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Consideraciones Anorexia PDF
Consideraciones Anorexia PDF
Facultad de Psicología.
CONSIDERACIONES SOBRE
2008
1
Alicia Susana CIBEIRA
2
El psicoanálisis afirma que lo que se proyecta en el "ideal" es el sustituto del
perdido narcisismo infantil, en un punto donde deben confluir la pretensión de satisfacer
exigencias libidinales y el acatamiento de los límites que provienen de la cultura, si bien
los ideales del capitalismo cuestionan dichos límites y llevan el sello del autoerotismo
como derivación de la desmentida.
¿Y desde el psicoanálisis?
3
* una: como formación o manifestación “sintomática”,
Son las mujeres las que con mayor frecuencia presentan esta problemática,
especialmente en un momento de cambios radicales en el sujeto como es la pubertad y la
adolescencia. Los cambios puberales enfrentan a aquellas transformaciones que llevan al
sujeto a la constatación de su deseo como sexuado. El devenir niña - mujer implica un
largo y trabajoso duelo. Debe dejar caer a la madre e ir hacia el padre, la mujer tiene
finalmente que elegir entre su padre y su sexo, y, tratándose del padre es necesario
perderlo y sustituirlo.
1
Cibeira, A.: “Sobre anorexia y bulimia en adolescentes” en “Acto y cuerpo en Psicoanálisis con
niños y adolescentes”. Editorial JVE. Bs. As., 1997, pág. 75 a 85.
2
Recalcati, M.: “La clínica contemporánea del vacío” en Psicoanálisis y hospital. Año 12, N° 24,
nov. 2003, pág. 121.
4
mujer, como expresión de la dificultad para enfrentar la complejidad de las
transformaciones propias de la pubertad, en un intento de abolir aquello que da cuenta en
las adolescentes de su pasaje de niña a mujer.
5
circulación a través del tracto digestivo del alimento, en un control constante de lo tragado y
lo expulsado. Esta complejidad se presenta, justamente, en un momento de la vida de un
sujeto que implica la búsqueda para sí de un lugar simbólico y singular, la adolescencia.
Entonces, este cuerpo de la adolescencia vehiculiza interrogantes acerca de qué quiere el
Otro y respecto de qué es ser mujer.
3
Recalcati, M.: “La última cena: Anorexia y Bulimia”. Ed. El Cifrado, Bs. As., 2004, pág. 171.
6
Damos el nombre de Julia a una adolescente que llega a consulta traída por
sus padres.
Y dice:
“Siempre la cuidé (...) No salía con mi papá y con su esposa. No los quería ver
(...) Me quedaba con Rodolfo (pareja de la madre) a cuidarla. Él, desde que mis viejos
se separaron, fue todo para mi”
7
del conflicto y vehiculiza interrogantes acerca de qué quiere el Otro, encontrándose
allí como respuesta la falta del Otro ofreciendo sus propias pérdidas, pérdidas que
siempre son de aquello que denuncia la sexualidad.
Hay formas de anorexia que no se incluyen en los síntomas neuróticos, sino que
son expresión de otra cosa y que algunos autores definen como “patologías del acto”, en
un concepto que integra configuraciones clínicas tales como adicciones, anorexia y bulimia,
intentos de suicidio, etc.
“Patologías del acto” es un concepto que comienza a ser utilizado ante el aumento
en la clínica de problemáticas que ponen como escenario al cuerpo y tienen al acto como
recurso privilegiado, y se esclarece a partir de conceptos psicoanalíticos tales como
“actuar”, al decir de Freud, y pasaje al acto y acting out, desde la propuesta de Lacan.
4
Freud, S. (1915): “Duelo y melancolía”, en Obras Completas. Tomo XIV, Ed. Amorrortu, Bs. As.,
1982, 3° edición, pág. 235 a 256.
8
“El pasaje al acto no necesita de la mirada del Otro y consiste en la separación
radical de la escena, del Otro. Es un movimiento de transgresión radical de una norma, de
un límite que implica la mutación del sujeto. El pasaje al acto apunta siempre al corazón del
ser. En él, la certeza es el motor y su carácter es definitivo. El pasaje al acto suicida es el
paradigma de la separación radical de un sujeto de la alienación significante” 5
El deseo del sujeto se constituye, nos dice Lacan, bajo efectos de la “mediación” del
deseo del Otro. En el sujeto el dolor devastador o el pánico sin palabras son respuesta a lo
real, acciones transgresoras a través del pasaje al acto en el cual incluimos maniobras con
la comida. Pues es por este medio que el sujeto intenta no saber nada respecto de lo Real.
5
Solano, L.: “Extravíos del acto y de las normas. Acting out, pasaje al acto y acto analítico” en
Ornicar Digital, 2004, WWW.lacanian.net/Ornicar/Archive/Ornicar/articles/180sol.htm.
6
Barrionuevo, J.: “Locura en la transgresión adolescente” en “Adolescentes, transgresión y
drogas”. Gabas editorial. Bs. As., 2004. Pag. 30.
7
Solano, L.: “Extravíos del acto y de las normas. Acting out, pasaje al acto y acto analítico”. Op.
cit.
9
Recordemos al respecto que Lacan define como “pasión de la ignorancia” al no querer
saber de lo Real, expulsándolo o no haciéndole lugar.
A veces la demanda sexual del Otro primordial, en su faz traumática, actúa como un
Real inabordable. La aparición de la angustia desborda al sujeto sin posibilidades de acudir
al fantasma, ubicándose la angustia ante lo irreductible de lo real, ante la falta de la falta
(entre otras definiciones posibles de la angustia que Lacan propone en su Seminario 10)
como la angustia automática freudiana, y “la acción toma su certeza justamente de la
angustia” y difiere del actuar “que le arranca a la angustia su certeza”8
Entonces, es posible afirmar que el pasaje al acto, como identificación absoluta con
el a, clausura la angustia. Así pues, en estas problemáticas el sujeto pretende eludir la
angustia de castración, no quedándole otra salida que ofrecer el cuerpo como “instrumento”
o como “escenario”, en procura de suprimir lo Real sexual.
8
Lacan, J. (1962-63): “Más allá de la angustia de castración”, en Seminario 10. “La angustia”. Ed.
Paidós. Bs. As., 2006, págs. 53 a 66.
9
Freud, S.: “Carta 52 (6 de diciembre 1896): “Fragmentos de correspondencia con Fliess” Obras
Completas. Tomo I, Ed. Amorrortu, Bs. As., 3° edición, pág. 274.
10
Podemos pensar entonces, a partir de los desarrollos freudianos, el pasaje al acto
como una no transcripción de ciertos signos perceptivos que no pueden enlazarse a
representaciones.
Es en “Más allá del principio de placer”10 donde Freud incluye y liga la compulsión
como placer no inhibible a pulsión de muerte. Es decir como algo irrepresentable, como lo
que no tiene inscripción. O también podemos pensarlo, desde el decir de Lacan, como
aquello que no está dentro de las posibilidades del significante. Freud señala que es lo que
excede a la transmisión entre el proceso primario y el proceso secundario. Es lo que
excede a la dialéctica de condensaciones y desplazamientos.
“He intentado traducir al lenguaje de nuestro pensar normal, lo que en realidad tiene
que ser un cierto proceso, no conciente ni preconciente, entre montos de energía en
substratum irrepresentable”.
Veamos una viñeta clínica de una paciente que presenta una anorexia pensada
como patología del acto, o anorexia vera o propiamente dicha:
10
Freud, S. (1920): “Más allá del principio de placer”, en Obras Completas. Tomo XVIII. Ed.
Amorrortu, Bs. As., 1982, 3° edición, pág. 35.
11
Freud, S. (1932): “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”, en Obras Completas.
Tomo XXII. Ed. Amorrortu, Bs. As., 1982, 3° edición. pág. 35.
12
Freud, S. (1938): “Esquema del psicoanálisis”, en Obras Completas. Tomo XXIII Ed.
Amorrortu. Bs. As., 1982, 3° edición.
13
Idem op. citada, pág. 160.
11
Evelin, nombre dado a una adolescente para mantener su anonimato, es
llevada a consulta e internada por deshidratación, desnutrición y bradicardia, con un
peso de 29 kg.. Es derivada por una institución del interior del país con diagnóstico de
Anorexia luego de estar internada durante tres semanas. Durante las mismas Evelin
no comió y sólo consumió un poco de agua, actitud que habría comenzado una
semana atrás durante el tratamiento ambulatorio realizado en el lugar de origen.
“No voy a comer. La comida me hace mal. Cualquier cosa, aunque sea muy
chiquita me hace engordar y me hace sentir mal”.
Todos los intentos y estrategias son vanas. Evelin no quiere recibir ninguna
maniobra médica, se opone a cualquiera de ellas. Además cierra la boca, deja caer el
alimento que ante un descuido suyo se introduce en su boca, cierra la cánula por la
que le suministran alimento en la sala de cuidados intensivos. Todo intento está
destinado al fracaso. Nada funciona.
Evelin dice que no puede comer hasta que no sienta ganas, mostrando el
fracaso del “bien amar” donde el comer es el bien y el fracaso de restituir la
necesidad allí donde se articulan demanda y deseo.
Su padre dice:
“Me vine con la madre porque sé que de Buenos Aires me la voy a llevar en un
cajón.”
Evelin está alojada en el Otro como muerta. No hay quien reciba el mensaje,
y por lo tanto se produce el pasaje al acto que se expresa en tenaz o ferrea negativa a
incorporar cualquier alimento, en el cerrar herméticamente la boca.
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Lleva un mes sin comer, nada conmueve eso.
Esta paciente llega a la institución traída por sus padres, quienes suponen que
algo le está pasando. Pero ella no formula una demanda, es más, dice no pasarle
nada, simplemente no come porque está gorda, no hay pregunta, no hay queja.
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Para el criterio objetivo-conciente de estas pacientes no hay distorsión, sin embargo el
“semejante”, sus pares o sus padres, entre otros, le devuelven en forma invertida la
perturbación de la que no se pueden hacer cargo.
El sufrimiento definido como distorsión es una realidad psíquica inconciente para las
adolescentes. Este fenómeno implica dos perspectivas diferentes y contrapuestas, dos
maneras de ver ese cuerpo: la percepción que se tiene de sí y la manera en que el otro las
percibe y decodifica. Esta decodificación queda del lado del Otro, en cambio otro anoréxico
no re-interpreta.
Las pacientes, a pesar de su delgadez, ven alguna parte del cuerpo distorsionada:
el estómago, las piernas, las caderas, etc., siempre hay un exceso perceptivo, un defecto
que aparece en lo Real, una desvalorización del Yo y un defecto en el gozar de la vida.
Es un fenómeno complejo que habla del sujeto que lo sufre, una sensación, una
percepción que tienen las adolescentes de sí mismas, de su cuerpo y de los demás, que
tiñe la relación con los pares y con los otros en general. Se evidencian un grado de rigidez
extremo y de encierro narcisista en esa problemática. El mundo y su vida se centran en
estas vivencias y restringen su vida social y afectiva.
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perturbación de la imagen en la anorexia a una perturbación del deseo, siendo a esta
correspondencia a la que se debe orientar la clínica con pacientes anoréxicas en lo relativo
al trabajo sobre la distorsión de la imagen corporal.
“¿Ves?, ¡tengo mucha panza! Mirá, ¡quiero sacarme ésto, me lo quiero cortar!”,
María, de 14 años, comenta que siente que le "sobra peso", a pesar de sus
escasos 44 kg. Habiendo perdido 29 kg. continúa buscando un cuerpo más delgado y
luego de seis meses de restricción alimentaria, dice:
“Cuando mi mamá me trajo, las médicas dijeron que mi peso era muy bajo y
tenía pocas pulsaciones. Dijeron que era muy riesgoso. Yo me veía bien, quería bajar
dos kilos más. Cuando quisieron internarme, me di cuenta de todo. Fue realmente
mirarme en el espejo tal como todos me veían, enferma. Al estar enferma estás
encerrada en vos misma. Todo lo que te digan no te interesa, no podés pensar, no te
das cuenta de la situación."
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Veremos algunos fragmentos clínicos para poder diferenciar entre la valoración
que los adolescentes tienen de su cuerpo y cómo lo perciben, según lo hagan desde
la distorsión o no.
"Siempre me llevé mal con mi cuerpo, me molesta. Me veo muy mal, es re feo.
No me gusta."
..."No tengo control sobre mi ánimo. No estoy conforme con lo que soy.
Siempre estoy sola."
Cada uno de los relatos muestra una valoración negativa que las adolescentes
tienen de sí, la insatisfacción con su imagen y consigo mismas. Concomitantemente a
la distorsión aparece la pérdida de la autoestima.
..."Me miraba y me veía fea, gorda. Me provoqué vómitos. Me veo gorda, inútil
(...) Siempre decía que estaba gorda (...) Veo que tenga panza y no me gustaba ( )
Me veo gorda. No me veo bien. ¡Mirá la panza y las piernas!. ¡Me tendría que
desaparecer esto!." ,
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co
Estas viñetas nos permiten registrar con claridad la alteración perceptiva que
las adolescentes presentan y la imposibilidad en muchos casos de reconocer la
gravedad de su estado.
Por lo tanto, distorsión es un fenómeno complejo que habla del sujeto que lo
sufre. Es una sensación, una percepción que tienen las adolescentes de sí mismas,
de su cuerpo y de los demás que tiñe la relación con los pares y con los otros en
general. Muestran, como remarcáramos anteriormente, un grado de rigidez extremo y
de encierro narcisista, quedando el mundo y su vida girando alrededor en estas
vivencias, llegando a restringir su vida social y afectiva.
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A manera de cierre:
Las “patologías del acto” muestran que algo no tramitado y sin anclaje en la palabra
retorna como una búsqueda “loca” de salida ante la angustia a través del acto, como acting
out o pasaje al acto, o encarnándose en el cuerpo, en procura de encontrar un lugar
simbólico propio, pero, como este accionar lleva el sello inconfundible de la pulsión de
muerte el fracaso es inevitable, quedando al sujeto en un oscuro callejón que sólo puede
conducir a “nada” de deseo.
14
Barrionuevo, J.: “Locura en la transgresión adolescente”, en Adolescentes, transgresión y drogas. Gabas
editorial. Bs. As., 2004, pág. 28.
18
Bibliografía:
Barrionuevo, J.: “Adolescentes, transgresión y drogas”. Gabas editorial. Bs. As., 2004.
Cibeira, A.: "Sobre anorexia y bulimia en adolescentes", en “Acto y cuerpo en
Psicoanálisis con niños y adolescentes”, Barrionuevo, J. (Coordinador).
Editorial JVE Psiqué. Buenos Aires. 1997.
Dolto, F.: "La imagen inconciente del cuerpo". Editorial Paidós. Buenos Aires.
1994.
Lacan, J. (1971): "El estadío del espejo como formador de la función del yo".
Escritos I. Siglo Veintiuno editores.
Recalcati, M.: " La última cena: Anorexia y Bulimia". Ediciones del Cifrado.
Buenos Aires. 2004.
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