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Las plantas desde otro punto de vista.

Yeison Mauricio Gómez García, estudiante de ingeniería forestal.

Con este pequeño ensayo quiero cambiar un poco la forma en como observamos las plantas ya que
desde hace mucho tiempo el hombre se ve como el ser más importante e inteligente en la Tierra,
con lo cual desprecia las capacidades de las otras especies, En la Tierra, el 99,7 por ciento de la
biomasa es decir la masa total de todas las cosas vivas, no la representan los seres humanos, sino
los vegetales, La especie humana junto con el resto de animales representa apenas un triste 0,3 por
ciento (Mancuso & Viola, 2015), pero nosotros en medio de nuestra ignorancia nos sentimos los
seres más evolucionados y nos creemos los dueños del universo, pero en materia de evolución ser
los últimos en llegar no es para nada un lugar privilegiado, además nuestra visión antropocéntrica
del mundo es completamente falsa y distorsionada, pues finge para nosotros un centro que no
ocupamos (Mosterín, 2003). El antropocentrismo contribuye también a la falta de sensibilidad moral
hacia las criaturas no humanas; En las tradiciones judía, cristiana e islámica solo la gente, los
humanos, son objeto de consideración moral (Mosterín, 2003) y creo que por esta razón el planeta
está al borde del colapso, lo único importante es construir grandes ciudades y mantener la economía
sin importar si se acaban ecosistemas enteros o si se extinguen especies de plantas y animales a
ritmos descomunales. En la figura 1 se observa la pirámide de los seres vivos de Charles Bovelles en
la cual se ve el pensamiento que impera desde hace tanto tiempo, los minerales tienen el prefijo
EST que significa que solamente existen; las plantas tienen el prefijo EST y VIVIT que corresponde a
existir y vivir; los animales además de las ya mencionadas pueden sentir; finalmente el hombre está
en el último escalón, lo cual es coherente con la visión antropocéntrica ya mencionada, en la que el
hombre es el ser más evolucionado y por tanto tiene la capacidad de existir, vivir, sentir y pensar.

Figura 1 la pirámide de los seres vivos de Charles de Bovelles (1509) tomado de (Motta, 2016)
Pero cuál es la razón de que las plantas estén casi a la misma altura de los minerales, según esta
figura una planta es un ser viviente que no siente y por tanto no es inteligente, pero este es el
pensamiento que quiero cambiar. Creo que para los seres humanos con sus delirios de superioridad
sobre todo lo demás, le es difícil aceptar que es un ser dependiente de las plantas, si mañana las
plantas desaparecieran de la Tierra, la vida humana duraría unas pocas semanas, acaso unos meses,
no más. En muy poco tiempo, las formas animales de vida superior desaparecerían del planeta
(Mancuso & Viola, 2015). Ello demuestra que las demás formas de vida evolucionaron a partir de
las plantas siendo la base de toda la cadena trófica (Odum & Barret, 2006), esto hace clara la total
dependencia de las plantas en particular de la especie humana, ya que con toda la tecnología no ha
sido posible inventar una máquina tan perfecta que pueda imitar el proceso fotosintético que hace
una simple hoja de un árbol. Hay datos tan asombrosos, como saber que la fotosíntesis se da gracias
a la clorofila y esta se encuentra en diminutas células llamadas cloroplastos, y en tan solo un
milímetro cuadrado de una hoja hay hasta 400.000 cloroplastos (Thomas, 2004); otro dato curioso
es una isla que se formó en Islandia a partir de erupciones volcánicas en 1963 y muestra la tenacidad
con la que las plantas pueden colonizar un ambiente desprovisto de vida, dicha isla se llama Surtsey
y es un laboratorio que permite ver como se establece la vida, solo está permitido el ingreso de
científicos a la isla para su estudio, La primera década de colonización de las plantas en la isla se
caracterizaba por plantas de ribera y la supervivencia de especies era alta y la mayoría formaron
poblaciones viables en pocos años. En 2008, el número de especies de plantas vasculares
encontradas en Surtsey desde la primera colonización en 1965 había aumentado a 69 (Magnússon,
Magnússon, & Fridriksson, 2009) esto demuestra que las plantas no son los organismos sésiles e
inertes que la mayoría de la gente observa, A pesar de que las plantas no pueden desplazarse
durante el curso de su vida individual, a medida que avanzan las generaciones son capaces de
conquistar los territorios más remotos, las zonas más inhóspitas y las regiones más hostiles a la vida,
haciendo gala de una perseverancia y una capacidad de adaptación envidiables (Mancuso, 2019).

Para empezar a hablar de sensibilidad en las plantas, comenzare con una cita de un pionero en la
neurobiología vegetal “Los sentidos en las plantas son distintos, Si no tienen corazón, ¿significa eso
que carecen de circulación? Si no tienen pulmones, ¿es que no respiran? Si no tienen boca, ¿es que
no se nutren? Y si no tienen estómago, ¿no digieren?” (Mancuso & Viola, 2015). La naturaleza
arraigada de las plantas significa que deben soportar cambios constantes, a veces ambientes
extremos, sin la capacidad de huir y buscar un ambiente más adecuado, como lo haría cualquier
animal por lo que, Para crecer y sobrevivir en condiciones impredecibles, las plantas necesitan sentir
su entorno y reaccionar en consecuencia (Chamovitz, 2019). ¿Entonces es posible que las plantas
estén dotadas de los 5 sentidos que tenemos?

La vista, así como nosotros tenemos fotorreceptores en nuestros ojos, ellos tienen los suyos en sus
tallos y hojas. Estos les permiten diferenciar entre el rojo y el azul, e incluso ver longitudes de onda
que nosotros no podemos, en las partes rojas y ultravioletas lejanas del espectro (Chamovitz, 2012),
Las plantas, de hecho, son capaces de interceptar la luz, de usarla y de reconocer tanto su cantidad
como su calidad, y si han potenciado tanto esta capacidad es por el evidente motivo de que la luz
es el alimento principal de su dieta energética, basada en la fotosíntesis (Mancuso & Viola, 2015).
Figura 2 Fototropismo positivo tomado de:
https://www.actividadeseducainfantil.com/2017/05/experimento-mis-plantas-se-mueven.html

De igual forma las plantas están dotadas de mecanismos con funciones análogas a nuestra nariz,
nuestro tacto, gusto e inclusive a nuestro oído, pero para mantener la curiosidad del lector existen
más de una docena de sentidos adicionales, los cuales serán tratados en la segunda versión del
ensayo.

Bibliografía

1 Chamovitz, D. (2012). Rooted in Sensation: The five sense of plants. New Scientist, 215(2879),
34–35. https://doi.org/10.1016/s0262-4079(12)62208-8
2 Chamovitz, D. A. (2019). What do plants really know? Seminars in Cell and Developmental
Biology, (xxxx), 0–1. https://doi.org/10.1016/j.semcdb.2019.02.004
3 Magnússon, B., Magnússon, S., & Fridriksson, S. (2009). Developments in plant colonization and
succession on Surtsey during 1999-2008. Surtsey Research, 12(5), 57–76. Retrieved from
http://www.surtsey.is/SRS_publ/2009-XII/low_res/2009-XII_057-076_Developments--lw.pdf
4 Mancuso, S. (2019). El increíble viaje de las plantas. Galaxia Gutenberg.
5 Mancuso, S., & Viola, A. (2015). Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. Galaxia
Gutenberg.
6 Mosterín, J. (2003). El espejo roto del conocimiento y el ideal de una visión coherente del
mundo. Revista CTS. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad., 1(1), 209–
221. Retrieved from http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2356639
7 Motta, M. del P. S. (2016). VerdeMente. Universidad Nacional de Colombia.
8 Odum, E. P., & Barret, G. W. (2006). Fundamentos de ecología (quinta edi). CENGAGE Learning.
9 Thomas, P. (2004). Trees their natural history. Cambridge University Press.

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