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El ciclo de la Gestión del Rendimiento

El ciclo de Gestión del Rendimiento es un proceso integral, continuo y sistémico, de


carácter anual, que inicia a partir de la aprobación del Plan Operativo Institucional
(POI) y finaliza como máximo, al cierre del ejercicio fiscal, debe estar articulado con
otros procesos y mecanismos de la administración pública.

De este modo, la fecha de inicio del ciclo de Gestión del Rendimiento dependerá del
calendario institucional de cada entidad, pero en cualquier caso deberá contar con
5 etapas consecutivas y cíclicas, comenzando por una etapa de acciones de
implementación que se dará de forma obligatoria en el año de inicio de la
implementación o cambios en el modelo.

Con independencia del comienzo del ciclo, todas las entidades deberán entregar los
resultados obtenidos a SERVIR hasta el 31 de mayo de cada año.
Cabe resaltar que se trata de un ciclo dinámico y participativo, en el que intervienen
diferentes actores y requiere de la participación de cada uno de ellos.

El ciclo anual se desarrolla a través de cinco etapas:

i. Planificación
ii. Establecimiento de metas y compromisos
iii. Seguimiento
iv. Evaluación; y,
v. Retroalimentación.

Las cinco etapas deben ejecutarse secuencialmente, es decir una después de otra y
necesariamente deben realizarse todas ellas para cumplir con el ciclo. Cada entidad debe
definir un cronograma anual donde se especifican las actividades que deben ejecutarse, ello
a efectos de garantizar la implementación del ciclo de la Gestión del Rendimiento.
En la etapa de Planificación se organizan las actividades a desarrollar a lo largo de todo el
ciclo a nivel integral con la aprobación del cronograma institucional, en ella se ejecutan los
planes de comunicación, sensibilización y capacitación de todos los servidores de la entidad,
así estarán informados sobre aspectos metodológicos, pero también sobre sus roles,
responsabilidades y derechos. Finalmente, en esta etapa se conforma el Comité
Institucional de Evaluación.
En la etapa de Establecimiento de Metas y Compromisos, los evaluadores con sus
respectivos evaluados acuerdan las metas sobre las que estos últimos serán evaluados.
En la etapa de Seguimiento los evaluados desarrollan las actividades necesarias para
cumplir con las metas acordadas en la anterior etapa, para ello deberán recopilar las
evidencias que sustenten el cumplimiento de dichas metas. El evaluador hace seguimiento
y se involucra con el cumplimiento de las metas de los servidores a su cargo.
En la etapa de Evaluación se evidencia el logro alcanzado sobre las metas acordadas, son
los evaluadores los que valorizan dicho rendimiento y se identifican brechas que luego serán
atendidas con capacitación.
En la etapa de Retroalimentación el evaluador le informa al evaluado sobre los resultados
obtenidos, así también identificarán los aspectos positivos y aquellas áreas de mejora que
requieren de un mayor refuerzo. Sobre éstas últimas, se construye un plan de mejora
individual que busca mejorar el desempeño de los servidores en el siguiente ciclo anual, el
mismo que será un insumo para el diseño del Plan de Desarrollo de las Personas (PDP) de
cada entidad.
En síntesis, tenemos lo siguiente:

Coordinaciones previas, Elaboración de


acuerdos formales cronogramas,
interinstitucionales, sensibilización,
presentación del capacitación, formación
modelo. del CIE

Fijación de metas (del


POI o Funciones) y
compromisos de
conducta entre
Evaluador y Evaluado

Comunicación de
resultados, intercambio Recojo de evidencias,
de opiniones y reuniones de
expectativas, Plan de seguimiento, apoyo,
Mejora. involucramiento del
evaluador

Valoración del
desempeño, se realizan
las puntuaciones
(evaluador) y calificación
(ORH)

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