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ISSN: 0378-1844
interciencia@ivic.ve
Asociación Interciencia
Venezuela
esde 1987, cuando se pu- nes bajo fuertes presiones ambientales, so- Bocco y Toledo, 1997). El manejo adecua-
blicó el informe Brundt- ciales y económicas. Este es el caso de los do dependerá de la contribución que grupos
land (WCED, 1987), las países inter-tropicales con alta diversidad académicos, organizaciones no-guberna-
comunidades académicas y de tomadores biológica y mayoritariamente subdesarrolla- mentales y los propios cuerpos técnicos de
de decisiones (tanto a nivel aparato del Es- dos, como México, que alberga el 10% de las comunidades indígenas, hagan en favor
tado como a nivel sociedad civil) han pres- la biodiversidad mundial (Toledo, 1988) y de incorporar el conocimiento de cada sec-
tado particular atención al concepto de de- en donde el 80% de su recurso forestal se tor a las actividades productivas de las co-
sarrollo sustentable, en especial en el medio encuentra bajo el usufructo de comunidades munidades con el fin de conciliar la conser-
rural (Yunlong y Smit, 1994). El tema se indígenas y ejidos campesinos (Toledo, vación y el uso de los recursos naturales.
ha manejado desde diversas ópticas, tanto 1997; Thoms y Betters, 1998). Esto signifi- La experiencia que se
ecológicas como económicas y sociales ca que el manejo de los recursos por parte describe en este trabajo se enmarca en la
(Schaller, 1993; Ikerd, 1993; Faeth, 1993). de estas comunidades rurales definirá en perspectiva descrita, en especial, se aborda
Uno de los aspectos clave ha sido las limi- buena medida la conservación de los eco- el papel de la investigación participativa o
taciones de la investigación ecológica en lo sistemas forestales en México. Debido a manejo participativo (V.M. Toledo, comu-
concerniente al uso sustentable de los eco- esto las estrategias de manejo de recursos nicación personal), entre el sector académi-
sistemas (Ludwig et al., 1993, Hilborn y naturales en países con características simi- co y una comunidad indígena en México
Ludwig, 1993), y por lo tanto el de la ne- lares a las descritas deben reorientar sus en la evaluación de los recursos naturales
cesidad de establecer vínculos más estre- objetivos y dar mayor prioridad a zonas como base para su manejo y conservación.
chos entre la ciencia y la toma de decisio- bajo algún tipo de manejo (Pimentel, et al. Se describen los alcances
nes (Levin, 1993). 1992). Las comunidades indígenas y cam- de la co-investigación desarrollada por un
Actualmente, la preocupa- pesinas pueden operar como aliadas de la equipo de trabajo dirigido por los autores,
ción de diferentes sectores sociales ante la protección biológica y ser fundamentales en conjunto con la comunidad indígena de
crisis ambiental por la que atraviesa la hu- para preservar los agroecosistemas tradicio- Nuevo San Juan Parangaricutiro, en Mi-
manidad hace necesaria la búsqueda de nales y la diversidad genética in situ, como choacán, México. Los aspectos centrales
nuevas alternativas que favorezcan la pro- lo han demostrado algunas experiencias del trabajo son la investigación y capacita-
tección, conservación y uso adecuado de exitosas en México (Adewole Osunade, ción en (1) biodiversidad, formas del relie-
los recursos naturales, en especial en regio- 1989; Carabias, et al., 1994; Toledo, 1997; ve, suelos y conservación, (2) la diversifi-
PALABRAS CLAVE / Comunidad Indígena / Manejo Sustentable de Recursos Naturales / Investigación Participativa / Uni-
dades de Paisaje / Diversificación Productiva /
La Comunidad Indígena
de Nuevo San Juan Parangaricutiro de la Volcán Paricutín en 1943 (Segerstrom, nuevas tierras comunales, en donde predo-
etnia purépecha se localiza en el Estado de 1950; Williams, 1950; Rees, 1970; Inbar et minaban bosques templados. Durante mu-
Michoacán, a unos 15 km. al occidente de al., 1997). Después de varios años de erup- cho tiempo la gente cultivó maíz en las
la ciudad de Uruapan, en el extremo suroc- ción el gobierno dotó de tierras a estos po- planicies, se aprovechaba muy irregular-
cidental de la meseta Tarasca dentro del bladores cerca de la Ciudad de Uruapan. mente el bosque y muchos de los campesi-
Sistema Volcánico Transmexicano (Figura Después de ser un pueblo dedicado a la nos migraron a los Estados Unidos de Nor-
1). Su límite meridional está en contacto agricultura tradicional de subsistencia, con teamérica por falta de trabajo. La comuni-
con la transición fisiográfica a la depresión la nueva dotación de tierras, enfrentan un dad comenzó a organizarse y como primer
del río Tepalcatepec, con altitudes del or- cambio en cuanto a la composición de las paso formaron, junto con otras 26 comuni-
den de los 1.800 msnm.
Se trata de casi 190 km2
de terrenos volcánicos recientes, con cober-
tura original de bosques templados de pino,
abetos, encinos y sus asociaciones. Al me-
nos un 50% de los terrenos se presentan
cubiertos por espesores variables de cenizas
del volcán Paricutin, localizado a pocos km
de su lindero occidental (Bocco et al,
1998). Las precipitaciones pluviales varían
en el territorio comunal, pero se concentran
entre mayo y octubre con un promedio
anual de alrededor de 1.200 mm. Las tem-
peraturas medias anuales también varían y
no superan los 15ºC. El uso del suelo in-
cluye agricultura de subsistencia (maíz, chi-
le, frijol), ganadería extensiva, huertas de
aguacate y durazno y aprovechamiento de
madera y resina en los bosques de pino
(Figura 2).
dades, la Unión de Forestería de Ejidos y Investigación Co-participativa y ción del personal técnico de la Comunidad
Comunidades que pretendía que éstas pu- Marco Conceptual tuvo alta prioridad. Así, cada etapa del tra-
dieran manejar sus propios bosques. De bajo fue acompañada de talleres y cursos
1977 a 1979 iniciaron el manejo forestal Dadas las características de capacitación técnica.
organizado con las primeras talas selectivas apuntadas acerca de la Comunidad, en Por otro lado, en térmi-
del bosque. La organización que iniciaron cuanto a su grado de organización social y nos académicos, el equipo de trabajo se
tuvo sus frutos en 1981 con la creación de su capacidad de gestión y negociación ex- propuso las siguientes metas. En primer lu-
la empresa comunal que tenía como propó- terna, la experiencia de investigación parti- gar, buscar financiamiento (incluyendo be-
sito el manejo forestal de sus bosques me- cipativa revistió características específicas cas de grado y posgrado) mediante la for-
diante una organización comunal. en comparación con otras similares (ver, mulación de propuestas de investigación.
A más de 18 años el ba- por ejemplo, Merino, 1997; Robles y Es decir, de los objetivos de trabajo prácti-
lance es positivo, ya que actualmente la Almeida, 1998; Alemán, 1998). En el caso co productivo derivamos objetivos de la in-
empresa proporcionan más de 900 empleos de San Juan, la relación se planteó a tres vestigación científica aplicada en las áreas
permanentes en los trabajos de extracción, niveles bien definidos: 1) A nivel de la Di- de nuestra especialidad. En segundo lugar,
aserrío, elaboración de duelas y molduras, rección Técnica de la empresa, donde se intentar expresar los resultados de la expe-
madera estufada y derivados de resina, en- analizan los temas y objetivos básicos de riencia en artículos publicables en revistas
tre otros. Su organización social les ha per- trabajo y con quien existe una relación de arbitradas de circulación nacional e interna-
mitido tener una administración eficiente trabajo semanal (ver los detalles técnicos cional. En tercer lugar, dar alta prioridad a
que ha creado empresas complementarias más adelante). 2) A nivel del Consejo Téc- la formación de cuadros a nivel profesional
en transporte, tiendas comunales, programas nico, con quien se evalúa críticamente la y posgrado. De esta manera se buscó hacer
agropecuarios, distribución de fertilizantes y marcha de los proyectos en forma semes- compatibles los intereses de ambos grupos
talleres de mantenimiento y diseño indus- tral. 3) A nivel de la Asamblea Comunal, con metas e intereses bien delimitados para
trial (Alvarez-Icaza, 1993; Lemus, 1995). donde se informa de manera anual acerca contribuir a un plan de manejo que busca
Los logros obtenidos se de los avances y se recibe el visto bueno o la sustentabilidad en las prácticas de apro-
deben en buena medida al alto grado de la recomendación de ajustes específicos. vechamiento que la comunidad venía reali-
organización social, a su gestión guberna- Aunado a esto se buscaron mecanismos de zando (Figura 3).
mental y a la implementación de activida- coordinación en el trabajo diario, de tal El marco conceptual ge-
des productivas orientadas al aprovecha- manera que se nombraron responsables, neral se basó en la necesidad de caracteri-
miento integral y racional de sus recursos, tanto de la comunidad, como del grupo zar la oferta ambiental en términos de re-
lo que les ha valido el reconocimiento gu- académico para cada subproyecto, con el cursos naturales. Se utilizaron unidades de
bernamental al entregarles en 1984 el fin de asegurar la coordinación entre las paisaje como un modelo descriptivo y ope-
«Premio al Mérito Forestal» y en 1988 el dos instancias y la continuidad del proyecto rativo para definir unidades espaciales dis-
derecho de administrar y regular por si a largo plazo. cretas e inventariar los recursos naturales,
mismos el manejo forestal de sus bosques. De esta manera, se garan- tanto bióticos (vegetación y fauna) como
El manejo de su recurso forestal ha sido tizó un control directo y permanente de abióticos (agua, suelos) y analizar las mo-
catalogado como un modelo que tiende a parte de la Comunidad, lo que contribuyó a dalidades de su aprovechamiento (Zonne-
lograr un desarrollo sustentable y existe la que los trabajos no se sesgaran hacia una veld, 1979). Las unidades de paisaje son
convicción de continuar en esa dirección perspectiva meramente académica y que entidades naturales integrales que pueden
mediante la elaboración de proyectos al- existiera interés por desarrollar proyectos ser cartografiables y permiten vincular sis-
ternativos que diversifiquen más la pro- productivos, o bien que desembocarán en temáticamente datos areales (por ejemplo,
ducción y generen más empleos que ele- ellos con resultados parciales de aplicación polígonos que describen la variabilidad de
ven la calidad de vida de sus habitantes. a corto plazo. En este esquema, la capacita- la cobertura vegetal) con datos puntuales
(por ejemplo, observaciones sobre abundan- racterísticas de las formas del relieve y los
cia y diversidad de especies animales y ve- suelos condicionaron los resultados de la
getales). Esto facilita los análisis cuantitati- evaluación de aptitud (Rosete, 1998). Estos
vos y el monitoreo de recursos. Los com- indicaron que la mayor parte de la Comu-
ponentes de estas unidades se definieron nidad es apta para el uso silvopastoril y en
utilizando técnicas de interpretación del te- menor medida hortícola. Según la evalua-
rreno mediante percepción remota (espe- ción técnica mencionada, no hay terrenos
cialmente interpretación de fotografías aé- aptos para uso agrícola (Figura 5).
reas e imágenes de satélite), cartografía De acuerdo a los resulta-
digital y muestreo estratificado. dos de la evaluación de tierras, la agricultu-
Estas unidades básicas ra que se desarrolla en la zona sur bajo
fueron evaluadas en términos de su aptitud, técnicas tradicionales (maíz en año y vez,
proceso denominado como evaluación de es decir, con ciclos de descanso de distin-
tierras (Rossiter, 1990; Fresco et al., 1992), tas duraciones), está afectando sus suelos,
donde cada unidad tuvo un cierto grado de relativamente frágiles y susceptibles a ero-
aptitud para uno o más sistemas producti- sión. Sin embargo, las primeras evaluacio-
vos de acuerdo al análisis integrado de va- nes indican que las técnicas de manejo de
riables, tanto bióticas como abióticas. Este tierras, donde se adecua la profundidad del
proceso desembocó, finalmente, en la defi- surco y su orientación de acuerdo con la
nición de unidades no sólo biofísicas sino pendiente, permiten un manejo aceptable-
también productivas. Estas se definieron mente coherente. De cualquier manera, los
como Unidades de Manejo Básicas para la rendimientos (por debajo de dos toneladas
toma de decisiones comunitarias y fueron por hectárea por año), son típicos de los
uno de los ejes fundamentales del plan in- sistemas de subsistencia. Debido a la im-
tegral de manejo (Figura 4). portancia ecológica del sistema tradicional
de maíz, este tema se está investigando de Figura 5. Mapa de aptitud de terreno de la
La Relación Paisaje y Producción manera específica a fin de formular y eva- Comunidad
luar las condiciones de este manejo en tér-
Se definieron unidades minos de su sustentabilidad (Dumanski,
geomorfológicas a partir de la diferencia- 1997; Pulido, 1998). actividad forestal (madera y resina), que se
ción de conos y lavas volcánicos (según Con excepción de las la- realiza según el Método de Desarrollo
edad y litología), planicies volcánicas (al- vas del volcán Paricutín, que no pueden ser Silvícola (MDS; ver Merino, 1997) y utili-
gunas retrabajadas fluvialmente), piedemon- utilizadas para fines productivos, todos los za al subrodal como unidad mínima de
tes volcánicos y valles erosivos en materia- terrenos de la comunidad están bajo apro- mapeo, muestreo y análisis estadístico, y
les volcánicos más antiguos. vechamiento (Figura 2). La zona norte, re- uso forestal.
La clasificación de sue- lativamente más fría, es apta para huertas
los, todos derivados de material volcánico, de durazno; en el sur, más cálido, se en- Manejo Forestal
permitió discriminarlos según su cobertura cuentran las huertas de aguacate más im-
de ceniza volcánica reciente, su espesor, su portantes. La zona central, donde se locali- Para conciliar el aprove-
rocosidad y pedregosidad, y la alternancia zan los derrames lávicos del Cuaternario chamiento del bosque y la conservación de
de diferentes materiales volcánicos. Las ca- tardío, está dedicada fundamentalmente a la la biodiversidad, se realizó de manera con-