Está en la página 1de 12

RECUERDO,

REPETICIÓN Y
ELABORACIÓN
(1914)
El objetivo es el paciente domine su autocrítica y
promover el uso de la regla psicoanalítica fundamental.
Se trabaja el discurso del paciente y se utiliza la
interpretación para evidenciar las resistencias que
emergen.
Al comunicarlas, al analizado las confronta y se
promueve sin esfuerzo la elaboración de las experiencias
reprimidas.
EL OLVIDO
Se olvida por efecto de la represión que retiene los recuerdos de
impresiones, escenas y sucesos de la experiencia infantil.
El «olvido» ocurre debido a la existencia de recuerdos encubridores
que constituyen una representación de los años infantiles
olvidados, y del contenido manifiesto del sueño a partir de las ideas
oníricas latentes.
Al confrontar el material «olvidado», el paciente usualmente añade:
«En realidad, siempre he sabido perfectamente todas estas cosas; lo
que pasa es que nunca me he detenido a pensar en ellas».
Los procesos psíquicos susceptibles de ser opuestos como actos
puramente internos a las impresiones y los sucesos vividos, está
constituido por las fantasías, las asociaciones, los sentimientos.
Se «recuerda» algo que no pudo nunca ser «olvidado», que parece
totalmente indiferente a la consciencia y queda luego olvidado o
inaccesible a conciencia.
El olvido se limita a destruir conexiones, suprimir relaciones causales y
aislar recuerdos enlazados entre sí.
Los recuerdo de las épocas muy tempranas de la infancia y vividos
entonces sin comprenderlos, son luego interpretados y comprendidos
luego por el sujeto.
El analizado no recuerda nada de lo olvidado o reprimido, sino
que lo vive de nuevo. No lo reproduce como recuerdo, sino
como acto; lo repite sin saberlo.
Por ejemplo: el analizado no cuenta que recuerda haberse
mostrado rebelde a la autoridad de sus padres, sino que se
conduce en esta forma con el analista.
No recuerda su investigación sexual infantil, sino que produce
una serie de sueños complicados y ocurrencias confusas y se
lamenta de que nada le sale bien y de que su destino es no
conseguir jamás llevar a buen término una empresa, etc.
Mientras se sometido al tratamiento el paciente no se libera de
esta compulsión de repetir, es un fenómeno que constituye su
manera especial de recordar.
El impulso a recordar no sólo en lo que afecta a su relación con
el analista, sino también en todas las demás actividades y
relaciones simultáneas de su vida.
Cuanto más intensa es la resistencia, más ampliamente
quedará sustituido el recuerdo por la acción (repetición).
Que se repite?
El analizado repite todo lo que se ha incorporado ya a su ser
partiendo de las fuentes de lo reprimido: sus inhibiciones, sus
síntomas, sus rasgos de carácter patológico y su modalidad
particular de hacer vínculo.
Mientras se recuerda en análisis se accede al origen de la
enfermedad, lo que permite el campo de acción de la cura.
En este proceso el paciente los vive como algo real, vamos nosotros
practicando en ellos nuestra labor terapéutica, consistente, sobre
todo, en la referencia del pasado.
La repetición dentro del tratamiento analítico, supone evocar un
trozo de vida real, y, por tanto, no puede ser innocua en todos los
casos y en una fase del tratamiento esto provoca la «agravación
durante la cura», inevitable a veces.
Esta fase agudiza de forma pasajera, algunos conflictos y hace
pasar a primera línea síntomas hasta entonces poco precisos.
Pero la resistencia puede aprovechar la situación para sus fines
e intentar abusar de la tolerancia concedida a la enfermedad.
Otro peligro es sean reproducidos impulsos nuevos, situados
en estratos más profundos, que no habían emergido aún.
Pueden traer daños pasajeros e incluso ser elegidos de manera
que anulen por completo el valor de la salud que el
tratamiento tiende a restablecer.
La mejor manera de proteger al paciente es indicarle que no
debe tomar ninguna resolución importante durante el
portero.
Se respeta la libertad personal del paciente siempre con estas
precauciones.
La mejor manera de refrenar la compulsión a la repetición
del paciente es convertirla en un motivo de recordar a
través del manejo de la transferencia.
La función de la
transferencia
Hacer surgir las pulsiones que determinan la vida anímica del
analizado.
Si el paciente coopera, y respeta las condiciones del tratamiento, se
consigue dar con el origen de los síntomas.
En transferencia el paciente asigna una nueva significación y sustituir
su neurosis vulgar por una neurosis de transferencia, de la cual puede
ser curado por la labor terapéutica.
La transferencia crea así una zona intermedia entre la enfermedad y la
vida, en donde tiene efecto la transición. El nuevo estado tiene todas
las características de la enfermedad, constituye una enfermedad
artificial, asequible por todos lados a nuestra intervención.
El vencimiento de las resistencias se inicia revelando al
analizado la existencia y condición de las mismas, ignorada
siempre por el sujeto.
Esto no puede tener por consecuencia inmediata su
desaparición. El paciente necesita tiempo para ahondar en la
resistencia, hasta entonces desconocida para él, elaborarla y
dominarla.
El tratamiento debe continuar, conforme a la regla analítica
fundamental.
Al final, se descubre, en colaboración con el analizado, las
pulsaciones, que reprimidas, alimentaban la resistencia.
La elaboración de las resistencias constituye
una penosa labor para el analizado y una dura
prueba para la paciencia del analista.
Pero también constituye la parte del análisis
que ejerce sobre el paciente mayor acción
modificadora y la que diferencia al tratamiento
analítico de todo influjo por sugestión.

También podría gustarte