
afirrnante reflejo de la protagonista en un espejo, lliam Daniels o Emest Haller incrementarían y
una vez recuperada ésta? moldearían. Lo más atractivo de RAILROADED es
"Creo que (DESPERATE) es mi auténtico de- esa concepción visual particularmente percepti-
but como director. Yo estaba verdaderamente ble en el uso del angular, no para potenciar la pro-
desesperado durante el rodaje: nada de dinero, fundidad de campo ni abusar efectístamente de
sólo 12 días de filmación, nada de actores ... Jos movimientos en profundidad, sino para dotar
Pero por primera vez pude intervenir en el de particular violencia a hombres y objetos e n
guión". Mann vende la historia a la RKO por primer término sin jugar a distorsionar los rasgos
5.000 $. A cambio de una rebaja le es permitido Se producen dos encuentros fundamentales
dirigirla. De nuevo lo importante es el brío y la en la Eagle-Lion. En el primero con John C. Hig- 13
agilidad de una película que no supera los 73 min.,
y en la que es necesario resaltar el angustioso tra-
gins, guionista de RAILROADED, T-MEN, BORDER
INCIDDENT y, parcialmente, RA w DEAL. Era un es-
V
tamiento fotográfico. No ha de caer en saco ro- pecialista en thrillers que se había labrado esa re-
to la importancia que para el director tenía el for- putación en la MGM guionizando la serie de cor-
mar parte de la cadena de elaboración del guión: tos CRlME DOES NOT PA y2. E l segundo, con John
"No importa bajo qué circunstancias, aunque Alton, quien ya era un experto en trabajos de ba-
le entreguen a uno el guión hecho, el director jo presupuesto y sobradamente conocido por la
siempre debe trabajar con el guionista, porque rapidez y eficacia de su labor. La complementa-
es la única forma de que éste sepa lo que quie- riedad de ambos se manifestaría a lo largo de
res hacer. El escritor puede escribir todo lo que cinco títulos: T-MEN, RAW DEAL, REING OF TE-
quiera en su habitación pero no tiene idea de RROR, B üRDER INCIDENT y el primer western de
cómo el director va a resolver luego cada esce- Mann, DEVIL's DooRWAY.
na, y eso es lo que quedará a/final, pues hay T-MEN supu so en palabras de Mann su se-
muchas maneras de hacer la misma cosa". Y gundo debut: un film con un coste de menos de
es que la labor del narrador empieza e n las pri- 300.000 $ y que obtuvo cuantiosos beneficios.
meras fases de vertebración de la historia, y la ca- Partiendo del argumento de una pareja de agen-
rrera de Mann demuestra que fue una progresiva tes del Depto. del Tesoro infiltrados en una ban-
y legítima apropiación de distintas funciones cla- da de falsificadores, la conjunción de las habili-
ve: dirección, escritura y, por último, la produc- dades de Higgins, Alton y Mann, dan como re-
ción. sultado un film duro, que combina la vertiente se-
El éxito de DESPERATE saldó, paradójicamente, midocumentalística con secuencias de paroxísti-
su relación de dos años y cuatro películas con la ca violencia. Inmediatamente se genera otra pro-
RKO. Se marchó a la Eagle-Lion, una pequeña ducción con el mismo equipo: RAw DEAL, que
sociedad especializada en filmes de bajo presu- traza una historia que mantiene puntos de con-
puesto tales como RAILROADED , rodada en el tacto con obras futuras (BEND OF THE RIVER, MAN

RAW DEAL (1948]

(2) Breves historias de ori·


gen verídico, corte mora·
lista digno de la MGM y to-
no semídocumentalístico
en l os que se ejercitaron
directores como Fred Zin-
nemann, Rey Rowland o
Leslie Fenton. Algunos
guiones de esta serie fue-
ron alargados hasta el for-
mato de largometraje y
uno de ellos espléndido de-
but en 1939 de Jacques
Tourneur como director de
largometrajes en l os Esta-
dos Unidos: THEY ALL COME
OUT.
VERTIGO
Anthony Mann

OF THE WEST... ):un gángster traicionado por otro escena final nos muestra incluso una hacienda de-
se vengará de éste aniquilando a toda la banda, si fendida por los indios y asediada por yankees fa- (3) Tras su abandono d e la
RKO, debido en parte a su
bien pereciendo en el intento. Mann dejará la náticos y deshonestos". Entre 1950 y 1960, Mann incompatibilidad con Ho-
Eagle-Lion tras REING OF TERROR, cuya acción rueda 12 westerns --en su acepción convencio- ward Hughes quien estaba
nal- . Curiosamente, el ciclo se abre (DEVIL's a punto de hacerse con el
transcurre en el período del Terror de Robespie- control de la compañia. La
rre. Para Mann, los enfrentamientos entre fac- DOORWAY) y se cierra (C!MARRON) en la MGM, confianza de Schary en el
trabajo de Mann es diáfa -
ciones de la Revolución Francesa no difieren mu- en un círculo que también define, a causa de su na en el hecho de que en
cho de los enfrentamientos entre bandas gangs- puesta en escena, al más perfecto de sus wes- 1949 era uno de los 19 di·
rectores bajo contrato en
teriles. Pero hay otro elemento más a destacar y terns: THE NAKED SPUR, igualmente realizado ba- la MGM. Una lista en la que
es que REING OF TERROR supone el primer en- jo el signo del león. se incluían funciona rios de
cuentro con Philiph Yordan, quien guionizará Su segundo western, como el primero, su- escasa entidad como Ed·
w ard Buzzell o Robert Z. Le-
otros seis films de Mann. En el abandono de un pone un fracaso comercial. THE FUR!ES , era par- onard junt o a prometedo-
14 proyecto titulado HE w ALKED BY NIGHT y en el cialmente una adaptación de El Idiota de Dos- res realizadores de prime-
ra linea como Vincent M i·
V hecho de que su última obra en la Eagle-Lion sea
REING OF TERROR, producida por Walter Wanger
toiewski por Ni ven Busch. Hay que decir que
es el único western de Mann (con la peculiar ex-
nelli o Fred Zinemann;
grandes directores que no
estaban en sus mejores épo-
para sacar provecho a los decorados de su pro- cepción de C!MARRON) con predominante prota- cas como William Wellman
o Sam Wood (éste además
ducción JoAN OF ARc (1948), hace de éste un tí- gonismo de una mujer: Bárbara Stanwyck, en uno a un paso de su muerte), y
tulo fácilmente identificable como un compro- de esos papeles en los que la representación de ot ros que ca ían en la más
miso contractual. cierta femineidad en el Oeste casi rozaba el tra- sangrante de las decaden·
cias tras t ener en su haber
Mann, Higgins y Alton acuden a la Metro a vestismo (Joan Crawford y Mercedes McCam- t ítulos memorables, como
la llamada de Dore Schary3 rodando BORDER IN- en el caso de Mervyn Le-
bridge en JoHNNY GUITAR o la propia Stanwyck Roy. Las obras del t rio no
CIDENT de la que algunos elementos visuales (la en FORTY GUNS). estaban muy lejos del es-
frontera, Méjico, una cultura de raíces indígenas, "Pletórico" parece la adecuada palabra para píritu que Schary promul·
gaba: filmes de no excesi-
un cierto sentido de la violencia, el uso de exte- aquellas obras en las que Mann se encontró con vo presupuesto, con un to·
riores) ya le habían acercado al western, aunque los cinco elementos que según él conformaban que d idáctico pero diná-
micos. En los escasos tres
no será hastal 950 que entrará en él de manera un buen film . Tras dos fracasos de público con- años que Schary dirigió la
más ortodoxa. Una ortodoxia, como pronto ve- RKO produjo personal-
secutivos es el éxito arrollador de su nueva pe- mente títulos como THE SPl-
remos, sólo aparente en DEVIL's DOORWAY4. Co- líc ula lo que encarrila definiti vamente su carre- RAL STAIRCASE (Siodmak),
mo escribió Oreste de Fornari : "se asiste a un ra. WINCHESTER 73, inicialmen te pensado para (ROSSFIRE (Dmytryk) y THE BOY
WITH THE GREEN HAIR (Losey).
completo derrumbe de los estereotipos. Los in- Fritz Lang, supone la creación de otro sólido equi- Es de suponer que viera en
dios son víctimas inocentes del odio racial y la po al estilo del existente en la Eagle-Lion, for- los triunfos de la Eagle-Lion
W1NCHESTER 73 (1950]
la adecuada mezcla de brío e
mado aparte de Mann por el productor Aaron y juicio moral que plasman c
Rosenberg, el guionista Borden Chase y la es- BoROERINCIOENT y DEVIL's Do· t
ORWAY. Entre ambos, otro
trella James Stewart. Juntos rodarían W!NCHES- t hriller, S1oe STREET, con Jo·
TER 73, BEND OF THE RIVER, y THE FAR COUNTRY. seph Ruttemberg en vez de
John Alton . En él repetían
Con la ausencia de Chase, el trío restante rodaría como pareja Farley Gra n-
THUNDER BAY y THE ÜLENN MILLER STORY, to- ger y Cat hy O'Donnel 1 me- e
nos de dos años después de ~
dos para Universal. El postrer intento de recupe- haberlo hecho en TH EY u· e
rar la cuatrinca en 1957 significó la ruptura defi- VE BY NIGHT de Nicholas Ray, a
producida en la RKO cuan· e
nitiva Stewart-Mann, apeándose el director del do todavía la regentaba 1:
Schary. El film permitió; in· s.
proyecto. sistir en el estilo semídocu· e
WINCHESTER 73 es primordi almente la his- mentalist ico ya desarrolla ·
toria de una venganza, con una génesis en el pa- do en gran medida en los (1
t ítulos de la Eagle-Lion. 1\
sado incrementada, actualizada en la usurpación Tanto es así que Mann afir· y
de la potestad sobre un arma perfecta ganada por maría que el film sufría de n
una cierta descompensa · g
Stewart en un torneo sobre su enemigo, su her- ción, ya que l as escenas en (,
los exteriores urbanos te- SI
mano y asesino del padre. El arma robada pasa nían una f uerte presencia n
de mano e n mano, llegando a ser propiedad e n mayormente en l a segun- q
pocos días de un traficante, un jefe indio, un apo- da m itad del metraje ti
h
cado, un sádico pistolero y de nuevo al parricida. (4) Esta p roducción - que z
en un principio le había si- p
La trama externa, el recorrido del rifle, traza un do adjudicada a Jacques n
círculo y Mann en consonancia abre y cierra el Tourneur- fue real izada p
film con una planificación simé trica. "Es mi wes- tras el éxito obtenido por c.
el título de la FOX BROKEN é
tern preferido. El fusil pasaba de mano en mano ARROW (Delmer Daves, d
permitiendo abrazar toda una época, toda una 1950), casualmente inter· b
pretado por James Stewart. t•
atmósfera. Verdaderamente creo que contiene BROKEN ARROW es el primero n
de los más famosos wes- n
todos los elementos del western y los resume to- terns pro-indi os, sí bien su SI
dos". Mann planifica en clave del deseo de po- fama es mayor a su valor. d
sesión del arma por algún nuevo personaje; las Título bastante tibio en el h
fondo, parece preocupado jt
imágenes se componen en función de la predo- en busca r un equi librio en- ti
minancia del fusil en el encuadre, dominando a tre las posiciones blancas e ti
indígenas, mientras que DE· q
los elementos humanos que en él se incluyen, do- VIL'S DOORWAY estaba más e
definida y quizá ésta fuese n
tando al rifle de una ánima propia, otorgándole la principal causa de la es- R
el poder de una mítica sire na, que atrajese p ara casa respuesta del público. ti
VERTIGO
Cine en el cine

DEVIL'S DOORWAY [LA PUERTA


DEL DIABLO, 1950]

15
V

FILMOGRAFIA
DE ANTHONY MANN

1942
(5) Al menos dos guiones destruir todo el que, no mereciéndolo, intentase haber sido parcialmente originado en la corrien- DR. BROADWAY (Para-
de Chase sirvieron de base m ount), con Macdonald
a dos obras maestras: RED
poseerlo. Es otro motor tan impo11ante en el film te semidocumentalística: "No me gusta rodar en
Carey, Jean phíllips, J. Ca-
RIVER (1948) y MAN W1THOUT como el de la venganza: el Destino. Aunque Ste- estudio(... ) principalmente por dos motivos: cuan- rral Na ish.
A STAR (Vidor; 1955); en sus MOONLIGHT IN HAVANA
guiones se retrata una épi-
wart tenga el arma al alcance de la mano tras ha- do veo un paisaje se me pueden ocurrir un mon-
(Universal lnternational),
ca normalmente referida al berlo ganado de nuevo abatiendo al jefe indio que tón de ideas en las que no habría pensado en un con Allan Janes, Jane Fra-
expansionismo en diferen- zee, Willian Frawley
tes manifestaciones (colo-
lo blande, el camino del rifle y de su legítimo due- est11dio (. .. )El pico rocoso en el que está rodado
nización, rutas comerciales, ño no pueden cruzarse de esa manera; se requie- el desenlace de THE NAKED SPUR se llama así de 1943
clausura de territorios ...) A NoBoDv ·s DARLJNG (Repu-
esta épica se superponen
re que lo obtenga de su hermano, por eso volve- verdad (espuela desnuda). Me dije: una espue- blic Pictures), con Gladys
conflictos individuales, ac- rá a éste previamente. Ha de arrancarlo de su ma- la ha de ser el arma decisiva.(. .. ) Los actores con- George, Louis Calhern,
titudes morales diametral- no muerta (algo que, virtualmente, ocurre). El Lee Patrick
mente opuestas por perso-
siguen una autenticidad mucho mayor en exte-
najes que parten de com- Winchester 73 es una espada Excalibur que só- riores. En estudio todo está tranquilo, todo está 1944
e portamientos y oportuni· MY BEST GAL (Republic
1 dadescomunes. En 1949 ya
lo un hombre puede empuñar (no deja de tener construído en función de la secuencia, las luces Pictures), con Jane Wit-
podlamos encontrar esto sus resabios medievales el hecho de que el ar- se encienden y se recita. Pero si el actor debe ha- hers, Jimmy Lydon, Frank
en un guión de Chase, THE Craven
e MAN FROM COLORADO dirigi-
ma se obtenga en un torneo). cer su recitado en la cima de una montaña, a la
5TRANGERS IN THE N1GHT
1- da por Henry Levin, y es La química entre Mann y Stewart fue prácti- orilla de 11n río o en un bosque, el viento, el pol- (Republic Pictu res), con
1, aplicable a W1NCHESTER 73, W ill ian Terry, Virginia
1- en el que las resonancias
camente instantánea, si bien ya habían tenido vo, la nieve , el sonido de unas ramas le inte- Grey, George E. Stone
a
,_ bíblicas se multiplican a cau- algún esporádico encuentro allá por los años 30: rrumpen y le obligan a entregarse más: se vuel-
sa de las figuras del buen y 1945
,_ el mal hijo.
"En el Red Barn Tlzeatre, cerca de Long l sland, ve más vivo( ... ). El paisaje lo uso constantemente
THE GREAT fLAMMARION
,_ Jimmy Stewart recitaba por 50 dólares y yo di- porque al situar a un hombre en un determinado (Republic), con Eric Van
's (6) En 1953, también en la Stronhem, Mary Bet h
rigía por 25". Esta buena conexión le facilita de- paisaje yo hago a ese hombre mucho más gran-
'· MGM, entre WINCHESTER 73
y BEND Of THE RIVER habla te- tener la producción dos meses y rescribir el guión: de. Creo que el actor interpreta mucho mejor
Hughes, Dan Duryea
Two O ' CLOCK COURAGE
e nido tiempo de hacerse car- (R.K.O.), con Tom Con-
1- go d e un pequeño film a
es el origen del encuentro con Borden Chase'. cuando se le fotografía en contraste con algo her-
way, Ann Rutherford, Ja-
n caballo entre el thriller de Como él "tiendo a construír mis filmes sobre moso, algo fuerte , algo que lo define". Creo re- ne Greer
suspense y el western, l la- SING YouR WAY HOME
a mado THE TALL TARGET en el
un conflicto de personalidades , acentuando sus cordar que fue Wenders quien dijo que le pare- (R.K.O.), con Jack Haley,
1- que se narraba un supues- caracteres comunes y después haciéndolos en- cía una falta de respeto retratar desenfocado al Anne Jeffreys, Glenn Ver-
to atentado contra Abra-
ham Lincoln y los esfuer-
frentarse". (MEN fN wAR, MAN OF THE WEST e in- paisaje. THE NAKED SPUR parece estar imbuído de non

e zos de un detective (Dick cluso el nudo melodramático del matrimonio pro- este espíritu. No importa cuánto o en qué mo- 194 6
i- PoweU) por impedir el cri- 5 TRANGE IMPERSONATION
men. Sin descartar que el
tagonista de CIMARRON). Lo encontraremos tam- mentos nos aproximemos a Jos personajes, pre-
'5 (Republic Pictures), con
a peso de la certeza históri- bién en el siguiente film : BEND OF THE RIVER; en domina una profundidad de campo absoluta. Es William Gargan, Brenda
or ca tiñe de tragedia el film, Marshall, H.B. Warner.
N éste es básicamente un tour
él se manifiesta esa dualidad conflictiva incluso imposible liberarse del paisaje, por lo que se cum- THE BAMBOO BLONDE
de force. Ya que todos sa- más que en WINCHESTER 73. Esto se debe a que ple Ja paradoja de que THE NAKED SPUR sea un (R.K.O.), con Fr ances
bemos que a Lincoln lo ma- Langford, Russell Wade,
t. tó Raoul Walsh bajo la di-
los elementos de esa polarización se potencian al film profundamente claustrofóbico que ejempli- Iri s Adrian
o rección de Griffith, el cri- compartir las evoluciones dramáticas del guión fica, en la tradición de la mejor escuela nortea-
;- men no puede consumar- 1947
u se, por lo tanto la anulación
y la propia planificación. mericana del cine de acción, la necesidad de los DESPERATE (R.K.O.), con
r. de este punto de tensión Títulos previos ya habían contado con el ele- más relevantes protagonistas de Mann de some- Steve Brodie, Audrey
!1 ha de compensarse con el Long, Raym ond Burr
o juego del "cómo ha de evi-
mento definitivamente caracterizador del rodaje terse a recorridos de dureza física y pruebas mo- RAILROAOED (EL ULTIMO DIS·
l- tarse". Mann, igualmente, en exteriores. THE NAKED SPUR6 llevará su uso a rales que se interponen entre él y su meta. "La PARO) ( Eagle-Lion), con
e trabaja dias en el rodaje de John Jreland, Sheila Ryan,
E- Qua VADIS de Mervyn Le Roy
extremos de absoluto dominio de los recursos que fuerza de un personaje(. ..) está en su personali-
Jane Randol ph
IS en las secuencias que co- ofrecían. Mann sostenía una clara filosofía al res- dad, en la fu erza de su determinación.( ... ) Los es- T·MEN (LA BRIGADA SUICI·
.e rresponden al i ncendio de DA) (Eagle-Lion), con Den -
s- Roma, obviamente sin es-
pecto, en la que percibimos entre líneas que ha pectadores aman a un personaje que diga al ini- nis O 'Keefe, Mary Meade,
). tar acreditado. existido una evolución en un proceso que puede cio: 'quiero hacer esto' y después lo haga" . Pa- Wallace Ford
VERTIGO
Anthony Mann

BEND OF THE RIVER [HORIZON·


TES LEJANOS, 1952) ArR COMMAND. Proyectos así son los que pueden
hacer pensar que Mann era una especie de arte-
sano de cabecera para una estrella que tenía en él
máxima confianza: "Stewart había sido coronel (7) Los ejemplos son multi·
tud: Stewart y Stephen Me-
de la Air Force durante la última guerra: co- Nally gestualizando simé-
mandaba una escuadrilla y se comportó de for- trica mente antes de dispa-
rar en W 1NCHESTER 73, reve-
ma brillante( ... ) Un día decidió que quería hacer l anda que aprendieron del (9)
un film acerca de la SAC. l e dije: ¿Qué quieres mismo maestro; en RAILRO· otro
ADED, mientras un policía SEVI
contar en el guión? ( ... )Los personajes princi- le interroga, el gangster in- mo
pales no son Stewart y ]une Allyson , son el B-36 terpretado por John lreland pa r
limpia su piti llera con un
y el B-47". pañue l o~ echando repet i·
r o.

Retorna al western con THE FAR COUNTRY y da y sonoramente su afien- (10:


16 Borden Chase en una trama que en esta ocasión to sobre ella, m ostran d o trae
soslayadamente el despre- ele
V se expande en didácticos términos acerca de la
integración del individuo en una sociedad na-
cio que si ente por su inter-
lo cutor; el cansan cio qu e
caci

impregna la interpretación ºº'


mer
ciente. Stewart es un hombre que se ha impues- de Robert Ryan en MEN IN amo
WAR, quitando la brasa de war
to ser un solitario por causa de una mujer en su su últ imo cigar rillo con la mo
pasado. Una soledad de la que sólo le redime un punta desnuda de sus de- tod
dos guardando la colilla en 1
viejo (Walter Brennan) al que cuida haciéndole para o tro "alto el fuego". Ste11
sentir que es a la inversa. Pero la carga de cinis- Y el ej em plo más di áfano, tras
el pistolero redimido in -
ra caracterizarlos adecuadamente es fundamen- mo que parece arrastrar el personaje no es sóli- terpreta do por Gary Coa-
cu a
no¡
tal la buena relación con los actores y no es di- da, es excesivamente esquemática. Parece más per en M AN OF THE WEST o B<
fícil encontrarla en gente que, como Mann, dió una tábula rasa que sirva de contrapunto para cuando ha de contemplar
cómo otro pistolero ago- (11)
sus primeros pasos en el mundo del teatro. Qui- que Chase pueda ejecutar un canto al pionerismo nizante es rematado por sus SERE
zá también está aquí la raiz de los matizados tra- y la solidaridad que sirve de base a éste. Canto compañeros: la composi- uno
ció n divide la panta lla en aml
bajos de sus intérpretes, la valorización del más que sólo se ve frenado porque la venganza de dos mit ades mostrándonos TOVI
en la parte izquier da el off ria<
mínimo ges to, caracterizando a un personaje y Stewart es un acto personal y no una causa co- del crimen, ocultando el es- tear
enfatizándolo con la cámara en el grado necesa- mún previamente establecida con la sociedad, la cenario con una mugrien- pón
rio?. cual, eso sí, le rescata de una muerte segura. Es- ta cortina; mientr as, la mi- elg
tad derecha nos muestra la hab
La asociación de Mann-Stewart se enfoca ha- ta vocacionalidad del guión parece haber recor- espalda de Cooper y cómo der
cia otros géneros diferentes. THUNDER BAY narra tado la concepción visual manniana, siendo plás- sus manos se ciñen, por la pres
tensión, a la correa de su mas
el conflicto entre los explotadores de una esta- ticamente el menos brillante de sus westerns, ex- cinturón, apretándola. Es estr
ción de petróleo marítima y los pescadores del ceptuando inspirados momentos como el del ase- uno de los muchos ejem- gar.
plos de cómo a las puertas gu ic
golfo dónde está instalada. Bajo un film de aven- sinato de Brennan en el que los j inetes que le ti- de la última etapa de su ca- pag.
rrera había logrado un per- di reo
turas nos dirigimos hacia un desenlace concilia- rotean, en un único plano, parecen surgir del pai- fecto dominio del cine- Wa~
dor. Un acuerdo entre progreso y t radición en un saje en el que su víctima está en primer término m ascope, al nivel del Lang sult
momento histórico concreto, el final de la 11 Gue- del encuadre. de MOONFLEH, el Ray de RE· ANO
BEL WITHOUT A CAUSE O ef Mi- del e
rra Mundial, que apunta hacia Ja línea final ele El último western acometido por S tewart y nelli de SOME (AME RUNNIG. parí
Curiosamente (o quizá no
METROPOLIS. Su siguiente film, THE GLENN Mr- Mann y a la vez el más imperfecto es THE MAN tanto) los directores de fo. (12)
LLER STORY, tiene distintos puntos relevantes a FROM LARAMIE segunda colaborac ión con Phi- tografía de estos dos ú lti- mer
pesar del desinterés con que a menudo ha sido liph Yordan, que ya marcará una continuidad en mas tít ulos fueron, r espec- bier.
tivamente Ernest Haller y dlsir
tratada. Incide en lo que se puede lograr cuando su cooperación. Utiliza por primera vez el Ci- William Daniels. de e
el talento y el conocimiento de los mecanismos sion
(8) El ejemplo más llamati- que
THE GLENN MILLER 5TORY [MU· dramáticos acomenten una labor que, como sue- va es el siguien te: uno de acer
SICA Y LAGRIMAS, 1954) le ocurrir con los biopics, parece destinada a la los temas más famosos de alfi
Glenn M iller es el "Moon- era 1
convencionalidad y el aburrimiento a través de light Serenade" y en el f ilm Seg(
los áridos terrenos de la hagiografía. Es un me- vemos cómo antes de con- Jerr!
segui r la fama, Miller ven- narc
lodrama en el sentido estricto del término: "He de esa canción. Acude con m ol o
hecho el film porque quería dramatizar una mú- su mujer a la representa- sult¡
ción de la misma en un ca- non
sica". El film se articula a través de la búsque- baret y el número que con- un si
templan no pasa a ser, ca-
da por parte de Miller de un nuevo sonido que, mo sería ortodoxo, el cen-
de i1
que•
una vez hallado, pasará a caracterizarle. Es per- tro narr ativo y el centro de quiz
atención cara al especta- refer
ceptible que en este reencuentro con el musical dar: todo se desarrolla en deA
Mann busca ángulos nuevos, utilizando los nú- un j uego de p lano-contra- 0001
plano entre el grupo de vul- com1
meros musicales siempre en función de la tra- gares cori stas que destro- de 111
m a pero sabiendo cómo evitar el supeditarse a zan la canción con un ina- taqu
decuado arreg lo y M iller
ellos, dejándolos en un segundo plano, apartán- junto a su esposa, visible-
tean
quel
dose de los modelos al estilo Donen, Minelli, ment e desencantados. dios•
Sidney ... s M ann, p ervirtiendo así la jefe!
convencional final idad de com1
Si bien al finalizar GLENN MILLER STORY, que un número musical en la hoy,
fue uno de los mayores éxitos comerciales de más ortodoxa línea del gé- FRor.r
nero, se distancia de la tra- pron
su carrera, encaró un nuevo western, THE FAR dición y pone en escena es- niam
COUNTRY, hubo otro film que clausuró la relación te "antinúmero" desde una film
~ta#2 · QCll!la_"*"1 · ...,"°""""
zona exterior a las reglas cr ftic
Mann-Stewart fuera de este género: STRATEGIC del m ismo.
~ ~=.QN(~~~ l! ame1
VERTIGO
Anthony Mann

nemascope de la mano de Charles Lang Jr_9 Su raque fuera un buen film(. .. ) Desafortunada-
uso es parte de lo más destacable en este título mente, el guión era muy flojo. No se puede con-
cuyo mayor lastre es un guión demasiado disperso tar una historia cuando se están. cantando arias
ti- que a Mann le hubiera gustado revisar , incre- constantemente". En aquellos momentos, estre-
lc-
é- mentando la carga dramática. Para él resume la llas y directores se involucraban en la producción
a- colaboración con Stewart: ''Tomamos temas y si- de sus proyectos. ¿Por qué no él?. Sidney Har-
e-
lel (9) Quien con este titulo y
tuaciones ya tratados, llevándolos hasta el pa- mon y Mann conocían sus mútuas carreras y sus
o- otros como THE MAGNIFICENT roxismo". Esto incluye un sentido de Ja violen- grado de acuerdo era elevado. Harmon, quien ve-
ía SEVEN de John Sturges, de-
n- mostró su dominio de la
cia que se intensifica hasta extremos sorprendentes nía trabajando esporádicamente con Y ordan des-
1d pantalla ancha en el géne- para 1955.IO de inicios de los cincue nta, comprendía las in-
m ro.
ti- Crear-junto a Sidney Harmon y Philiph Yor- tenciones de Mann ante un proyecto y le dejaba
n- (10) Stewart, siendo arras-
lo 17
e-
~r­
trado desde un caballo por
el desequilibrado hijo del
cacique local (Alex Nícol y
THE MAN FROM LARAMIE [EL
HOMBRE DE lARAMIE, 1955)
V
Je Donald Crisp, respectiva -
)n mente) Nícol, tiroteando frí-
IN amente a las mulas de Ste-
:le wart en un gesto de sadis-
la mo sorprendente y, sobre
e- todo, la célebre secuencia
la en la que Nícol dispara a
Stewart en una mano mien-
O, tras es sujetado por sus se-
n- cuaces: un instante cerca-
o- no al cine negro de Fuller
ST o Boetticher.
ar
o- (11) Durante el rodaje de
us SERENAOE, Mann preparaba
;i- uno de sus proyectos más
!n ambiciosos: "The Story of
os Towsend Harris", la histo-
,ff ria del primer cónsul nor-
!S- teamericano enviado a Ja- 1948
n- pón. Sin embargo, vende RAw DEAL ( Reliance Pic-
lÍ- el guión que previamente tures- Eagle-Lion), con
la había adquirido por no po- Dennis O'Keefe, Claire
10 der contar con bastante Trevor, Raymond Burr.
la presupuesto. Fiel a sus nor- HE WALKEO BY NIGHT (OR-
¡u
mas, necesitaba una gran DEN: CAZA SIN CUARTEL)
Es estrella que no podía pa- (Eagle Lion), con Richard
n- gar. Los compradores del Basehart, Scott Brady,
as guión, la Fox, sí pudieron Roy Roberts. Director: Al -
:a- pagar a una estrella y a otro fred Werker y Anthony
~r-
director de renombre: John Mann (no acr editado)
e- Wayne y John Huston. El re-
1g sultado fue THE BARBARIAN 1949
te- ANOTHE GEISHA, un desastre THE BLACK BooKIREING OF
1i- del que Huston siempre cul- TERROR ( EL REINADO DEL TE-
G. paría a Wayne. RROR) {WALTER W ANGER·
10 EAGLE-l.ION), con Robert
o- (12) Éste último concreta- Cummings, Arlene Dahl,
ti- mente: "La detesto. Hu- Richard Basehart
!C- biera podido ser una gran- BORDER INCIDENT (M.G.M.),
·y dísima película. La historia con Ricardo Montalbán,
de ese semisalvaje impre- dan- Security Pictures y producir con buenos libertad. El primer proyecto y, a todas luces, el George Murph y, Howard
si onado por el uniforme, Da Silva
ti- resultados MEN IN wAR, bien puede haber sido el más satisfactorio es MEN IN W AR. Un sobrio tí-
que del uniforme aprende
:le acerca del bien y del mal y detonante para abandonar NIGHT PASSAGE en 1957. tulo para un film de tan sobrio contenido. La du- 1950
:le al final decide civilizarse, SIDE STREET(M.G.M.), con
n- era un buenísimo guión".
A estas alturas Mann, consciente de su status y reza y el dolor retratados en MEN IN WAR no eran Farley Granger, Cathy
m Según Mann, Harry Cohn y cualidades, guardaba en cartera otros dos ambi- los cantos y las loas de STRATEGIC AIR COMMAND O 'Donnell. Jean Hagen
n- Jerry Wald, le proporcio- D EVIL'S 000RWAY(LA PUER-
n- ciosos proyectos. Así que cu ando no se le per- y surgieron problemas de producción: el ejército TA DEL DIABLO) {M.G.M .),
naron un rodaje lleno de
m molestias que d io un r e- mitió reescribir el guión que considerab a me- se negó a colaborar. El film fue rentable y cose- con Robert Tayl or, Paula
a- sultado confuso "porque Raymond, Louis Calhern
a- no me han dejado en paz
diocre e incoherente, sobrevino el enfrentamiento chó buenas críticas. Pero sin duda lo mejor es que THE fURIES {LAS FURIAS)
n- un solo instant e" además con Stewart, también productor del film y que no Mann h abía conseguido aquello que perseguía, (Paramount), con Barb ara
o- de imponer un final feliz St;mwyck, Walter Huston,
n- estaba dispuesto a detener el rodaje para trabajar un resultado notable de una película con cuño Judith An d er son
que distancia al film del que
:le quizá sea su más p róximo en el guión (al parecer ya se había olvidado de lo propio. "Es un film del que estoy muy contento WINCHESTER 73 {WINCHES·
a- referente en la fi lmografía TER 73) (Universal-lnter-
m de Anthony Mann: DEVIL'S
ocurrido con WINCHESTER 73). El salto a la pro- ( ... )Es un.film sobre los detalles de la guerra. No national), con James Ste-
a- DOORWAY. Otro punto en ducción independiente comenzó a fraguarse con se ven J?randes batallas, generales o almirantes wart, Shelley W inters,
JI- común con aquel w estern Dan Duryea.
0- dos serios fracasos y la imposibilidad de un aca- pasando revista a las tropas o desarrollando su
d e Mann f u e su fracaso en
a- taqui lla: "Al público n o r - riaciado proyecto 11. El primero fue THE l.AST FRoN- estrategia. En cambio se habla del recluta (. .. ) 1951
er teamericano no le gusta THE TAU TARGET (M.G.M.),
e- que le presentemos a los in-
TIER, cuyo punto de partida era la mirada de un He querido mostrar lo que soporta ese soldado con Dick Powell, Paula
1s. dios como estrategas y a los ingenuo salvaje sobre la civilización a través del y por eso he hecho un film de horror y miedo". Raymond, Adolphe Men-
la jefes militares como in- jou
:le microcosmos de un fuerte aislado por los indios. Volvemos a encontram os con ese director pletó-
com petentes". Hoy por
la hoy, es d ificil ver THE LAST Ni Yordan ni Mann dicen nada bueno del film 12. rico de fac ultades en su narrativa, pero más ma- 1952
é- FRONTIER sin apreciar la im- BEND OF THE RIVER (HORI-
a- pronta y la dinámica man-
El segundo fracaso es el musical SERENADE, ba- duro, con un punto más amargo y disp uesto a ZONTES LEJANOS) (Univer-
!S- niana y continúa siendo un sado en la novela homónima de James M. Cain. rodar para él ·mismo. Para encontrar equivalen- sa l-lnternational), con Ja-
1a film más apreciado por la m es Stewart, Julia Adams,
as
De nuevo, Mann sólo podría expresarse con de- tes a un título como MEN IN W AR h ay que retro- Rock Hudson
crítica eu ropea que por la
americana. sagrado ante lo conseguido: "Hice lo posible pa- traerse a otros como THE STORY OF G.I. JOE de
VERTIGO
Anthony Mann

Wellman o la más desconocida A W ALK lN THE sia. La imposibilidad de visionar este film difi-
SUN de Milestone. Son de los pocos títulos que culta que se pueda emitir un juicio más concre-
han intentado mostrar de una manera descarna- to. Francamente, resulta difícil imaginar que Mann
da al soldado de a pie, lo que siente inmerso en hubiera llegado a un grado de sumisión capaz de
una batalla, convirtiendo términos como gloria o anular una habilidad sobradamente acreditada,
heroicidad en nociones ajenas a la cotidianei- particularmente en este género.
dad del soldado. Las reminiscencias antibelicis- Su segundo proyecto en Securityl-t es la no-
tas del film se hacen explícitas en una cita al de- vela de Erskine Caldwell Goo's UTTLE ACRE. El
senlace de ALL QUIET ON THE WESTERN FRONT de que Mann acometa la adaptación de uno de los
Milestone: un soldado se detiene para coger unas más reputados literatos que hayan retratado el
flores al borde de un camino, adornando irracio- profundo Sur es uno de los elementos más indi-
nal y fúnebremente su casco. Su pierna se estira cativos de las intenciones y ambiciones de Mano
18 violentamente hacia la cámara cuando es dego- para quien esta adaptación era la combinación
V llado.
Seguramente en pos de dinero, que parcial-
adecuada de prestigio y comercialidad, ya que
BABY DOLL(Kazan,1957), basada en la pieza de
mente iría a sus propias producciones, encuentra Tennesse Williams, había sido un éxito reciente,
otro proyecto. Otro western, y si no dirige a Ste- y ciertos elementos habitaban en ambas obras: el
wart, dirige a su gran amigo Henry Fonda. Es THE retrato de la pobreza en el Sur a través de un fil-
TJN STAR con tex to de Dudley Nichols, guionis- tro de humor que observa la cara más grotesca
ta de Ford en THE TNFORMER o STAGE COACH. Con del realismo y una sensualidad que merece el
quien resulta más complicado imaginar a Mann calificativo de impregnante. Las expectativas de
es con los productores George Seaton y William éxito de Goo's LITTLE ACRE se vieron cumplidas,
Perlberg, quienes formaban una pareja de éxito al menos financieramente. Yordan, en cambio,
desde inicios de los 50. Su estilo de cine se ceñía no la tenía por ningún triunfo "artísticamente,
(13) Ejemplificada en filmes
a una ortodoxa calidad y mediocridad hollywo- al menos( ... ) Había algunas buenas secuencias, como THE COUNTRY GIRL, TEA-
odienset3. Sus producciones estaban marcadas pero el guión no era adecuado para Mann, hu- CHER'S PET O THE COUNTERFEIT
TRAITOR. Y cuando Seat on
por una tonalidad de correción que, con el paso biera sido más adecuado para Nicholas Ray. Era n o dirigía -<orno en los ci-
de los años, ha mantenido a sus películas con demasiado teórico, no era lo bastante físico". En tados casos-, gustaban de
THE fAR ( OUNTRY [TIERRAS LE- artesanos discretos com o
JANAS, 1955) una pátina de dignidad solo comparable a su asep- Goo's UTTLE ACRE percibimos algo que la fil- A rthur Lubi n (RHUBARB).
mografía anterior de Mann no había dado pie a Mark Robson (THE BRIDGES OF
TOKO·RI) o Wal ter Lang (BUT
mostrar, y es que supone su aproximación más NOT FORME).
directa al terreno de la comedia: una comedia que

TEWART
(14) El tercer proyecto en
se fundamenta en una contemplación casi ento- Security, PASSENGER TO BALI,
mológica de la familia protagonista y en un rit-

e
un film de aventuras que
t ranscurrir ia casi integra-
mo atípico al que si le queremos encontrar un re- mente en un carguero, que
'
. ferente no pueden ser los maestros clásicos del representaría un crisol de

RUTHROMAN génerot5.
Soy de los que siempre ha pensado que si no
distintas nacionalidades y
culturas, nuca llegó a rea-
lizarse. El que sí llegó a ro-
COftlNNE CAlVET existiese previamente el film de Tourneur titula- d arse pero finalmente sin
Mann, fu e DAY OF THE ou-
do OuT OF THE PAST, bien hubiera podido ser és- TLAW. Producida por Secu-
rity, con Sidney Harmon a
te el título de MAN OF THE WEST. Se ha mencio- la cabeza, Yordan al guión
nado antes la presencia de aquello que denomi- y Robert Ryan y Nehemiah
Per soff (ambos present es
nábamos el peso del pasado en títulos como RA w en M EN IN WAR) en e l repar -
DEAL o BEND OF THE RIVER. Pero en MAN OF THE to, supone el mejor film, de
WEST, es como si de repente el tiempo hubiese re- entre los que conozco, de
André De Toth, con una
trocedido, manifestándose sutilmente incluso a deuda i mpagabl e con la
contrastadísima fotografía
nivel de diálogos (el mantenido entre Link (Gary de Russell Harlan. El film su-
Cooper) y su tío, el forajido Dock Tobin (Lee J. puso un absoluto fracaso.
Cobb) en el instante de su reencuentro, acerca de (15) Tendríamos que mirar
la dificultad en la percepción del tiempo). primero h acia el referen-
te de Ford, no sólo sobre el
Cooper está visiblemente envejecido y se in- texto de Caldw ell, si no ha-
tuye por los datos que nos han ido proporcio - cia el e st ilo en q ue él fi l -
traba la carga de comedia
nando que sus correrías junto a Dock han sido en sus filmes. Otro refe-
bastantes años atrás, en su juventud. Sumemos rente es la línea tan poco
entonces esta aparente distorsión en la percep- explotada en la comedia
americana de la atonalidad.
ción temporal a esa especie de remanencia, casi En la que podemos incluir
títulos como W OMAN OF THE
perennidad de los Tobin (el hecho de que sigan YEAR (George Stevens, 1942),
vivos y en el mismo lugar dónde Cooper los aban- el Blake Edwards de BREAK-
donó muchos años antes, y lo más sorprendente: FAST AT TIFFANY'S {1961) y,
aproximándonos más en el
su perpetuación. ¿Dónde están o han estado las tiempo, NICKELONDON (Peter
Bogdanovich , 1976), THINGS
mujeres de los Tobin?. No hay rastro de ellas y CHANGE (David Mamet,
es imposible imaginárselas y, aunque suene raro 1990), 1LOVE YOU TO DEATH
{Lawrence Kasda n, 1991)
por el hecho de su ausencia, hay una sensación o MAO OOG ANO GLORY {John

DlltECTOR ; ANTHDNY MANN casi de endogamia, de degeneración, cobrando McNaughton, 1993).


VERTIGO
Anthony Mann

STRATEGIC A IR COMMAND
[1955]

19
V

1953
lHE NAKED SPUR (COLORA·
nes
DO JIM) (M.G.M .), con Ja-
EA-
FEIT mes Stewart, Janet Le igh,
Robert Rya n
ton
THUNDER BAY (BAHIA NE-
5 ci-
GRA) (Universal-lnterna-
1de
tional), con James Ste-
mo
wart, Joanne Dru, Gilbert
RB),
Roland
SOF
BUT
1954
THE GLENN M ILLER STORY
(MUSICA Y LAGRIMAS) (Uni-
en
;ALI, versal-l nternationa l), con
James Stewart, June Ally-
~ue
son , Henry Mor ga n
¡ra-
que
1955
1 de
lHE FAR COUNTRY (TIERRAS
es y
LEJANAS) (Universal-l nter-
·ea-
natio n a l). con James Ste-
ro-
wart, Ruth Roman, Wal-
sin
t er Brennan.
ou-
STRATEGIC AIR COMMAND
~cu-
(Paramount), con James
•na
St ewart, June A llyson,
1ión
Barry Su llivan.
iiah
lHE MAN FROM LARAMIE (EL
ites
HOMBRE DE LARAMIE) (Co-
~ar-
lumbia), con James St e-
'• de wart, Cat hy O 'Donnell,
, de
Arthur Kennedy.
•ma
lHE LAsT FRONTIER (Colum-
, la
bia), con Víctor Mature,
afía
Guy Madison, Anne Ban-
l su- así pleno sentido la perturbadora presencia de bién convierte al itinerario en un trayecto por "nin- croft
ISO.
Trout (Royal Dano), el sordomudo y enajenado guna parte". La llegada a Lasoo nos muestra una
pistolero). Con esto llegamos a la afirmación de ciudad fantasma, abandonada, excepto por un vie- 1956
1irar
SERENADE (Dos PASIONES y
·en-
·e el
José M. Latorre y, anteriormente, de José M. Pa- jo matrimonio de mejicanos. La esposa caerá ba- UN AMOR) (Warner Bros.),
con Mari o Lanza, Joan
ha- la del encuadramiento de MAN OF THE W EST en jo las balas de Trout en una muerte que define ra- Fontaíne, Sara Montiel
fil-
!dia
el género de la ciencia ficción. Literalmente, La- dicalmente el clima de inutilidad y crueldad que
torre dice que es una magistral película de cien- caracteriza la vida de los Tobin. Tras el horror de 1957
~fe-
MEN IN WAR (LA COLINA DE
oco cia ficción encubierta bajo las convenciones vi- un crimen tan innecesario, Mann logra uno de los LOS D IABLOS DE ACERO)
!di a
(Security Pictures-Un ited
~ad. suales del cine del Oeste". Si a alguien le pare- momentos más crueles que se recuerdan en una Artist), con Ro bert Ryan,
:luir
ce demasiado radical esa afirmación quizá en- ficción: Link dispara contra Trout quien, en su A ldo Ray, Vic Morrow.
' THE
NIGHT PASSAGE (LA ULTIMA
142), cuentre una lectura más fácil al pensar, dentro del agonía, se aleja corriendo, sujetándose el vientre, BALA) (Universal-l nterna-
EAK-
1) y,
campo del Fantástico, en el subgénero de los via- por las calles desoladas de la ciudad fantasma. tional) con Jam es Ste-
wart, Dan Dureya, Audi e
!n el jes en el Tiempo. Porque eso narra MAN OF THE Mientras Mann eleva la grúa, alcanzamos a oír
Murphy. Dirigida por por
eter
W EsT junto con un viaje del "ninguna parte" dón- un aullido animal. Tras esto, Link proceder a es- James Neilson y Anthony
llNGS
M ann (no acreditado).
net, de están los Tobin a " ninguna parte" de una ciu- perar a su familia de una manera ceremonial (se lHE TIN STAR (CAzADOR DE
;ATH
l91)
dad minera llamada Lasoo, pasando por una tie- sienta pacientemente, fuma, ha cargado sus ar- FoRAJ1Dos) ( Par amount),
con Henry Fonda, Ant -
ohn rra de nadie, en la que continuamos sin rastros de mas) para proseguir con la extinción de los To- hony Per kins, Betsy Pa l-
civilización, sin puntos de referencia, lo que tam- bin, del lastre de su pasado. Un duelo en el que me r

l
VERTIGO
Anthony Mann

venil del Cooper de THE PLAINSMANo THE WES-


TERNER, ese juvenil rostro interpretando la des-
carnada violencia que Dock Tobin desgrana en
sus recuerdos. De la misma manera, el inicio de
este viaje por el Túnel del Tiempo no podía em-
pezar de otro modo que a bordo de un tren, por-
que es símbolo del nacimiento del cine y el Hom-
bre no ha inventado hasta el momento máquina
del tiempo más perfecta que el Cinematógrafo.
Mann no sobrevivió a la década de los 60.
Tampoco la vieja serie B. El western agonizó len-
tamente lanzando a veces destellos de dignidad,
20 siempre que no miremos hacia Europa, dónde ca-
V sual mente y a pie de obra fallecería Mann. El
círculo se iba completando, el último western. La
MGM llevaba años guardando el proyecto del re-
make de CrMARRON. El original, dirigido por Wes-
ley Ruggles para RKO en 1930 era un material
prometedor para las características de las super-
producciones, que estaban en su apogeo. A Mann
le arrancaron de los exteriores en medio del ro-
daje, le encerraron en un estudio. Perdió el inte-
rés. Tenía que contar una historia de la creación
de un estado, de una can·era por un pedazo de tie-
rra, del descubrimiento del oro negro bajo la mis-
ma, de cómo se relegó a los indígenas a través de
la irrupción de la política en el territorio y, ante
todo, la historia de un hombre que amaba a su es-
posa, pero más a la Aventura ... en resumen, que-
ría contar la historia de su país, no hacer un re-
make. El estudio le obligó también a cambiar el
desenlace. El protagonista, Yancey Cravat, mo-
riría al intentar extinguir un incendio en una to-
rre petrolífera, algo no muy lejos de la muerte de
Cable Hogue bajo las ruedas de otro símbolo del
Siglo XX: un coche; en vez de ello, moriría en la
1 Guerra Mundial, en off porque en lo que a Cra-
vat respecta, el último tercio del film es un off,
recayendo todo el peso sobre el papel de su es-
posa y si bien esto desequilibra mortalmente el (16) La majar y l a estrella
film, sirvió para demostrar de una vez por todas pro ductora de SPARTACUS
- Kirk Douglas, si bien és·
que Mann sabía lidiar con papeles fe meninos. te en su au tobiografía se
quita el muerto de encima
Cravat es distinto a sus anteriores personajes: un y afirma que sus relaciones
pionero, absolutamente individualista. Crea, y con Mann f ueron excelen·
cuando llega la civilización se va a otro nuevo te- tes- le expulsan del roda-
je. Aún así, aparte de la pre-
rritorio. La civilización no es su meta, como in- sencia de secundari os de su
dica su apodo. El fracaso de CrMARRON termina gusto como John lreland o
Charles McGraw, Mann afir-
de rematar lo que le había acontecido en la Uni- ma que sus tres semanas de
... , versal16. Así, con un Hollywood que le es pro- trabajo constan en el fi lm :
"Todo el i nici o es mío, los
Arriba: la utilización del Cinemascope llegar a su má- blemático, ajeno y cambiante, como Cravat, bus- esclavos en la montaña, Pe·
MEN IN WAR [LA COLINA DELOS ter Ustinov examinándole
DIABLOS DE ACERO, 1957]
xima cota de aprovechamiento (por lo tanto, de ca nuevos territorios. En España, Bronston in-
los dientes a Doug las, la lle-
sabiduría) en el duelo final entre Link y el hijo de tenta crear su propio Hollywood l7. gada a la Escuel a de Gla-
Abajo: diadores y el antagonismo
MAN OF THE WEST (EL HOMBRE
Dock, ambos heridos, el primero sobre la tari- Casi duele hablar de EL Cm cuando se repa- con Ma rcel lus" . El afán di·
DEL OESTE, 1958] ma de un porsche y el segundo bajo el mismo. El san las declaraciones de Mann, ya que siempre dáctico se impuso a la fisi-
formato nos permite ver, conteniendo a ofician- defendió el proyecto: "Me dije que era posible cidad manniana.

te y víctima, cómo se completa el sacrificio de to- rodar uno de los films más bellos del mundo. Amo (1 7) No estaría solo al lí.
da una época, el nacimiento del nuevo Link Jo- España y el Siglo XI en el que se sitúa la leyen- Coi ncid iría con Nicholas
Ray, a quien t enía en g ran
nes, del nuevo Oeste a través de la redención más da de El Cid es sin duda uno de los períodos más consideración no solo a ni-
cruel jamás filmada. Porque básica, esencialmente vel personal, si no también
fascinantes de la Historia. También Samuel Brons-
profesional, ten iendo por
MAN OF THE WEST es un film cruel, atroz. Cuan- ton estaba enamorado de la historia". Haciendo una obra maestra t ítulos co-
do Dock habla de los horribles crímenes cometi- un esfuerzo, puede disfrutarse de EL Cm como mo REBEL WITHOUT A CAUSE .
También se encontaría con
dos junto a Link (cuyo nombre, por cierto, sig- un film de aventuras en su más básica naturale- su amigo Philiph Yordan,
nifica "eslabón" o "enlace") el cine, que siempre za, o como dijo Mann "un western español", pe- que se convertiría en el su-
pervisor de guiones d e
renueva el recuerdo, nos permite ver el rostro ju- ro es difícil que no resulte risible un combate al Bronston.
EL CID (1961 ]

21

grito de "por España" en pleno S. XI. Como en EASY RIDER de esa perla llamada Dennis Hopper
1958
CIMARRON, tan solo estamos hablando de ins- o THE GRADUATE de Mike Nichols? Se produ- GoD·s LITTLE ACRE (Secu-
tantes de glor ia que redimen el cine de sus últi- cía horror barato -en todos los sentidos- con rity Pictures-United Ar-
t ist), con Robert Ryan, Ti-
mos años. Quizá, en este caso en concreto, po- la firma de Corman; Kubrick, a las puertas de n a louise, Al do Ray,
dríamos citar el pasaje del "Cantar del Mío Cid" 2.001 potenciaría la utilizaci n de los efectos es- M AN OF THE WEST ( EL
HOMBRE DEL O ESTE) ( Uni-
para relacionar a Mann con su obra: "Dios, que peciales; los directivos de Jos est udios miraban ted Artist-An Ashton Pr o-
buen vasallo haría, si tuviese buen señor". Aun- hacia Europa dando palos de ciego. ¿Y el wes- duction), con Gary Coo-
per, Julie London, Lee J.
que EL Cm resulta ser un éxito comercial tal, que tern? ¡ONCE UPON A TIME IN THE WEST de Sergio Cobb
ll a impulsa a Bronston a la producción de una épica Leone era la épica del momento! Mann estaba le-
:us más ambiciosa: THE FALL OF THE ROMAN EMPl- jos del apoc alipsis directo de Peckimpah, de las 1960
és- CIMARRON (CIMARRON)
se RE. La pretensión de Mann de mostrar "la locu- amables parodias de Burt Kennedy o de las car- (M.G,M.), con G lenn Ford,
na Maria Schell, Anne Baxter
ies
ra del mundo, la decadencia y la muerte del es- gantes metafísicas de Monte Reliman. Esto era
!n- píritu" apenas sobreviven sofocados por la me- el western de primera línea. 1961
fa- EL CID (EL CID) (Samuel
re-
galomanía. Mann dijo, hablando de EL Cm: "La razón Bronst o n Production-
su Mann encaró el último film q ue pudo acabar por la que quise hacerla fue el tema 'un hom- -Dear Film-Allied A rtists),
jo co n Charlton Hesto n, So-
fir-
en su integridad en compañía de Robert Krasker, b re cabalgó a la victoria muerto sobre un ca- fia Lor e n, Raf Vallon e
de su colaborador desde EL Cm y Ben Barzman en ballo'. Me enamoré del concepto de ese final. To-
m: el guión, quien había venido colaborando con do el mundo desearía hacer eso en vida"_ Él lo 1964
los THE FALL oF THE RoMAN
>e- Yordan en la época de Bronston. Mann prestó su hizo. Consiguió reconocimiento en vida, de sus EMPIRE (LA CAIDA DEL IM-
>le talento a THE HEROES OF TELEMARK, demostran- contemporáneos y de jóvenes críticos y directo- PERIO ROMANO) (Samuel
le- Bron ston Producti ons),
la- do que su pulso narrativo seguía incólume. Pero res que vendrían detrás de él. Y hoy, cada nuevo con Stephen Boyd, Sofía
no Loren, A lee Guin ness
di-
su mente no estaba en estos proyectos. Planea- cinéfilo tem1ina por descubrirlo, perdido en las
isi- ba su magna y definitiva obra: una adaptación páginas de Ja Historia del Cine, entre la humil- 1965
THE HEROES OF TELEMARK
western de King Lear con John W ayne. Pero nun- dad y la injusticia de otros nombres que se citan (Los HEROES DEL TELE-
llí. ca pudo regresar. El hombre que había nacido con más alto. Y los que ya lo hemos descubierto, siem- MARK) (Colum bia), con
las Kirk Douglas, Richar d Ha-
el nombre de Anton Bundsman en San Diego, pre terminamos volviendo a él en busca de ese r ris, M ichael Redg rav e
an
ni- California, el 30 de Junio de 1906, caía víctima delicado equilibrio entre Sobriedad y A ventura.
én 1968
>Oí
de un infarto muy lejos de casa, en Berlín, el 29 A DANDY IN ASPIC (SEN·
:o- de Abril de 1967, trabajando en A DANDY IN AS- TENCIA PARA UN DANDY)
se. (Columb ia), con Lauren ce
on
PIC, un thriller hijo de la guerra fría. ¿Hubiera po- "¿ Mis mejores películas? WrNCHERTER Ha rvey, Tom Courten ay,
in, dido producir su King Lear? . ¿Había lugar pa- 73, EiCID, Gov's llITLEACRE, MEN INWAR" Mia Farrow. Termin ada
;u- por Lauren ce Ha rvey co-
ra él en un Hollywood que producía filmes como [Anthony Mann].@ mo d ir ector (no acred ita-
de
do)
VERTIGO
Anthony Mann

[ExrRAÑA IMITACION 'Anthony Mano, 1946] *

22
Eva Parrando Coppel
V

Los fotogramas que ilus-


tran este artículo perte-
necen a STRANGE IMPERSO-
Resumen del argumento (1)
NATION (1946] Noi
Co ¡
Nora Goodrich es una científico que está a lo cual su relación termina definitivamente. (N'
punto de inventar un revolucionario anes- Nora al salir del hospital vuelve a su aparta- 199
tésico. Sólo necesita realizar una última prue- mento y aparece Jane Karaski con una pis- (2) '
ba que, para evitar pérdidas de tiempo y bu- tola. Le pide dinero joyas y el anillo de com- En1
rocracia, decide hacerla utilizándose a sí mis- promiso que Jane se pone. Nora accede pe- Ka¡
Noi
ma como 'coneji llo de indias' sin que nadie ro en determinado momento inicia una lu- 199
lo sepa (sólo su ayudante Arleen). Tras una cha y Jane Karaski cae a la calle desde la te- por
charla en el laboratorio en el que trabaja rraza del apartamento. Una mujer, la por- gr o
lin<
tanto ella como su prometido Steven, al que tera, reconoce el cuerpo de Jane como el de
le da largas con respecto a su matrimonio, Nora Goodrich por el anillo de compromiso, (3)
se dirige a su apartamento donde ha que- así como Steven que en ese momento llega- (4)
dado primero con Steven y más tarde con Ar- ba al apartamento. Nora, dada por muer- cur
leen con quien va a realizar el experimento. ta, ingresa en otro hospital para hacerse la ide
ína
Al sa lir del garage del laboratorio en suco- cirugía estética a partir de una foto de Jane qui
che está a punto de atropellar a una joven Karaski y adopta su nombre. Mientras está pur
medio borracha: Jane Karaski. La lleva a su en el hospital se entera por una revista cien- mir
ta 1
pequeño y lúgubre apartamento, le ofrece tífica que Steven y Arleen están casados. no5
algo de dinero y le deja su tarjeta por si ne- Cuando sale del hospital con su nuevo ros- al g

cesita algo. Un abogado de poca monta que tro, va al laboratorio y le cuenta a Steven bié
* Los concept os q ue, co-
presenció el incidente las sigue para con - que es una amiga de la universidad de No- mo se i ndicará, utilizo de al 1
vencer a Jane Karaski que puede ganar una ra. Este la invita a cenar con él y Arleen en Jesús González-Requena, t od
provienen de m í asisten- pe!
gran suma de dinero si demanda a Nora. su casa y le ofrece trabajo en el laboratorio, cor
cia a su semi n ario en la
Nora llega a su apartamento y poco des- así como un viaje para asistir a un congreso. Facultad de CC d e Ja In - gor
pués Steven, quien le pide que se case con Arleen visita a 'Jane' para prohibirle que va- formaci ón de la Universi- sor
dad Complutense de Ma- t an
él al dia siguiente pues lo destinan a Fran- ya con Steven y para revelarle que ha esta- d rid, dura nte el año aca- cl u:
cia. Nora le pide más tiempo para finalizar do investigando y que sabe que nunca exis- d émico 1994-1995, titu- la 1
lado: "Lo Masculi no y lo Go
completamente su experimento. Steven no tió una Jane Karaski en la universidad de laci
Fem en i no . La Const ruc-
puede esperar más y Nora trata de devol- Nora. Esta le informa que ella es Nora, que ción de la Dif erencia Se- wir
verle el anillo de compromiso. El se niega. se ha hecho fa ci rugía y que sabe perfecta- xual en los Discursos Au- drc
diov isua les (I) " . Por su- der
Llega Arleen justo cuando Steven se marcha, mente cuál fue el plan de Arleen. La ame- go1
puesto, me hago respon-
y este se deja su maletín. Nora y Arleen ini- naza con una pistola si se interpone entre sable de los posibles erro- naj
cian el experimento: Nora se inyecta una do- Steven y ella. Arleen abandona a Steven y res de comprensión de di- si n·
chos conceptos en los que pe<
sis del anestésico y se va quedando dormida cuando este y Nora, ya emparejados; están haya podi do incurrir. mis
tumbada en un sofá. De pronto Arleen mez- en el aeropuerto a punto de coger el avión, cie1
Qui ero agradecer a A n- zac
cla unos líquidos y provoca una explosión, aparece la policía ayudados por el aboga- fa r
nette Kuhn la lectura de
por lo que la habitación empieza a arder. do de poca monta y acusan a 'Jane' de ha- una primera versión de es- QU
Vuelve Steven a recoger su maletín y resca- ber asesinado a Nora aquella noche en su t e artícul o, así como sus y r1
valio sos comentarios. cija
ta a Nora. Nora está en un hospital con to- apartamento. En el momento en que está en Sár
Tam bién quiero mostrar
da la cara vendada por culpa del accidente. la comisaría, incapaz de comprender nada, m i agradecimiento a Da- dor
Sabe que le va a quedar una cicatriz. Steven articular palabra o defenderse (por supues- niel Abella y David Breijo cin·
por prestarm e o grabar- cia:
insiste en casarse con ella pero Nora se nie- to Arleen no la ayuda), Nora se despierta. m e pelícu las que he ne- ma
ga por la deformación de su rostro. Arleen Todo ha sido un sueño, producto de la anes- cesit ado para escribi r es- ver.
len
habla con el médico y le convence para que tesia, y se encuentra con Steven quien, efec- te artículo.
Est.
se le prohiba a Steven visitar a Nora, a la vez t ivamente había vuelto a por su maletín y le Las t raducciones de citas te
que no transmite los mensajes que cada uno había dicho a Arleen que se marchase. Nora de artículos o libros en in- qui
gl és, así como de ciertos cor
le manda al otro. Mientras Nora sigue en el se despierta y va a mirarse al espejo. Féliz ve ne!
d iálogos de la películ a
hospital, Arleen va seduciendo a Steven y le que es ella, que conserva su rostro, y acep- que incluyo en el artícu- qw
pu1
dice a Nora que él está con otra mujer, con ta casarse con Steven al día sig uiente. lo, son mias.
VERTIGO
Anthony Mann

Introducción tos melodramáticos, que las teóricas feministas


encuentran en el 'cine de mujeres', pululan tam-
Aunque Anthony Mann es generalmente conoci- bién por el género negro. Así algunos de estos
do por sus westerns, desde 1942 hasta 1949, di- aparecen también en la película que nos con-
rigió una serie de películas del género negro de cierne: protagonista femenina, punto de vista fe-
bajo presupuesto. Películas como THE GREAT menino4, la dramatización de la experiencia de
FLAMARION (EL GRAN FLAMARION, 1945), S1RAN- las mujeres, importancia otorgada a las relacio-
GE IMPERSONATION (EXTRAÑA IMITACION, 1946), nes entre mujeres, el proceso de auto-descubri-
DESPERATE (1947), RAILROADED (TRAMPA PA- miento p or parte de la heroína o la presen cia del
RA UN INOCENTE,1947), T-Men (LA BRIGADA SUI- 'hombre maternaJ'5. Estamos de acuerdo en que
CIDA, 1948) y R AW DEAL (1948). En este artí- el hecho de aceptar y analizar esta confluencia
culo voy a analizar una de estas películas: STRAN- entre el melodrama y el género negro, como ya
23
GE IMPERSONATION (1946). La elección se debe a ha intentado Elizabeth Cowie, puede ayudarnos
que es mi intención poner en cuestión la hipóte-
sis, bastante generalizada entre las teóricas de ci-
a desmantelar esa 'rígida división sexual,que ca-
taloga lo melodramático como femenino y el ci-
V
ne de corte feminista, de que el cine negro es un ne negro como masculino6. Y ya que estamos con

(1) COWIE Elizabeth; "Film


Noir and Women" in Joan
Copjec (ed.) Shades of Noir
(NY and London : Verso,
1994) pp. 121-1 66.

(2) COWIE (ibidem.) p. 135.


En el libro editado por Ann
Kaplan Women in Film
Noir (1978) (Londres:BFI,
1994), todas las autoras dan
por hecho que el Cine Ne-
gro es una género mascu-
lino.

(3) COWIE (ibidem.) p. 138.

(4) Desde el principio el dis-


curso fílmico nos lleva a
identificarnos con la hero-
ína y con su historia. A un-
que no podemos hablar de
punto de vista narrativo do- (5) Véase COOK, Pam: " Me-
minado por la protagonis- lodrama and t he Woman's
ta en sentido estricto - pues Film" en Sue Aspinall y Ro-
nosotros, espectadores, en bert Murphy (eds.) Gains-
algún momento sabemos borough Melodrama, pp.
más que la heroina- tam- 14-28. También LAPLACE,
:o- bién es cierto que cuando, Maria: "Producing and Con-
de al final, descubrimos que suming the Woman's Film.
1a, todo ha sido un sueño, una Discursive Struggle in Now,
·n- pesadilla, el espectador Voyager" en Christíne
la comprende que la prota- Gledhill (ed.) Home is Whe-
n- gonista no sólo ha sido per- re the Heart Is (Londres: BFI,
·si- sonaje de la historia sino 'género masculino'. STRANGE IMPERSONATION Anthony Mann, podemos sugerir que el mismo 1994 (1987)) pp.138-166.
la- también su narrador. O in- pertenece al género negro y, sin embargo, nos tipo de análisis podría llevarse a cabo con otro
:a- cluso, si hacemos nuestra (6) En relación a la proble-
u- la observación que hace cuenta la historia de una mujer. Es más, voy a tra- género igualmente catalogado como masculino: mát ica del t érmino mel o-
González-Requena en re- el Western. d rama para desig na r gé-
lo
lación a The Woman i n the
tar de demostrar que la película n o sólo relata la ner os pasivos/femeninos,
IC-
.e- window (La mujer del cua- historia de una mujer, sino que además trata te- En mi análisis de esta película de A nthony puede uno d irigir se al re-
.u- dro, Fritz Lang, 1944), po- cientemente publicado ar-
mas como el deseo de la mujer y la identidad fe- Mann intento corroborar las hipótesis defendidas tícu lo de Lea Jacobs: " El Ci-
u- demos decir que la prota-
•n- gonista no es sólo perso- menina. por Elizabeth Cowie así como centrarme en lo ne de Mujer y la Poética del
naje dentro de la fantasía, Melod rama" en Archivos
·o- Ya Elizabeth Cowie en su artículo "Film Noir que esta p elícula parece decirnos acerca de la de la Filmoteca, nº 19 (Va-
:Ji- sino que también es es-
ue pectadora diegética de la and Women" ("El Cine Negro y las Mujeres")! identidad, los deseos y los temores de su prota- lencia: Filmoteca de la Ge-
misma, pues es su 'incons- neralitat Va lenciana, Fe-
pone en cuestión la idea tan extendida entre te- gonista femenin a. brero 1995) pp.64-89.
ciente' quien ha narrativi-
n- zado y puesto e11.escena la óricas feministas del cine, de que el género ne- STRANGE IMPERSONATJON es una película per- A nivel temát ico podemos
fantasía (GO NZALEZ- RE- señalar varios motivos co-
de gro, en contraposición al ' cine de mujeres' (Wo- teneciente al género negro que no adopta un pun- munes entre l os melodra-
~s- QUENA, Jesús: " Metáfora
us y relato: Furia, una encru- man 's films) es un género masculino, por lo que to de vista masculino para hablarnos de la se- mas y las películ as negras
cijada textual" en Vicente durant e los 40. El mot ivo
)S. los personajes femeninos ocuparían una posición xualidad e identidad femenina, sino que, por el de la inyección para sacar
ar Sánchez-Biosca (coordina-
•a- dor) Más allá de la duda. El subordinada con respecto a estos2. Para demos- contrario, adopta un punto de vista femenino (vé- a r elucir una verdad ocul-
cine de Fritz Lang (Valen- ase nota 4). La protagonista de esta película es ta como ocurre en PosseseD
1jo
cia: lmatge, Aula de Cine-
trar que el papel de las mujeres en el género ne- (AMOR QUE MATA, Bernhardt,
lí-
e- ma-Servei d'extensió Uni- gro es no sólo importante, sino fundamental y que una científico que se ve envuelta en el típico mun- 1947) y el motivo de l a ci-
versitaria. Universitat de Va- catri z en el rostro de una
?S- estas "no pueden ser tan fácilmente catalogadas do de pesadilla que tan bien retrata el género ne- mujer, como en THEB1G He-
lencia, 1992), pp. 81-82.
Esta cuestión es importan- en el esque ma chica buena versus chica mala"3, gro. La protagonista, Nora, es traicionada por su AT (Los SOBORNADOS, Fritz
te si tenemos en cuenta Lang, 1953) o SECRET BEYOND
as Elizabeth Cowie lleva a cabo un análisis, e ntre amiga y ayudante de laboratorio, Arleen, y a par- THE DooR (SECRETO TRAS LA
'n- que, históricamente, se ha
os considerado que el género otros, de la película de Anthony Mann RAw D E- tir de esta traición rompe con su prometido, pier- PUERTA, Fritz Lang, 1948).
negro se caracteri za por de su trabajo, su identidad y al final es acusada así como en melodr amas
la AL ( 1948). En este mism o sentido, la autora se como A WOMAN'S FACE (ROS-
u- que la narración adopta un
punto de vista masculino. encarga de recordarnos que numerosos elemen- de asesinato. Así es que en este filme descubri- TRO DE MUJER, Cu kor, 1941).
VERTIGO
Anthony Mann

mos temas clásicos del género negro como: que ma prueba. El probar la fórmula en su propio cuer-
un inocente sea acusado de un crimen, el tema de po le va a llevar a encontrar una respuesta a am-
la culpa, el surgimiento de incomprensibles cir- bas preguntas a la vez: ¿funciona mi trabajo de
cunstancias que atrapan a los personajes, Ja idea investigación? y ¿quiero, es mi deseo, casarme
de que existe un secreto tras las apariencias, que con Steven? El experimento va a ser una expe-
existe un lado oscuro en los seres humanos y en riencia tanto a nivel científico como a nivel psí-
la civilización, el enigma que jamás queda re- quico. Por supuesto, la realidad psíquica, la fan-
suelto del todo, la relación e incluso confusión tasía, el sueño de esta mujer es en lo que se ba-
entre sueño y realidad7, etc. En definitiva, Ja es- sa el argumento del filme. Y lo que es fundamental
tructura narrativa del género negro, a grandes ras- de esta fantasía es su conexión con la sexualidad
gos, podría resumirse en lo siguiente: se inicia al- y Ja identidad femenina.
gún tipo de investigación durante la cual el suje-
24
to acaba perdiendo control: el mundo deja de te-
V ner sentido. Pero si la mayoría de las teóricas
feministas parecen estar de acuerdo en que el
La Sexualidad Femenina: La Mujer que Usa
Gafas.
sujeto investigador es siempre un hombre, STRAN-
El filme parece conectar dos discursos: el discurso
del conocimiento científico y el discurso de la se-
xualidad. Nora Goodrich aparece como, conven-
cionalmente, se representaba a una mujer cientí-
fico o intelectual en los años 40: nada de maqui-
llaje, pelo recogido en un moño y gafas.
El signo ' gafas' ha sido ya analizado por Mary
Ann Doane quien señala lo siguiente: primero,
(7) Muchos de estos ele-
que "una mujer con gafas constituye uno de los mentos pueden tambi én
clichés del cine más exagerados a nivel visual"; encontra rse en el mel o-
y segundo, el hecho de que: "que una mujer lle- drama.
Por otro lado, según Zizeck,
ve gafas en una película, generalmente no quie- la relación entre sueño y re-
re decir que tenga una deficiencia en la vista, si- al idad en el cine negro es- (11)
tá intercambi ada: " l o que 26-7
no más bien significa que cuenta con una mirada el héroe vive como una pe-
sadilla, en el experimento
activa, o simplemente subraya el hecho de mirar mental en el que se en-
(12)
paci
en oposición a ser mirada"9. cuent ra sometido, no es si- man
En el caso de Nora Goodrich, estas puntua- no la vida real; es decir, en ligrc
lo que es el sueño de la pe- espé
lizaciones, me parece, encajan sólo en parte. Por lícula, nos encontramos con el i n
un lado está claro que por su status como cientí- la realidad". ZIZECK, Slavoj: port
"'The Thing that Th inks' : va a
GE IMPERSONATION nos sirve para ilustrar otra fico, Nora está en una dimensión de sujeto que the Kan t ian Background of xual
t he Noir Subject " en Sha-
posibilidad que también nos ofrece el Cine Clá- mira más que de objeto mirado. [Sin embargo, des of Noir (op. cit.) p. 221.
mue
nera
sico. Porque en esta película no es un hombre cuando decide probar la fórmul a inyectándosela,
quien persigue la verdad, sino una mujer8. es no sólo sujeto, sino también objeto del expe- (8) "la estructura de l a in- (13)
vestigación presupone que Nor<
Nora Goodrich es una científico y como tal rimento]. se t rata de un héroe mas-
está interesada en el conocimiento. Se nos hace Parece entonces que mientras en el terreno de culino en busca d e la ver· ª'º
deci
dad" GLEDHILL, Christine: de I¡
saber desde el principio que es una científico muy la ciencia ella mira/sabe y deja que la miren/se- " Klute 1: a contem porary prot
reconocida y que está a punto de crear un anes- pan, en el terreno de su relac ión con Steven, de film noir and feminist cri- a un
ticism" en Ann Kaplan (ed), pal<
tésico revolucionario. Para probar su validez, evi- su sexualidad, parece no querer mirar (se quita pp. 14. Por su parte Eliza- simb
tando permisos y burocracias, decide inyectárse- las gafas cuando está con Steven en el aparta- beth Cowie cuestiona es- rra L
ta afirmación tomando Se- do. !
lo, a pesar de que, como ella misma dice en su mento) y no quiere ser vista/mirada/deseada, ser CRET BEYONO THE DOOR (SE· que •
explicación al resto de los científicos, puede pro- objeto de espectáculo (a pesar de que se pone al- CRETO TRAS LA PUERTA, Fritz cons
Lang, 1948) como ejemplo misrr
ducir fantasias y sueños en la persona que se en- go de carmín en los labios)IO. Incluso cuando se de una película negra, con ta tr
elementos del 'gothic film',
cuentre bajo sus efectos. En este sentido es una mira en el espejo no parece estar muy contenta en la que es una mujer la
cont
volv1
mujer aventurera. con su propia apariencia. Podemos, pues, encon- que invest iga a un hombre tem•
(Cowie, op. cit. 145)
Podernos considerar el experimento como un trar una conexión entre un saber acerca de la se- rienc
anul
vehículo para que Nora alcance un saber sobre xualidad y un conocimiento científico en rela- (9) DOANE, M ary A nn: que •
sí misma. Y es que, a través del experimento, se ción a ver/mirar y ser visto/ser mirado. El cono- " Film and the Masquerade: en el
Theorizing t he Female tidac
autoinvestiga, o mejor investiga en su incons- cimiento es científico: mira con sus gafas y es mi- Spectator" en Femme Fa - bre),
ciente cuáles son sus temores y sus deseos. El he- rada; el no-saber (no querer saber) es sexual: no tales (NY and London: Rou- j eto
tledge, 1991) pp. 26-7. bólic
cho de que veamos a Nora tumbada en un sofá- le gusta verse como mujer (mirarse en el espejo) na d
(10) Durante la secuencia
diván, mientras su ayudante está sentada detrás ni que la miren como mujer, como objeto de de- en el apartamento de No-
pia s
lez-R
de ella en un sillón con un libro de notas y un lá- seo. ra, Steven no deja de echar
piz preparada para anotar sus reacciones, no ha- Estas conexiones que estamos tratando de piropos a Nora y esta los (14)
elude utilizando un ' dis- trod
ce sino recordamos formalmente a Ja sesión psi- establecer ya han sido establecidas, aunque de curso científico' . Asi por (191·
ejemplo cuando le dice q ue
coanalítica. una forma distinta, por Mary Ann Doane, quien tiene unos ojos p reciosos,
tas, 1
teca
El prometido de Nora, Steven, le ha vuelto a considera que: "la imagen (de una mujer conga- ella suelta una retahila acer- Véasi
pedir que se case con él, pero ella quiere finali- fas) es una densa condensación de temas rela- ca de las característ icas y y PO
propiedades d el órgano Psieo
zar completamente su experimento con esta últi- cionados con una sexualidad reprimida, con el ocular. bor,
VERTIGO
Anthony Mann

conocimiento, con la accesibilidad a la mirada sexual ... La sublimación representa un medio de


del otro, con Ja capacidad de mirar, con la inte- cumplir tales exigencias (las del yo) sin recurrir
lectualidad y con el deseo; pero en el mismo mo- a la represión"t4. Freud defiende que el proceso
mento en que ella se quita las gafas( ... ) se trans- de sublimación requiere que la libido se desprenda
forma en espectáculo, en la mujer más desea- del yo y se dirija hacia un objeto que no sea de
ble"t t. tipo sexual sino artístico o científico es decir, un
En esta película, sin embargo, como ya he- destino socialmente valorado. Parece entonces
(15) MARTIN ARIAS, Luis:
mos dicho, no es cuando la mujer se quita las que este proceso no es sino la antítesis del pro- "Efectos de Verdad: texto
gafas que deviene objeto de deseo sino que No- ceso de represión ( en la sublimación el deseo no y discurso en el cine clási-
co" en Archivos de la Fil-
ra ya era deseada por Steven, a pesar de sus ga- se reprime sino que se transforma en apetito de moteca, nº14 (Valencia: Fil-
fas. En lo que sí puedo estar de acuerdo con Do- saber de lo Real) 15 y conlleva una desexualiza- moteca de la Generalitat
Va lenciana, Junio, 1993)
ane es en el hecho de que las gafas en Nora sig- ción de los objetivos del sujeto más que un des- pp. 35-48. Nora no se en-
nifican una mirada activa. Ahora bien, debemos plazamiento de Ja sexualidad hacia síntomas o trega a Steven, pero sí que 25
añadir que si esta mirada es activa en relación a
su trabajo científico, en lo que se refiere a su se-
fantasías, característico del mecanismo de repre-
sión 16. La desexualización que hemos apuntado
ent r ega su cuerpo al expe-
rimento cientifico, cuerpo
que queda anulado (anes-
V
tesiado - mutilado-
xualidad, subjetividad y deseo, las gafas son sig- en los objetivos de Nora, su desmesurado interés 'muerto'). De esta forma su-
no de una suerte de ceguera. De hecho cuando
Nora se quita las gafas en su apartamento, esa ce-
guera se incrementa. En la charla que da a sus co-
legas al principio de la película se mueve y habla
de forma rígida en un espacio frío, ascéptico y
extremadamente iluminado. Cuando va a su apar-
tamento enciende todas las lámparas (para recrear
el espacio 'puro' del laboratorio) y mantiene el
~le ­
i én mismo tipo de actitud y 'discurso científico', a
!lo - pesar de las intenciones románticas de Steven de
~k. llevarla a la terraza bajo la luna12. Así pues, pa-
re- rece que Nora se q uita las gafas para no 'ver ',
es- (11) DOANE (ibídem.), pp.
iue 26-7.
asumir su sexualidad, ni reconocer que debería
pe- casarse con Steven, pues le ha dado su palabra.
1to (12) En la películ a, los es-
en- pacios exteriores quedan
Su 'deber' de casarse con Steven queda signifi-
; si· marcados como oscuros/pe- cado en esta escena con el hecho de que las ga-
en ligrosos. La terraza es un
pe- espacio intermedio entre
fas de la ciencia son sustituidas por el anillo de
:on el interior y el exterior im- compromiso que lleva Nora, un anillo con un
Joj: portante, en el que Nora
<s' : va a enfrentarse con su se-
diamante que "puede usarse para cortar cristal"
l of blima, convierte en algo
xual idad así como con su (en inglés •glass'. Tener en cuenta que en inglés por la ciencia a costa de su vida personal (man- prod ucti vo, su deseo f e -
ha- muerte, que de esta ma-
21 . nera r esultan conectados.
gafas se dice 'glasses ', cristal en plural), un ani- tiene el discurso científico incluso cuando se en- menin o de entregarse, de
ser poseída. Esto nos remi-
llo que, a través del matrimonio que conlleva, po- cuentra a solas con Steven en el apartamento), su te a la película ya mencio-
in- (13) El intento por parte de
iue dría llegar a 'cortar esa coraza de cristal' que interés por un discurso que no inscribe la dife- nada Possessed (Amor qu e
Nora de evitar estar sujeta mata, Bernhardt, 1947), 'Po-
1as- a lo Simbólico, podríamos evita que Nora se enfrente a su sexualidad. Pero, rencia sexual (cuando Steven flirtea con ella en seída' en su t ítulo original.
·er- decir, llega al espectador
ne: de la siguiente manera: la
una vez más, lo que Nora trata de hacer es evitar el laboratorio le dice: "Steven acuérdate de la Al principio del f i lme, una
mujer mentalmente desi-
ary protagonista se prometió cumplir su compromiso, devolviéndole el anillo ciencia") parece suponer cierta desexualización quilibrada, Joan Crawford,
cri- a un hombre, quien, por su
!d), a Stevenl3. del propio sujeto. En este sentido podemos in- sufre un ataque que l a de-
palabra le da un objeto ja en estado general de pa-
za- simbólico (el anillo) que cie- En resumen, ¿compartimos la opinión de Do- dicar no sólo la apariencia de Nora al principio rálisis y m uda. Una vez en
es- rra un intercambio sagra-
Se- do. Si estamos de acuerdo
ane cuando defiende que ' una mujer con gafas de la película con sus gafas, el pelo recogido, sin el hospital un psiquiatra le
inyecta un fármaco que le
SE- que el lenguaje (la palabra) significa tanto intelectualidad como el hecho de maquillar, con una bata de laboratorio cerrada permite a la mujer hablar
·itz constituye al sujeto, en el
plo mismo momento en que és-
no ser deseada' y que ambas cosas se deben a una hasta el cuello, sino también su resistencia a los y contarn os su historia. En
este filme la situación se in-
:on ta trata de quebrantar un sexualidad reprimida?. Aunque creo que en el ca- besos de Steven, a ser adulada por él, a cenar a vierte pues si la protago-
m', contrato simbólico (al de-
·l a volverle el anillo a Steven),
so de Nora sí podemos identificar el signo 'ga- solas con él, etc; a pesar de que ella misma afir- nista empieza la película en
un estado de locura, 'po-
:ire teme/fantasea una expe- fas' con intelectualidad, no parece que podamos ma en varias ocasiones estar enamorada de él y seída por los demonios', o
riencia siniestra, es decir, la
anulación como sujeto. Lo
decir que no es deseada ya que Steven claramente tener intenciones de casarse con él. Por otro la- 'demasi ado poseída por el
deseo de ser p oseída' p or
1n: que de forma liter~ ocurre la desea y quiere casarse con ella. Más bien, pa- do, aunque Nora quiere saber de lo Real, no quie- un hombre como sabremos,
de: en el sueño. Pierde su iden-
ale tidad (rostro, cuerpo y nom-
rece que es Nora la que no tiene muy claro su de- re alcanzar este saber a través de una experien- la inyección le va a permi-
tir sal ir de su parálisis cor-
Fa - bre), su estatuto como su- seo hacia Steven. Quiere a Steven pero de algu- cia, es decir como sujeto, sino que lo quiere al- poral y mental y acceder a
:¡u- jeto dentro de la Ley Sim-
bólica: Nora deviene asesi-
na manera necesita protegerse de su propia se- canzar como un científico 'objetivo ' (Arleen va la palabra y, a t ravés de es-
ta, inici ar su cura ción. Para
na de sí misma, de su pro- xualidad. ¿Se debe esto a una represión de s u a observar y anotar sus reacciones exteri ores). un a interpretación dife-
cía pia subjetividad. (Gonzá-
~ o- lez-Requena)
sexualidad como diría Doane? Mi propuesta es Ahora bien, desde el momento en que lleva a ca- rent e acer ca de este últ i-
mo fil me, véase DOANE,
1ar que más que hablar de represión en relación a la bo el experimento anestesiando su cuerpo y su Mary Ann "The 'Woman's
l os (14) FREUD, Sigmund: " In-
lis- t roducción al Narcisismo
protagonista tendríamos que pensar en sublima- mente ·consciente', lo que aflora es un sueño, una Film'" en Home is Where
the Heart Is (ididem.) pp
iar (1914)", en Obras Comple- ción. Según Freud, la sublimación "es un pro- fantasía, una pesadilla, es decir, su ' inconscien- 283- 298.
1ue tas, vol. VI (Madrid: Biblio-
os, teca Nueva, 1974) pp. 2029.
ceso que se relaciona con la libido objetal y con- te'. Su investigación en nombre de la ciencia aca-
(16) FREUD, Sigmund : " La
:er- Véase también LAPLANCHE siste en que el instinto se orienta sobre un fin di- ba en una investigación sobre sí misma como Represión (191 5)" in Obras
sy y PONTALIS: Diccionario de
no Psicoanálisis (Barcelona: La-
fere nte y muy alejado de la satisfacción sexual. sujeto. Completas, vol. VI (Madrid:
Biblioteca Nueva, 1974) pp.
bor, 1983). Lo más importante de él es el apai1amiento de Jo Como ya hemos apuntado más arriba, en la 2053-2060.
V E RTIGO
Antho ny M ann

película se establece una tensión entre dos tipos gada mientras Nora, al fondo, no. Una Panorá-
de discurso: mica a la derecha encuadra a Steven y Nora mien-
1. El discurso de la Ciencia, como discurso tras Arleen queda fuera de cuadro. Steven y No-
' objetivo' que se deshace del sujeto y se ocupa ra no sólo están juntos en cuadro, sino que son
del cuerpo como organismo observable. En este re-encuadrados por dos estanterías. Steven se acer-
caso anestesiado. ca más a ella sin que esta se dé cuenta, atareada
2. El discurso de lo Simbólico, del cual cada como está con sus tubos de ensayo, y cuando Ste-
individuo obtiene los relatos necesarios para cons- ven se acerca tanto que la toca lo que ocurre, ni
truirse un discurso subjetivo y verdadero de Sa- más ni menos, es que se produce una explosión .
ber acerca de él mismo y del mundo. Este dis- En ese mismo momento hay un corte y la cáma-
curso es el que permite que el sujeto pueda en- ra se aproxima a ellos, justo a la altura de las es-
frentarse -sin desitengrarse- con lo Real, es tanterías, y Ja pareja desaparece durante un par
26 decir con la sex ualidad y con la muerte. La se- de segundos tras una espesa nube de humo blan-
V xualidad, pues, necesita de un discurso simbóli-
co para que pueda ser integrada por el sujeto co-
col 9. La irrupción de la sexualidad en forma de
una explosión tan sorprendente como amena-
mo experiencia deseable y no como experiencia zante, dice más que suficiente acerca de la pro-

(20
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clá
COI
(17) González-Requena. 've
cri1
(18) Freud ya había men- trit
cionado esto en relación a un
la sublimación: los impul- d ie
sos sexuales pueden ser ob-
siniestra 11. tagonista y su experiencia de la sexualidad (no jeto de sublimación, es de·
no
ció
En Nora se expresa la tensión entre estos dos podemos olyidar que el sexo humano no es in- cir, ser "desviados de sus fi- Ca!
nes sexuales y dirigidos a
ámbitos. Vemos como Nora se refugia en la cien- dependiente de la violencia y que eso mismo lo fines socialmente más ele-
me
giE
cia, en su discurso y en su espacio (en el labora- convierte en una de las experiencias más difíci- vados, faltos ya de todo ca- su
rácter sexual. Pero esta or-
torio rechaza las aproximaciones de Steven di- les para todo ser humano). A pesar de todo, No- ganización resulta harto
Po
oh
ciéndole: "este es el lugar para el puro y frio ra alcanza cierto saber a lo largo del filme. La fan- inestable; los instint os se- sic1
xuales quedan insuficien·
trabajo científico") para evitar contacto con su se- tasía o sueño ayuda a Nora a entrar en contacto t emente domados y en ca·
fat
rio
xualidad, en definitiva con lo Real. Pero a la vez, con una parte más oculta de s í misma, s u 'in- da uno de aquellos indivi· un
duos que han de coadyu-
desde el principio, el filme también nos dice que consciente' y sus deseos y temores, los cuales no gar a la obra civilizadora
ex¡
tid
la sexualidad es inevitable, que siempre está em- dejan de estar interrelacionados. Este acto de he- perdura el peligro de que co
los instintos sexuales resis-
pujando para saJirI8 pues afín de cuentas la se- roísmo (tanto el hecho de probar el experimen- t an tal trato". FREUD, Sig-
git

xualidad no puede ser manejada con un tipo de to en su cuerpo, como el encuentro con su 'su- mund; "Lecciones de In· pe
t roducción al Psicoanálisis
discurso como el científico (como Nora trata de jeto del inconsciente') la conduce a un saber so- (19 15- 1917)", vol. VI en
als
m<
hacer en varias ocasiones) que no quiere saber bre sí misma, a su verdad, lo que le va a permitir Obras Completas (Madrid: de
Biblioteca Nueva, 1974) p.
nada del deseo. El espectador ,de algún modo, sa- integrar su trabajo científico y su sexualidad. 2130.
tie
Re
be de esto y por eso nos resulta cómica la escena Por una vez, parece que su conocimiento y dese- M1
(19) El humo .cubre la to-
en que Nora se escuda en disgresiones científicas os de saber científicos la han llevado a un saber talidad de la pantalla. Es
rae
lisi
para no aceptar como tales los piropos de Steven. simbólico que le va a permitir vivir su sexuali- decir, durante unos segun- Wi
dos no hay ni signos, ni imá-
Tomemos como ejemplo una secuencia que ilus- dad sin angustia. La fantasía, consecuencia del genes, sólo una panta lla
ca
tre este encuentro conflictivo entre ciencia y se- experimento, por tanto, puede ser leída como to- blanca. Según González-Re- (2 º
quena, est o sería un ejem-
xualidad: en la primera secuencia que transcurre do un acto de fundación simbólica que va a per- plo de lo que el 'sujeto del
xu
Co
en el laboratorio, aparecen Nora y Arleen traba- mitir a la protagonista vivir su sexualidad no co- inconsciente' de cada es· (M
pectador percibe como lo
jando cuando Steven entra. Vemos como Arleen, mo siniestra -como cuerpo invadido-- sino co- Real del texto, como la hue-
p.
que está en primer plano, se da cuenta de su lle- mo sublime. Cuando al final de la película se vuel- lla de lo Real en el texto. (2;
VERTIGO
Anthony Mann

ve a mirar en el espejo, lo que ve no es ' un quí- Al principio la película nos muestra a su pro-
mico con una bata de laboratorio', como en una tagonista como una buena científico que se dedi-
ocasión la define Steven, sino una mujer como ca plenamente a su trabajo. Pero enseguida tam-
sujeto sexuado, una mujer capaz de casarse con bién nos plantea un conflicto que interfiere a es-
el hombre al que ama20. ta mujer en su trabajo: su sexualidad (recordemos
la explosión y la exigencia por parte de Steven
de casarse al día siguiente. El lleva esperando mu-
La Identidad Femenina: Tres Mujeres cho tiempo). Este conflicto en la protagonista en-
tre ciencia y sexualidad, queda reflejado también
La noción de identidad femenina proviene de la desde el principio en la puesta en escena, preci-
pregunta '¿Qué significa ser mujer?', cuestión samente al final de la escena del laboratorio que
que es más que problemática21 . El psicoanáli- hemos estado mencionando. En el momento en
sis, a través de la hipótesis del inconsciente, po- que Arleen le pregunta a Nora: "¿Quieres casar-
27
ne en cuestión la idea de un Yo unificado y com- te, no?" y Nora contesta: "Por supuesto que sí. V
pleto y defiende que el Yo no es sino una ilusión. ¿Por qué?", su imagen queda reflejada en un es-
El Yo narcisista que sabe (yo soy yo) no tiene pejo sin que ella se dé cuenta. Esto otorga cier-

(20) González-Requena. An-


nette Kuhn m e señala de
forma acertada que algu-
nas feministas podrían de-
fender lo siguiente: que el
mecanismo narrativo de
transformar lo ocurrido en
un sueño, no tendrla otro
objetivo que finalizar el fi l-
me como un melodrama
clásico, en el cual Nora se
convertiría en una mujer
a. 'verdadera' al decidir sa-
crificar su carrera por su ma-
1en- trimonio. Sin embargo, por
:'in a un lado, no hay ningún in-
pul- dicio al final del filme que
. ob-
nos indique en esta direc-
; de- ción. Sin duda Nora desea
JS fi- prácticamente nada que ver con el 'sujeto del to desequilibrio a su respuesta. El espejo abre la
casarse, pero en ningún
os a momento con ello se su-
ele- giere que va a abandonar
inconsciente ' que se funda en la di visión y que posibilidad de la existencia de dos Noras: una que
'ca- su carrera como científico. jamás se puede reconocer a sí mismo sino es a está convencida de querer casarse y otra que, de
3 ar-
Por otro lado, no podemos través del Otro. La imagen narcisista con la que hecho, pospone su matrimonio constantemente.
arto olvidar que en el cine cl á-
s se- sico la puesta en escena del ha contado alguna vez todo individuo se quiebra El espejo anuncia las dos caras del personaje, una
i en- fantasma, de lo Imagina-
1 ca- con la experiencia de castración, con el encuen- que está en control, que 'sabe', que es científica;
rio, sólo es posible si existe
divi- una historia-marco que lo tro con lo Real. El individuo deviene sujeto cuan- y otra que no sabe y que teme enfrentarse con su
:Jyu- explique y lo dote de sen-
lora do un acto simbólico fundador lo sujeta en su en- sexualidad. Este nuevo aspecto de la protagonis-
tido. El texto fílmico clási-
que co siempre encuadra lo Ima- cuentro con lo Real.22 ta, presente a nivel de puesta en escena, se con-
esis- ginario dentro de lo Sim-
Síg- STRANGE IMPERSONATJON plantea el problema firma en la siguiente secuencia en la cual Nora
bólico y así evita nuestra ex-
•In- periencia del texto como de la identidad, como era muy común en el gé- casi atropella a otra mujer con su coche. En el
ilisis algo siniestro, como un des-
1 en nero negro. Ya hemos señalado que la película momento en que abandona el espacio ilumina-
membramiento del tejido
frid: de realidad en que nada establece una tensión entre diferentes aspectos de do de la ciencia y entra en el espacio nocturno y
~)p.
tiene sentido. (González- la protagonista que esta aún no ha resuelto. No- abierto del mundo real, su visión comienza a fa-
Requena. Véase también
MARTIN ARIAS, Luis: "M i- ra trata de resolver su encuentro con la sexuali- llar, a pesar de seguir con las gafas puestas: "Per-
1 to- rada e instante de ver: aná-
i. Es dad a través de un conocimiento de tipo cientí- done, no la ví", le dice a la mujer. Esta es la se-
lisis de The Woman in the
)Un- Window" en Sánchez-Bios- fico, y el filme nos indica que es necesario otro gunda vez en diez minutos de película que hay
imá- ca (coordinador) (op. cit.)
:alla tipo de conocimiento más subjetivo, es decir, un accidente debido a su falta de visión. Si esta-
'.-Re- (21) TUBERT, Silvia: La Se- un cierto saber, consecuencia del encuentro del mos de acuerdo que el primero de ellos tenía que
1em- xualidad Femenina y su
>del sujeto con su verdad, que le permita reconciliar ver con la sexualidad como ya hemos defendido,
Construcción Imaginaria
1 es-
(Madrid: El Arquero, 1988) diferentes aspectos de sí misma, como, por ejem- este, podemo·s decir, está relacionado con el te-
ola p. 209.
hue- plo, su vida como científico y su vida como mu- ma de la identidad que, como ya hemos dicho es-
to. (22) González-Requena jer. tá fragme ntada: Nora y su imagen en el espejo

l
VERTIGO
Anthony Mann

o Nora y su alter ego: Jane Karaski, la mujer ca- proviene del cigarro de Arleen, pero que en ese
si atropellada. segundo a nosotros, espectadores, nos da tiempo
Nora y Jane quedan identificada<> desde el prin- para asociarlo (quizás un nivel inconsciente)
cipio, principalmente por el modo en que van ves- con la explosión de una secuencia anterior. Ar-
tidas: boina, lazo/pañuelo en el cuello, pendien- leen, queda así definida o asociada con la sexua-
tes grandes (siendo la versión de Jane la más lidad femenina. No podemos olvidar, por otro la-
'chic'); pero también porque permanecen juntas do, el estereotipo del género negro: una mujer
en el cuadro todo el tiempo. Nunca va a ser dife- que fuma (lo que no deja de ser ' una pista de sen-
renciadas por un plano/contraplano. El modo en sualidad turbia e inmmoral ')24, que viste traje en-
que ambas mujeres son identificadas nos hace tallado, zapatos de tacón alto y que luce una me-
pensar en que Jane Karaski es el ' lado oscuro' de lena suelta que cae sobre sus hombros, es siem-
Nora. Se conocen de noche, en una situación 'vio- pre una Mujer Fatal. La presencia de Arleen co-
28
lenta', el apartamento oscuro en el que vive Jane mo mujer fatal le otorga una especie de exceso
V contrasta con el luminoso apartamento de Nora de sexualidad a la escena que sin duda provoca
y el apellido extranjero de Jane le da al perso- tanto el acto fallido de Steven (se olvida su ma-
naje una extraña connotación: su nombre es fa- letín y tiene que volver a por él) como la explo-
sión en el sueño de Nora. Arleen ocupa el lugar
de una mujer fatal, el lugar de la Otra Mujer, en
la fantasía de Nora. Arleen es la mujer rival que
Nora teme, esa otra mujer que sabe mejor en qué
consiste ser mujer.
Lo que, en mi opinión, es fascinante acerca
de esta película es que se centra en la fantasía de
la mujer fatal, en la fantasía de la sexualidad fe-
menina como peligrosa desde la perspectiva de
una mujer25. Si la mujer fatal es, en la fan tasia
masculina, una mujer que, resumiendo, es tan de-
seable como perversa; en la fantasía femenina,
una mujer fatal es aquella mujer que controla el
poder de la feminidad, de la seducción y que es
un invencible rival y que, por todo eso, es tan te-
mida como fascinante.
La fantasía de Nora empieza con una explo-
sión de sexualidad provocada por Arleen. En la
fantasía de Nora, Arleen es la mujer que con-
miliar, muy típico en los países de habla inglesa: trola su sexualidad y cuya sexualidad es tan ex-
Jane; y sin embargo su apellido no resulta para plosiva como para producir la ceguera literal, aun- (;
ic
nada familiar: Karaski23. El contraste entre Jane que pasajera, de Nora. El encuentro con la se-
y Nora queda acentúado por las referencias a la xualidad de Arleen, con esa sexualidad femeni- "
CI
ti
sexualidad incierta de Jane (convencionalmente na que no puede ser comprendida por Nora, sig-
en el cine de los 40 una mujer que bebe no pue- nifica un choque con lo Real, una experiencia de "d
de ser 'decente '), a su mala reputación ("No me castración/pérdida de vista. La experiencia de cas- "p
llame señorita. Señorita me suena como si usted tración deja siempre una huella, una cicatriz que g
tr
estuviese hablando con otra persona") y a su mo- la película hace explícita en la cicatriz en el ros- (23) See FREUD, Sigmund: a
do de hablar/acento de clase social muy inferior tro de Nora. Esta experiencia de castración no " Lo Siniestro (1919) " en c.
Obras Completas (Madrid:
(pensemos en la charla científica dada por Nora). queda amortiguada por un entramado simbólico Biblioteca Nueva, 1974), "
IT
Nora acabará adoptando el nombre, el cuerpo, la en el caso de Nora (ya vimos que parecía inca- vol.VII, pp. 2483-2505. El t•
efecto siniestro del perso- ti
identidad de Jane Karaski hasta el punto de ser paz de mantener su palabra de compromiso) por naje de Jane Karaski podría
confundida con ella. lo que es experienciada como siniestra y como basarse, como señala Freud, "d
en la idea del 'otro yo': el
Tras introducir a esta mujer, Jane, me parece algo que debe ser rechazado (cirugía plástica). efecto siniestro surge " con (:
un buen momento para hablar de la tercera mu- Así es que si la castración, la herida narcisista, la identificación de una per- n
sona con otra, de suerte c.
jer, Arleen, quien en nuestro análisis va a ocupar señala el origen del sujeto, la negación de esta que píerde el dom inio so- 'J
el lugar de la Otra Muj er. En la primera parte indica la destrucción del sujeto ("Nora Goodrich bre su propio yo y coloca el IE
yo ajeno en lugar del pro- IE
de la película, Arleen queda excluída de la rela- está muerta"), de su identidad como tal (Nora Go- pio" (ibidem . 2493). A fin CI
ción de pareja entre Nora y Steven. Está excluí- de cuentas Nora 'muere' y

da de la conversación, del espacio (tiene que aban-


odrich primero pierde su anillo de compromiso
--que de alguna manera aún la ataba a lo sim-
pasa a ser Jane Karaski. ""
f1
donar la habitación), del plano que la pareja com- bólico- y a los dos minutos pasa a ser Jane Ka- (24) PLACE, Janey: "Women p
in Film No ir" en Ann Ka- si
parte o del espacio interno que crea la pareja den- raski), así como arrastra al individuo hacia una plan (ed.) Women in Film
tro de un mismo plano. pérdida de control y comprensión acerca de los Noir (op. cit.) p. 45. e:
d
Arleen aparece entre Nora y Steven por pri- acontecimientos de la vida, hacia un caos abso- (25) Lo que parece confir- v.
mera vez cuando llega al apartamento de Nora luto, hacia un mundo ilógico, en el cual Nora es mar la tesis de Cowie: "La SI
fant asía de la sexualidad z.
para llevar a cabo el experimento. Steven abre la acusada de asesinarse a sí misma. femenina como algo peli- d
puerta para marcharse y vemos una masa de hu- La identificación de la que habíamos habla- groso es una fantasía t an te
masculina como femenina"
mo blanco que, un segundo después descubrimos, do entre Nora y Jane puede ser extendida. Por- COWIE (op. cit.) p. 136.
VERTIGO
Anthony Mann

que en la película una combinación entre las tres más fuerte que el matiz que envuelve el deseo de
mujeres tiene lugar26. Arleen se identifica con Arleen, que incluso la protagonista reconoce co-
Nora cuando desea ocupar su lugar en relación a mo 'malvado': Arleen se quiso casar con Steven
Steven y en el tipo de vida que Nora iba a lle- por su dinero (no hay un compromiso) en vez de
var con él, cómoda y segura (cuando Nora está por amor (requiere compromiso). Pero aquí la
en el hospital le dice a Steven: "De verdad Ste- identificación entre ambas mujeres es enfatizada
ven, si pudiese estar en su lugar lo haría con mu- porque si Arleen se casó por dinero, si n com-
cho gusto") y cuando finalmente lo ocupa27. Pe- prometerse como persona, Nora habíendose com-
ro Nora, no sólo se identifica con Jane Karaski prometido no se casó a tiempo, es decir, no cum-
como su ' lado oscuro', sino también con Arle- plió con su palabra de compromiso. Por eso "lo
en como prototipo de mujer fatal. Esta identifi- que ocurrió fue por su culpa".
cación queda perfectamente reflejada a través de En el momento en que Nora se convierte en
29
la puesta en escena. Cuando Nora (siendo Jane) mujer fatal su poder se incrementa. En la siguiente
va a visitar a Arleen y a Steven a su casa, apa-
rece vestida y peinada prácticamente igual que
secuencia en la que 'Jane' y Arleen están juntas,
y a pesar de que Arleen a descubierto que la iden-
V
Arleen y su modo de hablar y de comportarse nos tidad de esta es falsa, Nora consigue intimidar a
recuerdan a esta última. Nora se ha transforma-
do en una mujer fatal, con cigarro incluído. No-
ra, a través de esta identificación quiere repetir
lo que Arleen le hizo a ella, es decir hacerla de-
saparecer (la amenaza con matarla) y quitarle a
Steven28. Nora no sólo quiere recuperar al hom-
bre, quien en esta película no es sino una vícti-
ma de las intrigas y batallas de las mujeres (al fi-
nal del sueño, Steven sólo puede preguntar con-
fuso: "¿Por qué?, ¿Por qué?"), sino que también
desea sentirse en el papel de mujer fatal con el
poder de seducción y la inteligencia que este pa-
pel significa (Nora le dice a Arleen: "Puedo lle-
gar a ser tan cruel y tan lista como tú si te inter-
pones en mi camino").
De alguna manera, entonces, Arleen no es
simplemente la rival de Nora sino también una
figura de fascinación. Nora no puede evitar sen-
tirse fascinada por una mujer que parece saber en
qué consiste la feminidad. Cuando Arleen y No- Arleen tanto por su mayor nivel de infomrnción,
(26) Esta compleja red de ra (siendo Jane) se encuentran en la casa de aque- como por la agudeza de sus diálogos, su dominio
identifi caciones entre las
mujeres que se funden y se lla, Arleen le dice a Nora/Jane que en su opinión del espacio, así como por su posesión de un ar-
confunden, pone en cues-
t i ón la noción histórica-
Nora fue una estúpida ya que "pudo tener a Ste- ma. El control y el poder que ejerce Nora en es-
mente aceptada dentro del ven y todo lo que una mujer desea, todo lo que ta secuencia queda claro cuando en la siguiente
debate feminista de que la tengo yo: dinero, seguridad y comodidad. Lo que secuencia consigue que Steven vuelva con ella.
mujer en el cine negro, en
particular, y en el clásico, en ocurrió fue por su culpa". A los ojos de Nora, Ar- Para finalizar me gustaría simplemente seña-
general, sólo se movía den- leen aparece aquí como una mujer que conoce el lar que esta red de identificaciones entre las mu-
tro de un rígido modelo dú-
1nd: al de chica buena versus chi- 'secreto' de la feminidad y que por eso puede ob- jeres del filme, ya sea como rivales o sustitutas,
en ca mala, ya fuese en dos
lrid:
tener lo que quiere. Y principalmente, Arleen apa- no parece sino llevamos a considerar que: "aquí,
mujeres diferentes o en una
74), misma mujer. (La impor- rece aquí como una mujer que sabe no sólo cuál también, puede encontrarse una base para las re-
'· El tancia teórica de esta cues- es su deseo sino cuál es el deseo de toda mujer. laciones homoeróticas que a menudo han sido se-
rso- tión dentro de la teoría fe-
dría minista del cine me la in- Esto es lo fascinante. Y esta fascinación resulta ñaladas en relación al género negro"29.@
!Ud, dicó Annette Kuhn).
':el
con (27) En la puesta en esce-
per- na, esto mismo es signifi-
!rte cado en la escena en que
so- 'Jane' está en casa de Ar-
a el leen y Steven cenando. Ar-
>ro- leen y Steven quedan en-
fi n cuadrados juntos dentro del
e' Y marco de una ventana,
mientras que Nora queda
fuera de este espacio, se-
nen parada por una cortina. La
Ka- situación se ha invertido.
'i/m
(28) "la identificación es
desde un principio ambi-
ifir- valente y puede concretar-
" La se tanto en una exteriori-
:lad zación cariñosa como en el
>eli- deseo de eliminar al obje-
tan to" TUBERT (op. cit), p. 215.
na''
(29) COWIE (op. cit), p. 124.

L
VERTIGO
Anthony Mann
r

La trilogía "negra" de Anthony Mann [1947-1948]


30
V Carlos Losilla

Por lo general casi exclusivamente relacionada inevitable: ¿qué ocurre entre DESPERATE y EL UL-
con el western, la filmografía de Anthony Mann TIMO DISPARO, realizadas en el fondo durante el
posee, sin embargo, algún que otro atractivo más. mismo año? ¿Qué cambios se producen en la ca-
Tenemos esa obra maestra titulada LA COLINA DE rrera de Mann como para propiciar el paso de un
LOS DIABLOS DE ACERO (MEN IN WAR, 1957), ar- relato policial simplemente bien confeccionado
quetipo del cine bélico y a la vez quizá la más de- y funcional a tres -o cuatro, según se mire-
purada muestra de la puesta en escena de su au- obras mayores de indiscutible influencia en la an-
tor. Tenemos unos cuantos kolossals habitual- dadura posterior del cine negro?
mente despreciados y, no obstante, dotados de un Pues muy sencillo: mientras DESPERATE es
hálito épico pocas veces alcanzado en este tipo una producción RKO tallada según los más vul-
de películas: EL Cm (EL Cm, 1961 ) o, sobre to- gares patrones de ciertas series B de la casa, los
do, LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO (THE FALL OF tres trabajos posteriores presentan unas condi-
THE RoMAN EMPIRE, 1964). Y tenemos, finalmente, ciones de producción muy distintas, puede que a
su densa contribución al cine negro, llena de obras primera vista muy p oco sugerentes, pero, en el
menores y frustradas, pero también asociada con fondo, mucho más propicias para las intenciones
una trilogía que el paso del tiempo está revelan- del Mann de aquella época. EL ULTIMO DISPARO,
do cada vez más básica para la comprensión de para empezar, está producida por PRC (Produ-
la historia del género: la que realizó para PRC y cers Releasing Corporation), una pequeña com-
Eag le-Lion en las postrimerías de los años 40. pañía independiente responsable también de otros
En efecto, DR. BROADWAY (1942) o Two memorables logros del género en la línea de la
O'CLOCK CouRAGE ( 1945) -respec tivamente su portentosa DETOUR (1946), de Edgar G. Ulmer.
primer y séptimo largometraje- son thrillers ca- Poco antes del estreno de la película, sin embar-
si minimalistas, historias criminales en la más pu- go , PRC entró a formar parte de Eagle-Lion,
ra tradición carroñera de la serie B, mientras que creada el año anteri or, y ya las dos siguientes
SENTENCIA PARA UN DANDY (A DANDY IN ASPIC, películas de Mann se estrenaron oficialmente ba-
1967) -su último trabajo, terminado por Lau- jo el sello de esta última y con producción eje-
rence Harvey- ostenta un amaneramiento algo cutiva de Edward Smalll. Aunque EL ULTCMO DIS-
senil, aunque no resulte del todo despreciable. Es PARO, pues, no presente e n sus títulos de crédito
otro pequeño film titulado DESPERATE ( 1947), em- rastro alguno de Eagle-Lion, resultan evidentes
pero, situado en el pórtico de sus grandes wes- ya en ella los elementos que alcanzarán su es-
terns, el que nos introduce en la mejor época del plendor en LA BRIGADA SUICIDA y R Aw DEAL - (1) Small es también el res-
ponsable de algunas pelí-
cine negro de Mann, si bien su acabado carece entre otros, la participación en el guión de John culas " negras" de Phil Karl-
aún de la concisión , la austeridad y la intensidad C. Higgins, también responsable de estas dos úl- son: TRAGICA INFORMACION
(SCANDAL SHEET, 1952), EL
alcanzada por sus tres productos inmediatamen- timas-, por lo que puede decirse que el encuentro CUARTO HOMBRE (i<ANSAS ÜTY
te posteriores: EL ULTIMO DISPARO (RAILROADED, ( ONFIDENTIAL, 1953) y CALLE
entre Mann y la compañía presidida por Arthur
RIVER 99 (99 RIVER STREET,
1947), LABRIGADA SUICIDA (T-MEN, 1948) y RAw Krim fue más una cuestión de lógica estética - 1953).
(3) 1
DEAL (1948), sin duda la más completa del gru- o de justicia poética, como quieran- que de es- yR
(2) Pueden examinarse, pa-
po. Si a ello añadimos que, en el mismo y apre- trategia empresarial 2. ra documentar todo esto, otr<
el apartado dedicado a Ea- de
tado período, Mann contribuyó también , de una De c ualquier modo, la continuidad entre los cue
gle-Lion en Pasea le Meri·
manera aún muy imprecisamente documentada, "estilos" de PRC y Eagle-Líon, en lo que al ci- geau y Stephane Bourgoin, sap
Série 8, París, Edilig, 1983, 195
a la elaboración de otro de los clás icos del gé- ne negro se refiere, parece una cuestión fuera de Art
p·gs. 80·81, y el articulo de
nero, ÜRDEN: CAZA SIN CUARTEL (HE wALKED BY toda duda. La última de estas firmas, por ejem- Don Miller, "Eag le-Lion: gar
The Violent Years", en Fo· to¡
NIGHT, 1948) - finalmente firmada por Alfred L. plo, se dedicó a pulir y perfeccionar el sucinto te- per
cus on Film, 31, noviembre
Werker- , entonces la primera pregunta resulta nebrismo de Ulmer y compañía en películas co- de 1978, págs. 27-38. del
VERTIGO
Anthony Mann

mo BEHIND LOCKED DooRS (Budd Boetticher, gle-Lion parecen inscribirse certeramente en es-
1948), CANON CITY (Crane Wilbur, 1948) o la ta tendencia. EL ULTIMO DISPARO, por ejemplo,
misma TRAPPED (Richard Fleischer, 1949), en cu- bascula entre la sordidez marcadame nte natura-
ya fase de preparación parece que también tuvo lista del universo del gángster Duke Martín (John
algo que ver Mann. Pero lo más importante, se- Ireland) , q ue atraca un salón de belleza con la
gún la mayor parte de los historiadores, fue su ayuda logística de su sumisa amante Clara Cal-
contribución al giro que experimentó el género houn (Jane Randolph), y la precisión algo mecá-
en estos últimos años de la década de los 40, du- nica con la que se describen las investigaciones
rante el cual, y siguiendo los pasos del cine eu- del policía Mickey Ferguson (Hugh Beaumont),
ropeo de la posguerra, un cierto sector de Holly- en principio convencido de que el culpable es el
wood se habría decantado por el tono objetivista inofensivo hermano (Ed Kelly) de la mujer que
y las técnicas documentales con la intención de ama, Rosa (Sheila R yan). Los tintes sentimen-
31
reflejar una realidad ya irremediablemente dis- tales de esta trama, sin embargo, desaparecen por
tinta a la del período de entreguerras. completo en LA BRIGADA SUICIDA, íntegramente V
En efecto, sólo hay que acudir a los films de dedicada a documentar con inusitada minuciosi-
la época producidos por Mark Hellinger o Louis dad los desvelos de Dermis O'Brien (Dennis O 'Ke-
de Rochemont para detectar ese supuesto cam- efe) y Tony Genaro (Alfred Ryder), dos aguerri-
bio. En el primer caso, realizadores como Robert dos "hombres del Departamento del Tesoro", p a-
Siodmak o Jules Dassin colaboraron ampliamente ra introducirse en una banda de falsificadores y
en la creación de un universo fílmico hasta en- descubrir a su líder. En RAw DEAL, finalmente,
tonces ausente - por lo me nos hasta tal grado de intenta subrayarse el realismo en la representa-
representación- de las pantallas norteamerica- ción de la violencia y el desarraigo a través de la
nas: FORAJIDOS (THE KILLERS, 1946 ), de Siod- narración de la típica huida hacia adelante de un
mak, o BRUTE FORCE (1947) y LA CIUDAD DES- evadido de la prisión, Joe Sullivan (Dennis O'Ke-
NUDA (THE NAKED C!TY, 1948), ambas de Das- efe ), que se di rige a San Francisco con su novia
sin, proponen sendas visiones del underworld y Pat (Claire Trevor) y su abogada/rehén/amor pla-
el crimen que se pretenden tan explícitas como tónico Ann Martín (Marsha Hunt), con la ilusa
una crónica periodística, tan lacónicas como un intención de tomar un barco para Sudamérica.
informe policial. Rochemont, por su parte, intentó En las tres pelíc ulas, pues , la obsesión por
ir aún más lejos y utlizar su condición de ex do- el verismo, por reflejar la realidad tal cual es, trá-
cumentalista de la serie THE MARCH OF TIME pa- tese de la labor cotidiana de las fuerzas del orden
ra aspirar a un mayor grado de verismo e impo- o de la crueldad inherente a la vida gangsteril, pa-
nerlo al estilo de dos directores tan diferentes co- rece ser el objetivo primero del relato. EN EL UL-
mo Henry Hathaway y Elia Kazan, a quienes pro- TIMO DISPARO, la pesadilla se localiza en la gris
dujo - respectivamente- LA CASA DE LA CALLE ex i stenci~ de una ali americanfamily, cuyo re-
92 (THE HOUSE ON 92TH STREET, 1945) y 13 RUE toño es acusado de un crimen que no ha cometi-
MADELEINE (13 RUE MADELEINE, 1946), y EL JUS- do, como excusa para describir las re laciones
TICIERO (BOOMERANG, 1947)3. de vecindad y amistad que unen a la comu nidad
En cualquier caso, los films de Mann con Ea- -incluso el policía encargado del caso es un vie-
T- MEN [LA BRIGAOA SUICI-
DA, 1948)

..

es-
!lí-
ir I-
ON
EL
ITY
LLE
ET,

(3) Hellinger murió en 1948


Ja- y Rochemont se dedicó a
to, otros menesteres tras el film
:a- de Kazan. Si se tiene en
ri- cuenta que Eagle-Lion de-
in, sapareció legalmente en
!3, 1950, absorbida por United
de Artists, ya no debe al ber-
•n: garse duda alguna respec-
'o - to al perfil cronológico del
ore periodo "documentalista"
del cine negro americano

l
VERTIGO
Anthony M ann

jo amigo de la familia- y su difícil compagi- que McCarthy y los suyos dirigieron sus puntos
nación con el cumplimiento de la ley: un preten- de mira hacia elementos más radicales --<:orno
dido retrato sobre la conflictiva convivencia en- Rossen, Polonsky o Dmytryck-, es indudable
tre los ciudadanos y el Estado enfrentados a la que todo este sustrato "reali sta", que bullía in-
delincuencia. La narración de LA BRIGADA su1c1- quieto en la totalidad de las bases del "nuevo ci-
DA, en cambio, más intencionadamente docu- ne americano" de la época, no podía dejar indi-
mentalista, empieza con una voz en off que nos ferentes a los censores, y seguramente fue esta
introduce en el complejo y arriesgado mundo tendencia estética en su totalidad la que preten-
de los agentes del Tesoro, anunciándonos a con- dió desactivar el Comité. Para las mentes repre-
tinuación que Ja película va a estar dedicada a sivas, la intención de reflejar la realidad es siem-
contamos un caso "típico", es decir, qué méto- pre mucho más peligrosa que su simple recrea-
dos se utilizaron para desarticular una banda de ción, por muy instructiva que se pretenda aqué-
32 falsificadores de moneda: se nos intenta ilustrar, lla.
V pues, sobre los procedimientos que utilizan las
fuerzas represivas del Estado para protegemos de
No obstante, ¿tenía McCai1hy razones de pe-
so para mostrarse tan aterrorizado? ¿Era el cine
la delincuencia organizada. En RAW DEAL, en fin , negro americano tan realista como parecen de-
aunque se trata de Ja menos "objetiva" de las tres, mostrar los hechos y como pretende la tradición
la meta también está relacionada con lo que po- historiográfica?. Sin duda se trata de una cues-
día depararles el mundo del hampa a los ciuda- tión básicamente irresoluble en el contexto de es-
danos norteamericanos de Ja época: no sólo un tas líneas, pero un examen más atento de la tri-
uni verso sórdido y corrupto, del que resulta im- logía de Mann puede que ayude a clarificar un
posible escapar, sino también un microcosmos poco más la situación.
cuyo principal recurso es la violencia más absurda Para empezar tenemos, como siempre, la cues-
y cruel, como demuestra el psicópata Rick Coy- tión del estilo visual, algo a lo que Schrader pres-
le (Raymond Burr) al lanzar a la cara de su ami- ta mucha importancia en su artículo: es decir, la
guita, sin motivo aparente, todo un recipiente lle- - para él- sólo aparente incompatibilidad entre
no de ... ¡crépes suzette ardiendo! el crudo realismo que perseguían estos films y la
Se trata de un realismo, pues, en el fondo muy "influencia expresionista" que parecía evidente
intervencionista, adoctrinador y retórico, pero que en su looJ.:5. Schrader soluciona salomónicamen-
no por ello deja de subrayar continuamente su te el problema atribuyendo a ese mismo expre-
marchamo de autenticidad. Los hechos, a menu- sionismo unos ciertos matices realistas que, en el
do, se ofrecen como reales, y la crudeza con que fondo, acaban subrayando su condición verista,
se presenta la lucha entre la Ley y el Hampa tien- pero las cosas no son tan sencillas como parecen.
de a destacar sus aspectos más sórdidos, en el su- En la trilogía de Mann, por lo menos, la aguda
puesto de que este endurecimiento del tono na- estilización visual de cada una de las películas
rrativo crear· un mayor effet du réel en el ánimo actúa siempre en detrimento de su presunto rea-
del espectador. En ORDEN: CAZA SIN CUARTEL, en lismo, y el choque entre ambos procedimientos
cuya preparación parece ser que participó acti- da como resultado un extraño híbrido: un docu-
vamente Mann, no sólo se nos intenta convencer, mentalismo fuertemente irreal, o, si se prefiere,
ya desde el principio, de que todo Jo que vamos una irrealidad violentamente remodelada con el
a ver sucedió en realidad -voz en off, tomas "do- fin de hacerla parecer real.
cumentales" de Ja ciudad de Los Ángeles...- , si- En este sentido, hay que hacer notar que, mien-
no que además la mostración de la violencia se tras Guy Roe consta como director de fotogra-
hace a menudo insoportablemente explícita: un fía de EL ULTIMO DISPARO, en el caso de LA BRI-
hombre dispara a quemarropa a un policía tran-
RAW DEAL [ 1948] quilamente sentado en su coche-patrulla y, po-
co después, tras resultar herido en una escara-
muza, él mismo se extirpa la bala ante la cáma-
ra, en dos de los más angustiosos minutos que ha
dado el cine negro en toda su historia.
Como asegura Paul Schrader, pues, "el look (G)Ade
de estudio de películas como EL SUEÑO ETERNO lfculas
(THE BlG SLEEP, Ho ward Hawks, 1946) y THE minó t
otra pe
MASK OF DIMITRIOS (Jean Negulesco, 1944) fre- cine n(
OR DEN:
na su propio impulso, haciéndolas parecer m ás
mada t
pulidas y convencionales que algunas de las que ESPECIAi
(4) Paul Schrader, "Not es
les siguieron" 4 . Es igual que decir: films como on Film Noir", en Film Com-
1955),
O LIGE
los de Hellinger, Rochemont o Small llevaron al ment, 1, primavera de 1972, (SUGHTL
reproducido en Barry Keith Atan D'
cine americano un impulso "neorrealista" en el Grant (ed.), Film Genre Re- t ivame
que nadie hubiera podido pensar antes de la gue- ader, Austin, The Univer- culas d
sity of Texas Press, 1986, lli y Ric
rra. No es de extrañar, así, que el inicio de las se- pág. 172. A partir de aquí, AMERICA
siones de la Comisión de Actividades Antinorte- t odas las traducciones son RICAN IN
mías. que coi
americanas, el 20 de octubre de 1947, casi coin- FUEGO \
cidiera con el estreno de todos estos films: aun- (5) lbid., pág. 173. G ANTRY
VERTIGO
Anthony Mann

RAw DEAL (1948]


del poder represivo: paredes blancas, muebles
funcionales, una larga y aséptica mesa para las
visitas... Luego, mientras los protagonistas se des-
plazan a través del país, esta mirada desapasio-
nada e inmóvil, cercana a la del representante de
la ley de LA BRIGADA HOMICIDA, va dejando pa-
so a un universo movedizo y desquiciado, a su-
cesivos planos de hiperrealidad en los que ya na-
da es lo que parece ni lo que antes fue: hay una
maravillosa escena, en un bosque nocturno y de-
solado, que incluye Ja súbita y casi feé rica apari-
ción de un agente montado a caballo, y también
una taberna, en medio de la densa vegetación, en 33
la que los protagonistas reciben Ja inesperada y
profética visita de un asesino triste y fugitivo...
V
Es en Jos entresijos de ese mismo espacio, no
obstante, donde la película alcanza su verdadero
clímax de irrealidad: la violenta lucha cuerpo a
cuerpo entre Joe y Fantail (John Ireland), el es-
GADA SUICIDA y RAw DEAL el firmante es J ohn birro de Rick Coyle, bizarramente ambientada en
Alton, en realidad Aldan Jacko, un húngaro emi- una sala repleta de animales disecados y sólo ilu-
grado a los Estados Unidos que ya trabajaba co- minada por Ja luz de la luna que entra por los
mo cámara en la Paramount en 1928. Tanto Roe ventanales.
como Alton, de cualquier modo, poseían un es- Por si fuera poco, la escena final en el barco
tilo visual contrastado y tenebrista, pero fue el se- de LA BRIGADA SUICIDA y esta brutal pelea de RAw
gundo de ellos quien lo llevó a su grado más ex- DEAL coinciden, en intenciones y resultados, con
tremo: en las dos películas citadas, por poner los la conclusión de ORDEN: CA'ZA SIN CUARTEL, una
ejemplos que más nos convienen, las escenas apa- frenética persecución por el alcantarillado de Los
rentemente más cotidianas, las que utilizan esce- Ángeles que culmina con el fusilamiento de fac-
narios y objetos más familiares, son precisamen- to del psicópata protagonista. El prosaico, silen-
te aquellas que acaban provocando en el espec- cioso escenario se convierte en un apocalipsis de
tador una más intensa sensación de irrealidad6. ruido y de furia, y el plano final del asesino acri-
Veamos, por caso, la que en principio se pre- billado a tiros se erige en el más brillante desen-
tende más documentalista, LA BRIGADA SUICIDA. lace posible para lo que finalmente demuestra ser
El film empieza con unas tomas impertubable- un vero e proprio descenso a los infiernos. De he-
mente neutras del Departamento del Tesoro y sus cho, y en el caso de que no sea así, la escena me-
responsables, simbolizados por un representante recería tener a Mann tras la cámara: Alton mue-
de la ley que habla a la cámara con gran seguri- ve sus piezas con singular maestría - las linter-
dad y autodominio: es la voz del Poder, cuya má- nas, las sombras, los cuerpos aplastados contra
xima ambición es el control de Ja Realidad me- muros lisos y brillantes- , y lo que empieza sien-
diante todo tipo de mecanismos represivos. A me- do una simple persecución va convirtiéndose po-
dida que avanza la película, sin embargo, y coin- co a poco en un sur realista baile de máscaras,
cidiendo con las distintas fases de infiltración en exactamente el mismo procedimiento utilizado
la banda criminal por las que atraviesan Jos pro- en las mejores escenas de las dos películas an-
tagonistas, esa realidad glauca e incolora se ve teriores.
sustituida progres ivamente por otra mucho más También en EL ULTIMO DISPARO los más óp-
compleja y multiforme. Cuando O'Brien está bus- timos momentos del film presentan este sutil des-
cando a su hombre por todas las saunas de la ciu- lizam iento de la cotidianeidad al más puro ab-
dad, los vapores nebulosos característicos de es- surdo, del escenario que en principio no tendría
tos lugares componen una escenografla ausente, por qué resultar alucinante al espacio transfor-
(6) Además de estas dos pe-
un espacio fantasmagórico en el que no existe na- mado y ofrecido bajo una nueva luz, lo cual de-
lfculas de Mann, Alton ilu- da más que los rostros y los cuerpos difumina- muestra quelos resultados de estas operaciones
minó t ambién alguna que dos. Del mismo modo. y en un grado ya mas avan- admirablemente transformista~ no sólo deben atri-
otra pequeña joya más del
cine negr o - l a ya citada zado de irrealidad, la última escena de la pelí- buirse a Alton: era Mann quien estaba detrás de
ORDEN: CAfA SIN CUARTEL, fi r- cula, que se desarrnlla en un barco, utiliza la abs- todas ellas. En Ja primera escena del film, sin ir
mada por Werker; AGENTE
ESPECIAL (THE B1G COMBO, tracta geometría del lugar para insertar a los per- más lejos, la del atraco al salón de belleza, la
:es 1955), de Joseph H. Lewis;
m-
sonajes en lo que acaba siendo una persecución iluminación nocturna, siempre procedente del ex-
O LIGERAMENTE ESCARLATA
72, (SLIGHTLY 5CARLET, 1956), de casi metafísica. una lucha a muerte en una loca- terior, convierte a los personajes en sombras fan-
th Alan Dwan· y colaboró ac·
~e­ tivamente en varias pel í-
lización fuera del mundo. tasmales, a los objetos en masas informes. Y en
!r- culas de Vincente Minne· En RA w DEAL, por su parte, el viaje de Joe la última, la del tiroteo en el bar, a modo de in-
:6, lli y Richard Brooks: de UN
JÍ, AMERICANO EN PARJS (AN AM E·
y Pat a San Francisco, a los escenarios de la ni- geniosa rima, las figuras vuelven a fundirse con
)n RICAN IN PARIS, 1951), por la ñez de esta última, tienen también algo de oní- el decorado en un confuso espejismo de blan-
que consiguió el óscar, a EL rica incursión en el corazón de las tinieblas. Al cos y grises.
FUEGO Y LA PALABRA (ELMER
GANTRY, 1960). principio el decorado es la cárcel, otro símbolo Esta conversión de la realidad en fantasma-
VERTIGO
Anthony Mann

goría, pues, va mucho más allá de los simples ma- Guerra Mundial, la fuerza codificadora de sus le-
tices expresionistas a los que aluden Schrader y yes representativas y sintácticas, habían dado co-
una buena parte de los historiadores del cine ne- mo resultado no sólo la aparición de un lengua-
gro. Bertrand Tavemier y Jean-Pierre Coursodon, je rígido y más bien inamovible, lo que hoy se
por el contrario, piensan que, en las películas conoce por "clasicismo hollywoodiense", sino
fotografiadas por Alton, "la utilización de las som- también, y como consecuencia, una semántica
bras, de las fuentes luminosas, de la profundidad perfectamente adaptada a los gustos de la clase
de campo (sólo ilumina el primer plano y algún media, que en el fondo era su principal sufraga-
elemento situado al fondo), de la luz direccional, dora. Al querer reaccionar contra todo esto, pues,
toma al pie de la letra la noción de cine negro", el "documentalismo" de la segunda mitad de los
para finalizar tajantemente: "Alton creía estar ela- años 40 choca contra un verdadero muro: es tal
la fuerza de ese código que la imposición de un
34 mayor "realismo" sólo conduce a su refuerzo, co-
V mo demuestran las tendencias retórico-didácti-
cas analizadas en la trilogía de Mann, con lo cual
resulta inevitable la aplicación de operaciones ne-
tamente desestabilizadoras, antirrealistas, para
contrarrestar su impulso represivo, tanto en el
sentido estético como en el ideológico. Pero vol-
vamos a la trilogía de Mann para comprobar to-
do esto con algún ejemplo.
Las tres películas presentan, en este sentido,
lo que según todos los síntomas resulta ser una
lucha ideológica interna que siempre se mani-
fiesta estructuralmente. En EL ULTIMO DISPARO,
tenemos el "realismo" costumbrista de la cla~e
media y el "realismo" tenebrista del universo
gangsteril, representados respectivamente por la
familia del falso culpable y por el entorno de Du-
ke Martin. A medida que avanza la película, am-
bos mundos tienden a enfrentarse, y hay incluso
un progresivo acercamiento entre Duke y la her-
mana del acusado que finalmente se resuelve con
T·MEN (LA BRIGADA SUICI· borando una fotografía realista; por el contra- la refriega en el bar: la lucha termina, pues, en el (1'
DA, 1948) en
rio, la realidad se interpreta, se reestructura, se territorio de las sombras, y el estilo visual de la m1
recrea totalmente"7 . Y lo mismo sucede, como película acaba decantándose por el claroscuro de ha
pr•
ya se ha visto, con la propia estructura narrativa esa portentosa secuencia, aunque el convencio- llir
de los films, algo en lo que Alton, indudable- nalismo de la última escena pretenda desmen- at1
tn
mente, no tenía demasiado que ver: tanto LA BRI- tirlo 10. ler
GADA SUICIDA como RA w DEAL empiezan con es- LA BRIGADA SUICIDA, por su parte, presenta lu1
ei
cenas neutras, "documentales", para desplazarse otro tipo de mecanismos, pues aquí el combate
poco a poco hacia zonas de sombra en las que se establece en el interior de un modelo narrati- (1:

acaba dominando una total irrealidad. vo más homogéneo y unitario, lejos de las fre- (7) Bertrand Tavernier y Je- lic
De esta manera, y como afirma J.P. Telotte, cuentes subdivisiones por escenas de EL ULTI- an-Pierre Coursodon, "Ant- "n
" la mezcla de mecanismos documentales y na- MO DISPARO. El relato, así, avanza frontalmente hony Mann", en 50 ans de nE
cinéma américain, París, er
rrativos nunca produce la transparencia o apa- en bloque, y lo que se produce es una especie Nathan, 1991, t. 11, pág. 675. cie
af
riencia de realidad que estos films parecen pro- de invasión de la narración al más clásico estilo (8) J.P. Telotte, Voices in the ta
meter en un principio"8. Muy al contrario, esa es- hollywoodiense - únicamente salpicada con al- Dark: The Narrative Pat- le.
trategia acaba chocando contra lo que Paul Kerr gunos signos documentales- por parte del " re- terns of Film Noir, Urbana, Y•
University of lllinois Press,
llama " la resistencia al realismo", algo muy pro- alismo mágico" creado por Alton y Mann. Ya he- 1989, pág. 137. (1
dt
pio, paradójicamente, de todo el cine negro "do- mos mencionado la secuencia de las saunas y el (9) Paul Kerr, " Out of what dt
cumental" de la segunda mitad de los años 40, enfrentamiento final en el barco, pero hay una es- past? Notes on the B film K•
noir" , en Paul Kerr (ed.), p¡
y que se podría interpretar tan1bién, según lo que cena que, sin apenas solicitar el concurso de A l- The Hollywood Film ln- de
hemos visto antes, como una resistencia a la asep- ton, demuestra claramente las intenciones del film: dustry, Londres, Routledge a1
and Kegan Paul, 1986, pág. t~
sia del poder: una "fisura en la fábrica estética e el fortuito y desafortunado encuentro entre Ge-
ideológica del realismo"9 que, en principio, na- naro y su esposa. Aquí la coartada argumental re-
236.
ª'
re
(1 O) Se t rata de una escena la
cería de la férrea voluntad de reflejar esa misma side en que la muchacha no puede darse a cono- n:
en la que el policía y la her-
realidad de la que al final se acaba huyendo. Lo cer , pese a la insistencia de su amiga, pues ello mana del falso cu lpable se ne
declaran finalmente su lo
que ha ocurrido es que, como toda revolución re- supondría el desenmascaramiento y la muerte se- tl
amor. El universo "estético
ali sta, ésta debería haber nacido de un rechazo gura de su marido. Ambos deben comportarse, e ideológico" del realismo ni
hollywoodiense, así, inten- fr
total de la tradición anterior, y eso, en el cine así, como dos desconocidos, y eso es lo que fi- ta hacer olvidar la pesadi- P•
americano, era ya un poco m ás difícil. El extre- nalmente otorga su tinte kafkiano a la escena: 1l a que se acaba de vivir, fi
mo conservadurismo lingüístico de la industria lo que en principio se presenta como la típica tanto med iante la ilumi· g
naciün y el encuadre como q
hollywoodiense anterior al final de la Segunda puesta en escena sentimental hollywoodiense a t ravés del sentido final. rl
VERTIGO
Anthony Mann

- la chica, en el último plano, baja la cabeza y en estado puro, en Hollywood eso no era posible:
llora-, adquiere en realidad una notable capa- muy al contrario, había incluso un cierto realis-
cidad de subversión ideológica y lingüística, pues mo -el que se desarrollaba en el interior de los
ese presunto realismo hollywoodiense queda ocul- géneros, sobre todo-- que tendía a identificarse
to tras el absurdo de un mundo en el que dos es- irremisiblemente con los valores conservadores,
posos se ven obligados a fingir no reconocerse y había que combatir contra él por todos los me-
mutuamente. dios 11. De ahí la sutil inversión de códigos que
Se trata de la sustitución de un modelo na- se da en los films noirs de Mann. Y de ahí tam-
rrativo por otro, de una realidad por otra, que bién, en esas mismas periculas, el progresivo re-
alcanza su cenit en RA w DEAL, sin duda la más chazo del documentalismo en favor de una fan-
explícita de la trilogía. Aquí el dudoso héroe se tasmagorla narrativa que da lugar, a su vez, al
debate entre dos mujeres, una burguesita fasti-
diosamente propensa al sermón moralista y una
35
perdedora tan marginada como él, lo cual repre-
senta también una doble opción estilística: la neu-
V
tralidad del lenguaje represivo del principio - la
secuencia ya comentada de la cárcel- o la caó-
tica libertad representada por los fragmentos más
surreales, como por ejemplo la pelea en la habi-
tación del taxidermista. En la escena final, Joe
Sullivan corre a una muerte segura para salvar a
la abogada, y sin embargo tanto la disposición es-
tructural del film como la composición de la pro-
pia escena aseguran que, en realidad, la clausura
del relato pertenece a Ja tierna Pat: Joe muere
en brazos de "la otra", pero arropado por la fan-
tasmal neblina de un callejón de San Francisco y
por la voz en off de su novia de siempre, lo cual
acaba inscribiéndolo en el territorio alternativo
de lo marginal. ú ,nicamente entonces recordamos
que todo el film se estructura según el recuerdo
subjetivo de la chica: aunque sólo fuera por su
manera de enfrentarse a los problemas de la enun-
(11) Y ello ocurría incluso ciación y del relato, RAW DEAL ya sería una obra "pesadillesco mundo del manierismo america- T-MEN (LA BRIGAOA SUICl-
en las opciones aparente- OA, 1948]
mente más progresistas: no
maestra del cine negro, a la altura de las mejores no", de nuevo en palabras de Schrader: si el cine
hay más que ver las citadas muestras del género. no podía reflejar la realidad, la deformaría 12.
producciones de Mark He- Lo que queda claro tras un análisis detenido Pues bien, en esa encrucijada se sitúa la tri-
llinger, en el fondo también
atrapadas en el debate en- de la trilogía, de cualquier modo, es que el "rea- logía negra de Anthony Mann. El retorcimien-
tre el reaccionarismo del lismo" que pretendían imponer estas películas no
lenguaje industrial y la vo-
to, el desquiciamiento del lenguaje y de las for-
luntad de evolución formal extrajo su vertiente más subversiva de su inspi- mas, aún en el modesto seno de la serie B y del
e ideológica. ración "documentalista'', sino más bien de su cho- blanco y negro, serían el precedente inmediato
(12) Paul Schrader, op.cit.. que con un lenguaje estandarizado que empeza- de la irrealista utilización del color y de la pan-
pág. 182. Schrader, en rea-
lidad, aplica el término
ba ya a agonizar en el Hollywood de la época. En talla ancha que alcanzaría su esplendor en la dé-
Je-
nt- • manierismo" a todo el ci- su búsqueda referencial de la realidad, Mann, en- cada siguiente del cine hollywoodiense 13 .
de ne negro, pero, teniendo tre otros, se encontró con un código en decaden- Y la progresiva infiltración de Ja violencia y
'ÍS, en cuent a que sitúa su ini-
75. cio como género en los cia intentando reflejar un universo también en Ja marginalidad, entendidas ya como temas prin-
años 40, sus intuiciones perpetuo proceso de mutación, y el resultado fue cipales, acabaría constituyendo su perfecto refe-
"he tampoco parecen estar tan
3t- lejos de las nuestras, al fin un nuevo lenguaje violentamente enfrentado con rente ideológico. No es de extrañar, entonces, que
1a, y al cabo. aquel otro al que intentaba sustituir. Y fue en los mejores y más famosos westerns de Mann, si-
·SS,
(13) En este caso, no estoy esa tesitura cuando -como Hathaway, como Ka- tuados siempre en los años 50, se erigieran en
de acuerdo con el análisis zan, como Karlson- se percató de su craso error: la más lógica continuación de este proceso. Co-
1at del tema que realiza Paul
lm Kerr: ni el Technicolor ni la el cine americano no podía pretender un mayor mo sucede en la trilogía negra, y pese a la am-
.), Panavision, por poner los grado de realismo a partir del realismo anterior plitud y generosidad de su mirada a la hora de en-
n- dos ejemplos más típicos,
ge aumentaron la verosimili- porque este último, como demuestra Ja totali- frentarse a la naturaleza, la estilización de sus en-
1g. tud de lo filmado, sino que, dad de la trilogía de Mann, estaba ya viciado por cuadres con respecto a los formatos clásicos da
antes al contrario, tendie-
ron a desquiciar y saturar su adscripción netamente "conservadora", con lo como resultado una deformación de la realidad
1a las formas. De ahí que ape- cual no podía dar lugar en modo alguno a un es- mucho más profunda de lo que parece a prime-
~(- nas se utilizaran en el cine
se negro hasta la década de tilo estética e ideológicamente "progresista". ra vista: una nueva estética, en fin, que extraería
;u los 60, por lo que deben es- A partir de ahí, el modelo de transición holly- su extraña fisicidad, no de un inexistente idealis-
:o tudiarse como una conti-
10 nuidad-y no como un en- woodiense estaba ya servido. Mientras, en Euro- mo humanista en el tratamiento de personajes y
n- frentamiento- con re s- pa, la fractura final de la escritura clásica se ha- paisajes, sino del conflicto ético y formal que se
li- pecto a los hallazgos del
r, film noir de serie B de la se- bía producido tras el encuentro de algunos cine- estaba desarrollando en el interior de sus propias
1i- gunda mitad de los 40, del astas -Rossellini, claro está- con la realidad entrañas.@
10 que la trilogía de Mann se-
ría un perfecto ejemplo.

L
V ERTI GO
Anth ony Mann

36
V
us1ca y agr1mas
Ja ime J. Pena

Hay algo que siempre me ha lla- en su personalidad -muy in-


mado la atención en Mus1CA v LA- fluida, todo hay que decirlo, y
GRIMAS (THE GLENN MILLER STORY, ésta podría ser una de las tesis
1954). Difícilmente emparenta- de la película, por su amante es-
ble con la serie de westerns que posa, He len1. Es, desde este pun-
Anthony Mann realizó por esos to de vista, una biopic atípica y F
años -producidos también por un tanto inclasificable en la que
Aaron Rosenberg para la Uni- incluso se prescinde de las ha-
versal- y que constituyen la bituales informaciones cronoló-
cumbre de su obra, Mus1cA v l,.A- gicas, salvo algunas de carácter
GRIMAS no deja de ser un producto estrictamente diegético. Otras
que bien podría ser despreciado convenciones, como las deriva-
como en exceso convencional y das de la adscripción de este ti-
respetuoso con la figura de su po de películas al género del me-
biografiado, aparentemente de- lodrama, son sistemáticamente
masiado académico, podríamos torpedeadas. Tiene buena parte
decir. Pese a ello y a que sea ca- de la culpa en todo ello la pe-
si imposible de reivindicar bajo culiar utilización que lleva a ca-
los presupuestos de la teoría del bo este film de algunos de los
autor, como decía, hay algo que códigos de escritura empleados
encuentro sorprendente en es- por el cine clásico para repre-
ta película. Este algo tiene mu- sentar el paso del tiempo, fun-
cho que ver con una narración damentalmente la elipsis, pero ( 1) M USICA y LAGRIMAS está
fuertemente elíptica a la que no tambien el co//age2. Con ello no realizada diez años después
de la muerte de Glenn Mi-
le preocupa tanto ofrecer datos pretendo afirmar que Mus1cA v ller (1904-44), una f echa re-
lativamente próxima, sobre
sobre la vida de su protagonis- LAGRIMAS proponga una ruptura todo si la viúda vivía. De he-
ta como componer una especie con el modo de representación cho muchas de las perso-
nas que lo conocieron in·
de digest con retazos de su bio- hollywoodense, ni mucho me- tervienen como estrelas in-
vitadas - Louis Armstrong,
grafía y fundamentalmente de nos. Sólo que e l predominio de Gene Krupa, Ben Pollack,
etc.- o como asesores de
su obra. MUSICA y LAGRIMAS no tra- unos determinados mecanismos l a producción -es el caso
de Chummy MacGregor.
ta de la vida de Glenn Miller tal narrativos posee una finalidad
y como equivocadamente su tí- predeterminada que se mani- (2) Sobre todo, si tenemos
en cuenta que no es el pro-
tulo original nos parece prome- fiesta en el mensaje último que pio paso del tiempo el te-
ma de la película, tal y co-
ter. El protagonismo recae an- esta obra de Anthony Mann pa- mo sucede, pongamos por
te todo en su música y, si acaso, rece encerrar. ejemplo, el algunas pelícu-
las de Ettore Scola.
VERTIGO
Anthony Mann

1 tuan los dos intentos de que sus arreglos sean


El arranque de la película resulta paradigmático aceptados por las orquestas. La puesta en escena
en su utilización de la elipsis como principal re- del fracaso del primer intento y del éxito repre-
curso narrativo. En los diez primeros minutos sentado en la segunda secuencia se produce fue-
asistimos a cinco secuencias que describen los ra de campo, mediante un off sonoro. En el pri-
inicios de Glenn Miller: los vaivenes de su eco- mer caso, sobre el plano exterior de un club oí-
nomía, representados por tres visitas consecuti- mos una interpretación musical que se interrum-
vas a un prestamista y sus primeras peripecias co- pe bruscamente; Glenn Miller y su compañero
mo arreglista, ejemplificadas en uno más de sus Chummy MacGregor salen apurados cargando
fracasos y, por fin, en su primer éxito con la or- con sus instrumentos; la música se reanuda con
questa de Ben Pollack. una interpretación más melódica y tradicional.
La imagen del trombón de Miller en el esca- En la segunda de estas secuencias, Miller ha en-
parate del prestamista es la clave que nos dará a tregado sus arreglos a una nueva orquesta. Sin es-
37
entender la delicada situación financiera del mú-
sico. Éste es el plano que abre la película (Foto
peranza de que vayan a ser utilizados abandona
el local de ensayos. Mientras se aleja comienza
V
1). Glenn Miller acude a desempeñar su útil de a oir su música y Chummy sale corriendo por una
trabajo, pero aún así el dinero no le alcanza pa- puerta reclamando su presencia.
ra comprarle un collar a "su chica". La segunda No hay mayores explicaciones. El estilo mu-
de estas secuencias parte del mismo plano del es- sical de Glenn Miller, perfectamente reconocible
caparate, tras la pérdida de un empleo por el fra- por todos los públicos en la época de realización
caso de sus arreglos, con el trombón nuevamen- del film, simplifica extraordinariamente la narra-
te empeñado. Una vez que Pollack lo contrata, ción . Desde este punto de vista MusrcA Y LA-
Miller puede acudir por tercera vez al presta- GRIMAS sí es un film musical, aún cuando no ha-
mista, desempeñar su instrumento y, ahora sí, ya "números musicales" propiamente dichos y
comprar el collar. En esta ocasión Mann pres- las actuaciones que aparecen en pantalla - por
cinde del plano del escaparate, pero volverá a él muy numerosas que nos puedan parecer, sobre
en otra ocasión, ya durante la etapa neoyorquina todo en la segunda mitad- nunca carezcan de
del músico, como único indicio de sus penurias alguna justificación dramática, por mínima que
tras el abandono de la orquesta de Pollack. sea. Si en lugar de un músico, estuviesemos asis-
Fotos 1y2 Intercaladas entre estas tres secuencias se si- tiendo a la biografía de un autor teatral y los frag-
mentos musicales fuesen sustituidos por repre-
sentaciones teatrales, el efecto sería casi el mis-
mo. La diferencia estriba en que la música de
Miller siempre está diegetizada - salvo cuando
figura como fo ndo de los collages- y, en virtud
de su popularidad, puede sustituir a la palabra. Es
por ello que buena parte de las elipsis estarán ba-
sadas en la música, como es el caso de la utiliza-
ción casi como leit-motivs de los temas "Jarrita
marrón" y "Moonlight serenade". Pero, sin du-
da, el mejor de estos ejemplos es el del hallazgo
definitivo del sonido cuya búsqueda había guia-
do la carrera de Miller.
Esta conquista será el único momento en el
q ue Mann ceda ante la tentación de mostrar el
instante mismo de la creación -imagen recurrente
de cualquier biografía cinematográfica de un ar-
tista y que Mann había esbozado parcialmente en
la secuencia del "bautismo" de "Moonlight sere-
á nade". Conforman este fragmento cuatro se-
!S
¡. cuencias encadenadas que culminarán con la sen-
tencia de Helen, la esposa de Glenn Miller: "¡Aquí
e
está el sonido!3". En la primera de ellas asisti-
mos a uno de los últimos ensayos de su nueva or-
1-
questa. El trompetista sufre un accidente fortui-
,,
1-

to y debe ser reemplazado. Acuciado por la falta


de tiempo y de un sustituto adecuado, Miller op-
ta por adaptar los arreglos para un clarinete. La
segunda secuencia nos muestra al músico traba-
jando por la noche en la preparación de las nue-
vas partituras (Foto 2). Encadenado: la orquesta (3) Todas las referencias a
diálogos o a t itulares pe-
interpreta "Moonlight serenade" con el clarine- riodísticos están tomadas
tista sustituyendo al trompetista - la secuencia de los subtítulos de la co-
p ia de MUSICA y LAGR IMAS
parte de un primer plano del clarinete (Foto 3) se- emit ida por la 2 de TVE.
VERTIGO
Anthony Mann

Foto 3

38

guido de un travelling de retroceso que lo inte- sos del público, etc. (Foto 5). Este collage cul-
gra en el conjunto orquestal. Miller sonríe. Nue- mina con un titular que nos informa del "Éxito
vo encadenado: actuación de la orquesta inter- sin precedentes de Glenn Miller en el casino de
pretando la misma melodía (Foto 4). Miller no Glenn Island", para encadenar con un plano ge-
puede disimular su satisfacción y el público les neral de dicho local y con la llegada del músico
dedica una espontánea ovación. rodeado de admiradores. Tras la secuencia que
Aquí se sitúa un punto de inflexión de la pe- tiene lugar en el interior del casino - básicamente
lícula. Hasta este momento la narración avanza- una actuación musical que comprende una míni-
ba a grandes saltos, cubriendo un arco temporal ma anécdota dramática- , se sucede el segundo
indeterminado que, a tenor de los diálogos, po- de los collages, de escasa duración y que podría
dríamos cifrar en unos ocho años pese a que, has- considerarse como una coda del primero. Las
ta ahora, no ha habido ninguna precisión crono- imágenes utilizadas son similares --discos, gen-
lógica. El caudal de infonnación se incrementa- te bailando, etc.- y el titular periodístico reza lo
rá considerablemente a partir de este momento, siguiente: "Glenn Miller en cabeza por tercer
justo cuando Glenn Miller alcanza el éxito. Tie- año consecutivo" (Foto 6). Esto da paso a una
nen la culpa tres co/lages que, a partir de titula- nueva secuencia que implica la mayor elipsis tem-
res de prensa, nos informan de la resonancia pú- poral de toda la película, lo que obliga a que los
blica de su música. diálogos estén condicionados por la obligación
de suministrar abundante información adicional.
Implícita y explícitamente se nos dice que: la
11 familia Miller celebra su décimo aniversario de
El primero de los collages describe la ascensión boda y vive en una gran mansión; el matrimonio
de Glenn Miller a partir, como decía, de titulares ha adoptado a un niño y a una niña; nuestro pro-
periodísticos sobreimpresos a imágenes de dis- tagonista actúa en la radio y en un hotel, al tiem-
Foto 4 cos, tocadiscos. actuaciones de la orquesta. aplau- po que saca considerables beneficios de las ven-
tas de discos. Estas poderosas elipsis se han su-
cedido una y otra vez a lo largo de la película, de
tal modo que sucesos potencialmente muy me-
lodramáticos eran pasados por alto en beneficio
del desarrollo de la carrera profesional de Glenn
Miller. Éste fue el caso, por ejemplo, de la huída
de Helen de Boulder tras abandonar a su pro-
metido o del aborto que sufre y que le impedirá
tener hijos -por otro lado, el espectador también
desconocía que se encontraba embarazada. A pe-
sar de ello los collages apenas van a implicar, en
lo esencial, un cambio del registro narrativo. Vi-
cente Sánchez-Biosca escribía a este respecto:

" ... allí donde irrumpe un collage, casi siem-


pre el sistema verosímil heredado de la no-
VERTIGO
Anthony Mann

vela decimonónica hubiera colocado una elip- 111


sis, con lo que se demuestra que el collage, Estamos en 1944, han pasado por lo tanto dos
lejos de ser elíptico, está( ... ) sustituyendo a años desde su alistamiento. Una secuencia en el
una elipsis. Su función consiste en comprimir hogar de los Miller nos permite recapitular sobre
el tiempo y, dado que la elipsis ha sido na- alguna de sus circunstancias personales -su as-
turalizada en el período en el que el collage censo a comandante- y, lo que es mucho más
se generalizaba, el uso de éste denuncia una importante, Helen anuncia que la orquesta va a
voluntad de no omitir nada, un deseo de no realizar un programa especial de Navidad desde
callar aunque ello sea a costa de comprimir París. La fijación de una fecha límite conlleva un
violentamente innumerables acciones." 4 desarrollo dramático en los minutos finales de
MUSICA Y LAGRIMAS6. Los grandes arcos tempo-
La información que suministran estos dos co- rales, unido a la ausencia de algún leit-motil• ex-
llages se circunscribe al ámbito público de Glenn tra-musical habían proscrito hasta ahora la utili- Fotos 5, 6 y 7
39
Miller, casi virgen hasta el momento. Es como si
existiese un deseo de documentar su éxito, por lo
V
tanto no sólo "no omitir nada", sino subrayarlo
recurriendo a pruebas irrefutables. Dado que el
ámbito personal o familiar no posee la misma re-
levancia que su música tampoco es preciso abun-
dar en más datos_ Es más, en muchos casos, una
mínima anécdota dramática sirve como disculpa
para la interpretación de un nuevo y largo tema
musical. Es decir, es demasiado patente la so-
breabundancia de información musical en con-
traste con la escasez de aquella de contenido dra-
mático. Por ejemplo, Miller y su orquesta están
grabando la música de una película. En esta se-
cuencia se nos quiere informar del trabajo de Mi-
ller en el cine, pero para ello se reproduce un
número musical en su integridad5_ Es más, cuan-
do al finalizar la grabación aparece Helen con una
carta en la que se le notifica a Miller su incor-
poración al ejército, descubrimos que el estalli-
do de la Segunda Guerra Mundial, en la cual mo-
1irá Glenn Miller, nos había sido ocultado -si aca-
so, la presencia de un soldado en una secuencia
anterior podía hacemos sospechar algo anómalo,
pero, con todo, se trataba de una presencia de-
masiado discreta y difícil de percibir en una pri-
mera visión.
(4) Vicente Sánchez-Biosca,
Tras su ingreso en el ejercito, su traslado a
Teoría del montaje cine- Europa y varias actuaciones más -entre ellas
matográfico (Valencia, Fil- una accidentada presentación de "In the mood"
moteca de la Generaritat
Valenciana, 1991·), p. 59. interrumpida por un bombardeo-, tiene lugar el
(5) El número se titula "Tu-
tercero de los collages, como los anteriores ba-
xedo junction" y bien po- jo otra de sus composiciones, pero de contenidos
día pertenecer a la pelícu- y fines muy distintos. El primer titular es lo su-
la 0RQUESTRA WMS, una pro-
ducción de la Fox del año ficientemente explícito: "Comienza la invasión
42 dirigida por Archie L.
aliada" (Foto 7). Las primeras imagenes corres-
Mayo cuya música estaba
interpretada íntegramen- ponden a fragmentos documentales del desem-
te por la orquesta de Glenn barco en Normandía. Sigue con nuevos titulares:
Mitler.
"Los ejércitos aliados entran en Francia", que ttG NINC.
(6) Sobre la utilización de culminan con escenas de la liberación de París.
la fecha límite (deadline) r
en el cine clásico pueden Como puede verse, la datación cronológica es en
consultarse: David Bordwell este caso inequívoca. También por vez primera
& Kristin Thompson, El ar-
te cinematogratico. Una in- se alude a unos hechos históricos que no tienen
troducción (Barcelona, Pai-
dós, 1995). pp. 364-65; Da-
como protagonista a Glenn Miller. Como vere-
vid Bordwell, Jan et Staiger mos, el motivo no es otro que situar su destino
& Kristin Thompson, The trágico dentro de un contexto heróico, una gesta
Classical Hollywood Cine-
ma. Film Style & Mode of colectiva en la que su participación no fue mera-
Production to 1960 (Lon- mente anecdótica, en la medida en que su músi-
don, Routledge, 1988), pp.
44-46; David Bordwell, Na- ca contribuyó a elevar la moral de las tropas alia-
rration in the Fiction Film
(London, Routledge, 1986),
das.
pp 156-204.
VERTIGO
Anthony Mann

verá a desvelar. Veamos la sucesión de las se-


cuencias:

l. Helen anuncia el concierto de Navidad que


Glenn Miller dará desde París. Lento enca-
denado: el rostro de Helen va siendo sus-
tituido por la niebla que cubre un aeropuerto
(Foto 8).
2. Miller sube a uno de los aviones y parte ha-
cia París para preparar el concierto.
3. La orquesta llega a París. No se sabe nada
del avión en el que viajaba su director.
40 4. Conversación entre dos generales:
V - ¿Sabe lo de Glenn Miller?
- Nos han informado hoy.
- ¿Lo sabe su familia?
-No comunicaremos las bajas hasta después
de Navidad.
- Su orquesta actúa mañana. No podemos de-
jar que se entere así. ¿Le importa que la
llame yo?
5. Encadenado: la familia Miller en el salón
junto al árbol navideño (Foto 9). Los niños
juegan. Chummy le dice a Helen: ..Aún fal-
tan dos minutos para la actuación" . Helen
les recuerda que el general Amold la llamó
en persona. Comienza el programa radio-
fónico a los acordes de "Mo onlight sere-
nade". Helen no puede contener las lágri-
mas (Foto 10). El primer tema es un arre-
glo especial de Miller sobre el tema "Jarri-
ta marrón". Una ahora sonriente Helen se
aproxima al escritorio donde se encuen-
tran un retrato de su marido y la jarrita ma-
Fotos 8 y 9 zación de este mecanismo narrativo tan habitual rrón que éste le había regalado (Foto 11).
en el cine clásico. Tan sólo en la secuencia que
aquí describimos como del "hallazgo del sonido" Claramente, la elipsis de la muerte de Glenn Mi-
se esbozaba una tímida fecha límite cuando Mi- ller no tiene aquí como finalidad aligerar la du-
ller se veía en la oblig ación de ultimar los arre- ración temporal de los hechos ni simplificar dra-
glos de la orquesta ante la inminencia de su de- máticamente el relato. Lo más llamativo es que
but. Si en ese caso se trataba de generar un pe- ni siquiera se menciona la palabra muerte ni se ...........@
¡¡¡¡
queño suspense, en éste que ahora nos ocupa se llega a ofrecer una explicación del accidente.
nos cita para un último acontecimiento -un pre- Glenn Miller desaparece físicamente del relato,
visible happy end- que no podrá desarrollarse ésto es lo único que se puede afirmar. Es más, in-
tal y como estaba previsto por la ausencia de su cluso la noticia de su muerte comunicada por el
principal protagonista. En medio quedará una gi- general Amold a Helen es de nuevo eliptizada y,
gantesca elipsis que la narración apenas se atre- por consiguiente, despreciada desde un punto de

Foto 10
VERTIGO
Anthony Mann

Fotos 11

41

vista melodram ático. Y ello pese a que la suce- muerte --que en su época conmocionó a Améri-
sión secuencial hacía prever lo contrario: el ge- ca y que, diez años después, aún pennanecía fres-
neral va a realizar la llamada telefónica; encade- co en la memoria colectiva- no podía ser elu-
nado a la sala de la familia Miller; esperamos que dido. El avión de Glenn Miller desaparecerá fan-
en ese momento suene el teléfono, pero no, se ha tasm agóricamente entre las brumas del Canal
producido una elipsis y ya es el día del concier- de la Mancha - las mismas brumas que nublan
to, por lo tanto un día después. el rostro de Helen (Foto 8)- , pero su música
Podríamos hablar casi de una ausencia (in- permanecerá. Desde este punto de vista sí cobra
tencionada) de clausura. Los acontecimientos fi- sentido la elipsis de la muerte. Es ésta una elip-
nales parecían querer conducir el relato hacia un sis metafórica de la inmortalidad del artista. Lo
happy-end - la victoria aliada, a los sones de Ja que no se ha dicho no puede ser demostrado y en
música de Glenn Miller. Imposibilitado éste, se consecuencia deja paso al nacimiento de la le-
rechaza también la clausura trágica - la música yenda. Una de las frases finales es lo suficiente-
y las lágrimas del título español. El relato podría mente explícita al respecto: "Si la orquesta de
haber concluido antes, sin ir más lejos con sus Glenn Miller sigue sin Glenn Miller, eso significa
primeros éxitos, pero un hecho como el de su que la música de Glenn Miller perdurará". @

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15 $[Extranjero]
Edificio del Rectorado, 2ª Planta (derecha) - Universidad Autónoma de M adrid - 28049 Madrid
VERTIGO
Anthony Mann

NH N M N •

La máscara del western, el rostro de Stewart

Ramón Moreno Cantero


42
V
Si hay algún calificativo que Anthony Mann no merece es
el de artesano, término carente de categoría analítica pe-
ro bajo el cual se han explicado (¿simplificado?) demasia-
dos textos de este director. De su dilatada y variada carre-
ra nos gustaría incidir en un grupo de films que comparten
un género (el western), un espacio (amplios paisajes selec-
cionados por su valor actante en el relato), un cuerpo (el ac-
tor James Stewart), un deseo de venganza asociado a ese
cuerpo y algunos rasgos más que trataremos de aislar sal-
tando de texto en texto según lo exija la imagen, único
norte de nuestro análisis itinerante. Nos referimos a W1N-
CHESTER'73 (1950), BEND OF THE RIVER (1952), THE NAKED SPUR (1953),
THE FAR COUNTRY (1955) y THE MAN FROM LARAMIE (1955). No fue-
ron los únicos western de Mann, pero junto con MAN OF THE
wesr (1958) son los que mejor han conjurado ese espacio sub-
jetivo por el cual circula el goce estético que interrelaciona
sujeto y obra; veamos por qué razones.

l. ÜN RELATO-RIO IRREFRENABLE bajo la forma de un trayecto metafóricamente en-


Hay un hecho que no podemos eludir, por ob- camado por las aguas de varios ríos, imposibles
vio que resulte señalarlo: como se ha dicho, va- de frenar y con un decidido deseo por desembo-
mos a analizar cinco westerns. Ciertamente, la te- car. Aguas que son metáfora de la pulsión ven-
oría de los géneros -desde su rigidez marchita gativa de los protagonistas encamados por James
y casi estanca- no proporciona un aparato mí- Stewart, y que catalizan las narraciones en tres
nimamente operativo a la hora de profundizar en de los cinco films (BEND OF THE RIVER, THE NA-
el carácter fundamentalmente icónico y personal KED SPUR y THE FAR COUNTRY), cuyos destinos
de cualquier texto fílmico; pero no es menos cier- están dirigidos por la corriente de torrentes m ás
to que estaríamos en el terreno del autismo teó- queridas por el género (cuya historia no vamos a
rico si negásemos la imbricación substancial de glosar aquí, ni por aproximación) pero llevada al
las obras mencionadas en todo un cuerpo repre- extremo disc ursivo: los personajes sólo existen
sentacional fuertemente reglado, que levanta un en cuanto que se mueven siguiendo un itinerario
paisaje genérico de difícil soslayo. Por tanto, es marcado por la obsesión; es decir, el ser (James
necesario hacerse eco de ese soporte, cuya im- Stewart) es el relato, identificado con el mismo
primación dota del mismo tono uniforme unas para producir el sentido puesto en circulación,
imágenes dotadas cada una de su propia pig- fundado y clausurado únicamente por ese pisto-
mentación, a cuya variedad cromática nos con- lero errante, con independencia de lo que encuentre
sagraremos más adelante. En efecto, la base so- en su recorrido; y, en efecto, la venganza omni-
bre la cual se sustenta el relato fílmico está for- presente siempre es satisfecha con uno - o va-
mada por una urdimbre genérica reconocible por rios- cadáveres. He aquí el sentido tutor de las
el sujeto espectador, de la cual sobresale una cons- narraciones, abocadas a un cese inevitable.
tante: ese relato transcurre en los textos propuestos Ese sentido unívoco que transcurre por me-
VERTIGO
Anthony Mann

dio de un relato-río, no deja de ser turbulento llevará a los protagonistas a esa tierra prometi-
aún cuando no existan las aguas desatadas de da tras las cordilleras. La lucha final entre McLyn-
los tres títulos citados. Así, Ja cinta que abre la tock y Cole se producirá a puñetazos en el río,
serie hilvana el trayecto por medio de un talis- cuyas aguas son fotografiadas con una clara so-
mán muy propio del género: un rifle que no es breexposición lumínica que resalta los reflejos
uno cualquiera, sino el modelo Winchester 1873, solares sobre su fluida superficie : el efecto visual
que da título a la película. El arma, bajo el car- enturbia a los combatientes, atrapados en una cor-
tel "el rifle que conquistó el Oeste", es presenta- tina de luz acuosa cambiente que metaforiza las
da así bajo el epígrafe de la leyenda en la pri- vidas errantes de ambos. La pelea tiene que ter-
mera imagen del relato, cuya armazón será pre- minar con el ahogamiento de Cole, ya que el agua
cisamente de índole legendaria: el rifle es el pre- va a quedar asociada con la muerte violenta: THE
mio en un concurso de tiro arbitrado por el she- NAKED SPUR basa su sentido tutor en esa asocia-
43
riff Wyatt Earp en Dodge City, y que pasará de ción; la última parte del film es marcada por un
mano en mano por todo el espectro genérico; lo
ganará el personaje interpretado por Stewart, Lin
río desatado imposible de cruzar, violento en su
curso y en su omnipresente ruido, arrojándolo to-
V
Mac Adam, cazador en busca de su hermano do a su paso como la obsesiva voluntad de Ho-
parricida Dutch (Stephan McNally), un forajido ward Kemp, que arrastra desde el primer seg-
que se lo arrebata; él lo perderá con un trafican- mento del metraje a Ben Vandergroat (Robert
te de armas en una parti- Ryan), un asesino por cu-
da de cartas, a quien se lo ya recompensa cobrará
quitará un jefe indio que a Ese relato transcurre 5.000 dólares; cuando al fin
su vez lo perderá en una re- en los textos lo atrapa, será entre los pe-
friega con la caballería pa- ñascos que la corriente de-
ra pasar a un cobarde (pro-
propuestos bajo la ja a ambos lados: o sea, por
metido de una prostituta forma de un trayecto donde el río permite; el
redimida) que será asesi- metafóricamente agua embrutecida será tes-
nado por otro pistolero cri- tigo, en pocos minutos, del
minal que conoce a Dutch; encarnado por las asesinato de los tres acom-
cuando se encuentran, és- aguas de varios ríos, pañan tes masculinos de
te último volverá a recupe- Kemp durante el relato, in-
rarlo y Mac Adam le dará
imposibles de frenar y cluido su reo.
caza al fin cerrando el cír- con un decidido deseo Pero el relato anudado
culo tal como comenzó, con por desembocar. al ser y a su periplo cobre
un primer plano de la em- naturaleza ejemplar en THE
puñadura del famoso rifle; FAR COUNTRY, desde s u
en medio, todo e l género pulsado sobre cinco primer plano fundador: una vista del puerto de
muertos en un relato casi simétrico. Concluyen- Seattle, con el río y sus barcos atracados mien-
do la serie está THE MAN FROM LARAMIE, la me- tras una manada de ganado atraviesa la calle, com-
nos itinerante de las películas que tratamos, y que pletando el cuadro una cordillera nevada al fon-
comienza sin embargo con el tin de un trayecto do. Todos los elementos activadores del relato
y la evocación de otro interrumpido, cuando Will están aquí: el río que sustentará el trayecto, el ga-
Lockhart llega al lugar en el cual la unidad de ca- nado que motivará el trayecto y la montaña que
ballería donde su hem1ano prestaba servicio fue es la meta de dicho trayecto. Pero éste comienza
masacrada por un ataque índio; a partir de ese ini- con el final de otro: Jeff Webster ha conducido
cio el transcurso de Lockhart será post-tanático las reses durante 500 millas y ha tenido que ase-
(no ha encajado la muerte de su hermano, como sinar a dos de sus hombres que pretendieron vol-
él mismo dirá) y pretanático (busca al hombre verse; el relato se inicia sobre las luctuosas hue-
que vendió los rifles a los indios para asesinarlo), llas de otro que finaliza ante nosotros. Cuando
y sus frases sentencian su esencia furtiva en per- encuentra a su compañero anciano Ben Tatem
petuo movimiento, la misma del relato:"el sitio (Walter Brenan) con el cual comparte la inten-
en que me encuentro es mi pueblo" o "somos pie- ción de cambiar de vida comprando un rancho
dras movedizas''. (en el cual colocarán un cascabel que porta Jeff
Y entre esos dos tilms, tres que se apoyan en en su silla de montar), embarcan y arranca el via-
aguas desatadas: BEND OF THE RIVER narra la aven- je por el río, corto, pero en el cual conocerá a una
tura de Glyn McLyntock como antiguo pistolero mujer cuyo deseo movili zará en parte a Jeff; en
metido a honrado guía de una caravana con pro- apenas nueve minutos, el relato se ha apresurado
visiones, destinada a una comunidad agrícola a presentar todos los elementos que en los otros
sitiada por el invierno en Oregón; durante el via- cuatro films necesitan Ja primera parte de la ac-
je, tendrá que enfrentarse a otro pistolero, Emer- ción, como veremos: el pistolero experto prota-
son Cole (Arthur Kennedy) cuya intención es ven- gonista, el compañero de mayor edad, la mujer
der las provisiones a unos mineros que pagarán deseada, el sueño plácido que aguarda el final del
más por ellas; el punto de partida será la nacien- trayecto criminal (un rancho), y el marco físico
te ciudad de Portland, cuyo río es visible en ca- abierto cuya extensión posibilita el desarrollo ul-
si todos los encuadres exteriores, y cuyo curso terior; tan sólo falta el sujeto-motivo del senti-
VERTIGO
Anthony Mann

miento vengativo, y sw·girá poco despues en Skat- un vínculo íntimo roto traumáticamente.
way, encamado en el juez Gannorr (Jhon Mcin- Detengámonos un instante en este último per-
tire reviviendo al célebre Roy Bean). Desde allí sonaje: Dutch asesinó al padre de ambos en el pa-
se iniciará otro trayecto más, sumando tres des- sado, razón por la cual Lin no dejará de perse-
de el inicio del relato, ahora hacia Canadá. Tam- guirlo hasta acosarlo como un animal y liquidar-
bién éste será clausurado por la muerte sobre el lo; sin ambargo, jamás son aclarados los motivos
agua: Ben morirá asesinado por los secuaces de de tal parricidio, tan sólo asistimos al efecto trans-
Gannon, hiriendo a Jeff, a la orilla del río por el mutador que provoca que Lin y en Ja génesis de
cual querían regresar a Estados Unidos para cum- esta firme voluntad por cerrar a sangre y fuego
plir su sueño; tanto éste como el viaje (sería el tal desviación se encuentra el dolor de Ja expul-
cuarto) quedan cercenados, pero no el ansia por sión; Lin ya no pertenece a un grupo socio-fa-
continuar el relato-río, ya que la última imagen miliar porque su cabeza, el padre, ha desapareci-
44
do: huérfano de un Ju gar en la tr ibu, debe ga-
V narse de nuevo su respeto cauterizando la herida
que causó la mutilación en -coherentemente-
el primer film de la serie, que es al tiempo Ja pri-
mera fase del personaje. En suma, James Stewart,
como pistolero fuera de Ja ley o como ciudadano
honrado que se ve forzado a violarla, busca una
redención moral cuya recompensa es la acepta-
ción del grupo social y su posterior reinserción:
en la misma WINCHESTER '73 porta una máscara
socializadora (que analizaremos después) com-
puesta por una envidiable profesionalidad pues-
ta al servicio de los demás -salva al gupo aco-
rralado por los indios- y por un carácter afable
que repetirá en el resto de relatos-trayectos, ex-
cepto en THE NAKED SPUR. Pero el grupo al que
aspira es, además, una familia: varios personajes
sintetizarán Jos papeles propios de miembros fa-
Figura 1 del film -una vez consumada la venganza o jus- miliares, esto es, padre, hermano y esposa3.
ticia- será un primer plano del cascabel atado a En BEND OF THE RJVER y THE MAN FROM LA-
la silla de Webster, aquel que debía yacer al fin RAMIE dos figuras paternas aceptan finalmente a
en la puerta del rancho, estabilizado ... pero el McLyntock y a Lockhart; en la primera es Jeremy (1) BENET, V. J.: " Narración,
cascabel (tintineando por la mano de Webster) (Jay Flippen), a cuyo respeto aspira el antiguo tiempo y cohesión del re·
Jato en Gone with the
continúa sujeto a la silla de un caballo por cuyo pistolero al que él mismo declara muerto hace Wind" en Archivos de la
reposo no apostamos. Y si hemos establecido la tiempo; pero el padre no perdonará al descarria- Filmoteca, nº 14, j un io
1993, p. 74 .
relación analógica entre trayecto y personaje, ten- do hasta que pase por Ja prueba de fuego, ma-
dremos que convenir que es el relato institucio- tando a o tro pistolero (que no tiene intención de (2) En MAN OF THE WEST la VÍC·
tima de Link Jones {Gary
nal (¿clásico?) el que muestra pánico hacia su volver al clan) y luchando contra la naturaleza Cooper) será su t ío, unién·
clausura, ya que -como apunta Benet- la de- para asegurar la supervivencia del grupo; sólo en- dose como una coda a los
personajes de Stewart.
tención de la ficción supone un punto final que es tonces será aceptado en el círculo, siendo redi-
metáfora de muerte 1 : un frenazo que intenta ser mido por el propio transcurrir. En el último film (3) También John Ford se
ocupó de procurar -en el
eludido por el eterno peregrinar. mencionado (que cierra la serie de westerns con mismo marco genérico-
James Stewart) es el patriarca-propietario de re- una cohesión familiar a par·
tir de la amistad o del de·
2. EN BUSCA DE LA IMPOSIBLE REDENCION sonancias shakesperianas, Alee Waggoman (Do- ber, con el vínculo más po-
La imposibilidad del descanso garantiza tanto nald Crisp), el que teme por la vida de su spicó- deroso para él, la caballe-
ría, en FORT APACHE (1948) o
la ontología del relato como de sus protagonista, pata hijo carnal Dave (Alex Nicol)4 , que en efec- R10 GRANOE (1950). Cuando

ese sujeto construído sobre la faz de James Ste- to morirá, pero por una bala disparada por su otro el personaje fordiano no lo·
gra incardinar su t rayecto
wart, encarcelado en su obsesión tanática cuya hijo adoptivo, Vic Hansbro: impedido, el padre con el del grupo encentra·
única y aparente satisfacción pasa por el crimen. transmite su deseo vengativo a Lockhart, el cual mos creaciones muy próxi·
mas a las de Stewart-Mann:
Sin embargo los sujetos-objeto de tal sentimien- prácticamente lo cumple, aunque no sea el directo de hecho, el Ethan Edwar·
to mantienen -o mantuvieron- con él una re- ejecutor de la sentencia paterna. En ambas na- da de THE SEARCHERS (1956)
corporiza todo el itinerario
lación estrecha: Emerson Cole es un pistolero to- rraciones, un ser desviado temporalmente ha re- obsesivo-vindicativo reco·
talmente afín, casi un amigo hasta que lo traicio- -hecho un hueco en la nueva familia, sancionado nocible en los pistoleros en·
carnados por James Ste·
na; Ben Vandergroat sí llegó a ser su amigo an- por la máxim a autoridad de la misma. wart.
tes de delinquir; el cínico juez Gannon repite va- Pero no basta con un padre: también es nece- (4) La const itución de este
rias veces que le cae bien; Vic Hansbro (Arthur sario un hermano, un acompañante que - aun- patriarca recuerda la ten·
Kennedy) será el personaje m asculino que más que de edad avanzada- es menos experto y más sión de El rey Lear, algo
constatado en múlt iples
respete y el único cordial hasta que descubra su desvalido; alguien a quien proteger como un me- ocasiones por otros acer·
negocio de armas con los indios en THE MAN FROM nor pero con cuya ayuda siempre podrá contar. camientos críticos, como el
hecho por CASAS, Q.: "Ant·
LARAMIE; y, en fin , el forajido Dutch McAdam Una amistad filial más o menos seca o fluida hony M ann. El paisaje y la
de WINCHESTER'73 es nada menos que SU her- -generalmente austera en declaraciones verba- t ragedia" en Dirigido, nº
204, julio-agosto 1992, pp.
mano2. Así, se trata de recomponer con terceros les- pero imprescindible, en los personajes an- 54·59.
VERTIGO
Anthony Mann

cianos interpretados por Millard Mitchell en WIN- se lo echará en cara con una expresión tan con-
CHESTER '73 (auténtica sombra fiel) y THE NAKED tradictoria como él mismo: " tienes nostalgia por
SPUR (patético buscador de oro asesinado por su tierras lejanas", esto es, apetencia de " volver" a
avaricia, cuya amistad será comprada al inicio de lugares nunca visitados pero que lo condenan al
la película), por Walter Brenan en THE FAR perpetuo trayecto psicótico, imposible de anclar.
COUNTRY (entrañable recreación hawkasiana, fe-
necido por su ingenuidad), por W allace Ford en 3. UN ROSTRO Q UE RESQUEBRAJA LA MASCARA
THE MAN FROM LARAMIE (otro acólito de estric- Ya hemos destacado que para conseguir esa acep-
ta fidelidad) y, aunque muy disuelto en la ac- tación (ilusoria pero ansiada) nuestro personaje
ción, por un joven aunque hábil tirador Rock Hud- escindido en cinco utiliza al itinerario-relato pa-
son en BEND OF THE RIVER. Pero la reproducción ra dibujar una máscara destinada al grupo, ocul-
del grupo familiar depende de una esposa: el re- tando el rostro que lo hizo famoso; conviene,
lato es atravesado por otra presencia vital, la de
45
una mujer por cuyo deseo también se debe Juchar,
ya que su destino es aparentemente divergente al
V
pertenecer a otro hombre durante Ja mayor par-
te del trayecto pero que fin almente opta por el
protagonista. Lota (Shelley Winters), Laura (Ju-
lie Adams), Lina (Janet Leight), Ronda (Ruth Ro-
man, la única fallecida por su situación al mar-
gen de la ley) y Barbara (Cathy O ' Donell), cita-
das por orden cronológico de producción, posi-
bilitan el futuro de Ja nueva familia. Por tanto el
reconocimiento familiar es triple y lógico: amo-
roso, filial y paterno , y se une al respeto parti-
cular del que ha cumplido su deber sobre la pro-
pia ley (Fig. 1: imagen final de WJNCHESTER'73
que resume la culminación deseada en el resto de
los films); se consuma la destrucción de una fa-
milia para crear otra de lazos más fuertes, ya que
son elegidos y no impuestos hereditariamente y llegados a este momento analítico crucial, defi- Figura 2

nacen fundidos en el crisol de la violencia y la nir los dos conceptos mencionados, ya que sobre
sangre. ellos gravita el discurso estético levantado sobre
A pesar de esto no debe pensarse en finales el cuerpo de James Stewart. Debemos por tanto
optimistas: el éxito de la nueva unión no está ga- hacernos eco de la distinción primordial entre
rantizado, ya que la dualidad del personaje-Ste- máscara y rostro realizada por E. H. Gombrich6:
wart durante sus cinco fases ha dejado una cica- según este autor, rara vez es representada otra co-
triz de desviación psicológica sutil, pero palpa- sa que no sea la máscara, esto es, el disfraz so-
ble: tal vez los que traslucen esa marca más in- cial resumible en pocos trazos o elaborado por un
tensamente sean el Howard Kemp de THE NAKED complejo entramado artístico, pero que siempre
SPUR y el Jeff Webster de THE FAR COUNTRY. El construye una imagen convencional evocadora
primero actúa con considerable torpeza en toda de protección instalada en le gesto ritual.izado, fá-
(5) ASTRE, G. A. y HOARAU, ocasión, sin demostrar la experiencia de otras na- cilmente reconocible. La máscara oculta el ros-
A.P.: El universo del wes-
tern (Fundamentos, M a- rraciones, sino un carácter callado y huraño que tro, que condensa lo inmutable de ser (por enci-
drid, 1986), p. 283. ma de la emoción; según Gombrich, el "aria", co-
gana enemigos y que debe comprar ayuda para
(6) GOMBRICH, E. H.: "La capturar a su perdeguido, del cual sólo quiere la mo cualidad invariable en terminología petra-
máscara y el rostro: la per- recompensa a pesar de conocerlo personalmen- quesca), la constancia fisonómica que -ampliando
cepción del parecido fiso-
nómico en la vida y el ar- te: y hasta el último minuto pretende llevarse su la tesis de ese teórico- podría reflejar la pulsión
te• en La imagen y el ojo pasional no encauzable, el cuerpo sexuado y pre-
(Alianza, Madrid, 1987), pp.
cadáver para cobrar, en un ataque de rabia cal-
99-127. mado por la intervención de Lina, que lo con- tanático que suele esconderse bajo Ja máscara y
duce a la redención moral final enterrando el cuer- que siempre está ahí, latente bajo la representa-
(7) Fantasmal surge el ros-
tro tenebroso y filn-o de un po; sin embargo el peso de todo el itinerario es- ción cuya misión es fundamentalmente enmas-
papa contrarreformista en caradora; pocos artistas son capaces de transpa-
El Papa lnocencio X (1650)
quizoide no permite una clausura esperanzada.
de Velázquez. por poner el En cuanto a Webster, responde a la principal ca- rentar el rostro bajo la máscara, ya que ésta es
ejemplo más didáctico. racterística que Astre y Hoarau atribuyen al "hé- la más fácil de reproducir.
(8) Desdé luego, existen roe de Mann": su " individualismo furioso" 5 y De hecho, la historia del retrato pictórico mo-
films que operan exclusi- derno es la historia del enmascaramiento huma-
vamente con el rostro y no
desquiciado, añadimos nosotros; no quiere ayu-
sobre la máscara: el más im- dar a las víctimas de un alud y no interviene a fa- no bajo la coartada del parecido fisonómico, a pe-
portante es sin duda LAPAS· vor de los indefensos habitantes de Dawson sar de artistas excepcionales que en algún pe-
SION OE JEANNE D' ARC (C. T.
Dreyer, 1927-28), cuyo dis- -expoliados y aterrorizados por el juez Gan- ríodo han llegado a ser " retratistas del rostro"7.
curso estético forma un to- non- más que cuando asesinan a su filial com- Pues bien, la representación fílmica institucional
do con el continuo y direc-
to enfoque sobre rostros, pañero Ben, es decir, cuando se cruza la obsesión se doblega usualemente a la corriente "oficial",
no sobre máscaras, inen- vindicativa que, indirectamente, lo llevará a con- aquella que congela la apariencia facial en una
marcable en ningún códi-
go fílmico. seguir el reconocimiento ciánico. El propio Ben máscara opaca que impide acceder al rostros.
VERTIGO
Anthony Mann

Ciertamente, pocos actores cinematográficos los momentos cruciales- pero siempre destaca-
han creado una máscara socialmeAte tan sólida do por su altura entre el resto de personajes, se
como James Stewart durante décadas de can-era; trasforma con Anthony Mann: su altura es pare-
Stewart encarna "ese contrato de confianza que cida a la de los demás, y ese rasgo iconográfico
se anuda calladamente entre público y comediante que traslada al físico su altura moral, es aborta-
y que acaba convirtiéndose, a través de la conti- do. Compárese el aspecto que ofrece en films de
nuidad y la permanente renovación de la fasc i- John Ford, el cual destacó sus largas piernas y ta-
nación ente lo mismo, en una familiaridad que, maño, y en los cuales cumplía con papeles mas-
al final del camino, permite la transmutación de qué ricos, fuesen cínicos (Two RODE TOGETHER,
un cuerpo en un símbolo"9. Un breve repaso por 1961 ), cuya primera aparición comienza por sus
sus papeles, especialmente desde sus colabora- piernas estiradas manteniendo siempre un tama-
Figura 3 ciones con Frank Capra, permiten seguir la pau- ño parejo a su autoridad como sheriff McCabe)
46 o encarnadores de la ley (THE MAN WHO SHOT LI-
V BERTY VALANCE [1962) o CHEYENNE AUTUMN
[ 1964], prestando en este último film su prolon-
gado físico a Wyatt Earp en un corto papel) pe-
ro en los cuales su función socializadora perso-
nificadora de un rutual es evidente, justo la que
debe ganarse a fuerza de sufrimiento con Mannl L;
Stewart ve reducida su presencia tanto como su
posición problemática en el grupo: es el primer
síntoma de que el rostro pugna por emerger. Así,
el trayecto es a la vez el dificultuoso intento de
consolidar tal máscara social - salvo en THE NA-
KED SPUR, una vez más- que sin embargo se quie-
bra e n momentos m uy concretos dejándonos ver
el rostro durante segundos de plena pulsión es-
quizoide y asesina, encendiendo los primeros
planos de un Stewart desconocidos. Repasemos
esos primeros planos.
En WINCHESTER'73 Lin Mac Adam acata la (9) ZUNZUNEGU I, S.: "El
cuerpo y la másca ra", co-
ley de Dodge City y entrega sus armas de buen municación inédita leida en
el IV Congreso de la
grado a Earp, pero su afabilidad se torna crispa-
A .E.H.C. (1991); aunque la
ción al entrar en el saloon y tropezarse con su her- cita se re fi ere a la másca-
ra t ipológica del autor es-
mano Dutch: ambos echan mano a sus cartuche- pañol encarnada por Al-
ras vacías de inmediato, pero el discurso aísla un fredo Landa, pensamos que
primer plano de Lin donde Stewart rompe la más- es válida para James Ste·
wart.
cara y explota el rostro; una mirada fija y tinti-
(1 O) El propio Mann usó esa
neante rimando con unos labios en tensión lige-
máscara tradicional para re-
ramente entreabiertos componen u n ros tro no construir l a cotidian eidad
totalmente desencajado, pero en clara pulsión pre- del m ito, haciéndolo acce-
sible, en TH E GLENN M ILLER
tanática (Fig. 3). Volverá a surgir casi al final del STORY (1953). Pero hasta el
relato, cuando fuerza al criminal Wicko ( Dan primer forjador de esa más-
cara, Frank Capra, la res-
Duryea) para que revele dónde está Dutch: en ese quebrajó en ese instante de
encuadre su rostro sí alcanza la desfiguración fa- precario sentido de lr's A
WONDERFUL LIFE (1946), cua n-
cial, imagen premonitoria de un cese ya inme- do Gerge-Stewart descubre
diato (fig. 4 ). Otros dos instantes fugaces se con- - en aterrorizado encua-
dre de su rostro- que Bed-
Figura 4 latina construcción de esa efectiva máscara que sagran al rostro en BEND OF THE RJVER: transcu- ford Falls se ha transmuta-
expele autenticidad, reconocible por su distinti- rrida una hora del relato (mucho después que en do en Pottersville; en cier-
ta medida, nuestro ator-
vo humanitario y amabilidad (Fig. 2: inicio de el film precedente, ya que aquí la máscara es in- mentado personaje de Ant-
WJNCHESTER '73). Sin embargo, Hitchcock y Mann tencionada), McLyntock está a punto de asesinar hony Mann es hijo de ese
primerísimo plano.
aprovecharon la máscara familiar para destro- a un mercenario después de provocar un accidente
zarla, alterando ese contrato con el espec tador, que popdría haberle costado la vida a Jeremy, (11) Pero has Ford aprove-
chó -aunque brevemente
desvalido en YERTIGO (1958) y en THE NAKED la figura paterna por la cual construye la másca- y sin carga rlo sobre el pri-
SPUR especialmentelO. La faz de Stewart en los ra: és ta estalla esgrimiendo su resplandeciente mer p lano- el rostro de
Stewart en THE MAN WHO
westerns que analizarnos está compuesta por frag- cuchillo durante un psicótico segundo (Fig. 5); y SHOT Li BERTY VALANCE; en pa·
mentos de máscara precariamente suturados por poco después, cuando Cole le traiciona lleván- labras de MICHAEL BUDD:
" ... en Stewart la calma do·
entre los cuales intuímos el rostro interno, ese que dose las provisiones vuelve a emerger amena- minante parece encubrir y
termina estallando en uno de los vórtices repre- zándolo con una persecución sin tregua. reprimir una ferocidad que
ocasio nalmente sale a re·
sentacionales básico del código institucional: El THE NAKED SPUR invierte las reglas del juego: lucir" ("Género, director y
estrellas en los westerns de
primer plano. James Stewart apenas blande máscara social ~n
John Ford: Fonda, Wayne,
Es más, el cuerpo de James Stewart, aprove- la obra más dura de la serie, si no que se esfuerza Stewart y Widmark" , in·
chado en mil ocasiones por su longitud y su as- por mantener a raya el rostro desnudo, apenas en- cluído en John Ford, Fil·
moteca Española. Madrid,
pecto desmanejado - titubeante aunque firme en turbiado por un personaje casi mudo cuyo <lis- 1988, p. 203).
VERTIGO
Anthony Mann

tintivo iconográfico será una "espuela desnuda" 4. EL PAISAJE VIOLENTA EL DISCURSO


(con la cual seccionará el rostro de Ben, su per- Si bien la geografía trascendente de todas estas
seguido), parecido por su textura metálica y su cintas es el rostro de Stewart, éste actúa rimando
ruido a aquel cascabel que simboliza el imposi- con un paisaje natural predominante: en estos
ble descanso en THE FAR couNTRY. La estética westerns de espacios abiertos, que a veces no lo
visual es la no-estética, una falta absoluta de pul- son tanto, la naturaleza de desnuda o se viste ex-
critud (suciedad, sudor, pelo grasiento, barbas sin huberantemente para asistir al relato según la
afeitar, ropas descosidas) que te1minan por des- intesidad del sentimiento escenificado y de su
terrar cualquier tentación de calificar este texto eclosión violenta, dependiendo en suma de si la
como clásico. Ese rostro que está casi siempre máscara se retira o pe1manece. Cuando esa co-
presente (salvo en sus conversaciones con Lina), rriente tanática subterránea -tutora del iti nera-
aunque en clama expectante, explota en dos en- rio, ya que la suspensión absoluta aguarda al fi- Figura 5
47
frentamientos verbales con Ben: cuando éste le
recuerda su pasado teñido de un desengaño amo-
roso que conllevó su ruina, y cuando le impide
V
escapar en un duelo abortado, preñado de muer-
te anunciada.
Aunque la emergencia del rostro tendrá cua-
tro oportunidades en THE MAN FROM LARAMIE,
propiciadas, más que en ninguno de los ejemplos
anteriores, por el propio discurso; de hecho, la
primera vez que vernos la faz de Stewart ocu-
pando un primer plano será en su rostro, antes de
conocer la máscara: Wil Lockhart detiene su ca-
rro y visita un recodo sombreado con los restos
calcinados de una división de caballería rnassa-
crada hace tiempo; Lockhart levanta la vista y
mira en plano medio, y le responde en riguroso
contraplano una panorámica que rodea el lugar
vacío, pero lleno de reminiscencias luctuosas
que reverberan a continuac ión sobre un primer
plano del rostro doliente; sin embargo ese primer
plano se inserta aislado de la panorámica; que
concluye en otro plano medio del vaquero inver-
so al anterior. El lenguaje fílmico se ha lanzado
a recorrer ese espacio fundador del relato (de la
venganza) por su cuenta, sin asignar claramente
tal indignación al personaje, pero preparando el
terreno para la súbita inclusión de su rostro. Diez
minutos después, Lockhart será objeto de humi-
llación al ser arrastrado, maniatado, por un ca-
ballo por orden de Dave Waggoman: cuando se
levanta, el rostro mudado en odio acumula ya dos
deseos vengativos, fundidos en una capa de pol-
vo que cubre su cara. Poco después dará una pa-
liza a Dave prefigurada en su rostro, que es se-
guido por única vez en toda la serie por un pe-
culiar travelling cuyo sentido reservamos para nal: el final- se libera, el paisaje se reduce a un Figura 6
más adelante, pero que acumula la tensión taná- esqueleto matural tendente a la abstracción.
tica no ya sobre al rostro de Stewart, sino sobre En WINCHESTER '73 Lin persigue a Dutch atra-
el propio discurso en acción. Y por último, el vesando un terreno semi-árido hasta llegar a la
padre de Dave trasnsmite a Lockhart su deseo de montaña del tiroteo clausurador; el sol cauteri-
matar a Vic, el asesino de su hijo: Stewait ya aiTas- za la herida que va a cerrarse, usando para ello
tra tres ve nganzas en su rostro, y deben pasar rocas fragmentadas que se unen a una banda so-
sobre su fisonomía al enfrentarse con el hombre nora compuesta sólo por el viento y el eco de
que vende rifles a los indios, frente los cuales mo- los disparos; tal abstracción se apunta en el re-
rirá inmediatamente (Fig.6). Todo este rosario de gistro visual por profundas sombras y grietas que
rostros agrandan los resquicios de un dispositivo quiebran la superficie pedregosa , tan descubier-
representacional dominante, diseñado también ta que las balas rebotan, haciéndose más peli-
como máscara borradora, tanto de huellas enun- grosas; conforme los dos hermanos se van aco-
ciativas corno de sombras luctuosas, las cuales rralando mutuamente subiendo por la montaña,
sin embargo se filtran de fo rma inevitable. van desapareciendo los pocos matorrales hasta
que Dutch ofrece un blanco perfeyto en el bor-
de del precipicio, siendo alcanzado por Lin en un
VERTIGO
Anthony Mann

cuadro que recoge sólo su ti.gura apuntando (de desbordada entre dos montañas nevadas bajo un
espaldas, ocultándonos pudorosamente su rostro cielo ocupado por una gran nube blanca. El co-
esta vez), su sombra exacta - pero invertida- losalismo de las montañas canadienses que Webs-
sobre una pared pedregosa y su hennano cayen- ter y la expedición atraviesan reduce a los huma-
do al fondo (Fig. 7): tal sombra, negativo del ser, nos en algunas vistas, algo infrecuente en la pla-
sustituye el rostro luctuoso de sus primeros pla- nificación de estas obras, que busca contrapicados
nos, en un encuadre austero (reducido a la pri- para dimensionar el esfuerzo del colonizador an-
mordial tensión de blanco, negro y un único to- te el medio a doblegar, reforzando su función ci-
no gris) que recoge el efecto último de su ac- vilizadora: la metáfora de esta idea se plasma en
ción 1 2. Algo semejante ocurre, pero en color, esas ciudades a medio construir (Portland, Seattle,
con los paisajes de THE NAKED SPUR, boscosos Skatway, Dawson) esqueléticas, ganando terreno
hasta el momento de la violencia, que se inmis- metro a metro a la nieve y las rocas estériles.
48 Ya mencionamos la función metaforizadora
V del agua, aludiendo a la muerte que se cierne so-
bre los personajes; éstos también se ven aboca-
dos a aquella en escenas nocturnas generalmen-
te iluminadas por temblequeantes hogueras, cu-
ya luz no uniformiza sino que altera semblantes
cercanos a la pulsión criminal: Glynn McLyntock
organiza una brutal matanza de sus enemigos
por medio de una emboscada nocturna; Jeff Webs-
ter sale airoso de una refriega con la "ley" del
juez Gannon por recuperar su ganado también de
noche; y Howard Kemp en THE NAKED SPUR ca-
si mata a Ben (sufriendo un furioso ataque) en
una cueva con filtraciones, dentro de un espacio
que resume los elementos citados: oscuridad, fue-
go, roca, agua, muerte.
El exterior bajo cualquier forma y luz es tan
importante que los pocos interiores filmados en
Figura 7 cuye en unos peñasco s desnudos, heridos por estos textos son tomados desde un punto de vis-
mil hendiduras y que atacan a Kemp y su acom- ta bajo, aplastando los personajes hasta expul-
pañante por medio de un desprendimiento (pro- sarlos de nuevo a la naturaleza: las habitaciones
vocado); la dificultad de acceder, visual y fisica- son retratadas bajo rigurosa composición alber-
mente, a las rocas para doblegarlas y descubrir al tiana, como la taberna del traficante de armas en
reo convicto que persiguen es lo que pone ner- WINCHESTER'73 o el saloon de BEND OF THE Rl-
vioso a Kemp. El resto del trayecto transcurre VER, cuyo techo es siempre visible, marcado por
constreñido por una densidad formada por la acu- enormes vigas de inestable aspecto. En cambio,
mulación de árboles, sombras y ramas: un tapiz el almacén de Barbara en THE MAN FROM LARA-
de difícil tránsito a pesar de estar en un lugar MIE está tan abarrotado de objetos que, aunque
abierto. Idéntica desnudez encontramos en la es- ella se traslada con amplitud entre ellos, a Lock-
cena de THE MAN PROM LARAMIE en la que Da- hart-Stewart lo clavan e inquietan, no permitien-
ve atraviesa la mano de Lockhart, después de do su movilidad: no es ese su lugar. Un único in-
un tiroteo durante el cual se protegieron por dos terior fotografiado con relev ancia iconográfica
solitarias rocas en medio de una tierra vacía y es- destaca en toda la serie: la habitación de Alee
quemática, prediciendo algo muy parecido a la Waggoman - al final del último film citado-
mutilación. cuando confiesa a Lockhart quién es el hombre
En BEND OF THE RIVER estalla el color y una que buscaba; al salir de la habitación, proyecta
naturaleza fértil repleta de riachuelos y bosques una gran sombra cuya connotación tanática es
hasta que se produce la traición de Cole, en un evidente. Sin embargo, la secuencia siguiente, so-
paraje diferente: sobre la cima de una montaña, bre la cual reverbera tal información, es otro ex-
en el difícil suelo rocoso y bajo un cielo límpido, terior, con la silueta de Lockhart cabalgando en
sin un árbol que ayude a simbolizar la abstrac- busca de su enemigo en riguroso contraluz, des-
ción que se comienza a adueñar del paisaje, que coporeizado de todo rasgo socializador-simboli-
pasa a ser nevado; el dominio del color blanco zador, y convertido en ese fantasma vengador que
sobre los demás en un entorno complicado de aparecía en el sueño de Alee recurrentemente.
transitar anula la rica variedad cromática cuando Todo el discurso - lingüístico e iconográfi-
McLyntock persigue a su contrincante y a la ca- co-- se somete al espacio abierto, y, hasta cier-
ravana de víveres robados; sólo en el mismo fi- to punto, lo posibilita por medio de desviaciones
nal volveremos a recuperar la fotografía satura- sutiles pero que a duras penas asimila el código
da de color que dominó la primera parte. De nue- institucional; recordemos que éste fundamenta su {12) Unos exteriores rele-
vantes igual de quemados
vo será el blanco helador la dominante visual en narración en garantizar la ubicuidad espacio-tem- condu cían a la d iezmada
THE FAR COUNTRY, desde su misma imagen inau- patrul la de M EN IN WAR
poral de la mirada espectatorial siempre bajo la (1957). otro texto "'genéri·
guradora bajo los créditos: una morrena glacial coartada de la elipse: la expulsión, por omisión, co" de Anthony Mann.
VERTIGO
Anthony Mann

de la temporalidd aleja el peso del tiempo real, porche del hotel hasta que derriba a Dave; y lo
cuyo transcurrir no puede ser demasiado eviden- hace en un sólo encuadre móvil, por medio de un
te ya que enfrenta al espectador con su propio de- travelling que retrocede conforme avanza el per-
venir mortal, algo que el sistema instituído solu- sonaje frontalmente, pero que comienza cuando
ciona por medio del recurso narrativo elíptico. ya ha llegado hasta la mitad de la calle: este es,
Burch dividió en tres tipos las elipsis temporales: el objetivo se moviliza, para retroceder más y
cortas, indefinidas y de retroceso (flashback) 13 • más, cuando un rostro psicótico se acerca a él de-
Las obras de Mann que estudiamos utilizan las masiado; y cuando ya ocupa un plano americano
tres, pero a veces desaparece la primera de ellas, (Fig. 8), la cámara gira y se aparta dejándolo pa-
aquella que elimina una parte de la acción breve, sar para derribar a Dave e inaugurar un momen-
en un borrado operado sobre el montaje no per- to de violencia desatada. Stewart ha recorrido el
cibido por la escritura fílmica ni por el especta- eje de la representación, agobiando la cámara-
dor, pero que adelanta el relato. Detengámonos
49
en dos de esos momentos que podrían haber si- V
do obviados pero que son mostrados a plena luz
solar, en THE MAN FROM LARAMIE.
En un espacio desnudo -el desierto salino
marcado por un blanco quemador- Lockhart y
sus hombres cargan un carro con sal: por el ho-
rizonte se intuye un grupo de jinetes, o más bien
el polvo que levantan; todo el trayecto de ese
grupo, desde la informalidad fotográfica que pro-
voca su lejanía hasta su llegada, no es eludido si-
no enfocado en una sóla toma; tamaña intrusión
temporal hubiese sido eliminada en otro caso, pe-
ro aquí se sacrifica al dinamismo del relato para
ganar en pánico pre-tanático justificado, ya que,
en efecto, esos jinetes traen una violencia que
transformará el escenario: cuando se marchan
-después de humillar a Stewart, matar sus mu-
las y quemar los carros- el encuadre claudica -mirada espectatorial que también está reco- Figura B
a una cortina' ocre enturbiada por humo negro, rriéndolo unos pasos por delante: pero el eje no
restos de un paisaje monócromo que ha estalla- puede ser transitado por el objeto de la represen-
do en llamas y muerte; éstos son los intereses que tación y por el propio discurso a la vez, ya que
el tiempo re al cobra cuando es convocado por tal acto evidencia el trabajo de escritura que de-
cualquier discurso narrativol4. be taparse; de hecho, cuando ambos van a cho-
El segundo momento mostrado sin precau- car, uno debe apartarse claudicando ante la pul-
ción elíptica es directa consecuencia del anterior: sión violenta del otro, reflejada en ese rostro que
Lockhart se encuentra con Dave (responsable de -como la propia representación- ha optado por
lo ocurrido en las colinas) en el pueblo; se dirige quitarse la máscara durante un fugaz instante. Sin
hacia él, lo arranca del caballo sin mediar pala- embargo, sobre tal discurso masquérico siempre
bra y le propina una brutal paliza, tan arrebatado existió una grieta obstruída que se resistía a su
por su rostro que continúa la pelea con Vic, cu- simbolización estética, exacta a esa cicatriz bur-
ya única intención era separarlos. Lo que nos damente suturada sobre un fondo neutro que atra-
interesa es que la cámara ha enfocado todo el viesa la pantalla durante los genéricos de este úl-
recorrido, largo y mudo, de Lockhart desde el timo film. @

(13) BURCH, N.: Praxis del


cine (Fundamentos, Ma-
dri d, 1985), pp. 15-18.

(14) Idéntico recurso, pe-


ro llevado a su extremo, or-
ganiza un prolongado cua-
dro de LAWRENCE OF ARABIA
(Davi d lean, 1962), con el
mismo resu ltado: t ransmu-
t ación fotográfico-tempo-
ral en muerte.
VERTIGO
Anthony Mann

EL BESO DE LA ESPUELA
[1953]
50
V

Dany Arias

Tierra, rocas y un pedazo de cielo. Decía André ley, e n la última secuencia del film . Incluso un
Bazin que su cámara panorámica respiraba. Mann mismo escenario pasará de ser un idílico refug io
ab re COLORADO JIM mirando las montañas neva- a feroz agujero, por obra de la telúrica mirada de
das, y lo cierra de igual manera. Como W alsh o Mann, en uno de los momentos más asombrosos
Peckinpah, que tambié n miraron, exhalaron un de COLORADO JIM. La c ueva húmeda y oscura,
último aliento que escapó hacia las altas sierras. "home, sweet home" o pastori l albergue a Ja ame-
Una vez más, la naturaleza toma a uténtico pro- ricana, revienta descubriéndose un escondrijo de
tagonismo en el western de Mann. Si el cine sue- alimañas desbordadas por su apete ncia de muer-
co absorvió el pote ncial dramático que ímplici- te. Sólo aquella cabaña que escondía a Dock To-
tamente ofrecían aquellos primitivos westerns de bin y su grupo, nos devolverá ese característico
la Triangle, con Anthony Mann los espacios abier- color a muerte.
tos del género recuperan, o incluso descubren, su Las montañas nevadas hacia las que cabalga
papel primordial dentro del drama. La naturale- James Stewart al comie nzo del film , marcan el
za puede ser un elemento hostil, como en el "ro- itinerario físico y moral que habrá de recorrer uno
coso" enfrentamiento inicial, pero tambié n im- de los más contradictorios personajes mannianos.
peturbable juez, jurado y verdugo que impone su Lacónico como los anti-héroes de Randolph Scott,

En esta página y la si-


guiente: tres fotogr a mas
de (OLORAOO )IM (THE NAKED
SPUR, 1952)
VERTIGO
Anthony Mann

desencantado y e ndurecido, Stewart es indivi-


dual ista obstinado, que ofrece fragilidad y vio-
lencia latente a punto de reventar, dosificadas con
maestría por Mann. Cazador de recompensas pe-
nitente, el vengador de COLORADO J1M roza la es-
quizafrenia rnás desenfrenada. Aquí no hay her-
mano parricida sobre el que poder justificar el an-
sia de venganza. Es el pasado de un hombre con-
fiado lo que Je ha hecho perder su puesto dentro
de la sociedad . Sobre él focalizará una tan refi-
nada como malsana y ten'ible venganza. Sobre si
mismo. La paradoja se redondea con esa rein -
serción al seno de la comunidad, para cuya con- 51
secución el cazador de recompensas es capaz de
convertirse en alguien no muy diferenciado de su
V
" maligno" alter ego. Robert Ryan es el cancera-
so "doble" a estirpar, cinco mil dólares que ca-
minan hacia la horca, "outlaw" metido a filóso-
fo-predicador, "Escoger una u o tra muerte qué
más dá; escoger una u otra vida es lo difícil".
Con penniso de Lee J . Cobb, Ryan crea uno de plandeciente Janet Leigh, en curvilíneo desafío
los más fascinantes "malos" que ha recorrido los al más montañoso de los paisajes mannianos. La
westerns de Mann. En mi opinión, una galería de tenaz cacería entre viejos compinches. Ryan tam-
"badmen" que no alcanza ni la dimensión trági- bié n sabrá ser amargo perro de presa, en el vio-
ca, ni el poder de atracción de los falsamente vi- le nto crepúsculo de los "wild bunch".
llanos de Bud Boetticher. Pero COLORADO JrM Que Ja puerta del diablo abierta por Mann, fa-
también habla de rososas amistades agrietadas. voreció la entrada de una freséa y mucho más re-
El deber moral hacia el ba ndido mue rto, alta- al ista actitud hacia el tema del indio, lo prueban
me nte recompensado con las friegas de una res- las posteriores (y sulfurantes) incursiones de Da-
ves, Aldrich, Wellman o Fuller. COLORADO JIM
aumenta la lista con un a sutil e intensísima re-
flexión. Vengadores del deshonor cometido so-
bre una de sus mujeres (los tiempos están cam-
biando), la partida de indios es aniquilada en una
emboscada. Lejos de la folklórica aparición de
WINCHESTER 73 (1950), el enfrentamiento de CO-
LORA DO JrM nos traslada sin retórica conferen-
ciante al genocidio sufrido por el pueblo indio,
en un solo plano sostenido, dramático, lúcido, si-
lencioso. "El mejor ejemplo de una buena pelí-
cula sería aquella que se comprendiera comple-
tamente si se cortase la banda sonora y si sólo se
mirasen las imágenes, pues ésto es el cinemató-
grafo" (Cahiers du Cinéma, n12 69). La confesión
de Mann vibra en la agresiva panorámica que va
de la montaña nevada a la espuela que "aguijo-
nea" al cazador de recompensas. Cuando se in-
corpora y monta a caballo ante la mirada del res-
to del grupo, en un momento peckinpahiano que
Holden inmortalizaría años después. La Cáma-
ra que se mueve golpeada por las miradas que se
buscan. La espalda de Stewart en siniestra reve-
lación (del recluso Jannings, a los sicarios Tra-
volta y Samuel L. Jackson enviados por Taranti-
no) . La tierra redentora que engulle al forajido,
muerto después de un beso frío, letal, como los
ejecutados por los labios de damas que parecen
fulanas, o fulanas que parecen damas, y que tan-
tas veces saboreó Ryan en la negrura de género
ídem. Una tierra que también "sepulta" al caza-
dor psicótico . Y un pedazo de cielo. De nuevo
sobre otro horizonte lejano. @
r VERTIGO
Anthony Mann

52
EL CREPÚSCULO DEL WESTERN CLÁSICO
V
José Luis Castro de Paz

Con la proverbial intuición crítica que siempre lo bios experimentados por el modelo nanativo clá-
caracterizó, André Bazin señalaba en su "Evolu- sico y la propia audiencia norteamericana des-
ción del western" que Anthony Mann debía ser pués de la Segunda Guerra Mundial. Si el con-
considerado, en relación con dicho género, el junto del modelo comienza a verse afectado
más "clásico de los jovenes realizadores no11e- - presionado además, exteriormente, por un ele-
lescos". En efecto, si todo el western de los 50, vado cúmulo de fac tores históricos que contri -
progresivamente complejizado formal y temáti- buirán a su caída3- de un progresivo enturbia-
camente, podía a duras penas inscribirse en una miento de su transparencia enunciativa y lineali-
supuesta y heterogénea categoría --que el pro- dad y causalidad narrativas, el western, único gé-
pio Bazin denominó Superwestern-, es Mann nero americano con un claro referente histórico,
quien - gracias a "su naturalidad en el manejo da muestras palpables del surgimiento de una
de un lirismo directo y discreto y sobre todo su conciencia americana que, sacudida por los acon- EL HOMBRE DEL OESTE (MAN OF
infalible seguridad para unir al hombre con fa tecimientos, reflexiona críticamente sobre algu- THE WEST, 19581
nawraleza, ese sentido del aire libre que es en él
como el alma misma del western" - logra en-
contrar de nuevo la grandeza perdida de las pri-
mitivas películas del oeste, ejemplificadas a la
perfección en la producción de The Triangle. Una
grandeza hallada sin embargo -advierte Bazin-
(1) Esta y las citas anterio-
res, BAZIN, ANDRE: "La evo-
no ya en la escala del héroe mitológico (del tipo
lución del western". En Broncho Billy o Tom Mix) sino en la del nove-
¿Qué es el cine?. Madrid,
Rialp, 1990.
lesco1. Intentaremos profundizar en tales consi-
deraciones - a la luz, lógicamente, de la pers-
(2) SANCHEZ-BIOSCA, VI-
CENTE: " l a muerte del mi-
pectiva que cuarenta años de distancia con sus
to". En W.AA.: Al oeste. escritos puede aportamos- partiendo de un film,
Oviedo, Fundación munici- MAN OF THE WEST ( 1958) decisivo para comprender
pal de Cultura, 1990, págs.
173-182. Ja evolución del género a lo largo de la década,
(3) Una aproximación a los
tanto por lo que supone de resumen de la mis-
f ilms de la década de los 50 ma --e incluso de la obra de Mann- como de
no podrá pasar por alto los ineludible anuncio de lo que ha dado en llamar-
profundos cambios en la in-
dustria cinematográfica y se, genéricamente, western crepuscular, que se
en su audiencia, así como
la nueva situación interna-
desarrollaría en el siguiente decenio.
cional después de 1945 y el Como es sabido, el western va a sufrir en los
protagonismo norteameri- años 50 una profunda transformación de las ca-
cano en la misma. La caza
de brujas, l a resolución an- racterísticas formales y semánticas que lo habí-
trtrust y el boom televisivo,
entre otros factores que se
an configurado en su periodo clásico, funcionan-
precipitan tras el conflicto do éstas como baluartes de un género que, en su
bélico, habrán de resultar
demasiados problemas uni-
extrema codificación, ha podido ser analizado en
dos con los que enfrentar- directa relación con el discurso mítico, depurado
se y sus efectos se revela- de toda psicología2 . Sin embargo - y como su-
rán devastadores tanto pa-
ra la industria del cine co- cede con el conj unto de la Institución hollywo-
mo para el modo de re- odiense- las raíces de la creciente ambigüedad
presentación gestado en el
interior de l a misma. del western deben buscarse en los profundos cam-
V ERT I G O
Anthony M ann

nos valores antes considerados inmutables. ternational interdependence that at best seemed
No resulta difícil comprobar, por una parte, involuntary, and at worst, a defeat"5.
como un muy alto porcentaje de los westerns más Tan aislado, cruel, inhumano y violento co-
reputados son realizados después del conflicto mo su antagonista - al que se halla, como vere-
bélico. De MY DARLING CLEMENTINE (1946, John mos, directamente emparentado, incluso fami-
Ford) a EL DORADO (1967, Howard Hawks), de liarmente- su poder mítico no ha desaparecido,
THE SEARCHERS (1956, John Ford) O MAN OF THE pero se enturbía hasta tal punto que señala el im-
WEST (1958) a THE PROFESSIONALS (1966), los posible retomo a una visión gozosa y ahistórica
veinte años que siguen a 1945 confieren a los más de la fundación de la comunidad, abriendo otra,
relevantes textos del género una opacidad sig- mucho más pesimista, en la que prevalece la con-
nificante esencialmente contradictoria con la sim- ciencia de un pasado real y doloroso, donde la
plicidad del relato épico, heroico.fundador, del muerte fue algo más que un avatar, necesario, del
oeste clásico. Así, si en gran parte de los casos
53
EL HOMBRE OEL Ü ESTE [MAN OF
los argumentos abandonan la indeterminación
temporal y se pueden fechar en periodos concre-
THE WEST, 1958] V
tos de la historia de los Estados Unidos, el héroe
del western pierde también su intemporal juven-
tud mítica. Tiene pasado y sus huellas, también
físicas, no podrán dejar de manifestarse. Su vida
anterior - previa al inicio del film, sumergida en
ese tiempo magmático y caótico del mito consti-
tuido para el espectador por el inmenso corpus
de títulos del género primitivo- y los traumas y
desequilibrios psíquicos resultantes de ella cons-
tituyen el auténtico enigma narrativo, del que tal
o cual conflicto no es más que el elemento de-
sencadenante. La serie de westerns de Mann pro-
tagonizados por James Stewart (WINCHESTER 73,
BEND OF THE RIVER, THE NAKED SPUR, THE FAR
COUNTRY y THE MAN FRON LARAMIE) presen-
tan, en este sentido, una marcada afinidad temá-
tica, tanto por las evidentes vinculaciones de sus
sólidos guiones como, sobre todo, por un traba-
jo de puesta en escena que, más allá del repeti-
do tópico de la relación dramática hombre-pai-
saje, sitúa al héroe - y al western como género-
ante una reflexión sobre sus propios registros se- trayecto inaugural.
mánticos y sus mecanismos espectaculares. MAN OF THE WEsT es, quizá, el mejor expo-
Pero Mann, como le ocurrirá a muchos otros nente de tales contradicciones, encamadas en el
cineastas formados en el modelo clásico, no aca- más acabado ejemplo de lo que ha dado en lla-
bará de traspasar ---como sí harán decididamen- marse el héroe manniano, un antiguo forajido so-
te los films del periodo posterior- los límites del cialmente rehabilitado pero forzado a enfrentar-
mito, reinterpretándolo en el extremo mismo de se con reprimidas pulsiones deseantes, antaño
sus posibilidades y manifestando, finalmente, su incontroladas y que su sociabilización no ha he-
inevitable muerte. Existe aquí, como ha señala- cho más que oc ultar. Los títulos de crédito son
do Robert B. Ray, una decisiva "discrepancy significativos en este sentido. Aparentemente muy
between intent and effect" 4 . Así, por ejemplo, similares a tantos otros del género -un gran pla-
aun si una primera lectura permite vincular al Jeff no general semidesértico por el que, al fondo, ca-
Webster (James Stewart) de THE FAR COUNTRY balga el solitario personaje- , ofrecen, sin em-
-o al Link Jones (Gary Cooper) del film que en- bargo, puntuales elementos discordantes. Tras
seguida ha de ocuparnos- con el mito del ou- corte directo Link Jones entra en campo por la
tlaw hero que acaba por actuar en beneficio de la derecha, sobre su caballo, y se detiene (plano
comunidad, reconociendo su responsabilidad so- de conjunto). Se mueve con dificultad y mira en
cial, la paradoja reside en que tales actitudes son varias direcciones. Un último gran plano general
únicamente asumidas una vez que las circuns- nos lo muestra alejándose, introduciendose en
tancias - y especialmente el deseo de vengan- profundidad en un paisaje montañoso, hasta per-
za- le fuerzan a ello y por medio, además, de derse casi por completo a nuestra mirada. Sólo
la descarga contra el otro de una violencia feroz, entonces comienza el re la to. Los sucesos que
manifestación física del odio obsesivo, neuróti- han de venir se sitúan, de este modo, atrás, en un
(4)RAY, ROBERT B.: A cer-
tain tendency ofthe Holly- co, que, como cicatriz del pasado, lo atormenta. tiempo y un territorio previos a su estable situa-
wood Cinem a, 1930-1980. No resulta aventurado relacionarlo entonces, co- ción actual y a los que el destino, como en la tra-
New Jersey, Princeton Uni-
versity Press, 1985, págs. mo hace Ray, con "the postwar audience' sima- gedia clásica (tan reiteradamente citada en rela-
153 y ssgs. ge of America itself.forced by the terrible losses ción a los westerns de Mann, incluso por él mis-
(5) lbidem, pág. 173. at Pearl Harbor into an acknowledgment of in- mo), Je obliga a retroceder. La abstracción má-
VERTIGO
Anthony Mann

xima de tales estructuras diferencia MAN OF THE plazándose, autónoma, en trávelling lateral, en-
WEST, sin embargo, de otros textos del cineasta. vuelve al personaje mientras se encamina hacia
Aquí, de hecho, no es sólo que en el pasado se la puerta. Solitario, crispado, pertenece a ese lu-
hallen -como en WINCHESTER 73 o THE MAN gar, y la puesta en escena sugiere su vuelta como
FROM LARAMIE- las causas de las obsesiones que un retorno a los infiernos, pero también a sus pro-
le atormentan, sino que se le enfrenta directa- pias pesadillas.
mente a él en una suerte de extrañeza temporal, La larga secuencia en el interior de la cabaña
de retorno, que nos coloca ante una incierta im- -un retomo al pasado en su sentido más literal-
presión de lo fantástico. está trabajada, como el conjunto del film, en los
límites mismos de lo siniestro. En una oscuridad
casi total, Link encuentra lo que supuestamente
había ya sepultado: un claustrofóbico microcos-
54 mos de locura, vicio y perversión. Coaley, Trout
V y Ponch - los tres secuaces del viejo Tobin-
son seres transtomados, deficientes, como mar-
cados por una herida incestuosa, autorreproduci-
da. Pero lo familiar que regresa como extraño, el
deseo finalmente cumplido, la sensación absolu-
ta de lo siniestro está todavía por llegar, y su vi-
sión petrifica a Link. En un plano que comienza
en el negro total, su padre, Dock Tobin, surge,
como abriendo un telón, de un espacio indeter-
minado, que nunca veremos, el lugar irrepresen-
table de los gemidos ahogados y los sacrificios,
de las pulsiones primarias: el lugar de la muer-
te. Desde ahí -y aunque a ese plano medio de
Tobin (excelente Lee J. Cobb encarnando a ese
mounstruo shakespeariano, anacrónico, enlo-
quecido, contraplacado en negativo del protago-
nista) responde otro de un Link desencajado- la
enunciación descargará buena parte de la tras-
cendencia simbólica del fragmento en un medi-
do trabajo de montaje en el interior del plano, ex-
trayendo el máximo partido significante de la ges-
tualidad y los movimientos de los actores. Es
Tobin, al encender un candil, quien ilumina el
rostro de su hijo (en Primer Plano, contracampo):
le deja ver, pero lo que pone ante sus ojos es tan-
to su culpa como su deseo, su escisión esencial.
La cámara, en travelling de retroceso, sigue los
pasos del viejo, que rememora las sanguinarias
hazañas que juntos llevaron a cabo. Link per-
El HOMBRE DEL Ü ESTE [MAN OF Encargado de contratar a una maestra para manece estático, al fondo, en una composición
TH E WEST, 1958]
Good Hope, el pueblo donde ahora vive como en profundidad de campo -recurso esencial en
respetable ciudadano, Link Jones, tras ser asal- el film y en general en el cine del director, fuer-
tado por una banda de forajidos el tren donde temente influido por Welles- que ofrece, a la
viajaba, se ve obligado a caminar, junto a otros vez y en el mismo plano, el espectáculo del pa-
dos pasajeros --el jugador tramposo Sam Beas- sado y las reacciones del héroe.
ley y la cantante ' de mala vida' Billie Ellis-, en Situado ante una insoportable puesta en es-
busca de refugio. Tan pronto como abandonan cena de la muerte y la tortura dirigida por To-
los alrededores de la vía ferrea, paisaje y perso- bin --el miembro herido de la banda "rematado"
naje se transforman. El tono cromático se oscu- por uno de sus compañeros, la mujer obligada a
rece a la vez que, desaparecida de golpe una vi- exhibir su cuerpo ante el grupo, el clima de vio-
sible inadaptación a los signos del progreso - su lencia extrema e irracional que se respira, la vio-
ridículo desconcierto en la estación y en el inte- lación final de la chica- el resto del film se en-
rior del vagón- Link se convierte en el guía, vi- cargará de mostrarnos la curación del protago-
(6) Pero ni siquiera aquí sus
gilante y experto, del pequeño grupo, condu- nista, sólo posible, paradójicamente, haciendo móviles están claros. Más
ciéndolo así hacia una vieja y aislada cabaña, to- desparecer, m atando, a su propiafamifia6. Ha- que proteger al grupo a su
cargo, Lin k necesita recu-
davía en pie, que --como enseguida sabremos- ciendo creer a Tobin que colaborará con él en el perar el dinero, con el que
fue el hogar donde se crió: la guarida de la ban- atraco al banco de la ciudad de Lassoo, Link se su pueblo lo envió a con-
tratar a la maestra, para sal-
da de Dock Tobin, su tío y padre adoptivo. Co- apresta a eliminar uno a uno al grupo que lo une vaguardar su nueva situa-
bijando a Beasley y a la chica en el granero, es él a todo aquello que la civilización- y el mismo ción social. Si no lo en-
cuentra, como él mismo di-
sólo quien, en principio, se aproxima a ella. Un como miembro de ésta- mantiene oculto, prohi- ce, nada le importa lo que
plano general, con la cámara muy alejada des- bido por la ley y la palabra. Matar al padre, en pueda sucederles.
VERTIGO
Anthony Mann

el que, de alguna forma, se reconoce y cuya gran- tende destruir simbólicamente el pasado al que
diosidad admira -el morboso rostro de Link mien- va íntimamente unida y el trauma que la hizo na-
tras Tobin se pelea con uno de los suyos (y que cer" 7.
desencadenará además la violencia desatada del
protagonista contra Coaley, al que, sin embargo, Desprenderse de su semejante, de aquello que,
no es capaz de matar, encargándose Tobin de aún reprimido, late en su inconsciente, no cons-
ello) es inequívoco al respecto- redobla la am- tituye, desde luego, tarea sencilla. Como advier-
bigüedad y la dureza que preside también otros te Le Fur, "fa muerte del doble será tan doloro-
westerns m annianos: sa y difícil como un parto" 8 y sólo entonces po-
drá el protagonista retornar al grupo social del
que fonna parte, pero con la lucidez que otorga El H OMBRE DEL ÜESTE [MAN O F
TH E Wm, 1958]
el conocimiento del horror_ Como en tantos otros
westerns del periodo, el duelo tendrá lugar en los
55
alrededores de una ciudad muerta, fa ntasmal, V
desértica, herencia infernal de un oeste ya desa-
parecido, disecado, presidido por el hedor y la ti-
sicidad de la muerte. A las puertas del banco de
Lassoo, Link matará, primero, a su hermano Clau-
de, el hijo que cuidó del viejo y que, por ello, pu-
do reprocharle su marcha. En un mismo plano,
ambos heridos y separados por el suelo de un
destartalado porche de madera, Link consumará
el fratricidio. Pero la muerte de Tobin --que en
ausencia del protagonista ha violado a Billie, con-
sumando así lo que Link, casado en su otra vida,
no hizo pero deseó- tiene lugar en un solita-
rio, agreste y escarpado paisaj e rocoso, tan del
gusto del cineasta9. La cruel heroicidad de Link
" .. .el odio que desborda el héroe .. .( .. . ) tarde o consistirá, así, en enfrentarse a la figura patética
temprano acaba encamándose en un hombre pre- y grandiosa, inserta en el paisaje como la misma
ciso. casi siempre anteriormente ligado al prota- piedra, de un viejo loco que, dej ándose matar, le
gonista por un profundo afecro o una estrecha re- recrimina aún la pérdida de su espíritu aventure-
lación. Este hombre tiene muchos puntos en co- ro. El caos orig inario, el ' salvaje' oeste, debe de-
mún con él, y a menudo 1111 p asado similar, pero saparecer para que impere la ley, aunque para ello
está más bien del otro lado de eso que la socie- sea necesario recurrir a un último estadio de vio-
dad llama el mal (y que no suele ser más que una lencia, una última ocasión para desencadenar, en
forma muy acentuada del individualismo) : re- aras de la justicia, su pulsión de muerte.
presenta una especie de imagen deformada del Como el western clásico, M AN OF THE W EST
protagonista. Este doble es casi siempre el sím- nos remite todavía a la leyenda mítica de la for-
bolo de un pasado que el protagonista quiere aban- mación de una civilización. Sólo que, signo de
donar, y el odio que éste último siente hacia él se los tiempos, lo hace desde el lugar de la muerte,
convierte en ese momento en una verdadera ob- soportando sobre sí la culpabilidad de una socie-
sesión ... (... ) Matarlo significa eliminar a la 1•ez su dad que ha necesitado recurrir, para erigirse en
pasado y su propia maldad. Destruyendo la par- tal, a todo aquello que repudiará como ajeno una
te oscura de su subconsciente, el protagonista pre- vez que la ley haya logrado imponerse. @

(7) Le Fur, Emmanuelle: "Al


ot ro lado del espejo. Cinco
westerns de Anthony
Mann''. En W.AA.: Op. cit.
tomo 11, págs. 107-111 .

(S)lbidem, pág. 109 .

(9)cf. MORSIANI, ALBERTO:


Anthony Mann . Firenze, 11
Castoro Cinema-La Nuova
Italia, 1986.
VERTI GO
Anthony Mann

EL FIN DE UN IM ERIO CINEMATOGRAFICO


(QUE NO ROMANO)
A n gel Lu is Hueso
56
V
Uno de los grandes problemas que afectan Mann; la singularidad de sus obras cen-
a los estudios histórico-artísticos (se re- tradas en el western y la repercusión que
fieran al mundo de la literatura, a la pin- alcanzaron en los teóricos de este género,
tura o al cine, por citar sólo algunos casos) ha llevado a considerar a este director co-
es la excesiva rigidez y simplicidad a la que mo un hombre del oeste, olvidando su de-
recurren sus críticos e historiadores a la dicación a otros campos de la imagen ani-
hora de intentar una clasificación de los mada.
autores de los mismos. Precisamente nosotros vamos a centrar-
Es bastante frecuente que cuando un di- nos en una obra que en determinados mo-
rector de cine ha dedicado cierta atención mentos ha podido ser considerada como
a un género de películas o ha utilizado de- marginal dentro de su filmografía, no só-
terminadas claves estilísticas en un número lo por determinados rasgos concretos (si-
importante de obras, se le intente clasifi- tuada al final de su vida, realizada en Es-
car en su conjunto de acuerdo con esas pre- paña) sino sobre todo por su integración
misas, olvidando la riqueza que represen- dentro de un género como es el históri-
tan los matices menores que con frecuen- co. Por el contrario, creemos que son estas
cia podemos encontrar en toda obra de características peculiares las que conceden
arte. a LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO una singulari-
Esta circunstancia ha pesado bastante dad que merece que le prestemos un cier-
a la hora de analizar la obra de Anthony ta atención.
Intentando una contextualización de este film de- (1959, William Wyler), ESPARTACO (SPARTA-
bemos referimos, en primer lugar, a Ja situación cus, 1960, Stanley Kubrick), REY DE REYES (KlNG
por la que pasa el cine histórico en esos años (fi- OF KlNGs, 1961, Nicholas Ray) o la obra de Mann
nal de los cincuenta y principio de los sesenta). que estudiamos en este momento.
Hay que resaltar que en este momento el co- Uno de los rasgos más destacados de estos fil-
Josal ismo y la novelación histórica, dos de las mes es la lucha interna que presentan, pues la me-
grandes corrientes que habían alcanzado mayor ra espectacularidad de los grandes decorados y
importancia y, de alguna manera, sustentado el de los temas épicos entra en colisión con los de-
género a lo largo de varias décadas, experimen- seos de incorporar rasgos de mayor penetración
tan una profunda crisis. histórica a la hora de acercarse al pasado, siguiendo
El colosalismo sufrió una trasmutación en la los planteamientos científicos de la época. Lo que
década de los cincuenta al ser utilizado como se intenta en la mayoría de los casos es alcanzar
uno de los vehículos para reafi rmar los n uevos un equilibrio entre ambos elementos, lo cual se-
formatos cinematográficos y resaltar el carácter rá definidor de la fuerza interna de aquellas obras
espectacular de la gran pantalla frente a la tele- construídas con pleno sentido cinematográfico,
visión. si bien no podemos olvidar que la deuda espec-
Quo VADIS (195 1, Mervyn Le Roy) o LA TU- tacular hace que en el recuerdo de los especta-
NICA SAGRADA (THE ROBE, 1953, Henry Koster) dores queden grabadas de forma especial las se-
son iniciadoras de esta nueva concepción de la cuencias en las que la grandiosidad es el fac tor
corriente colosal, teniendo como continuadoras determinante.
obras tan destacables y distintas como BEN-HUR La novelación histórica, por su parte, experi-
VERTIGO
Anthony Mann

menta en este momento una crisis que podemos se en meros motivos iniciales para llegar a cons-
llegar a considerar como intrínseca a esta co- truir una narración.
rriente y que, por ello, es fácil de comprender. La Pero, por otro lado, la estructura novelesca
coexistencia entre los elementos históricos y los también se desliza hacia caminos difíciles de con-
novelados ha revestido siempre una gran com- trolar; el carácter fantástico que está presente
plicación en este tipo de obras (tanto en su ver- en toda novelación va adquiriendo niveles que
tiente cinematográfica como en la literaria), pues llegan a ser preocupantes, de tal manera que las
el predominio de cada uno de ellos tiene como incongruencias y hasta contrasentidos se con-
resultado un tipo de obra muy concreto. vierten en algo totalmente asumido en este tipo
Ha sido muy singular el que la evolución tem- de películas.
poral en ambos campos (literario y fílmico) ha-
ya ido acompañada de una inclinación progresi- Si estas son algunas de las claves genéricas que
debemos tener presentes para poder situar LA CA-
57
va hacia la ficcionalidad, de tal manera que las
obras van siendo cada vez menos históricas y IDA DEL IMPERIO ROMANO, es evidente que tam-
bién tendremos que preguntarnos por su ubica-
V
más novelescas. Esto, que ya lo había vivido la
novela a finales del s. XIX, lo experimenta el ción dentro de la filmografía de Anthony Mann
cine histórico en el momento que estudiamos de y cómo se relaciona con aquellas características
fomm radical; la manifestación más clara de es- más representativas de este director.
ta inflexión es la aparición del llamado peplum A la hora de resaltar elementos singulares a
que alcanza especial singularidad en el cine ita- lo largo de sus películas encontramos dos rasgos
liano. en los que suelen coincidir la mayoría de sus es-
Se trata, por una parte, de la pérdida de con- tudiosos, haciendo abstracción del marco temá-
textura histórica en que se ven inmersos de ma- tico en el que se englobe cada film concreto.
nera inexorable todos los elementos históricos En primer lugar, el paisaje. No se trata de que
del film; personajes, situaciones, elementos am- Mann haga un tipo de cine de inclinación docu-
bientales, referencias aunque sean mínimas al pa- mentalista o en el que se busque el mero prota- l.A CAIDA DEL IMPERIO ROMANO
sado, se van desdibujando y llegan a convertir- gonismo de los elementos ambientales dentro del [1964]
VERTIGO
Anthony Mann

conjunto de la obra; por el contrario, su aproxi- xión más intimista y profunda sobre los aconte-
mación al paisaje es, en apariencia, muy senci- cimientos del pasado. Recogiendo claves de la si-
lla, sin realizar subrayados de Ja imagen que pue- tuación que vive esta corriente se hace especial
dan llamar excesivamente la atención del espec- hincapié en aquella grandiosidad que acompaña
tador, pero si nos fijamos con un cierto deteni- a nuestra imagen de la Roma Imperial (el foro,
miento encontramos una carga que une de ma- los grandes desfiles, el Senado, los palacios), pe-
nera inexorable la acción que se nos ofrece con ro a la vez se pretende una aproximación a lo
el entorno concreto que reflejan las imágenes. que podrían suponer estos elementos en una cla-
Este es uno de los grandes logros de muchas ra interpretación historicista (no podemos olvi-
de las pelíulas de Mann (recuérdense los estudios dar la importancia que tienen en este film y en
de Kitses sobre la importancia del paisaje en sus EsPARTACO las secuencias sobre el mundo del Se-
westerns), de tal forma que la historia en sí en- nado).
58 cuentra una de sus plasmaciones más diáfanas en En esta línea de cierta profundización en los
V los elementos concretos que configuran el paisa- elementos históricos es indudable que se pre-
je (rocas, ríos, bosques) que pasan de ser claves tende ofrecer un abanico de personajes, y a la vez
que debemos tener presentes para una interpre- de posturas ideológicas, que intenten reflejar la
tación lo más ajustada. complejidad de un momento como el de finales
Y junto a ello, los personajes. Es indudable del siglo 11 (la película arranca en el año 180); sin
que una parte singular de la filmografía de nues- embargo, esto trae como consecuencia una ex-
tro autor se engloba en el período de los años cesiva proliferación de historias colaterales que
cincuenta, etapa en la que el cine asume muchos distraen en bastantes momentos de lo que sería
de los grandes cambios psico-sociales que se es- el nú cleo fundamental de la obra (el enfrenta-
tán produciendo o divulgando en ese momento. miento entre Livio y Cómodo como reflejo del
Esta situación trae como idealismo frente al opor-
consecuencia lógica el tunismo), testimonio de
que se revisen muchas de Mann nos ofrece en sus las crisis internas que es-
las premisas con que se películas un muestrario taba viviendo la propia
había realizado la inter- sociadad imperial y que
pretación de los perso- de protagonistas cargado le impedía similarse a la
najes cinematográficos de riqueza, en el que cada evolución de los tiem-
en décadas anteriores, pos.
ser refleja vivencias y
buscando sobre todo una Pero, de manera sin-
mayor aproximación a lo tensiones profundamente tomática, en LA CAIDA...
que son las preocupa- humanas aparecen con especial
ciones de la sociedad de relieve una serie de as-
la postguerra mundial. pectos novelados que re-
En esta situación Mann nos ofrece en sus pe- flejan la importancia que en este género están ad-
lículas un muestrario de protagonistas cargado de quiriendo las interpretaciones de este tipo. La vi-
riqueza, en el que cada ser refleja vivencias y ten- sión del duelo final entre ambos protagonsitas en
siones profundamente humanas y, además, no pleno Foro y rodeados de los escudos de la guar-
pueden explicarse nada más que merced a su in- dia imperial, junto a determinadas visiones del
tegración dentro"del conjunto de imágenes que mundo bárbaro y oriental, podrían ser buenos
forma la película. ejemplos de esta inclinación hacia una historia
en la que las aportaciones (e interpretaciones) fic-
Teniendo en cuenta estas coordenadas, génericas cionales adquieren un relieve quizás desmesura-
y personales, es como podemos hacer una breves do.
consideraciones sobre LA CAIDA DEL IMPERIO RO- Ya hemos apuntado en otras ocasiones que en
MANO y su lugar en el conjunto de la obra de Ant- esta profundización en las claves épicas del gé-
hony Mann. nero adquiere una especial importancia la utili-
Uno de los aspectos que más destaca a la ho- zación de determinado tipo de actores que se con-
ra de aproximarse al film es la serie de contra- vierten en punto obligado de referencia para los
dicciones que se constatan en él y que plantean espectadores. Mann deseó contar con Charlton
una serie de problemas a la hora de poder esta- Heston, con el que acababa de realizar EL Cm y
blecer una valoración global del mismo; en gran que tras sus interpretaciones en Los DIEZ MAN-
parte, esta situación contradictoria deriva de la DAMIENTOS y BEN-HUR se había convertido en
mayor o menor fuerza que tienen algunas de las pieza clave del cine histórico-épico del momen-
premisas que hemos establecido anteriormente y to; sin embargo, el actor no estaba dispuesto en
que están presentes en el cojunto del film. El re- ese momento en continuar su relación con el pro-
sultado final es una obra cargada de desacuerdos ductor Samuel Bronston, aunque volvió a traba-
internos que obligan, como es natural, a una re- jar más tarde para él en 55 DIAS EN PEKIN, por lo
flexión sobre cada uno de ellos. que fue sustituído por Stephen Boyd.
Ciñéndonos a los aspectos genéricos, es evi- Y aquí surge otro de los desajustes del film.
dente que la película se debate entre ese deseo Junto a actores que responden bien a las claves
épico de las grandes obras históricas y la refle- de sus personajes, como es el caso de Alee Gui-
VERTIGO
Anthony M ann

EL Cio (1961]

59

·~
~~\llffiLBRthi1U~ ,.......lTu
~ .~~
l'IL\RLTO\ SOPlll~
llESTONandLOllliN /
ll~el lfCMOW
\ ~
CQ' 1'
'

ness en el papel de Marco Aurelio o James Ma- La singularidad de este momento del film que-
son en el de Timónides, nos encontramos con dos da más de manifiesto si lo comparamos con la ba-
protagonistas que demuestran a lo largo de la talla en la guerra de Oriente que se produce en la
obra sus limitaciones interpretativas; es el caso segunda parte de la película; la rigidez, falta de
del citado Stephen Boyd y de Christopher Plu- recursos internos, excesiva simplicidad hace que
mer. Ambos se encontraban en aquellos años pa- todo el conjunto nos de la impresión de algo ru-
sando por un momento de éxito, pero es indu- dimentario y sin fuerza.
dable que colocados ante personajes cargados de Por último, el estudio de personajes que nos
fuerza, y que además eran los ejes sobre los que ofrece el director en LA CAIDA ... se englobabas-
gravitaba gran parte de la acción, sus recursos in- tante bien en lo que habían sido muchas de las lí-
terpretativos se presentaban como muy peque- neas que había desarrollado anteriormente. Po-
ños. Esto hace que algunas de las situaciones dra- dríamos acusarle de un exceso de cerebralismo a
máticas del film se queden muy disminuídas de la hora de plantear el pape l que desempeña ca-
lo que podrían da uno de Jos protagonistas en el conjunto de la
Refiriéndonos a las claves propias de la fil- crisis del Imperio, lo que trae como consecuen-
mografía de Mann creemos que hay que destacar cia negativa una cierta falta de credibilidad en al-
de manera especial la importancia que adquiere gunos momentos (discusiones del Senado o par-
el paisaje en determinados momentos de este film lamentos entre Livio y Lucilla), a lo que se une
(y que ha sido resaltada por todos los críticos el esquematismo y la forma de integrar algunos
que se han acercado a él). Se ha subrrayado Ja personajes secundarios dentro de la totalidad de
fuerza expositiva que tiene toda la primera par- la acción, lo que redund a en un demérito g lo-
te de la obra, aquella que trascurre en el limes del bal.
Imperio, donde Marco Aurelio está intentando Pero junto a ello es indudable que Mann ha
llevar adelante sus deseos de integraciín entre los querido construir una historia en la que el pro-
pueblos. tagonismo está impulsado por una participación
La importancia del paisaje (la sierra del Gua- decisiva de Marco Aurelio, tanto en su vida real
darrama filmada con un sentido verdaderamente como con la repercusión después de su muerte.
sorprendente) adquiere un esencial protagonis- Y aquí se establece el nexo de unión con esos per-
mo al producirse la batalla en la que Livio y Có- sonajes duro s, movidos por un a idea decisiva
modo buscan el contacto con los bárbaros; es pero a la vez cargados de contradicciones que ha-
importante tener en cuenta que son elementos bían sido el hilo conductor de obras fundamen-
fundamentales en esta secuencia su planificación tales de su filmografía.
global, el uso del tiempo para crear una tensión Todas estas reflexiones nos sirven para poner
y la alternancia del montaje en algunos momen- de manifiesto, una vez más, Ja importancia de una
tos, con todo lo cual no se nos presenta una me- obra como LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO que
ra batalla en abstracto sino una confrontación en con su peculi aridad histórica se integra plena-
" un aquí y un ahora" (el bosque) que adquiere mente en Ja producción de un hombre como Ant-
fuerza indudable. hony Mann. @
VERTIGO
Entrada Libre

MANDY con perspectiva*


Annette Kuhn 1

60
V El lenguaje nos reúne, nos separa, hace posible la creación de re-
latos sobre el pasado, hace posible que pensemos el futuro.
Una niña sorda de nacimiento dice sus primeras palabras con
siete años, tras una larga batalla para comprender qué es el len-
guaje, para qué sirve: primero llama a su madre ('Mami') después
dice su propio nombre ('Mandy').
Mandy es el personaje de un filme, la figura central de un dra-
ma familiar2. Los padres de Mandy no están de acuerdo acerca
de la educación de su hija: el padre prefiere que la niña se que-
de en casa, la madre que vaya a una escuela especial. El con-
flicto parece que va a separar a la pareja, cuando la madre lleva
a Mandy a una escuela para sordos y esta inicia su propia lucha
para comunicarse y aprender a vivir con otras personas que no
sean de su familia. Diversos obstáculos van convenciendo al pa-
dre de Mandy que el t enía razón desde e l principio y que Mandy
debería quedarse en casa. Al final, sin embargo, cuando Mandy
dice su nombre, queda recompensada la arriesgada iniciativa
de la madre, así como se soluciona el desacuerdo familiar.

Es 1952: la historia de Mandy se proyecta en un Al ver sus lágrimas, al ver cuánto le ha afec-
cine de la parte Oeste de Londres y quien la ve tado Mandy, ¿no intentó Ja madre de la niña
es una niña, más o menos de la misma edad que de la audiencia sino tranquilizar a su hija di-
Mandy, que ha ido al cine con su madre para ver ciéndole: ' Es sólo una película'?. Pero incluso
esa película de la que todo el mundo habl a. La aunque la niña lo entiendie así, lo cierto es que
niña sólo se interesa por Mandy: se le encoge el se ha emocionado profundamente - ha cambia-
corazón al ver a esa niña sordomuda con cole- do- con la película; principalmente con el mo-
tas, con falda de lana tableada, con bufanda y mento, tan esperado, en el que Mand y dice su
guantes, que podría perfectamente ser ella mis- nombre. Para ella esos sonidos e imágenes y los
* Una versión inicial de es- ma. Quiere desesperadamente que Mandy venza. sentimientos que evocan, van a quedar fuerte-
te artículo se presentó en
Los Angeles en el Annual
Al final de Ja película, Mandy hace un esfuerzo mente grabados en su memoria, retenidos en el
Meeting of th e Society for supremo para decir su nombre completo y de- cajón de los recuerdos como un sueño inevita-
Cinema Studies en Mayo de muestra que ya puede ' oir ', puede entender (' Dé- ble, una visión fuera y más allá de la vida coti-
1991. Agradezco a muchos
amigos y colegas, en espe- janos tu pelota', le grita un niño de entre un gru- diana.
cial a Charlotte Brundson y
a John Caughie, sus conse-
po que juega. Mandy se la ofrece con una sonri- La niña de la audiencia es, por supuesto, una
jos y apoyo. sa. ¿Cómo te llamas? le pregunta el niño) . Con primera versión de la autora de este artículo.
(1) Este artícu lo f ue publi-
un esfuerzo de concentración igualmente inten-
cado por primera vez en so, Ja niña de la audiencia desea que el sonido sal- 1980: Cuando, después de veintiocho años, me
Screen, vol. 33, nº3, Otoño reencontré con MANDY, fue en el contexto de un
1992.
ga de esos silenciosos labios. En su interior di-
ce el nombre por ella , y siente un gran alivio curso dedicado al cine británico que estaba im-
(2) M ANDY, d . Alexa nder
M ackendrick; basado en
cuando al fin Mandy, en tonos planos, consigue partiendo en una universidad de EEUU. Ya un
novel a de Lesli e Norman; pronunciar las dos sílabas. La niña de la audien- par de años antes, me había acordado de la exis-
guión: Jack Whittingham y cia aguanta la respiración, una vez más, un mo- tencia del filme -desde una posición docente-
Nigel Balchin; reparto: Jack
Hawkins (Richard Earle), Te- mento antes de que el niño reaccione (¿enten- sintiendo esa agradable y a la vez inquietante
rence Morgan (Harry Gar-
l and), Phyllis Calvert (Ch·
derá esos extraños sonidos? ¿se empezará abur- impresión de reconocimiento que sentimos cuan-
ristine Garland), Mandy M i· lar?) y llora de alegría cuando Mandy corre al do, después de haber dado muchas vueltas por el
ll er (Mandy Gar land); es-
treno: Julio 1952. Título en
fin tras los otros niños y espontáneamente se po- mundo y cuando piensas que no tienes nada que
EEUU: ( RASH OF SILENCE. ne a jugar con ellos. ver con la persona que una vez fuiste, te cruzas
VERTIGO
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con un antiguo y medio olvidado amante que pa- sados por sombras, o sus cuerpos quedan recor-
sea por el otro lado de la calle. ¿Debería uno sa- tados en silueta delante de un fondo iluminado.
ludar, o simplemente dejarlo marchar como par- Y es en estos primeros momentos del filme cuan-
te del pasado?. do aparece un plano que se va a convertir en el
De hecho todavía no me había atrevido a ver leifmotiv para sugerir la incapacidad de Mandy
la película otra vez. ¿Podría soportar el muy pro- para oir: un plano de la cabeza de la protagonis-
bable desengaño con un objeto tan emocional- ta vista desde atrás.
mente cargado y tan fresco en mi memoria? o ¿se- Otras partes de MANDY, sin embargo, sí que
ría más sabio dejar intactos mis recuerdos de in- retienen algunas de las características del rea-
fancia?. Al final, la curiosidad me venció y acep- lismo naturalista más familiarmente asociado a
té la oportunidad que me ofrecía el curso. Lo que las películas de Eal ing4 , especialmente en las
ocurrió, a pesar del hecho de ver la película en escenas que tratan el tema de la educación para
un contexto cultural diferente y en un ambiente sordos, algunas de las cuales tienen casi un to-
61
universitario y profesional bastante exigente
- un contexto que requería más un tipo de res-
no documental (en realidad partes de la película
fueron rodadas en una escuela para sordos). Aún
V
puesta intelectual que afectiva- es que pude de- así, ciertas características, incluso de la escue-
fender en aquel momento la forma en que había la-especialmente los tenebrosos pasillos y el ló-
visto la película de niña. brego vestíbulo estilo gótico victoriano- nos ha-
Al mismo tiempo, MANDY encajó bien en el cen pensar en aquellos espacios más asociados
método estructuralista/semiótico empleado en el con los momentos melodramáticos del fil me.
curso, método que demostró ser productivo tan- Aquí, y también en los momentos en que las cri-
to a nivel pedagógico como analítico. De entre sis de Mandy irrumpen en el discurso documen-
las conclusiones más significativas podemos des- tal, las cualidades melodramáticas del filme lle-
tacar, por ejemplo, la observación de que, en con- gan a impregnar su realismo social, mientras que
tra de la idea comunmente aceptada de que las esto no ocurre a la inversa.
producciones de Ealing 3 se caracterizan por un Características formales del texto asociadas
estilo discreto, alg unas partes de MANDY están por un lado a lo melodramático y por otro a lo re-
marcadas por un extraordinario grado de expre- alista, así como la tensión entre ambos, conduje-
sividad a nivel tanto de sonido como de imagen: ron a que durante el curso se produjera cierta lec-
iluminación con sombras, fuertes angulaciones tura sintomática del filme. Porque a un nivel tan-
de cámara, primerísimos planos distorsionados, to de narración como de puesta en escena ,el mun-
profundidad de foco, movimientos de cámara do familiar en MANDY aparece construído como
narrativamente inmotivados, distorsiones - in- represor y asfixiante, a la vez que el tema de la
cluso momentos de ausencia- de sonido die- comunicación y su carencia habita el espacio vi-
gético. sual y auditivo del filme a varios niveles. De he-
Las primeras escenas de la película, por ejem- cho, quizás de un modo no demasiado evidente,
plo, en las que se cuenta como Harry y Christine MANDY anuncia los melodramas familiares, me-
Garland descubren la sordera de su hija, se ca- jor conocidos en la actualidad, que iban a apa-
racterizan por una puesta en escena ' transtor- recer en Hollywood a lo largo de los 50.
nada' que parece expresar la angustia de los pa- En un curso como aquel, una lectura sinto-
dres. Los rostros de los Garlando están atrave- mática de MANDY evidentemente nos ofreció gra-

Todos los foto gra mas re-


producidos en este artícu-
lo corresponden al film
M ANOY [1952], dirigida por
Alexander Mackendrick

(3) Los estudios de cine Ea-


li ng de Londres -fueron
construidos a principios de
los años 30. A partir de
1938 Michael Balean, su di-
rector, creó en estos estu-
dios un cierto tipo de pe-
lícula británica de calidad,
en la que se alternaban psi-
cología, humor, realismo y
discreto nacionalismo. (vé-
ase Diccionario del Cine;
Rialp, Madrid, 1992}. (N.T.}.

(4) Para una visión crítica e


histórica de Ealing, véase,
por ejemplo, el libro de
Charles Barr Ealing Studios
(Londres: Cameron y Tay-
leur, 1977).
VERTIGO
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tas recompensas. Pero el método de análisis ci- esta omisión, dado que el filme, de forma sufi-
nematográfico que genera dicha lectura-uno di- cientemente explícita - pensemos en el título--
rigido principalmente a un análisis textual siste- es ' acerca' de Mandy. Y sin embargo, también
mático-- hizo bastante más difícil a la clase plan- es cierto que la exclusión de la historia de Mandy
tearse temas más extensos, temas que surgen ine- e n el curso, me permitió, como profesora, prote-
vitablemente cuando tratamos con una cinema- ger mis recuerdos de infancia - recuerdos que,
tografía nacional, como son las relaciones inter- de hecho, había construído simplemente como:
textuales, el contexto de producción y la recep- la historia de Mandy. Pues el resto de la pelíc u-
ción de un filme. Si bien puede llegar a enten- la- el conflicto entre Harry y Christine, la his-
derse que en un curso en los EEUU los asisten- toria secundaria entre Searle y Christine- sólo
tes se centren más en los aspectos que MANDY la percibí siendo ya una espectadora adulta. Así
62

comparte con Hollywood, que en aquellos que es que mis recuerdos de la historia de Mandy no
definirían 'lo británico'. e incluso esto puede lle- sólo habían permanecido intensos en mi memo-
gar a resultar beneficioso, una casi exclusiva aten- ria, sino q ue además habían adoptado la forma
ción a las operaciones internas del texto fílmico de imágenes y sonidos muy concre tos -preci-
provocó la exclusión de otros temas que hubie- samente aquellos asociados con los momentos de
sen sido dignos de explorar. crisis de Mandy-. Todos estas imágenes y so-
Es más, este tipo de omisiones se producen a nidos que yo recordaba estaban, y aún lo están,
un nivel mucho más amplio. Cuestiones que tra- muy cargados de emociones en mi memoria .
ten el tema de la emoción que acompaña a las re-
acciones del espectador frente a las películas Es mediados de los 80: Annette está en un bar de
-en especial en el caso del melodrama- están vinos en el Soho con una amiga, que es también
prácticamente fuera de toda consideración en la una teórica del cine. De algún modo el tema de
crítica que se centra en el texto. E incluso teorí- MANDY entra en la conversación y las dos m u-
as que tratan el tema de la recepción no pare- jeres se ponen a hablar durante un rato sobre la
cen resolver este asunto mucho mejor. película, de ese modo en que hablan las perso-
Resulta, entonces, significativo que una lec- nas a las que les gusta el cine y a las que les di-
tura de MANDY, que destaca las cualidades del fil- vierte intercambiar ideas sobre las películas. De
me como melodrama5 , al dirigir su atención so- pronto, Annerte se pone a llorar. (5) Acerca de los melodra-
bre el significado de las relaciones entre los Gar- A pesar de la complicidad de las risas, el mo- mas familia res de Holly-
wood y la noción de 'ex-
land, y sobre el lugar que ocupa el personaje de mento fue triste. La verdad es que fue un mo- ceso', véase Geoffrey No-
Mandy dentro de ese marco de relaciones fami- well-Smith, 'Minelli and Me-
mento extraño. Las lágrimas aparecieron, espon- lodrama' y Laura M u lvey,
liares, reste importancia al significado de la pro- tánea e insistentemente, desde alguna parte de ' Notes on Sírk and Melo-
pia historia de Mandy - su búsqueda para salir Annette que defi n itivamente no era la Annette drama' en Christine Gled-
híll (ed.), Home is Where
de su aislamiento y comunicarse con otros- . Es- profesora de cine, ni siquiera la Annette cinéfila. the Heart Is (Londres: BFI
ta lectura no es capaz de percibir, precisame nte La conversación entre dos personas adultas ha- publishíng, 1987), p. 70-79.
Sobre melodrama y emo-
porque no es eso lo que está buscando, la lucha bía sido interrumpida por algo inapropiado y 'de ción, véase St eve Neale,
de la propia Mandy para oir, h ablar y entrar en otro' - una inquietante reacción infantil que 'Melodrama and Tears' en
Screen, vol. 27, nº. 6 (1988)
sociedad. A primera vista es díficil comprender resultaba difícil de ignorar. La pequeña Annet- p. 6-22.
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te había finalmente conseguido imponerse a la cos han sido cautos, y a menudo con razón, a la
Annette adulta, exigiendo la consideración de al- hora de intentar incluir esta dimensión en sus
gunos temas complejos. propuestas. Porque esta es a menudo utilizada
¿Qué puede hacer un teórico del cine con una como el as que se esconde uno en Ja manga, co-
reacción infantil ante una película?, ¿debe este ti- mo la baza definitiva para demostrar una verdad
po de reacción ser excluída de una conversación personal; impidiendo mayor discusión y mucho
entre adultos, ser excluída de una conversación menos cualquier tipo de análisis. A pesar de to-
intelectual o analítica?. ¿En qué se diferencia re- do, la experiencia es una fuente cotidiana y fun-
almente una reacción infantil de una reacción damental de conocimiento que estructura la vida
adulta?, ¿son estas irreconciliables? o, por el con- de las personas de forma importante. Por tanto,
trario, ¿pueden reunirse en un esfuerzo por com- del mismo modo en que sé perfectamente que

63
V

prender el modo en el que el cine aborda nues- la misma idea de experiencia no es más que una
tras emociones y fantasías?. ¿La reacción naife, ficción y un señuelo, parte de mí también ' sabe'
espontánea, cotidiana, puede ofrecer algo al pro- que mi experiencia - mis recuerdos, mis senti-
fesional, al intelectual, al docente?. mientos- son importantes porque son los que
Estos son temas molestos para un teórico del me hacen ser como soy, los que me hacen dife-
cine. No sólo traen a colación algunos problemas rente de los demás. ¿Deben ser consignados a un
relativamente familiares -y permanentemente compartimento separado de la parte de mí que
difíciles- en relación a la recepción del cine, si- piensa y analiza? ¿No puede la teoría de la cul-
no que además complican más estas cuestiones tura retomar la idea de experiencia -aunque sea
al añadir dimens iones escurridizas tales como con cierta cautela- en vez de simplemente eli-
los sentimientos y la memoria. ¿Cómo se puede minarla o, peor, relegarla al reino de Ja sensi-
dirigir la teoría del cine hacia las emociones que blería y la nostalgia?
las películas provocan, hacia los modos en que La niña pequeña quiere que se la escuche, y
dichas emociones influyen en los relatos de las los niños hacen las preguntas más difíciles. El
personas sobre el pasado, sobre su propio pasa- adulto no puede pretender dar todas las respuestas
do? Cualquier reacción afectiva con respecto a un correctas, quizás ninguna, a las grandes pregun-
filme -y mucho más si hablamos de un conjun- tas que el niño en su interior plantea insisten-
to de este tipo de reacción- amenaza con eli- temente a la teoría de la cultura y a la teoría del
minar cualquier intento de explicación o intelec- cine. Pero, por lo menos, puede escuchar lo que
tualización: no porque intelectualizar sea de al- este niño tiene que decir. Lo cual, en este caso,
guna forma algo inadecuado para este tipo de re- significa poner bajo la luz analítica la reacción de
acción afectiva, sino porque cada dimensión (me- la niña con respecto a MANDY, aferrarse a esta re-
moria/sentimiento vs. explicación/análisis) pa- acción y utilizar este material en la interpreta-
rece ocupar un registro completamente distinto. ción del filme. Con esto no estamos diciendo que
Las emociones y la memoria arrastran consi- el teórico deba centrarse exclusivamente en las
go otra noción con la cual la teoría del cine - y necesidades del niño en su interior y abandonar
en general la teoría de la cultura- no es capaz su posición analítica, sino que más bien decimos
de trabajar: la experiencia. De hecho, los teóri- que el teórico debe ampliar los límites de su com-
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petencia, agudizar y refinar sus percepciones. der a pronunciar sonidos. Con ayuda extra, pron-
Este giro inmediatamente dirige nuestra aten- to dice su primera palabra: ' Mami'. Y aunque su-
ción hacia la historia de Mandy. Me obliga a mi- fre un retroceso cuando se la llevan de la escue-
rar, de un modo concreto, hacia quién exacta- la; al final vence su problema cuando va a la par-
mente se dirige la historia; me obliga a fijarme de te de atrás de su casa y, tras decir su nombre, se
qué modo la historia habla al niño, tanto en el sen- junta con un grupo de niños que están jugando.
tido literal como al niño que existe en todo adul- Esta interpretación de la historia sigue los
to. También me permite tener en consideración diversos pasos de Mandy en su entrada en el len-
lo referente a los sentimientos y a la memoria en guaje, representado como un movimiento desde
su relación con la manera en que el filme arti- el aislamiento hacia la comunicación y la socia-
cula, y me introduce en, su momento histórico. bilidad; un movimiento desde el núcleo familiar

64
V

Incluso sugiere algunas nuevas formas de ver ci- hacia el mundo. El éxito -quizás de tipo pro-
ne y de hacer teoría cinematográfica. visional- se consigue sólo tras muchos altiba-
La situación problemática de Mandy es cla- jos: y se debe tanto a los esfuerzos de Mandy, co-
ve para la trayectoria narrativa del filme: un mo al de los adultos que la rodean.
-quizás el - problema narrativo fundamental La narración de estos acontecimientos, de to-
que hay que resolver es la sordera de Mandy, dos modos, varía en función de diferentes pun-
descubierta cuando tiene alrededor de dos años. tos de vista, cada uno de ellos asociado con un
A los seis años, Mandy - todavía incapaz de co- grupo concreto de códigos cinematográficos: el
municarse, ni con adultos ni con otros niños- es punto de vista de la familia de Mandy, defi nido
propensa a ataques de rabia violentos. La llevan por códigos 'melodramáticos', un ' discurso do-
a la Escuela para Sordos "Bishop David" donde cumental' que se detiene en el desarrollo y en los
el primer día entabla por primera vez una rela- problemas de aprendizaje que conlleva la sor-
ción con otro niño. En un principio, sin embar- dera; y, finalmente, el discurso de la propia Mandy.
go, no se habitúa a estar interna, se niega a ju- La enunciación de Mandy intenta ' hablar' so-
gar con otros niños, se comporta de forma in- bre la mudez y el aislamiento a través de ciertas
controlable; pero, cuando empieza a ir sólo du- distorsiones en el sonido y en la imagen, repeti-
rante el día empieza a mejorar, empieza a apren- das en momentos fundamentales en su desarro-
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llo y dando información al espectador sobre có- sí misma, separándose, situándose a cierta dis-
mo se siente y por qué se comporta de determi- tancia de esos objetos y del mundo. Pero al mis-
nada manera. mo tiempo, debe intentar encontrar un modo de
Por ejemplo, la narración de la escena en la superar este abismo que se ha creado entre ella y
que Mandy aprende por primera vez qué es el so- el mundo a través de eso mismo que inicialmen-
nido nos lleva a experimentar su angustia, frus- te produjo la aparición de la distancia, el len-
tración y rabia al no comprender lo que la pro- guaje. Mandy debe utilizar el lenguaje para es-
fesora espera de ella. Este tipo de escena está cuchar y hablar con los otros, para comunicar-
compuesta por más de treinta planos, algunos de se.
los cuales, especialmente alrededor de la mitad Las preocupaciones de Mandy son las propias
de la secuencia, durante el intercambio entre de cualquier niño de seis o siete años: estar pre-
Mandy y la profesora, son exageradamente bre- parada para convertirse en un ser social para re-
ves. Esta última parte está compuesta de una se- lacionarse con personas que no sean de su fami-
65
rie de seis planos/contra planos de los dos per- lia, para jugar con otros niños. Uno de los mo- V
sonajes, y estos empiezan cuando el sonido de la mentos más conmovedores de la película es cuan-
voz de la profesora dando ánimos a Mandy de- do vemos por primera vez a Mandy con seis años.
saparece de la banda de sonido y la cámara con Christine dice, mientras vemos en plano general
un travelling se queda en un distorsionado pri- a su hija jugando sola en el patio de atrás de la
merísimo plano de la cara de la niña quien, trans- casa de sus abuelos: "Mandy ha vivido cinco años
tornada y sin comprender, roza con sus labios muy protegida". Corte a un primer plano medio
el globo que la profesora está utilizando para mos- de Mandy mirando a través de un agujero de la
trarle la vibración del sonido. muralla de la casa, que está cubierto con una alam-
El momento de silencio - brada; se pasa entonces a
que viene a ser el punto de un plano, desde el punto
vista auditivo de Mandy- La historia de Mandy, de vista de Mandy, de unos
se rompe, ya que, incapaz niños jugando a lo lejos en
de comprender lo que quie-
entonces, no es el asolado terreno que es-
ren de ella, Mandy se apar- simplemente una serie tá al otro lado de la mura-
ta de la profesora y co- de acontecimientos, lla. Finalmente, volvemos
mienza a gritar y a llorar. a un plano de Mandy que
La breve serie de planos - sino también una mira triste.
que nos recuerdan, por su forma concreta de
organización de sonido e Lleva puestas las mismas
imagen, los momentos an-
narrar esos ropas de invierno que lle-
teriores de frustración de acontecimientos. vará en la escena final del
Mandy- funcionan en es- filme - se supone que un
te momento de la película año después- escena en
como preludio del momento en que Mandy em- la que por fin Mandy abandonará la casa por vo-
pezará a pronunciar sonidos, ya que se repetirá luntad propia para entrar en el mundo de los ni-
el primer plano de Mandy con el globo pero es- ños. Estas dos escenas señalan el principio y el
ta vez con sonido añadido - la voz de Mandy di- final de la historia de Mandy dentro del filme: cin-
ciendo 'b': finalmente Mandy llega a compren- co o seis años de una infancia 'nornrnl' han sido
der qué es el sonido. Este es un momento de con- condensados en su caso en un solo año.
densación, tanto en el sentido estético como en Si Mandy es como cualquier niño de su edad,
el psicoanalítico. también es 'otra' , diferente de los niños 'norma-
La historia de Mandy, entonces, no es sim- les': por eso se nos cuenta su historia. Yo soy co-
plemente una serie de acontecimientos, sino tam- mo Mandy y a la vez no soy como Mandy: por
bién una fo1ma concreta de narrar esos aconteci- querer entenderla como otra, por reconocer su di-
mientos. Aquí debe residir su fuerte atractivo ferencia -a la vez que su similitud- con res-
para la pequeña Annette, ya que mis recuerdos pecto a mí, ¿lo que aprendo a través de su histo-
de infancia del filme están formados principal- ria es a comprender el sufrimiento de otros? Qui-
mente por fragmentos visuales y auditivos de zás esta película, y la reacción de un niño ante
esos mismos momentos de crisis de Mandy. ella, supone un momento de aprendizaje, el mo-
mento de ver a los otros como seres separados de
Si la trayectoria de la historia de Mandy sigue uno mismo, a la vez que como seres que com-
el proceso de la adqu isición del lenguaje por par- parten cosas en común con uno mismo.
te de una niña, aunque - por su minusvalía- una Con tanta disatancia temporal ¿es posible dis-
adquisición especialmente difícil, esta debe ser cernir lo universal de lo particular en todo esto?
también la historia de cualquier infancia. Todos Desde la ventaja que otorga el presente (pero ¿a
los niños tienen que aprender a hablar, nombrando qué nivel sabe una niña de seis años estas cosas?)
los mismos objetos que Mandy - la primera pa- quizás puedo ver paralelismos entre la posición
labra que intenta decir es 'bebé' y sus primeras de Mandy en su.familia y mi posición en la mía.
palabras completas son 'Mami' y su propio nom- Pero si la reacción de un niño con respecto a un
bre. Mandy nombra parte de su mundo y luego a filme tiene que ver tanto con lo personal como
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con lo universal, o quizás más bien atrae lo uni- gio, está en casa sola y aburrida. Deambulea por
versal hacia lo personal, ¿esa reaeción no debe la habitación en la que su abuelo está jugando ab-
esar también relacionada con el momento histó- sorto él solo al ajedrez, y mira por la ventana al
rico del filme y con su recepción? lugar de la bomba y a los niños jugando. Un po-
MANDY se estrenó siete años después de que co más tarde, un travelling, aparentemente in-
acabase la Segunda Guerra Mundial; y aunque motivado, nos conduce por el patio y a través
la película no es abiertamente 'acerca' de la post- de la verja abierta a Mandy, a quien vemos, en
guerra británica, los espacios de su narración es- un plano largo desde atrás, avanzar sin gran con-
tán ciertamente marcados por las huellas de la fianza hacia los otros niños. Ha dejado la casa por
guerra, más insistentemente en la imagen de ese voluntad propia para aproximarse y, finalmen-
lugar tras la casa de los abuelos de Mandy, en el te, para ponerse a jugar con los otros niños; mien-
que claramente estalló una bomba y que aparece tras que sus padres, que han seguido sus movi-
66 en diversos momentos claves de la película, in- mientos la ven (y la oyen). Seguidamente un pla-
V cluída la escena final.
Casi al principio de la película cuando a
no con grúa nos muestra el escenario completo
-Mandy que corre hacia el grupo de niños- en
Mandy, con dos años, se la llevan a vivir a casa un gran plano general picado. Cuando la pelícu-
de sus abuelos, vemos por la se acaba y aparecen los
vez primera en plano pi- títulos de crédito, Jos niños
cado desde una ventana tra- El espacio más allá de continúan jugando, mien-
sera de la casa, el lugar en la casa y la barrera tras Harry y Christine, aho-
el que ha estallado la bom- ra juntos, los observan a
ba. El plano encierra no só- entre aquello que distancia.
lo el terreno desolado, si- pertenece a la casa -el Este terreno asolado,
no también el pequeño pa- está claro, cumple una fun-
tio trasero empedrado y la
patio- y aquello que ción crucial en la historia
muralla medio derruída, pertenece al mundo de Mandy, pues está pre-
lo cual determina una re- exterior -el terreno sente de forma central en
lación espacial. No sólo se sus esfuerzos por crecer,
está señalando la proxi- asolado- deviene de en sus esfuerzos por ir más
midad de la casa al lugar hecho los lugares en allá de la familia y por re-
donde estalló la bomba, si- lacionarse con otras per-
no que al mismo tiempo se
los que se desarrolla sonas. Si el primer paso en
evidencian las barreras en- la lucha de Mandy. esta dirección se produce
tre ambos espacios -la a través de la madre, es la
ventana, el patio, la mura- propia Mandy quien va
lla. Este lugar, donde la bomba estalló, va a apa- más allá, diciendo su nombre y superando el abis-
recer siempre a través de este mismo plano, con mo entre ella y los niños capaces de oír. El espa-
la única y significativa excepción de la escena fi- cio más a llá de la casa y la barrera entre aquello (6) La imagen, por ejemplo,
de unos maniqu ís intactos
nal. que pertenece a la casa -el patio- y aquello que en el escaparate de una
Tras la primera imagen de este lugar, hay un pertenece al mundo exterior -el terreno asola- tienda q ue ha sido bom-
ba rdeada, en LONDON CAN
encadenado a la misma escena -tal y como la do- deviene de hecho los lugares e n los que se
T AKE /T (Hump rey Jen-
voz de Christine nos dice- c inco años después. desarrolla la lucha de Mandy. Para decir su nom- nings/Harry Waarry Wa
1940). La autora cana-
Mandy está sola e n el patio, mientras que a lo le- bre, para llegar a ser ella misma, primero debe
di ense Jane Rule En su no-
jos, tras la muralla y tras un gran espacio vacío, pasar de un espacio al otro. El camino a través de vela M emory Board (Lon-
dres: Pandara Press, 1987)
un grupo de niños juega ruidosamente. El mun- la verja abierta señala el momento de este paso y
describe un Lond res, des-
do fuera de la casa y el patio están cargados de de la victori a final de Mandy. trozado t ras los bombar-
deos dura nte 1940- 1942,
peligro para Mandy: c uando sig ue a su perrito Como lugar en que una vez cayó una bom- como un Jugar donde 'po·
más allá de la verja trasera, abierta por descuido, ba, el terre no devastado evidentemente adquiere dia encontrarse con Ja mis-
ma facilidad una tetera en
casi la atropella un camión. una cierta verosimilitud si nos fijamos en el mo- la encimera de una cocina
El mismo plano aparece por tercera vez tras mento histórico de la película. De todos modos q ue en medio de la carre·
tera'. El guión de M ANDY si·
la primera visita de Christine a la Escuela "Bis- y al mismo tiempo es una imagen rara -incluso túa la casa de los abuelos
hop David". Mandy, una vez más sola en el pa- siniestra-, que encierra una extraña juxtaposi- en 'un área que muestra un
contraste de clases socia-
tio, da vueltas en círculos montada en su triciclo. ción: una magnífica casa en la ciudad junto a un les.. . en un distrito que ori-
Tres niños desaliñados se acercan al agujero de terre no desierto por la destrucción y por el que g inaria ment e f ue exclusi-
vament e de clase alta. Du-
la muralla: " Eh tú! Danos una vuelta!" Mandy, pululan ruidosos e incontrolados niños. Nos re- rante los años d e postgue-
muda y sin comprender, retrocede con mie do. cuerda a aquellas descripciones sobre l a guerra rra, sin embargo, se ha ido
deteriorando rápidamen-
"¡Tacaña!, ¡tacaña!" se burlan los niños. El pla- en Londres, en las que se destacaba e l carácter
te. Los daños ocasionados
no siguiente nos revela que el punto de vista de surrealista de la escena6.Si la imagen del lugar por las bombas no se han
reparado y las casas nece·
est a escena h a sido e l punto de vista de Harry: de la bomba remite a la actualidad de la guerra,
sit an urgentemente ser res-
dentro de la casa, la familia está con siderando la esta es una referencia no muy clara y que crea ta u radas ... La casa de Jos
Garland lucha una batalla
propuesta de Christine de mandar a Mandy a la problemas pues confunde las n ociones de natu- solitari a cont ra el deterio-
escue la. Harry se niega. ralismo y ac tualidad. Sobre todo, en el contexto ro g eneral que la rodea'
(MANDY, Final Shooting
La vez siguiente, sin embargo, el punto de vis- de esta p elícula en partic ular, a la imagen del Script, British Film lnstit u-
ta es e l de Mandy. D espués de volver de l cole- lugar de la bomba, le corresponden e n realidad t e Library).

j
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un mayor número de niveles de significado: el lu- nexiones evidententes entre MANDY y su mo-
gar no sólo está asociado a la lucha personal mento histórico, Jos años de reconstrucción en
de Mandy contra su aislamiento y soledad; sino Gran Bretaña durante la postguerra. El mensaje
que además sus connotaciones son más amplias de MANDY está históricamente anclado tanto a
y llegc.in a abarcar temas como el de qué es ser un través de Ja historia de una niña, por lo que de re-
niño - y no sólo en un momento concreto de Ja novador y prometedor hay siempre en la figura
Historia sino-- en términos generales. El terre- de un niño, y por otro lado a partir de la noción
no asolado, en otras palabras, llega a alcanzar una de reconstrucción y renovación del orden social.
cualidad mítica.
Si la búsqueda de Mandy - adquirir el len- Si ahora sí es posible, independientemente de mi
guaje y entrar en sociedad- es Ja misma que la análisis anterior, una lectura de MANDY que de
de cualquier niño, la suya tiene mayor resonan- una forma adecuada aborde el filme como texto,
cia: y no simplemente por ser especial, por su in- en su contexto socio-histórico y en las reaccio- 67
capacidad; sino por lo recargado de su puesta
en escena en los momentos claves de esa bús-
nes que puede llegar a provocar, esto se debe a
que uno se ha fijado, debido a la insistencia de la
V
queda. Durante toda la película, la imagen del te- niña para ser escuchada, en la historia de Mandy,
rreno asolado, con su acompañamiento de voces en la historia de la niña. La niña Annette incita a
distantes de niños j ugando, está siempre motiva- la Annette adulta a regresar a su infancia, a con-
da y mediatizada desde Ja casa. Esto Jo convier- fiar en su reacción naife y a admitirla en su aná-
te en un objeto de deseo tanto para nosotros co- lisis; incita a Annette a comprender que si hace
mo para Mandy: y para poder conseguirlo, Mandy esto, la película MANDY puede llegar a devolverla,
debe distanciarse, debe separarse de la casa. Pe- con la comprensión del adulto, a ese mundo de
ro aún así ¿qué tipo de objeto de deseo es un pe- la infancia que es un mundo tan lleno de expec-
dazo de tierra devastado por la guerra, retratado tativas como de renuncias. La pequeña Annette
como un lugar inquietante, como un lugar siniestro también me muestra, a mí una niña de la genera-
incluso?. Si este espacio representa el futuro que ción de Mandy, cómo estas expectativas y re-
Mandy quiere alcanzar no sin esfuerzo, entonces nuncias ya estaban escritas en el mundo que mi
¿no hay cierta ambivalencia acerca de ese futu- generación heredó, estaban escritas en nuestros
ro?. Por un lado una tierra desierta por la des- futuros de niños que habían llegado al mundo
trucción, por la otra una tabula rasa? donde cons- rodeados por las secuelas de una guerra que no
truir el porvenir; por un lado una tierra teñida les había tocado vivir. Porque la sombra de la
de significantes del pasado, por el otro una tierra guerra estaba ahí; en todo lo que nos rodeaba
llena de Ja vida y de la energía de las jóvenes tanto en las propias ciudades, como en las con-
generaciones. versaciones de nuestros padres, como en tantos
La puesta en escena de este lugar nos habla otros aspectos de nuestra vida cotidiana.
acerca de una preocupación que, tan muda como El material analítico en este caso histórico es me-
insistente, impregna el filme en su totalidad: Ja nos la reacción de una niña con respecto a una
relación entre el pasado y el futuro. Sugiere que película, que la admisión de la reacción de una
el futuro tiene sus raíces en el pasado, que el pa- niña ante una película en la memoria de un adul -
sado dejará sus huellas en el futuro. Los esce- to: porque la lectura de la niña sólo regresa a tra-
narios de la historia de la película pueden pare- vés de la interpretación del adulto. Hasta aq uí
cer inquietantes o marcados profundamente por el análisis cinematográfico puede ofrecer un in-
las heridas del tiempo y la generación mayor pue- tento de abarcar el 'sentimiento' , la reacción 'nai-
de aparecer como imperfecta en su incapacidad fe '; a la vez que evita abandonarse a lo aparen-
de comunicarse: pero a pesar de todo, la vida, Ja temente inanalizable - la inmanencia de la pu-
alegría y la energía de la nueva generación con- ra emoción, de la pura experiencia-. Si los re-
trasta fuertemente con este fondo pesimista. sultados son modestos, este giro es en potencia
MANDY trata sobre los esfuerzos de una niña por de suma importancia: el trabajo de la memoria
superar su incapacidad y aferrarse a la vida. A presenta nuevas posibilidades para mejorar nues-
otro nivel, trata sobre la necesidad de cualquier tra comprensión no sólo de cómo los filmes tra-
niño de manejarse en el mundo y aprender a vi- bajan como textos, sino también de cómo usamos
vir con otros. Si la película también nos habla, las películas y otras representaciones para ha-
en ténninos más generales, sobre la necesidad de cemos a nosotros mismos, de cómo construímos
trascender los miedos de un orden anterior cons- nuestras propias historias a través de la memoria
truyendo uno nuevo a partir de sus ruinas, ¿no e incluso de cómo nos situamos a nosotros mis-
nos sugiere esto al menos cierto optimismo acer- mos dentro de la Historia. [Traducción de Eva
ca del futuro?8. Esta lectura asume algunas co- Parrando Coppel].@
(7) En el original (N.T.).

(8) Para otra interpretación,


véase Pam Cook 'Mandy :
daughter of transition' en
Charles Barr (ed.) A// Our
Yesterdays: Ninety years of
British Cinema (Londres: Bri-
tish Film lnstitute, 1986) pp.
355-61 .
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LA GRANDE ILLUSION de Jean Renoir

La construcción de la gesta heroica


ola simbólica del don
68
V
Antía María López Gómez

Comenzaremos definiendo el punto nu-


clear que polariza nuest ro interés, en
esta ocasión, alrededor de la inscripción
del acto heroico en el interior de la obra
artística, en la medida en que tal hecho
permitiría al sujeto -es decir, al sujeto
del inconsciente-, al sujeto lector, una
experiencia a propósito del arte -al me-
A este respecto, el una suerte de ba-
instrumental teó-
nos de aquél que introduce la gesta-, rrera, distancia a
rico necesario pa- la cual, en circunstancias idóneas, y en los dos primeros
ra hacemos cargo cierto instante, devendría experiencia de Boeldieu: su
de tales cuestio- de lo heroico. Dicho de otro modo, la vi- condición social
nes, hallarase en vencia de lo artístico, si las condiciones aristocrática, su
ese espacio de rango militar -
fuesen buenas, puede devenir vivencia
confluencia de las oficial de carrera
disciplinas se- de heroicidad. del Estado Mayor
miótica y psicoanalítica, esto es, ese espacio del del Ejército- , sus costrumbres ... Nada, pues,
saber que constituye la denominada teoría del con respecto a éste, se articula en el plano de la
tex to; ahora bien, ¿saber de qué?, muy precisa- camaradería, del guiño; ningún juego de identi-
mente: del sujeto, y más en concreto, del ámbi- ficación, ciertamente yoico, de mutua compren- (1) La noción de texto que
aquí barajamos, ha sido ex-
to textual como lugar de experiencia para di- sión, de complicidad manifiesta, propiamente es- traída del seminario d oc-
toral impa rtido por Jesús
cho sujeto 1• pecular. Por el contrario, el otro, ese otro que es Gonzáfez Requena, duran-
Enunciadas, pues, las anteriores premisas, Boeldieu, comparece en su diferencialidad y, en te el cu rso 1992/93, en fa
nos es dado entrar de lleno en el análisis especí- tanto tal, introduce la dimensión del otro como Facultad de Ciencias de la
Información de la Univer-
fico de ese ejemplar film de Jean Renoir, LAGRAN- resistente a yo. He aquí, por ende, que esta figu- sidad Complutense d e Ma-
drid.
DE ILLUSION, con el propósito de articular, en ra se alzará en metáfora del sujeto --que no del
primera instancia, y desde el seno mismo de la yo--, si se toma en cuenta que todo sujeto es, pri- (2) El inconsciente está ha-
obra artística, una noción acerca de la gesta; pa- meramente, sujeto de la diferencia2; y siendo así, bitado por el sujeto, y su
f undación tendrá fugar en
ra lo cual haremos referencia, específicamente, toparemos en dicha metáfora un primer punto de la medida en que, en el ori-
gen de cada individuo, al-
a aquellas secuencias que sitúan los elementos anclaje, una primera convocatoria, del sujeto lec- guien haya detentado la
sustentadores del acto heroico. tor en el texto. Función Simbólica del Pa-
dre, introduciendo, a tra-
En este sentido, el propio Marechal, en esta vés de ella, un corte en esa
En el inicio, la fundación de la diferencia parte final de film, no cesará de enunciar, una y identif icación imaginaria
en la que madre e hijo se
Tomaremos como punto de partida, la escena otra vez, con pesadumbre, pero también con re- hallaban hasta el momen-
donde los personajes de Rosenthal, Marechal y proche, la resistencia de ese otro diferente-resis- to - fase a la que Jacques
Lacan d enomi naría como
Boeldieu, se hallan en el "chemin de ronde", tente a yo; por esta razón, dirigiéndose a Boldieu, Fase del Espejo- ; de ese
uno de los puestos de vigilancia situado en la par- dirá: modo, se instituye la prohi-
bición del incesto sit uando
te superior de la prisión-fortaleza en la que se en- al individuo como diferen-
cuentran recluidos. Se trata de oficiales de la avia- - .. .usted nunca hace nada como los demás ... te de fa madre, sujetándo-
le a un nombre - se pro-
ción francesa, hechos prisioneros durante la Pri- duce, así, el acceso a la lla-
mera Guerra Mundial, por el bando alemán. Han O lo que es lo mismo: usted no hace (no es) co- mada estructura edípi -
ca- . Desde est e instante,
convivido, se han soportado -diríase- , mal que mo yo. La ecuación correspondiente a la identi- queda fundado el sujeto co-
bien, a lo largo de varios meses, empero, algo, ficación imaginaria, tal y como la define el psi- m o sujeto de la dif erencia.
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coanálisis: ñala Jacques Lacan:

"Si el otro satura, colma esa imagen, se convier-


te en objeto de una carga narcisista . .. Si el otro
y viceversa: aparece frustrando al sujeto en su ideal y en su
propia imagen, genera la tensión destructiva má-
TU=YO xima".4

- principal condición para el buen funcionamiento Quien permanece anclado a la dialéctica imagi-
del paradigma comunicativo: yo te entiendo y tú naria, desea convertirse en amo del otro - si el
me entiendes, nos comprendemos, nos identifi- otro es su espejo, si se reconoce en él, si, final-
camos, todo circula entre nosotros, ausencia, pues, mente, allí se encuentra, entonces, querrá pose-
de obstáculos, de resistencias; paralelamente, di- erlo-. En este sentido, el amo es la radical opo-
69
cha ecuación define también el instante de la se- sición, la antítesis, del Padre simbólico. V
ducción, momento antonomásico de identifica- Entiéndase bien, si Boeldieu quebranta una
ción imaginaria, de cese de toda diferencia- , no norma, aparecerá frustrando al amo, y, en tanto
se materializa entre ellos, y en su Jugar, aparece- que eso ocurre, la relación primera de identifica-
rá la fórm ula: ción dará un vuelco, entrando en la fase que pue-
de propiciar, incluso, la destrucción, Ja aniquila-
BOELDIEU # MARECHAL ción, del otro.

e incluso: El ofrecimiento simbólico


Prosiguiendo el análisis de la secuencia con la
BOELDIEU #OTROS cual habíamos iniciado el apartado anterior, se
advierte que, en ella, el punto de máxima densi-
Por otra parte, y en esta misma línea, es preciso dad - y así lo evidencian los gestos de incomo-
introducir la figura del oficial alemán que res- didad, de angustia, que sitúan dos de los perso-
ponde al nombre de Rauffenstein. Su relevancia najes- está representado por el ofrecimiento bien
radica, a este respecto, en la constante interpe- preciso de Boeldieu: ocuparse de asegurar la fu-
lación que hace al héroe en el plano de la espe- ga - la libertad- de Marechal y Rosenthal. De
cularidad. Así, en la secuencia en q ue todos los esta manera, en el escenario que constituye el
prisioneros, tras el tumulto provocado con flau- puesto de vigilancia, ese límite, ese extremo, don-
tas, primero, y utensilios varios, después, han si- de el paraíso -configurado por un espacio abier-
do convocados en el patio de la fortaleza; y una to, intensamente luminoso, que puede entrever-
vez que Boeldieu, sentado sobre un barandal pró- se desde la fortaleza- y lo real -configurado
ximo a los límites de la prisión, quebranta la re- por la prisión- se tocan, se rozan, por tanto, en
gla de formar junto a los demás; Rauffenstein, en el marco inequívoco de lo simbólico5 ,allí, surge
cuanto le localiza con su mirada, en ese instante, la figura del héroe a través del ofrecimiento, del
absolutamente decepcionado, dice -casi musi- compromiso, del don; el cual, atendiendo a al-
tando- su nombre. Plano, entonces, semisubje- gunas consideraciones realizadas por Jacques La-
tivo del héroe, quien se detiene un instante en su can, definiremos del siguiente modo:
acción - toca una pequeña flauta-, ante la es-
cucha de lo que comparece como auténtico can- " .. .la dimensión del don sólo existe con la intro-
to de sirena. No obstante, se mantiene firme y pro- ducción de la ley. Como nos dice toda la medi-
sigue - luego, la palabra del héroe, su compro- tación sociológica... el don que uno hace es siem-
miso, no es seducible, hecho que le otorga todo pre el don que ha recibido".6
su peso, toda su densidad, todo su valor-. " lo que constituye el don es que un sujeto da
(3) Estado de p lenitud ab-
soluta, en el origen, en que ¿Quién es Rauffenstein? Aquél que interpela algo de forma gratuita".7
el individuo vivió su iden- a Boeldieu como su igual, y, de hecho, así es cons-
tificación especular con la
madre. truido en el film : miembro de la aristocracia ale- De acuerdo con lo anterior, en el marco específi-
mana, oficial de carrera, de costumbres similares co de Ja génesis del sujeto, el don constituye su
(4 ) Jacques Lacan: El Semi-
nario 1: Los escrit os-técni- al capitán francés, empero, eso sí, en exceso al- semilla, traduciéndose más concretamente en la
cos de Freud, Buenos Aires, tanero o, dicho en otros términos, a diferencia del entrega, la donación, de la Ley simbólica, por par-
Paidós, 1992, pág. 411.
otro, éste sostiene el discurso del amo, y como te de la Función del Padre hacia el hijo; entrega
(5) Debe advertirse que, de
tal, actúa conforme a Ja dinám ica de una relación que no espera contrapartida alguna; no se trata-
hecho, la palabra simbóli-
ca es posible, se configura narcisista - la mue11e del héroe, de hecho, ha de rá, entonces, de un intercambio sino que, como
como tal, en el instante en indica González Requena8, erigirase en un acto
que el signo -el lengua-
ser situada a propósito de esto último- . Sobre
je- entra en contacto, re- dicha relación el psicoanálisis indica que, desde de fundación del sujeto a través de la introduc-
sulta polarizado, por lo re- el narcisismo primordial3, el sujeto irá encon- ción de la palabra simbólica, organizado siempre
a l.
trando, a lo largo de su vida, la imagen de sí re- sobre la renuncia, la gratuidad. En la medida en
(6) Jacques Lacan: El Semi- flejada en el otro, pues, únicamente en el otro ha- que esto es así, bien podría decirse que todo su-
nario IV: la relación de ob-
jeto, Barcelona, Pa id ós, llará, de nuevo, a su yo ideal. Será siempre a par- jeto es producto de un determinado acto de fe
1994, pág. 142. tir de ahí, que se desarrollará toda la dialéctica de - fe: palabra dada (como verdadera) o prome-
(7) Jacques Lacan, lb idem. sus relaciones con el otro, de modo que, como se- sa hecha a alguien (puede reconocerse en ello,
VERTIGO
Entrada Libre

la literalidad con que el ofrecimiento de Boeldieu dre y Ser-para-la-muerte; hecho que el autor re-
se enmarca en la simbólica del don) con cierta .. . presentará del siguiente modo:
solemnidacfJ, y añadiremos, que no espera nada
a cambio-, de fidelidad, a la postre, un acto de
infinita heroicidad.
Por otra parte, el don habrá de comparecer co- SER-PADRE

mo procedente de un lugar distinto de yo -lugar


de lo imaginario, en cuyo ámbito estará inmersa
la relación madre-hijo-, es decir, la Función del
Padre se funda sobre el No-yo: la palabra se otor- SER· PARA-LA-MUERTE
ga, se dona, como procediendo directamente de
una cadena simbólica --el ámbito de la Ley-,
70 de donde el padre dirá haberla recibido. En este
V marco es, precisamente, donde debe inscribirse
la siguiente declaración de Boeldieu a propósi-
to de su ofrecimiento: En el núcleo del acto heroico, la prohibición-
-renuncia
- Personalmente no hago nada por ustedes. Resta todavía por señalar acerca del mencionado
Dejémonos de sentimentalismos. ofrecimiento, del acto del don, la autoexclusión
de la huida por parte del héroe; por ende, éste no
Ese punto de especial dureza, de aspereza má- perseguirá, en modo alguno, su paraíso propio.
xima, de sus palabras (de su palabra), define bien En esta misma línea, González Requenal2 vie-
el sentido del don, de su sacrificio, define bien su ne a definir la gesta como fundamentada en una
trascendencia, ya que, más allá del plano imagi- auténtica castración simbólica, esto es, una for-
nario, se emplazará en una cadena simbólica, y, ma de prohibición-renuncia asentada sobre un
en ningún caso, en la mera camaradería yoica. pacto simbólico. En el origen, la Función del Pa-
dre, - pem1ítasenos: la Función del Don- , in-
Ser-para-la-muerte troduce (dona) una palabra que prohibe a lama-
Si atendemos a la respuesta que Rosenthal enun- dre, prohibe el incesto, y funda al sujeto. En el (8) Ta les consideraciones
cia frente al ofrecimiento heorico: caso que nos atañe, se produce la autoprohibi- p roceden del seminario
doctoral impartido po r Je-
ción-renuncia del héroe a participar en Ja esca- sús González Requena, ce-
-Es demasiado arriesgado. pada, a participar del paraíso; cuestión que sitúa lebrado durante el curso
1994/ 95, en la Fac. de CC.
el carácter sacrificial de la gesta. de la lnformac. de la Univ.
Diríase que el don conlleva un precio, más exac- En cuanto al pacto simbólico sobre el cual se Complutense.
tamente, un riesgo, una cita con la contingen- asienta el ofrecimiento e, igualmente, el sacrifi- (9) Consú ltese, a este pro-
cia, luego, con lo real. Y por lo mismo, habrá cio del héroe, su sellado aparece resuelto en el pósito, el Dicciona rio De
Uso Del Español Maria Mo-
de ser héroe aquél que sostenga a cualquier pre- film de un modo particularmente bello. En el ins- liner.
cio una (su) palabra, esto es, aquél a quien incluso tante en que Marechal y Boeldieu se ven por úl-
(10) El sostenimiento de la
vaya la vida --el riesgo de la muerte- en su pa- tima vez, en ese momento, al estrecharse ambos palabra a cualquier precio,
labra; aquél que sea capaz de trazar, de recorrer, las manos, Boeldieu aprieta, retiene, ostensible- se constata de modo muy
mente, durante un breve instante, la mano de Ma- preciso en esa interpela-
un trayecto a través de lo real, hasta la materiali- ción, desde lo imaginario,
zación de la misma 10. A partir de aquí, puede de- rechal; pudiera decirse que, de algún modo, le es- que Rauffenstein hace a Bo-
e Id i eu, hasta el punto de
tectarse en la acción del ofrecimiento, la absolu- tá anclando, sujetando, al pacto, al compromiso dirigirse a él en inglés, len-
ta aceptación, la asunción sin fisuras, por parte con la palabra. gua cuyo uso común les
equipara, les ident ifica, por
del héroe, de cierta condición: Ser-para-la-muer- lo que a su posición socia l
te -requisito obligado para el desempeño de la El realismo del héroe se refiere. Sea razonable,
Ahora bien, dicha castración, porque es simbóli- dirá poco más o menos, ya
Función del Padre-. Boeldieu será, de hecho, la que, de lo contrario, me ve-
presa (el cuerpo) que se inmola; a ello parece ca, estará sometida a un principio de causalidad, ré obligado a disparar; a pe-
sar de lo cual -la inmi-
responder, muy literalmente, la persecución, la de tal forma que, el propio Boeldieu, define de la nencia de la muerte-, el
caza, en la que participan perros, y de Ja que es siguiente manera el por qué del sacrificio: héroe sostendrá su palabra:
- Es ust ed muy amable,
objeto. Rauffenstein, pero eso es
Tomando como referencia las cuestiones se- -Sólo saldrá bien si son dos los fugados. imposible.
Soste ner la palabra en el
ñaladas, y atendiendo a algunas consideraciones Además, conozco sus preferencias. horizonte mismo de la
realizadas por Luis Martín Arias 11 a este propó- muerte, esa es la actit ud he-
roica.
sito, resultaría característico del texto clásico He aquí la postura realista, y decimos realista de-
--en este sentido, y por contraposición a las afir- bido a que, ante todo, él es quien sabe: sabe de (1 1) Luis Martín Ar ias in-
su destino y lo afronta, sabe de lo real y se sos- trodujo este esquema en
maciones llevadas a cabo por Noel Burch al res- el seminario docto ral im-
pecto, el devandicho autor establecerá la exis- tiene ante ello; se queda ahí, se queda solo a en- partido por Jesús González
Requena, celebrad o du-
tencia de una dialéctica entre el cine clásico y el frentar su experiencia de lo real. Acepta, en fin, rant e el curso 1992/93, en
que denominará anticlásico, del cual entrarían a un destino (el suyo) - la exclusión de la fuga, la la Facultad d e Ciencias de
la Inform ación de la Uni-
formar parte: el cine de las vanguardias, el cine exclusión del futuro- que le sitúa, directamen- ve rsidad Complutense de
de autor, ese otro posmodemo y el cine no clási- te, ante el horizonte de la muerte. Concluiremos, Madrid.
co de Hollywood- , y como tal de LA GRANDE pues, que el héroe es aquel que, en lugar de huir, (12) Jesús González Re-
ILLUSION, la articulación de dos planos: Ser-Pa- asumiendo su propia suerte, permanece siempre quena: Ibídem.

1
VERTIGO
Entrada Li bre

dispuesto a hacerle frente. censo a los infiernos- de piedras -los escalo-


Hasta qué punto la postura heroica es realis- nes- y peñascos: he aquí la roca dura, ¿qué me-
ta -en ella se sabe de lo real- , puede observarse jor metáfora de Jo real?.
en el hecho de que, Boeldieu, en el instante en el Finalmente, si sometemos a análisis la melo-
cual, tras aducir Marechal que no es justo lo que día interpretada por Boeldieu -para lo cual em-
pretende -su sacrificio-, responde: pleará una flauta, objeto mágico capaz de ayudar
al héroe en la materialización de la gesta- , me-
-La guerra no lo es. lodía desencadenante de su persecución, se ob-
serva que la canción a la cual corresponde - nos
Luego, el héroe reconoce en la guerra un ámbito remitimos, para ello, directamente a la versión
de lo real, y, por ello mismo, ámbito de la injus- francesa utilizada en el film- narra, en esencia,
ticia o, más precisamente, extremo opuesto de lo lo que sigue: en determinado trance en que hay
propiamente humano, a saber, el universo de la escasez de víveres, deber realizarse un juego de
71
Ley simbólica, universo de la ética.
Lo real está presenie en la gesta. La gesta con-
azar, la "courte paille", para ver quién/qué ha de
ser inmolado. He aquí que Boeldieu -en la línea
V
lleva saber de la experiencia de lo real. de la más estricta precisión del film- enmarca su
En este sentido, Marechal, por su parte, no ce- propia pasión en un relato, el cual remite al en-
sará de buscar el modo idóneo de nombrar, pre- cuentro con la pura contingencia, lo real.
cisamente, lo innombrable: Ja muerte (del héroe)
como manifestación extrema de lo real 13; e in- Experiencia humana, experiencia de soledad
tectará, de forma continuada, disculparse ante Será Boeldieu quien planifique las circunstancias
Boeldieu por eso que va a suceder, agradecerle que propiciarán la huida de Marechal y Rosent-
eso que va a acontecer, que va a sufrir. Es más, hal, a propósito de lo cual comenzará indicando:
diríase que, al igual que el individuo recibe en su
origen una palabra procedente de lo real, pues co- -Las Bellas Artes no están prohibidas.
mo tal vivirá algo que causará herida a su narci- ¿Le gusta la música? ...
sismo, eso sí, una herida susceptible de cicatri- Yo adoro la flauta.
zar, porque la palabra es simbólica; de igual ma-
nera, a través del acto heroico, Marechal se da- Reproducimos estos enunciados para mostrar la
rá de bruces con lo real, accediendo, así, a cier- absoluta literalidad con que el héroe convoca al
ta experiencia de la angustia: espacio del arte, de modo que, la experiencia ar-
tística quedará vinculada a su experiencia -ex-
- Por primera vez en mi vida, me siento incó- periencia de soledad extrema~ simbólica - ple-
modo. Muy incómodo. na de sentido- de lo real --de la inminencia de
la muerte- en la materialización de la gesta.
En síntesis, el don, esa palabra portadora de la A este respecto, conviene examinar el inicio
prohibición-renuncia, tiene que ver con lo sim- de la breve trayectoria del héroe hacia su inmo-
bólico, como tiene que ver con lo real, está abra- lación. La secuencia da comienzo en el patio de
sada por lo real. El don produce angustia, causa la fortaleza, ese espacio gótico, donde son con-
herida, pues obliga al individuo a abandonar ese vocados, tras la algarabía de flautas y utensilios
estado de comodidad sin parangón, donde todo varios, todos lo prisioneros. A continuación se
- todo lo real, toda pulsión- resultaba gestio- pasa lista, siendo entonces cuando Boeldieu res-
nado por la madre. Hasta tal punto se vivió como ponde a su nombre mediante la interpretación de
plenitud absoluta, que el sujeto no cesará de alu- algunas notas por medio de una flauta; y respon-
cinar dicho estado, una vez lo haya abandonado, de fuera de lugar, quebrantando cierta norma,
siempre que le sea posible. cierto ordenamiento no simbólico; se ha situado
(13) Hasta qué punto la ins- Ahora bien, retomando otro aspecto, si el hé- en un extremo superior del patio 14, opuesto al que
cripción de la muerte en el
relato constituye una me- roe se queda, no lo hará de cualquier modo. Ob- ocupan el resto de los prisioneros y los guardia-
táfora del encuentro con lo
real, de la experiencia hu-
servamos en Boeldieu una profunda frialdad, al- nes. Es, en ese instante, a la postre, un hombre
mana de lo real, puede ad- tivez, a pesar de los constantes conatos lastime- solo en el extremo de la vida, en el horizonte de
vertirse en el hecho de que ros de Marechal por entrar con él en el plano del la muerte.
Rauffenstein yerra el dis-
paro destinado a Boeldieu; sentimentalismo. No obstante, puede advertirse Pues bien, es tiempo ya de definir ese punto
había apuntado a sus pier-
nas, sin embargo, manifes-
su enorme entereza, su capacidad para estar ahí, nuclear en el que confluyen experiencia artística
tación clara de lo real, del erguido y solo frente a lo real. asumiendo su des- y experiencia de la gesta, como punto de con-
azar, la cont ingencia; la ba- tino sin gimoteos. currencia de la pasión (padecimiento) del héroe
la alcanzó, fatalmente, el
estómago. El héroe es, en fin, aquel que se queda para -experiencia de lo real-, junto con otro tipo de
(1 4) Pudiera decirse, en-
dar la cara. Así, en la persecución de que es ob- pasión (apasionamiento: "adoro la flauta", dirá),
tonces, que la música pro- jeto Boeldieu a través de la fortaleza, ofrecerá, li- aquella que inscribe su deseo; y, finalmente, esa
vendría de las alturas, y más teralmente, su rostro a los focos del enemigo vivencia del deber, que es vivencia de lo sim-
aún, que t al hecho estaría
vinculado a la ya mencio- -¿qué mayor metáfora de lo real, de la ignición, bólico.
nada inscripción del don que la cegadora luz de los grandes focos de per-
heroico en el plano del No-
yo, esto es, fuera del ám- secución?-. Y en ese devenir trazará un cami- La simbólica del ritual
bito imaginario, en el es- El film que nos ocupa construye, así mismo, la
pacio celeste, divino, sa-
no -eso sí, simbólico, pleno de sentido- hacia la
grado, simbólico. muerte; un camino en ascenso --que no de des- simbólica de cierto ritual. A ello remiten los pre-
VERTIGO
Entrada Libre

parativos que Boeldieu realiza para la "celebra- -Yo habría hecho lo mismo. Francés o alemán,
ción" de la gesta y, en última instancia, para su el deber es el deber.
culminación en la muerte; preparativos para que
todo esté, en el momento justo, en el lugar ade- La dimensión de lo que venimos llamando De-
cuado. En este marco debe situarse, precisamen- ber-ser, puede definirse, apelando a algunas re-
te, la acción de lavar sus guantes blancos y, pos- flexiones llevadas a cabo por González Reque-
teriormente, el hecho de vestirse de gala. na 16, en relación, primeramente, a la ética y, en
A este respecto, merece ser tomada en consi- segundo lugar, al ser. La ética funda al ser. Di-
deración la siguiente reflexión cho ser se constituye como al-
de Claude Lévi-Strauss, quien, go que no es lo real, sino, an-
desde la antropología, y ape- La muerte, tes bien, algo que la palabra
lando a cierta filosofía indíge- simbólica (la prohibición- re-
72
na, señala: entonces, ha de nuncia) introduce en lo real -
V "«Cada cosa sagrada debe es-
llegar en el somos seres en el ámbito de la
contingencia-, por ello, el ser
tar en su lugar», observaba con
momento justo. es Deber-ser, el ser está en la
profundidad un pensador indí- También la muerte dimensión de la ética: ese es-
gena... Inclusive, podríamos de- tiene, en este pacio donde el lenguaje se apar-
cir que es esto lo que la hace sa- ta de nombrar lo que hay para
gráda, puesto que al suprimir- ritual, su lugar nombrar lo que no hay pero
la, aunque sea en el pensa- preciso. que, no obstante, debe haber,
miento, el orden entero del uní- debe ser.
verso quedaría destruido; así
pues, contribuye a mantenerlo al ocupar el lu- La muerte y el sentido
gar que le corresponde." 15 Ya en la cima de la fortaleza -nos encontra-
mos en la secuencia de la persecución de que es
Derivado de lo anterior, puede admitirse que la objeto Boeldieu-, al final de su ascenso, esqui-
configuración de determinada topología de luga- vará unos primeros disparos de los soldados so-
res no intercambiables, hará de la gesta un ri- bre él: no es aún el momento de morir. La muer-
tual y, en tanto tal, un acto sacro, el cual culmi- te, entonces, ha de llegar en el momento justo.
naría con la recepción, por parte de Boeldieu, de También la muerte tiene, en este ritual, su lugar
la Extremaunción, ese rito, al fin, en el que se sig- preciso.
na con óleo sagrado - por tanto, unción simbó- Avanza la secuencia y, poco antes de dispa-
lica- al héroe moribundo. En otros términos, el rar a Boeldieu, Rauffenstein le llama a la reca-
héroe fenece, no de cualquier modo, sino en esa pacitación y a la cordura, a lo que el héroe con-
suerte de "estado de gracia" o, más exactamen- testa -atendiendo a la literalidad del texto fran-
te, de reconciliación con la palabra. cés- :
Por último, cabría destacar la preeminencia
de la cruz en esta secuencia, lo cual aludiría al -1' ai tmll mon bon sens.
sentido propiamente sacrificial de la muerte del
héroe. Este enunciado sitúa directamente su muerte del
lado del sentido, en otras palabras, el sentido de
La pasión, la angustia la gesta se materializará con la muerte. En pala-
Apelando, una vez más, al fenecimiento de Bo- bras de González Requena:
eldieu, en ese trance, el héroe formula su dolor;
por tanto, la dimensión del sufrimiento no queda "El fin, el cierre, la clausura o la muerte, como se
excluida, antes bien, se afirma. Él sabe, experi- prefiera, cristalizan los actos y los dotan de sen-
menta, la pasión; eso que, por otra parte, y en con- tido".1 7
traposición al texto clásico, a cualquier texto sim-
bólico, quedará totalmente rechazado - recusa- Así, cuando, finalmente, recibe un disparo, an-
do, en terminología psicoanalítica- del espacio tes de sucumbir, Boeldieu mirará su reloj , ins-
imaginarizado del spot. cribiendo su sacrificio en una cadena causal: mue-
En conclusión, el sacrificio, la muerte, con- re en el instante de la materialización del don, de
lleva pasión, y ello comparece en el texto como la donación del paraíso para otros; por ello tam-
metáfora de toda relación del hombre con lo re- bién, en cuanto cae, se comunica a Rauffenstein
al, de la angustia que acarrea todo encuentro con la evasión de los tenientes Marechal y Rosenthal. (15) Claude Lévi-Strauss: El
lo real. En síntesis, el sentido de la muerte del héroe es pensamie nt o salvaje, Mé-
xico, Fondo de Cultura Eco-
el don, el otorgamiento del paraíso para otros; un nómica, 1988, págs. 25-26.
La dimensión del Deber-ser paraíso no precisamente imaginario, un paraí-
(16) Jesús Gonzá lez Re-
Ya en su lecho de muerte, Boeldieu, ante la peti- so-universo simbólico en el cual los sujetos pue- quena: Ibídem .
ción de perdón que realiza Rauffenstein, respon- dan inscribirse como seres de palabra, seres sim- (17) Jesús González Re-
de nombrando la gesta, su sacrificio, del lado bólicos --en esto consistirá su liberación- , ale- quena: El discurso televisi-
del Deber-ser, del lado de la ética: jados del dominio, la dialéctica, esta sí, imagi- vo: espectáculo de la pos-
modernidad, M adrid, Cá-
naria del amo. Marechal, en su caso - a modo de tedra, 1988, pág.119.
VERTIGO
Entrada Libre

ejemplo-, accederá a la función paterna. tad, tal y como la hemos definido, o la huida del
A propósito del sacrificio, de su sentido, con- yugo imaginario del amo- confluye con su de-
viene atender a las últimas palabras del héroe, ber; por ello, el sacrificio, lejos de constituir una
quien, dirigiéndose a Rauffenstein, dirá: renuncia al deseo, resulta como consecuencia del
mantenimiento, a cualquier precio, de dicho de-
- No soy yo quien debe ser compadecido. Para seo, eso sí, en tanto simbólico, pues, sólo así, ha-
mi todo terminará pronto. Para usted aún no ha brá de merecer - sufrir- la pena.
acabado. Finalmente, y como quiera que se hace pre-
ciso concluir este análisis, tomando como fun-
Rauffenstein: damento las cuestiones que hemos venido refi -
-Tiene razón. Seguiré llevando una existencia riendo a lo largo de los apartados precedentes,
inútil. podremos formular la siguiente propuesta: toda
73
- Para un hombre del pueblo es terrible morir experiencia humana -esto es, simbólica- del
en la guerra, p ero para usted y para mi es una texto artístico , porque la experiencia es, esen-
cialmente, experiencia de lo real, habrá de ser,
V
buena solución.
ante todo y primordialmente, experiencia de la
Mientras el oficial alemán nombra, directamen- gesta, al erigirse esta última en metáfora anto-
te, el sin sentido de su vida, Boeldieu, por el con- nomásica del encontronazo con lo real. Y porque
trario, apela a la inscripción del sentido de su vi- la experiencia artística es. así mismo, simbólica,
da en su propia muerte, en su sacrificio, al tiem- habrá de ser también, ante todo y primordial-
po que aleja dicho sacrificio del lado de la com- mente , experiencia de la gesta, al erigirse esta
pasión, pues acepta su Ser-para-la-muerte como última en metáfora antonomásica de la confluencia
buena solución, esto es, como desenlace, desti- de otras dos dimensiones: la de la ética y la del
no, que debe-ser cumplido. A este respecto, es deseo o, lo que es lo mismo, la dimensión de la
tiempo ya de formular una cuestión de suma re- Ley simbólica en tanto Ley del deseo y, por otra
levancia, a saber, que en el acto heroico, el deseo parte, la dimensión de deseo simbólico en tanto
del sujeto -en el caso que nos ocupa: su Iiber- deseo de la Ley. @

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SUSCRIPCIÓN

DESEO SUSCRIB I RME A ARCHIVOS DE LA


o
m F ILMOTECA POR:

r UN AÑO (3 NÚMEROS), A PARTIR DEL Nº . .


)>

DOS A ÑOS (6 N ÚM E ROS), A PART I R D E L N º . .

r D ESEO R E C I BIR LOS SIGU I ENTES NÚ M EROS ATRASADOS


3:
DE AIKHIVOS
o
-1 DE LA F I LMOTECA . . . . . . . . . .

m - A GOTADOS: D E L 1 AL 8, Y DEL 14 AL 17, AMBOS I NCLUS I VE-


n
)>
REV I STA DE ESTUDIOS H ISTÓR ICOS SOBRE LA I MAGEN FOR MA DE PAGO

CHEQUE ADJ UNTO (NOMINAL O CRUZADO) A FAVOR DE:

CO N SELLERÍA DE ECO N OM Í A Y H ACIENDA.

DIRECCIÓN: FILMOTECA DE LA GENERALITAT VALENCIANA .

PLAZA DE L AYU N TAM I ENTO, Nº 17 - 46002 VAL E N CI A.

1N OMBRE Y APELLIDOS

1D OMIC I LIO
TARIFAS D E SUSCR I PC IÓ N
.
~- ­
CÓDIGO POSTA L
E SPAÑA EUROPA A MÉRICA
1 año (3 números 3.000 ptas 4.000 ptas. - 32 $ 5.000 ptas. - 40 $
2 años (6 números) 5.500 ptas. 7.000 ptas. - 56 $ 9.000 ptas. - 72 $ 1 P O BLAC I Ó N T E L ÉFO N O
Números atrasados 1.000 ptas. l .300_Qtas. - 1O $ 1.900 ptas. - 15 $
VERTIGO
Cinemateca

CI.) a contundente y contestataria irrupción que de los tiermpos de Rio Jim: Gary Cooper, el wes-

=
=
ca
va a suponer en el panorama cinemato-
gráfico hollywoodiense, conciliador por
tradición, la crítica mirada de cineastas
como Fuller, Siegel, Brooks, Kubrick, o
terner por excelencia, cabalga a través de los eter-
nos espacios abiertos enmarcado bajo otro cielo
del Oeste. El mito está servido. Los valientes an-
dan solos. La soledad del vaquero perpetuada en
Ray, sacudirá con extrema virulencia los aquel plano que recogía la marcha de Shane, y que
li.. narcotizantes cimientos sobre los que descansa la Clint Eastwood, el último pistolero, todavía ho-
C? ya de por si reposada conciencia norteamerica- menajearía treinta años despues. Los rótulos que

,s na. Géneros como el bélico, tan propenso a las más


arrebatadas exaltaciones patrioteras, o la serie ne-
gra, que entre sombreros calados y luces morteci-
aparecen al comienzo del film (y que nos recuer-
dan, no sin cierta maldad, a algún inofensivo wes-
tern de Curtiz) reafirman el contenido mítico: " Se

74 Qr- nas llevaba más de una década poniendo en la pi-


cota todo un sistema de valores, haciendo de la
dirigieron hacia el Sur en pequeños grupos .. . Y
algunos vivieron solos". VERACRUZ discurre por
V elipsis su más diabólico aliado, arremeten ahora estos cauces con ritmo vivo y dinámico, exhibiendo
con una violencia explícita, más brutal que nun- la maestría de Aldrich para el cine de acción; la
ca, y que adquiere todo su significado como arma trepidante aventura de los mercenarios no11eame-
de la que se va a valer la generación de cineastas ricanos contratados para custodiar un cargamen-
de los 50, para criticar y revisar una comunidad to de oro en tierras aztecas, para finalmente de-
especialmente contradictoria y un momento social sembocar en él, al menos aparentemente, clásico
decididamente convulsivo. El western, universo duelo final entre héroe y villano que restablecerá
particularmente fértil para maniqueos enfrenta- el orden perdido. Las convenciones con mayor so-
mientos entre el Bien y el Mal, no podrán evitar lera del western parecen estar a salvo, cuando en
el emponzoñamiento de sus habitualmente límpi- realidad el aclamado cinismo de Aldrich se sirve
dos paisajes. El fuera de la ley se revela como un de ellas, para luego hacerlas reventar en un jue-
hombre atrapado incapaz de liberarse de su vio- go corrosivo e insólitamente perturbador. A la
lento pasado - EL PISTOLERO (THE GUNFIGHTER, aparición del héroe solitario de inmaculada vesti-
l 950)- , el héroe abandona su monolítica exis- menta, pronto se contrapone el bandido (Burt Lan-
tencia para descubrir el miedo y cuestionarse su caster) luciendo traje negro en la mejor tradición
papel de defensor de la ley y el orden, dentro de de los villanos integrales, revolviéndose nervioso
una comunidad alimentada con falsos valores - al desenfundar. en un gesto que delatará a los que
SOLO ANTE EL PELIGRO (HIGH NOON, 1952)-, y el viven en la violencia (recordamos a Cagney reac-
indio deja de ser el éxotico (y maligno) alemento cionando con idéntico movimiento, buscando su
decorativo, para adquirir dignidad y toda su di- refugio ese mismo año). Sin embargo, la historia
mensión humana, escamoteada durante décadas de Borden Chase, guionista habitual en los wes-
entre persecuciones a diligencias, raptos, viola- terns de Mann, no va a tardar en discurrir por pol-
ciones y mil maldades inimaginables cometidas vorientos pasajes repletos de contradicciones y
sobre el incorrupto hombre blanco - FLECHA RO- ambigüedades enraizadas en tierras lejanas. Esta-
TA (BROKEN ARROW, 1950)-. Den tro de este am- mos ante otra historia de amistad y perdición, pa-
biente caracterizado por su espíritu crítico y de de- raísos con fecha de caducidad e infiernos perdu-
nuncia, estallará con fuerza propia el crispado mun- rables, búsqueda y caminos que se acaban, perde-
do de Robert Aldrich. Ayudante de dirección de dores y los que nunca ganan. Cooper, encamando
cineastas de corte progresista que arremetían con- al caballero sudista de elegantes modales, y Lan-
tra el aburguesamiento y la hipocresía con que caster al forajido asilvestrado, cabalgarán juntos
Hollywood amparaba al "american way of Iife", en atípica armonía. La condición de mercenario
como Abraham L. Polonsky, Robert Rossen, Jo- del ex-combatiente del Sur lo iguala de inmedia-
seph Losey o el mismísimo Chaplin, Aldrich se to al bandido, y queda tibiamente definido en esa
empapará del incorformismo que destilan los films secuencia en la que ambos se venden al mejor pos-
de sus maestros. Las acometidas en los distintos tor. Resulta un momento cuando menos turba-
géneros, dan a conocer a un cineasta visceral y, al dor, por cuanto Cooper ha sabido siempre encar-

=
li..
1 e
menos en un primer momento, comprometido:
aborda el bélico para tratar el tema de la cobar-
día y la traición con desgarrada brutalidad en AT-
TACK! (1956), con el BESO MORTAL (Krss ME, DE-
nar al héroe de intachable conducta, defensor de
las causas justas. Sus últimos westerns dinamita-
ron tan loable figura en un puñado de relatos que
destilan violencia, dolor y muerte. En VERACRUZ

= ADLY, 1955) irrumpe en el cine negro para refle-


jar el miedo nacido de la recién estrenada etapa
atómica, y con EL GRAN CUCHILLO (THE BIG KNl-
FE, 1955) pone al descubierto el despiadado mun-
ya no hay sitio para nobles e inútiles idealismos
(Cooper sale de una guerra que acaba de perder),
y sí para oportunistas poco escrupulosos. La aso-
ciación entre el caballero y el forajido pronto des-
do que corre paralelo tras la luminosa y especta- cubre implicaciones más bien inquietantes, la de-
cular fachada del mismo Hollywood. En 1954, AI- moledora ambigüedad moral que se oculta bajo
drich deja ver su actitud revisionista en el western una fachada común, entre los tópicos más fami-
con APACHE, valiente film pro-indio que la cen- liares del western. Así, Cooper contempla la es-
sura se encargó de suavizar, y VERACRUZ. cena en la que un grupo de niños sirven de rehe-
VERACRUZ comienza con una imagen que la nes, como un espectador pasivo, desdoblándose
iconografía del western ha venido mitificando des- en su otro yo, valiéndose del salvaje. Jekyll des-
VERTIGO
Cinemateca

vela su lado os- da de Jos 50. Rodada en Superscope (VERACRUZ es


curo, no ya en hú- pionera en s u utilización), el nuevo formato per-
medas y angostas mite encuadrar la inmensidad del paisaje mexica-
callejue las, sino no que cruzan los mercenarios, aprovechando los
en el tórrido pai- enormes recursos plásticos que ofrece al western
saje mexicano. La la gran pantalla, como ya Walsh lo había compro-
admiración y bado veinte años atrás y que conocería su momento
complicidad entre culminante en 1962, con el uso y abuso del Cine-
ambos no tarda en rama en LA CONQUISTA DEL OESTE (HOWTHE W EST
dejar paso a la WAS WON). De la habilidad de Aldrich en la utili-
amistad. Aquí no zación del nuevo formato, es buena muestra la pri-
posee Ja densidad mera aparición de Jos rebeldes, explotando al má-
75
que existe en las ximo la horizontalidad del scope, o la secuencia de
historias de Pec- la emboscada del ejército juarisla a las tropas del V
kinpah. No hay Ja emperador, en la cual la reducción en la organi-
sensación de pér- zación del espacio en el plano se convierte en efi-
dida de los viejos tiempos que llevan tatuados los caz efecto dramático, y las numerosas entradas y
rostros envejecidos de Holden, Ryan, Scott o Mc- salidas de campo en e l mejor aliado del scope.
Crea, ni tampoco evocación nostálgica del pasa- Nuevas y distintas vertientes por las que dis-
do. Aldrich adopta un tono deliberadamente lige- currirá el género en los años 60 y 70, son introdu-
ro (propio, por otra parte, del cine de acción), que cidas por VERACRUZ: el gusto por la violencia com-
paradójicamente le permite acercarse para poder binada con cierta ironía distanciadora, anuncia el
reflexionar sobre una historia de amistad furiosa nacimiento del spaghetti-western, hijo bastardo que
y vitalista, fresca y alejada de toda afec tación, tendrá en Leone su mejor exponente (duelos como
irónicamente alegre y tri stemente irónica. Son el de VERACRUZ serán ritualizados hasta convertir-
hermosos esos planos en los que Cooper y Lan- los en auténticos ceremoniales de muerte, siempre
caster pasean por el campamento de los rebeldes amenazando adormecer a sus detractores en plena
juaristas, reducto de paz Peckinpahiano, o esa sin- coreografía duelística). La amplia sonrisa del te-
gular declaración de amistad que entraña el rela- mido y temible burlón, que Huston no dudaría en
to del bandido. convertir en sonora carcajada, presagia la galería
En VERACRUZ la traición se convierte en sar- de perdedores y desheredados que se asomarán al
cástico leiv-motiv del que todos Jos personajes son western, mientras que e l personaje escéptico que
protagonistas. El juego irónico quiebra el eterni- encama un Cooper visiblemente envejecido, anun-
zante conflicto entre el Bien y el Mal, "ejemplifi- cia los anti-héroes cansados y acosados quepo-
cado" en los personajes principales. Las dos se- blarán los westerns crepusculares: los mismos Jack
cuencias, montadas una inmediatamente después Elam o Emest Borgnine, mercenarios en VERA-
de la otra, en las que ambos planean traicionarse CRUZ, cabalgarán años m ás tarde en anacrónicos
acompañados de las respectivas mujeres, son su- grupos salvajes en los estertores del género. Hu-
ficientemente clarificadoras. Los virtuosos cen- go Friedhofer, cuya aportación al western pasa por
tauros de antaño. apenas podrían respirar en un FLECHA ROTA y EL ROSTRO IMPENETRABLE (ÜNE-
ambiente tan viciado. El desafío final preludia los EYE JACKS, 1960), compone una partitura musical
lacerantes enfrentamientos de Peckinpah. La amis- de vibrante ritmo que completa el vivo tono del
tad toca su nota más alta en un desenlace fatal y film, generoso en acción y movimiento, a la postre
anunciado, en la quintaesencia del western: el due- las claves que, según el maestro Ford, convertían
lo. El muerto se despide con Ja arrogancia del que al western en el mejor de los géneros.
ha logrado vivir, y el vivo muere un poco más, con Con Los PROFESIONALES (THE PROFESSIONALS,
la gonía del que ha sabido morir. Como Douglas 1966), y ÜRUPO SALVAJE (THE WILD BUNCH, 1969),
enviando a Quinn al último tren de Gun Hill, Ro- VERACRUZ completa un violento tríptico que re-
VERA CRUZ
bert Taylor desafiando en aquella ciudad mue11a flexiona sobre el intervencionismo norteamerica-
a Widmark, Brando descubriendo s u rostro impe- no en tierras mexicanas, siendo fácil descubrir una
Robert Aldrich
netrable ante Karl Malden, o la marmóre a figura lectura paralela que en forma de metáfora va a cri-
con Randolph dolorosamente tallada en cualquier ticar las correrías exóticamente sanguinolentas que United Artists, 1954
film de Boetticher. el imperio yanqui realiza por Corea o Vietnam. El Borden Chase
VERACRUZ está ambientada en un escenario propio Aldrich recuperaría el tono metafórico en
Roland Kibbee y James R.
hasta entonces poco habitual: México. El país ve- LA VENGANZA DE ULZANA (ULZANA'S RAIS, 1972), Webb
cino será sinónimo de huida, de último refugio pa- acercándonos a través de la matanza de indios a
Ernest Laszlo
ra los último "outlaws", tenitorio todavía virgen las coetáneas carnicerías que se estaban llevando
que alterna paz. redentora y violencia paroxísti- a cabo en el Vietnam. Hugo Friedhofer
ca. Cielo e infierno incrustados en la mirada de "Cuando la leyenda se convierte en un hecho, Gary Cooper, Burt Lancas·
Peckinpah. El paisaje azteca, con sus pirámides se imprime Ja leyenda''. Linconln County, Tombs- ter, Denise Darcel, César Ro·
mero, Sarita Montiel, Ge·
milenarias que son un elemento extraño al wes- tone, San Antonio ... y Veracruz, forjadora de su orge Macready, Ernest
tern. y que anuncia lo insólito como característi- propia leyenda con aquel memorable beso que Borgnine, Jack Elam. Jack
Lambert, Charles Bronson
ca del film crepuscular, se va a beneficiar del apo- Sarita Montiel conseguiría estampar en la boca del
geo que las mocropantallas conocen en la déca- mismísimo Gary Cooper. !1:P 85 minutos
VERTIGO
Libros de cine

POR PRIMERA O ÚLTIMA VEZ. NICHO- sido escritas han pasado sus vidas intentando no abu-
LAS RA Y HACIENDO CINE - rrir a la gente" (p. 89). Se nos perdonará que no com-
Nicholas Ray (textos reunidos por Susan Ray) partamos la apreciación de Nicholas Ray al m enos
Fundación de Cultura del Ayuntamiento de Ovie- en lo que concierne a los textos autobiográficos reu-
do, 1994. 372 páginas. nidos en Por primera o última vez y muy en particu-
"Un director de cine. muy desilusionado con la
lar al que se inicia con estas palabras. Su infancia en
vida en la capital de los mercaderes de sueños, se La Crosse, su relación con su padre, se expanden so-
retiró de la escena para encontrar refugio en las
dunas de una isla en el Mar del Norte" (p. 33 1).
bre su filmografía iluminándola, despejando muchas
incógnitas. En otros capítulos salen a relucir sus pro-
I was interrupted podría haber sido un buen título, o blemas con el alcohol, su enfermedad ... Su tormento-
al menos tan bueno como el más socorrido/' m stran- so matrimonio con Gloria Grahame, el especial cari-
ger here myself, para la autobiografía de Nicholas Ray ño que sentía por Bogart, su ambígua relación con
76 si ésta hubiese sido escrita. Un título perfecto para una Howard Hughes . _. Breves apuntes en los que Ray sen-
V carrera interrumpida prematuramente tras tres lus-
tros de trabajo en Hollywood, Jos que median entre
tado en su confesionario imaginario, habla siempre en
primera parsona, sobre si mismo. Es lógico que el li-
Ja explosión de vitalidad de THEY LNE BY NIGHT (1948) bro carezca de homogeneidad, que sea impe1fecto.
y la expulsión del rodaje de Ja bronstoniana 55 DAYS De una vida imperfecta no puede salir una obra sin im-
AT PEKIN (1963). Quince años en Jos que Ray quiso pe- perfecciones y el ejemplo más adecuado sería WE CAN'T
ro no pudo imponer su voluntad de autor dentro de las GO HOME AGAIN, película con la que el libro guarda más
rígidas estructuras de producción de los estudios holly- de un paralelismo. Como aquella, Por primera o últi-
woodenses, atrapado en esa contradicción tan dolo- ma vez podría "estar basado en el concepto de que no
rosa a toda una generación: Losey, Fuller, Rossen, to- pensamos en línea recta, y en que la banda de celuloi-
dos ellos, como Ray, comenzaron a dirigir a fines de de (aquí el papel) no reconoce ni el tiempo ni el es-
los 40 y terminaron siendo despedidos del paraíso. pacio, sólo los límites de la imaginac ión del hombre"
Que, pese a todo, Ray precisaba de Hollywood Jo (p. 333).
demuestra el hecho de que en Jos quince años siguientes No querríamos terminar sin hacer mención al apa-
sólo llegase a concluir (es un decir) dos nuevos largo- sionado texto introductor io de la propia Susan Ray,
metrajes: El primero de ellos, WE CAN'T GO HOME AGAIN una biog rafía de los últimos años del autor de JOHNNY
( 1973), rodado con los alumnos de cine del Harpur Co- GUITAR y REBEL WITHOUT A CAUSE que, como afirma
llege, todavía no conoce su montaje definitivo; el se- Jos Oliver en las solapas de l libro, "arroja más luz
gundo, LIGHTNING OVER WATER ( 1980), codirigido por sobre Ja causa de la misteriosa fascinación que ejercen
Win Wenders, es la representación de su propia muer- sus películas y su significado profundo que todo lo que
te y por tanto tampoco pudo ser montada por Ray. Films se ha escrito hasta ahora". Queda dicho.
inacabados, como decíamos más arriba; punto final de
una obra impe1fecta que nunca pudo ser culminada. Jaime J. Pena
A esto parece aludir el título castellano de I was
interumped: Por primera o última vez, título menos
bello pera igualmente esclarecedor Uusto lo contrario SOUND THEORY, SOUND PRACTICE
del francés, Action: nos hubiese parecido más adecuado VVAA (Rick Altman editor), Routledge, New York-
Cut). Y sin duda la heterogeneidad de los textos de Ni- -London, 1992. 291 pgs.
cholas Ray aquí reunidos por Susan Ray son buena
prueba de ello. El libro se compone básicamente de la TRAJE A MEDIDA
transcripción de quince Generalizando se podiía afirmar que como consecuencia
clases sobre dirección de de las nuevas corrientes historiográficas y teóricas que
actores de Ray y sus se han impuesto en el ámbito de la cinematografía de
alumnos, m ás fragmen - unos años a esta parte, veinte, más o menos (y de las
tos autobiográficos y de que todos somos producto, con perdón del lector). mu-
su diario personal, y cu- chos autores han vuelto sus ojos -y sus plumas- so-
bre los diez últimos años bre el sonido, hasta entonces el gran olvidado de los
de su vida, el periodo que escritores cinematográficos. Este libro es un claro ejem-
va desde el juicio contra plo de los caminos que dichos trabajos sobre el papel
los Siete de Chicago, a fi- del sonido en el cine han ido tomando a lo largo de los
nales del 69, época en la años ochenta y en que se están concretando en Ja pre-
q ue conoció a la que lue- sente década.
go seria su esposa, Susan Aunque la concepción del libro es la de ohra de
Ray, hasta a su muerte, varios autores, Ja presencia de su editor, Rick Altman,
acaecida el 16 de junio de es constante en todos y cada unos de sus capítulos (bien
1979. como autor material, bien en forma de cita, referencia
" Detesto aburrir a la o agradecimiento). De hecho, además se escribir el pró-
gente, creo que la mayo- logo y el epílogo, él es el encargado de int roducir ca-
ría de las biografías son da una de las tres partes del libro y además se reserva
aburridas. Y me fastidia el espacio oportuno para redactar dos capítulos. No se
que lo sean porque los ci- trata de dudar de la capacidad de un reconocido autor
neastas sobre los que han como Altman para afrontar todo ese trabajo (de hecho
VERTIGO
Libros de cine

sus escritos están entre los de más alto nive l del vo- tuales de la evolución en el uso y la recepción de las
lumen), sino de plantear sí realmente se trata de una bandas sonoras. En definitiva, saco donde cabe todo,
obra coescrita por varios autores o un trabajo de un só- aunque en su mayor parte se trate de artículos que es-
lo autor complementado por escritos de otros. De he- tudian momentos específicos (más o menos amplios)
cho, cuatro de los once autores (aparte del editor) que de la historia del cine y que por lo tanto tendría cabi-
aparecen en el libro tienen por todo mérito haber si- da en la segunda parte. [No es este el lugar oportuno,
do alumnos de Altman (y este no es un dato anecdó- pero a la luz de textos como los publicados en este li-
tico, dada la calidad de sus capítulos). bro se podría plantear un interesante debate sobre las
En cuanto a los planteamientos generales de la fronteras entre la teoría y la historia cinematográfica.]
obra, Altman dedica el primer capítulo a glosar las in- A pesar de todos los peros que aquí aparecen, es-
justicias que tanto teóricos como historiadores han co- te volumen resulta una lectura apasionante por su va-
metido con la banda sonora cinematográfica. Como riedad de enfoques y por lo osado de algunas de sus
77
respuesta a tal afrenta, el autor pretende remarcar la hipótesis; además incluye una extensiva bibliografía
importancia (y la pluralidad significativa) del sonido de gran utilidad para neófitos y un glosario de térmi- V
en e l cine, pero c omete e l error de llevar sus argu- nos muy útiles y fáciles de asimilar para la realización
mentos a límites casi apocalípticos. Así, su plantea- de análisis sonoro del film. Ahora será cuestión de sen-
miento atomizador sobre la audiencia cinematográfi- tarnos a esperar a que este tipo de trabajos comien-
ca, según la cual en una misma proyección 'cada es- cen a florecer entre nosotros.
pectador oye un sonido diferente' según su situación
en la sala (pág. 24) le lleva a un punto sin retomo pa- Josetxo Cerdán
ra abordar su objeto de estudio. Aunque el propio Alt-
man es capaz de ver las limitaciones de estos plantea-
mientos radicales, no presenta alternativa a su for- CIENCIA FICCION USA. AÑOS 50
mulación (pág.42). Por fortuna, el texto de James Las- NOSFERATU 14/15 (febrero 1994)
tra, 'Reading, Writting, and Representting Sound ' vuel- San Sebastián, Patronato Municipal de Cultura.
ve sobre el tema y plantea la visión de A lttnan como 230 págs.
una reformulación del idealismo platoniano a la c ual
enfrenta como 'solución pactada' un acercamiento al Puede que a más de uno le extrañe a primera vista en-
idealismo según la concepción del ténnino impulsada contrar dentro de esta sección de LIBROS un comen-
por Jacques Derrida (págs. 78-86). [A unque desde tario acerca de una revista de cine (aunque, bien mi-
unos planteamientos del todo diferentes, José Antonio rado, no sería mala idea incorporar en algún próximo
Marina en su best seller Elogio y refutación del inge- número de VERTIGO una entrega - a la que podría-
nio, también ofrece una visión integradora en la línea mos titular "Reinos de Taifas'', o algo así- dedicada
de Derrida que sirve para cuestionar los planteamien- a recorrer el panorama de las publicaciones cinemato-
tos de Altman y otros autores en principio críticos, pe- gráficas periódicas que actualmente presenta el patio
ro cuyos escritos acaban por tener marcado tono te le- estatal; seguro que cuando menos resultaría j ugosa).
ológico]. De todas formas. esta aparente excepción queda muy
Es curioso que la primera parte (Theorica/ Pers- atenuada como tal dado el carácter de l monográfico
pectives), se cierre con un capítulo de Michel Chion e laborado por el equipo de NOSFERATU. concebi-
(de los más interesantes de la obra) en el cual éste re- do como un completo acercamiento a un género (o sub-
aliza un acercamiento a la historia de l cine sonoro pa- género, eso depende de quien opine) como la ciencia
ra incidir, una vez más, en su teoría sobre un nuevo ficción y un época, la década de Jos 50, que hasta el
modelo cinematográfico cuyo estilema principal sería momento no habían disfrutado ele mucha suerte por lo
lo que él llama la descentrali::.ación del verho en la general a la hora de encontrar un hueco en el ámbito
banda sonora. ¿Qué criterio ha utilizado el autor para de las publicaciones cinematográficas en nuestro país
situar este trabajo entre los teóricos y no entre los his- (salvando, eso sí, multitud de artículos y dossiers pun-
tóricos?. tuales esparecidos aquí y allá), limitándose la oferta
Otra cosa que llama la atención es que mientras la a unas cuantas aproximaciones genéricas más o me-
primera parte son ' Perspectivas teóricas', la segunda nos globales, más o menos afortunadas'.
lleva por título 'Especulaciones históricas'. como si Frente a esta manifiesta carencia de estudios con-
Altnrnn no estuviese muy convencido del valor de los cretos, la oportunidad de centrar un vol umen sobre el
escritos contenidos en este apa1tado; aunque en reali- tema en los años 50 se hacía evidente, ya que se trata
(1) Otro tema sería entrar del período en el que la ciencia ficción cinematográfi-
dad es posible que este título tenga su razón de ser en
en un fenómeno muy ca-
racteríst ico del género co- la pluralidad de planteamientos históricos que ofre- ca (hasta entonces re legada en conjunto al reducto de
mo es el de las revistas es- ce. En esta segunda parte, Altman, como maestro de las películas seriales o ele olvidables productos de re-
pecial izad as -no sólo ci-
nematográficas- y en gran ceremonias, escribe posiblemente el texto más jugoso lleno. en contraste con el auge de las 'horror movies' )
número fanzines (cuyo for- experimenta un tremendo despegue tanto desde un pun-
y controvertido, aunque no dejan de resultar muy es-
mato, presentación, calidad
y periodicidad abarcan ca- timulantes plantean1ientos como el de Natasa Durovi- to de vista cuantitativo como cualitativo, coincidien-
si todas las variantes posi- cová en su acercamiento al fenómeno de las versiones do con una de la etapas más alucinantes de la historia
bles) que circu lan por ca-
nales de difusión general- multilíngües de la transición al sonoro. norteamericana contemporánea: la llegada de la lla-
mente alternativos - mu- La te rcera parte ('Neglected Domai ns'. que nos mada guerra fría con el nuevo orden mundial que la
chas veces de ámbito local
o, a lo sumo, provincial- a atreveríamos a traducir como ' ámbitos desatendidos ') postguerra habfa instaurado y que en los Estados Uni-
la distribución norma liza- dos manifestó una serie de síntomas muy importan-
le permiten a Altman ofrecer una serie de textos mul-
da que suele surtir al lector
medio. tidisciplinares que se aproximan a aspectos más pun- tes (el pánico nuclear, la paranoia anti-comunista, etc.),
VERTIGO
Libros de cine

cuyos perniciosos efectos secundarios parecen haber-


se instalado en esa sociedad definitivamente. Todo lo
cual, como es bien sabido, alcanzó su expresión pa-
radigmática en la "caza de brujas" auspiciada por el
senador Joseph McCarthy que asolará durante años la
industria cultural yanqui. Este ambiente cercano a la
histeria colectiva (potenciado también por las prime-
ras noticias, a finales de los cuarenta, que dieron cuen-
ta del avistameinto de OVNIS) propulsó una deman-
da de historias, fantasías o fábulas - tanto en el me-
dio cinematográfico como en el ámbito líterafio-- que
pudieran dar salida a esos temores colectivos centra-
78 dos, sobre todo, en una obsesión por el peligro de la
V invasión, circunstancia que en muchos casos fue apro-
vechada por la industria para hacer de la ciencia fic-
ción un arma de propaganda de primer orden acerca
de las virtudes del modo de vida norteamericano.
Una época, entonces. apasionante también en lo
que concierne a la producción cinematográfica y que
puede ser revisada desde múltiples perspectivas y me-
todologías. Por esto, y por la carencia de ediciones an-
tes mencionada. no sorprende la necesidad de un vo-
luminoso número doble para paliar -siquiera en par-
te- el vacío preexistente al tiempo que poder dar ca-
bida a todo tipo de enfoques, desde el meramente di-
vulgador hasta el rigurosamente analítico (siguiendo De momento, pues, un manual de referencia (has-
la línea habitual de esta - por otra parte estupenda- ta nueva orden) en nuestro mercado para todo lector
mente editada- publicación). Como suele suceder en interesado en ahondar dentro de este (sub )género más
estos casos, la virtud de este planteamiento (con una allá de los tópicos y cómodos vapuleos con los que, en
riqueza de opciones que redunda en la amenidad y demasiadas ocasiones. se ha visto despachado.
complementariedad de su lectura) conlleva asimismo
sus propias limitaciones, de manera que frente a la se- Xosé Nogueira
riedad e interés de algunas aportaciones o la patente
utilidad de otras (a destacar la amplia FILMOGRAFÍA
elaborada por Dolores Devesa y Alicia Potes; también SCARLETT'S WOMEN. GONE WITH THE
el magnífico CATÁLOGO aportado por Jordi Costa), WIND AND ITS FEMALE FANS
seguimos encontrando pertinaces ejemplos acerca de (Las Mujeres de Escarlata. Lo que el Viento
la confusión entre opinión e identificación de gustos, se Llevó y sus Admiradoras)
entre rigurosidad y arbitrarios criterios de valor: asun- Helen Taylor, Londres, Ed. Virago, 1989.
tos éstos que conducen a un desequilibrio de conteni-
dos tomando e l volumen en conjunto, que va a de- Tras la transmisión en televisión de la segunda parte
sembocar en una sección de CRÍTICAS que es -con de la emblemática película Lo QUE EL VIENTO SE LLE-
mucho-- lo más flojo (con las pertinentes excepcio- VO (Víctor Flerning, MGM/Selznick International,
nes de siempre) de este monográfico. Afortunadamente, USA, 1939), parece oportuno comentar brevemente un
el balance final favorece con claridad al primero de los libro británico, no editado en nuestro país, que se ocu-
grupo smencionados, en el que se inscriben una serie pa de reflexionar acerca de tan legendario filme.
de artículos sobre cineastas a reivindicar como Edgar Lo QUE EL VIENTO SE LLEVO no es una película (no-
G. Ulmer, William Cameron Menzies o Jack Amo! a vela) cualquiera. Es más bien todo un fenómeno cul-
cargo de Tony Partearroyo, Carlos F. Heredero y Car- tural. Cincuenta y cinco años han pasado desde su es-
los Losilla respectivamente; destacan también aque- treno en 1939* sin que su poder haya decrecido lo
llas aportaciones que, como las de J. A. Molina Foix, más mínimo, ya que la película se ha convetido en
J. Hemández Ruiz o V. Sánchez-Biosca, contribuyen toda una referencia cultural y en influencia esencial en
a enriquecer y ampliar el bagaje de instrumentos teó- toda una serie de novelas, series de televisión y pelí-
ricos con el que poder acercarse al estudio de esta eta- culas posteriores. Y sin embargo, es ahora cuando ha
pa clave en la evolución de la S. F. llegado hasta nuestros hogares una segunda parte que,
Lo cierto es que, por encima de pequeños dese- aunque parece prometer beneficios millonarios, no ha
quilibrios o presuntas omisiones muy difíciles de evi- llegado a causar ni siquiera la expectativa y, no diga-
tar en un dossier de estas características, se impone mos la euforia colectiva, de su genial predecesor.
el agradecimiento a quien corresponda por la osadía y A nadie le sorprende encontrar un TERMINATOR II,
oportunidad en la elección del tema, atendiendo antes III; un ROCKY II , III en las carteleras de su ciudad, o
(*} Este artículo fue escrit o
a criterios que persiguen un rigor histórico que a esos un capítulo 257 en los televisores de sus casas, ¿pue-
en 1994, cuando se estaba
otros como el del supuesto "buen gusto" (?) que tan- de decirse lo mismo de un Lo QUE EL VIENTO SE LLE- t ransmitiendo Lo Qu e EL
V IENTO SE LLEVO 11 en una ca-
ta confusión, inutilidad y pacatería han sembrado en vo?. El criterio popular tiende generalmente a decan-
dena de televisión españo-
muchos trabajos (??) sobre el medio cinematográfico. tarse por 'todas las segundas partes son malas'. Pero la.
VERTIGO
Libros de cine

con "Lo QUE EL VIENTO ra del libro y de la presente reseña, la consideren una
SE LLEVO II" se ha llega- de las películas que más les ha impactado en su vida?
do más lejos. Me atrevo Y es que que las espectadoras se identifiquen con Es-
a decir que esta secuela carlata no es tarea difícil. Sus problemas no dejan de
fue ya rechazada por el ser problemas que todos tenemos o hemos tenido. Pro-
públ ico, antes de que se blemas con los padres, hermanos, hijos, con nuestra
hubiese llegado a rodar vida sexual o con la cuenta bancaria. ¿A quién no le
un sólo plano. Y es que ha pasado, como a Escarlata, que se ha dado cuenta de
¿cómo va a ser igual la sus deseos y necesidades cuando ya era demasiado tar-
pantalla de cine a la del de?.
televisor?, pero sobre to- Siguiendo cierta tendencia sociológica que se ha
do, ¿quién puede sustituir arraigado en los círculos de investigación de corte fe-
minista, supuestamente para evitar la acusación de es-
79
a Vivien Leigh como la
caprichosa, rebelde y tes-
tarnda Escarlata O 'liara?,
peculación acerca de cómo se reciben ciertos discur-
sos. el método utilizado por Taylor se basó en entrar
V
¿quién puede convencer en contacto con las propias espectadoras. Para ello, es-
a los espectadores que cribió a docenas de periódicos y revistas de mujeres
Rhett Butler no tiene la pidiendo a las fans de Lo QUE EL VIENTO SE LLEVO que
sonrisa y la mirada de un le escribiesen sus recuerdos y opiniones acerca de la
Clark Gable al pie de una película. Así recibió cientos de cartas y cientos de cues-
escalinata? Me parece que tionarios fueron rellenados por mujeres británicas y,
la imaginación popular algunas, estadounidenses. Taylor recoge, selecciona y
está demasiado arraigada categoriza la información que recibe de todas las en-
en ese sentido. Por otro tusistas fans que le escriben y recoge en su libro tan-
lado ¡,cómo va a conti- to anécdotas -sobre todo de aquellas mujeres que vie-
nuarse un filme con uno de los finales más sorpren- ron la película por primera vez durante la 11 Guerra
dentes. aclamados y famosos de la Historia del Cine, Mundial- e impresiones de las espectadoras - la im-
sin irritar profundamente a todos los espectadores que portancia que el visionado del fi lme ha tenido para mu-
han fabricado sus propios finales según sus deseos y chas mujeres en momentos difíciles de sus vidas-;
fantasías?. El tema del final me recuerda a CASABLANCA como el placer compartido entre madres, hijas y/o ami-
y, para mi perplejidad más absoluta, leo en La Voz de gas o las diferentes opiniones que merecen Rhett y
Galicia del día 22 de Diciembre de 1994, tras haber es- Ashley. Todo ello para llevar a cabo un análisis. bas-
crito este artículo , que se va a rodar en España la 2" tante acertado en mi opinión, pues va más allá del me-
parte de este otro clásico, sustituyendo a Bogart por ro dato, de los personajes y sus intérpretes, de los te-
Alain Delon (?). mas principales de la obra (la supervivencia, el amor,
Este radical rechazo se refuerza tras leer el fasci- la muerte.el poder de la tradición o la leallad a los
nante libro de Helen Taylor, el cual nos adentra en el orígenes), de las escenas culminantes (como la escena
mundo de la novela, del filme y de su recepción de la de seducción/violación, según opiniones, que es aque-
forma más amena. Su análisis tiene por objeto tratar lla en la que Rhett, borracho, coge a Escarlata y se la
de descubrir el lugar que ocupa Lo QUE EL VIENTO SE lleva escaleras arriba) y del final ambiguo, promotor
LLEVO en la imaginación, recuerdos y experiencias de diversas interpretaciones y expectativas. De todos
de individuos y grupos de diferentes generaciones; tra- modos, no acaba todo aquí; y es por eso que el libro
ta de descubrir qué significados y asociaciones indi- resulta bastante completo, ya que, a partir del análi-
viduales y sociales, ha ido generando el filme a lo lar- sis sobre las espectadoras, otros aspectos y temas fun-
go de sus cincuenta años de existencia. Su foco de damentales salen a relucir: el racismo (Ku Klux Klan),
interés, sin embargo, y debido a la amplitud del te- la Guerra Civil americana, el problema de la objeti-
ma, se reduce a las espectadoras porque, aunque mu- vidad en toda novela histórica (el mítico Sur es más
chos hombres disfrutan con la película, es indudable poderoso y perdura más en la mente de las gentes que
que este es más bien un filme 'para mujeres', un filme el Sur histórico), la conjunción de la literatura y el
que deviene especialmente significativo para sus es- cine, la construcción del star system o el placer de
pec1adoras. Porque, no sólo la protagonista es una mu- ver cine.
jer, sino que la autora de la novela original es también Es este, pues, un libro, en mi opinión apasionante,
una mujer, Margaret Mitchell, quien forma parte y es para todos aquellos que admiren la novela y/o el filme,
heredera de toda una tradición de mujeres sureñas es- para aquellos interesados en la teoría del espectador
critoras (hay un capítulo dedicado a ella). Helen Tay- cinematográfico o para aquellos que, concretamente,
lor, por otro lado, es una teórica feminista y, como tal, estén interesados en un estudio que se centre en la re-
se interesa en comprender el poder que ejercen deter- lación entre las mujeres y los productos culturales que,
minados discursos culturales sobre las mujeres (den- corno este, van dirigidos específicamente a ellas.
tro de esta misma corriente se encuentra también el tra-
bajo de Radway sobre la novela folletinesca o el de Eva Parrondo Coppel @
Modleski sobre los culebrones televisivos). La auto-
ra se pregunta, entonces. ¿qué fantasías, deseos y te-
mores son puestos en escena en Lo QVE EL VIENTO SE
LLEVO para que miles de mujeres, entre ellas la auto-
VERTIGO
Cine y arquitectura

7. PANTALLA PARA PROYECCIÓN


EN LA CALLE REAL
[H ot el Ferroca rril ana, A Coruña]

Pedro López Gó m ez

80
V El 4 de abril de 1942, D. Augusto P01tela,D.
Justo Femández Fandiño y D. Ricardo Mu-
El proyecto contó con el informe favora-
ble de los vocales presentes de la Junta Mu-
ñoz Ortiz, el primero con establecimiento de nicipal Consultiva e Inspectora de Espectá-
fotografía en la calle Riego de Agua, y los culos, el Arquitecto Municipal D. Santiago
otros con domicilio comercial en la calle de Rey Pedreira, firmado el 30 de mayo, el In-
San Andrés, ng 178, l g (Arte y Publicidad), geniero Jefe de Industria, Pérez Alcalde, el
solicitaban al Gobernador Civil de A Coru- 20 de junio, y del Jefe Provincial de Sanidad,
ña la autorización para instalar una pantalla Aurelio Bono, el 22 de junio, p or lo que el
cinematográfica en la vía pública, cuyas ca- Gobierno Civil (Negociado de Espectácu-
racterísticas consignaban en el diseño que se los), resolvió conceder la autorización a los
adjuntaba, con intención publicitaria. La pan- interesados el 30 de julio, con la salvedad de
talla, de 1 '30 m 2 , se instalaría en la casa n!? que presentasen el esquema de instalación
100 de la Calle Real (Hotel Ferrocarrilana), eléctrica, que deberían enviar a la Delega-
en el primer piso, verticalmente sobre el bal- ción de Industria, y cumpliesen el Regla-
cón, con un saliente de 0'60 m. sobre la ca- mento de Instalaciones de Julio de 1933, an-
lle, frente a los Cantones, realizándose la tes de proceder a su inauguración. Se condi-
proyección desde una pequeña cabina al otro cionaba la autorización a que no se produje-
extremo del balcón, que ocuparía 2 '70 m3, sen aglomeraciones de gente que dificulta-
sin sobresalir de la línea de edificación. En sen e l tráfico, en cuyo caso podría anularse
cuanto a los anuncios de diapositivas se al- el permiso. La autorización se remitía al Al-
ternarían con cintas documentales de corto calde, para, una vez diligenciada por éste, se
metraje y propaganda local y regional pre- pusiese en comunicación de los solicitantes.
viamente autorizados, que redundarían en be- [Archivo del Reino de Galicia. Gobierno Ci-
neficio de la ciudad en el aspecto turístico. vil, leg. 3417]. @

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