Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FACULTAD DE ENFERMERÍA
ENFERMERÍA BASICA II
I.- INTRODUCCION
La administración de los líquidos intravenosos corresponde al profesional de enfermería quien
debe tener conocimientos sólidos sobre sus efectos. De igual forma asume un rol protagónico en
el control y seguimiento de estos, manteniendo una comunicación permanente con los demás
miembros del equipo de salud, contando con la asignación de un tiempo determinado que
comprende no sólo la preparación, cambio de soluciones y elaboración de los registros sino que
incluye la valoración, el diseño, ejecución y seguimiento de un plan de cuidados, así como la
discusión y participación en el proceso de toma de decisiones.
Se pueden mencionar dos grupos de líquidos para la administración intravenosa: los cristaloides
y los coloides.
Los Cristaloides: Lactato Ringer o Solución Hartmann, Solución Salina o Fisiológica o Cloruro de
Sodio al 9/oo, Dextrosas al 5%, 10% y 50%.
Los Coloides: La Poligelina (Haemacell).
Para nutrición parenteral tenemos al Sorbamín c/s Electrolitos y para fines diuréticos el Manitol al
20%.
Otro efecto es una acción protectora de la célula hepática, ya que ofrece una reserva de
glucógeno al hígado y una acción tónico-cardiaco, por su efecto sobre la nutrición de la
fibra cardiaca. Aporta suficientes calorías para reducir la cetosis y el catabolismo
proteico en aquellos pacientes con imposibilidad de tomar alimentación oral, es por ello
que otra de sus indicaciones principales es el aporte energético.
3.1 VALORACIÓN
El profesional de enfermería debe valorar antes de administrar las soluciones intravenosas
prescriptas lo siguiente:
Estado hemodinámico de la persona; Signos Vitales, enfatizando en Presión Arterial,
Pulso y Respiración.
Nivel de conciencia, estado de hidratación de piel y mucosas.
Signos y síntomas de hipo e hipervolemia.
Edemas
Estado respiratorio (signos de edema pulmonar: ruidos respiratorios anormales)
Valores de electrolitos y gases arteriales
Diuresis, depuración de creatinina, para valorar funcionamiento renal.
Electorcardiograma para valorar funcionamiento cardíaco
Osmolaridad Sérica.
Antecedentes de:
Hipertensión Arterial.
3.3.- PLANIFICACIÓN
Resultados esperados tras completar el procedimiento:
La persona mantiene estado hídrico óptimo.
La persona mantiene las constantes vitales dentro de los parámetros normales.
3.4. – EJECUCIÓN
Es fundamental determinar la indicación de la terapia con líquidos endovenosos, el inicio
y la suspensión. Esta decisión se basa en la valoración del estado hemodinámico del
paciente y no en las facilidades para la administración de la terapéutica médica y/o
farmacológica.
Cobra gran importancia la valoración permanente del paciente con el fin de identificar los
efectos de la terapéutica instaurada, así como los signos y síntomas asociados con la
sobrecarga de líquidos. Esto incluye, valoración del estado de conciencia, función
cardiorrespiratoria y renal (diuresis), toma de signos vitales, estado de la piel y mucosas,
entre otros.
Las soluciones con osmolaridad mayor de 600 mOsmol/L conducen en el 100 % de los
casos a flebitis (DAD 50%, Solución salina hipertónica al 3% ó al 5%) por lo que
requieren ser administradas por vías centrales. Mezclas con osmolaridades mayores de
500 mOsm/L no se d Dextrosa al 10 y 50%:
Dextrosa al 5%
Dextrosa al al 10 y 50%:
Se debe administrar única y exclusivamente a través de un catéter venoso central. Por
ser una solución hipertónica puede causar tromboflebitis si se administra en una vena
periférica.
Tener cuidado de un estricto goteo. La administración rápida puede producir
hiperglicemia brusca y síndrome hiperosmolar.
Manitol al 20%:
Control Estricto de Signos vitales.
Se debe utilizar una vía exclusiva con solución salina. Nunca se debe administrar en una
vía glucosada.
Se debe administrar en bolo a goteo rápido. Para evitar el efecto rebote.
Si observa precipitaciones, colocar en baño maría para derretir los cristales. Nunca
utilice un microondas para derretir los cristales.
Poligelina:
Es una solución preparada para su administración inmediata por vía intravenosa.
La velocidad y duración de la perfusión dependen de las necesidades de cada paciente.
La dosis y la velocidad de perfusión se ha de individualizar para cada paciente en
función del cuadro clínico y dependerá, entre otras cosas, de los parámetros circulatorios
(por ejemplo: la presión arterial).
La duración e intensidad del efecto alcanzado están en función del volumen infundido, la
velocidad de perfusión y de la hipovolemia