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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Por:
Profesora Guía:
Dra. María Teresa del Rio
AGRADECIMIENTOS
A la Doctora María Teresa del Rio por permitirme dialogar con ella acerca del
construccionismo social, por su cariño, su generosidad, por su bondad para
conmigo y por valorar la diversidad de culturas.
INDICE
Contenido Páginas
RESUMEN DE LA TESIS iv
I. INTRODUCCIÓN 1
II. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 6
III. OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN 7
IV. MARCO METODOLOGICO 9
V. ANÁLISIS TEÓRICO 11
5.1. Tradición y modernismo y el paso a la modernidad 11
5.1.1. Características generales de la modernidad 13
5.1.2. La ciencia y los avances tecnológicos como
marco de la modernidad 17
5.1.3. Del concepto de hombre moderno al nuevo
concepto de yo postmoderno desde la propuesta de
Kenneth Gergen como Construccionista Social 27
5.1.4. La familia moderna y el surgimiento de la
familia postmoderna y sus nuevos roles en el sistema 38
5.2. La comunicación Coordinada Colaborativa y en ella
el lenguaje, las narraciones y el suplemento como agente de
cambio desde Kenneth Gergen 46
5.2.1. El lenguaje en la modernidad 49
5.2.2. El lenguaje desde el Construccionismo social 52
5.2.3. El lenguaje dentro de las narraciones 57
5.2.4. El suplemento como base esencial en la
Comunicación Coordinada Colaborativa desde Kenneth Gergen 59
5.3. Aplicación a los conceptos de Kenneth Gergen a la
Terapia Familiar 71
5.3.1. Comunicación Coordinada Colaborativa en la
Terapia Familiar 72
5.3.2. El rol del terapeuta familiar desde la propuesta de
Kenneth Gergen 85
5.3.3. Emergencia del suplemento en la Terapia Familiar 93
5.3.4. El terapeuta en atención a las narraciones familiares. 96
VI. CONCLUSIONES 99
VII. CONSIDERACIONES ÉTICAS 109
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 112
RESUMEN
Esta tesis es un análisis teórico del aporte del construccionismos social desde
la propuesta de Kenneth Gergen a la Terapia Familiar, a través de un recorrido
por sus escritos más relevantes y reflexionar en el rol del terapeuta como
ignorante ante la experiencia de vida narrada de parte de la familia en consulta.
Objetivo General
Objetivos Específicos
Este análisis teórico presenta tres apartados como ejes centrales de nuestra
investigación: la modernidad, avances que la caracterizan y el paso a la
postmodernidad y como las familias postmodernas presentan nuevas
configuraciones. Además reflexionamos en la comunicación coordinada
colaborativa desde Kenneth Gergen y los aportes del lenguaje, las narraciones
y el suplemento, y finalmente desde un análisis a través de la revisión de
investigaciones científicas publicadas, nos permitimos analizar los conceptos
planteados anteriormente como elementos relevantes en la Terapia Familiar y el
rol del terapeuta desde el construccionismo social desde la propuesta de
Kenneth Gergen.
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX se inicia la época moderna y
llega con fuerza a través de hechos significativos. El primero está relacionado
con los grandes logros de la ciencia que se fundamentaba en predecir, medir o
cuantificar la vida humana. Como segundo, se dan avances de manera
vertiginosa en el campo tecnológico que permitirá una nueva visión de hombre
postmoderno.
Descartes (1641) (citado por Gevaer, 1976) dividió las ciencias en dos
mundos, res extensa que significaba el mundo que se relacionaba con lo
cuantificable, medible y observable, lo matemático o mundo de lo extenso y el
otro mundo, es el de la res cognitans, localizada en el pensamientos y la razón.
Descartes iniciará el planteamiento del modelo positivista, el cual planteaba que
lo científico es lo medible, observable y cuantificable siendo este modelo
característica fundamental de la modernidad.
A finales del siglo XIX aparece dentro de la modernidad el paradigma
positivista que surge a partir de los viajes transoceánicos de los navegantes
portugueses y españoles y con estos aparecen los grandes imperios (Gevaer,
1976). El positivismo planteaba que la realidad es externa, objetiva,
aprehensible y universal, y que bastaría con la observación para poder acceder
a ella, a lo que está afuera y que se puede percibir objetivamente, no es nada
relacional, ya que la modernidad se olvida totalmente de las relaciones
existentes entre unos y otros. Es extenuante ver al mundo y al hombre como
una cosa más cuando su esencia misma es lo relacional. La realidad para el
positivismo existe independiente de los sujetos, y de lo que estos puedan
pensar y experimentar de ella. El observador simplemente debe mirarla sin
prejuicios, ni distorsiones para verla tal cual es.
Esta contradicción tardó unos años en aclararse, hasta que Bohr en 1913
(citado por Feixas, 2000) lo retoma afirmando que los comportamientos de las
partículas y de las ondas son complementarios y dependen de la interacción del
investigador y su instrumento de medida, lo que lleva a pensar que el universo
no puede considerarse como independientemente del acto de registro u
observación.
Pero, no son los hechos los que nos afectan, sino el significado personal
atribuido a ellos (Beck at t, 1985, citado por Botella, 2002), es decir, no son los
sucesos en sí mismos los que producen en los seres humanos determinado tipo
de comportamiento, como lo planteaba por ejemplo el conductismo, sino que es
la interpretación que cada persona le da a los acontecimientos, lo que produce
en ella, unas emociones y unas formas de reaccionar y de enfrentar los hechos,
lo que la edad moderna había ignorado casi que por completo.
Algo que nos parece importante resaltar de Mead (1934) es como los
seres humanos tienen la capacidad de autoreflexión y como puede pensar en sí
mismo y a su vez en sus propias acciones, pero lo interesante es que para
Mead dicha autoreflexión o la autoconciencia siempre se ve influenciado por los
otros. Por tanto, el hombre es un ser que está ligado a los demás seres
humanos desde sus acciones y como dice Gergen (1999), desde un sentido de
significativa dependencia, donde las relaciones se hacen esenciales.
Esto dio paso a un nuevo concepto de individuo relacional, como fruto del
deseo crítico hacia la modernidad y que Kenneth Gergen desde 1970 había
planteado con el deseo de dar mayor importancia a lo humano y resaltar la
experiencia social que se iba convirtiendo en algo más prometedor,
apartándose de las ideologías tradicionales, considerando al hombre no como
un ser individual y solitario, sino como un ser social, contenido por una amplia
gama de elementos comunicacionales con una influencia social que invaden la
vida del hombre, permitiendo a éste ampliar cada vez más su campo relacional.
Una multitud de información que influye en el ser humano y que Gergen (2001)
llamará saturación, término que ampliaremos más adelante, pero que surge
como producto del avance en las comunicaciones descritas anteriormente, que
posibilita al individuo a recibir información constante en un mismo tiempo desde
diversos lugares de personas que posiblemente no conoce. A su vez, se van
entrelazando constantemente relaciones que se van convirtiendo en
significados relacionales importantes (Gergen, 2001).
Este nuevo rol femenino trae consigo una crisis en las familias, donde se
ve la necesidad de resignificar si es la mujer quien solo se encarga de la
educación de los hijos y de las tareas domésticas o si el hombre le corresponde
participar de dicha responsabilidad, ya que la mujer permanece menos tiempo
en el hogar por los horarios de trabajo.
Con la propuesta postmoderna, donde el concepto de yo tiene su origen
en las relaciones sociales y como lo relacional es el centro de todo (Gergen,
2006) y en estas relaciones sociales como decíamos en el apartado anterior, se
presenta una expansión de múltiples relaciones, nos damos paso a otro nuevo
concepto o estilo familiar que denominaremos en esta tesis teórica como familia
postmoderna, siendo el concepto de familia tradicional devastado por el avance
tecnológico y la influencia de ideas que viene con la creatividad comunicacional.
Dentro de las diversas posturas que van apareciendo a finales del siglo XX y el
siglo XXI y que han recibido el nombre de postmodernidad, presentan algunos
elementos comunes que las caracterizan, entre ellas resaltamos la crítica a las
prácticas y formas metodológicas del positivismo moderno, el paso del saber
privilegiado a la relativización del mismo a través de la relevancia en la
significación social y cultural y el salto de las perspectivas modernas científicas
rigurosas a la importancia de la experiencia narrativa, el análisis del discurso y
el valor de las relaciones y no el del individuo con una mente individual.
Dentro de toda narrativa también existen términos, que son los que
definen cada elemento que la conforman, teniendo su significado en lo cultural
con el fin de organizar la historia particular que se está contando, contenida de
emociones, construcciones, relaciones y connotaciones especificas de su
experiencia temporal de vida.
Finalmente, todos los seres humanos siempre cargamos con una historia
que contar, cargada de dolor, tristeza, llanto, alegría, miedo, según las
experiencias de vida, más sin embargo, cualquier narración, siempre estará
influenciada por lo cultural y lo social, lo que implica que por ninguna
circunstancia pondríamos en duda cada narración contada cuando su
significancia se encuentra en la cultura y en la historia de vida del otro, más que
de quien escucha el relato.
Pero más que una verdad, es identificar la aparición del suplemento que
permite dentro de la Terapia Familiar reconstruir experiencias, ya que el
suplemento se convierte en un signo que al aparecer nos permite reflexionar en
que algo ha ocurrido dentro de las relaciones sociales y que da paso a la
reconstrucción narrativa y por tanto a una forma de vida diferente (Gergen
2005).
Por tanto para Molinari (2003), la intención de la terapia construccionista
social es la de transformar la narrativas regresivas en narrativas mas
progresivas, por ejemplo, que las narraciones de pánico (narraciones
regresivas) se tornen más divertidas (narraciones progresivas) o que las
narraciones dentro de un contexto de tristeza tomen un giro mas aliviadoras y
esto es relevante rescatarlo desde el concepto de suplemento como elemento
de cambio.
Escuchar nos posibilita nuevas ideas y éstas nos llevan a una acción que
se expresa por medio del lenguaje y a su vez, dichas ideas están contenidas en
las narraciones, pero cuando aparece el suplemento dentro de los discursos y
narraciones, éste entra con tal fuerza que permite que las personas
reconstruyan su experiencia de vida permitiendo la transformación de su mundo
y de su historia (Maida, A.; Molina, M. y Del Rio, M, 2003, p.113). Además, al
surgir el suplemento, éste a su vez permite nuevas conversaciones.
Para ello nos apoyamos de los objetivos específicos, los cuales nos
encaminaron a una revisión teórica desde Kenneth Gergen, destacando el
concepto de yo relacional como base epistemológica esencial para el trabajo
terapéutico, para así dar relevancia al lenguaje en las relaciones socio-
culturales y de qué manera dentro de éste el significado tiene su énfasis dentro
del contexto social.
Además, se analizaron los conceptos teóricos en relación a la
comunicación en la terapia desde el pensamiento de Kenneth Gergen como
construccionista social y se indagó acerca del concepto de suplemento como
elemento relevante que constituye la comunicación y de qué forma se convierte
en agente de cambio dentro de la Terapia Familiar.
Beck. A.T.; Emery, G. y Greenberg, R.L. (1985). Anxiety disorders and phopias:
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Maida, A., Molina, M., y Del rio, M. (2003). Taller “la persona del terapeuta”: una
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Mead, G.H. (1934). Mind, Self and Society: from a standpoint of a Social
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Molinari, J. (2003). Psicología clínica en la postmodernidad: Perspectivas desde
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Sciences Colection.