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Secuencias didácticas
para aprender gramática
Anna Camps, Felipe Zayas (coords.)
P. Carrasco, X. Fontich, C. Gràcia, O. Guasch,
X. Gutiérrez Zaragoza, P. Jimeno, M. Milian, T. Ribas,
C. Rodríguez Gonzalo, T. Verdaguer, M. Vilà i Santasusana
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Índice
Introducción, A. Camps, F. Zayas | 7
4. Gramática y uso: los conectores en los textos argumentativos, T. Ribas, M.T. Verdaguer | 49
La enseñanza de la gramática: una realidad que debe definirse | 49
Secuencias didácticas para enseñar y aprender a reflexionar sobre la gramática | 51
Una secuencia didáctica sobre los conectores a partir del uso de la lengua | 52
. SD1. El rincón de la opinión (1) | 54
. SD2. Los conectores: valor semántico y gramatical | 55
. SD1. El rincón de la opinión (2) | 57
El razonamiento gramatical de los alumnos | 57
A modo de conclusión | 61
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La sintaxis de la imagen | 68
Para concluir | 72
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9. ¿Cómo funcionan los relativos? Aprender gramática investigando, X. Gutiérrez Zaragoza | 113
Introducción | 113
Descripción de la secuencia | 115
. Objetivos | 115
. La secuencia | 115
. Evaluación | 118
Modificaciones introducidas durante la secuencia | 118
Modificaciones que deberían introducirse para mejorar la secuencia | 119
Resultados y progreso de los alumnos | 121
. Evaluación inicial | 121
. Evaluación final | 122
. Comparación entre la evaluación inicial y la evaluación final | 125
. La primera parte de la secuencia | 128
. Otros aspectos | 129
Conclusiones | 130
Lista de textos utilizados en la secuencia | 131
10. Los alumnos investigan sobre gramática: un breve trabajo de campo estructurado
como una secuencia didáctica, M. Vilà | 133
Ámbito de la secuencia didáctica | 134
Un trabajo de campo sobre gramática estructurado como una SDG | 135
El trabajo de campo | 136
La secuencia paso a paso | 137
. Representación de la tarea final | 137
. Actividad 1: Las pruebas | 138
. Actividad 2: Los informantes | 140
. Actividad 3 | 141
Balance final | 143
. Presuponer y valorar el conocimiento gramatical de los alumnos | 143
. Dar el tiempo necesario para entender a fondo los aspectos gramaticales | 143
. La interacción en el aula cambia de dirección: las preguntas y peticiones de aclaraciones
se producen de los alumnos al profesor o profesora y entre los propios alumnos | 143
. Fomentar el razonamiento lingüístico y el rigor | 144
. Cambio de perspectiva de los alumnos: de receptores a productores | 144
Anexo | 145
. Ejemplos de pruebas | 145
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12. La actividad metalingüística: más allá del análisis gramatical, F. Zayas | 161
Descripción de actividades | 162
. Tipos de actividades | 167
Conclusiones | 171
13. Una secuencia didáctica sobre la complementación verbal: la clasificación de los verbos según
los complementos verbales, X. Fontich | 173
Introducción | 173
La subcategorización verbal | 174
El gráfico [± CD ± CI] | 177
La SDG: la clasificación de los verbos según sus complementos verbales | 182
. Presentación de la SDG y actividad de clasificación | 183
. Preguntas | 183
. Análisis de las respuestas | 184
. Exposición de los resultados del análisis | 186
. La clasificación de los verbos | 187
. La postal gramatical | 188
. La evaluación por parejas | 188
. Prueba oral en grupo | 190
. Prueba escrita individual | 191
. Informe final | 191
Observación final | 191
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Introducción
Anna Camps, Felipe Zayas
1. Véase el capítulo 3 en Camps, Guasch, Milian y Ribas (2005) y Charolles y Combettes (2001).
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reflexivo de las formas lingüísticas con los usos de la lengua, especialmente con los
usos más complejos, como a la sistematización de los conocimientos gramaticales, en
un modelo básico adecuado a las necesidades de los escolares y de los usuarios no es-
pecialistas de la lengua. Se trataría, de este modo, de establecer un puente entre las
actividades de uso y el conocimiento sistemático de la lengua en los diferentes nive-
les de la organización de los textos. Para ello, en primer lugar, se ha de valorar la
pertinencia de muchos de los contenidos gramaticales tradicionales: por una parte,
cabe preguntarse si estos contenidos deben referirse a mecanismos lingüísticos que
los niños y jóvenes tienen completamente incorporados en su gramática implícita o
fundamentalmente a formas todavía no interiorizadas; por otra parte, parece nece-
sario introducir en el currículo y en los proyectos curriculares contenidos gramatica-
les que afectan al texto, tanto en su organización lingüística como en su relación con
la actividad discursiva. Pero además, en segundo lugar, y ello es decisivo, la activi-
dad gramatical en el aula se ha de concebir de otro modo: las operaciones de
observación y análisis de las formas lingüísticas han de estar relacionadas con las ne-
cesidades de los usos verbales y de reflexión metalingüística sobre dichos usos, es
decir, con la necesidad que tienen los alumnos de recursos lingüísticos para dar
solución a los problemas que les plantean los textos.
A lo largo de los últimos quince años, las reflexiones que se han hecho en di-
dáctica de la lengua sobre la enseñanza y el aprendizaje de la gramática —y las pro-
puestas de trabajo correspondientes— han tratado de buscar la coherencia entre la
reflexión gramatical y el aprendizaje del uso de la lengua dentro de estas dos
vertientes del problema. Esta publicación tiene como objetivo mostrar ejemplos sig-
nificativos de esta búsqueda.
En cuanto a las aportaciones sobre una redefinición de los contenidos grama-
ticales más acorde con el aprendizaje del uso verbal, se pueden señalar dos grandes
ámbitos. En el primero, se ha tratado de determinar qué conocimientos gramatica-
les son los que afectan más claramente al dominio de los mecanismos de la textuali-
dad y de la adecuación de los textos a los factores contextuales. Se enfatiza así el
trabajo con las marcas enunciativas (deixis, modalidad y modalización...), con los
marcadores del discurso, con los procedimientos de cohesión gramaticales (pronomi-
nalización) y léxicos (repeticiones y sustituciones léxicas), con el papel cohesivo de las
formas verbales, con la puntuación como mecanismo de cohesión, etc. Se amplía de
este modo el campo para la reflexión gramatical, pero no se resuelve el problema
de situar los contenidos de tipo morfosintáctico en el nuevo marco de orientación
comunicativa. Incluso, a veces, podía parecer que se estaba propugnando una susti-
tución de la gramática oracional por la textual.
Otro ámbito de reflexión se refiere a la cuestión del enfoque que se tendría
que dar a la morfosintaxis en el marco del aprendizaje de destrezas lingüístico-co-
municativas. Las respuestas a esta cuestión se buscan situándose en el mismo punto
de vista que el adoptado por las nuevas corrientes lingüísticas de base funcional y
cognitiva, donde se integra la pragmática y la semántica en el estudio de la sintaxis:
el acento no se pone en cuáles y cómo son las formas lingüísticas, sino en para qué
sirven y en cuál es la mejor opción en situaciones concretas. Esto permite integrar las
actividades de sintaxis con el trabajo de lectura y composición de textos. Este cam-
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bio de perspectiva está llevando a dos vías de reflexión; por una parte, la elaboración
de propuestas didácticas en el campo de la sintaxis que parten de una perspectiva se-
mántica: la oración entendida como una predicación y unos argumentos a los que
se asignan determinados papeles semánticos y funciones sintácticas; por otra, la mi-
rada desde una perspectiva textual y discursiva hacia mecanismos sintácticos que
tradicionalmente se han examinado desde un punto de vista oracional: el orden de
las palabras en la oración, la construcción pasiva, las fórmulas explicativas (oraciones
de relativo explicativas, la aposición...), la oración compuesta de estructura bipolar
(las oraciones coordinadas y las subordinadas a una cláusula), etc. A partir de este
conjunto de reflexiones sobre la pertinencia de los contenidos gramaticales, en rela-
ción con los fines de la enseñanza de la lengua, se puede concluir que el trabajo sobre
las formas verbales en la escuela abarca estos diferentes niveles:
1. Las formas lingüísticas que ponen de manifiesto las relaciones del texto con
las situaciones de comunicación.
2. Las formas lingüísticas que establecen relaciones internas en el texto (que
constituyen el entramado que denominamos texto): relaciones anafóricas,
conexión, cadenas referenciales, progresión temática, etc.
3. Las formas lingüísticas predominantes en los diferentes tipos de discurso y
que se combinan de formas diversas según los géneros.
4. Las relaciones sintácticas que se establecen a nivel de los enunciados, más
allá de la consideración abstracta de la frase, y teniendo en cuenta su rea-
lización concreta. Para ello, habrá que tener en cuenta tanto los aspectos
formales como en los semánticos y pragmáticos. En este nivel se incluirán tam-
bién las relaciones entre frases, tanto las que se explican por los procesos de
inclusión de oraciones como elementos de otra unidad oracional, como los
que resultan de encadenamientos por yuxtaposición, coordinación o por el
establecimiento de relaciones temporales, locativas o lógicas, por medio de
conectores diversos. Un enfoque de este tipo permite abordar —desde el
punto de vista discursivo— los elementos no afectados por la rección.
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dos tipos de objetivos planteados y compartidos por todos los participantes: profeso-
rado y alumnado. Entre estos contenidos específicos referidos al género discursivo ob-
jeto de enseñanza se encuentran los conocimientos acerca de las características
lingüísticas de la clase de texto que se está aprendiendo a escribir, lo que requiere, a su
vez, el conocimiento de ciertas formas lingüísticas y de su funcionamiento en el dis-
curso. En consecuencia, los proyectos de escritura concebidos de acuerdo con este mo-
delo de enseñanza de la composición escrita pueden proporcionar el marco en el que
las actividades gramaticales sean significativas para el aprendizaje del uso de la lengua.
En cuanto a la secuencia didáctica para aprender gramática (SDG), se trata de
un modelo hipotético2 que puede permitir el diseño y la ejecución de unidades de tra-
bajo complejas sobre cuestiones gramaticales. La secuencia está constituida por un
conjunto de tareas diversas pero relacionadas por un objetivo global que les da senti-
do. Por ejemplo, revisar y mejorar la organización de textos argumentativos, lo cual
exige profundizar en el tipo de relaciones lógicas implicadas en la argumentación
(causa-consecuencia, condición, contradicción, concesión, etc.) y, por lo tanto, en el
dominio de los conectores necesarios para hacerlas explícitas; descubrir de qué forma
diferentes lenguas resuelven las relaciones temporales entre los hechos en la narración:
la investigación sobre la variación en el uso de determinadas formas (p. ej.: los pronom-
bres adverbiales en catalán); el descubrimiento de la organización de los elementos
constitutivos de la oración a través de las estructuras semánticas de los verbos, etc.
Se puede describir, pues, la SDG como el desarrollo de dos tipos de actividades:
1. Una actividad de investigación: descubrir el funcionamiento de la lengua en
algún aspecto, mejorar los textos, etc. Esta actividad culmina con la redac-
ción de un informe o con una exposición oral del trabajo realizado y de las
conclusiones que se han extraído.
2. Una actividad de aprendizaje que consiste en sistematizar unos conoci-
mientos gramaticales que se han construido en el marco de la investigación.
2. Para una visión más amplia del modelo, véase el cap. 7 en Camps (coord.), Guasch, Milian y Ribas (2005).
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aprendizaje, para que el alumno obtenga unos conocimientos que resulten disponi-
bles para actividades y aprendizajes posteriores.
Las siguientes contribuciones se pueden agrupar en dos grandes bloques; el
primero engloba las experiencias y propuestas que toman como marco del trabajo
gramatical las situaciones de comprensión o producción textual; el segundo incluye
las propuestas que tienen como foco contenidos gramaticales que se abordan inte-
grando los aspectos formales semánticos y pragmáticos y teniendo en cuenta la varia-
ción inherente a los usos reales de la lengua.
En «La reflexión sobre la lengua», Carmen Rodríguez Gonzalo y Felipe Zayas
proponen una vía de integración de la educación lingüística y literaria que facilita la
combinación de ciertos recursos literarios de carácter sintáctico, como el paralelismo,
o de carácter semántico, como la metáfora y la comparación, mediante actividades
de observación y de manipulación de la forma lingüística, para, como objetivo últi-
mo de aprendizaje, atribuirles sentido en los textos literarios en los que se usan. Con
ello se pretende desarrollar la capacidad metalingüística de los alumnos vinculando
la reflexión gramatical a la interpretación de los textos literarios. Asimismo, se supe-
ra la tradicional descripción gramatical de los enunciados y se evita la instrumenta-
lización de los textos literarios en las actividades de vocabulario o de análisis
gramatical.
Pedro Jimeno, en el capítulo «La cohesión textual en la enseñanza de la lengua»,
sitúa la reflexión metalingüística en el ámbito del texto. Destaca la importancia de
acceder a los mecanismos cohesivos para mejorar tanto la comprensión lectora, con
referencia específica a la necesidad de trabajar los niveles intermedios de la infor-
mación textual, como la capacidad de la expresión escrita, a través de proyectos de
escritura. A partir de algunas propuestas de actividades tipo para trabajar en el aula,
apunta unas valoraciones sobre los contenidos del ámbito textual que pueden ser
más adecuadas según las diversas etapas educativas.
El capítulo de Teresa Ribas y Teresa Verdaguer, «¿Cómo se relaciona la reflexión
gramatical con el uso de la lengua? Una secuencia didáctica sobre los conectores en
textos argumentativos» fundamenta y narra una experiencia de enseñanza de los ele-
mentos de conexión en el marco de una secuencia didáctica basada en un proyecto
El rincón de opinión, consistente en la elaboración de un fichero de valoraciones per-
sonales de los libros que, preceptivamente, leían los alumnos. La descripción del pro-
ceso se centra en la actividad de los alumnos y en su diversa implicación en la tarea,
en los caminos que recorren para construir su saber sobre las formas, en el peso de
la argumentación gramatical de tipo principalmente semántico en estos procesos y,
sobre todo, en el intento de sistematizar no sólo los contenidos para que puedan lle-
gar a estar disponibles para actividades posteriores sino también en los procedimien-
tos que les permiten reflexionar y descubrir la adecuación en el discurso.
El capítulo de Montserrat Ferrer, «El tiempo de la narración: una secuencia de
trabajo gramatical» constituye una propuesta para trabajar la complejidad de la ex-
presión de la temporalidad en los textos narrativos para alumnos de bachillerato, de
forma que lleguen a la comprensión y al uso adecuado de los mismos. El capítulo des-
cribe con detalle los objetivos de la secuencia, la propuesta de desarrollo de las acti-
vidades que se proponen atendiendo a dos tipos de contenidos: contextuales
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(tiempos del enunciado/ tiempo de la enunciación, eje del pasado/ eje del presente…)
y textuales (primer y segundo plano del relato, alteraciones en el orden del tiempo,
etc.), y los criterios didácticos que la guían; finalmente, se ofrece una propuesta de
evaluación a partir de la integración de los conceptos gramaticales en la producción
de un texto narrativo.
El segundo bloque de aportaciones, como decíamos, centra su atención en los
propios contenidos gramaticales, pero teniendo en cuenta diversos objetivos:
1. Analizar la variación en relación con el uso de las formas lingüísticas o com-
parar el funcionamiento gramatical de varias lenguas.
2. Abordar la construcción de los conceptos sintácticos básicos: oración, com-
plementación verbal, etc. en relación con el concepto de rección.
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Artículo publicado en Articles de Didàctica de la Llengua i la Literatura, 33, pp. 9-26, abril 2004.
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Y responde:
Seguramente, sí. Porque en estos últimos años, la lingüística está empezando a rom-
per la división tradicional entre «estructura» y «uso», extendiéndose a una visión inte-
gradora. Se busca comprender cómo las condiciones de uso de la lengua determinan en
gran medida las propias estructuras. Es decir, las estructuras serán la consecuencia del uso
de la lengua, porque éste no es en absoluto arbitrario o azaroso, sino que obedece a al-
gunos principios de carácter fundamental. (Destacado en redonda de Enrique Bernárdez)
Las gramáticas de base funcional y cognitiva, como las de Dik y Halliday, pueden
permitir que se establezcan los puentes de conexión entre texto y oración, tal como
también afirma Bernárdez.
1. Son elocuentes, en este sentido, las siguientes afirmaciones de Brucart (2000) en la presentación de la
Gramática descriptiva de la lengua española: «[...] la obra refleja también uno de los cambios de tenden-
cia fundamentales que se detecta en la lingüística del último cuarto de siglo: la reintroducción del signi-
ficado como elemento fundamental en el análisis de los fenómenos gramaticales. No es excesivo decir
que buena parte de la gramática teórica de este siglo ha sido semantofóbica. Es verdad que el destierro
del estudio del significado era más una cautela metodológica ante la dificultad de someter el sentido a
pautas formales que una decisión epistemológica, pero no es menos cierto que esta preterición tenía con-
secuencias muy negativas. Por una parte, dificultaba la relación entre los modelos lingüísticos más mo-
dernos y la tradición gramatical, que siempre había utilizado para su análisis intuiciones relativas al
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significado de las expresiones lingüísticas. En segundo lugar, la desatención de la lingüística teórica por
la semántica ha permitido que los modelos lógicos hayan sido absolutamente dominantes en el estudio
de la semántica de las oraciones, lo que ha provocado a mi modo de ver que los desarrollos lingüísticos
en este campo hayan adoptado en este terreno una perspectiva no suficientemente gramatical. La terce-
ra consecuencia negativa, y quizás la más importante para lo que ahora nos concierne, es que el des-
tierro del contenido dificultaba enormemente la elaboración de obras dirigidas a un público no profesional
e impedía el acceso a la forma desde el significado. Afortunadamente, este panorama ha cambiado enor-
memente en los dos últimos decenios: la idea de que la sintaxis es una proyección de las dependencias
léxicas y los progresos en la formalización gramatical de los fenómenos semánticos (cuantificación, de-
terminación...) han permitido romper por fin un corsé demasiado rígido. En definitiva, el concepto de gra-
mática que late en la obra es más abarcador que el que se ha manejado en muchas teorías recientes. Un
concepto, como ya se ha dicho, más acorde con la mejor tradición, que va de la morfología al discurso,
sin olvidar en ningún momento la importancia decisiva que sobre los fenómenos sintácticos tiene el lé-
xico» (cursiva de Felipe Zayas).
2. Para una explicación más detallada sobre la valencia verbal, las clases de verbos que existen según el
acontecimiento que denotan y sus papeles semánticos, véase Moreno (1991). Véase también Ordóñez,
Iglesias y Lanero (2002) y Escandell (2004).
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1. Alguien hace algo. Zapatero expresa su deseo de que las tropas vuelvan cuanto antes.
2. Algo es causa de algo. La victoria electoral de los radicales complica el proceso de paz en
Irlanda del Norte.
1. Trabas burocráticas dejan sin beca de comedor a) Niños inmigrantes se quedan sin beca de co-
a niños inmigrantes. medor por trabas burocráticas.
2. Soldados de los Estados Unidos ametrallan por b) Dos niñas iraquíes, ametralladas por error por
error a dos niñas iraquíes. soldados de los Estados Unidos.
3. Tres millones de personas morirán este año a c) Este año, el sida acabará con la vida de tres
causa del sida en el mundo. millones de personas en el mundo.
4. Un ataque con lanzagranadas provoca que se es- d) Un helicóptero de los Estados Unidos se estre-
trelle un helicóptero de los Estados Unidos en Tikrit. lla en Tikrit por un ataque con lanzagranadas.
5. Sainz acaba séptimo por problemas eléctricos. e) Problemas eléctricos provocan que Sainz lle-
gue en séptimo lugar.
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1. Abucheo a Fraga en un acto . [Un grupo de jóvenes] abuchea a Fraga en un acto con gallegos.
con gallegos. . Fraga, abucheado en un acto con gallegos.
2. Asalto y saqueo de un tren . [La resistencia iraquí] asalta y saquea un tren de los Estados
de los Estados Unidos en el Unidos en el «triángulo suní».
«triángulo suní». . Un tren de los Estados Unidos, asaltado y saqueado en el «trián-
gulo suní».
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añade una información nueva o rema3. Bernárdez (1996) subraya la base cognitiva de
este hecho y lo considera un principio estratégico que funciona tanto en el texto como
en la oración: La primera posición se reserva a aquel elemento sobre el cual se organi-
zará el resto del mensaje. Este principio actúa de manera que tendemos a establecer una
simetría entre la estructura informativa tema-rema y la estructura sintáctica sujeto-
predicado. Pero al construir un texto muchas veces nos vemos obligados a situar al prin-
cipio de la oración un elemento que no es el sujeto. Las dos proposiciones siguientes:
.
(1) Los niños entraron en una enorme sala de cristal.
Un hombre muy raro esperaba sentado en la sala.
(2) Los niños entraron en una enorme sala de cristal. En la sala esperaba sentado...
(3) Los niños entraron en una enorme sala de cristal. Dentro de la estancia esperaba sentado...
(4) Los niños entraron en una enorme sala de cristal. Les esperaba sentado...
(5) Los niños entraron en una enorme sala de cristal, en la que esperaba sentado...
(6) Los niños entraron en una enorme sala de cristal. Allí esperaba sentado...
(7) Los niños entraron en una enorme sala de cristal, donde esperaba sentado...
3. Véase Jiménez Julià (1986). Per a una aplicació didàctica, véase Zayas (1993a).
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(10) El sonido que emiten las cuerdas del piano (8e) es producido por el golpe que recibe de un
martillito cubierto de fieltro (8d). Éste es movido por una palanca (8c), que, a su vez, es ac-
cionada por cada tecla (8c) que el pianista pulsa con sus dedos (8a).
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mientos que se han de dominar para conseguir un estilo cohesionado, propio del re-
gistro formal (Serafini, 1992, cap. 6; Conca, Costa, Cuenca y Lluch, 1998, y Conca,
1999). Este estilo se caracteriza por periodos largos y una sintaxis articulada. Com-
paremos (11) y (12). En los dos casos se ha resumido un fragmento del Quijote, I-20:
(11) 1. Por alguna razón, a Sancho le entran ganas de defecar. 2. El miedo le impide separarse de
su amo. 3. Sancho decide defecar sin descabalgar. 4. Sancho se baja los calzones y deja sus po-
saderas al aire. 5. Sancho teme hacer ruido y que le oiga su amo, e intenta evitarlo. 6. Sancho
no puede evitar hacer ruido mientras defeca. 7. D. Quijote pregunta por el origen del ruido.
(12) Por alguna razón a Sancho le entran ganas de defecar, pero el miedo le impide separase de
su amo, por lo que decide resolver su problema sin descabalgar, así que Ø se baja los cal-
zones y deja sus posaderas al aire. Como Ø teme hacer ruido y que le oiga su amo, intenta
evitarlo sin éxito. D. Quijote pregunta por el origen del ruido.
(13) Seis cuadros de Joan Miró fueron robados por unos desconocidos.
(14) Los cuadros son de la primera época del artista catalán.
(15) Los cuadros son propiedad de la Fundación Joan Miró de Barcelona.
(16) El robo se produjo en la madrugada de ayer.
(17) Los desconocidos penetraron en la sala Joan Prats de la Fundación.
(18) Con dos martillos, los desconocidos rompieron el cristal de una de las paredes vidriadas del
edificio.
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(19) Seis cuadros de Joan Miró, (14) de la primera época del artista catalán, (15) propiedad de la
Fundación Joan Miró de Barcelona, fueron robados (16) en la madrugada de ayer por unos
desconocidos (17), que penetraron en la sala Joan Prats de la Fundación (18) después de rom-
per, con dos martillos, el cristal de una de las paredes vidriadas del edificio.
Dejemos que en este caso sea el lector el que resuelva el ejercicio. De nuevo, lo
importante es observar los mecanismos de integración de las diversas proposiciones
en un periodo amplio, de manera que todos los elementos estén estrechamente vin-
culados4. También se ha de resaltar el importante papel que ejerce la puntuación en
estas operaciones, como se pone de manifiesto en Nogué y Fargas, 2000.
Conclusiones
La práctica del análisis sintáctico, tal como se plantea en la tradición escolar,
tiene poco que ver con los actuales rumbos de la lingüística. Es cierto que la investi-
gación en el ámbito de las ciencias del lenguaje no tiene la finalidad de enseñar la
lengua; pero un avance en el conocimiento del lenguaje desde el punto de vista del
uso ha de tener alguna repercusión en su forma de enfocar el aprendizaje de la len-
gua. A lo largo de este trabajo se ha hecho referencia a algunos cambios de enfoque
de la sintaxis en la lingüística y se han puesto ejemplos de cómo estos cambios pueden
tener algún eco en el replanteamiento de nuestra práctica docente.
La influencia principal de las nuevas corrientes lingüísticas de base pragmática
y cognitiva debería consistir en el cambio de perspectiva con el que se aborda la re-
flexión sobre la lengua. El acento ya no puede recaer sobre cuáles son y cómo son las
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formas lingüísticas, sino para qué sirven y cuál es la mejor opción en situaciones con-
cretas de uso. Pues bien, una gramática escolar debería reflejar este cambio de pers-
pectiva. En los siguientes párrafos enumeraremos algunas de las características que
debería tener esta gramática pedagógica, concretando los ejemplos en el ámbito de
la sintaxis.
En primer lugar, no se trata de extraer de los nuevos modelos lingüísticos otro
modelo de descripción de la lengua, ni un metalenguaje diferente. En una gramática
dirigida al aprendizaje del uso, las actividades de descripción de las formas lingüísti-
cas –el tradicional análisis sintáctico– pierden relieve; pero, cuando es necesario re-
ferirse a las categorías gramaticales o a los elementos de un sintagma o de una
oración, continúan siendo útiles los métodos de análisis que nos proporciona el es-
tructuralismo distribucional y la terminología que ha acuñado la tradición5. Se trata-
ría, más bien, de presentar las formas lingüísticas de acuerdo con su función en el
discurso. Por ejemplo, no es suficiente clasificar las oraciones de relativo como espe-
cificativas o explicativas, sino que deberá mostrarse la relación de las primeras con el
mecanismo cohesivo de la pronominalización o el papel de las segundas como recur-
so para conseguir un estilo cohesionado. O en el caso de la subordinación causal, el
interés no recaerá en decidir si tienen valor adverbial o no, si se subordinan al verbo
de la oración o al conjunto del sujeto-predicado, sino en cuáles son sus condiciones de
uso en relación con las otras formas gramaticales posibles para expresar la causa
(González Nieto, op. cit., pp. 201 y 304).
En segundo lugar, una gramática pedagógica debería presentar los hechos lin-
güísticos jerarquizados, de manera que la dimensión pragmática y semántica presi-
diera la descripción formal. Por ejemplo, la estructura sintáctica de la oración se
entiende mejor después de una comprensión del verbo como organizador de todos
los elementos. Esto permite, por ejemplo, distinguir entre complementos necesa-
rios (requeridos por el verbo) y complementos opcionales (los complementos circuns-
tanciales); y a todos ellos, de las funciones periféricas. Un ejemplo claro de los
inconvenientes que conlleva operar únicamente con criterios formales es la dificultad
de los alumnos, incluso en cursos avanzados, para reconocer el sujeto usando el cri-
terio de concordancia. El hecho de que en catalán y en castellano el papel semántico
del agente sea una característica del sujeto prototípico se impone a otras considera-
ciones de tipo formal. Por tanto, es necesario presentar esta función sintáctica en re-
lación con los papeles semánticos que el verbo le puede asignar y con el papel de
elemento organizador de la información que generalmente le asigna el hablante.
En tercer lugar, si una gramática escolar ha de ser un instrumento para el
aprendizaje del uso de la lengua, tendrá que presentar los hechos lingüísticos en re-
5. Hay razones para no alejarse de la terminología tradicional, como la aparición de estos términos en
obras de consulta (diccionarios, manuales de uso, libros de estilo…), pero es posible que sea necesario in-
troducir algún término nuevo para referirse a los papeles semánticos, además de los que nos proporcio-
na la tradición, como el agente y el paciente. Pero términos como fuerza o causa, experimentador o
receptor no tienen ninguna dificultad, ya que se refieren a esquemas cognitivos de la acción que poseen
los alumnos.
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lación con la diversidad discursiva, es decir, con la diversidad de tipos y géneros tex-
tuales. En una gramática centrada en la descripción del sistema de la lengua o en la
gramática implícita del hablante ideal no hay lugar para la diversidad. Pero si consi-
deramos que las formas gramaticales son estrategias para la comunicación, en este
caso será posible presentar los hechos lingüísticos como recursos a los cuales se
acude en situaciones parecidas. En este trabajo, hemos usado titulares de prensa,
pero no como ejemplos de cómo se actualizan las reglas de un sistema o la gramáti-
ca implícita de los hablantes ideales, sino como estrategias que usa el periodista para
presentar la información. Si nos referimos a los procedimientos de cohesión entre
enunciados del texto, es necesario tener en cuenta que éstos no funcionan de la
misma manera en géneros de texto diferentes, por ejemplo en una noticia y en una
descripción técnica, porque son dos clases de texto que sirven para hacer cosas dis-
tintas y, por tanto, las formas lingüísticas se usan de manera diferente. En la noticia,
el sujeto suele coincidir con el tema del enunciado, por lo cual el orden de las pala-
bras tiende al orden que tradicionalmente se ha denominado «lógico»; en cambio, en
una descripción técnica, suele desplazarse a la posición de tema un complemento
verbal. Una gramática escolar debería presentar ciertas regularidades sintácticas de
las formas prototípicas del discurso, es decir, en los géneros del texto.
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Así pues, abordemos el segundo punto, es decir, las situaciones en las que
el objeto de enseñanza es un aspecto gramatical. Estos tipos de objetos de apren-
dizaje, como muchos de los que el alumnado aborda en otras áreas de conoci-
miento, por ejemplo los elementos químicos, la composición de la célula, las
funciones matemáticas, etc., exigen de los estudiantes la capacidad de conside-
rarlos momentáneamente fuera de las relaciones globales que se establecen en la
realidad, lo cual no significa que su aprendizaje no pueda tener sentido para los
alumnos.
La hipótesis de la que partimos es que el funcionamiento de la lengua, en
los diversos niveles apuntados (enunciativos, discursivo-textuales, sintácticos, morfo-
lógicos, léxicos), puede constituir un objeto de conocimiento que interese a los estu-
diantes si son ellos mismos quienes deben confrontarse a dicho objeto para construir
conocimiento a través de procesos activos de investigación (recogida de datos, ob-
servación, comparación, análisis, argumentación, sistematización, síntesis de los re-
sultados, etc.); todo ello en colaboración con los compañeros y con la guía del
profesor, que debe ser siempre mediador en este proceso de construcción del cono-
cimiento en la escuela.
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resolver: investigación; revisión; compara- observación y de recogida de datos. nes de cada grupo.
ción; descubrimiento de la regularidad, de
la variación, de los usos, etc.
Recogida de los datos, trascripción, es- Redacción del informe: escrito,
. Anticipación de la tarea.
tablecimiento de corpus. mural, explicación oral, etc.
. Anticipación de lo que hay que aprender.
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Evaluación
Seguimiento de la tarea: Evaluación final y autoevaluación:
Activación y explicitación de
. Por parte del profesor: ayuda a los grupos, puestas . De los contenidos a través de las conclu-
conceptos gramaticales previos,
en común parciales, aportación de información. siones en el informe y en la exposición (si
experiencias anteriores, conoci-
. Por parte del alumnado: resúmenes parciales, existe).
miento de procedimientos rela-
diario, etc. . De los aprendizajes.
cionados, etc.
. Diversidad de situaciones interactivas. . De los conceptos gramaticales implicados.
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Tipos de SDG
SDG orientadas a resolver problemas gramaticales que plantea la escritura
El punto de partida puede ser la constatación de un problema o la necesidad de
dominar unas estructuras lingüísticas determinadas para escribir un texto en un pro-
yecto de escritura que hay que iniciar o la constatación de las dificultades que han
surgido en la redacción de los textos de un proyecto finalizado. Los contenidos, las
estructuras aprendidas serán un instrumento para mejorar los textos resultantes o
instrumentos para escribir los textos que se planea escribir.
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una gran riqueza para la aproximación al análisis de las formas gramaticales. Por
ejemplo: las diferencias entre el sistema pronominal normativo y los sistemas dialec-
tales, junto a los usos incorrectos propios de las interlenguas de los nuevos hablan-
tes. Las finalidades de este tipo de trabajo son diversas: entender la diversidad, situar
la normativa como un uso necesario que hay que dominar, pero que no es el único
(las variantes dialectales no son propiamente «incorrecciones»), la utilización de con-
ceptos gramaticales para la comprensión del problema que se analiza y, por tanto, el
aprendizaje de conceptos gramaticales (pronombre, complemento directo, comple-
mento de régimen verbal, etc.).
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Primer acercamiento
A menudo mis compañeros del instituto que imparten clases en otras áreas me
comentan, o quizá, en el fondo, me reprochan, que los alumnos escriben mal –«cada
vez peor», hace veintidós años que lo oigo–. A veces, para acabar antes, les doy la
razón; pero en muchas otras ocasiones les pregunto en qué consiste este «escribir
mal», ante lo cual, casi molestos por la obviedad de la respuesta, me dicen que sus
alumnos tienen mala letra y que hacen faltas de ortografía. Entonces no tengo más
remedio que explicar en pocas palabras que escribir bien es una tarea muy difícil, que
supone mucho más que hacerlo sin faltas de ortografía y que un texto bien escrito
es aquel que, además de la corrección ortográfica y morfosintáctica, responde a las
exigencias –propiedades– de cohesión, coherencia y adecuación. Añado, si se me per-
mite, que todo esto ha de enseñarse de manera práctica, reiterada y progresiva; y que
también se ha de enseñar, y de la misma manera, algo fundamental para que el texto
llegue a ser aceptable: la planificación y la revisión. Si entonces aún continúo te-
niendo interlocutor, aprovecho para decirle que todos tenemos dificultades a la hora
de escribir bien y que él también es profesor de lengua, aunque no enseñe esta ma-
teria. Si aún no pone muy mala cara, siento la satisfacción de haber hecho mi buena
acción del día.
Sí, escribir es difícil, puesto que requiere poner en juego muchos saberes prác-
ticos, entre otros los relacionados con la denominada cohesión. En este artículo me
Versión traducida al castellano del original: JIMENO, P. (2000): «La cohesió textual en l’ensenyament de
la llengua», en CAMPS, A.; FERRER, M. (coords.): Gramàtica a l’aula. Barcelona. Graó, pp. 155-164.
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propongo abordar algunas cuestiones relacionadas con esta propiedad textual, adop-
tando fundamentalmente una perspectiva didáctica.
Para empezar, veamos algunos fragmentos de textos, de muy diversa proce-
dencia, en los cuales hay algún problema de cohesión.
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(6) El abogado ha llamado esta mañana. El abogado estaba muy preocupado por la desaparición
de unos documentos:
a) El abogado ha llamado esta mañana: estaba muy preocupado...
b) El abogado ha llamado esta mañana. Él estaba muy preocupado...
Las dos soluciones son aceptables, entre otras. Pero, en este caso, no es acepta-
ble, a pesar de que lo sea gramaticalmente, la utilización de éste, o de un substituto
nominal, como por ejemplo, el letrado. Éste es uno de los problemas que nos encon-
tramos siempre al intentar enseñar contenidos relativos a la cohesión. En ninguna
gramática figura –ni figurará– una regla desarrollada con tanto detalle como para
poder resolver estos problemas. Y, en el caso de que esta gramática llegara a existir,
sería absolutamente inmanejable, inútil. Sólo podemos recurrir a los saberes implíci-
tos, a la experiencia comunicativa. Muchas veces somos conscientes de que existe
una regla cuando se incumple.
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una falsa sensación de homogeneidad. Por un lado, cada género textual tiene sus
propias exigencias por lo que respecta al tipo y la explicitación de la conexión y al
mantenimiento del referente. Por otro lado, y como la coherencia es dinámica (Cas-
tellà, 1992), es decir, que la construye el receptor y que depende en gran parte de sus
conocimientos previos, tan verdad es que un texto perfectamente cohesionado puede
ser completamente incoherente como el caso contrario: que un texto con notables
deficiencias de cohesión resulte perfectamente coherente para quien lo lea.
Esta última consideración nos acerca a la estrecha relación entre cohesión y
adecuación, que también ha de encontrar su lugar en las reflexiones y en las prác-
ticas del aula. Cuando hablamos de la adecuación pragmática, nos referimos a
todas aquellas variables contextuales que inciden necesariamente en el resultado
final, en qué y en cómo se dice: emisor, receptor, la relación entre ambos, mundo
compartido, papel social, intención comunicativa… Es obvio que estas variables son
muy relevantes y que su correcta consideración ha de conllevar unas decisiones lin-
güísticas específicas, también en el campo de la cohesión. Ha de remarcarse la
importancia fundamental del aspecto relativo al mundo compartido entre el emi-
sor y el receptor.
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cuentra que los lectores no dominan los «niveles intermedios de información del
texto: las estructuras textuales más frecuentes y las marcas formales del texto» de los
tipos más frecuentes:
Parece ser que este tipo de déficit se produce porque los lectores no poseen esquemas
textuales claros y no reconocen las claves que usa el autor para revelar cómo está or-
ganizada la información ni qué importancia le otorga en el conjunto del texto.
En este sentido, el desconocimiento por parte de los niños y niñas de las estructuras
textuales más frecuentes y de las pistas más rentables para el lector les impide utili-
zar estos esquemas para ordenar y relacionar la información, así como para planificar
su recuperación posterior, es decir, para recordarla si fuera necesario.
[…] También la ignorancia sobre las marcas formales del texto provoca problemas de
comprensión, ya que puede impedir que el lector atribuya con precisión las relaciones
estructurales (causales, adversativas, concesivas…) entre las ideas de un texto, o bien
lo hace ser tan dependiente del orden superficial que no puede entender, por ejemplo,
una relación de causa-efecto que aparezca cronológicamente alterada; también puede
impedirle que se cree expectativas sobre la información siguiente, algo que sí
puede hacer un lector más experimentado que, pongamos por caso, después de un «en pri-
mer lugar» espera una información de la misma categoría, introducida por un «en segundo
lugar». (pp. 92-93)
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partidos sobre la cuestión y una misma forma de operar en las actividades de lec-
tura compartida.
(7) El contenido claramente ofensivo para con la mujer que incluyen ciertos anuncios lleva a mu-
chas personas sensibles a tomar la decisión de no comprar los productos anunciados.
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Como puede apreciarse, las posibilidades son muchas, como por ejemplo las re-
flexiones, las dudas, las aclaraciones durante la realización y la puesta en común de
la actividad, en la cual se están estudiando, sin que queden explícitos, contenidos
de sintaxis oracional y textual, junto a un aspecto de vital importancia en la
producción textual: la puntuación.
Actividades de textualización
Algunos escritos de nuestros alumnos pecan de un exceso de esquematización,
de un estilo tan fragmentado que parece más un esquema previo al borrador que un
texto definitivo. Una manera de fomentar la conexión, la integración, la elaboración,
consiste en plantearles una secuencia de enunciados, que realmente constituyen el
esquema del texto breve que han de producir, dejando claro en la consigna que han
de añadir los elementos cohesivos necesarios, suprimir las partes redundantes y uti-
lizar los sustitutos pertinentes y la puntuación adecuada. Véase un ejemplo:
(8) a) - Los fundamentalistas pretenden imponer sus creencias y sus hábitos por la fuerza.
- Bastantes personas inocentes han muerto.
- Seguramente muchos más morirán por culpa del fundamentalismo.
- El fundamentalismo islámico está creciendo constantemente.
b) - (El fundamentalismo islámico está creciendo constantemente. Por su culpa, bastantes
personas inocentes han muerto y seguramente morirán muchas más, puesto que los fun-
damentalistas pretenden imponer sus creencias y sus hábitos por la fuerza.)
Actividades de integración
Como variante del ejercicio anterior, se puede plantear un tipo de actividad
como las que tantas veces hemos de hacer en la producción real de textos escritos:
integrar una frase o más de una en un texto que ya está redactado. Esto nos exigirá
una remodelación parcial, que afectará a la organización sintáctica y a los procedi-
mientos de cohesión.
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(9) El alcalde de la localidad pacense de Mirandilla, el popular José Donoso, ha anunciado que
para fomentar la natalidad el ayuntamiento pagará 50.000 pesetas a las parejas que tengan
un hijo. A esta iniciativa le han precedido ya en España dos similares.
(10) El alcalde de la localidad pacense de Mirandilla, el popular José Donoso, en un intento deses-
perado por evitar la desaparición del pueblo, ha anunciado que, para fomentar la natalidad,
el ayuntamiento pagará 50.000 pesetas a las parejas que tengan un hijo, oferta que se hace
extensiva a cualquier pareja que se comprometa a vivir en el pueblo. A esta iniciativa, provo-
cada por el gran descenso del número de habitantes en los últimos veinte años, ya le han pre-
cedido en España otras dos similares.
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de forma que los alumnos puedan escoger la opción que mejor se ajuste a cada caso.
He aquí una lista que puede servir de guía1.
. Repetición literal: Sus amigos fueron recibidos por el presidente. El presi-
dente no tenía intención de...
. Repetición por medio de sinónimos o pseudosinónimos: Más adelante
recibió un premio por toda su trayectoria profesional. El galardón era real-
mente merecido porque...
. Repetición parcial de un grupo nominal: El aprendizaje precoz de la danza
clásica... Este aprendizaje precoz. Este aprendizaje...
. Repetición con un término neutro (o «proformas léxicas»): Ha habido varias
manifestaciones y protestas. Estos hechos... (palabras como situación, fe-
nómeno, tema, cuestión, planteamiento, resultado, cosa, asunto...).
. Repetición por nominalización: Mis vecinos participaron en la votación que
dio lugar a... Esta participación...
. Repetición por hiperónimos o hipónimos: Biología-ciencia, perro-animal...
. Anáforas conceptuales: Nuestro sistema productivo se basa en un creci-
miento permanente de la producción, lo que implica una utilización cre-
ciente de materias primas de difícil reposición. Este despilfarro de energía...
. Utilización de «sinónimos de referencia» (Castellà la denomina «anáfora
pragmática»): El FC Barcelona, el equipo de Van Gal, el equipo azulgrana, el
actual campeón de liga...
. Repeticiones que impliquen una toma de decisión: Martín Rodríguez ha de-
clarado que no hacía falta ninguna explicación a su conducta. Este insul-
to a la inteligencia...
. Reformulaciones que incluyen enumeraciones: Hay que abordar los grandes
problemas de la enseñanza pública: la financiación defectuosa, la heterogenei-
dad creciente del alumnado, la ausencia de equipos directivos comprometidos...
. Reformulaciones como definición: La programación didáctica, es decir, la
suma de las decisiones que toma un departamento acerca de qué enseñar
en cada nivel, los criterios metodológicos generales...
. Reformulaciones que se traducen en una reducción: Su particular forma de
componer los párrafos, la selección léxica, el tratamiento de los personajes
y la construcción del diálogo, es decir, su estilo...
. Reformulaciones por medio de metáfora y metonimia, que pueden tener un
carácter neutro, degradante o ennoblecedor, y que, obviamente, aparecen
en muchísimos más ámbitos que en el literario.
La cohesión en el bachillerato
A diferencia de esta etapa obligatoria –en la cual, a mi parecer, no hace falta
ni es conveniente una enseñanza conceptual de la cohesión, con excepción, quizá, de
1. Para más información, véase Castellà (1992), Calsamiglia y Tusón (1999) y Pierson (1993).
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2. En Cuenca (1996b) se puede ver una interesante serie de reflexiones, así como un conjunto de textos
comentados.
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textos que leen, y para escribir y hablar mejor». Para comprender el funcionamiento de
la lengua hará falta centrar nuestro objetivo en los componentes de la gramática
desde una óptica discursiva y hacer que los alumnos se aproximen a ella con una ac-
titud activa y reflexiva, que permita construir un conocimiento significativo al cual
se pueda recurrir al poner en práctica los diversos usos lingüísticos.
Si nos centramos en los objetivos de los currículos prescriptivos de la ense-
ñanza secundaria obligatoria, podemos afirmar que la escuela ha de ayudar al alum-
nado a desarrollar su actividad reflexiva sobre la lengua, de forma que permita
dominar ciertos contenidos gramaticales que sean útiles para el desarrollo de la
competencia comunicativa en sus diversas formas. Según nuestro punto de vista, el
interés por promover la capacidad de reflexión sobre la lengua en nuestros estu-
diantes puede tener dos finalidades, en cierto modo diferenciadas. Por una parte,
esta reflexión gramatical (en el sentido más amplio de gramática) tendría que pro-
porcionar las competencias implicadas en el procesamiento de ciertos usos de la len-
gua: por ejemplo, los usos formales, la mayor parte de los usos escritos, los discursos
en situaciones desconocidas o nuevas. Si hablamos de producción escrita, en mu-
chos casos se requerirá un alto nivel de control del proceso de escritura, donde las
operaciones de revisión tienen un lugar importante y la capacidad de reflexión es
imprescindible para llevar a cabo la tarea con éxito. Pero el fomento de estas capa-
cidades reflexivas específicas de ciertos usos de la lengua no es el único objetivo que
la escuela quiere conseguir con el trabajo gramatical. La enseñanza obligatoria tam-
bién se propone desarrollar en los estudiantes un conocimiento global sobre el fun-
cionamiento lingüístico (y también gramatical) de su lengua o de otras lenguas que
estén aprendiendo. Hará falta, pues, que la reflexión también se encamine a la cons-
trucción de un saber organizado sobre el sistema gramatical de la lengua objeto de
reflexión y sobre los conceptos gramaticales que son útiles para cualquier lengua.
Como veremos más adelante, no está claro que estas dos finalidades (mejorar los
usos lingüísticos y construir un saber abstracto sobre la lengua) sean totalmente
compatibles, o por decirlo de otro modo, que sea posible conseguir los dos objeti-
vos con unas mismas actividades o incluso con una misma disposición por parte del
alumnado y el profesorado.
Además de la definición de los objetivos de la enseñanza de la gramática, es ne-
cesario precisar otros aspectos. Sabemos que el procedimiento que permite construir
este conocimiento gramatical con los alumnos no es ajeno a los objetivos que se
quieren conseguir. Por eso es importante la consideración de los modelos de inter-
vención didáctica. Algunos autores (Bronckart, 1985; Camps, 1998; Tusón, 1993;
Zayas, 1997) han señalado que el marco didáctico a partir del que se plantea la en-
señanza de la gramática no es una cuestión de detalle, sino un elemento fundamental
que permite conseguir los objetivos buscados. Hace falta tener en cuenta, también,
la constatación de muchos docentes que traen al aula propuestas innovadoras y ob-
servan cómo los hábitos escolares de los alumnos y las rutinas de procedimiento
establecidas en la clase de lengua son muchas veces un freno a otra manera de con-
siderar la gramática y a la posibilidad de desencadenar la reflexión. Por este motivo,
el diseño del dispositivo didáctico que ha de permitir que se trabaje para conseguir
estos objetivos es un aspecto indisociable de los mismos.
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1. Con este proyecto nos proponíamos la elaboración de un fichero colectivo de valoraciones persona-
les sobre los libros que se leían, que sirviera de ayuda al lector y facilitara que los libros se escogieran
libremente.
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. Experimentar los cambios semánticos que se producen entre oraciones al conmutar conecto-
res diferentes:
«A pesar de que» se ha hecho muy tarde, vamos a casa.
Vamos a casa, «porque» se ha hecho muy tarde.
…
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2. En algunos casos, se tenía que comprobar los cambios de significado que conllevaba el hecho de poner
los conectores en distintos lugares –delante o en el medio–, es decir, delante de cada una de las oracio-
nes que se relacionaban.
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3. Al comenzar la SD, les facilitamos unas hojas de síntesis –que llamamos Manual de primeros auxilios–
en los que les pedimos que anotaran las diferentes definiciones, explicaciones… que fueran apareciendo.
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P: …establecer contrastes, plantear oposiciones, contraponer opiniones. A ver, ¿qué habéis dicho
vosotros?
A1: Establecer relaciones… establecer relaciones contrarias… entre dos elementos.
P: A ver, ¿y vosotros qué habéis puesto?
A2: Explicar y comparar opiniones.
P: Explicar y comparar opiniones. También nos iría bien, es decir, damos opiniones y las vamos
comparando. Otro grupo.
A3: Comparar opiniones muy distintas, pero que tienen un punto en común.
P: Creo que en lo que nos dice A3 sí que hay algo que tenéis que tener en cuenta y es que para
que dos cosas se puedan contrastar y comparar han de tener algún elemento en común. Fija-
os en lo que os decía antes: «comparad la clase de 1.o de ESO con la de 1.o de bachillerato».
Todos tienen en común que son alumnos del instituto, que todos están en 1.o –unos en la ESO
y otros en bachillerato– y, por tanto, a la hora de hacer la comparación la hacemos a partir de
este elemento. Si no, no podría ser. Mirad el punto crítico, el punto negro que teníamos.
P: profesora.
A1, A2, A3: alumnos.
Los fragmentos en cursiva corresponden a la lectura de textos escritos.
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Lo que ya no resultó tan fácil, y por lo tanto no todos los alumnos pudieron en-
tenderlo y explicarlo, fue la idea de matiz, puesto que suponía la capacidad de superar
el maniqueísmo dual en el análisis de las cosas. Aun así, hubo dos ideas que formula-
ron y que resultaron útiles. Por un lado, que, cuando se matiza, en la oración siempre
hay simultáneamente la presencia de una afirmación y de una negación. Y por otro, que
matizar implica que a una valoración global positiva o negativa se le plantea, también
simultáneamente, una valoración parcial en sentido contrario. Para entenderlo, fue de
mucha utilidad establecer muy claramente qué era la valoración/idea «principal» –po-
sitiva o negativa– que se quería transmitir como global, mayoritaria, y tener claro qué
era la precisión puntual, parcial, que se hacía. Para ilustrar esta reflexión, podemos ver,
en primer lugar, la conversación de uno de los pequeños grupos mientras solucionaban
un ejercicio y, después, la puesta en común con una profesora dirigiendo la sesión.
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A6: Porque dice que es un escritor muy bueno, que gusta mucho, pero también dice que quizás a
algunas personas no les gusta.
P: Pero ¿no les gustará todo o no un aspecto?
A6: Un aspecto.
P: Un aspecto. Por lo tanto, ¡fijaos!
A6: Que por eso matiza, porque sólo dice una parte.
P: Por tanto, entendemos que matiza cuando, en lugar de fijarse en todo, cuando ya nos ha
hecho una observación, después se fija en una parte muy pequeña, y sobre esta parte tam-
bién opina y a veces da una opinión contraria.
A5: Negativa.
P: Negativa. ¿Recordáis la definición que nos había dado ella el primer día: que aportaba una vi-
sión negativa si nos la había dada positiva o a la inversa? Pues sería lo mismo que tenemos
ahora aquí: la valoración de la novela. ¿Cómo la habéis encontrado vosotros? A ver tú, voso-
tros, ¿cómo habéis encontrado esta valoración?
A7: Es positivo, pero tiene un cierto matiz.
P: Es positivo, pero tiene un cierto matiz… que podría ser negativo.
A7: Negativo.
P: A ver tú…
A9: Que es positivo, pero encuentro pegas.
Querríamos apuntar que la reflexión sobre los conectores no fue vivida por los
alumnos como una reflexión sintáctica, sino básicamente semántica. Relacionaron las se-
siones, por lo tanto, con la expresión oral y escrita, con la coherencia del discurso. El con-
cepto de conector, por ejemplo, no fue discutido. Una vez definido y entendido, su valor
de nexo se daba por supuesto y sólo se consideraba desde el punto de vista semántico.
Con todo, aquello que permitió diferenciar el inicio del final fue el paso ade-
lante que los alumnos fueron capaces de dar a la hora de leer –y escribir– las valo-
raciones. Sin querer decir que fue la solución ideal e inapelable a la enseñanza de una
pequeña parte de la gramática, podemos considerar algunos aspectos que cambiaron
a lo largo del proceso.
En los primeros análisis de valoraciones, los alumnos sólo se fijaban en la opi-
nión favorable o desfavorable del lector, en su actitud respecto de la obra. Y si se
fijaban en la lengua, sólo se centraban en la ortografía y, como mucho, en la puntua-
ción. Al final, en cambio, no les resultaba extraño pararse a pensar en la corrección
o no de un conector, buscar conectores alternativos o comprobar la multiplicidad
significativa que comporta la conmutación.
En un sentido distinto, nos dimos cuenta de que, a lo largo del proceso, podía-
mos notar cómo entraban en la reflexión que les proponíamos y cómo descubrían
una progresiva «evidencia» de los conceptos que tenían entre manos. Esta evidencia
no siempre iba acompañada de la facilidad de expresarla. A menudo mostraban un
sentimiento de evidencia –y apelaban a la pragmática–, pero no podían explicar
aquello que mentalmente tenían «muy claro».
Pensamos que el razonamiento gramatical puesto en funcionamiento durante
estas sesiones de clase, muy ligado a sus necesidades de expresión escrita, puede ser
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un primer paso para posibles reflexiones gramaticales más abstractas, en que el aná-
lisis sintáctico tenga cada vez un peso mayor.
A modo de conclusión
Tras llevar a cabo esta SD sobre conectores con alumnos de primer curso de la
ESO, y recoger algunas muestras de su funcionamiento en el aula, queremos desta-
car algunas características del diseño de la propuesta que nos han parecido especial-
mente interesantes para favorecer la emergencia del razonamiento gramatical entre
los alumnos a partir de una propuesta que intenta relacionar estrechamente el
aprendizaje gramatical con las habilidades de la expresión escrita:
. La actividad central que se propone es una actividad de uso de la lengua, en
este caso de escritura. La reflexión gramatical se plantea de una manera su-
bordinada a este uso. Se trata de una SD englobada dentro la otra. La refle-
xión gramatical tiene sentido para los alumnos porque les proporciona los
conocimientos necesarios para mejorar sus producciones.
. Los elementos semánticos tienen un peso importante en la reflexión que se
plantea. El hecho de que los alumnos estén comprometidos con un texto
que quiere comunicar una determinada opinión da prioridad al análisis ló-
gico-semántico de los elementos de conexión.
. La implicación de los alumnos en la actividad es una condición necesaria, ya
que se puede desencadenar una reflexión gramatical que huya de los ejer-
cicios resueltos de manera automática o atendiendo sólo al resultado. Para
que surja una auténtica reflexión sobre la lengua, hace falta una disposición
de los alumnos y, por tanto, un marco que lo permita. Si hay un verdadero
compromiso y un interés por escribir bien un texto, tendrá también más
sentido dedicar tiempo a reflexionar sobre las diferentes soluciones, las po-
sibilidades de mejora, el porqué de una palabra o de una construcción.
. Es importante crear espacios de reflexión en clase: hace falta encontrar el
tiempo adecuado y necesario. La organización en grupos pequeños permite
una reflexión auténtica, un tipo de actividades apropiadas que no sean muy
cerradas (porque se podrían solucionar de manera mecánica), permite recu-
rrir a los conocimientos previos (la reflexión siempre se ha de basar en al-
gunos elementos que ya se tienen, no se puede construir a partir del vacío),
pide una justificación explícita, que sea abierta pero que se pueda respon-
der con autonomía.
. La diversidad de los alumnos y de sus estilos de aprendizaje son un punto de
partida del diseño didáctico. Los diferentes alumnos han de encontrar un
entorno que les permita aprender, es decir que, con diferentes bagajes, las
actividades han de posibilitar la participación de todo el alumnado. Por eso
solemos hablar de actividades complejas, en el sentido de propuestas que, a
pesar de tener unos objetivos y un marco bien definidos y delimitados, per-
mitan diferentes niveles de participación, diferentes grados de profundiza-
ción o diferentes maneras de solucionar las tareas que se proponen.
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. Con relación a lo que hemos dicho, hará falta un profesor o profesora que
haga de animador, que dirija la actividad recogiendo las ideas de los alumnos,
encaminando los comentarios, guiando el intercambio de observaciones.
También tendrá que ser flexible en sus intervenciones y tener claro su papel
de formador, puesto que, como hemos dicho, estaremos pidiendo a los
alumnos un comportamiento y una actitud hacia las tareas escolares que en
muchos casos rompe con sus expectativas.
. En este tipo de SD es muy apropiado prever mecanismos que permitan ase-
gurar la regulación del proceso que siguen los alumnos. Pensamos en el uso
de instrumentos de evaluación formativa que permitan a alumnos y a pro-
fesor controlar el proceso de aprendizaje e intervenir cuando sea necesario.
. Se buscará la manera de sistematizar y formalizar los aprendizajes gramati-
cales. Esto se puede hacer a través de un dossier, de un informe, de una guía,
de un archivo, de un diccionario, que a la vez puede tener una función uti-
litaria, para usar en los momentos de escritura o de corrección de los textos.
. El contenido que queremos trabajar –los conectores– es muy acotado y
tiene un peso importante dentro del texto que los alumnos han de escribir
–argumentativo–. Es decir, es bueno que los conocimientos gramaticales
sean necesarios para completar con éxito la tarea de escritura.
. Finalmente, estas SD han de diseñar bien la interrelación de los dos mo-
mentos que integran: los que se dedican a la tarea global de escritura y los
que se encaminan a reflexionar y sistematizar un aspecto de la lengua que
utilizan.
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Versión revisada del artículo publicado en Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura, 37, pp. 65-
75, julio 2004.
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El paralelismo2
El paralelismo pertenece al grupo de las figuras retóricas de repetición en el
nivel sintáctico. Esta figura consiste en la reiteración de estructuras de diferente tipo,
ya sean éstas sonoras o gramaticales. En el paralelismo sonoro encontramos la repe-
tición de sintagmas completos, que implican la repetición tanto de la estructura fó-
nica como de la estructura gramatical. No nos ocuparemos aquí de este tipo de
paralelismo, a pesar de su importancia en la poesía de tipo tradicional y en el ro-
mancero, y nos centraremos en el paralelismo gramatical. En éste se repite una es-
tructura sintáctica, lo que motiva dos tipos de equivalencias:
. De clases de palabras y de sus funciones sintácticas.
. De la posición de estos elementos, que son gramaticalmente equivalentes.
Pero esta figura tiene también una dimensión semántica, pues los elementos gra-
maticalmente equivalentes suelen pertenecer a unos mismos campos asociativos. Esta
equivalencia semántica puede consistir en un contraste de ideas o en una semejanza:
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Actividad 1
Reconstruir las estrofas 1 y 2 con los enunciados a y b, según las reglas si-
guientes:
. Los enunciados a y b se han de distribuir en tres versos.
. El orden de las palabras será el mismo que en la estrofa inicial.
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........(2)........
.....................
.....................
Actividad 2
Completar el poema con los enunciados a, b, c y d, según las siguientes reglas:
1. Los versos 4, 8, 12 y 16 han de rimar con los versos 2, 6, 10 y 14.
2. Para conseguir que estos versos rimen, en algunos casos hay que cambiar el
orden de las palabras: en vez de sujeto-predicado, el orden ha de ser predi-
cado-sujeto.
3. El orden de las palabras en 1 y 2 ha de ser el mismo; también han de tener
el mismo orden las estrofas 3 y 4.
4. Todos los textos de García Lorca se citan por Poesía (edición de Miguel García Posada).
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Actividad 3
Completar un poema a partir de la primera y la última estrofa. Las reglas de esta
actividad son:
1. La segunda estrofa del poema se ha de completar siguiendo el modelo de las
estrofas primera y tercera, es decir:
. El sustantivo que ha de ocupar el mismo lugar que «camino» y que «es-
quila» también ha de referirse a un elemento del mundo rural.
. Las palabras que han de ocupar el mismo lugar que «sin gente» y «que se
duerme» han de ser un complemento del sustantivo que se haya escrito
previamente.
Actividad 4
Reconstruir un poema formado por dos estrofas paralelísticas a partir de dos
tipos de datos:
1. Reglas gramaticales.
2. Léxico.
Actividad 5
El profesor ha de informar previamente de que en cada estrofa se compara la
belleza de una doncella con aquello que tres interlocutores a los que interpela pue-
den considerar más bello en su actividad.
Las tres interpelaciones tienen un estricto paralelismo estructural, por lo
que se puede plantear el proceso de reconstrucción siguiendo los siguientes
pasos:
1. Se muestra el poema incompleto, se explica su sentido y se presentan las
tres estrofas que se han de reconstruir de forma que el paralelismo se per-
ciba visualmente:
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La sintaxis de la imagen
Todas las corrientes de las vanguardias literarias históricas (que en España con-
fluyeron en el ultraísmo) tienen en común este postulado: el poeta no debe copiar ni
traducir la realidad aparente, sino crear realidades nuevas con las palabras. El medio
del que el poeta dispone para la creación es la imagen, mediante la que se revela la
relación oculta entre cosas lejanas. Hay que situar las greguerías de Ramón Gómez
de la Serna dentro de este ambiente artístico y literario, en el que el ramonismo fue
considerado un movimiento unipersonal.
El trabajo con las greguerías puede convertirse en una puerta de acceso al co-
nocimiento de la poesía de vanguardia y de la generación del 27. La observación de
las formas gramaticales de este género de texto constituye en nuestra propuesta uno
de los aspectos del trabajo con la imagen vanguardista. La secuencia de actividades,
en la que se inserta la reflexión sobre la forma gramatical de las imágenes, es la si-
guiente (Zayas, Martínez y Rodríguez, 2003):
1. Clasificar greguerías por el tipo de transformación (o creación) de la realidad
producida por la imagen:
. Antropomorfismo: Las rosas se suicidan.
. Animalización: El reloj picotea el maíz del tiempo.
. Vegetalización: El ciervo es el hijo del rayo y del árbol.
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. Con tres términos expresos: El libro es un pájaro con más de cien alas
para volar (libro = pájaro; (hojas) = alas).
. Con dos términos expresos: El murciélago vuela con la capa puesta (mur-
ciélago = Ø; Ø = capa).
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Cuando A, parece (que) B. Cuando vemos un papel arrastrado por el viento, parece un pájaro
herido de muerte.
A actúa como (si) B. Un papel en el viento vuela como si fuera un pájaro herido de muerte.
B de A [«de A» es complemento del Las anclas de las gaviotas sujetan los barcos al cielo.
nombre de B].
B (A) [B sustituye a A que no se Anclas voladoras sujetan los barcos al cielo con sus picos.
menciona, aunque hay alguna pa-
labra que lo sugiere].
A, B [B es aposición complemento Las gaviotas, anclas voladoras, sujetan los barcos al cielo.
de A]
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El elemento b hay que inferirlo a partir de los elementos restantes y el elemento b’ no aparecerá en
el enunciado cuando esté entre paréntesis.
Convertir los siguientes esquemas en oraciones predicativas siguiendo diversas reglas sintácticas.
El verbo hay que inferirlo del contexto.
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Reglas: Reglas:
1. Sujeto: (a). 1. Sujeto: (b + a).
2. Verbo predicativo: .......................... 2. Verbo predicativo: ..........................
3. Complemento directo: (b’ + a’). 3. Complemento directo: (a)
3. (a) mapas (a’) (rayas azules de los ríos) 4. (a) gallo de la veleta (a’) estrellas
----------------- = ------------------------------------------- ------------------------------ = -----------------
(b) (cuerpo) (b’) venas (b) (gallo de corral) (b’) maíz
Reglas: Reglas:
1. Sujeto: (a). 1. Sujeto: (a).
2. Verbo predicativo: .......................... 2. Verbo predicativo: ..........................
3. Complemento directo: (b’ + «de sangre azul»). 3. Complemento directo: (b’ + b).
Para concluir
Los ejemplos mostrados pretenden ilustrar el planteamiento didáctico al que
aludíamos en la introducción. No se trata de instrumentalizar los textos literarios
para estudiar sintaxis, sino de facilitar a los alumnos la construcción del sentido de
los textos mediante actividades de observación y de manipulación de la forma lin-
güística. Y, junto con ello, se busca desarrollar la capacidad metalingüística de los
alumnos por vías que vayan más allá de la mera descripción gramatical de los enun-
ciados.
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El tiempo de la narración:
una secuencia de trabajo gramatical
Montserrat Ferrer
Departamento de Filología Inglesa y Románica
Universidad Jaume I. Castellón de la Plana
Introducción
Presentación de la secuencia
Esta secuencia se centra en el reconocimiento y en la manipulación de los pro-
cedimientos lingüísticos relacionados con la temporalidad del relato, respecto a la
relación entre el tiempo del enunciado, el tiempo de la enunciación y los procedi-
mientos que cohesionan el texto narrativo mediante la alternancia de tiempos verbales.
Las actividades propuestas tienen un carácter predominantemente gramatical,
pero se inscriben necesariamente dentro de una secuencia más amplia que busca la
comprensión y la producción de un tipo de discurso determinado: la narración. Las
propuestas de trabajo discursivo y gramatical pretenden que el alumno se aproxime
a la complejidad de la expresión lingüística de la temporalidad y llegue a la com-
prensión y al uso adecuado, ya que el objetivo último no es el conocimiento teórico
de las diferentes técnicas narrativas, sino el desarrollo de la capacidad de manipular
y regular las producciones propias a la luz de los procedimientos observados.
Versión traducida al castellano con permiso expreso del editor del original: FERRER, M. (1998): «El temps
de la narració: una seqüència de treball gramatical», en CAMPS, A.; COLOMER, T. (2004): L’ensenyament i
l’aprenentatge de la Llengua i la Literatura a l’Educació Secundària. Barcelona. ICE/Horsori, pp. 251-266.
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Contenidos de la secuencia
De acuerdo con los objetivos propuestos, se seleccionan contenidos gramatica-
les teniendo en cuenta tres grandes ámbitos de reflexión (véase el cuadro 1):
.El ámbito de las relaciones del texto con el contexto, que incluye aquellos
elementos lingüísticos que nos permiten anclar el texto en su contexto de
situación; su uso adecuado garantizará la coherencia pragmática o adecua-
ción del texto.
.El ámbito de las relaciones internas del texto, que incluye aquellos elementos
morfosintácticos y léxico-semánticos que hacen que un texto se perciba
como un conjunto y no como varias oraciones inconexas.
.El ámbito de la oración y de la palabra. Se incluyen problemas que no son
propios del ámbito del texto o del discurso, pero que, aun así, se mani-
fiestan cuando los aprendices construyen sus textos. Muchos de los as-
pectos relacionados con el ámbito de la oración pueden necesitar una
secuenciación independiente del trabajo discursivo; otros, sin embargo,
pueden incluirse en una secuencia didáctica que integre la reflexión gra-
matical en el uso.
DE TIPO MORFOLÓGICO
DE TIPO CONTEXTUAL DE TIPO TEXTUAL
Y ORTOGRÁFICO
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Es, pues, una secuencia didáctica extensa, que podría reducirse fácilmente si se se-
leccionasen algunos apartados.
Cada uno de estos seis apartados constituye una secuencia de trabajo que parte
siempre del análisis y de la observación de textos para llegar a la producción tras un
trabajo de sistematización de conocimientos. Las actividades que desarrolla cada
apartado son de tres tipos:
1. Actividades de análisis y de observación de textos narrativos para identifi-
car unas características o unos procedimientos narrativos determinados.
Necesariamente, la identificación de procedimientos gramaticales ha de ir
precedida o acompañada de la identificación de fenómenos discursivos, que
permita integrar la reflexión lingüística en el uso discursivo. De hecho, a
menudo puede ser difícil delimitar una línea divisoria clara entre las activi-
dades propiamente gramaticales y las de carácter discursivo. Así pues, in-
cluimos dentro de las actividades de observación y de análisis dos tipos de
observación: la observación de fenómenos discursivos, como por ejemplo la
estructura narrativa, la identificación de diálogos o de descripción; la ob-
servación de elementos lingüísticos concretos (en relación con la estructu-
ra, la construcción de los diálogos o las descripciones).
2. Actividades de sistematización de observaciones, que permitan construir
un conocimiento explícito sobre aspectos discursivos (marcas enunciati-
vas y procedimientos de cohesión) y sobre aspectos morfológicos y orto-
gráficos.
3. Actividades de reescritura y de producción de textos respondiendo a los ob-
jetivos de la secuencia. Los géneros trabajados serán de ámbitos de uso di-
versos: noticias de prensa, cartas, postales, notas, avisos en el contestador
automático, noticias de prensa, avisos escolares, cuentos, historietas gráfi-
cas, retransmisión deportiva, diario personal, novelas, inicios de fábulas, re-
lato oral, reportajes, diálogos teatrales.
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1. Lee los fragmentos de cuentos de los hermanos Grimm y completa la ficha. Subraya los
verbos. ¿Qué forma verbal predomina en la situación inicial en la que se presenta al per-
sonaje y sus características? ¿Qué forma verbal predomina en la segunda parte, cuan-
do aparece el acontecimiento que rompe el equilibrio y desencadena el conflicto?
SITUACIÓN INICIAL:
FÓRMULA DE INICIO:
La oca de oro. Érase una vez un hombre que tenía tres hijos, de los cuales, al más pe-
queño, lo llamaban Bobalicón, y lo despreciaban y lo insultaban y siempre lo dejaban
de lado. De aquí que un día el mayor se empecinó en ir al bosque a buscar leña, y,
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antes de partir, su madre le dio una hermosa tarta de huevo y una botella de vino, para
que no tuviera hambre ni sed. Cuando llegó al bosque, se le acercó un hombrecillo viejo
y gris que le dio los buenos días y le dijo:... (Se incluirán varios inicios parecidos.)
2. Completa con pretéritos perfectos simples o con imperfectos los espacios en blanco del
texto. Deberás valorar si el fragmento presenta la situación inicial del protagonista, o si
se narran hechos que hacen avanzar la historia. (Presentación de un texto vaciado sin
indicaciones del tiempo verbal que se ha de utilizar en cada caso.)
2. Cuando narramos hechos en presente, utilizamos el pretérito perfecto compuesto para refe-
rirnos a los hechos anteriores y el futuro para los hechos posteriores. Observa las frases
siguientes y completa la tabla de los tiempos del eje de presente con los verbos subrayados.
A: Hace mucho frío. Ha llovido toda la mañana. Supongo que el domingo saldrá el sol.
B: Llego tarde. Ya lo sé. El coche se ha estropeado y he venido andando. ¡Mala suerte! No
veremos el principio de la película.
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Aquella mañana Elena hacía mala cara, se la veía deprimida y envuelta por un aire de des-
gana yendo hacia el instituto, mientras andaba iba pensando en la noche anterior, su madre
había llegado tarde a casa y no pudo preparar la cena, Elena tampoco la quería hacer y se
fue a la cama; estirada ya, recordó que tenía muchos deberes y no pudo dormir pensando
que no los había hecho. Mientras andaba, un viento helado Ie enfriaba la cara; andaba lenta-
mente, sin pensar en nada, sin fijarse en nada, sin ver a nadie: sólo quería estar sola y pensar
que más tarde iría a las clases de inglés que tanto Ie gustaban, y más tarde a las clases de
piano con aquella profesora tan simpática y, al acabar, tendría que ir a casa a cuidar de su
hermano pequeño. A las nueve llegó al instituto, vio a sus compañeros de clase y los saludó con
una sonrisa forzada.1
2. Revisa los tiempos verbales empleados en estos fragmentos escritos por tus compañeros y
haz las modificaciones que consideres oportunas:
Con la curiosidad de un niño, intenté entrar en la cueva, pero un frío húmedo paralizó mis
piernas. Por mi cabeza pasaban las historias contadas por los más mayores, que hablaban de la
cueva y de la leyenda de la bruja que allí había vivido. Y el miedo se había apoderado de mi cuer-
po. De pronto, oí una voz a mi espalda que decía: ...
Un día de primavera nací, cuando salía el sol, por eso me llamaron Alba. Mis padres tenían
una buena posición económica. Mi madre era hija de un general que murió en la guerra...
1. Actividad realizada en el IFP de Sant Mateu por el profesor Jaume Roda en 4.o de ESO.
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Elección de textos
En la mayoría de las actividades gramaticales es aconsejable utilizar fragmen-
tos de relatos o microtextos que permitan la observación de fenómenos, la manipu-
lación y la reescritura en un tiempo no demasiado extenso, lo cual facilita el análisis
de los procedimientos en diferentes ejemplos, la comparación y el contraste, y la sis-
tematización de observaciones.
El trabajo con microtextos ha ir acompañado, sin embargo, de la lectura de
relatos completos o de la producción de textos narrativos inscritos en una situación
de comunicación determinada (una noticia, una narración oral para un programa ra-
diofónico infantil...). Es interesante que todos los alumnos realicen la misma lectura de
una obra narrativa completa para analizar y manipular en un texto más amplio los
fenómenos que se han estudiado de forma sistemática en fragmentos. Este libro
de lectura también puede servir como base para la realización de diferentes acti-
vidades de producción.
Como ejemplo, proponemos, para esta secuencia didáctica, la lectura de la obra
de George Langelaan, La mosca. Una rápida presentación de sus características puede
ilustrar el tipo de relatos que nos podrían ser útiles. La obra, muy breve, utiliza dos
voces narrativas y altera el orden en que se presentan los hechos de la historia. Se
inicia in media res, cuando el narrador descubre que su cuñada ha matado a su her-
mano. A partir de este momento la narración discurre de forma lineal. La mujer se
declara culpable, pero rehúsa decir por qué ha asesinado a su marido. Diferentes
incidentes posteriores nos hacen imaginar que algún misterio rodea al crimen. La ex-
plicación de los hechos llegará a través de una carta que la mujer le envía a su cuña-
do. El cambio de voz narrativo introduce una extensa retrospección que narra las
investigaciones, la transformación parcial en mosca del científico y su muerte. Tras la
carta, el relato se reprende linealmente mediante una conversación entre el inspector
de policía y el cuñado. Pero, de nuevo, se introduce una retrospección: gracias a esta
conversación nos enteramos del suicidio de la mujer y del descubrimiento de una
mosca con la cabeza blanca que su hermano ha enterrado en el cementerio.
Interacción en el aula
Es imprescindible que la combinación de diferentes formas de interacción (tra-
bajo individual, por parejas, en pequeño grupo, todo el grupo clase) responda al tipo
de actividad que se realice. En el proceso de producción de un texto es posible com-
binar una planificación colectiva de la producción con una redacción individual y una
posterior revisión por parejas y/o colectiva.
El trabajo sistemático de aspectos gramaticales puede necesitar la actuación in-
dividual o en grupo de acuerdo con el tipo de actividades propuestas; pero la reca-
pitulación final de los aprendizajes siempre tendrá que realizarse en grupo (es posible
que haya una primera recapitulación individual, discutida a continuación en peque-
ño grupo, y seguida de una última puesta en común de todo el grupo clase).
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Evaluación
Los aprendizajes realizados a lo largo de una secuencia de trabajo gramatical se
tendrán que evaluar fundamentalmente a partir de la revisión de las producciones
posteriores de los alumnos. Esta revisión –no sólo realizada por el profesor, sino,
sobre todo, por los alumnos– servirá para:
. Comprobar en el texto la correcta resolución de los problemas gramaticales
que han sido objeto de estudio durante la secuencia.
. Comprobar la capacidad del alumno para reflexionar sobre los aspectos tra-
bajados y utilizar esta reflexión para regular las producciones propias.
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6. Retrospecciones:
. Acciones narradas.
. Tiempo verbal empleado.
7. Conjugación verbal:
. Problemas en la morfología verbal y causas probables del error.
. Problemas en la ortografía de las formas verbales.
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La enseñanza de la gramática1
El sentido del tratamiento de la gramática en la escolaridad obligatoria en ge-
neral y, de manera específica, en secundaria ha sido siempre un objeto de contro-
versia y de debate. Tanto respecto a las lenguas maternas como a las adicionales
(segundas y extranjeras), esta discusión ha estado condicionada por factores de di-
versa índole, desde los estrictamente lingüísticos y psicolingüísticos (los diferentes
modelos en la concepción de los sistemas lingüísticos y en su aprendizaje) hasta
los sociales y culturales (las expectativas de los estudiantes y de sus entornos so-
ciales próximos respecto de la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas), que nos han
mostrado que era una cuestión compleja.
Versión traducida al castellano del artículo publicado en Articles de Didàctica de la Llengua i la Litera-
tura, 33, pp. 57-68, abril 2004.
1. Cuando hablamos de gramática, nos referimos a la noción de gramática pedagógica (Cuenca, 1992): la
descripción de la lengua y de su uso que tiene por objeto servir de apoyo a la enseñanza y al aprendiza-
je del conocimiento lingüístico en la escuela.
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Criterios de planificación de la SD
Los criterios fundamentales de los que partimos en la configuración de nuestra
propuesta de intervención son los que explicamos a continuación.
El objeto de la reflexión
El objeto central de las tareas de observación y de reflexión que proponemos
es, en un primer momento, la expresión de la temporalidad en el lenguaje verbal y,
después, la formalización del aspecto en los paradigmas de la flexión verbal en cas-
tellano, catalán e inglés. Prestamos atención a la funcionalidad del aspecto en las na-
rraciones de ficción, donde pasa a ser un elemento central en la configuración de los
planes narrativos: predominio del pretérito indefinido (cantó) en castellano y del
passat (va cantar/cantà) en catalán3 en la exposición de la sucesión de los aconteci-
mientos del relato, predominio, tanto en castellano como en catalán, del imperfec-
to/imperfet (cantaba/cantava) en la definición del marco de la historia y de los
personajes. Después de comprobar este fenómeno, observamos que en inglés esta
funcionalidad queda condicionada por el hecho de que el paradigma verbal de
esta lengua no tiene formas específicas para el pasado perfecto y para el pasado im-
perfecto: el past tense (sang) reúne los dos valores, que aparecen explícitos en las
narraciones a través de otros mecanismos.
Proceso de reflexión
El planteamiento de las actividades de uso de la lengua y de reflexión sobre el
sistema lingüístico, y el proceso de este uso propuesto para cada uno de los tres es-
3. Empleamos la terminología propuesta por la Sección Filológica del Institut d’Estudis Catalans. Docu-
mentos de la Sección Filológica IV. Barcelona. IEC, 2003, pp. 21-24.
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Perspectiva textual
Planteamos la secuencia desde una perspectiva textual para poder centrar la re-
flexión en el uso lingüístico y para que fuera más fácil mostrar el valor semántico del
fenómeno gramatical en el que nos queríamos centrar. Elegimos la narración de fic-
ción porque, además de ser un ámbito muy estudiado, es un género muy conocido
por los escolares.
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Introducción
La primera sesión de la secuencia didáctica se dedicó a la explicación a los
alumnos de lo que proponíamos hacer durante las siguientes sesiones de clase, de lo
que creíamos que tenían que aprender y de cómo realizaríamos las actividades, en los
términos planteados en el primer epígrafe del apartado de criterios de planificación
de la SD.
1a. Actividad de manipulación . Explicitación de los indi- . Historia en imágenes que permita
(ordenación) de una historieta cios que han permitido explicitar relaciones temporales.
en imágenes (por grupos de llevar a cabo la activi- . Consigna de la actividad que
tres o cuatro alumnos). dad de manipulación. lleve a hacerlas explícitas.
1d. Clasificación de las formas . Distinción de las diver- . Consigna que lleve a clasificar las
detectadas. sas categorías lingüísti- unidades detectadas por la forma:
cas en las que se Has detectado palabras y expre-
formaliza la expresión siones que justifican el desarrollo
de la temporalidad. de la historia en el tiempo. ¿Po-
drías clasificarlas en diferentes
tipos según sus características?
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Cuadro 2. Parte II: Las formas verbales en las narraciones de ficción en lengua
castellana y lengua catalana
INSTRUMENTOS
ACTIVIDADES OBJETIVOS
DIDÁCTICOS
1a. Lectura por grupos de dife- Toma de conciencia de los diferentes . Textos con los pla-
rentes historias en catalán y planos en los que se articulan las na- nos marcados en di-
reconocimiento de los planos rraciones: ferentes colores.
narrativos en que se articulan. . Plano de la sucesión de hechos.
. Plano de la descripción de los perso-
najes y del marco en el que se desa-
rrolla la historia.
. Plano del diálogo entre los personajes.
1b. Detección de las formas . Observación de las regularidades res- . Tabla de clasificación
verbales de cada plano. pecto de las clases de formas verbales de las formas verba-
que aparecen en los diferentes planos. les según los planos.
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INSTRUMENTOS
ACTIVIDADES OBJETIVOS
DIDÁCTICOS
1a. Lectura individual de dos . Comprensión del texto. . Ayudas para la com-
historias (A y B) en inglés. prensión: guías de
Media clase lee A y media lectura, glosarios,
clase, B. etc.
1f. Formulación de hipótesis . Explicación y elaboración del cono- . Preguntas que pro-
explicativas de la observación cimiento para formular conclusio- muevan una activi-
realizada en (e). nes sobre lo que se ha observado. dad reflexiva sobre
lo que se ha obser-
vado.
autónoma de las tareas que se les proponen y las reflexiones que se les piden sólo
serán posibles si las consignas y los materiales auxiliares que se les proporcionan se
ajustan a sus necesidades y a sus conocimientos y habilidades previos. En tercer lugar,
es importante que las intervenciones del profesorado al final de cada parte se confi-
guren a partir de las observaciones y las reflexiones de los escolares a través de un
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Conclusión
La secuencia didáctica que hemos presentado pretende romper una lanza a
favor de las propuestas de intervención en las aulas que tengan en cuenta el carác-
ter global del conocimiento lingüístico de los escolares plurilingües, y que propongan
construir este conocimiento a partir de la reflexión compartida sobre los sistemas lin-
güísticos y sus usos. Pese a que las diversas inercias de nuestros centros escolares
y de nuestras administraciones educativas no lo facilitan, traspasar las fronteras
que parcelan la enseñanza de las lenguas de los currículos se irá convirtiendo en una
práctica ineludible en las aulas, lo cual permitirá atender a las necesidades reales de
los alumnos y entender cómo aprenden las lenguas. Creemos, también, que esta aten-
ción y esta comprensión pedirán del profesorado intervenciones más centradas en la
promoción, el análisis y la conducción de la actividad reflexiva de los escolares que
no en la transmisión, oculta o explícita, de nociones y reglas. Diciendo esto no pre-
tendemos plantear una pedagogía ingenua del descubrimiento, sino una propuesta
que pueda relacionarse con la complejidad de los procesos de construcción del co-
nocimiento por parte de los escolares en el aprendizaje lingüístico.
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Introducción
La renovación de la enseñanza gramatical se ha enfocado principalmente a los
contenidos y, en cambio, se han perpetuado las prácticas transmisoras de estos con-
tenidos.
Por otro lado, los intentos de introducir la argumentación sintáctica en las
aulas a partir de procedimientos inspirados en la gramática generativa se han
topado con la «deficiente» competencia lingüística de los estudiantes, especial-
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Objetivos de la investigación2
El objetivo general de la investigación consiste en explorar una metodología de
enseñanza gramatical basada en el diálogo exploratorio (exploratory talk) que realizar
el razonamiento metalingüístico. Este objetivo se puede especificar en los subobjeti-
vos siguientes:
1. Elaborar un modelo de enseñanza de los contenidos metalingüísticos (espe-
cialmente los gramaticales) basado en el diálogo exploratorio que permita
reflexionar de forma compartida sobre contenidos objeto de aprendizaje. El
modelo se basará en proyectos que permitan que los alumnos se impliquen
en la resolución de problemas o en investigaciones sobre la lengua o las len-
guas (Mercer, 1996; Weaver, 1996; Fotos, 2002).
2. Explorar los conceptos gramaticales de los estudiantes: representaciones
mentales, esquemas conceptuales, procesos de construcción de las repre-
sentaciones, obstáculos cognitivos, relación entre el conocimiento concep-
tual y procedimental (Fisher, 1996), atendiendo prioritariamente a la
dinámica de construcción de este tipo de conocimiento en la interacción.
3. Estudiar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El interés principal se
dirige al análisis del razonamiento metalingüístico que se genera en las in-
teracciones verbales entre los alumnos y con el profesor en situaciones de
resolución de problemas de producción, de revisión y de análisis de deter-
minadas categorías gramaticales en el marco de secuencias didácticas diseñadas
específicamente para la enseñanza de contenidos metalingüísticos (Wegerif
y otros, 1999; Hinkel, 2002; Wells, 1999; Larsen-Freeman, 2002).
2. El trabajo de investigación se enmarca en un proyecto financiado: DGI: BSO 2001-1911: «El razona-
miento metalingüístico de los escolares», dirigido por Anna Camps.
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El pronombre «hi»
Es una palabra de una gran complejidad en catalán:
. Es la forma que toma el dativo en combinación con un acusativo:
El llibre, al nen, l’hi donaré. (El libro, al niño, se lo daré.)
. Está vinculado al régimen de algunos verbos, a algunos circunstanciales y a la predicación se-
cundaria:
Anar a Barcelona: anar-hi. (Ir a Barcelona: ir allí.)
Viure a Barcelona: viure-hi. (Vivir en Barcelona: vivir allí.)
Tornar-se vermell: tornar-s’hi. (Ponerse rojo: ponerse.)
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Desarrollo de la SDG
La SDG se desarrolló en tres fases, tal y como se indica en el cuadro 1.
Fase 1
La fase de presentación de la SDG se desarrolló en dos sesiones:
1. La sesión de exploración de los conocimientos. El objetivo de la conversa-
ción inicial no fue simplemente detectar los conocimientos previos de los
alumnos sobre el pronombre hi, sino, sobre todo, crear un ámbito temático
compartido que permitiera tener un referente común. El cuadro de la pági-
na siguiente recoge las preguntas del profesor y la síntesis y ejemplificación
de las respuestas de los alumnos.
Cuadro 1
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. ¿Habéis visto alguna vez la palabra «hi»? ¿Podéis decirme alguna frase en la que aparez-
ca? Las respuestas fueron del tipo: «a la festa, no hi anirem» («a la fiesta, no iremos»), «al Pedro,
el llibre, l’hi tornarem» («a Pedro, el libro, se lo devolveremos»), «hi ha tres llibres, hi havia un
llibre» («hay tres libros, había un libro»).
. ¿Sabéis qué quiere decir? ¿Sabéis qué tipo de palabra es? Respondieron diciendo que normal-
mente la palabra «hi» expresa lugar, y que es un pronombre. Las observaciones del profesor les hi-
cieron caer en la cuenta de que, en los ejemplos que habían dado, no siempre tenía esta función.
. Tomando el sentido de estas frases, ¿sabéis cómo es este pronombre en francés? ¿Y en
castellano? En francés: sabían que hi ha / hi havia es il y a / il y avait (es decir, y = hi). En cas-
tellano: sabían que este pronombre no existe, y para decir hi ha / hi havia y hi anirem se dice
hay / había o iremos.
. ¿Es incorrecto no utilizarlo? Algunos alumnos decían que no era incorrecto y no lo reconocían
como propio de sus usos, pero otros creían que era incorrecto no utilizarlo: entre éstos, algunos
lo consideraban una marca de formalidad (incluso arcaica) y decían que no lo usaban en una si-
tuación informal, y otros decían que no les parecía ni formal ni arcaico y que lo usaban siempre.
- No irás y le preguntarás al primero que pase por la calle. Perdone, ¿utiliza usted el pronombre
«hi» cuando habla en catalán?, porque quedaría muy extraño.
- Puede que la persona no sepa qué es un pronombre o cuál es el pronombre hi.
- Puede que la persona diga que sí que lo utiliza y que no lo utilice.
En conjunto, la fase 1 tuvo como función que los alumnos elaboraran una re-
presentación de la tarea en los dos aspectos centrales: el contenido gramatical sobre
el que tenían que trabajar y la tarea que deberían realizar, relacionados con los dos
tipos de actividad que caracterizan las SDG: la actividad de observación e investiga-
ción y la actividad de aprendizaje de contenidos gramaticales.
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Fase 2
Es la fase central del trabajo de los alumnos y fue la más larga. Destacamos las
tres tareas fundamentales:
1. Elaboración del instrumento de investigación. Para crear las pruebas que
tenían que servir de instrumento de la recogida de la información fue necesario,
en primer lugar, que los alumnos tuvieran clara la normativa de uso del pro-
nombre hi. Se planteó como una investigación bibliográfica, hecha en grupos,
a partir de la consulta de diccionarios de la lengua, gramáticas escolares y li-
bros de texto. La síntesis obtenida sirvió para elaborar las pruebas. Colectiva-
mente, se decidió que las pruebas contendrían dos tipos de ítems: traducción
del castellano al catalán y respuesta a preguntas que exigen el uso del pro-
nombre hi. Los informantes elegidos serían personas del entorno geográfico de
los alumnos (la escuela está en los alrededores de Barcelona). El interés de esta
fase de trabajo se hizo evidente en la implicación de los alumnos en la tarea.
Nunca habían estudiado tan a fondo un libro de gramática como en este caso,
en el que ellos tenían que hacer una tarea real decidida y compartida por todo
el mundo. Las preguntas al profesor eran constantes en relación con el tipo de
complementos, esenciales o no, para contrastar la gramaticalidad de las res-
puestas que ellos probaban en las preguntas que formulaban tentativamente.
Se puede considerar que el hablante competente al que se apela en esta acti-
vidad es una construcción colectiva constituida en la zona de desarrollo, en la
que se producirá el aprendizaje gramatical que se quiere lograr.
2. Planificación del informe final. Una vez finalizada la elaboración de las
pruebas, se consideró oportuno dedicar una sesión para determinar cuáles
tendrían que ser las características y la estructura del informe final que te-
nían que elaborar. Los alumnos estaban muy implicados en el «trabajo de
campo» y quizá la actividad física les hiciera perder de vista los objetivos fi-
nales de la SD. Es obvio que la representación inicial es imprescindible para
dar sentido a cada una de las acciones que se llevan a cabo, pero hace falta
ir actualizando esta representación –dinámica y cambiante–, y profundizar
en ella a medida que los alumnos van ampliando sus conocimientos. Este
punto representa, pues, la recuperación metacognitiva de los aprendizajes
realizados hasta este momento y la planificación de la tarea futura.
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Cuadro 2
Cuadro 3
Fase 3
La redacción del informe final constituye el punto de unión entre la tarea de
investigación que se ha realizado y la explicación de los contenidos de los aprendi-
zajes lingüísticos logrados. Constó de cuatro partes, detalladas en el cuadro 4.
Este informe pedía a los alumnos un esfuerzo muy grande de verbalización del
proceso que habían seguido. Algunas de las reflexiones que suscita el proceso de re-
dacción y el resultado pueden ser las siguientes:
. En la etapa de los conocimientos previos, algunos alumnos se han sentido
muy libres y motivados para buscar información y detallar con exactitud los
valores del pronombre estudiado.
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Cuadro 4
b) ¿Qué quiero saber? Objetivos, consensuados colec- Conocer la presencia del pro-
tivamente. nombre en el catalán oral es-
pontáneo de determinados
informantes de los alrededores
de Barcelona.
Los informes también reflejaron algún problema; por ejemplo, respecto a los
objetivos, muchos mostraron dificultades para imaginárselos y verbalizarlos, lo cual
muestra la importancia de insistir en la construcción conjunta de los objetivos
tal como se ha descrito en la fase 1. Respecto a las conclusiones, se constató la difi-
cultad que tenían algunos alumnos al relacionarlas con la exploración realizada;
algunos se limitaban a reproducir las ideas elaboradas previamente en el trabajo de
campo.
A modo de conclusión
. Las últimas consideraciones sobre la SDG presentada nos remiten a los ele-
mentos del triángulo didáctico. El profesor plantea una investigación a los
alumnos de la cual no tiene la respuesta, e intenta guiar la tarea a través del
diálogo y de la reflexión sobre lo que va sucediendo en cada sesión para pre-
parar la siguiente. El trabajo no se presenta, pues, como una serie de con-
signas ni de instrucciones cerradas que los alumnos han de asimilar y poner
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en práctica. El profesor introduce la tarea como una propuesta, con una idea
aproximada de dónde se quiere llegar, pero prestando atención a las reac-
ciones que surgen en el aula y rehusando desde el primer momento el en-
trar en tecnicismos (por ejemplo a qué categoría gramatical pertenece la
palabra estudiada) o en requisitos académicos ulteriores (si lo que se estu-
diará será objeto de examen o de un trabajo).
. Los alumnos son el agente activo que ve cómo va creciendo la investigación
en virtud de su acción, moviliza su bagaje lingüístico y recurre a obras de
consulta, para despejar una incógnita que no es estrictamente escolar. Se
parte, pues, de la idea de que los alumnos harán suyo el trabajo propuesto
cuando vean que va creciendo con las intervenciones de todo el mundo, es-
tudiantes y profesor. En un modelo de transmisión unidireccional, la inter-
vención tipo es la de la respuesta correcta a una pregunta cerrada (que a
menudo tiene el tono de pregunta adivinanza). En cambio, en un modelo de
tipo cooperativo, la intervención se hace en forma de comentario, opinión
o experiencia personal ligada al tema, después de haber promovido un clima
en el aula en virtud del cual el alumno no percibe la intervención como una
acción de riesgo y se le anima a hablar, porque cualquier idea puede ser muy
valiosa para resolver colectivamente los problemas planteados.
. Finalmente, respecto a la materia, se abandona el modelo de gramática es-
colar que ha acabado dando una imagen de sí mismo como lógico y com-
pleto, para aproximarnos a un modelo sin un afán totalizador (quimérico,
por otra parte) y que propicia el vínculo entre procedimientos y conceptos
con el objetivo de suscitar la reflexión gramatical. En este sentido, los tres
puntos importantes en los que se quiere incidir son: las relaciones entre pro-
gramación y aprendizaje (la lógica de una no se corresponde necesariamen-
te con la lógica del otro); el concepto de gramática escolar (a menudo se
presenta como modelo acabado, exhaustivo y simple, renunciando a los
otros modelos por ser incompletos, parciales y especulativos); adelantar en
la relación entre conceptos gramaticales y procedimientos (mucho más vin-
culados de lo que se cree).
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Introducción
En este capítulo presentamos una secuencia didáctica para alumnos de ESO y
de bachillerato enfocada a la enseñanza y al aprendizaje de la gramática, con el ob-
jetivo de que el conocimiento resultante favorezca un mejor uso y conocimiento de
la lengua. Esta secuencia fue puesta en práctica con un grupo de 36 alumnos de se-
gundo de BUP2, los cuales realizaron un proyecto de investigación lingüística sobre
los pronombres relativos en lengua catalana que les permitió descubrir su uso y su
normativa, a través de la reflexión sobre estos aspectos. Nuestra intención era que al
mismo tiempo que los alumnos trabajaban la normativa sobre los pronombres rela-
tivos, contenido habitual de enseñanza, tuvieran la posibilidad de observar también
la diversidad de los usos de estos pronombres en diferentes contextos comunicativos,
lo que no se acostumbra a trabajar en la escuela.
Versión traducida al castellano del original: GUTIÉRREZ, X. (1999): «Com funcionen els relatius? Aprendre
gramàtica investigant», en VILÀ, M.; FARGAS, A. (coords.): Normativa i ús de la llengua. Barcelona. Graó.
1. Este trabajo surge a raíz de una propuesta de investigación de la Dra. Anna Camps del Departamento
de Didáctica de la Lengua, de la Literatura y de las Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Bar-
celona. Las fundamentaciones teóricas de esta propuesta se pueden encontrar en Camps (1998). Quiero
agradecer a la Dra. Camps y a los profesores Oriol Guasch, Marta Milian y Teresa Ribas sus comentarios y
sus aportaciones en la realización y la redacción de este trabajo.
2. La secuencia se realizó en el IES Secretari Coloma de Barcelona y colaboraron en ella la profesora de
lengua y literatura catalana, Neus Soria, y Gemma Notario.
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Lo que pretendíamos, pues, era fomentar un espíritu científico entre los alumnos,
a la vez que queríamos que realizaran una investigación sobre el uso y la normativa
de los pronombres relativos en catalán.
Finalmente, también queremos destacar, como base del planteamiento de la
secuencia didáctica que presentamos, el método del descubrimiento, que, según Fer-
nández (1983, pp. 67-71), ofrece numerosas ventajas para la enseñanza y el apren-
dizaje de la gramática. El proceso que sigue este método involucra al alumno como
elemento activo en la enseñanza, haciendo que sea él quien, a partir de su propio tra-
bajo, desarrolle su conocimiento. Se parte de la idea de que el conocimiento que
resulta de lo que descubrimos mediante un proceso inductivo se retiene de manera
eficaz y duradera, puesto que se interioriza como una experiencia personal de
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Descripción de la secuencia
En este apartado presentaremos la secuencia tal y como se utilizó con los alum-
nos. Esta descripción incluye las modificaciones que introdujimos durante la secuen-
cia, que explicaremos detalladamente en el apartado «Modificaciones introducidas
durante la secuencia».
Objetivos
Los objetivos que pretendíamos conseguir al final de la secuencia son diversos.
Por una parte, existen tres primeros objetivos de aprendizaje, es decir, lo que se es-
pera que aprendan los alumnos durante la secuencia:
. Conocer el uso real y la normativa de los pronombres relativos en cata-
lán.
. Desarrollar la capacidad de análisis lingüístico.
. Mejorar el uso de la lengua.
La secuencia
Una secuencia didáctica5 se diseña como un proyecto que empieza y acaba en
él mismo. Está constituida por una serie de actividades que producen la elaboración
de un producto final y la consecución de determinados objetivos de aprendizaje y
que, además, forman un proceso completo de enseñanza y aprendizaje. Lo que se ex-
plica a continuación es un resumen de las actividades realizadas en clase.
5. En Camps y Colomer (1998, pp. 157-159) se pueden encontrar algunas definiciones y reflexiones sobre
el concepto de secuencia didáctica.
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6. Inicialmente había tres textos para la evaluación inicial, pero se decidió utilizar sólo dos, básicamente
por cuestiones de tiempo.
7. Es necesario orientar a los alumnos sobre qué tipo de texto puede corresponder a cada contexto, pues-
to que el saber dónde han de buscar estos textos les facilitará el trabajo (telenoticias, programas de radio,
artículos del periódico, etc.). Respecto a los textos orales, se puede pedir a los alumnos que graben el pro-
grama o la conversación que han elegido, pero no hace falta pedirles que hagan la transcripción de toda
la interacción, sólo de las oraciones de relativo que encuentren y de las oraciones anterior y posterior.
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8. El planteamiento inicial de esta tercera parte pretendía que la comparación se hiciera partiendo de los
resultados obtenidos en la primera y en la segunda parte. Una vez vistos los resultados obtenidos en la
primera, esta tercera parte tuvo que modificarse.
9. Por ejemplo, se habla del uso de que precedido por el artículo definido (el que, la que...) en lugar del
relativo compuesto (el qual, la qual...), del uso de qui no precedido de preposición en vez de que o
del compuesto el qual, entre otros.
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Evaluación
Además de la evaluación inicial y final, el trabajo de los alumnos fue evaluado
de manera continua. Es decir, se tuvo en cuenta el trabajo en el aula, y se recogió
cada borrador de las partes del trabajo por separado, para poder ver el progreso de
los alumnos durante la secuencia. A partir de este progreso, se pueden introducir los
cambios necesarios y resolver los problemas que los alumnos puedan encontrar. Se
tuvo en cuenta también la reunión con cada grupo de alumnos (apartado 5 de «La
secuencia») como herramienta para la evaluación. El trabajo final que entregaron los
alumnos (apartado 7 de «La secuencia») no se consideró el producto final que se
había de evaluar, sino el producto final de un proceso que ha de evaluarse en su to-
talidad. Además, este trabajo final se puede comparar con los borradores para obser-
var su progreso.
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fue grabada en vídeo, pero no todos los alumnos participaron de forma ac-
tiva. Creemos que habrían participado más si se hubiera realizado en
pequeños grupos, con la ayuda del profesor.
2. El conocimiento que tenían los alumnos sobre los pronombres relativos de-
terminó grosso modo uno de los cambios más importantes introducidos en
la secuencia (véase la nota 5). La tercera parte de la secuencia –compara-
ción del uso y la normativa– cambió como consecuencia de los resultados
inesperados en la primera parte. Nuestro primer planteamiento consistía en
pedir a los alumnos que compararan la normativa de los pronombres relati-
vos con los resultados que habían obtenido a partir del análisis de los tex-
tos. Además de leer varios fragmentos de los textos sobre normativa (textos
3-6, referenciados en el apartado «Lista de textos utilizados en la secuencia»),
debían elaborar un cuadro que mostrara, según sus resultados, las formas
del pronombre relativo utilizadas en cada uno de los cuatro contextos (oral
formal, oral informal, escrito formal y escrito informal), qué función sintác-
tica cumplen y qué tipo de antecedente tienen, y escribir un informe a
partir de las siguientes preguntas:
. De los cuatro contextos que habéis trabajado, ¿cuál es más próximo a la
normativa respecto a los pronombres relativos? ¿A qué puede deberse?
. De los cuatro contextos, ¿cuál se aleja más de la normativa? ¿A qué puede
deberse?
. Según los datos de los que disponéis, ¿cuál de las formas no normativas
se usa más? ¿A cuál (o cuáles) de las formas normativas equivale?
. Teniendo en cuenta los cuatro contextos, ¿qué forma normativa de pro-
nombre relativo se usa más y cuál es la que se usa menos? ¿Por qué
creéis que sucede?
. ¿Qué forma de pronombre relativo se utiliza más en el contexto oral for-
mal? ¿Cuál se utiliza menos?
. ¿Qué forma de pronombre relativo se usa más en el contexto oral informal?
¿Cuál se utiliza menos?
. ¿Qué forma de pronombre relativo se utiliza más en el contexto escrito
formal? ¿Cuál se utiliza menos?
. ¿Qué forma de pronombre relativo se utiliza más en el contexto escrito in-
formal? ¿Cuál se utiliza menos?
Creemos que realizar la actividad de esta manera, aunque sería más difícil, po-
dría ser más interesante para los alumnos y promovería su habilidad de análisis.
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grupo de alumnos con los cuales queremos realizar la secuencia. Aun así, las modifica-
ciones que sugerimos a continuación son simplemente posibilidades que se han de tener
en cuenta, puesto que hace falta saber que ningún grupo será exactamente igual a otro.
Por lo tanto, la secuencia y el material han de ser adecuados para el nivel de nuestros
alumnos, y no podemos pretender que ellos se adapten al material que les presen-
tamos.
1. Como consecuencia del conocimiento que los alumnos tenían sobre los
pronombres relativos, tendríamos que haber introducido cambios en la prime-
ra parte de la secuencia (apartado 2 de «La secuencia»). Aunque habíamos
observado, a partir de la evaluación inicial, que su conocimiento era poco
claro, equivocadamente creímos que sus conocimientos eran suficientes
para identificar los pronombres relativos en los textos que habían de anali-
zar en esta primera parte. Una posibilidad sería que los textos fueran dados
por el profesor, en vez de ser escogidos por los alumnos, puesto que esto
permitiría al profesor saber exactamente qué formas de pronombres relati-
vos aparecen en los textos y le permitiría revisar los resultados de los alum-
nos. Teniendo en cuenta que dar cuatro textos diferentes a cada grupo sería
mucho trabajo para el profesor, varios grupos podrían trabajar los mismos
textos y, después, llevar a cabo una actividad en la que los alumnos com-
partieran y discutieran los resultados obtenidos. Otra posibilidad sería que
los alumnos dieran al profesor una copia de los textos que ellos mismos hu-
bieran elegido, lo que le permitiría saber qué formas de pronombres relati-
vos aparecen en los textos y revisar los resultados de los alumnos.
El trabajar con textos orales es problemático, puesto que, por un lado, si
es el profesor quien da los textos, tendrá que transcribirlos y, por otro, si son
los alumnos los que eligen los textos, los tendrán que transcribir ellos
mismos, lo que supone mucho trabajo en cualquiera de los dos casos. Una
posible solución sería que en lugar del texto transcrito los alumnos tra-
bajasen en la grabación: que el profesor diera una copia a los alumnos, o
que éstos dieran una copia al profesor. En este caso, sólo haría falta que
los alumnos hicieran la transcripción de las oraciones de relativo que en-
contraran.
2. Otra mejora para la secuencia tiene que ver con los textos (textos 3-6, re-
ferenciados en el apartado «Lista de textos utilizados en la secuencia») que
los alumnos tuvieron que leer para la segunda parte de su trabajo de inves-
tigación (apartado 3 de «La secuencia»), en la cual trabajaban sobre la nor-
mativa de los pronombres relativos. La cantidad de dudas que surgieron a
partir de la lectura de estos textos nos hizo ver que tenían problemas de
comprensión. En lugar de facilitar la actividad, parece que les añadimos la
dificultad de tener que entender textos que contenían terminología desco-
nocida para ellos. Como consecuencia, tanto los contenidos como los tér-
minos utilizados en los textos tuvieron que ser explicados. Evidentemente,
para poder entender un concepto, el lenguaje mediante el cual se explica
este concepto ha de ser comprensible, sino los alumnos tendrán que hacer
doble esfuerzo para resolver la actividad.
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FRI NA %A
13/13 0 0
12/13 9 25,7
11/13 8 22,9
10/13 5 14,3
9/13 4 11,4
8/13 6 17,1
7/13 2 5,7
6/13 1 2,9
TA 35 100
121
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Los alumnos también dieron razones que no tenían una relación válida con los
pronombres relativos. La mayoría de las justificaciones que utilizaron los alumnos
eran imprecisas. Por ejemplo, no sabían que un pronombre relativo introduce una
oración subordinada dentro de una oración principal. En general, creían que el ele-
mento sustituido por un pronombre relativo es un nombre y no todo el sintagma no-
minal. Los alumnos también mostraban problemas a la hora de identificar la función
sintáctica, y tenían dudas sobre el antecedente del pronombre relativo. También, la
mayoría de alumnos que comentaban la sustitución por otro pronombre relativo,
afirmaban que el único sustituto podía ser la forma compuesta el cual, lo que no
siempre es posible.
Si nos fijamos en el tipo de justificaciones que dieron los alumnos, ninguno se
refirió a las cinco categorías y tan sólo 2 dieron razones relacionadas con cuatro de
estas categorías (el 5,9% de los 34 alumnos que hicieron la actividad). Ninguno dio
razones relacionadas con tres de estas categorías; 22 hacían referencia a dos (64,7%);
7, a una (20,6%), y 3 alumnos dieron razones no relacionadas con los pronombres re-
lativos (8,8%).
Los resultados de la segunda actividad de la evaluación inicial (apartado 1 de «La
secuencia») fueron, en general, positivos. El cuadro 2 de la página siguiente muestra el
número de formas no normativas de pronombres relativos corregidas por los alumnos.
Evaluación final
Los resultados de las dos actividades de la evaluación final (apartado 9 de «La
secuencia») fueron bastante positivos. Estas dos actividades eran muy similares a las dos
de la evaluación inicial. De todas maneras, cabe decir que hay una diferencia entre
la primera actividad de las dos evaluaciones. En la evaluación inicial, se pidió a los
alumnos que identificaran las formas de pronombres relativos del texto y que dieran ar-
122
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gumentos por los cuales ellos consideraban que aquellas formas eran pronombres re-
lativos. En la evaluación final también se les pidió que identificaran las formas de
pronombres relativos, pero se les dijo, a diferencia de la evaluación inicial, que iden-
tificaran su función sintáctica dentro de la oración de relativo y su antecedente10. Se
hizo así porque en la evaluación inicial no queríamos dar ningún tipo de pista sobre
las características de los pronombres relativos, para observar el conocimiento real de
los alumnos. En cambio, creímos que no tenía ningún sentido hacer lo mismo en la
evaluación final, puesto que los alumnos ya conocían estas características.
El cuadro 3 muestra los resultados de la primera actividad de la evaluación
final. Podemos ver que un gran porcentaje de los alumnos (85,7%) tienen entre 0 y
2 errores, resultados que podemos considerar positivos.
FRC NA %A
14/14 1 2,9
13/14 3 8,8
12/14 6 17,7
11/14 7 20,6
10/14 7 20,6
9/14 6 17,7
8/14 1 2,9
6/14 2 5,9
3/14 1 2,9
TA 34 100
FRC: Formas de pronombres relativos corregidas sobre el total de formas no normativas que aparecí-
an en el texto.
NA: Número de alumnos que corrigieron formas de pronombres relativos.
% A: Porcentaje de alumnos respecto del número total que hizo la actividad.
TA: Número total de alumnos que hicieron la actividad.
10. Los resultados de la identificación de funciones sintácticas y de antecedentes los veremos en el apar-
tado «Comparación entre la evaluación inicial y la evaluación final».
123
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FRI NA %A
7/7 7 25
6/7 6 21,4
5/7 11 39,3
4/7 1 3,6
3/7 3 10,7
TA 28 100
FRC NA %A
10/10 13 46,4
9/10 9 32,1
8/10 5 17,9
7/10 0 0
6/10 0 0
5/10 0 0
4/10 1 3,6
TA 28 100
124
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% acierto NA % acierto NA
100 0 100 7
99-90 9 99-90 0
89-80 8 89-80 6
79-70 5 79-70 11
69-60 10 69-60 0
59-50 2 59-50 1
49-40 1 49-40 3
TA 35 TA 28
125
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En segundo lugar, podemos observar que en la evaluación final hay más alum-
nos con un porcentaje de acierto inferior al 50% (3 alumnos) que en la inicial (1
alumno). Esto sugeriría que los resultados fueron más negativos en la evaluación final
que en la inicial, pero se ha de recordar que la posibilidad de error era más alta en la
evaluación final.
Creemos que es interesante comentar el progreso individual de los alumnos en
la primera actividad de las dos evaluaciones. Comparamos el porcentaje de acierto de
cada alumno en una evaluación y en la otra y pudimos observar que 16 alumnos me-
joraron en la evaluación final. En cambio, 11 alumnos no mostraron ninguna mejo-
ra. No pudimos observar el progreso de los demás alumnos del grupo porque no
hicieron la evaluación inicial o la final. A pesar de que son más los alumnos que me-
joraron que los que empeoraron, no podemos decir, a partir de estos resultados, que
el progreso sea, en general, positivo.
Hay dos aspectos que nos sugieren que los alumnos mejoraron su habilidad para
reconocer y analizar los pronombres relativos. Estos aspectos son la identificación de
las funciones sintácticas y de los antecedentes, lo cual, como ya hemos dicho antes,
sólo lo hicieron en la evaluación final. Analizamos los resultados de los alumnos en
relación con el número de pronombres relativos localizados en el texto, porque, evi-
dentemente, un alumno que hubiera localizado sólo cinco formas de pronombres
relativos, nunca podría haber identificado siete funciones sintácticas o siete antece-
dentes. El cuadro 6 nos muestra estos resultados.
La primera columna nos muestra los datos relativos a los 28 alumnos que hi-
cieron la evaluación final. En la segunda columna vemos, en orden descendente, el
número de pronombres relativos identificados por los alumnos sobre el total de
pronombres relativos que aparecían en el texto. Las columnas tercera y cuarta
muestran, respectivamente, el número de funciones sintácticas identificadas por los
alumnos respecto al número de pronombres relativos que identificaron, y el porcentaje
de acierto sobre este mismo número. Las columnas quinta y sexta muestran, compa-
rativamente, el número de antecedentes identificados por los alumnos respecto al
número de pronombres relativos que identificaron y al porcentaje de acierto sobre
este mismo número. En general, podemos observar que los alumnos tienen un alto
porcentaje de acierto individual. Además, si buscamos la media del porcentaje de
acierto de los 28 alumnos, veremos que, respecto a la identificación de funciones sin-
tácticas, los alumnos tienen una media de acierto del 82% y en cuanto a anteceden-
tes, de un 83,3%.
Por lo que se refiere a la segunda actividad de las dos evaluaciones, en la que
los alumnos tenían que corregir las formas no normativas de los pronombres relati-
vos que aparecían en el texto, el cuadro 7 de la página 128 nos muestra la compa-
ración del porcentaje de acierto de los alumnos.
Como en la primera actividad de las dos evaluaciones, en este caso tampoco
había el mismo número de formas no normativas en el texto de la evaluación inicial
que en el texto de la evaluación final. En general, podemos ver que en la evaluación
final 27 alumnos tienen un porcentaje de acierto igual o superior al 80%, mientras
que en la evaluación inicial sólo 10 alumnos están por encima de este porcentaje.
También observamos que sólo 1 alumno tiene un porcentaje de acierto por debajo
126
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AL: Alumnos.
NRI: Número de pronombres relativos identificados sobre el total de pronombres en el texto.
NFSI: Número de funciones sintácticas identificadas en relación con el número de pronom-
bres relativos identificados.
NAI: Número de antecedentes identificados en relación con el número de pronombres relativos
identificados.
127
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del 50% en la evaluación final, mientras que 3 alumnos están por debajo de este por-
centaje en la evaluación inicial. Finalmente, hay 23 alumnos en la evaluación inicial
con un porcentaje de acierto entre el 50% y el 79%. No hay ningún alumno dentro
de este margen de acierto en la evaluación final.
En este caso también quisimos observar el progreso individual de los alumnos,
y vimos que 23 mejoraron su porcentaje de acierto respecto de la evaluación inicial,
1 tenía el mismo porcentaje de acierto y 3 empeoraron. No pudimos observar el pro-
greso de los demás alumnos del grupo porque no hicieron la evaluación inicial o la
final. En este caso podemos decir que, en general, el progreso individual de los alum-
nos es positivo.
% acierto NA % acierto NA
100 1 100 13
99-90 3 99-90 9
89-80 6 89-80 5
79-70 14 79-70 0
69-60 6 69-60 0
59-50 1 59-50 0
49-40 2 49-40 1
39-30 0 39-30 0
29-20 1 29-20 0
TA 34 TA 28
128
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vos, sino que no fueron los que esperábamos. Nuestras expectativas eran que los
alumnos encontraran, en los textos que ellos mismos eligieron, ejemplos de todas las
formas normativas de los pronombres relativos y, además, de formas no normativas,
pero no fue así.
Cuando se pusieron en común todas las formas que los alumnos habían encon-
trado, vimos que no teníamos los suficientes ejemplos para poder comparar el uso y
la normativa de los pronombres relativos. No sabemos a ciencia cierta si estos resul-
tados inesperados responden a los conocimientos de los alumnos o a los textos que
eligieron. Nuestro error fue no pedir a los alumnos que nos dieran una copia de estos
textos.
Otros aspectos
Existen diversos aspectos que nos permiten observar el progreso de los alum-
nos. En primer lugar, a partir de los borradores que entregaron los alumnos pudimos
ver que tuvieron problemas a la hora de explicar algunos conceptos gramatica-
les sobre los pronombres relativos. Por ejemplo, tuvieron dificultades para definir las
funciones de un pronombre relativo (función anafórica, conjunción) y para explicar
las diferencias entre oraciones de relativo explicativas y especificativas. La mayoría
de los alumnos simplemente copiaron, en sus primeros borradores, las definiciones y
explicaciones dadas en los textos que habían leído. Aun así, durante la revisión11 de
estos borradores, los alumnos demostraron que entendían estos conceptos pese a que
no habían sido capaces de comentarlos con sus propias palabras. Pedimos a los alumnos
que, para el trabajo final, intentaran explicar estos conceptos partiendo de ejem-
plos. Esta estrategia resultó positiva, tal y como pudimos observar en las versiones fi-
nales del trabajo.
Respecto a estos trabajos de investigación de los alumnos, es justo decir que
eran bastante buenos, a pesar de que la mayoría mostraba problemas formales.
Estos trabajos recogen los resultados de los ejercicios que los alumnos hicieron en
diferentes partes de la secuencia. En general, los cuadros que los alumnos tuvieron
que elaborar eran muy completos y mostraban correctamente las formas de pro-
nombres relativos, sus funciones sintácticas y el tipo de antecedente que podían
tener. También pudimos observar que los alumnos explicaban con sus palabras, de
forma bastante correcta, las funciones de los pronombres relativos (función ana-
fórica y conjunción) y las diferencias entre oraciones de relativo explicativas y
especificativas.
Estos problemas de forma que mencionábamos eran básicamente las muchas
referencias que los alumnos hacían a los ejercicios en las tres partes del proyecto, en
vez de limitarse a considerar estos ejercicios como una guía para su investigación;
pero se produjo, pese a que se les dijo explícitamente que no hacía falta que se refi-
rieran a los ejercicios. De todas formas, parece como si no hubieran podido distan-
ciarse de los ejercicios, como si los ejercicios fueran su referencia básica a la hora de
11. Grabamos las reuniones con los alumnos para revisar sus borradores, con el fin de observar los pro-
blemas que tenían y cómo los solucionaban.
129
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escribir su trabajo. Podría ser una buena idea insertar este proyecto de indagación
lingüística en un proyecto de composición escrita, en el cual los alumnos también pu-
dieran aprender a escribir un trabajo académico.
Otro aspecto importante es que al principio de la secuencia la mayoría de los
alumnos tenían dificultades para identificar las funciones sintácticas. Pero durante la
secuencia y al final de ésta los alumnos eran capaces de identificar correctamente
la mayoría de las funciones sintácticas de los elementos en una oración. Éste no era
un objetivo explícito de la secuencia, pero estaba estrechamente ligado al tipo de ac-
tividades que hacían los alumnos.
Conclusiones
En general, tal y como muestran los resultados de la secuencia, los alumnos me-
joraron su conocimiento sobre los pronombres relativos y su capacidad para recono-
cerlos. Se han de destacar los buenos resultados en el conocimiento de las formas
normativas, uno de los aspectos en los cuales se insiste en la enseñanza de la lengua
en la escuela y que forma parte de los objetivos generales del área de lengua y lite-
ratura de la ESO y del bachillerato de la Generalitat de Catalunya. También hemos
observado que este tipo de proyectos puede ayudar a desarrollar las estrategias ana-
líticas de los alumnos, las cuales, al mismo tiempo, les pueden ayudar en otras acti-
vidades de la clase de lengua.
Hemos visto, pues, cómo se pueden obtener buenos resultados a partir de una
aproximación diferente a la enseñanza de la lengua. Esta aproximación surge del
cambio que ha traído la reforma en la concepción de la planificación de la enseñan-
za (Ferrer, 1998). En el área de lengua y literatura hemos pasado de una concepción
de transmisión12 de la enseñanza de la lengua a los enfoques comunicativos o dis-
cursivos. La adopción de estos enfoques implica centrar la enseñanza de la lengua en
su uso, pero sin olvidarse de la reflexión sobre este uso y sobre la propia lengua como
sistema. Como ya hemos dicho en la introducción de este capítulo, desde la investi-
gación en la enseñanza-aprendizaje de primeras y segundas lenguas se ha dado im-
portancia a esta reflexión sobre la lengua. En la enseñanza de primeras lenguas se ha
evolucionado desde un enfoque básicamente centrado en la enseñanza de la lengua
como sistema hasta la adopción de estos enfoques comunicativos o discursivos, sin
olvidar, sin embargo, la importancia de la atención al sistema. En cambio, en la en-
señanza de segundas lenguas, la evolución ha seguido la dirección contraria, es decir,
se ha incluido la reflexión sobre el uso de la lengua y sobre el sistema en los enfo-
ques puramente comunicativos. Así pues, numerosos estudios prácticos13 han demos-
12. Ferrer (1998) afirma que en esta concepción de transmisión «se toman la cultura y la ciencia como
hechos estáticos que el alumnado ha de interiorizar tal como se encuentran fosilizados en los manuales
de las diferentes áreas» (op. cit., p. 139).
13. En Camps y Colomer (1998) se recogen una serie de estudios sobre el aprendizaje de la L1 y en Spada
(1997) hay referencias a estudios sobre el aprendizaje de la L2.
130
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Así pues, estas manipulaciones se proponen como el punto de partida para los
alumnos con la finalidad de que construyan conocimiento sobre la lengua, y las ex-
plicaciones teóricas del profesor pasan a tener un papel diferente. Estas explicacio-
nes pueden ser útiles y necesarias en el uso de la lengua y en la comprensión de
aspectos del sistema, y pueden utilizarse para introducir aspectos teóricos necesarios
para que los alumnos puedan empezar a trabajar, o como herramienta que sistema-
tice las observaciones de los alumnos a partir del uso y las manipulaciones.
Respecto a este estudio, queda por determinar si los alumnos mejoraron en re-
lación con el uso de los pronombres relativos en sus producciones, tanto orales como
escritas. Éste será el objetivo de futuros trabajos.
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10
Artículo publicado en Articles de Didàctica de la Llengua i la Literatura, 33, pp. 40-56, abril 2004.
133
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1. Este trabajo recoge ideas similares a las presentadas en el artículo publicado por Camps y Fontich ti-
tulado « La construcció de coneixement gramatical dels alumnes de secundària a través de la recerca i el
raonament: l’ús del pronom hi en el català oral», que también se reproduce en este libro. De hecho, las
dos secuencias didácticas se iniciaron en paralelo y se enmarcan en un grupo de investigación sobre el
razonamiento metalingüístico de los escolares.
2. Esta propuesta de trabajo de campo ha sido experimentada con estudiantes de primero de Magisterio
de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAB.
3. Anna Camps es la directora del grupo de investigación RAME (Departamento de Didáctica de la Len-
gua, la Literatura y las Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Barcelona).
134
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135
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Por otra parte, durante la secuencia didáctica, entrarán en juego múltiples si-
tuaciones interactivas en el aula que permitirán a los estudiantes ofrecerse ayuda
mutua y, a la vez, recibirla del profesor o de la profesora. En estas situaciones de
aprendizaje entre iguales y con el docente durante el proceso de la SDG, se puede in-
cluir la evaluación formativa como elemento intrínseco de la actividad en el aula. Fi-
nalmente, la reflexión sobre el proceso didáctico que se sigue en una SD desde el
punto de vista de los alumnos es, también, un elemento que les ayuda a ser cons-
cientes de las estrategias y ayudas que les facilitan el aprendizaje.
El trabajo de campo
Nuestra intención es que los estudiantes realicen un trabajo de campo sobre los
pronombres átonos de la lengua catalana que menos dominan o que se suelen usar
con una gran variación. El punto de partida consiste en ser consciente de cómo se
habla reflexionando sobre cómo se usan socialmente algunos pronombres. Se prepa-
ra una clase de «lista de errores» que los chicos y chicas han detectado en el uso oral
de los pronombres. Entre los alumnos y la profesora, salen en clase ejemplos como:
A l’anunci de La Caixa diuen «parlem». No hauria de ser «parlem-ne»?; Jo sempre dic «donar-
lis», però el profe em va dir que no estava bé. L’altre dia fèiem la convocatòria per a una excursió
de l’esplai i discutíem si s’havia de dir: «us esperem» o «us hi esperem». A casa meva parlem català
i sempre hem dit «el-zi», però em sembla que no està ben dit…; etc.4
El primer paso consiste en seleccionar los pronombres que serán objeto de es-
tudio. Por ejemplo, la elección de pronombres y combinaciones pronominales como
las siguientes:
4. En el anuncio de La Caixa dicen «parlem». No tendría que ser «parlem-ne»?; «Yo siempre digo «donar-
lis», pero el profe me dijo que no era correcto». «El otro día estábamos haciendo la convocatoria para pre-
parar una excursión del centro excursionista y discutíamos si se decía: «us esperem» o «us hi esperem»; En
mi casa hablamos catalán y siempre hemos dicho «el-zi», pero me parece que no está bien dicho…»; etc.
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Cuadro 1
ACTIVIDADES
. Pronombre en.
. Pronombre de objeto indirecto plural (els/los/«lis»…).
. Pronombre hi.
. Verbos pronominales y no pronominales (veure-hi [ver], haver-hi [haber],
anarse’n [irse], caure [caer], callar…).
. Pronombres ho/lo/s’ho.
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Cuadro 2
PRUEBAS
a)
c)
Prueba d)
Completa el siguiente texto.
¿Por qué has puesto este pronombre? ........................................................................................................................
Poner ejemplos.
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139
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también otras dificultades de la lengua más generales. Los problemas que suelen apa-
recer se relacionan con la comprensión de las funciones de los pronombres, la clari-
dad de las preguntas, la previsión de las respuestas, y con la corrección ortográfica y
otros aspectos textuales que van más allá de los pronombres. Por este motivo se ten-
drán que revisar a fondo para garantizar su corrección. Antes de pasar las pruebas a
los compañeros que no son de la clase, los alumnos se entrenan entre ellos para com-
probar que sean válidas. Preparan, además, una tabla para anotar las reflexiones
gramaticales y para sistematizar los resultados.
En esta fase, cada pareja deberá pasar las pruebas a los informantes. Se esta-
blecen unos criterios para su selección:
. Estudiantes del centro de niveles académicos similares, que sean compañeros
de otras clases, es decir, de cursos paralelos, de cursos anteriores o posteriores.
Los resultados de las pruebas han de reflejarse en una tabla que recoja las pre-
guntas y que reserve un espacio para las anotaciones sobre el razonamiento de los
informantes. Y esto quiere decir:
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Con relación al balance del trabajo de campo desde el punto de vista del apren-
dizaje, los alumnos pueden valorar dos aspectos: primero, si la SD les ha servido para
entender a fondo la normativa sobre las funciones pronominales, si han aprendido a
resolver dudas gramaticales y piensan que esto tendrá repercusiones en el uso; segun-
do, si el planteamiento del trabajo de campo les ha parecido adecuado en relación con
las prácticas o los ejercicios que están acostumbrados a hacer en las clases de lengua
para aprender la normativa, y qué ventajas e inconvenientes se han encontrado.
Actividad 3
Objetivo:
Presentar oralmente un informe técnico en formato póster.
13. «¿Qué significa la expresión “en vinc” (vengo)?», «¿Sabrías decir qué nombre recibe esta función según
la normativa?», «¿Usas esta función?», «¿Crees que la gente lo dice así?», «¿Por qué?», «¿Recuerdas
algún eslogan o situación en el que la hayas oído?»…).
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Balance final
Para acabar, sintetizamos algunas consideraciones sobre las implicaciones di-
dácticas que tiene el planteamiento de un trabajo de campo de estas características
a través de una SDG.
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Anexo
Ejemplos de pruebas
Primera prueba. Elige entre opciones
Elige entre estas opciones las que consideres correctas, incorrectas o aceptables y di por
qué.
[Elaboración de preguntas: cada bloque de preguntas debería responder a una de las funcio-
nes del aspecto gramatical. En los ítems, puede haber más de uno correcto.]
6. La función de sujeto indefinido es quizás la más compleja. A pesar de que el ejemplo que recoge Macià
(«Ahir faltaven coberts i avui en sobren» [Ayer faltaban cubiertos y hoy sobran] es muy ilustrativo, lo
hemos desestimado.
7. El asterisco al final de las frases marca las que son correctas en catalán.
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11
Trabajamos la oración
Felipe Zayas
IES Isabel de Villena. Valencia
Versión traducida al castellano del original: ZAYAS, F. (2000): «Treballem l’oració», en CAMPS, A.; FERRER,
M. (coords.): Gramàtica a l’aula. Barcelona. Graó, pp. 119-131.
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Las respuestas eran «le», «él», «a él», «no tiene» o «está omitido». Incluso alguien
proponía «sus amigos». Nos encontramos con un aspecto muy conocido por todos
los profesores de lengua. Por más que explicamos que el único criterio válido para iden-
tificar el sujeto es el de la concordancia con el verbo, los alumnos insisten en identifi-
car la función de sujeto con el papel semántico de agente. ¿Por qué se produce este
fenómeno? En las lenguas que estudian nuestros alumnos los sujetos suelen denotar los
agentes de la acción. Por este motivo, cuando en los primeros cursos de primaria se in-
troduce el concepto de sujeto, se recurre a enunciados que corresponden al esquema
semántico «alguien hace algo». De esta manera, los niños asocian –¿para siempre?– la
noción de sujeto con el papel semántico agente, es decir, con un nombre animado y
activo. Este modelo se aplicará después sin ningún problema a oraciones como «Juan
se aburre», «María admira a Teresa», «El ganador recibió el premio» o «Mi amigo está
triste», en las cuales los verbos no denotan acciones y los sujetos no coinciden con el
agente. E incluso sirve el modelo para enunciados como por ejemplo «Un vendaval arra-
sa varias poblaciones», el sujeto del cual es un nombre con carácter inanimado, pero
que al asociarse con el papel semántico causa (o fuerza) puede percibirse próximo al
agente. El problema es que hay muchos enunciados en los cuales el recurso que toma
el sujeto por una entidad que «hace algo» no funciona. Veamos algunos casos:
. Verbos que denotan estados o procesos afectivos de los seres humanos y con
los que la persona que experimenta el estado o el proceso no es denotada
por el sujeto: gustar, importar, molestar, disgustar, impresionar, encantar,
divertir... El sujeto puede ser –y acostumbra a ser– un nombre inanimado
que se pospone al verbo, y suele ser visto por los alumnos como un comple-
mento directo, mientras que asocian la función de sujeto con el papel semán-
tico de experimentador.
. Verbos que se comportan sintácticamente como los anteriores, pese a que
no expresan procesos afectivos: caber, sobrar, bastar, faltar...
. Construcciones con verbo intransitivo en las que el sujeto denota la reali-
dad efectuada o afectada y que, por este motivo, se suele percibir como
complemento directo. El hecho de que no se mencione el agente o la causa
hace que el enunciado se perciba como impersonal.
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(9) Saúl Hernández y sus Jaguares pondrán música a la nueva película de Tom Cruise.
(10) Desciende a 951 el número de muertes violentas al año.
2. Comprobar que en los titulares del tipo (9) el sujeto se identifica sin dificul-
tad, puesto que, en estos casos, la función de sujeto coincide con la entidad
que realiza una acción o agente.
3. Tratar de identificar el sujeto en los titulares del tipo (10), en los cuales su-
jeto no se puede identificar con agente. Ante las dificultades, desvincular las
nociones de sujeto y de agente y concluir la necesidad de un criterio dife-
rente para identificar el sujeto.
4. Recibir y comprender la explicación del profesor respecto a la noción de
concordancia entre el sujeto y el predicado, y establecer esta noción como
criterio para identificar al sujeto. Aplicar este criterio en los casos de la ac-
tividad anterior que hayan presentado más dificultades. Las tres actividades
anteriores han preparado el terreno para esta actividad: ahora la explicación
del profesor está justificada, e incluso es reclamada por los alumnos.
5. Reconocer el sujeto en una relación de enunciados en los cuales, junto con
oraciones del tipo (10), hay oraciones impersonales como por ejemplo (11)
y con sujeto elíptico como por ejemplo (12):
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Cuadro 1
Cuadro 2
El sujeto de la oración es el frío, porque muestra El sujeto de esta oración es el frío, porque con-
concordancia con el verbo en persona y número. cuerda con el verbo en persona y número.
Si cambiamos el verbo de número y persona, el
sujeto también cambia:
El sujeto de esta oración es este libro, porque El sujeto de esta oración es este libro, porque
concuerda en persona y número con el verbo. concuerda en persona y número con el verbo.
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Por ejemplo:
Te gustaron estos libros.
V S
Cuadro 3
En el enunciado Debe tenerse en cuenta las dificultadas de los alumnos la incorrección consiste en
que ………………………………………………….................................................................................................……………………
La frase correcta es: «........................................................................................................................................................».
En el enunciado En estos tiempos hace falta medidas más enérgicas ……………………...
.………………………………………………………………………………………………………......................................................………
En el enunciado Cada cual me decían una cosa distinta …………...........................…………………………..
……………………………………………………………………………………………………......................................................………….
En el enunciado Llegaron inmediatamente una pareja de policías ………………..................…………
……………………………………………………………………………………………………......................................................………….
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Cuadro 4
A. TIPO DE INCORRECCIONES
La incorrección consiste en que el verbo debe y el sujeto las dificultadas de los alumnos no concuer-
dan. El verbo debería estar en plural.
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1. La información sobre la teoría de la valencia verbal se ha tomado de Hernanz y Brucart (1987); More-
no Cabrera (1991) y Porto (1992).
2. Se ha tenido la precaución de incluir en la lista únicamente verbos que no adoptan ocasionalmente ar-
gumentos no requeridos y verbos que exigen siempre los argumentos que requieren. Se ha evitado, por
ejemplo, correr, que aunque no exige más que el argumento con función de sujeto, ocasionalmente puede
adoptar un segundo argumento: «Juan ha corrido los cien metros valla». Se han evitado también verbos
como comer, porque, pese a que requiere un argumento con función de complemento directo, puede no
realizarse y quedar semánticamente implícito.
3. Se ha evitado la selección de verbos trivalentes en los que el segundo y tercer argumento no sea el
complemento directo e indirecto, para evitar enunciados como por ejemplo «acusar a alguien de algo»,
«quejarse a alguien de algo» o «interesar a alguien en algo». Las actividades con este tipo de enunciados
se resolverán después.
154
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Cuadro 5
Con los verbos de esta lista, formar sucesivamente oraciones sin complemento, con un comple-
mento y con dos complementos:
VERBOS
nacer ignorar acordarse ofrecer
examinar relucir pedir desconfiar
prometer redactar triunfar carecer
palidecer encender dedicarse prohibir
ordenar depender construir bucear
SUJETO PREDICADO
Verbo
SUJETO PREDICADO
VERBO COMPLEMENTO
SUJETO PREDICADO
155
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Cuadro 6
COMPLEMENTOS NECESARIOS
tre que ni «en verano», ni «en Denia» son requeridos por el verbo bucear para
su funcionamiento correcto. Será la ocasión de explicar que reservaremos el
término de complemento circunstancial para estos complementos no re-
queridos por el verbo.
2. Distribuir las oraciones propuestas por los alumnos en la actividad anterior
en el cuadro 6, lo cual obliga a diferenciar la función del segundo argu-
mento requerido por los verbos bivalentes –o complemento directo o
suplemento– y a distinguir entre complemento directo e indirecto con los
verbos trivalentes.
Esta actividad nos da la ocasión de nombrar los complementos verbales de
los enunciados del ejercicio anterior: complemento directo o complemento
regido (o suplemento), como las dos posibles funciones del complemento re-
querido por un verbo bivalente, y complemento indirecto como el segundo
complemento de los verbos trivalentes utilizados en la actividad anterior. Es
el momento de introducir el procedimiento formal de conmutación en los
pronombres personales átonos como criterio para realizar estas dos distin-
ciones: directo e indirecto frente a regido, e indirecto frente a directo.
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4. Explorar las dos construcciones posibles de verbos que, como tratar, tienen
un doble comportamiento sintáctico: con complemento directo, o con com-
plemento regido o suplemento. Esta misma observación es necesario hacer-
la con verbos como por ejemplo avergonzar y su pronominal correspondiente
avergonzarse. Esta actividad –además de insistir en los procedimientos que
se han utilizado en 1 y de aplicar los conceptos introducidos en 2 y recapi-
tulados en 3– es una aproximación a uno de los objetivos importantes de la
secuencia: la lectura comprensiva, en los diccionarios de uso, de definicio-
nes de verbos con una diversidad de significado que es inseparable de su
diverso comportamiento sintáctico. Así, con el verbo tratar los alumnos
proponen enunciados que siguen estos comportamientos sintácticos y
estos patrones semánticos:
.
Con complemento directo:
- Tratar un tema (sujeto: un libro, un conferenciante).
- Tratar a una persona (es decir, tener trato frecuente con ella).
.
Con suplemento:
- Tratar de conseguir un buen resultado.
- Tratar con todo el mundo.
- Tratar sobre un asunto determinado (sujeto: un libro, una conferencia,
una persona...).
.
Con complemento directo y suplemento:
- Tratar una enfermedad con un medicamento determinado.
- Tratar la madera con un producto determinado.
- Tratar algo o a alguien de determinada manera.
- Tratar a alguien de usted.
Después del ejercicio, se enseña a los alumnos que todos estos usos de tratar
aparecen recogidos en el Diccionario de uso del español, de María Moliner.
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Consideraciones finales
Concluiremos este trabajo con algunas consideraciones generales sobre el
aprendizaje de la gramática que han estado presentes en la elaboración y experi-
mentación en el aula de las secuencias de actividades que hemos presentado.
En primer lugar, la gramática no es una disciplina del currículo de la ESO. Pero
la reflexión gramatical forma parte de las actividades encaminadas al aprendizaje del
uso de la lengua. Fruto de la actividad metalingüística de los alumnos aparecerá la
adquisición progresiva de un metalenguaje que permita la comunicación en clase de
lengua cuando se habla de la lengua. La adquisición y el uso progresivo del metalen-
guaje tiene dos fuentes: por un lado, el uso que el profesor hace de los conceptos y
de los términos gramaticales cuando propone las actividades y las dirige; por otro, los
juegos de manipulación del lenguaje, en los que los alumnos tendrán que ir introdu-
ciendo progresivamente estos términos y deberán preceder siempre las actividades de
sistematización y conceptualización.
En segundo lugar, la gramática no enseña a hablar y a escribir. La gramática
describe o explica lo que los hablantes hacen. Pero el desarrollo de la competencia
metalingüística –es decir, la capacidad de tomar la lengua como objeto de observa-
ción y análisis– es necesario para llegar a ser un hablante reflexivo, eso es, capaz de
4. Si lo hubiera permitido el tiempo, la secuencia se habría cerrado con ejercicios de identificación y re-
paración de errores en relación con el uso de las preposiciones de los complementos regidos. Por eso nos
habría sido útil la comunicación de López Ferrero: «Didáctica de la gramática y competencia escrita:
características sintácticas del corpus 92», presentada en el IV Congreso Internacional de la SEDLL y
publicada en Didáctica de la lengua y la literatura para una sociedad plurilingüe del siglo XXI. También
habrían sido útiles ejercicios de usos dialectales de los pronombres personales átonos con función de com-
plemento directo e indirecto (uso indebido de le y la en castellano).
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Cuadro 7
decidir
1. Acordar una persona o entre varias cierta conducta: «Ha decidido marcharse. Han decidido
.
suspender las obras». Sentenciar o decir lo que hay que hacer en un caso de duda o contro-
.
versia: «El juez decidirá quién tiene razón». Hacer tomar un camino u otro a un asunto: «Tu
.
voto puede decidir la votación». Hacer que se realice, por fin, una cosa demorada por vaci-
lación u otra causa: «Las nuevas armas decidieron el fin de la guerra».
2. (Como transitivo con un suplemento con de, en, a [en] favor de o sobre: «Allí estaba el que
había de decidir de nuestras vidas. El gobierno no ha decidido todavía en esa cuestión. Era di-
fícil decidir en favor de una de ellas. Tenemos que decidir sobre cuál nos conviene».)
decidirse
(«a»). «Determinarse. Resolverse». Supone siempre una vacilación anterior o un examen previo de
la cuestión; puede emplearse sin complemento: «Si te decides, dímelo. Por fin se ha decidio a ope-
rarse. Nos hemos decidio en [a] a favor de la vuelta por avión».
elegir entre las distintas posibilidades que ofrece el código y capaz de entender y
aplicar las normas gramaticales.
En tercer lugar, los conocimientos gramaticales han de servir para saber con-
sultar –más allá del periodo escolar– diccionarios, gramáticas y manuales de gramá-
tica normativa, que a su vez serán instrumentos que permitirán que los usuarios
amplíen los conocimientos sobre la lengua que vayan necesitando.
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11
Artículo publicado en Articles de Didàctica de la Llengua i la Literatura, 25, pp. 19-30, julio 2001.
1. El origen de este artículo es una ponencia presentada en los II Cursos de Formación para el Profesora-
do de Enseñanza Secundaria, organizados por la UNED y el MEC, que se celebraron en Ávila en julio de
2000. En el marco de estos cursos, la ponencia intentaba cuestionar que el problema didáctico del análi-
sis sintáctico fuera el modelo de análisis elegido y del rigor con el que se realizase el análisis gramatical
escolar. El problema, como siempre, radica en los objetivos: qué capacidades se quieren desarrollar y cómo
pretende hacerse. Se me invitó a participar en los cursos cuando estaba preparando la redacción de «Tra-
bajamos la oración», que también se reproduce en este libro, coordinado por Anna Camps y Montserrat
Ferrer (octubre de 2000). Así que la redacción de los dos trabajos casi se hizo en paralelo, por lo que com-
parten ideas y materiales. Sin embargo, creo que, pese a lo que comparten, son trabajos completamente
diferentes en cuanto a su propósito y objetivo.
Me gustaría señalar, por otra parte, que en la redacción final de la ponencia en la que se basa este artí-
culo tuve en cuenta el trabajo de Anna Camps «Un marco para la interpretación de los procesos de ense-
ñanza y aprendizaje del lenguaje escrito», publicado en el número 15 de Lenguaje y textos. Las reflexiones
de la autora sobre la actividad metalingüística y sus tipos son las que me condujeron al esbozo de la ti-
pología de actividades que presento en este artículo.
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Descripción de actividades
Actividad 1
Distinguir los titulares que informan de que «alguien hace algo» de aquellos que
informan de que «algo pasa».
Actividad 2
Relacionar los siguientes titulares con los esquemas sintácticos que tienen de-
bajo:
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a) b)
SN SN
N SPrep DET SN
N SPrep
c)
SN
DET SN
SN SPrep
N SPrep
d)
SN
DET SN
SN SN
N SPrep
Las alumnas y los alumnos tienen que analizar los enunciados para que se co-
rrespondan con los esquemas sintácticos que se les proporcionan. La comprensión de
los esquemas (terminología y código de la representación gráfica) es una parte im-
portante de la actividad. La actividad metalingüística requiere verbalizarse en un me-
talenguaje gramatical.
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Actividad 3
Leed las definiciones de las palabras decidir y decidirse y completad el texto de
debajo.
Decidir
. Acordar una persona o entre varias cierta conducta: “Ha decidido marcharse. Han decidido
suspender las obras”. ·Sentenciar o decir lo que hay que hacer en caso de duda o controversia:
“El juez decidirá quién tiene razón”. · Hacer que un asunto tome un camino u otro: “Tu voto
puede decidir la votación”. ·Hacer que se lleve a cabo, al fin, algo que se ha demorado por va-
cilación u otra causa: “Las nuevas armas decidieron el fin de la guerra”.
. Como intransitivo con un complemento con «de, en, a [en] favor de» o «sobre»: “Allí estaba el
que había de decidir de nuestras vidas. El gobierno no ha decidido todavía en esa cuestión. Era
difícil decidir en favor de una de ellas. Tenemos que decidir sobre cuál nos conviene”.)
(«a»). «Determinarse. Resolverse». Supone siempre una vacilación anterior o un examen previo de
la cuestión; puede emplearse sin complemento: “Si te decides, dímelo. Por fin se ha decidido a
operarse. Nos hemos decidido en [a] favor de la vuelta en avión”.
María Moliner: Diccionario de uso del español (texto adaptado).
Actividad 4
Explicad qué forma suelen tener los titulares de los artículos de crítica de es-
pectáculos teniendo en cuenta la de los siguientes:
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Actividad 5
Ampliad el enunciado «Seis cuadros de Joan Miró fueron robados por unos des-
conocidos» incluyendo la siguiente información:
Actividad 6
Con los verbos de esta lista, formad sucesivamente oraciones sin complemento,
con un complemento y con dos complementos:
VERBOS
nacer ignorar acordarse ofrecer examinar
relucir pedir desconfiar prometer redactar
triunfar carecer palidecer encender dedicarse
prohibir ordenar depender construir bucear
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SUJETO PREDICADO
verbo
SUJETO PREDICADO
VERBO COMPLEMENTO
SUJETO PREDICADO
Esta actividad tiene una cierta complejidad. Se pretende que el alumno active
algunos conocimientos implícitos y proporcione un material lingüístico que poste-
riormente pueda analizarse para obtener determinadas reglas gramaticales. La acti-
vación de los conocimientos implícitos se produce con la ayuda de una lista de verbos
seleccionados de acuerdo con las características sintácticas siguientes:
1. Verbos monovalentes: nacer, relucir, triunfar, palidecer, bucear.
2. Verbos bivalentes: ignorar, examinar, redactar, encender, construir, carecer,
desconfiar, dedicarse, depender.
3. Verbos trivalentes: ofrecer, prometer, pedir, prohibir, ordenar.
Las alumnas y los alumnos forman los enunciados con la ayuda de los esque-
mas sintácticos que se proporcionan en la actividad. De esta manera, los enunciados
producidos se analizan a la vez de acuerdo con estos esquemas.
La presencia de los esquemas introduce el metalenguaje imprescindible para so-
meter los enunciados que los alumnos producen en un primer análisis. Pero observad
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que son innecesarios, por el momento, términos como, por ejemplo, complemento di-
recto, complemento indirecto o suplemento.
Actividad 7
Los niños entraron en una sala de cristal. La sala tenía adosadas dos alcobas semicirculares. En
una de las alcobas había una cocina grandísima. En la cocina borboteaban diversas ollas y cace-
rolas. Sobre las ollas y cacerolas había colgadas unas cosas que parecían chorizos y jamones.
G. Durrell: El paquete parlante (texto adaptado)
1. Identificar las repeticiones que sirven para enlazar los enunciados sucesivos.
2. Sustituir las palabras repetidas por otras que eviten la repetición. Intentar explicar en qué ha
consistido la sustitución.
3. Suprimir algunos puntos y comprobar qué palabras hay que usar ahora para sustituir las pa-
labras repetidas. Explicar la función sintáctica de estas palabras.
Tipos de actividades2
Las actividades que se han descrito se pueden considerar ejemplos de tipos de
actividades cuyas características se muestran en los cuadros 1 y 2.
En el cuadro 1 se definen los tipos de actividades teniendo en cuenta dos fac-
tores: la operación que apoya la actividad (análisis o producción) y la manera de ver-
balizar la actividad metalingüística (lenguaje cotidiano o metalenguaje gramatical).
Pero, además de estas características, las actividades pueden tener un carácter
deductivo (del concepto al dato, de la regla a su realización concreta, del esquema
abstracto al enunciado concreto) o inductivo (del dato al concepto, de los datos a los
esquemas). La clasificación según este componente se muestra en el cuadro 2.
En resumen, al seleccionar los procedimientos para elaborar conocimientos sistemá-
ticos sobre la lengua, hará falta tener en cuenta la diversidad de posibilidades que ofrecen:
. Observación/producción, según el nivel de control que se necesite tener
sobre el material lingüístico que se someterá a examen.
2. En el capítulo 2 «La cohesión textual en la enseñanza de la lengua», se encontrarán ejemplos muy in-
teresantes de los tipos de actividades que aquí se describen, con el interés añadido de que las actividades
presentadas en este capítulo se sitúan sempre en un marco textual.
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metalingüísticos
DEDUCCIÓN
. Analizar, comparar, clasificar . Generar enunciados aplicando re-
enunciados a partir de conceptos glas gramaticales implícitas (activi-
y reglas previos (actividad 2). dad 5).
INDUCCIÓN
. Examinar, comparar, clasificar . Manipular enunciados y extraer
enunciados e inferir regularidades conclusiones (actividad 7).
sintácticas (actividad 4).
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COMPLEMENTOS NECESARIOS
La secuencia de actividades
Las actividades que se han descrito en el primer apartado, y que han servido
para generalizar tipos o clases de actividades gramaticales en el segundo apartado,
toman sentido como instrumentos para el aprendizaje si se articulan incluidas en una
secuencia de trabajo. Es en la secuencia donde se interrelacionan los diversos tipos
de actividad metalingüística. Examinaremos un ejemplo de secuencia, centrada en el
estudio de los complementos verbales, donde intervienen algunas de las actividades
que hemos analizado:
1. Componer enunciados a partir de un conjunto de verbos seleccionados
según determinadas características sintácticas (verbos monovalentes, biva-
lentes y trivalentes) y con la ayuda de esquemas sintácticos que se propor-
cionan en las instrucciones de la actividad (véase la actividad 6 del apartado
«Descripción de actividades» de este artículo).
2. Analizar las oraciones formadas por los alumnos en la actividad anterior
(utilizando el cuadro 3). El análisis obliga a diferenciar la función del se-
gundo argumento requerido por los verbos bivalentes –o complemento di-
recto y suplemento– y a distinguir entre complemento directo e indirecto
con los verbos trivalentes.
3. Redactar un texto que sistematice las observaciones realizadas en 1 y 2 y
que obligue a usar el metalenguaje requerido. La pauta para el texto es la
que se reproduce a continuación.
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El verbo tratar siempre necesita llevar complemento, pero éste puede ser de diferentes clases.
Unas veces necesita.................................................., como en.................................................... Otras, requie-
re........................................................ como en.......................................................... Finalmente, a veces este
verbo se usa con dos complementos: uno, el complemento directo, como
en............................................; y otro, ............................................., como en.......................................
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Conclusiones
La primera conclusión consiste en que podemos recurrir a una gran variedad de
procedimientos para guiar a los alumnos en la elaboración de conceptos sistemáticos
sobre la lengua. Esta variedad de recursos responde a la diversidad de operaciones
que intervienen en la conceptualización: observar, contrastar, analizar, manipular,
sistematizar, verbalizar...
La variedad de recursos responde, asimismo, a la diversidad de la actividad me-
talingüística que los alumnos realizan en situaciones de aprendizaje:
. Sin que sea necesario acompañar la actividad del discurso metalingüístico,
por ejemplo, en actividades de manipulación de las formas verbales (susti-
tución, ampliación, reformulación, etc.) o de aplicación de reglas grama-
ticales implícitas.
. Acompañada de discurso metalingüístico, pero sin recurrir a una terminología
gramatical, es decir, utilizando el lenguaje común.
. Verbalizada en lenguaje gramatical, lo cual implica la capacidad de utilizar
un lenguaje científico aplicado a conceptos sistematizados.
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Introducción1
En este capítulo presentamos una secuencia didáctica de gramática (SDG) que
se ha realizado en segundo y tercero de ESO sobre un aspecto gramatical muy
tratado en las clases de lengua: la complementación verbal. Los alumnos debían
hacer varias actividades sobre los verbos y sus complementos que respondían a in-
tenciones diversas y se concretaban en demandas también diversas según si eran
actividades previas, de evaluación inicial, de clasificación, de descripción, etc. Asi-
mismo, como veremos, algunas de estas actividades eran orales y otras eran escritas,
y podían resolverse de forma individual y por parejas como de forma colectiva –en
pequeño y gran grupo– (véase el cuadro 1).
Esta SDG partía de la idea de que la manipulación de datos lingüísticos por
parte del alumno y la verbalización de procedimientos y conceptos pueden ayudar a
1. Esta experiencia se realizó durante una parte del último trimestre de los cursos académicos 2002-2003
y 2003-2004 en el centro Escaladei de Cerdanyola del Vallès. Ganó el I Premio Francesc Xavier Gil i Que-
sada d’Innovació Educativa (junio de 2004) del ICE de la UB. El autor manifiesta la deuda que contrajo
con el Grup de Recerca sobre Ensenyament i Aprenentatge de Llengües (GREAL) del Departamento de
Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad Autónoma de Barcelona, y especialmente con
Anna Camps.
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Cuadro 1
ACTIVIDADES
Preparatoria. Actividad previa: por parejas y en pe- «La gráfica: actividad previa de clasi-
queño y gran grupo; oral y escrita. ficación».
regular el proceso de aprendizaje (Camps, 2000), y que esta regulación además puede
facilitarse con la noción de subcategorización verbal y con el gráfico que se utilizó
basado en la presencia o no de determinados complementos [±CD ±CI].
La subcategorización verbal
La noción de «complemento verbal» está impregnada de una pauta de trabajo
muy marcada en nuestra gramática escolar: el complemento verbal es una entidad
que se ha de «descubrir» e «identificar» con una serie de «pruebas», ya sean de tipo
nocional o formal. Este marco procedimental es básicamente transmisor y presenta
la gramática como un modelo de relaciones lógico, acabado, total y ajeno al alumno
(Hernanz, 1997, p. 40) y en el que no cabe el juicio de gramaticalidad. Además, se ha
reducido mucho el margen que se deja a los alumnos para pensar «qué es realmen-
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El corazón está compuesto por dos elementos: el núcleo («que en una lengua
como el catalán y de forma general consiste en un verbo flexionado... para que la
oración pueda cumplir lo que seguramente es la función primordial del lenguaje:
la función predicativa») y sus argumentos o valencias:
Cada núcleo selecciona cuántos argumentos, y de qué clase, tiene una construcción. En
principio, los verbos pueden ser 0-valentes (Llueve), monovalentes (Pedro duerme, Han
venido tres chicas), bivalentes (Los niños comen patatas fritas, Los políticos iban a Ma-
drid) y trivalentes (Juan ha escrito una carta a María).
Dicho de otra forma, a partir del verbo se determinan unas funciones argu-
mentales y sintácticas que Brucart (2000, p. 198) distingue mediante una metáfora:
La predicación es como una obra de teatro en la que se reparten papeles para los per-
sonajes que participan en ella. Quien determina el número de personajes y el papel que
representarán en la obra es el predicado. Naturalmente, no puede haber ningún perso-
naje que no tenga papel (es decir, todo argumento ha de tener un predicado que lo se-
leccione y que le asigne una función argumental).
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Los tres procedimientos son el uso de las preposiciones (la a puede marcar el
caso dativo), la concordancia con el verbo (identifica el caso nominativo) y el orden
de las palabras (en casos de posible confusión entre sujeto y complemento directo).
Respecto al caso morfológico en concreto, como señala Bel (2002, 2.1.1), en una len-
gua como el catalán sí que se manifiesta en algunos elementos léxicos como son los
pronombres: es la función sintáctica la que explica los contrastes el/li/ell.
La subcategorización determinaría, pues, la red argumental del verbo, que po-
dría actualizarse con un alcance diferente según diversas cuestiones (como por ejemplo
la intención del hablante): Escribe el libro respondería al perfil V (argumento 1) y
Escribe la carta a María, al perfil V (argumento 1 + argumento 2).2 El caso, en cam-
bio, equivaldría a la actualización de estos argumentos en la estructura oracional: «el
libro» y «la carta» (con el papel de tema) tendrían el caso acusativo (tal y como indica
que se puedan sustituir respectivamente por el o la, clíticos con caso acusativo inhe-
rente), y a «María» (con el papel de meta) recibiría el caso dativo («le escribe la carta»).
No siempre un argumento que recibe el papel de tema tiene asignado caso acusativo,
y de hecho el mismo verbo puede tener en lenguas diversas una configuración semán-
tica idéntica pero un comportamiento diferente respecto a la asignación de caso.3
Siguiendo estos planteamientos, creemos que una gramática pedagógica podría
explorar la noción de subcategorización, que incluiría y diferenciaría la dimensión
semántica (papeles temáticos, argumentos) y la asignación de caso («una marca que
permite asociar cada SN con su papel temático» [Brucart 2000, p. 206]). En este sen-
2. Existen unos verbos, denominados bivalentes, que admiten un uso transitivo y un uso intransitivo
(beber, escribir, bailar, etc.): algunos autores los consideran inherentemente transitivos con el comple-
mento susceptible de ser eliminado, pero siempre presente en la estructura profunda, y otros autores
los consideran intransitivos con posibilidad de llevar complemento. Las dos opciones comportan pro-
blemas (Ramos, 1992, p. 86 y ss.).
3. Observemos, por ejemplo, el comportamiento diverso de los verbos gustar y to like. Partiendo de estos
verbos, obtenemos un par mínimo interesante que puede ayudarnos a diferenciar el papel temático de la
asignación de caso:
(a) le gusto (yo)
(b) he likes me
Las frases de (a-b) son sinónimas, y coinciden en un mismo patrón temático: [EXPERIMENTADOR] verbo
[TEMA], si bien al recibir el caso cada lengua se comporta de una manera diferente:
(a') le [dativo] gusto (yo [nominativo])
(b') he [nominativo] likes me [acusativo]
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tido, se podría trabajar la subcategorización como exigencia semántica del verbo uti-
lizando (y racionalizando) los instrumentos terminológicos que ya conocen los alum-
nos (CD, CI, CR...) y que ya tienen tradición en la escuela.4
El gráfico [± CD ± CI]
Diversos autores señalan la confusión que existe en la enseñanza de la gramá-
tica, mucho más frecuente de lo que quisiéramos, entre procedimientos (subrayados,
paréntesis, bandejas, árboles «rectos», árboles «invertidos»; preguntas y respuestas;
distribución complementaria) y objetivos (reflexionar sobre fenómenos diversos: la
relación jerárquica y no lineal de los elementos; la existencia de grupos de palabras
muy cohesionados; la posibilidad de que unos elementos y no otros puedan inter-
cambiarse entre ellos [Cuenca, 1992]).
Si conseguimos redimensionar este panorama estaremos en condiciones de
volver a ver la utilidad de cada instrumento. En la SDG que describiremos se ha adop-
tado un gráfico que pretende clasificar los verbos según sus complementos en frases
concretas. El objetivo último, en realidad, no es tanto la clasificación por sí misma como
la reflexión sobre el hecho de que el verbo puede seleccionar obligatoriamente el
complemento, puede admitirlo o puede rechazarlo. Para evitar la introducción de
nuevos términos, se trabaja la noción de subcategorización a través de la terminolo-
gía escolar tradicional, que se basa en las funciones gramaticales. Este instrumento
pretende ayudar a visualizar el comportamiento semántico que puede tener un verbo
con relación a los complementos que lo acompañan, además de ayudar a los alum-
nos a tener una visión global de la complementación verbal.
El cuadro 2 parte de los dos complementos típicamente ligados a los verbos
transitivos y ditransitivos: el CD y el CI. La gráfica tomará estos dos complementos como
variables, generando cuatro cuadrantes.
Cuadro 2
+ CD
- CI + CI
- CD
4. Existen varios manuales escolares que han adaptado la idea de papeles temáticos: Brucart (2000, p. 224,
nota 51) cita el ejemplo de Pascual y otros (1996), donde se presentan los más importantes. En nuestra
secuencia no entramos explícitamente a definir qué o cuáles son los diversos papeles temáticos, ni nos
referimos a este término.
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5. Véase la nota 3.
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Observemos que nos estamos refiriendo a la red argumental del verbo, pero sin
mencionar los papeles temáticos ni discutiendo cuáles de estos usos son más propios
del verbo; nos limitamos a señalar el número de argumentos que se actualizan en
cada caso, según el potencial de significado del verbo, determinando varios entornos
sintácticos. Como hemos dicho, no abordamos el estudio de la complementación
como una simple acción de «identificar» o «detectar», aislada del verbo: al contrario,
y en esto coincidimos con Zayas (2000), se presenta el complemento estrechamente
vinculado al verbo. Por otra parte, estamos vinculando la noción de complemento a
la de contexto oracional concreto, y esto quiere decir que, en nuestro gráfico, la cla-
sificación de los usos verbales de «escribir» en (1-4) ha de acompañarse de una referen-
cia a la oración donde aparece el uso descrito (el número entre paréntesis se refiere
a la oración-contexto).
Naturalmente, el caso de (1) no sería un caso prototípico de este cuadrante,
donde colocaríamos verbos transitivos de tipo estativo como ver, tener o temer (Ros-
selló, 2002, p. 1.899). Lo mismo se puede decir del caso (4), donde el CD queda sobre-
entendido: verbos más propios de este cuadrante serían los psicológicos de la clase C,
como gustar, y algunos usos de los de la clase B, como molestar (en sentido estativo
y no causativo) caracterizados por ir precedidos de CI y tener el sujeto pospuesto (Ros-
selló, 2002, pp. 1.921 y ss.).
Cada cuadrante del cuadro 3, pues, presenta una casuística con un potencial
que una SDG basada en los términos que estamos presentando puede explorar y pro-
fundizar en mayor o menor medida, en función de los objetivos y necesidades que se
planteen. Tomemos, por ejemplo, los cuadrantes superior derecho e inferior izquier-
do. Respecto al primero, [+ CD + CI], observamos las siguientes frases:
Cuadro 3
+ CD
- CI + CI
- CD
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Desde el punto de vista formal, está claro que en los cuatro casos estamos ante
unas construcciones ditransitivas, con un SP «a María» que puede pronominalizarse
con el pronombre de dativo le. Para el lingüista, sólo en el caso (2) estamos ante un
CI, con un sentido prototípico de «meta»: los demás casos de dativo son, respectiva-
mente, benefactivo (el cuadro era para María), posesivo (el bolso era de María) y ético
(si Pedro es el alumno y María, la profesora). Pero para la gramática escolar, esta dis-
tinción terminológica entre le dativo-CI y le dativo- «otros valores» no conviene, por-
que el alumno sabe que el CI se relaciona con el clítico le. Nuestra tarea, aquí,
consiste en evidenciar, sin cambios ni modificaciones terminológicas, el sentido di-
verso de cada dativo, denominándolos a todos CI (Oliva, 1989).
Respecto al segundo cuadrante, [- CD - CI], observamos las siguientes frases, en
las cuales ningún verbo va acompañado de CD ni de CI:
7. Por lo que se refiere a la idea de transitividad como valor gradual, véase Vilà (1990, 37) y la nota 3.
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Las mismas palabras ubicadas en las frases de (11) y (12) excepto el argumen-
to-sujeto producen unos resultados de gramaticalidad diferentes: (12b) y (12c) son
en principio agramaticales y sólo se podrían utilizar en un contexto de fantasía,
puesto que el verbo «escribir» exige un argumento externo agente y humano. En
cambio, en (11) no parece que el verbo establezca ninguna restricción: es evidente que
las tres entidades, «Pedro», «el perro» y «el coche» son susceptibles de ser «pequeños».
Observamos ahora (13)-(15), donde «pequeño» es sustituido respectivamente por
«inteligente», «listo» y «escritor»:
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Cuadro 4
Diario de aprendizaje
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Preguntas
Ésta fue la primera actividad de la Fase 1. Por parejas, se tenía que responder
brevemente a diversas preguntas sobre cuatro complementos (CD, CI, CA, CP) y tres
tipos de verbos (transitivos usados en sentido absoluto como «escribir», intransitivos
puros como «nacer» y psicológicos del tipo «gustar»). En total, siete preguntas. El ob-
jetivo consistía en activar el conocimiento, quizá disperso o intuitivo, que tenían los
alumnos sobre estas cuestiones, y aportar una primera base de material para que
fuera objeto de análisis y reflexión sobre conocimientos previos del grupo-clase.
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Se dio una pregunta por página, de forma que toda la clase fue contestan-
do cada cuestión a la vez. Había catorce parejas que tenían que ir contestando
a las siete preguntas. Como veremos en la actividad que se incluye más abajo, la
clase se organizó en siete grupos, cada uno encargado de hacer el vaciado de una
de las siete preguntas. Los complementos aparecían subrayados, porque no se pre-
tendía que el alumno «localizara» un complemento sino que «justificara» por qué
lo era; los verbos se presentaron como pares mínimos en los que se tenía que jus-
tificar por qué un miembro del par era incorrecto o cuáles eran los diversos sig-
nificados que tomaba el verbo. Con relación a los complementos, se formuló la
siguiente pregunta: «En las frases siguientes se ha subrayado el ……………….....
¿Cómo demostrarías que se trata del ..............? ». Respecto a los verbos, se propu-
sieron frases imposibles para que los alumnos intentasen encontrar una explica-
ción a esta imposibilidad.
¿Se esperaba que se contestaran correctamente a estas preguntas? No. Pero los
alumnos ya habían trabajado los cuatro complementos, y respecto a los verbos podía-
mos pensar que disponían de un cierto bagaje que les permitiría razonar las cuestio-
nes planteadas, aunque fuera a un nivel intuitivo. Tanto en las preguntas referidas a
complementos como las referidas a verbos, las respuestas fueron bastante pobres, si
bien en general contenían algún acierto parcial.
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vaya totalmente desencaminada: esto quiere decir que entre toda la clase se tiene un
conocimiento bastante bueno sobre lo que es, por ejemplo, un CD, si bien es un co-
nocimiento disperso y mejorable». La tarea de cada uno de los siete grupos sería la
de reunir este conocimiento disperso y sistematizarlo con unos gráficos de barras en
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los que las respuestas correctas serían de color verde, las irrelevantes de color negro
y las incorrectas de color rojo. Se trataba de actuar de forma cooperativa alejada del
espíritu evaluador convencional (en las páginas de respuestas que analizaba cada
grupo ni siquiera figuraba el nombre de las parejas que habían formulado las distin-
tas respuestas). Respecto al documento «Lo que todos debemos saber sobre...» se pre-
tendía que, después de un primer momento de diagnóstico, cada grupo elaborara un
material de aprendizaje para sus compañeros.
Esta tarea ocupó tres sesiones en las que los grupos tuvieron que cambiar de
aula; repasaron, recogieron, contaron y anotaron las diversas respuestas; prepararon
unos gráficos de barras; discutieron sobre qué color debería utilizarse para cada res-
puesta; consultaron material diverso y preguntaron al profesor; dibujaron y pintaron;
escribieron un comentario de los resultados; listaron los puntos que todo el mundo
debía de haber aprendido; y prepararon una cartulina con los dos documentos para
poder exponerlos oralmente en la siguiente actividad.
La mayoría de los alumnos dijeron que esta actividad era muy entretenida por-
que trabajaban en grupo, discutiendo y preguntando las dudas que les iban surgien-
do, y porque les gustaba ir a una aula más espaciosa o estar separados en dos aulas,
pintar y hacer recuento, o cortar y pegar.
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nentes estarían repartidos alrededor del patio como si fueran bases de béisbol, y el
público iría pasando de base en base para escuchar la explicación. Esto quería decir
que los ponentes debían hacer la misma explicación breve seis veces, y el público
había de pasar por las seis bases o grupos diferentes hasta completar toda la vuelta.
Este formato de exposiciones simultáneas funcionó muy bien; en las opiniones
del informe final se puede apreciar que fue una actividad muy celebrada por casi
todos. Bajar al patio, actuar autónomamente moviéndose de grupo en grupo o que-
dándose en una base esperando al siguiente grupo de público, explicar y preguntar
si se había entendido, repartir las fotocopias de los resultados o llenar la ficha de eva-
luación, le dio a la exposición un carácter ágil y dinámico. En general, las explicacio-
nes contenían algunos errores (delante de los cuales el profesor no intervenía) o tenían
lagunas que pocas veces (con alguna excepción) el público detectaba o quería aclarar.
Si bien algunos grupos (quizá porque ya estaban familiarizados con el ítem que les
había tocado, como por ejemplo el CD o el CA) podían explicarlo con cierta seguridad,
otros grupos (de ítems más difíciles, como por ejemplo el CP o los verbos psicológicos
como gustar) omitían aspectos difíciles (como la pronominalización o el lugar que
ocupa el CI) o se limitaban a decir que era de aquella manera porque el profesor lo
había dicho.
Hoja 2
9) ¿En el ecologismo? Yo creo mucho en él.
10) El día 11 de septiembre lo vi en directo, el atentado contra las torres.
14) Escribe desde hace años.
16) A Juan, en una pelea, le rompieron la mano.
17) Le repugnan los ejercicios de gramática.
18) Este verano ha crecido mucho.
19) Aquel hombre... ¡¿médico?! No lo parece.
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Cuadro 6
+ CD
Transitivos Ditransitivos
ver (10) romper (16)
- CI + CI
- CD
La postal gramatical
Llegados a este punto, los alumnos habían realizado una serie de actividades
previas sobre los complementos, se habían especializado en unos ítems concretos y
habían resuelto la clasificación de los verbos de determinadas oraciones, siguiendo
siempre un procedimiento de trabajo por parejas y en pequeño y gran grupo. La se-
cuencia proponía ahora detenerse para redactar un documento que mostrase de
forma sintética todo aquello que se había de retener. Este documento debía ser
de medidas reducidas, un tipo de tarjeta con un formato parecido a las minigramá-
ticas de esperanto que se plastificaría y que sería una herramienta de fácil consulta
en el futuro. Colectivamente, se fue rellenando una tabla con diversa información que
se convertiría (después de ponerla en limpio a ordenador) en una de las caras de la
postal gramatical. En la otra cara habría una selección representativa de verbos tra-
bajados ya clasificados y un pequeño recuadro con una explicación sobre este ins-
trumento. Véase un ejemplo en la página siguiente.
Los alumnos prepararon este documento con bastante interés. Cabe decir que
muchos alumnos olvidaron información necesaria (pronombres o ejemplos) y se les
invitó a ser más cuidadosos cuando se devolvieron las postales corregidas.
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Alumno A:…………………………………………………
. ¿Qué crees que se tiene que haber aprendido de …
- … la tabla en forma de cruz?
- … el CD?
-…
Alumno B (evaluador): ………………………………
Lee las respuestas de tu compañero y di si estás de acuerdo.
. ¿Sabes qué significa…
- … la tabla en forma de cruz?
- … el CD?
-…
. Comentarios y actividades que le propondrías para mejorar.
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Informe final
Con esta actividad de redacción finalizó un trabajo que había insistido sobre
todo en la formulación oral. Así como la postal gramatical constituía una recupera-
ción y sistematización de las nociones más relevantes, el informe debía ser un gran
resumen que recogiera lo que habían hecho los alumnos durante toda la secuencia.
Asimismo, era necesario expresar abiertamente lo que pensaban sobre el trabajo rea-
lizado y que dieran una explicación teórica de lo que se había estudiado. El informe
se dividió en tres grandes apartados: el de opinión, el de compendio de los documen-
tos empleados y elaborados y el de explicación. Sin duda, el más difícil fue este últi-
mo, entre otras cosas porque los alumnos no están acostumbrados a escribir sobre
gramática. La orden fue muy abierta y, en general, las explicaciones fueron muy su-
perficiales: algunas explicaciones no pasaron de referirse de forma general a los cua-
tro valores combinados del gráfico empleado, y la cronología no fue demasiado
exhaustiva, con algunos olvidos o cambios de orden. Aun así, fue una actividad muy
valiosa porque puso a los alumnos, como hemos dicho, en una situación bastante
nueva: escribir sobre gramática.
Observación final
Algunos alumnos opinaron que habían aprendido mucho (independientemente
de la nota de la prueba escrita) y, en general, tuvieron una percepción bastante po-
sitiva de las actividades realizadas, principalmente porque habían sido diversas y tra-
bajadas de manera interactiva, contraponiéndose a la manera «tradicional», al seguir
las consignas del libro y del profesor. Otros alumnos opinaron que la gráfica les había
ayudado a elaborar una visión más global de la complementación verbal y que ha-
blar de la resolución de problemas, y hacerlo de forma colectiva, les ayudó a aclarar
ideas (aunque fueran muy básicas y se expresasen con un metalenguaje impreciso).
Finalmente, hubo alumnos que dijeron que hablar les provocaba más dudas que cer-
tezas, pero esto también puede verse como señal de aprendizaje.
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La enseñanza de la gramática:
pensar la oración*
Marta Milian
Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura
Universidad Autónoma de Barcelona
Artículo publicado en Textos de Didáctica de la Lengua y de la Literatura, 37, pp. 36-51, julio 2004.
(*) El contenido de este artículo se inscribe en el proyecto de investigación «El razonamiento metalin-
güístico de los escolares» (DGI BSO-2001-1911), coordinado por Anna Camps.
1. Las citas de originales no escritos en castellano son traducción de la autora del artículo.
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1998; Hernanz, 1997; Zayas, 1993a, 1994)2. Pero en pocas ocasiones se ha investiga-
do sobre los procedimientos y los resultados de la enseñanza de la gramática, ni sobre
cómo se construye el saber gramatical de los hablantes a partir del saber personal
que aportan a las situaciones de enseñanza y aprendizaje. De las investigaciones
realizadas sobre los conocimientos gramaticales de los alumnos podemos apuntar lo
siguiente (Camps, 2000):
. Los conocimientos gramaticales de los alumnos constituyen un conglome-
rado de elementos distintos: saberes «escolares» memorizados, saberes per-
sonales fruto de la reflexión, saberes intuitivos, saberes bien de orden
formal, bien de orden lógico-semántico.
. Los procedimientos elaborados para la construcción y la operatividad de
estos saberes no son estables ni generalizables, y a menudo tienen un campo
de aplicación limitado. Se constatan las dificultades para recuperarlos en si-
tuaciones distintas de aquellas en las que los alumnos los han aprendido;
también se constatan las dificultades para consolidarlos a lo largo de una
etapa educativa.
. Los conceptos gramaticales que los alumnos aprenden pasan por el filtro de
procedimientos personales. Dichos procedimientos —de identificación, por
ejemplo— pueden ser muy diversos. Se pueden basar en justificaciones refe-
ridas a la forma, al significado, al lugar que ocupa una palabra en el texto
o en la frase, a la relación con la enunciación, a la relación con paradigmas
memorizados.
2. No es objeto de este artículo tratar de los procesos de transposición didáctica de las diversas teorías
lingüísticas en el ámbito de la enseñanza de la gramática. Para profundizar en esta línea, véase Camps y
Ferrer (2000), Camps (2003c) y González Nieto (2001).
3. En relación con los usos del lenguaje escrito, los primeros estudios sobre las operaciones de revisión de
Bartlett (1982) y de Scardamalia y Bereiter (1987), citados en Camps (1994a), ponen de manifiesto la ne-
cesidad de distanciarse del texto y observarlo para llevar a cabo las operaciones de detectar, diagnosticar
y corregir. Los conocimientos gramaticales necesarios para cada una de estas operaciones son de natura-
leza distinta.
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47. A2 bueno\ qué hacemos al final/ la damos como una «frase» entera/ «compuesta»/ o por se-
parado/
48. A3 (muy bajito)XXX
49. A1 claro\ pero yo\ lo que puedo decir es que tenemos una duda-
50. A2 nosotros ninguno XXX\ sabes a lo que me refiero/ o sea es difícil\ pero es que-
51. A3 yo lo—yo lo—
52. A2 yo la haría «compuesta»\
53. A1 cuando nos— cuando nos—
54. A3 yo la dejaría así\
55. A1 cuando trabajamos— cuando trabajamos en una «oración» que tenía XXX y acaba en un
punto\ al final decíamos que todo era una «oración» porque la definición de «oración» es un con-
junto—
56. A3 bueno pero era con «significado propio» y tal\ (...)
57. A1 pero claro\ esto si lo cortas tiene «significado propio»\ (...) yo diría que esto es una «ora-
ción» pero que está «compuesta» y que se puede dividir en dos «oraciones»\
58. A2 pero- (...) no deja de ser una «oración compuesta» porque una «oración» puede tener dos—
dos— verbos\ yo creo que es «compuesta»\ e:/ yo la haría toda una «oración»\
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El concepto de «oración»6
Contrariamente a lo que podríamos creer a juzgar por su importancia en las
teorías gramaticales y en su transposición a la enseñanza de la lengua, la noción de
oración tiene una antigüedad relativa. Séguin (1993)7 sitúa su aparición a principios
del siglo XVIII y su propagación decisiva a lo largo del siglo XIX, a causa de la voluntad de
racionalizar la actividad discursiva, junto con el interés por la generalización de la
enseñanza del lenguaje escrito. En un momento inmediatamente anterior en el tiem-
po, aunque especialmente fructífero en relación con el nacimiento de la reflexión lin-
güística del siglo XX, es importante notar que la oración tiene un papel reducido en
la gramática de Port-Royal, que basa su estudio en las partes del discurso. También es
relevante su ausencia en los estudios de lógica y retórica de esta misma época, basa-
dos asimismo en el orden de las palabras en el seno de la proposición, compuesta de
sujeto y predicado. Se produce, pues, una primera confrontación entre la noción de pro-
posición y la noción de frase8, unidad que se analiza en términos de rección
sintáctica y de los elementos que la constituyen. Hernanz y Brucart (1987, p. 49) se-
ñalan la aparición de la oración como unidad gramatical abstracta a partir de los
planteamientos de la gramática generativa, que sitúa el concepto de oración como
el «símbolo inicial del sistema de reglas de que consta la gramática [con un] status
teórico semejante al de un axioma», formulado como una hipótesis que permite pre-
decir los enunciados «potenciales» de una lengua. A finales del siglo XX esta concep-
ción de oración se pone en cuestión, junto con la evidencia de la insuficiencia de la
5. Se plantea aquí otra cuestión que únicamente apuntamos como línea de actuación posible, puesto que
trasciende el marco de la enseñanza de la gramática y el marco de este artículo. Nos referimos a los pro-
cedimientos de extensión de esta concepción sobre la elaboración y la apropiación de saber en contextos
educativos a partir de los tres ejes citados: el entorno o la situación de aprendizaje y la representación
que de ella tienen los participantes, la mediación para la construcción de conocimiento y los procesos de
interiorización. Justificar esta posición con palabras, con teorías, con demostraciones basadas en experi-
mentaciones reales, no es suficiente; es preciso hacerla operatoria, convertir el teorema en acto, vivirlo
en forma de experiencia en el acto de enseñar y en el acto de aprender, e interiorizarlo como procedi-
miento de actuación (Vergnaud, 1996).
6. Utilizamos el término «oración» para designar la unidad abstracta y teórica de base que se toma como
punto de partida de la descripción gramatical en los contenidos de enseñanza de la gramática.
7. Citado por Béguelin (2000).
8. El término «frase» aparece en el Renacimiento con un sentido léxico, y se mantiene este significado en
vocablos como «paráfrasis» o «fraseología». En las gramáticas escolares este término es a menudo utiliza-
do como sinónimo de «oración» tal como la hemos definido en este artículo. Por otra parte, en las
gramáticas escolares el término «frase» puede recubrir otros elementos, distintos de oración y con una
variación amplia (Hernanz y Brucart, 1987).
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lingüística oracional para tratar de los fenómenos de discurso, sobre todo los rela-
cionados con la cohesión textual.
A lo largo de su periplo en la evolución de las teorías gramaticales, el concep-
to de oración ha sido definido a partir de criterios diferentes. En el cuadro 1 aparecen
sintetizados (Béguelin, 2000).
La observación de los tipos de criterios nos puede dar la medida de la dificul-
tad de definir el concepto de una manera operativa, sobre todo si consideramos que
esta definición corresponde a una noción abstracta, que únicamente conviene a las
llamadas oraciones tipo u oraciones canónicas, una idea de oración que no se co-
rresponde necesariamente con las oraciones que aparecen en el discurso y que res-
ponden a la práctica cotidiana de los hablantes. Esta dualidad representa una
dificultad añadida a la enseñanza de la gramática, que intenta resolverla con la di-
ferenciación entre oración y enunciado. Estos dos conceptos, sin embargo, no siem-
pre se han delimitado de manera clara, y han suscitado una polémica irreconciliable
entre los defensores del criterio nocional o semántico y los defensores del criterio
sintáctico para definir la oración. Es evidente que el criterio nocional, basado en la
idea del «sentido completo», acerca la noción de oración a la de enunciado y tiende
a borrar los límites marcados por la existencia de un verbo flexionado, como apun-
tan Hernanz y Brucart (1987) a partir de los ejemplos, entre otros:
En efecto, vemos que tanto el primer ejemplo como el segundo tienen sentido
completo, aunque el segundo carece de verbo. Se han apuntado numerosas explica-
Cuadro 1
. Semántico:
– Semántico lógico. – Sujeto y predicado. – «Sentido completo».
– Psicológico. – Modus y dictum. – «Sentido completo».
– Pragmático. – Secuencia organizada de signos. – Valor de acto.
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ciones para defender el valor de oración de enunciados como (2), como el papel del
contexto lingüístico o extralingüístico o la elipsis interpretativa, aunque por otra
parte también se podría alegar la dificultad de otorgar sentido completo a frases con
verbo, como en el siguiente ejemplo, que requiere también del contexto para su in-
terpretación, con lo cual el mismo argumento serviría para defender posiciones
opuestas.
Podríamos aportar ejemplos que cuestionan cada uno de los criterios que apa-
recen como válidos para definir el concepto oración, como hacen Campana (2002),
Hernanz y Brucart (1987) o Cuenca (1996), entre otros9. Nuestra intención es poner
de relieve la dificultad de un concepto que podríamos decir, sin temor a equivocar-
nos, que se maneja en las situaciones de enseñanza y aprendizaje con pocas precau-
ciones, con lo que se contribuye, quizás, a un desconcierto mayor por parte de los
alumnos, que como consecuencia de ello pueden optar por la renuncia a la compren-
sión y por la aplicación de fórmulas estereotipadas.
El análisis de la oración, al margen de los ejercicios mecánicos de reconocimiento
o de manipulación guiada que aparecen como práctica en la mayoría de libros de
texto —generalmente basándose en ejemplos que no se alejan demasiado de los
ejemplos canónicos y, por consiguiente, no generan dificultades mayores—, se en-
frenta además a otras dificultades a partir del auge de los estudios sobre la enuncia-
ción y sobre el discurso. Si la definición de oración tuviera un valor unívoco, la
distinción entre el ámbito de la sintaxis oracional y el ámbito del discurso sería ad-
misible, pero en realidad, si nos atenemos a los elementos constitutivos de la oración
—sujeto y predicado, o SN + SV— desde la perspectiva discursiva, nos damos cuenta
de que algunos de los constituyentes no están ligados al núcleo —el verbo— con la
misma fuerza o dependencia.
En realidad, los límites de la oración y la frontera entre oración y enunciado
presentan contornos difusos. En el orden de la práctica discursiva, por añadidura, la
oración no constituye una unidad natural de producción o de interpretación, como
se pone de manifiesto en múltiples ejemplos de textos literarios y cotidianos, orales
y escritos.
9. Cada uno de estos autores analiza la cuestión desde su propia perspectiva: Campana (2002) desde el
punto de vista didáctico, y Hernanz y Brucart (1987) desde el punto de vista del análisis lingüístico. Cuen-
ca (1996a) se sitúa en el marco de la gramática cognitiva y distingue otros niveles, inferiores y superio-
res a la oración, en lo que denomina categorías oracionales. Propone nuevas unidades, o nuevos nombres
para unidades ya reconocidas, como la cláusula, que equipara al concepto de oración con un signo de
predicación, y el período, referido a la unidad formada por dos oraciones conectadas sintácticamente.
Para evitar interferencias entre conceptos, su propuesta para los términos «oración», «proposición» y
«enunciado» en relación con la supracategoría «oración» es la siguiente: «en el nivel sintáctico, tendría-
mos oraciones, en el nivel semántico, hablaríamos de proposiciones, y en el nivel pragmático, hablaríamos
de enunciados» (p. 68).
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10. Para una introducción a la gramática cognitiva, véase Cuenca y Hilferty (1999).
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Conclusión
Las líneas de reflexión que se plantean en este artículo están relacionadas con
los aspectos siguientes:
. La necesidad de repensar los contenidos gramaticales del currículo, en rela-
ción con los objetivos que se pretenden. A lo largo de la historia de la ense-
11. Las profesoras Lola Ribelles y Francisca Pérez llevaron a cabo la secuencia didáctica sobre la oración
en sus aulas de tercero de ESO.
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