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Era una tarde de Abril cuando Amalia, decidió salir de su casa y pasear por la
plaza del pueblo donde vivía con sus padres. La plaza era pequeña con poca
distracción porque por la tarde ya las personas cansadas de trabajar para ganar
su sustento partían a sus hogares con lo poco que ganaban en el día; creo que
eso era lo que realmente le gustaba a la muchacha, la poca bulla para sentirse
feliz en la vida.
Amalia no escapaba a esta alegría esperada por todos. Los días venían y se iban,
Amalia visitaba la plaza, volvía a sus quehaceres de tarde y no pasaba nada. Sólo
aquel día ya entre oscuro y claro cuando sintió que alguien la seguía, sintiendo
cierto temor aligero el paso y tropezó rodando por el suelo ella y su hermoso
peluche. Sucedió todo tan a prisa que cuando quiso reaccionar se encontraba
frente a ella un joven de hermosa figura que le sonreía suavemente y con gran
respeto y caballerosidad le ofrecía su mano.
Ella aturdida por la cercanía y porque nunca antes le había sucedido nada igual se
enrojeció y evadiendo la mano quiso ponerse sola de pie. Sintió un fuerte dolor
sobre el tobillo que la hizo desplomarse nuevamente, a lo que ya no pudo evitar la
ayuda del apuesto joven; él, la tomo en brazos la sentó en un árbol que encontró y
le brindó los primeros auxilios. Se identificó con ella y le dijo: que era el nuevo
médico que había llegado al pueblo a prestar sus servicios como galeno.
Amalia un tanto confundida le dio las gracias, le dio su nombre y le puso su casa y
familia a la orden y toda emocionada se marchó. Al llegar a su casa le cuenta lo
sucedido a su hermana mayor y le dice que nunca antes había vistos unos ojos
tan penetrantes y una sonrisa tan bella. A lo que su hermana le dijo que mucho
cuidado que ella no conocía a ese joven.
Se prometieron conocerse mejor y amarse para toda la vida. Y como todas las
almas gemelas a una sola voz se dijeron Cuando apareciste en mi vida, conocí
el cielo.
Cuando apareciste en mi vida, conocí el cielo.
Era una tarde de Abril cuando Amalia, decidió salir de su casa y pasear por la
plaza del pueblo donde vivía con sus padres. La plaza era pequeña con poca
distracción porque por la tarde ya las personas cansadas de trabajar para ganar
su sustento partían a sus hogares con lo poco que ganaban en el día; creo que
eso era lo que realmente le gustaba a la muchacha, la poca bulla para sentirse
feliz en la vida.
Amalia no escapaba a esta alegría esperada por todos. Los días venían y se iban,
Amalia visitaba la plaza, volvía a sus quehaceres de tarde y no pasaba nada. Sólo
aquel día ya entre oscuro y claro cuando sintió que alguien la seguía, sintiendo
cierto temor aligero el paso y tropezó rodando por el suelo ella y su hermoso
peluche. Sucedió todo tan a prisa que cuando quiso reaccionar se encontraba
frente a ella un joven de hermosa figura que le sonreía suavemente y con gran
respeto y caballerosidad le ofrecía su mano.
Ella aturdida por la cercanía y porque nunca antes le había sucedido nada igual se
enrojeció y evadiendo la mano quiso ponerse sola de pie. Sintió un fuerte dolor
sobre el tobillo que la hizo desplomarse nuevamente, a lo que ya no pudo evitar la
ayuda del apuesto joven; él, la tomo en brazos la sentó en un árbol que encontró y
le brindó los primeros auxilios. Se identificó con ella y le dijo: que era el nuevo
médico que había llegado al pueblo a prestar sus servicios como galeno.
Amalia un tanto confundida le dio las gracias, le dio su nombre y le puso su casa y
familia a la orden y toda emocionada se marchó. Al llegar a su casa le cuenta lo
sucedido a su hermana mayor y le dice que nunca antes había vistos unos ojos
tan penetrantes y una sonrisa tan bella. A lo que su hermana le dijo que mucho
cuidado que ella no conocía a ese joven.
Trama: el encuentro entre Carlos Enrique y Amalia cuando ella se cae y allí nace
el amor entre ellos.
Argumento: Todo comenzó en abril cuando una joven llamada Amalia que
paseaba todos los días por la plaza de su pueblo llamado Bello Horizonte, una
tarde tiene un accidente doblándose un pie y es ahí cuando es auxiliada por un
joven doctor llamado Carlos Enrique, en ese momento se enamoraron a primera
vista. Después en mayo cuando llegan las fiestas del pueblo se encuentran, se
confiesan todo el amor que sienten, prometen conocerse más y se dicen: cuando
apareciste en mi vida conocí el cielo.