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Crónica Diciembre 2017
Crónica Diciembre 2017
I. La Posada de Formandos
Llegó diciembre —para muchos el mes más festivo y bonito del año—, y en la casa
del postulantado iniciamos las festividades siendo anfitriones de la Posada de
Formandos. A dicho evento estaban convocados todos los que forman parte de la
Familia Dominicana del bajío: a) postulantes dominicos, b) postulantes de las
Dominicas de la Presentación, c) postulantes de las Dominicas de María y d) los
frailes estudiantes de filosofía.
Recuerdo que ese día mis hermanos y yo dedicamos toda la mañana y parte de la
tarde en la limpieza y acondicionamiento de la casa para recibir a nuestros invitados.
Me sorprendió la disposición y colaboración unánime de todos en favor de esta
tarea. Al final, recuerdo, estuvimos muy satisfechos con el trabajo realizado y
ansiosos por recibir a nuestros hermanos formandos.
Los primeros en llegar fueron los frailes de filosofía, y lo primero que hicieron fue
entrar directo a la cocina a saludar a doña Mary y doña Susy. Algunos de nosotros
aún estábamos alistándonos para la convivencia y, otros, atendiendo detalles
relacionados con la comida.
Ese día hacía mucho frío. Por tal motivo se decidió que la petición de posada en
cuanto tal y la convivencia final fueran en el interior de la casa. Hubo baile, karaoke,
intercambio de aguilandos, etc. Ya avanzada la noche despedimos a nuestros
invitados con un buen sabor de boca y deseando tener más encuentros en el futuro.
Qué hermoso es ver a los hermanos unidos.
Ese día salimos de casa muy temprano rumbo a San Miguel el Alto. Al llegar al
convento iniciamos celebrando la Eucaristía con nuestras hermanas. Al terminar
pasamos al comedor para disfrutar de un delicioso desayuno. Ahí estuvimos
platicando muy amenamente de temas variados.
Al final salimos del convento con muchos saludos y felicitaciones navideñas para
nuestras respectivas familias. Fue una convivencia muy enriquecedora.
Por tradición la casa del postulantado invita, por las fiestas de decembrina, a una
posada convivencia a los fieles que asisten a misa. En este año se ofrecieron los
tradicionales “tacos de aire”.
Por la mañana fue un día normal. Ya por la tarde sólo acomodamos algunas mesas
en el patio entre la casa y el templo para dar a la gente ponche y su orden de tacos.
Recuerdo que hubo una gran concurrencia de personas. Pensamos que no habría
suficiente comida para compartir. Afortunadamente rindió mucho y alcanzaron
todos.
Un dato interesante fueron las piñatas. Con anterioridad se nos había pedido a los
postulantes hacer unas piñatas con nuestras propias manos para quebrarlas el día
de la posada. El proceso de realización fue muy divertido, tuvimos que investigar
por internet; yo, Homero, tuve que hablar a mi casa para que mi mamá me dijera
cómo hacer engrudo; también, recuerdo, tuve que ayudarles a varios hermanos a
picar su papel de china. En fin, la experiencia fue muy formativa.
Por otra parte, el quiebre de las piñatas fue lo más entretenido de la posada. Ver a
los niños luchando por romper lo más pronto posible aquellos cartones repletos de
dulces gritando “¡dale, dale, dale!”, es algo muy bonito que nos hizo recordar mucho
nuestra infancia y lugares de origen.
Por fin llegó el tan esperado día del concierto navideño que organizó nuestra
maestra de música Maritrini. Fueron muchas horas de ensayo. La temática de los
villancicos fue de tinte andino. Mis hermanos y yo, uniformados de blanco y negro,
nos dispusimos para dicho concierto.
Nuestra maestra de Taller de Lectura y Redacción, Cecy Valerio, como trabajo final
del semestre nos encargó diseñar una tarjeta navideña según los estilos literarios
del siglo XX: surrealismo, dadaísmo, cubismo, futurismo, creacionismo, ultraísmo,
estridentismo, etc.
Dicha tarjeta iba a ser un regalo para otro hermano a modo de intercambio. Este
detalle le dio a la actividad un tinte especial.
Una de las evaluaciones más temidas por nosotros era del maestro Pedro Omar de
la asignatura de gramática. Ese viernes todos estábamos nerviosos. El maestro
llegó y yo tuve que acompañarlo a una papelería un tanto lejos para que imprimiera
y sacara copias del examen, pues había encontrado cerrado el negocio donde él
pensaba imprimir y sacar copias.
Ya casi por salir de vacaciones de navidad tuvimos la posada con las familias que
integran el patronato de la casa del postulantado.
Dicho evento fue más para fortalecer relaciones diplomáticas de los frailes con las
familias del patronato. En esa ocasión nosotros no tuvimos mucho protagonismo en
el desenlace de la posada.
La noche anterior antes de partir de vacaciones fray Jacobo nos llevó a cenar para
darnos la despedida y platicar de nuestra experiencia comunitaria. Recuerdo que la
cena tardó demasiado en estar lista. Esto nos dio ocasión para que cada uno
compartiera algo de su sentir. Hubo agradecimientos, disculpas y hasta
posibilidades de abandonar el postulantado de parte de algunos. Fue un momento
muy íntimo como comunidad.
Agradezco mucho a Chava que no me haya dejado solo esperando a que llegara
mi familia por mí ya que no acaba de asimilar el cambio.
Mucha fue nuestra sorpresa cuando a los pocos días de haber vuelto, el hermano
antes mencionado, avisó a la comunidad de manera muy repentina, una mañana
después del rezo de laúdes, que dejaría el postulantado.
Pero la cosa no paró ahí, pasada una semana aproximadamente, otro hermano,
Andrés, avisó que también abandonaría la casa para seguir con su carrera que
había dejado inconclusa.
La primera parada que hicimos fue en un OXXO para desayunar, estirar un poco los
pies e ir al baño. En la segunda, algunos disfrutamos de un rico café calientito pues
hacía mucho frío.
Después de comer en el convento salimos a dar un paseo por las calles del centro
de Puebla. Era una tarde excesivamente fría. Lo primero que hicimos fue visitar la
catedral, una construcción muy grande y con muchos altares y recovecos. Después
fuimos a la capilla del rosario —patrimonio cultural nacional—. Ya estando ahí
aprovechamos para saludar a los frailes asignados a esa casa. Su casa tenía rasgos
muy antiguos entremezclados con arreglos modernos. Otra cosa digna de
mencionarse, a decires de algunos hermanos, es la biblioteca tan exquisitamente
organizada por fray Antonino Peinador.
Al pasar a las celdas que las hermanas habían preparado para que pernoctáramos,
a varios de nosotros nos llamó la atención la austeridad y sencillez de las
habitaciones.
De verdad que las monjas son unas personas maravillosas. Gracias sean dadas
santo Domingo por haber fundado las monjas y no sólo a los frailes.