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*Stefano Mancuso, neurobiólogo vegetal de la Universidad de Florencia, fundó y hoy

dirige el Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetal.

Las plantas sienten?


Mucho más de lo que sentimos los animales. Y no es mi opinión o percepción, es una
evidencia científica.

No es usted un iluminado.
No. Sabemos que perciben los cambios eléctricos, el campo magnético, el gradiente
químico, la presencia de patógenos...

¿Oyen, ven...?
Las plantas tienen nuestros cinco sentidos y quince más. No tienen ojos y oídos como
nosotros, pero perciben todas las gradaciones de la luz y las vibraciones sonoras.

¿Y les gusta la música?


Ciertas frecuencias, sobre todo las bajas (entre los 100 Hz y los 500 Hz), favorecen la
germinación de las semillas y el crecimiento de las plantas hacia la fuente de ese sonido,
que equivale a frecuencias naturales como la del agua que corre, pero hablar o cantar a las
plantas es perder el tiempo.

¿Hay sonidos bajo tierra?


Se ha descubierto que las raíces producen sonido y son capaces de percibirlo. Eso sugiere la
existencia de una vía de comunicación subterránea.

Tampoco tienen nariz.


Su olfato y gusto son muy sensibles. Perciben las moléculas químicas, es su modo de
comunicación, cada olor es un mensaje. Y tienen tacto, basta ver a cámara rápida cómo
palpa una planta trepadora.

¿Y dice que se comunican?


Se comunican con otras plantas de la misma especie a través de moléculas químicas
volátiles, mandan por ejemplo mensajes de peligro. Si un insecto se le está comiendo las
hojas, la planta produce al instante determinadas moléculas que se difunden kilómetros y
que avisan de que hay un ataque en curso.

¿Y cómo se defienden?
De muchas maneras. Pueden aumentar sus moléculas venenosas o producir proteínas
indigeribles para el insecto. Muchas plantas al ser comidas por un insecto emiten
determinadas sustancias para atraer a otros insectos que lo depreden.

Eso es comunicación entre especies.


Las plantas producen muchas moléculas químicas cuyo único objeto es manipular el
cerebro de los animales, en ese contexto se inscriben las drogas.
Un ejemplo...
Estudios recientes demuestran que un naranjo o un limonero en flor actúa de diferente
manera según la cantidad de polen que lleve el insecto. Si lleva mucho polen, aumenta en el
néctar la cantidad de cafeína para activar su cerebro, para que se acuerde de esa planta y
vuelva. Si lleva poco polen, corta la cafeína.

¿Inteligencia vegetal?
Si inteligencia es la capacidad para resolver problemas, las plantas son capaces de
responder de manera adecuada a estímulos externos e internos, es decir: son conscientes de
lo que son y de lo que las rodea.

¡Eso es mucho!
Hemos ignorado cómo funciona el 99,7% de la vida en el planeta y no podemos
permitírnoslo porque nuestra dependencia del reino vegetal incluye -además del aire, la
comida y los fármacos- la energía (los combustibles fósiles son depósitos orgánicos).

Desconocemos el 90 por ciento de las plantas.


En su evolución las plantas han producido millones de soluciones que son muy distintas de
las que han producido los animales. Hasta ahora el hombre ha basado su tecnología en
cómo estamos hechos nosotros: un centro de mando y una jerarquía de órganos, y así se
organizan nuestras sociedades, gobiernos, máquinas...

Hay otro mundo en el que inspirarnos.


Estudiar las plantas nos dará una cantidad ingente de posibilidades tecnológicas. Por
ejemplo, las redes: una red de internet y un conjunto de raíces son muy similares. Pero las
plantas son redes vivas, imagine lo que podemos llegar a aprender de ellas.

¿Son altruistas?
Compiten con otras especies y cooperan si son del mismo clan. Pero hay algunos ejemplos
extraordinarios en los que podemos hablar de un alto grado de altruismo. Hay una
investigación muy hermosa que se hizo hace cuatro años en Canadá.

Cuénteme.
Se aisló a un gran abeto del acceso al agua, y los abetos de alrededor le pasaron sus
nutrientes durante años para que no muriera. Las plantas son organismos sociales tan
sofisticados y evolucionados como nosotros.

¿Cuidan de su prole?
En las plantas observamos el cuidado parental que observamos en los animales más
evolucionados. En un bosque denso, para que un árbol recién nacido adquiera cierta altura
para poder hacer la fotosíntesis y ser autosuficiente han de pasar al menos diez o quince
años durante los cuales será alimentado y cuidado por su familia.

¿Dónde tienen el cerebro?


Las neuronas son las únicas células en los animales que producen y transmiten señales
eléctricas. En las plantas, la mayor parte de las células de su cuerpo lo hacen, y en la punta
de las raíces tienen muchísimas. Podríamos decir que toda la planta es cerebro.
Toda la energía, hasta la energía química, proviene de las plantas. Las plantas son la base
de la cadena alimentaria. Otra cosa además es que las plantas son la base de la vida del
hombre porque son la conexión entre el sol y la tierra. La energía solar que nos llega es
atrapada por las plantas y consiguen transformarla en energía química, en azúcar que es lo
que nosotros necesitamos para vivir. Son el punto de conexión entre la energía solar y la
energía química. Sin las plantas nosotros no tendríamos energía por lo que no podríamos
vivir.
¿Qué parecido hay entre las raíces de una planta y la red de internet? Son muy similares, de
hecho sí vemos un mapa topográfico de las raíces y de Internet vamos a ver
inmediatamente la similitud. Las dos se produjeron para resistir a los depredadores. En el
caso de las plantas, a los ataques de los animales y en el caso de Internet, a los ataques
nucleares de Rusia a Estados Unidos. La tecnología tiene una estructura que es muy
parecida a la red de las raíces de la planta por eso, es muy importante estudiar la estructura
de estas redes naturales para poder luego aplicarla a la tecnología.

Las plantas duermen de forma muy parecida a los animales. Tienen un ciclo diurno, activo, y otro
nocturno, de descanso. También hay plantas que son nocturnas, como algunos animales, y los
ciclos van al revés. La fase de descanso de las plantas tiene las mismas características que en los
animales. Por ejemplo, no tienen sensibilidad del entorno. Incluso las posiciones de descanso son
parecidas. Muchas plantas cierran sus hojas o las colocan en una posición distinta. Y, como los
animales, a medida que cumplen años necesitan menos sueño. Hay diferencia en la cantidad de
sueño que necesitan las plantas jóvenes y las más mayores. Y también es un tema de genes que se
activan de forma diferente, igual que ocurre con los animales.

-Hay mucha gente que toca las plantas porque cree que transmiten energía positiva, ¿es
cierto?

-Si se toca una planta pequeña, de las de casa, a la planta no le gusta nada. Un experimento
sencillo puede servir para demostrarlo. Se ponen un par de habas en agua, para que
germinen. A una la tocamos un minuto al día y a la otra no. Al cabo de dos semanas
podemos observar que la que hemos tocado ha crecido menos. Respecto a tocar o abrazar
los árboles, no hay ninguna prueba científica, pero sí entiendo que puede ser positivo para
la psique ese contacto con la naturaleza.

-¿Sienten dolor?

-Las plantas están diseñadas para ser comidas y el dolor es un mecanismo de defensa de los
animales para huir del peligro. Las plantas no pueden moverse. No creo que sientan dolor,
pero no hay evidencias en un sentido u otro.

-Dice que las plantas tienen nuestros cinco sentidos, más otros diez. Podemos entender el
tacto, porque las tocamos y reaccionan, como las mimosas; o el oído, por medio de
vibraciones, como ha explicado. ¿Pero y el olfato/gusto y la vista?

-Las plantas ven la luz y sus diferentes cualidades. Huyen de la luz azul, por ejemplo,
porque representa la sombra, y prefieren la amarilla y roja, propia del sol.
-Habla de vida social de las plantas y cuidados de padres a hijos, ¿cómo es posible esto?

-La vida social de las plantas es muy activa. Como no pueden moverse, tienen que tejer
unas relaciones sociales útiles con las plantas vecinas. Hablamos de colaboración o avisos
de amenazas. Por ejemplo, hablando de los hijos, se ha visto que les proporcionan cuidados
muy largos en el tiempo. Si imaginamos una semilla que cae en un bosque, que puede ser
un lugar muy oscuro, antes de que pueda crecer y llegar a la luz del sol para hacer la
fotosíntesis. Puede pasar un periodo de 10 a 20 años, en los que la planta necesita cuidados,
porque no tiene autonomía, y esos cuidados se los proporcionan las plantas de su mismo
clan que están cercanas, a través de las raíces, hasta que pueda hacerlo por sí misma.

-¿Si he entendido bien, otros miembros de su clan, alimentan a las plantas jóvenes?

-Sí. Les pasan savia. Hay un ejemplo muy bonito. Hace algunos años en un bosque Canadá
se protegió el sistema radical de un abeto, pero la planta no podía alcanzar el agua y los
nutrientes y se creía que iba a morir en poco tiempo. Sin embargo, vivió cerca de 5 años, y
eso fue por los nutrientes que le pasaban las plantas que tenía alrededor. Y esto es algo
excepcional que es muy difícil encontrar en el mundo animal.

Las plantas en el polígrafo

P.Q. Madrid
En 1966, Cleve Backster, un agente de la CIA experto en la famosa máquina de la
verdad, o “polígrafo”, en un capricho, conectó el aparato a la hoja de una planta de
interior de su oficina. Para su asombro, Backster vio que en el polígrafo apareció
exactamente la curva típica que conocía de sus muchos interrogatorios. ¿Tenía sentimientos
la planta? Backster reflexionó que las personas mostraban esas reacciones cuando se
sienten amenazados. Entonces pensó en quemar una hoja de planta. Tenía conectados los
electrodos, y el instrumento de registro dibujó una curva muy acusada. Eran las tres de la
madrugada, no se había movido y no había tocado la planta, sólo había pensado en
quemarla. ¿Era posible que la planta se sintiera amenazada debido a sus
pensamientos? ¿Podría la planta leer su mente? Este experimento de Backster se recogió
en el libro “La vida secreta de las plantas”, publicado unos años después. Backster y sus
colaboradores conectaron después máquinas poligráficas a lechugas, cebollas, naranjas y
plátanos, entre otras. Sostenían que las plantas reaccionaban a los pensamientos de los seres
humanos.
En los años siguientes, varios científicos trataron de reproducir el "efecto Backster" sin
éxito. Gran parte de la “ciencia” contenida en "La vida secreta de las plantas" ha sido
desacreditada. Pero el libro había dejado su huella en la cultura, como publicaba The New
Yorker. Los estadounidenses comenzaron a hablar con sus plantas y ponerles a Mozart.
En 2006 se propuso un nuevo y polémico campo de investigación: la "neurobiología
vegetal”. La respuesta de un grupo de biólogos vegetales no tardó en llegar y se publicó en
2007 en “Trends in Plant Science”. “Los últimos tres años han sido testigos del nacimiento
y la propagación de una idea provocativa en biología vegetal. Sus defensores han sugerido
que las plantas superiores tienen nervios, sinapsis, el equivalente de un cerebro
localizada en algún lugar de las raíces y una inteligencia. La idea ha atraído seguidores.
(…) Sostenemos que la neurobiología vegetal no añade nada al estudio de la fisiología de
las plantas. Para empezar, no hay evidencia para estructuras como neuronas, sinapsis o
un cerebro en las plantas.”

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