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Hacia una teoría emergente: Investigación cualitativa sobre la experiencia de

disfunción orgásmica en un grupo de mujeres puertorriqueñas

Resumen

Diez mujeres puertorriqueñas mayores de 21 años, heterosexuales y activas

sexualmente participaron en esta investigación cualitativa de teoría emergente (Glaser y

Strauss, 1967) para develar, describir y entender su experiencia de disfunción orgásmica.

Como marco conceptual se utilizó a Ellis (1988, 1987) y Beck (1976). Es Ellis quien

señala que en la mujer la disfunción orgásmica se debe a una falta de concentración e

inadecuación sexual la cual él define como distracción o desenfoque y que está

enmarcada en pensamientos irracionales. Pensamientos que según Beck pueden ser

categorizados. Señala el autor que el ser humano tiene una serie de pensamientos

automáticos, es decir, los pensamientos evaluativos, rápidos y breves que no suelen ser el

resultado de una deliberación o razonamiento. A cada una de las mujeres participantes,

de forma individualizada y con total confidencialidad, se le hicieron las siguientes

preguntas de investigación:

 Cómo narra la experiencia de disfunción orgásmica un grupo de mujeres

puertorriqueñas y cuál es el significado que le adscriben?

 ¿Cuáles son los pensamientos prevalecientes en este grupo de mujeres

puertorriqueñas con disfunción orgásmica?

 ¿Cuáles son los temas y subtemas que surgen de lo narrado por ellas cuando

explican su experiencia con la disfunción orgásmica y en su relación sexual?

 ¿Qué construcciones sociales y personales surgen en su narrativa y se manifiestan

en sus pensamientos?

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De lo narrado por ellas y mediante las técnicas de codificación abierta, codificación axial

y selectiva se escribe la historia que forja el retrato visual que resume la siguiente teoría

(Creswell, 1998). Se recibe una educación sexual informal connotada por construcciones

sociales y de género; surge su significado adscrito al orgasmo del que se define una

expectativa de su logro, al no alcanzarlo adviene el bloqueo con manifestaciones

fisiológicas que incluyen las fases de deseo, excitación y orgasmo; bloqueo

afectivo/emocional connotado por amor vs. sexo y cercanía emocional y el bloqueo

cognitivo que contempla el pensamiento inadecuado, la ansiedad ejecutoria, el mutismo y

la adscripción de responsabilidad. A partir de este bloqueo, se manifiesta una conducta

que es asumida mediante sumisión, evasión o renunciación de la experiencia sexual. La

recurrencia de estas experiencias les da significado y definen su disfunción orgásmica

como una experiencia cognitiva-cíclica.

Introducción
Dado que la disfunción orgásmica surge por una falta de concentración e

inadecuación sexual enmarcada en pensamientos irracionales (Ellis, 1988); el hecho de

que el sexo es una actividad inherente al ser humano (Berman, 2000; Ellis,1999; Mock,

2004) que entidades políticas, religiosas y gubernamentales tratan de ignorar los derechos

sexuales los cuales son considerados derechos humanos (Cairo +10; PAHO, 2000; WHO,

1986); que constituye un aspecto psicosocial (Birnbaum, Glaubman. y Mikulincer, 2001;

Ellis,1999; Mah y Binik, 2002; Masters y Johnson,1966; Mock,1989; Nobre y Pinto-

Gouveia, 2003; Renaund y Byers, 2001); que hasta ahora mayormente se ha estudiado

desde la perspectiva fisiológica, tratando de medicalizar el sexo (Berman, 2000) no tanto

así el lograr la reestructuración de dicho pensamiento (Ellis, 1987, 1985) por lo que esta

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investigación, con diseño cualitativo de teoría emergente (Glaser y Strauss, 1967),

estudió los pensamientos derivados de la esencia de la experiencia de la relación sexual

de mujeres con disfunción orgásmica y tal cual sugiere Ellis (1999, 1979a, 1979b, 1979c)

sus connotaciones en términos cognoscitivos.

El objetivo de esta investigación ha sido que la mujer pueda develar, describir y

entender su propia experiencia sexual y por ende, su disfunción orgásmica para

identificar sobre qué construcciones está basado su pensamiento, el cual Ellis llama

irracional (1988, 1987, 1985 1973). Con ello, se podrá contribuir al campo de

conocimiento sobre la condición de disfunción orgásmica desde la perspectiva de la

realidad de la mujer puertorriqueña. A su vez, se podrá aportar evidencia empírica a la

teoría de Ellis (1999, 1987, 1973) sobre la inadecuación y desenfoque sexual de la mujer,

en específico la mujer puertorriqueña, y se podrán generar con las categorías que surjan

de su narrativa, nuevos planteamientos del problema induciendo así al conocimiento

proveniente de sus propias experiencias de vida contadas por ellas mismas. Esto, dado

que todas las mujeres nacen con la capacidad de sentir placer sexual hasta el orgasmo

(González -Rosa, 2004); que prevalece la política de no hablar de sexo y fomentar la

ignorancia sobre el tema (Mock, 2004); que continúan los problemas en la relación pareja

y como consecuencia la ausencia de deseo sexual, la inhibición de expresar su sexualidad

libremente y el miedo a perder a su pareja (Mock, 1989); que se ignora el hecho de que

un 50% de los jóvenes puertorriqueños están sexualmente activos y que en su mayoría no

utilizan contraceptivos para evitar embarazos o enfermedades sexualmente transmisibles

(Mock y Ramírez, 1993); que el 60% de las mujeres puertorriqueñas trabajadoras y el

50% de ellas profesionales están fingiendo el orgasmo para finalizar la relación sexual

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pronto y evitar el interrogatorio de sus esposos de si lograron el orgasmo o no (Burgos y

Díaz Pérez, 1985); que existe un aumento de la mujer como jefa de familia a causa de

divorcios constituyendo esto un 18.7% de prevalencia en el 1960 y para el 1980 un 25%

(Vázquez-Calzada, 1989) aumentando a un 32.9% en el 1989 según señalan Castro-

Álvarez y Ramírez de Arellano (en Montesinos y Preciado, 2004) y que por estar sola se

espera que sea asexual. Todo ello además de entender que la disfunción orgásmica puede

causar distrés extremo, dificultades interpersonales y puede afectar el cuerpo, la imagen,

la autoestima y la satisfacción de la relación (DSM-IV, 1994; TR-2002). Por tanto, a

través de los hallazgos de esta investigación se pretende generar información que permita

lograr una forma de atender el problema desde sus orígenes y desde la perspectiva

psicosocial de la mujer puertorriqueña. Dicho enfoque será de utilidad, entendimiento y

conocimiento para las mujeres, hombres, familias, profesionales de la salud y educadores

sexuales que atienden el problema y quienes podrán participar en intentar cambiar el

enfoque y pensamiento irracional a uno racional y con ello cambiar a su vez la conducta.

En esta investigación es de importancia considerar la trayectoria histórica del concepto

sexualidad, en especial la aportación de Ellis (1988, 1987) quien sostiene la idea de la

inadecuación sexual enmarcada en pensamientos irracionales o sobre exagerados los que,

a su vez, engendran sentimientos de vergüenza y culpa por la pareja sexual. Son

pensamientos surgidos de temas y creencias que estudios recientes realizados por

Birnbaum (2003); Nobre y Pinto-Gouveia (2003); y Renaund y Byers (2001) mencionan

prevalecen en la mente del ser humano en especial de la mujer y que contribuyen en su

condición de disfunción orgásmica. Otras razones las constituyen el temor a la

maternidad, al dolor físico, al fracaso, a las enfermedades venéreas y al SIDA (Binik,

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Reissing, Pukall, y Flory et al 2002; Giami, 2002; Laumann, Paik, y Rosen, 1999). Es

importante descartar todas las posibilidades de dificultad orgánica o predisposiciones

como son: las deficiencias hormonales, defectos innatos o daños en los órganos sexuales,

deficiencias nutricionales serias, lesiones o defectos en el sistema nervioso central,

defectos circulatorios, uso y abuso de drogas y alcohol y los procesos normales de

envejecimiento según lo expresan Birnbaum, (2003); Ellis (1988, 1987); Frohlich y

Meston (2002); así como Laumann y otros, (1999). Birnbaum (2003) considera que

todas las dificultades mencionadas anteriormente deben estar integradas a los aspectos de

la personalidad, es decir, aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales. Mock (2004)

reconoce que mientras en Puerto Rico prevalezca la política de no hablar de sexo, de

fomentar la ignorancia sobre el tema y la disponibilidad incondicional de la mujer para

tener sexo siempre que el hombre lo desee, se estará perpetuando la desigualdad social y

sexual. El énfasis de no iniciar la relación sexual ni ser muy activa ya que eso es propio

de una mujer ligera, de que el sexo es una necesidad del hombre no así de la mujer y de

que cuando no se disfruta del placer sexual hay que fingirlo para no ofender al hombre

son discursos que deben cambiar en nuestra sociedad. De no pasar así, entonces

prevalece la clitoridectomía sicológica en las mujeres puertorriqueñas (Mock, 2004). De

forma que el sexo- placer es inapropiado y se promueve el sexo-deber y el sexo-

reproducción.

De otra parte, la Coordinadora del Centro de Documentación e Información de

Taller Salud en Puerto Rico y miembro del Consejo Directivo de la Red de Salud de las

Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, Nirvana González-Rosa (2004), señala que todas

las mujeres nacen con la capacidad de sentir placer sexual hasta el orgasmo, a menos que

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se padezca alguna incapacidad física. Pero, dado que el orgasmo es una experiencia tan

subjetiva e intensa, física y emocionalmente, dependerá grandemente de las experiencias

de vida de cada quien. De sus años trabajando con mujeres puertorriqueñas en el Instituto

de Salud Sexual Integral reconoce que para la mayoría de ellas su disfunción sexual o

dificultad para sentir placer o un orgasmo se debe a haber sido abusadas sexualmente

durante su niñez o adolescencia. Otra consideración de su disfunción es el hecho de que

estas mujeres suelen estar sumidas en una relación de pareja maltratante, psíquica o

físicamente. Se añade el que su pareja establece cómo sostener las relaciones sexuales,

que usualmente son de penetración vaginal o anal, únicamente. Provoca la autora una

invitación a plantearse la necesidad, imperativa, de cuestionar la construcción de esta

sexualidad. Considerada, desde la perspectiva del dominio, poder y control del hombre

sobre la mujer que no toma en cuenta la parte erótica de las mujeres ni la concepción de

una sexualidad integral. González-Rosa sostiene que para la mujer puertorriqueña la

construcción proviene de sus experiencias de vida y también de los mensajes recibidos de

forma directa o indirecta de la familia, escuela, iglesia y medios de comunicación sobre

lo que se debe o no hacer con su cuerpo y comportamiento sexual. Como resultado, la

mujer puertorriqueña traduce este mensaje a uno de prohibición, negación y culpa por

sentir o reclamar su derecho al placer. Afirma que descubrir y redefinir la sexualidad a

partir de ellas mismas y no de los demás, es el constante reto de la mujer puertorriqueña.

Con todo ello en mente, se considera entonces lo siguiente:

1. La necesidad de establecer investigación de la población femenina puertorriqueña

que padece problemas de disfunción orgásmica y con ello examinar, identificar y

categorizar sus pensamientos y criterios sexuales.

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2. Estudiar detenidamente el aspecto social de género, rol de la mujer en esta

sociedad, los conceptos de machismo, preferencias sexuales de la mujer y libertad

existente para manifestarlas.

3. Apoyar la teoría expuesta sobre la relación que existe entre los problemas de

disfunción orgásmica y los aspectos de pensamientos (Ellis, 1999, Mock, 2004)

dentro del contexto de nuestra cultura puertorriqueña.

En resumen, reconocer cómo ha sido la experiencia de disfunción orgásmica en este

grupo de mujeres puertorriqueñas; y el significado que ellas le dan a dicha experiencia

permitirá, conforme a su narrativa, temas y subtemas, justificar la necesidad de trabajar

esta investigación, cumpliendo así con la rigurosidad de su conveniencia, relevancia

social, implicaciones prácticas, valor teórico y utilidad metodológica, tal cual sugieren

Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2003) desde el contexto de la

idiosincrasia de la mujer puertorriqueña. En esta investigación se parte de las siguientes

premisas fundamentales:

 En la mujer, la disfunción orgásmica se debe a una falta de concentración

e inadecuación sexual que se define como distracción o desenfoque La

misma está enmarcada en pensamientos irracionales (Ellis, 1988, 1987).

 El ser humano tiene una serie de pensamientos automáticos que pueden

ser categorizados; que surgen automáticamente y no de una deliberación o

razonamiento y sí de creencias tomadas por la persona como verdades

absolutas (Beck, 1976).

 Existe una relación entre los elementos cognitivos y motivacionales y la

disfunción orgásmica (Birnbaum y otros, 2001; Ellis, 1985; Mah y Binik,

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2002; Masters y Johnson, 1979; Mock, 1989; Nobre y Pinto-Gouveia,

2003; Renaund y Byers, 2001).Autores que invitan a considerar cómo la

mujer interpreta su experiencia de relaciones sexuales y los criterios para

definir y catalogar como positivos o negativos sus pensamientos en torno a

estas vivencias sexuales. También señalan que la disfunción orgásmica

femenina se debe a causa de lo que la mujer está pensando sobre la

relación sexual.

 La experiencia subjetiva que la mujer le da a su conocimiento sexual

(Birnbaum, 2003) ya que puede causarle respuestas tanto positivas como

negativas (Renauk y Byers, 2001) que están relacionadas a sus criterios de

pensamiento, deseo o aversividad del acto sexual.

 Sobre el pensamiento establece una emoción o motivación lo que a su vez

le provoca una conducta y esta presente en todas las fases del ciclo sexual:

deseo, excitación y orgasmo (Berman, 2000; Ellis, 1987).

 En la mujer, su ejecutoria sexual abarca conceptos cognitivos, emotivos y

conductuales los cuales forman un determinante en su desarrollo sexual

(Berman, 2000; Ellis, 1987).

 Resultan determinantes los pensamientos que tienen las mujeres con

relación al tema de la sexualidad, placer sexual y su ejecutoria las cuales

basan en sus experiencias de vida.

 Pensamientos que las mujeres tienen sobre el tema de la sexualidad, placer

sexual y su ejecutoria y que están basados en sus propias experiencias de

vida (Levin, 1981; 1982).

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 Se considera de relevancia la interpretación que la mujer le otorga al

factor relación pareja, sentirse amada y bien consigo misma y con la

pareja (Ellis, 1987; Berman, 2000; Mock, 2004).

 La necesidad que tiene todo ser humano del acto sexual el cual es una

actividad biológica importante e inherente al ser humano que tiene

connotaciones tanto físicas como emocionales (Ellis, 1979; Freud, 1949;

Levin, 1992, 1981).

 Para la mujer puertorriqueña, la relación sexual está basada en el aspecto

interacción pareja y connotada en la ausencia de deseo sexual (Mock,

1989).

 Se sugiere una nueva construcción de la sexualidad basada en relaciones

similares e igualitarias que permitan a la mujer puertorriqueña disfrutar de

la predisposición que tienen hacia su propia sexualidad (González-Rosa,

2004; Mock, 2002).

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Metodología

Se utilizó el diseño cualitativo de teoría emergente (Glaser y Strauss, 1999) ya

que con ello se genera una teoría basada en una situación o fenómeno que se relaciona a

una situación en particular, de la forma en que se interactúa y se responde a dicho

fenómeno. En esta investigación ha sido la condición de disfunción orgásmica de un

grupo de mujeres puertorriqueñas. Tal cual expresado por los descubridores de dicha

teoría, Glaser y Strauss (1967) la teoría emergente debe fundamentarse en datos desde el

mismo campo de acción, interacción o de respuesta social al proceso de vida de las

personas investigadas. Por tanto, en esta investigación, el propósito ha sido desarrollar

una teoría dentro del contexto más amplio de su análisis (Strauss y Corbin, 1990) basado

en la experiencia de disfunción orgásmica de este grupo de mujeres puertorriqueñas

Selección de las Participantes


Para efectos de esta investigación se seleccionaron diez mujeres, que fluctuaron entre

las edades de 25 a 65 años, nacidas en Puerto Rico, de padre y madre puertorriqueños,

mayores de 21 años, heterosexuales y activas sexualmente quienes en el momento de la

invitación a participar entendían estaban pasando e interpretaban padecer de la condición

de disfunción orgásmica. Además, se seleccionaron otras diez mujeres para que sirvieran

como informantes suplentes en caso de que alguna de las participantes desistiera de

continuar en el proceso de investigación, lo cual no ocurrió.

Procedimiento y recolección de datos

Luego de concluidas las entrevistas semiestructuradas realizadas a las

participantes, de forma individual y personalizada, los datos se recopilaron tal cual

sugerido por Glaser y Straus (1967). Se leyeron todas las transcripciones ad verbatim y

se sacaron frases que reflejaban un mismo significado. Se hizo una codificación abierta

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lo cual permitió formar categorías iniciales de información relacionada al fenómeno.

Dichas categorías fueron: significado de orgasmo y experiencia de disfunción

orgásmica. A su vez, en cada categoría se identificaron ciertas propiedades. Bajo la

categoría de significado adscrito al orgasmo, las propiedades identificadas fueron:

educación informal (construcciones sociales y construcciones de género) y expectativa.

En la categoría de experiencia de disfunción orgásmica, las propiedades fueron bloqueo

(fisiológico, afectivo/ emocional y. Bajo bloqueo fisiológico las correspondientes a la

fase de deseo, fase de excitación y fase orgásmica. Bajo el bloqueo afectivo/ emocional

se mencionan las propiedades de amar vs. sexo y la cercanía emocional. Bajo el

bloqueo cognitivo se hace referencia a las propiedades de pensamiento inadecuado, el

prevaleciente y el automático, la ansiedad ejecutoria, la adscripción de responsabilidad

así como el mutismo y su diálogo interno. Por último, bajo conducta asumida:

sumisión, evasión y renunciación. Al identificar y analizar estas categorías y

propiedades se logró explorar la dimensionalidad del fenómeno estudiado, es decir,

demostrar las posibilidades en sus extremos o en su continuidad (Creswell, 1998). A su

vez, se logró generar diversas categorías como es sugerido por Birnbaum (2003).

En esta recolección de datos se utilizó un Diagrama lógico (Creswell, 1998) en

el cual se identificó el fenómeno central, las categorías y propiedades y se presentan en

los Figuras 1, 2, 3 y 4 respectivamente. Se exploraron las condiciones que influyen

dicho fenómeno, se especificaron las acciones o interacciones que resultaron del

fenómeno central analizadas bajo la categoría de conductas asumidas. Esto permitió

identificar una narrativa para escribir entonces una historia que logró integrar los

resultados de las categorías de la codificación axial, según es sugerido por Creswell

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(1998). Con ello se preparó un retrato visual que presentó los orígenes y las condiciones

que influyeron en el fenómeno central, presentado en la Figura 4 que explica toda la

teoría emergente de la narrativa provista por estas mujeres participantes al expresarse

en torno a las preguntas de investigación.

En resumen, la recolección de datos proveyó un procedimiento para desarrollar

categorías de información a través de la codificación abierta. De esta forma se pudieron

interrelacionar dichas categorías con la codificación axial y selectiva y ello permitió

concluir con un grupo de teorías expuestas. En cuyo caso, dicha teoría fue construida o

generada en su nivel más amplio de análisis en esta investigación, basada en la narrativa de

la experiencia y el significado que este grupo de mujeres puertorriqueñas con disfunción

orgásmica le asignó a dicha experiencia.

Resultados

Para describir la experiencia y el significado de la condición de disfunción

orgásmica reconocida por estas mujeres participantes se creó un Diagrama lógico

(Creswell, 1998) conceptualizado por la codificación selectiva que se ilustra en la Tabla I.

La misma, permite conocer e identificar dos grandes categorías: significado adscrito al

orgasmo y experiencia de disfunción orgásmica. En la categoría de significado adscrito

al orgasmo se identifica la categoría de educación informal con sus inherentes

propiedades: construcciones sociales y de género, y la expectativa. En la segunda

categoría identificada como experiencia de disfunción orgásmica se identifican dos

subcategorías: bloqueo y conducta asumida. En la subcategoría del bloqueo se identifican

sus tres propiedades: el bloqueo fisiológico (deseo, excitación y orgasmo), el afectivo/

emocional (amor vs. sexo, cercanía emocional) y el cognitivo (pensamiento inadecuado

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prevaleciente y automático, ansiedad ejecutoria, adscripción de responsabilidad y

mutismo). En la subcategoría de conducta asumida se identifican, a su vez, tres

propiedades: sumisión, evasión y renunciación.

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Significado Adscrito al Orgasmo
El significado que le adscriben al orgasmo estas mujeres participantes descansa en

la experiencia proveniente de su educación informal con sus inherentes construcciones

sociales y de género. Esta educación informal no es otra cosa que su proceso de

socialización; proceso por el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su

medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad; aprende a

diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su comportamiento.

Son estos elementos socioculturales los que en su proceso de educación informal

provocan en la mujer un significado el cual está influenciado por la educación de la época

(Ellis, 1999); por las experiencias vividas clasificadas como positivas o negativas, y sus

pensamientos en torno a estas vivencias (Birnbaum y otros, 2001; Ellis, 1987; Mah y

Binik, 2002; Masters y Johnson, 1979; Mock, 1989; Nobre y Pinto-Gouveia, 2003;

Renaund y Byers, 2001); por conceptos cognitivos, emotivos y conductuales que forman

un determinante en su desarrollo sexual (Ellis, 1999; Mock, 2004); sus criterios sobre el

tema de la sexualidad, placer sexual y su ejecutoria las cuales basan en sus experiencias

de vida; criterios de educación, religión, política, economía y salud pública (Mock,

2004); los cuales se repiten generacionalmente (Montesinos y Preciado, 2004); y

provienen de los múltiples estereotipos acerca de la sexualidad y los hábitos sexuales

tanto del hombre como de la mujer puertorriqueña (Pérez-Jiménez, Cabrera-Aponte y

Varas-Díaz, 2004). Mock (1989) sostiene que la cultura y la socialización entre

puertorriqueños y puertorriqueñas son factores a considerar al plantearse el problema de

disfunción orgásmica de la mujer puertorriqueña. Ella define estos estereotipos como la

manera en que se transmiten o enseñan los comportamientos sexuales aceptados por la

sociedad. Todo este proceso de socialización abona a las ideas preconcebidas de las

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mujeres participantes sobre las relaciones sexuales, específicamente el orgasmo. Por

tanto, para entender la disfunción orgásmica en estas mujeres participantes tenemos

primero que comprender la definición que ellas le adscriben al orgasmo. La Figura 1,

presentada a continuación, refleja lo que se identificó como el significado adscrito al

orgasmo.

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Estas mujeres participantes definen el orgasmo como una manifestación

fisiológica con la pareja que les debe provocar “cosquillas, correntón, sentir un riachuelo,

algo muy placentero”. Las siguientes expresiones ilustran estas ideas preconcebidas:

“por todo el cuerpo siento esas cosquillitas, esa corriente cuando me tocan, no sé

lo que es o por qué es”

“si me siento húmeda en mis partes puede ser que lo tuve”

“siento que me estoy yendo, es algo fuera de este mundo”

“entonces lo sabré porque ya esa sensación de que el cuerpo se queda esperando

algo más desaparecerá”

“cuando terminemos me voy a sentir totalmente satisfecha”

De esta definición adscrita al orgasmo que tienen estas mujeres participantes se

desprende, como lo expone Ellis (1999), que las actitudes adoptadas frente a lo sexual

dependen del individuo y son un determinante en su respuesta sexual. Respuesta que

según el autor también estará determinada por la cultura. Por tanto, también se debe

considerar su narrativa sobre las construcciones sociales, como un componente dentro de

este concepto cultural.

Construcciones Sociales
Partiendo de esta definición de orgasmo basada en su educación informal, las

mujeres participantes establecen su propia construcción social de lo que es el orgasmo

cuya fuente proviene de lo que aprendieron en la comunicación informal con familiares,

amigos y amigas. Estas construcciones sociales habrán de ser consideradas como uno de

tantos aspectos culturales que se derivan de la educación, religión, política, economía y

salud pública; que influyen en la condición de disfunción orgásmica en la mujer

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puertorriqueña (Mock, 2004) y los cuales se repiten generacionalmente (Montesinos y

Preciado, 2004). Estas construcciones también surgen de las relaciones sexuales

(positivas o negativas) con sus respectivas parejas. Las siguientes expresiones ilustran

este proceso de construcción social:

“sólo una tía me mencionó algo cuando me fui a casar”

“cuando mis amigas hablan de eso dicen que es algo que te vas del mundo, que se

te cierra la mente, que estás en otro mundo”

“es que todo lo aprendí con él, no sabía mucho, no sabía mucho, todo lo iba

aprendiendo según se iban dando las cosas, él fue el que me enseñó”

A partir de estas construcciones sociales, que Mock (1989) las define como la manera

en que se transmiten o enseñan los comportamientos sexuales aceptados por la sociedad, es

que estas mujeres participantes definen los roles que cada quién asumirá dentro de su

conducta y ejecutoria sexual.

Construcciones de Género
A partir de esta educación informal las mujeres participantes establecen sus

propias construcciones de género que definen el rol que ellas entienden tienen en la

relación sexual, así como el que deben esperar de sus parejas. Las siguientes expresiones

ilustran este proceso de construcción de género:

“yo sólo he tenido sexo con mi pareja, con mi esposo, me casé con él y él fue el

que me enseñó”

“él tiene mucha más experiencia que yo y de mi parte sé que él sabe cuándo uno

tiene o cuándo uno no tiene el orgasmo”

“voy a saber que lo logré cuando él me lo diga”

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“hace como unos cuantos meses empecé a tocarme, pero no, prefiero que lo haga

él”

“tengo que algunas veces fingir, cuando no tengo el deseo de tener relaciones para

que él no se de cuenta, tengo que fingir que me está gustando, que estoy sintiendo

algo para que no se sienta mal”

De su narrativa se desprende el hecho de que se le ha adjudicado a la ejecutoria

sexual masculina la responsabilidad de la obtención de placer de la mujer (Ellis, 1979;

Mock, 2004). Además, que los aspectos de machismo, el hombre física, intelectual,

cultural y sexualmente superior a la mujer, y el marianismo, la manifestación de pureza,

castidad y sumisión tal cual María, la madre de Jesús ( Montesinos y Preciado, 2004) son

construcciones de género y sociales que también influyen en su respuesta sexual.

Sus expresiones, tanto en las construcciones sociales como en las de género,

manifiestan claramente la carencia de una educación formal sobre lo que es la relación

sexual y el orgasmo como parte de la misma. Por un lado, las construcciones sociales

evidencian la carencia de información o datos específicos relativos al tema de la

sexualidad y su ejecutoria sexual basados en una educación sexual formal. Por otro lado,

las construcciones de género evidencian conceptos estereotipados donde se espera que el

control de la experiencia surja por el conocimiento y el dominio del hombre. Este

proceso de socialización define su significado adscrito de orgasmo y, por consiguiente, su

expectativa.

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Expectativa

La expectativa de estas diez mujeres participantes de tener una experiencia

orgásmica está basada en la educación informal y en las construcciones sociales y de

género. La misma proviene del pensamiento de lo que deben lograr en la experiencia

sexual, así como de que lo deben disfrutar y de cómo debe ser el orgasmo. Por eso las

mujeres participantes dicen y tienen en su mente que quieren llegar, que quieren lograrlo.

Las siguientes expresiones ilustran estas expectativas:

“tengo en mi mente pues esta vez quiero llegar al orgasmo, quiero lograrlo, pues

esta vez quiero llegar”

“depende de todos los factores, si es planificado estoy predispuesta a que vamos

a tener relaciones sexuales y ya se lo que va a pasar”

“yo asocio lubricación con excitación”

“que haya más caricias, más besos, que no sea penetrar y ya”

González-Rosa (2004) señala la necesidad que tiene la mujer puertorriqueña de

conocerse, tanto física como emocionalmente, para poder disfrutar de su sexualidad; que

identifique de dónde provienen sus estereotipos y que provoque una introspección de

cómo se iniciaron los criterios de sexualidad y placer sexual en su vida. Con ello, podrá

apoyar, identificar, y de ser necesario, descartar todo lo inútil, incluidas sus expectativas

al respecto.

La educación informal que han recibido y sus construcciones sociales y de género

provocan en estas mujeres participantes una expectativa de su propia ejecutoria sexual y

la de su pareja. Esta expectativa descansa en el significado adscrito al orgasmo que al no

ocurrir como se espera las predispone a tener una experiencia de disfunción orgásmica.

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Experiencia de Disfunción Orgásmica
La experiencia de disfunción orgásmica se deriva del significado adscrito al

orgasmo y de la expectativa del mismo. Aún cuando la expectativa es el alcance y

disfrute del orgasmo, lo cual constituye su meta, esto no se logra. Por tanto, surge la

disfunción orgásmica. Surge el bloqueo (único concepto in vivo utilizado tal cual

expresado por las mujeres participantes según Strauss y Corbin, 1990) tema que este

grupo de mujeres participantes expresó consistentemente para describir lo que sucedía en

el preciso momento de tratar infructuosamente de lograr el orgasmo. Las siguientes

expresiones ilustran este bloqueo:

“pues de verdad, disfruto de todo desde que comenzamos, las caricias, los besos,

sé que me está gustando pero luego me bloqueo, ya no siento nada”

“ya no puedo ir ni para adelante, ni para atrás, lo que quiero es que se acabe, que

se acabe ya”

“es como que todo se pierde, todo se va y ya no puedo regresar a ese punto que

me estaba gustando, ya empiezo a pensar en que no lo voy a lograr, no lo voy a

lograr”

Al insistir en que fueran más explícitas en su experiencia de bloqueo se

identificaron tres propiedades del bloqueo: fisiológico, emocional/ afectivo y cognitivo.

La Figura 2 ilustra el bloqueo, sus propiedades y su relación con la disfunción

orgásmica.

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Bloqueo Fisiológico
Al participar de la actividad sexual, las mujeres participantes dicen que les está

gustando lo que está pasando. Lo disfrutan hasta el punto en que surge el bloqueo. El

bloqueo fisiológico ellas lo describen como el momento en que le cambian el ritmo, la

intensidad de la caricia que están recibiendo, que la fase de penetración es muy corta o

que el acercamiento o invitación para la actividad sexual es muy directiva, van directo “al

grano”. El bloqueo fisiológico está presente en las tres fases del ciclo sexual: fase de

deseo, de excitación y fase orgásmica. En cada una de esas fases las mujeres participantes

reconocieron sus necesidades y preferencias y cómo ello se relaciona a su disfunción

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orgásmica. La Figura 2 (a) presentada a continuación, ilustran las propiedades del

bloqueo fisiológico en las diversas fases del ciclo sexual.

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Es la fase de deseo la que provoca la invitación, el querer, el pensar en sí quiero

tener relaciones sexuales y acudir, acceder a iniciar el acto sexual. Las siguientes

expresiones ilustran el bloqueo en esta fase de deseo:

“se iba a lo que se iba y ya, es que al cuerpo le gusta y lo quieres tener, a mí me

gusta hacerlo”

“tenía relaciones sexuales porque me gustaba el hombre”

“no es lo mismo cuando él invita que cuando yo lo provoco”

Toda vez se ha accedido a dicho deseo se procede a la fase de excitación que es

cuando median las caricias, los besos y todo aquello que ellas catalogan agradable y que

“me está gustando”. Las describen como parte de sus experiencias positivas. Las

siguientes expresiones ilustran el bloqueo en esta fase de excitación:

“que no cambie, que se quede como está si es que ya me está gustando”

“al momento en que ya yo estoy loca, loca por tener mi explosión, en la

penetración o él termina o de momento se para o coge una pausa y ahí es que me

bloqueo.

“que haya más caricias, más besos, que no sea penetrar y ya”

Esta fase de excitación las debe llevar a su experiencia orgásmica y, en cada una

de las mujeres participantes de esta investigación, es justo la fase en que ellas evidencian

su “problema” o sea, su incapacidad de poder seguir hacia adelante, de seguir

experimentando sensaciones placenteras que le ayuden a “lograr” su orgasmo. Las

siguientes expresiones ilustran el bloqueo en esta fase de orgasmo:

“cuando estamos en una posición, en un ritmo, más bien en un ritmo en que me

siento bien y allí yo sé que por dentro de mí empieza una electricidad que yo sé

25
que más o menos lo voy a tener y al momento, a él cambiarme el ritmo o la

posición la mente interfiere y ahí quedo”

“cuando tiene su eyaculación termina, una vez ocurre la penetración no pasa

nada, llega el momento en que me desespero porque no pasa nada más”

Bloqueo Afectivo/ Emocional


Dentro de sus construcciones sociales prevalece el que las mujeres participantes

desean sentirse amadas y en conexión emocional con su pareja al momento de sostener

relaciones sexuales. De lo contrario, ellas consideran que están “teniendo sexo” en lugar

de lo que ellas identifican como “hacer el amor”, a lo cual le establecen una diferencia y

de ahí su bloqueo afectivo/ emocional. Ambos componentes, amor versus sexo y la

conexión emocional constituyen su concepto de estar unida a su pareja. La Figura 2 (b)

presentada a continuación, sirve para ilustrarlo.

26
Las siguientes expresiones ilustran las propiedades del bloqueo afectivo/ emocional y la

diferencia que ellas establecen y mencionan entre amor vs. sexo y la cercanía emocional.

“hacer el amor con una pareja es diferente a hacerlo porque el cuerpo lo necesita”

“se iba a tener sexo porque el cuerpo lo necesitaba, no porque había amor o

entrega”

“lo hacía porque el cuerpo lo necesitaba pero que no me entregaba”

27
Estas expresiones ilustran el pensamiento que está presente en su mente al momento

de iniciar la relación sexual y que prevalece durante sus diversas fases. Al pensar que

están teniendo “sexo” y que eso no se relaciona en nada a “sentirse amada”, vuelven a

estar presentes sus construcciones sociales y de género, sus expectativas no cumplidas y,

por ende, su bloqueo. Vuelven a imaginarse, dentro de su idea de cómo debe ser, lo que

les gustaría versus lo que realmente están viviendo. Esos pensamientos también las

acompañan durante toda su ejecutoria sexual. Se manifiesta en el pensamiento que

prevalece, que siempre está, que se convierte en su ley, su verdad. También está presente

en el pensamiento que les surge automáticamente, casi sin ellas controlarlo o

proponérselo. Este pensamiento también llega con un criterio de ejecución en su

expresión sexual identificada como ansiedad ejecutoria ya que ellas entienden y

clasifican que no tienen experiencia o que no saben qué hacer si les toca a ellas tomar la

iniciativa. Entonces, se repite el ciclo: se lo imaginan, no sucede, se callan, vuelve y se

repite. Esto nos induce a identificar sus pensamientos o factores cognitivos desde esas

diversas manifestaciones. La Figura 2 (c) presentada a continuación, sirve para ilustrar las

propiedades del bloqueo cognitivo.

28
Del pensamiento de estas mujeres participantes surge el bloqueo que a su vez les

provoca su experiencia de disfunción orgásmica. Este pensamiento está basado en su

educación informal y en sus expectativas de qué debe ser su orgasmo el cual, al no

ocurrir, entonces la mente “se mete de presentá” y le interfiere e incapacita de seguir

disfrutando lo que le parecía agradable hasta ese momento. Es lo que se dicen a ellas

mismas, a veces constantemente, lo que les provoca un pensamiento inadecuado y, por

29
ende, sus conductas disfuncionales. Las siguientes expresiones ilustran este bloqueo

cognitivo y el pensamiento inadecuado prevaleciente, el que siempre está y las

predispone sexualmente:

“por más que trato no logro volver a concentrarme, volver a dónde estábamos”

“me repito lo mismo todo el tiempo, realmente desconozco por qué yo no llego a

ese clímax tan fabuloso y tan espectacular”

“sí lo disfruto tanto, ¿por qué no llego a dónde tengo que llegar?

En su pensamiento inadecuado también surge el pensamiento automático, el que llega

de repente, justo en el momento en que están sosteniendo relaciones sexuales y quieren

lograr su orgasmo. Es justo ese momento en que hasta ahí les está gustando y de repente

ya no quieren seguir, ya no sienten nada, la mente se les bloquea y le interfiere su

ejecutoria. Las siguientes expresiones ilustran este bloqueo cognitivo y su pensamiento

inadecuado automático:

“entonces, cuando ya estaba a punto de lograrlo y él cambia, la mente se mete de

“presentá”, no puedo evitarlo y ya no quiero seguir, quiero que se quite de encima

de mí”

“cuando estamos ya en la penetración, que ya yo siento que me estoy yendo del

mundo, que me estoy olvidando de dónde estoy, yo sigo diciendo lo quiero lograr

pero o él se viene y se termina o me vuelve otro pensamiento a la mente”

“y de repente empiezo a pensar en los problemas de la casa, en los nenes y todo

eso y se me va el mood”

“me voy del cuarto, siento que me voy pero puedo regresar si me concentro”

30
A este pensamiento prevaleciente y automático se le añade su ansiedad ejecutoria.

Cuando ellas piensan que no lo están haciendo bien, que se están tardando mucho o que

no tienen suficiente experiencia. Las siguientes expresiones ilustran este bloqueo

cognitivo y la ansiedad ejecutoria en estas mujeres participantes:

“me preocupa estar haciendo algo mal, algo que le moleste a él”

“le dije que ya, que penetrara porque ya me estaba tardando mucho, quería estar

lista”

“creo que no, que por más que me esfuerce y trate de hacerlo bien en la cama,

creo que como quiera no lo voy a lograr”

A pesar de todo esto, de su pensamiento inadecuado y de su ansiedad ejecutoria,

las mujeres participantes mencionaron que se acercaban a la experiencia sexual con la

expectativa de poder lograr su orgasmo. Al finalizar la relación sexual y no lograrlo se

quedan en su diálogo interno, con sus pensamientos prevalecientes y automáticos sobre

“no lo logré, por más que me concentro no pasa nada”. Esto ella no lo habla con otras

personas. Ella no comparte esta experiencia ni con su pareja, con familiares, menos aún

con profesionales de ayuda que le permitan una adecuada educación sexual y con ello

trabajar su disfunción. Un mutismo prevalece como manifestación de su experiencia. .

Las siguientes expresiones ilustran este bloqueo cognitivo manifestado con su mutismo y

su diálogo interno:

“no he buscado ayuda, no se lo he dicho a nadie”

“para él todo está bien, él piensa que yo tengo mi orgasmo y que lo estoy

disfrutando”

“no le digo nada para no ofenderlo, para que no piense que la culpa es de él”

31
En el diálogo consigo misma, interno, las mujeres participantes interpretan lo que

está pasando y adscriben responsabilidades. De una parte, se culpan y dicen que son ellas

las del “problema” y de otra parte mencionan que si él hiciera las cosas diferentes, como

prolongar las caricias y la fase de penetración, posiblemente ellas lo lograrían. También

identifican lo que deben hacer como pareja. Así, dentro de su análisis de qué pasa y por

qué pasa ellas adscriben responsabilidades.

Adscripción de Responsabilidad (Mía, Suya, Nuestra)


Al indagar en su bloqueo, las mujeres participantes en ocasiones se adscriben la

responsabilidad del mismo diciendo que es su culpa, que son ellas las que no pueden

lograr su orgasmo por más que lo intenten y se concentren y entonces son ellas las que

tienen un “problema”. Las siguientes expresiones ilustran de este bloqueo cognitivo su

adscripción de responsabilidad:

“no ser tan penosa, no tener miedo y atreverme a hacer otras cosas”

“que cuando me toque a mi tomar el control sepa o que debo hacer, por ejemplo,

cuando yo estoy arriba, cuando soy yo la que tengo que moverme”

“pues que yo me pueda satisfacer completamente, tener mi orgasmo, luego que

surjan más caricias y que él pueda penetrar más tiempo sin eyacular”

“pues decirle a él que no cambie el ritmo”

“dejar la timidez, el nerviosismo, tener más conocimiento, experiencia, soltura”

En otras oportunidades las mujeres participantes identifican que es su pareja la

que tiene que hacer cosas diferentes para entonces ellas poder lograr su orgasmo y le

adscriben la responsabilidad a su pareja. Las siguientes expresiones ilustran del bloqueo

cognitivo la adscripción de responsabilidad a su pareja:

32
“él desconoce totalmente dónde tiene que tocar para yo llegar y siempre es lo

mismo, es una rutina, yo quisiera otra cosa”

“lo hace demasiado suave, si fuera un poco más rápido, siempre igual el

movimiento pienso que yo lo lograría”

“que si ya encontró ese puntito, esa área en que yo siento que casi lo voy a lograr,

pues entonces que no cambie”

“parece que se le olvida o se concentra tanto en su gusto que se le olvida el mío”

En otros momentos las mujeres participantes pueden identificar qué tiene que

hacer cada quien, tanto ellas como sus parejas, para poder lograr una adecuada ejecutoria

sexual incluyendo con ello su experiencia orgásmica. Las siguientes expresiones ilustran

la adscripción de responsabilidad compartida:

“yo creo que de mi parte concentrarme más, de parte de él, eh, pues, más tiempo

en la penetración”

“de mi parte sentirme más en confianza, de su parte hacerme más sexo oral”

“si yo pudiera tardarme menos en lograr mi orgasmo ayudaría, si él pudiera

tardarse más en eyacular, también ayudaría”

En resumen y luego de adscribir responsabilidad y del mutismo, las mujeres

participantes han vivido una experiencia de disfunción orgásmica enmarcada en un

bloqueo fisiológico, afectivo/ emocional y cognitivo. Esto, a pesar de querer

experimentar infructuosamente su orgasmo. Como respuesta al intento y a su

“frustración”, y a pesar de adjudicar responsabilidades, asumen una conducta con tres

propiedades: sumisión, evasión o renunciación. La Figura 3 presentada a continuación,

ilustra esas tres propiedades.

33
Son sumisas cada vez que le otorgan el poder de decisión a su pareja, cuando

expresan “digo sí cuando quiero decir no” o cuando dicen que se acercan a la experiencia

sexual por “complacer a su pareja”. Las siguientes expresiones ilustran su conducta de

sumisión:

“no era que yo quería, era porque yo sabía que él quería tener relaciones sexuales”

“tenía relaciones por complacerlo a él, yo todo lo hago por complacerlo

“pues, para que él se sienta bien”

“lo hago para agradar a esa persona, todo lo que hago es para agradarle”

“para que no busque las cosas fuera de la casa nos obligamos a tener sexo, hay

veces que no lo quieres hacer pero tienes que hacerlo para retenerlo”

34
Su conducta es evasiva cuando identifican razones o excusas para privarse de la

experiencia sexual toda vez que ya están predispuestas a los resultados. Las siguientes

expresiones ilustran su conducta de evasión:

“no sé si es que uno se acostumbra ya a la persona que es que uno lo ve como

algo ya lo mismo, como que uno se aburriera de la persona y por eso no siento

deseos y trato de evitarlo porque no tengo deseos”

“todo está bien hasta que me insiste en que tengamos relaciones sexuales porque

ya yo sé que no lo voy a lograr así que para qué si no lo voy a lograr”

Las mujeres participantes asumen una conducta de renunciación cuando expresan

que para ellas el “sexo ya salió de mi vida, puedo vivir sin ello”. Ello surge de la

experiencia que viven cada vez que intentan lograr su orgasmo infructuosamente. Por

tanto, su predisposición les provoca evitar que se repita la experiencia de disfunción al no

lograrlo. Las siguientes expresiones ilustran esta renunciación:

“yo puedo vivir sin sexo, no es importante para mí”

“me pregunto por qué tengo que tener relaciones sexuales, por mi todo lo demás

está bien en mi matrimonio excepto eso y no por mí, por él”

“yo misma me he condicionado mentalmente que como no he sentido placer no

me interesa hacerlo”

“como no me va a pasar, no me va a pasar, no quiero hacerlo”

Como resultado, a la luz de estas descripciones y ante todo lo antes expuesto, se

ha identificado una narrativa que permite escribir una historia que integra las categorías,

tal cual sugerido por Creswell (1998) y preparar un retrato visual que presenta los

orígenes y las condiciones que influyen en el fenómeno central en esta investigación

35
presentado como teoría emergente de disfunción orgásmica, una experiencia cognitiva-

cíclica. En resumen (véase la Figura 4), las mujeres reciben una educación informal cuya

fuente proviene de lo que aprendieron en la comunicación informal con familiares,

amigos y amigas connotada por construcciones sociales y de género a través de su

proceso de socialización ante lo cual surge su significado adscrito al orgasmo.

Construcciones que Mock (2004) define como la manera en que se transmiten o

enseñan los comportamientos sexuales aceptados por la sociedad y los roles que cada

36
quien asumirá dentro de su conducta y ejecutoria sexual. Cada vez que estas mujeres

participantes intentan, infructuosamente, alcanzar su orgasmo; al no cumplirse su

expectativa de lo que deben lograr en la experiencia sexual, de que lo deben disfrutar y de

cómo debe ser ese orgasmo, entonces de dicha experiencia surge el bloqueo. Vocablo in

vivo, utilizado por ellas mismas para describir lo que sucedía en el preciso momento de

su intento infructuoso de alcanzar el orgasmo. Un bloqueo que se manifiesta en los

aspectos fisiológicos, afectivo/ emocionales y cognitivo/ conductuales y que contribuye a

sus propias experiencias. Ante todo esto, entonces surge su conducta asumida como de

sumisión, evasión y renunciación. Mujeres que son sumisas cada vez que complacen,

evasivas cuando buscan excusas para evitar la relación o acercamiento sexual y quienes

optan por la renunciación cuando prefieren prescindir de la actividad sexual en su

totalidad y aseveran que pueden vivir sin eso. Todo lo anterior, entonces, provoca su

experiencia de disfunción orgásmica, la cual es cognitiva-cíclica, es decir, que se repite

una y otra vez. La Figura 5 presentada a continuación lo ilustra.

37
Conclusiones:

Por consiguiente, a la luz de lo antes expuesto, emerge la siguiente teoría la cual

propone que la experiencia de disfunción orgásmica es una experiencia cognitiva-cíclica

que descansa en dos contradicciones cognitivas recurrentes: la definición del orgasmo y

la adscripción de la responsabilidad para el logro del mismo. Las siguientes

proposiciones explican esta teoría que emerge:

38
 La disfunción orgásmica se origina por una definición errónea, inadecuada y

estereotipada y mal informada sobre lo que debe ser el orgasmo.

 La definición del orgasmo surge de una educación informal y experiencias previas

vividas, positivas o negativas, que a su vez abonan a las construcciones sociales y

de género en el proceso de socialización.

 A tenor con esa definición y esas construcciones surge una contradicción

cognitiva en la expectativa de la experiencia orgásmica.

 Por esa contradicción surge un bloqueo o pensamiento irracional tanto en los

aspectos físicos, afectivos/ emocionales como en los cognitivos y están presentes

en cada una de las fases del ciclo sexual, a saber: deseo, excitación y orgasmo.

 Surge una segunda contradicción en la adscripción de responsabilidad de si

proviene de ella o de su pareja el experimentar su orgasmo.

 El mutismo, como silencio impuesto o voluntario, la lleva a asumir conductas que

se manifiestan en sumisión, evasión o renunciación.

 Este patrón se repite una y otra vez convirtiéndose en una experiencia cognitiva-

cíclica.

Implicaciones para la Consejería desde la Perspectiva Educativa, de Consultoría, de


Intervención y Responsabilidad Social
Como educadora deseo hacer un llamado a provocar una nueva narrativa sexual

tal cual lo sugieren organizaciones mundiales de la salud (Cairo +10, 2004; PAHO, 2000;

WHO, 1986, 1975). Este llamado señala que los discursos estereotipados

no sólo tienen una connotación en la salud física del ser humano, sino también en

su salud mental. Por tanto, se enfatiza que dicho discurso permita el reconocimiento y

39
aceptación de que la sexualidad es una actividad inherente al ser humano y que para su

adecuada manifestación deben prevalecer los derechos sexuales que ya han sido

promulgados mundialmente.

Se convoca a crear una acción asertiva para educar sobre la condición de disfunción

orgásmica de la mujer puertorriqueña a través de una educación sexual formal que

permita romper con su experiencia cognitiva -cíclica. Es decir, con su contradicción

cognitiva, su bloqueo, adscripción de responsabilidades y mutismo los cuales forman

parte de su ejecutoria sexual y están presentes en las diversas fases del ciclo sexual.

Dicha educación formal debe estar basada en construcciones sociales y de género que

promuevan una relación de igualdad y balance entre las partes, fuera de los conceptos de

machismo, marianismo y etiqueta aún prevalecientes. Para ello, se deberá desarrollar un

nuevo discurso que presente la predisposición genética tanto del hombre como de la

mujer al deleite y manifestación sexual y la gran capacidad que tienen ambos de lograr lo

máximo de su disfrute, libre, espontánea y naturalmente. La exhortación es a que dicho

esfuerzo educativo formal se haga desde una perspectiva de prevención integral y no

solamente enfocado en el discurso de embarazos no deseados, enfermedades de

transmisión sexual o sólo abstinencia por lo cual se necesita una revisión curricular.

Como habrá de ser una educación formal dirigida a concienciar con un enfoque de salud

sexual integral basado en los derechos humanos, deberá a su vez proveer información

científica relacionada a la salud sexual y sus manifestaciones incluyendo el tema del

placer y el disfrute de la sexualidad y sensualidad de cada quien. La invitación es a que se

ofrezca una educación sexual formal que divulgue las consecuencias, positivas y

negativas, de dicha experiencia sexual, el criterio de amor, apego, desilusión, abandono,

40
pérdida, entre otras emociones que se experimentarán y que están directamente

relacionadas a la actividad sexual y al concepto del amor romántico. Una educación

sexual formal que trate sobre los aspectos culturales, religiosos, doctrinales, económicos

y políticos de la sexualidad humana desde una perspectiva científica para evitar la

perpetuación de los estereotipos que han sido traspasados generacionalmente a través del

proceso de socialización. Educación sexual formal que debe ser provista por las escuelas

con este nuevo discurso como eje focal del currículo revisado. Mediante este proceso

educativo formal se pretende trabajar de forma preventiva y asertiva la salud sexual del

ser humano, recalcando que la misma es responsabilidad de cada quien. A su vez,

también aspira a disminuir la tendencia de los trastornos de disfunción sexual. Educación

que no tan sólo se le proveerá a los y las estudiantes, sino también al personal que dicta

cátedras de educación sexual tanto a nivel elemental, intermedio, superior, bachiller,

maestría, doctoral y estudios continuos. Entonces, el consejero y consejera será el eje

central, tanto de las entidades educativas y académicas, así como del profesional

encargado de impartir dicha nueva narrativa. Estos profesionales deberán estar libre de

dichos estereotipos y construcciones limitantes para evitar con ello perpetuar el discurso

sexual castrante y provocativo de dichas disfunciones. Por tanto, y como parte de los

roles del consejero y consejera, se sugiere que se pueda proveer consultoría a entidades

participantes y responsables de dicha educación de salud sexual para poder identificar

sobre qué construcciones está basada la educación que hasta el momento ha sido

impartida. De tal forma que se pueda evaluar, con datos empíricos, su utilidad para

entonces reeducar desde la perspectiva de esta nueva narrativa que en adelante constituirá

la educación sexual formal que tendrá un impacto curricular histórico.

41
Intervención en Consejería
Se considera de gran utilidad la implementación de la Terapia de la realidad

emotiva (TRE) de Ellis (1979) para ayudar a identificar los pensamientos contradictorios

que constituyen el bloqueo, así como las emociones y conductas que los mismos generan.

La teoría de por sí postula que al cambiar el pensamiento se cambia la emoción y por

tanto se tendrá una nueva conducta. La TRE de Ellis sugiere que se identifique el

pensamiento irracional el cual está a su vez provocando una emoción y por tanto una

conducta. Con ello en mente, y consciente de que a través de la narrativa de estas mujeres

participantes se pueden identificar las contradicciones de sus pensamientos, que a su vez

se pueden clasificar como irracionales y absolutos, entonces se conciencia al respecto

para una vez que surgen tengan la disposición de reestructurarlos.

A través de la consejería, y con una exploración profunda de los pensamientos,

emociones y conductas, se podrá capacitar para negociar aquellos puntos donde no

convergen con sus parejas y con ello sustituir la postura de roles de género prevalecientes

en estas relaciones. De esta forma se fomentará el apoderar a la mujer, y toda vez su

nuevo pensamiento surja, tal cual cita la teoría, su nueva narrativa y conducta impactará a

quienes tenga a su alrededor. Sobre todo a sus hijos e hijas quienes tendrán la oportunidad

de crecer con otra perspectiva de género y de adecuada educación sexual. Así, se puede

garantizar esas futuras generaciones.

Los profesionales que trabajan en intervención deberán profundizar en el

contenido y la narrativa de sus participantes, toda vez que la información más relevante

en torno a su condición surgirá al explorarla bien detenidamente y no necesariamente

desde las primeras intervenciones. Se enfatiza también sobre la importancia de indagar

las experiencias previas de las mujeres con disfunción orgásmica por si están enmarcadas

42
en abuso sexual, situación que puede desvirtuar su significado y la predispone a disfrutar

o no su orgasmo tal cual sugiere González-Rosa (2000); información que surgirá al

explorar y clarificar los contenidos de su narrativa.

Responsabilidad Social
Si bien es cierto que hemos enfatizado en que la educación sexual debe ser una

formal, también es cierto que la educación informal seguirá siendo un recurso disponible

de aprendizaje el cual impactará la vida de muchas mujeres: desde la mujer profesional

que tiene acceso a fuentes directas, hasta la mujer ama de casa que mientras prepara el

almuerzo escucha una emisora de radio, lee el periódico, sintoniza un programa de

televisión o accede a la Internet. Por tanto, esa nueva narrativa debe ser parte de ese

contenido educativo informal sobre la sexualidad femenina. Los consejeros y las

consejeras deben extender su voz, su nuevo discurso el cual siempre estará sustentado

empíricamente, para concienciar y educar. Así, utilizarán diversos foros y medios de

comunicación donde puedan divulgar información científica que contribuya en este

esfuerzo educativo. De esta manera se convertirán en entes activos y catalíticos de este

apoderamiento sexual que se pretende lograr a través de ambos esfuerzos educativos: el

formal y el informal.

Limitaciones y Futuras Investigaciones


El enfoque cualitativo de esta investigación no parte de la premisa fundamental de

la generalización de los hallazgos. Descansa en la premisa de que toda experiencia es

única y de múltiples manifestaciones. Por tanto, la teoría que emerge no intenta explicar

el comportamiento de todas las mujeres puertorriqueñas. No obstante, tampoco puede

negar que si como mujeres hemos estado expuestas a la misma experiencia cultural, esta

43
teoría podría estar explicando la vivencia de un grupo más amplio. Así también, fueron

diez las mujeres seleccionadas para esta investigación a pesar de que fueron cien las que

contestaron al llamado para participar. No podemos imaginar cuántas otras pudieron o

pensaron contestar y no lo hicieron por tratarse de un tema del todo estereotipado y del

cual no se habla. Por tanto, el utilizar el método cuantitativo tipo encuesta, que permita

atender una población mayor de mujeres donde estos planteamientos teóricos puedan ser

investigados, habrá de ser un tema a considerar en una futura investigación, la cual podría

arrojar datos con una muestra probabilística, datos actualmente inexistentes. En esta

investigación se considera un logro el hecho de haber roto el mutismo, es decir, que se

atrevieran y decidieran hablar de su condición ya que eso es algo “que no se habla”. Sin

embargo, reconocemos que debe haber mucho más que decir, escuchar y analizar para

entonces reeducar y reconstruir.

Otra recomendación para investigaciones futuras, que surge a partir de los datos,

sería identificar cómo la conducta manifiesta de sumisión, evasión y renunciación puede

empeorarse, si surge en diferentes etapas de la experiencia cognitiva-cíclica de la

disfunción orgásmica, el orden en que surgen, si surge una de ellas, todas juntas o

aisladas, o acaso una lleva a la otra.

De la narrativa de estas mujeres participantes se desprende un orden secuencial en

su bloqueo, este es fisiológico, emotivo y cognitivo. Orden secuencial que no concuerda

con lo señalado por Ellis (1999) al mencionar que el pensamiento provoca una emoción y

como consecuencia una conducta la cual forma un determinante en el desarrollo sexual

de la mujer. En esta investigación, el hecho de que las mujeres participantes mencionaran

44
otro orden secuencial no significa que no exista el señalado por Ellis, lo cual a su vez

sugiere otro tema a considerar para investigaciones futuras.

Esta investigación ha tenido un alcance solamente de la mujer dentro de la

relación heterosexual, no incluyó al varón, ni tampoco ha escuchado las voces de otras

parejas cuyas preferencias no sean las heterosexuales. A estos efectos, se debe considerar

incluir a la pareja extendiéndonos también a otras parejas con diversas preferencias

sexuales. Esta dimensión se abre para investigaciones futuras.

Dado que es la madre la figura principal para educar sexualmente a sus hijos,

surge la interrogante sobre en qué criterios está sustentada la educación sexual que la

madre puertorriqueña está impartiendo. Pregunta que podría contestarse en

investigaciones futuras para identificar qué y cómo se está educando sexualmente a los

jóvenes en Puerto Rico, especialmente a la mujer, y si ello actualmente rompe o perpetúa

el criterio de machismo, marianismo y etiqueta.

En Puerto Rico no existen datos empíricos que reflejen las disfunciones sexuales

femeninas incluyendo la disfunción orgásmica y sus posibles consecuencias. La tendencia

siempre ha sido a no mencionar los problemas sexuales de la mujer y a medicar los

supuestamente existentes, entre ellos la falta de lubricación a partir de los cambios

hormonales causados por la menopausia. Por tanto, se sugiere una investigación que

refleje una muestra probabilística de la población femenina puertorriqueña que utilice

como modelo la realizada por Laumann y otros (1999) en la nación americana para que

arroje datos empíricos sobre las costumbres y prácticas sexuales de la mujer

puertorriqueña, así como sus disfunciones sexuales.

45
¿De dónde surge la contradicción cognitiva en la mujer, será por las construcciones

sociales y de género y su propio proceso de socialización o será que el problema

realmente es la eyaculación precoz de su pareja y no su disfunción orgásmica? Preguntas

que también se sugiere sean contestadas en futuras investigaciones para identificar si

existe o no relación entre la eyaculación precoz, considerada una disfunción sexual

masculina, y la disfunción orgásmica femenina.

46
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