Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mentalizacion y Autismo PDF
Mentalizacion y Autismo PDF
Slade
1
Profesora de Psicología Clínica y Evolutiva en la City University de Nueva York y Visiting Research Scientist en
Yale Study Center, donde dirige el programa Minding the Baby. Creadora del concepto de función reflexiva pa-
rental y creadora, junto con Larry Aber, de la Parent Development Interview. También trabaja como psicóloga
clínica privada.
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
2
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
3
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
4
niño, y su representación de éstos primera- ayudan a los padres a dar sentido a la expe-
mente en acciones y, más tarde, en palabras y riencia interna del niño, como el contacto
juegos, se encuentran en lo esencial del cuida- visual, los indicadores típicos de placer, dolor,
do sensible y son cruciales para que el niño miedo y tristeza, la comunicación directa, etc.
desarrolle finalmente capacidades mentaliza- Así, la re-presentación y reflejo de la emoción
doras propias. Gergely y Watson (1996) han que permite al niño descubrir su propia expe-
prestado especial atención a las formas me- riencia interna, no puede tener lugar u ocurre
diante las cuales el bebé aprende acerca de sus de forma distorsionada, sobre todo debido a
propios estados del self al verlos reflejados en que el proceso normal y por excelencia hu-
su cuidador. Sugieren que el niño no nace con mano de darse cuenta de aquello que está en
la capacidad de reconocer estados afectivos la mente del otro se vuelve terrible y espanto-
primarios generados constitucionalmente samente complejo. La madre quedan a cargo
como estados significativos del self. Más bien, de la tarea de localizar el estado mental del
la sensibilización hacia los estados del self y niño en un mar de comunicaciones confusa y
una eventual comprensión de los mismos, caótica, comunicaciones que parecen –al me-
viene dada en primer término por el reflejo nos al comienzo- completamente no comuni-
parental de sus afectos. Así, es a través de la cativas. La madre debe mentalizar lo que pa-
marca de las madres de ese reflejo de los afec- rece a primera, a segunda y a décima vista
tos de sus niños desde muy pequeños – inmentalizable.
produciendo una versión exagerada de la ex-
presión real de la emoción, de modo tal que el Encontrándose en la mente del otro
estado del niño se le refleja como una “repre-
sentación”-que los niños comienzan a organi- Y la madre debe hacer esto sin ninguna
zar su propia experiencia. El niño aprende en recompensa de reciprocidad y mutualidad, o
primer término acerca de los estados mentales lo que Kalmanson describe como la “típica
observándolos en sus cuidadores, como repre- experiencia evolutiva de un placer en cascada
sentaciones de su propio estado del self; solo tomado en la mirada, la vocalización y el mo-
entonces puede empezar a reconocer esos vimiento compartidos” (Kalmanson, 2009; p.
estados en sí mismo. En términos de Winni- 45). “Acertar” en la relación temprana es in-
cott (1995) “el padre/madre se encuentra con mensamente placentero y motivante porque el
el gesto espontáneo del niño, dándole vida y niño prospera. Como Benedek (1959) descri-
significado”. bió hace tiempo, estos momentos son esencia-
Pero, ¿qué ocurre si la inclinación natural les para que los padres se sientan como “bue-
y evolutivamente seleccionada de los padres nos” padres y así como un “buen” self, y pro-
para identificar los estados del niño y reflejar- veen oportunidades decisivas para la creativi-
los es perturbada por el hecho de que los sig- dad, la reparación y para una profunda grati-
nos de su experiencia interna son ilógicos, ficación. Y además de prosperar, el niño co-
abrumadores, aterradores, extraños, delicados rresponde. Esto es, la habilidad de la madre y
o casi imperceptibles? ¿Qué pasa si ella misma su entusiasmo realmente grande por ordenar
no puede encontrar al niño, y menos aún re- lo que el niño está primero sintiendo y luego
flejarle este descubrimiento? ¿Qué ocurre si el pensando, asociada a la buena disposición
gesto espontáneo del niño no tiene sentido biológica del niño para comprometerse y ser
para los padres y hiere sus sentimientos? En entendido, juntos arman el escenario para lo
los niños del espectro autista faltan o se inte- que Stern (1977) describió tan bellamente
rrumpen los indicadores que generalmente hace más de 30 años como el “baile” de la in-
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
5
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
6
que son una parte normal de la paternidad, sentido, son a menudo sencillamente intole-
tanto como los positivos. De hecho, las emo- rables e inmentalizables. El odio, en particu-
ciones negativas son un hecho de la vida en lar, es inverbalizable, incluso impensable. Es
todas las relaciones humanas, incluyendo la raro que el padre de un niño del espectro au-
relación paterno-filial. Pero, como señalaron tista pueda contener y sentir esos sentimien-
Fonagy y sus colegas (Bateman & Fonagy, tos sin terror. Está implícito en la postura
2004), las emociones negativas intensas tor- mentalizante el darse cuenta de que un senti-
nan especialmente difícil la tarea de prestar miento es sólo un sentimiento, sólo un estado
atención o inclusive de sentir curiosidad acer- de la mente. De hecho, la mentalización sólo
ca de lo que hay en la mente de otra es posible cuando un sentimiento es regulado
persona (o de uno mismo). Es decir, las hasta un grado en el que puede ser contem-
emociones negativas como el miedo, la triste- plado y simbolizado. Esta es la razón por la
za y particularmente el enojo son más difíciles que el humor y la actitud lúdica son tan a me-
de mentalizar, y por tanto de regular, que las nudo indicadores de mentalización; una expe-
emociones positivas. Y aún así, los momentos riencia debe primero ser simbolizada antes de
de intensa activación emocional y desregula- que sea posible jugar con ella. Pero para los
ción son los que más mentalización requieren. padres de niños atípicos, la distancia que es
Esto plantea un dilema particularmente intrínseca a la mentalización puede ser efíme-
difícil para los padres de los niños del espectro ra. Los sentimientos de esta profundidad e
autista, quienes tienen que lidiar con enojos, intensidad son muy vivos, muy peligrosos y
tristezas, dolores, penas y miedos más y más potencialmente destructivos como para refle-
prolongados e intensos que los padres de ni- xionar acerca de ellos. Por ejemplo, pocos
ños con desarrollo típico .Estos sentimientos padres de un niño atípico (si es que alguno) le
son provocados por tantos aspectos de su vida dirían a su hijo algo semejante a: “Tu sabes, si
diaria: por las realidades externas de encon- haces eso nuevamente tendré que matarte”. Y
trar y mantener una gran variedad de servi- sin embargo las madres de niños con desarro-
cios, pero más aún por las grandes dificultades llo típico dicen cosas así todo el tiempo. Pue-
que están en el núcleo de la condición de su den expresar tanta agresión al desnudo por-
niño, a saber su evitación social e incapacidad que -dado lo exasperadas que pueden estar en
de actuar con reciprocidad. Su niño no es fá- ese momento-no hay peligro en esta fantasía.
cilmente calmado, conformado o entendido y Captura un impulso fugaz, no un anhelo irre-
puede ser enormemente rechazador y obtuso, conocible y vergonzoso. Para la madre de un
como así también muy demandante. El curso niño del espectro autista, sin embargo, el im-
de su desarrollo es desconocido y bastante pulso podría ser simplemente muy cercano a
sombrío. Y, a pesar de que el enojo, la desilu- un deseo profundo, un deseo que la madre
sión, la tristeza y la ansiedad variarán en in- esconde incluso ante ella misma. Aún el bro-
tensidad, nunca se irán; solo aprenderán a mear acerca de tan terrible posibilidad, ame-
manejarlas (Crown, 2009). Lo que esto signifi- naza las conexiones que aún se sienten muy
ca es que las habilidades mentalizadoras de los vulnerables. Así, esta oscuridad privada per-
padres –no obstante, robustas- son desafiadas manece no integrada e inmentalizable.
sin descanso por afectos negativos intensos. Una consecuencia de este acertijo es que
Agreguemos a este acertijo el hecho de que lo que se presenta tan a menudo a un niño
muchos de los sentimientos que experimentan (más que re-presenta) son los propios senti-
son sentimientos con los que ningún padre se mientos de los padres –a menudo sin metabo-
sentiría cómodo de tener hacia su hijo. En este lizar ni modular. Es decir, muchos niños del
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
7
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
8
Las implicaciones clínicas de la paradoja de tamente, sus necesidades son profundas. Pero
la mentalización –para extender la metáfora del envoltorio- los
Desde el punto de vista de la teoría psico- padres suelen ser dejados fuera. De modo tí-
dinámica contemporánea, parece obvio que la pico, los servicios para los padres son “adicio-
paradoja de la mentalización se encuentra en nales”, esto es, son organizados e implemen-
el corazón del bien documentado estrés cróni- tados por los padres mismos, usualmente por
co y dominante que forma parte de la crianza fuera del programa de tratamiento para el
de un niño del espectro autista. Este estrés se niño. A menudo, son implementados cuando
agudiza cuando el trastorno del niño es parti- el dolor y sufrimiento de los padres se vuelve
cularmente severo o se manifiesta en acting extremo y amenazante para el progreso del
out conductual, o bien cuando los padres niño. Pero dentro del marco de los modelos
mismos son psiquiátricamente vulnerables, lo de tratamiento en si mismos, el mensaje im-
cual, por razones genéticas, suele ocurrir plícito o explícito para los padres es una ver-
(Hastings, 2008). Este ubicuo estrés se exacer- sión de lo siguiente: “yo se que es difícil, pero
ba por el hecho de que los padres deben coor- si usted no abandona, su niño se pondrá me-
dinar una gran variedad de servicios para el jor, aunque lentamente”. Tomemos, por
niño (a menudo frente a información inade- ejemplo, el siguiente extracto de un artículo
cuada y con poca educación acerca de las op- publicado por la psicóloga Laurie Peloquin en
ciones), como así también servir de terapeutas la página web de Floor Time
in vivo a lo largo de gran parte del día del ni- (www.floortime.com):
ño (y del propia). Esto es cierto ya sea que el “Casey, de 3 años y medio, se sienta
tratamiento esté orientado dinámicamente en el suelo, empuja un camión hacia
(como en el Floor model de Greenspan y atrás y hacia adelante, sin signo alguno
Weider, 2006) o enfocado en el comporta- de estar disfrutando lo que está hacien-
miento (como en el Análisis del Comporta- do. Su madre empuja un pequeño auto
miento Aplicado; Cooper, Heron & Heward, al lado del niño pero en vez de mirarla, él
1987); los padres son una parte intrínseca y mueve el camión un paso más lejos y
esencial del tratamiento del niño por años. vuelve a empezar. Su madre empuja el
Y aún, a pesar del hecho de que la capaci- auto hacia el camión, de modo que am-
dad del padre para negociar esta paradoja y bos hacen un sonido de choque. Casey
sus secuelas aumentará ampliamente sus po- toma su camión y esta vez se mueve en la
sibilidades de encontrar modos de compro- habitación, dándole la espalda a su ma-
meterse profunda y significativamente con el dre. Ella encuentra un tren y lo dispone
niño, de modo tal que éste alcance cruciales al lado del niño. Mientras el toma el
logros sociales, emocionales, cognitivos y sen- tren, ella toma el camión, hasta que
soriales (Greenspan & Wieder, 2006), los mo- Casey lo alcanza y ella se lo devuelve ha-
delos de tratamiento de los trastornos del es- ciendo un cambio: primero el tren, des-
pectro autista se focalizan casi exclusivamente pués el camión, de forma circular una y
en las necesidades del niño. En un sentido, otra vez.
esto no es difícil de comprender. Desde el
momento del diagnóstico, los niños de espec- ¡Éxito! Casey está empezando a
tro autista requieren cierta variedad de servi- aceptar a su madre como parte de su jue-
cios intensivos “envolventes” para asegurar go. Sin embargo, esto ha tomado meses
incluso logros moderados del desarrollo. Cier- de trabajo. La madre de Casey ha busca-
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
9
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
10
abordaje del desarrollo DIR” (p. 44). En ins- lo anotó en un preescolar privado, el cual –
tancias como estas, el niño y sus padres son bastante incapaz de manejarlo- finalmente
beneficiarios de las cualidades del terapeuta: derivó a la familia conmigo. No fue hasta sus
flexibilidad, sensibilidad, creatividad, coraje y seis años, luego de más de un año en una es-
una extraordinaria resiliencia. De hecho, la cuela pública muy receptiva, que su diagnosti-
literatura contemporánea sobre autismo con- co de Síndrome de Asperger se volvió claro.
tiene numerosos ejemplos clínicos de un tra- Leo y Marlene no tenían hijos y Leo había
bajo meditado, matizado y curativo con los querido siempre desesperadamente tener hi-
padres dentro de un trabajo diádico, indivi- jos. El había perdido a su madre en el parto y
dual o de pareja (Drucker, Greenspan & había sido criado en la mayor pobreza rural
Wieder, 2006; Greenspan, Wieder & por una tía soltera. Ya de adulto, era extrover-
Kalmanson, 2008). Muchos de estos trata- tido y sociable, una persona complaciente.
mientos abordan los desafíos fundamentales Marlene, quien había sido muy ambivalente
de mentalizar lo inmentalizable. Y aún dentro acerca de tener hijos, estaba bastante coartada
de los estrictos protocolos del comportamien- y limitada por sus rituales y necesidad de or-
to, muchos profesionales (sean o no especia- den. Había en gran medida enfermedades
listas en clínica de salud mental) son regular- mentales severas en ambos lados de la familia,
mente llamados para abordar luchas y conflic- siendo Leo y Marlene los más funcionales de
tos parentales (Hillman, 2006). Es difícil ima- sus hermanos y primos. Antes de la llegada de
ginar que –dado el hecho de que los padres David, habían luchado por controlar sin éxito
son una parte tan intrínseca del tratamiento en una miríada de formas un matrimonio
de los trastornos de niños en el espectro autis- distante pero funcional.
ta- el tratamiento pueda alguna vez funcionar Hay varios modos de pensar acerca de mi
si los padres no se sintieran contenidos y en la trabajo con esta familia, el cual duró cuatro
gran complejidad de su trauma no fueran años. Por un lado, estaba mi trabajo con Da-
comprendidos ni “sostenidos” de alguna ma- vid, el cual comenzó como un trabajo diádico
nera, ya sea dentro o fuera del tratamiento del con Leo (quien era claramente la figura de
niño. apego primaria, y quien hablaría por David en
He llegado a valorar esto por completo las sesiones conjuntas), y gradualmente evolu-
cuando trabajé con un niño con síndrome de cionó como un tratamiento individual. Mien-
Asperger y su familia hace algunos años. Da- tras David hacía progresos moderados en la
vid, de 4 años, fue traído por sus tutores. Da- terapia de juego, mi trabajo con Leo y Marle-
vid –quien era selectivamente mudo y extre- ne (y ocasionalmente con la madre de David)
madamente evitativo había sido adoptado por era absolutamente esencial para su progreso
su tío materno y su esposa -después de que la emocional, evolutivo, social y académico.
enfermedad mental de su madre le impidiera En el transcurso de nuestro trabajo jun-
cuidar de él. Debido a la enfermedad de su tos, vi a cada uno de ellos con David, los vi
madre, sus tíos (quienes estaban en sus cin- individualmente y los vi como pareja. Lo sor-
cuenta) habían estado muy cerca de él desde prendente era que si bien estaban abiertamen-
su primera infancia y a menudo lo cuidaban te dispuestos y entusiastas con cualquier tipo
aún antes de que formalmente se hicieran de apoyo que pudiera brindarles, sus capaci-
cargo de el. A pesar de que el tío había notado dades para mentalizar eran bastante limitadas.
algo extraño desde muy temprano, e incluso Leo se identificaba profundamente con David
había iniciado una evaluación en el hospital como el niño abandonado y como resultado
de niños local cuando David tenía tres años, él de esto tenía una gran necesidad tanto de gra-
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
11
tificarlo como rescatarlo. Así, a pesar de que él desataron con todo su poder destructivo.
era ciertamente la cuerda de salvataje de Da- Cuando ello ocurría, David y sus necesidades
vid, “ver” al niño de un modo complejo o ma- estaban perdidos. En lo que a sus cuidadores
tizado le resultaba muy difícil. Como resulta- respecta, la proyección reemplazó cualquier
do, Leo pudo poner pocos límites en el com- potencial mentalización. Leo estaba perdido
portamiento disruptivo y desorganizado del en sus esfuerzos por gratificar al niño que
niño y se deba poca cuenta de la profundidad hubiera querido tener y Marlene estaba perdi-
de la discapacidad de su sobrino o de la ur- da en su furia. Casi seguro, Marlene y Leo
gencia de sus necesidades de desarrollo. Como estaban perdidos el uno del otro.
resultado, la organización del hogar estaba a A medida que mi trabajo con esta familia
merced de las demandas e idiosincrasias del avanzaba, comencé a ver que Leo y Marlene
niño. necesitaban tanta atención como David –y
En contraste, Marlene consideraba al niño aún más. Luego de dos años de terapia de jue-
casi inaguantable. La inserción de este joven y go con David, durante el cual lo vi con sus
tan problemático niño tornó todo caótico cuidadores y particularmente con Leo, regu-
para ella y estaba furiosa. Allí estaba, atada larmente, llegué a sentir que las necesidades
con el hijo de su cuñada, a quien solo veía del niño eran mejor abordadas dentro del
como manipulador y “malo”. Mientras Leo ámbito escolar. En este punto, comencé a ver
consideraba que el niño no debía ser forzado a Leo semanalmente; lenta e irregularmente,
o directamente desafiado, Marlene insistía comenzó a separar su propia angustia (sobre
con límites y castigos. Ella no podía ni imagi- sus propias pérdidas cercanas, su falta de hijos
nar lo que vivía el niño y estaba constante- y su matrimonio limitado) de las necesidades
mente decepcionada y enfurecida con el. Ella y realidades evolutivas y emocionales de Da-
hacía frente a esta situación retrayéndose de vid. A medida que Leo progresaba, David se
ambos, así como también de la madre de Da- volvía más manejable. Marlene era, sin em-
vid (quien finalmente fue a vivir con ellos); bargo, más reacia a venir a las sesiones, y ten-
dejando al tío, a la madre y al niño cocerse en día a usarlas para descargar su cólera tanto en
su propia disfunción (a menudo extrema). La Leo como en David. Sus emociones negativas
discrepancia en las opiniones de Leo y Marle- eran tan implacables que ella rara vez tomaba
ne acerca de David –igualmente imprecisas- una postura mentalizadora. No hace falta de-
fue subrayada cuando un psicólogo que estaba cir que este callejón sin salida limitaba cual-
evaluando David, le pidió a cada uno de sus quier progreso que la familia y particularmen-
cuidadores y a su maestra que puntúe el com- te David pudiera realizar.
portamiento del niño. Leo definió algunos Aunque única en sus detalles, este tipo de
problemas, Marlene vio todo como problemá- situación no es en absoluto extraña. Y aún,
tico y la maestra cayó en el medio, más cerca para reiterar este punto crucial nuevamente, la
de Marlene. ¿Dónde estaba David en todo profundidad y amplitud de las necesidades de
esto? ¿Quién era David? los padres en tales circunstancias nunca han
En esta situación, la entrada de David en recibido el tipo de atención que requieren a
la familia reveló una patología que tanto Leo nivel programático y conceptual, dentro de
como Marlene habían manejado exitosamente paradigmas dinámicos o comportamentales.
antes de su llegada. Las escisiones y las fisuras Si bien suelen abordarse a nivel individual, el
que habían permanecido subyacentes, se ma- hecho de que las necesidades de los padres no
nifestaron solo en la danza de interacciones y sean incorporadas de un modo significativo
luchas por el control entre Leo y Marlene, se en los tratamientos mismos implica que tales
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
12
luchas no son ubicuos e incluso normales en ticos, uno de los cuales es la eficiencia tempo-
tales circunstancias, sino patológicas. La pato- ral y de costo, así como la reducción del ais-
logía las empeorará, ciertamente, pero no son lamiento de los padres y la fatiga por el trata-
en sí patológicas. De hecho reflejan una res- miento.
puesta normal al hecho de que su deseo natu- También vale la pena notar que si bien
ral y humano de desarrollar una relación con muchos psicoterapeutas adultos terminan
su niño había sido frustrado. tratando a los padres de los niños del espectro
Cambiar el énfasis en los modelos de tra- autista, pueden o no entender estos síndro-
tamiento imperantes seguramente será un mes. En mi visión esto es esencial. Si el tera-
desafío y claramente no hay ninguna solución peuta debe abordar toda la complejidad de la
simple. Pero yo ofrecería algunas sugerencias. paradoja de mentalización por su paciente
La primera, obviamente, es que los servicios y individual, un profundo y amplio conoci-
soportes para los padres estén integrados de miento de sus múltiples facetas resulta crucial.
una forma significativa en todos los progra-
mas de tratamiento. En mi opinión, el patrón La paradoja de la mentalización y los
oro para tal trabajo es la combinación de un proveedores de cuidado del niño
trabajo individual con el niño, diádico y un
trabajo individual con el adulto (descripto por No son sólo los padres quienes deben
Kalmanson) en el cual la interacción así como transitar la paradoja de mentalizar lo no-
la angustia emocional paterna son focos del mentalizable. Los cuidadores del niño – por
tratamiento. Al mismo tiempo, valió la pena ejemplo, terapeutas, profesores, etc.- también
investigar los abordajes grupales. Dentro del deben hacerlo. Para algunos, es una tarea po-
campo de la salud mental infantil, los modelos sible de alcanzar. Para otros, es un enorme
de psicoterapia infantil para padres desarro- reto, que puede llevarles a abandonar esfuer-
llados por Fraiberg (1980) y sus colegas (Lie- zos básicos para mentalizar. Esto sucede par-
berman & Pawl, xxx) han sido recientemente ticularmente cuando su formación no les pre-
extendidos en el entorno grupal, a veces con para en modo alguno para gestionarlo, aun-
un foco específico en el desarrollo de la men- que hasta los más cualificados y dotados tera-
talización (Cooper, Hoffmann, Powell, & peutas dinámicos se desgastan (burn out) tras
Marvin, 2005; Grienenberger, Popek, Stein, et años de trabajar con los niños de este espec-
al., 2004; Reynolds, 2003 y Slade 2006). Estos tro. La contratransferencia provee un marco
modelos de grupo traen consigo la psicoedu- útil para comprender muchas de las reaccio-
cación, la observación y videofeedback, y los nes intensas que los profesionales tienen hacia
principios de la psicoterapia dinámica. Para estos niños; como los padres, los profesionales
los padres de niños del espectro autista, tanto desean ayudar y hasta rescatar al niño, el cual
la psicoeducación como la observación pare- es enormemente difícil de leer y alcanzar. La
cen cruciales. La primera, al introducir a los fuerza de estos deseos, junto con la imper-
padres a la paradoja de la mentalización, les meabilidad del niño, crea una oportunidad
da un marco para comprender su propia aflic- enorme para la proyección y para otras reac-
ción, y el segundo facilita la mentalización ciones contratransferenciales. Estas respuestas
cuando la interacción puede ser observada de pueden hacer muy difícil ver al niño por
cerca y experimentada dentro de la seguridad quien es él, y valorar sus necesidades por lo
de una situación terapéutica (Schechter, que son. Bajo otras circunstancias, ellas pue-
Myers, Brunelli, et al., 2006). Un abordaje den ser catalizadoras para el cambio.
grupal también tiene muchos beneficios prác-
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
13
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
14
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
15
Referencias:
Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, Cooper, J.O., Heron,T.E., Heward, W.L (1987). Applied
S. (1978). Patterns of attachment: A psychological behavioral analysis. Columbus, OH: Merrill Publish-
study of the Strange Situation. Hillsdale, NJ: Erl- ing.
baum.
Crown, N. J. (2009). Parenting a child with disabilities:
Allen, J., Fonagy, P., & Bateman, A.W. (2008). Mentaliz- Personal reflections. Journal of Infant, Child, and
ing in clinical practice. Washington, DC: American Adolescent Psychotherapy, 8(1); 70-82.
Psychiatric Publishing.
Dissanayake, C. & Crossley, S. (1996). Proximity and
Baron-Cohen, S. (1995). Mindblindedness: An essay on Sociable Behaviors in Autism: Evidence for Attach-
autism and theory of mind. Cambridge, MA: MIT ment. Journal of Child Psychology and Psychiatry. 37
Press. (2), 149-156.
Bateman, A.W. & Fonagy, P. (2004). Psychotherapy for Fearon, P., Target, M., Sargent, J., Williams, L.,
borderline personality disorders: Mentalization based McGregor, J., Bleiberg, E., & Fonagy, P. (2006).
treatment. Oxford: Oxford University Press. Short-term Mentalization and Relational Therapy
(SMART): An integrative family therapy for chil-
Benedek, T. (1959). Parenthood as a developmental
dren and adolescents. In J. Allen & P. Fonagy (Eds.),
phase. Journal of the American Psychoanalytic Asso-
Handbook of mentalization-based treatment (pp.
ciation, 7, 389–417.
201-222). Chichester, UK: Wiley.
Bitterman, A., Daley, T.C., Misra, S., Carlson, E., &
Fonagy, P., Gergely, G., Jurist, E., & Target, M. (2002).
Markowitz, J. (2008). A national sample of pre-
Affect regulation, mentalization, and the develop-
schoolers with autism spectrum disorders: Special
ment of the self. New York: Other Press.
education services and parent satisfaction. Journal of
Autism and Developmental Disorders 38: 1509-1517. Fonagy, P., Steele, M., Steele, H., Leigh, T., Kennedy, R.,
Mattoon, G., & Target, M. (1995). Attachment, the
Buitelaar, J.(1995).Attachment and Social Withdrawal
reflective self, and borderline states: The predictive
in Autism: Hypothesis and Findings. Behaviour. 132:
specificity of the Adult Attachment Interview and
319-350.
pathological emotional development. In S. Gold-
Cooper, G., Hoffman, K., Powell, B., & Marvin, R. berg, R. Muir, & J. Kerr (Eds.), Attachment theory:
(2005). The Circle of Security intervention: Differ- Social, developmental, and clinical perspectives (pp.
ential diagnosis and differential treatment. In L. 233–279). Hillsdale, NJ: Analytic Press.
Berlin, Y. Ziv, L. Amaya-Jackson, & M. Greenberg,
Franknoi, J. & Ruttenberg, B.A. (1971). Formulation of
Eds., Enhancing early attachments: Theory, research,
the dynamic economic factors underlying infantile
intervention, and policy (pp. 127-151). New York:
autism. Journal of the American Academy of Child
Guilford Publications.
Psychiatry, 4: 713-738.
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Mentalizando
lo
inmentalizable:
Criando
niños
del
espectro
autista.
16
Gergely, G. (2001). The obscure object of desire – tism. Journal of Autism and Developmental Disor-
“nearly, but clearly not, like me”: Contingency pref- ders, 38: 857-866.
erence in normal children versus children with au-
Reynolds, D. (2003). Mindful parenting: A group
tism. Bulletin of the Menninger Clinic, 65: 411-426,
approach to enhancing reflective capacity in parents
Gergely, G. & Watson, J. (1996). The social biofeedback and infants. Journal of Child Psychotherapy, 29: 357-
model of parental affect mirroring. International 374.
Journal of Psychoanalysis, 77, 1181-1212.
Sadler, L.S., Slade, A., & Mayes, L.C. (2006). Minding
Grienenberger, J., Popek, P., Stein, S., Solow, J., the Baby: A mentalization based parenting program.
Morrow, M., Levine, N., Alexandre, D.,Ibarra, M., In J.G. Allen & P. Fonagy (Eds.), Handbook of men-
Wilson, A., Thompson, J. & Lehman, J. (2004). The talization-based treatment (pp. 271-288). Chiches-
Wright Institute Reflective Parenting Program Work- ter, UK: Wiley.
shop Training Manual. Unpublished manual, The
Schechter, D., Myers, M., Brunelli, S.A., Coates, S.W.,
Wright Institute, Los Angeles, CA.
Zeanah, C.Z., Davies, M., Grienenberger, J. F., Mar-
Greenspan, S. & Wieder, S. (2006). Engaging autism: shall, R.D., McCaw, J., Trabka, K.A., & Liebowitz,
Using the floortime approach to help children relate, M.R. (2006). Traumatized mothers can change their
communicate, and think. Cambridge, ME: Da Capo minds about their toddlers: Understanding how a
Press. novel use of videofeedback supports positive change
of maternal attributions. Infant Mental Health Jour-
Hastings, R. (2008). Stress in parents of children with
nal, 27, 429-477.
autism. In E. McGregor, M. Nunez., K. Cebule, &
J.C. Gomez, Eds., Autism: An integrated view from Sharp, C. (2006). Mentalizing problems in childhood
neurocognitive, clinical, and intervention research disorders. In J. Allen & P. Fonagy (Eds.), Handbook
(pp. 303-324). Oxford, UK: Blackwell Publishing. of mentalization-based treatment (pp. 101-122).
Chichester, UK: Wiley.
Hillman, J. (2006). Supporting and treating families
with children on the autistic spectrum: The unique Siegel, D. (1999). The developing mind. New York:
role of the generalist psychologist. Psychotherapy: Guilford Press.
Theory, Research, Practice, Training, 43, 349-358.
Slade, A. (2005). Parental reflective functioning: An
Hobson, R.P. (2005). What puts the jointness in joint introduction. Attachment and Human Development,
attention? In N. Eilan, C. Hoerl, C. McCormack et 7, 269-281.
al. Joint attention: Communication and other minds.
Slade, A. (2006). Reflective parenting programs: Theory
(185-204). New York: Oxford University Press.
and development. Psychoanalytic Inquiry, 26, 640-
Kalmanson, B (2009) Echoes in the Nursery: Insights 657.
for treatment of early signs of autism in a baby sib-
Slade, A. (2007). Disorganized mother, disorganized
ling. Journal of Infant, Child, and Adolescent Psycho-
child: The mentalization of affective dysregulation
therapy, 8(1); 40-48
and therapeutic change. In D. Oppenheim & D.
Lovaas, O.I. & Smith, T. (2003). Early and intensive Goldsmith (Eds.), Attachment theory in clinical work
behavioral intervention in autism. In A. Kazdin & with children: Bridging the gap between research and
J.R. Weisz, Evidence-based psychotherapies for chil- practice (pp. 226-250). New York: Guilford Press.
dren and adolescents, (325-340). New York, NY, US:
Slade, A. (2008). Mentalization as a frame for parent
Guilford Press.
work in child psychotherapy. In E. Jurist, A. Slade, &
Mahler, M. & Furer, E. (1968). Human symbiosis and S. Bergner, Eds., Mind to mind: Infant research,
the vicissitudes of individuation. Oxford, England: neuroscience and psychoanalysis (pp. 307-334). New
International Universities Press. York: Other Press.
Mahler, M., Pine, F., & Bergman, A. (1975). The Slade, A., Sadler, L.S., & Mayes, L. (2005). Minding the
psychological birth of the human infant. New York: Baby: Enhancing reflective functioning in a nurs-
Basic Books. ing/mental health home visiting program. In L.
Berlin, Y. Ziv, L. Amaya-Jackson, & M. Greenberg,
Naber, F.B.A., Bakermans-Kranenburg, M.J., van
Eds., Enhancing early attachments: Theory, research,
IJzendoorn, M.H., Swinkels, S.H.N., Buitelaar, J.K.,
intervention, and policy (pp. 152-177). New York:
Dietz, C., van Daalen, E., van Engeland, H. (2008).
Guilford Publications.
Play behavior and attachment in toddlers with au-
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com
Arietta
Slade
17
Stern, D. (1985). The interpersonal world of the infant. Volkmar, F., Lord, C., Bailey, A., Schultz, R.T., & Klin,
New York: Basic Books. A. (2004). Autism and pervasive developmental
disorders. Journal of Child Psychology, Psychiatry,
Stern, D. (1977). The first relationship. Cambridge, MA:
and Allied Disciplines, 45: 135-170.
Harvard University Press.
Winnicott, D.W. (1965). Maturational processes and the
Volkmar, F. (2007). Autism and pervasive developmen-
facilitating environment. New York: International
tal disorders (2nd edition). New York, NY: Cam-
Universities Press.
bridge University Press.
AIEDEM:
Asociación
Internacional
Para
el
Estudio
y
Desarrollo
de
la
Mentalización
www.asociacion-‐mentalizacion.com