Isabella Belgoderi

Mr. Mora, Educación cívica

2 septiembre, 2016
Abolición del ejército y su trascendencia

En 1821, Costa Rica se independiza de España y pasa a ser una República independiente.
Eso significa que adopta sus propias fuerzas armadas. Estas pasan por altos y bajos a lo largo de
su existencia. Pero hay un evento que lo marca definitivamente; este es su abolición. Después de
la Segunda Guerra Mundial, la economía mundial se debilita y pasa un proceso de
reconstrucción. Para este entonces, la economía de Costa Rica se basa en la exportación de café.
En los tiempos de guerra y post-guerra, para los países Europeos (las mayores fuentes de
ingresos) es más importante comprar armas y reconstruir las ciudades, que comprar café; debido
a esto, Costa Rica sufre un declive en su economía, lo que lo lleva a buscar formas de
economizar los ingresos, y así, en 1948, pone punto final a la historia de ejército.
Durante la Guerra Civil de 1948, en el Partido de Unión Nacional José Figueres Ferrer es
el jefe de campaña. Después de la Guerra Civil, con la creación del Pacto Ulate-Figueres, José
Figueres Ferrer es quien gobierna el país por un período de un año. En este año, el presidente
Figueres abolió el ejército, y creo el Instituto Costarricense de Electricidad; esto hizo que la
crisis eléctrica que atravesaba el país desapareciera. Se podría decir que el gobierno de Figueres,
aunque corto, fue muy provechoso, ya que gracias a él Costa Rica no cuenta con un ejército.
¿Por qué es un beneficio no contar con un ejército? Como mencionado anteriormente,
después de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1945, Costa Rica sufre una gran debilitación
en la economía. Los ingresos generados por las exportaciones y otros, no son suficientes para
cubrir los gastos del país, como por ejemplo la educación. Desde 1869, la educación primaria es
declarada como pública y obligatoria. Esto significa que quien costea las escuelas es el Estado.
Cuando el presidente José Figueres Ferrer nota que el presupuesto no es suficiente, decide, en
1948 acabar con la existencia del ejército costarricense. Esto abre espacio para un mayor
presupuesto para la educación pública y la creación de fuerzas nacionales como la policía.
La abolición del ejército costarricense llevó a una numerosa serie de cambios en la
organización nacional. Mario Alberto Jiménez dijo:
“…esta Carta del 9 implica una renovación de nuestra estructura cnstitucional, mucho
más profunda de lo que generalmente sea creído, de suerte que estamos situados en una
época de experimentación constitucional sobre cuyos resultados es difícil predecir nada.
 Será el funcionamiento de esta Carta, bajo diferentes administraciones y circunstancias,
el que determine si todas las innovaciones que ella contiene son producto de la pura
“razón inventiva” del constituyente de 1949, o si bien esas innovaciones obedecían
realmente a una necesidad evolutiva”

A lo que don Mario Alberto se refiere en la cita anterior, es que cuando el ejército fue
eliminado, esto llevó a cambios que nadie podía predecir, ya que era algo totalmente innovador y
nuevo, por lo tanto, el resultado de dichos cambios era desconocido. Estos cambios y re-
estructuraciones no hubieran sido posibles sin la eliminación del ejército. Como resultado de
estos cambios, el Poder Ejecutivo de la República pierde poder. Por esto, se da un cambio en las
instituciones costarricenses, como: el Centro de Control se cambia por la Contraloría General,
institución que controla los gastos de las municipalidades. También se estableció una
organización separada al poder ejecutivo para controlar los procesos electorales, el Tribunal
Supremo de Elecciones (TSE). Estas son solo dos de los grandes cambios en la república que se
dieron durante el gobierno de José Figueres Ferrer, después de la abolición del ejército.
Al eliminar el ejército con la Constitución de 1949, se anula el poder de este, sin
embargo, no prohíbe la eventual y posible existencia de un ejército, ya que sería inconstitucional.
De acuerdo con el Artículo 12 de la Constitución Política de Costa Rica, establecida por la
Asamblea Nacional de Costa Rica de 1949, el Ejército se proscribe como [una] institución
permanente, y para la vigilancia y “sólo por convento continental o para la defensa nacional
podrán organizarse fuerzas militares; unas y otras estarán siempre subordinadas por el poder
civil; no podrán deliberar, ni hacer manifestaciones o declaraciones en forma individual o
colectiva” (Constitución Política, Artículo 12). Esto quiere decir que el país no queda cien por
ciento absuelto de un ejército, ya que bajo una extrema necesidad de protección civil, se podrá
tomar en cuenta la habilitación de fuerzas armadas.
En conclusión, la abolición del ejército costarricense fue producto de un acuerdo del
presidente (en ese entonces) José Figueres Ferrer bajo la Constitución de 1949. Esta abolición
fue generador de múltiples cambios en la organización tanto política como social del país.
Gracias al declive económico de la época, era imposible generar más educación para las
generaciones futuras. Esta fue otra consecuencia positiva de la decisión de abolir el ejército: el
presupuesto usado para armas en la guerra, sería usado ahora para construir escuelas y mejorar la
educación. La abolición del ejército brindó numerosos beneficios que trascienden hasta hoy, y
seguirán trascendiendo por incontables años más, y su mayor, y más satisfactorio beneficio será
para la madre costarricense, ya que, como dijo Ryoichi Sasakawa “dichosa la madre
costarricense, que sabe que su hijo al nacer, jamás será soldado”

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