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Asignatura
LITERATURA
Exposición académica
“Carta canta” o “Carta manda” se decía para defender un argumento antiguamente, lo cierto es que este
aforismo no era más que un peruanismo y el grandísimo Ricardo Palma nos cuenta el origen de esta frase.
Era 1558 y Don Antonio Solar invasor español cobro su parte del botín y construyo su hacienda en Lima, la
Ciudad de los Reyes, específicamente en Barranca. Aquella hacienda era de doscientas fanegadas y a su
servicio contaba con cincuenta mitayos. La historia de este español es poco significativa, era un
encomendero que quiso ser ahorcado por el Virrey Blasco Núñez de Vela quien lo responsabilizo de un
pasquín encontrado en la pared del tambo de Barranca.
Don Solar trajo de España dos huebras de bueyes para arar el campo y le llegaron semillas de melón,
nísperos, cidras, limones, manzanas, albaricoques, membrillos, guindas, cerezas, almendras, nueces y otras
frutas de Castilla que eran desconocidas para los peruanos de ese entonces. Se dice que incluso un grupo de
sacerdotes prohibió a los indios comer pepinos pues era mataserrano.
Paso el tiempo y el melonar de la hacienda dio su primera cosecha, el mayordomo que era un criado
principal quien debía cuidar la hacienda, escogió exactamente diez melones exquisitos para ser entregados
al patrón a través de dos mitayos que a su vez debían entregarlos con una carta. Los indios avanzaron y
decidieron descansar en una albarrada dejándose seducir por el olor de los melones.
Un momento silencioso paso hasta que uno de los mitayos le propuso al otro comerse una de las frutas sin
poder ser descubiertos, su inocencia ignorantona hizo que escondieran la carta debajo de la tapia pues
pensaban que si esta los veía los iba acusar y serian descubiertos. Estaban entrando a Lima y nuevamente
uno de ellos propuso “igualar” las cargas y que mejor que comerse otro melón escondiendo de nuevo la
carta bajo la tapia con la misma lógica de que no los vea.
Los mitayos llegan y estaba Don Antonio esperando, pues se había comprometido con el arzobispo y con
otros a regalarles los primeros melones de la cosecha. El español ve la carga y estalla de ira pues sabia
contar y claramente faltaban dos frutas, se cerciora con la carta y reprende a los indios. Los indígenas se
retiran y Don solar escucha que uno de ellos le reclama a l otro diciéndole; -¿Lo ves, hermano? ¡Carta canta!
este les dice que Si y que ya aprendieron la lección El español cuenta esto a sus amistades y la frase se
expande hasta cruzando fronteras y mares, llegando hasta Castilla.
CARTA CANTA
(TRADICIONES PERUANAS)
cuenta
Don Antonio
Solar
tenia
Hacienda en los valles de Supe y
Barranca
Mayordomo Mitayos