Está en la página 1de 2

ISOSTASIA

La interpretación de las anomalías gravitatorias se basa en el principio contenido


en la ecuación:
4𝑅𝐺𝛿
𝑔=
3
De este modo, si “g” es medido en un punto de la superficie de la Tierra en la
que “𝛿” (densidad) es anormalmente baja, “g” será anormalmente baja y si “𝛿” es
anormalmente alta, “g” será anormalmente alta. Esta correlación también quede
ser descrita en términos de masa, mejor que en términos de densidad. Ocupando
el mismo volumen, una región de baja densidad poseerá menos masa e
inversamente una región con densidad alta poseerá una masa mayor; por lo
tanto, un valor de “g” anormalmente bajo en un punto indica que bajo ese punto
hay una deficiencia de masa y un valor “g” anormalmente alto implica un exceso
de masa.
Por lo tanto, en la interpretación de las anomalías gravitatorias el factor básico
es el siguiente: una anomalía negativa indica una región con deficiencia de masa
(baja densidad) y una anomalía positiva indica una región con exceso de masa
(alta densidad) (figura 3.6). Este es un ejemplo del principio de isostasia, “que es
el correspondiente estado de equilibrio que existe entre los extensos bloques de
la corteza terrestre” y se manifiesta en la forma de cordilleras, mesetas o
llanuras.
La litosfera, cuando transporta una carga, se hunde profundamente en la
astenosfera cuando se coloca un peso en superficie y se eleva cuando se retira
la carga, se ha sabido de este efecto al estudiar regiones que antiguamente
estaban cubiertas de hielo. Se puede explicar el levantamiento de las regiones
de Escandinavia y de los Grandes Lagos por medio de un proceso en el que
intervenga un flujo viscoso de una roca dúctil por debajo de la litosfera. Cuando
se coloca una carga sobre la superficie de una caja elástica que flota sobre un
fluido viscoso, la capa se hunde en el líquido.
Durante la expedición francesa a los Andes Peruanos en el siglo XVIII
observaron que las montañas no son simples masas adheridas a la corteza, al
realizar diversas medidas para ver de qué manera la masa de las montañas
afectaría a una plomada separándola de la vertical; sin embargo, la separación
fue bastante menor de lo esperada. Estas observaciones condujeron al
desarrollo del principio de la isostasia.
La isostasia es el proceso por el cual la topografía superficial y la masa del
subsuelo se ajustan para alcanzar presión uniforme en una superficie de nivel en
cualquier parte del manto. Esta superficie se denomina nivel de compensación
isostática.
Dicho principio postula que “la carga extra debida o existente en las cadenas
montañosas se compensa a profundidad por la existencia de materiales ligeros,
es decir, las montañas poseen raíces”. En consecuencia postula que el material
a profundidad puede fluir y mantenerse en equilibrio hidrostático en algún nivel
del interior que se denomina normalmente como la profundidad de
compensación o nivel isopiéstico. Al material existente por debajo de este nivel
se le denomina astenósfera y al material situado por encima litósfera, más rígida.
Esta última concepción responde en general mucho mejor a las conclusiones a
que se llega desde un punto de vista geológico. El termino isostasia en griego
significa “igual equilibrio” o “igual estado”, lo propuso el geólogo norteamericano
C. E. Dulton en 1889.
De acuerdo a ella, el mayor relieve de la Tierra se compensa por las diferencias
de densidad que hay dentro de la corteza, y el nivel donde las compensaciones
son completas, es decir, el nivel isopiéstico se designa con el nombre de nivel
de compensaciones.
Se han desarrollados dos hipótesis isostáticas extremas, que tratan de explicar
cómo se compensan en la profundidad, las características de la superficie de la
Tierra:

a) Hipótesis de Pratt-Hayford (1864): dice que la compensación se consigue


por variaciones laterales de densidad por encima del nivel de
compensación situados a 113,7 km de profundidad, dependiendo de las
densidades de la elevación.
b) Hipótesis de Airy: sostiene que la corteza terrestre se encuentra en un
estado de equilibrio de inmersión, como los icebergs sobre el agua, de
manera que los materiales superficiales tienen aproximadamente la
misma densidad y flotan sobre un substrato más denso. Por lo tanto, el
concepto de Airy supone que las cadenas montañosas deberían tener
profundas raíces en el basamento por debajo del nivel alcanzado por los
bloques de regiones terrestres más deprimidas.
La moderna afirmación de estas dos teorías se basa en las anomalías de
Bouguer negativas de las cadenas montañosas, en los estudios sísmicos y en
estudios geológicos generales sobre diversas rocas de diferentes partes de la
superficie terrestre. Hoy día existe la certeza de que las cadenas montañosas
tienen sin duda raíces que se extienden a una profundidad mayor que el material
superficial bajo áreas de poca elevación. También parece que hay algún tipo de
diferencia de densidad entre las rocas características de las cadenas
montañosas y de las de otras regiones. De esta manera ambas teorías, la de
Pratt y Airy pueden ser correctas en parte.

También podría gustarte