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Quisiera hablar de AKIRA, porque AKIRA es una de las pocas películas que han logrado
causar un impacto tan grande en las culturas populares en Occidente. AKIRA es una historia
escrita por Katsuhiro Otomo en 1982. Su revolución parte gracias a que trata a las fronteras
entre lo humano y lo tecnológico como indistintas, donde el límite ético no existe y donde el
desorden de la ciencia y la existencia humana esta a flor de piel. AKIRA se cuestiona el
porque y el como avanza la sociedad y la ciencia en sí misma.
Para entrar un poco en contexto, AKIRA cuenta la historia de Tetsuo y Kaneda que viven en
los suburbios de la ciudad hipermoderna de NEO-TOKIO, surgida luego de la “gran
explosión” que devasto Tokio en la III WW, que vive un clima de agitación social y donde el
gobierno esta llevando adelante un programa ultrasecreto de experimentación humana:
AKIRA. En el medio, durante una pelea de pandillas Tetsuo se ve envuelto en un accidente
con un niño esper (sujeto de pruebas del programa científico), siendo secuestrado por el
gobierno y sometido a todo tipo de pruebas dado a su potencial parecido con AKIRA.
Mientras su amigo, junto con un grupo terrorista se infiltra en las instalaciones del gobierno,
Tetsuo pierde el control de su mente y cuerpo, finalizando con la destrucción total de Neo
Tokio, tal como había hecho AKIRA 31 años antes.
Me intereso la película porque habla mucho sobre vida y tecnología, pero sobre todo por el
futuro que nos depara y la reflexión que propone el progreso infinito. En AKIRA se plantea
que la ciencia está mal utilizada, no una sino dos veces y el resultado es el colapso total de
Tokio. AKIRA es una obra que gira en torno a un programa ultrasecreto para perfeccionar
humanos y ser utilizados como instrumentos bélicos. El límite ético ha sido borrado, todo
niño en el programa es llamado instrumento, por ejemplo, y la biotecnología es un pan de
cada día, también lo son las pastillas para aliviar dolencias no solo físicas, sino también
mentales. En este sentido, AKIRA vislumbra un futuro aterrador, un colapso social producto
de la sobrexplotación humana y de la máquina. Pero no es utópico, AKIRA muestra la
violencia, el control, la dispersión, así como también la resistencia, en AKIRA vemos
escenarios actuales, en AKIRA nos podemos identificar como sociedad.
De esta manera, la pregunta que me hago es ¿cómo emanan los sistemas de explotación,
acaso desde un entorno tecnificado como plantea Mumford o a partir de una burocracia
tecnificada como lo sostiene Bookchin?
Por otra parte, es interesante el planteo que hace Mumford sobre los dos tipos de técnicas:
autoritarias y democráticas ya que lo hace a partir de la figura del hombre. Mumford habla
de que la técnica democrática corre el peligro de desaparecer ante el avance autoritario, el
nuevo control político centralizado. Esta idea esta presente en AKIRA, donde ya la técnica
autoritaria domina a la sociedad, donde pasamos de un centro-hombre a un centro-maquina
que marca el ritmo de trabajo, el hombre se ha vuelto una pieza mas y por ello puede ser
sustituible. Para salir de este problema, Mumford plantea la idea de que hay que sacarle la
autoridad al sistema y dársela al hombre, único capaz de imponerle un límite ético a la
tecnología.
Bookchin, además, hace una crítica al uso de las tecnologías suaves o de menor escala como
fuente para superar el problema de las jerarquías de poder en la sociedad pues no nos
explican las cualidades de la técnica. Su postura, mas radical que la de Mumford, lo lleva a
centrar su atención en las técnicas de administración (instituciones políticas,
administrativas y burocráticas) que llevan adelante el trabajo y la técnica, intensificándolo
para convertir al ser humano en un producto administrado.
En AKIRA encontramos las ansias de poder del sector político, el deseo de conocimiento del
mundo científico, el anhelo de poder por parte de las personas comunes hartas de su
destino. Todas estas líneas funcionan como metáfora de la búsqueda de un poder que el ser
humano no puede controlar el cual desafía los límites éticos de la humanidad, en el sentido
de la experimentación con humanos, para obtener un dominio de la humanidad basados en
un desarrollo tecnológico de las formas de ejercer violencia. La película representa el deseo
descontrolado de poder, el cual se busca con el objetivo de ser influencia sobre y entre los
mismos seres humanos, a costos gigantes para la raza humana (por ejemplo, en los miles de
muertes en la serie) o de la experimentación antiética con seres humanos para superar sus
capacidades
Explicado esto, me gustaría relacionar AKIRA con las conferencias de Foucault y Sibilia.
Porque AKIRA es una obra que, además de expresar una fuerte crítica a los avances de las
ciencias, la deshumanización, también lo es hacia la forma de organización capitalista en la
que se encuentra inmersa la modernidad, a la idea de que la humanidad, incapaz de
defenderse de sí misma, debe delegar sus descubrimientos a la represión de los aparatos de
coerción y control debido a su supuesta incapacidad para controlarlo. Por esto, esta ciencia,
no es una ciencia moderna a secas, es la ciencia moderna del capitalismo basada en las clases
sociales, donde el sujeto cumple una función de mero instrumento, con el objetivo de un
proyecto condenado a su muerte.
Por eso, la sociedad que relata AKIRA es la del cuerpo como objeto y blanco del poder, del
cuerpo dócil inmerso en un capitalismo de clases sociales donde el cuerpo cumple una
función de mero instrumentos, con el objetivo de un proyecto donde está condenado a
morir. Esta es una idea que no es nueva, sino que viene de mucho tiempo atrás donde eran
sistemas más rudimentarios (esclavitud, feudalismo, etc.); lo novedoso está en la escala de
control, es decir, la coerción individual. De esta manera, AKIRA da cuenta de los métodos
minuciosos que se aplican sobre los cuerpos, por ejemplo, la identificación facial, control en las
escuelas, vacunas, las ventas de psicofármacos están identificadas, de esta manera se impone
la disciplina, dejamos atrás lo rudimentario de la esclavitud o el vasallaje, se identifica en
AKIRA la coerción y utilidad de las personas, su docilidad para afrontar y naturalizar su vida.
Vemos en AKIRA la implementación de biopolíticas de planificación, regulación y prevención
de las que habla Sibilia, quien sostiene que disciplina y biopolítica convergen en el capitalismo
industrial, disciplina dirigida al hombre-cuerpo y biopolítica dirigida al hombre especie.
Constituyendo de esta forma instrumentos para maximizar y expropiar las fuerzas humanas,
para optimizar su utilidad.
Y así, aparece el RIESGO, un nuevo mecanismo de control del poder que amenaza la vida, la
salud o la juventud. Dice Sibilia la respecto que, mientras el biopoder se transforma, también
lo hacen sus formas jurídicas y las verdades que lo respaldan. Frente a esto comienza una
carrera tecno biológica de progreso, la guerra de patentes y la experimentación no ética
alentada por el espíritu empresarial (alma espiritual empresarial lo llama Deleuze) en un
mercadotécnico donde ya no compran ciudadanos, sino consumidores.
Foucault habla de la formación de una “anatomía política” que forma cuerpos dóciles, llegar
a esta anatomía solo será a partir de una multiplicidad de procesos que se desarrollan en
detalle dentro de las instituciones disciplinarias, como colegios, hospitales, ejércitos,
universidades, etc. que le darán el toque de laicismo a técnicas que ya estaban presentes
desde antes en la teología y el ascetismo. De esta forma se dará paso al hombre del
humanismo moderno.
Foucault da cuenta de que la disciplina procede ante todo a la distribución de los individuos
en el espacio. Para ello da cuenta del empleo de varias técnicas:
- Pero dice Foucault que estos espacios no son constantes, sostiene que cada espacio
tiende a dividirse en tantas parcelas como cuerpos haya. Bajo esta idea se llevan
adelante políticas individualistas, que evitan el vagabundeo en las calles como las
concentraciones. Es decir, a partir de la disciplina también se organiza el espacio.
- También nos habla de que hay lugares libres siempre para vigilar y controlar dentro
de las instituciones. Una especie de gran entramado que enlaza distintas actividades
orientadas al control de la población.
- También nos habla de la elaboración temporal del acto, es decir, de cómo los
dispositivos de control elaboran técnicas de sincronización, a través de un conjunto
de coacciones, para ajustar el cuerpo a un movimiento determinado.
- Esta correlación entre cuerpo y gesto no solo significa el uso de gestos definidos,
sino que apunta a maximizar la capacidad de utilidad que tiene el cuerpo del ser
humano. La disciplina apunta a que el cuerpo defina su relación con el objeto, es
decir, que el ser humano sepa que elemento poner en juego ante la manipulación de
un objeto.
Frente a este planteo de lo que es AKIRA y como aborda la ética científica, me parece ideal
confrontar a dos autores: Habermas y Sloterdijk que tienen dos posiciones distintas en
cuanto a la intervención de la técnica sobre el cuerpo. Y sumar un tercero: Schumcler.
Habermas sostiene que la indignación moral que en un principio es amplia, con el tiempo se
normaliza y termina desvaneciéndose, cediendo ante un interés de supuesto progreso
infinito alentado por empresarios que buscan alargar la vida del proletariado, hacerlos mas
resistentes y aprovechar mejor su mano de obra. También nos habla de que ninguna
persona tiene derecho a disponer de otra, cooptando parte de su libertad. Habermas califica
esta relación como de esclavitud para condenar, bajo criterios morales, toda practica
científica que implique transformar a un ser humano. Nunca nos preguntamos que piensan
sobre si mismos estas personas, si están de acuerdo o no, pasamos de una circunstancia
casual al resultado intencionado de una acción. En AKIRA vemos esto, el proyecto en si
mismo es un ejemplo de la no ética, donde un muchacho se ve involucrado por una cuestión
del destino en un proyecto bélico de escala mundial, nadie le preguntó, nadie sabe como se
siente, nadie lo escucha.
No debemos olvidar que las consideraciones morales y de decisión que tiene una persona
no son parte de la biología ni la ciencia, sino que pertenecen a un ámbito de ordenamiento
jurídico que plantea la igualdad entre las personas. Habermas plantea que la bioética no
nos debe conducir por senderos biologistas, por el contrario, el limite lo impone la
autocomprensión ética, es decir, como se entiende a si mismo aquella persona que descubre
que su lugar en el mundo no es obra de una casualidad, de algo divino, sino que fue
intencionado. Mas que algo científico, es algo cultural y moral.
En tal sentido, Heidegger planteaba a la técnica como una forma de develamiento; vista de
esta forma, Sloterdijk entiende la tecnología como una forma de acelerar los resultados que
se buscan, pero no menciona el objetivo, a mi criterio no toma en cuenta lo que se busca,
quizás ve a todo objetivo como potencial progreso olvidándose de que el no tener un límite,
en el caso humanista ético, se habilita a la tecnología avanzar sin respeto alguno por el
cuerpo.
Schumcler explica que estamos en una época donde la biotecnología, entendida como
mejoramiento de la raza humana (eugenesia), ha traspasado todos los espacios en la búsqueda del
ser humano superior. Paso con el nazismo de época y posteriormente se adjudicó políticas
poblacionales levantando la bandera de la conservación y el fortalecimiento, por medios
artificiales, de las potencias del cuerpo. Siempre, la ciencia eugenésica se apoyo en el progreso,
en el perfeccionamiento. Lo fue con Darwin, lo fue con el nazismo y el concepto de ariedad, y
hoy lo son otras perspectivas mas sociales como la belleza, por ejemplo, también la defensa (el
argumento utilizado en AKIRA). La realidad es que siempre estuvo y estará, pero ahora sujeta a
lo que el mercado decide o más bien a lo que los dueños de los mercados deciden: “igualdad
apunta a generalizar un sujeto potencialmente apto para consumir lo mismo que consumen los
que se autodefinen como mejores. La ciencia se eleva de lo político con el pretexto de poseer una
naturaleza objetiva y elude cualquier responsabilidad en las formas de actuar histórico.”
CONCLUSION
Este mundo distópico representa una advertencia creíble respecto de un camino que no
debe ser seguido si es que no se quiere caer en una catástrofe sin retorno. Así como dice
Bookchin, lo que está pasando se debe en gran medida a un abandono, un alejamiento de la
antigua matriz comunal ética, el hecho de ya no tener esa matriz que contenía a la tecnología,
esta se vuelve un instrumento al servicio del capitalismo y esto solo es posible con la
formación de una “técnica institucional”, es decir, la burocracia.
En la serie, hay una frase que se destaca. “el poder de AKIRA reside dentro de todas las
personas, pero cuando alguien despierta ese poder que se oculta en su interior, aunque no esté
preparado para ello, debe saber cómo utilizarlo”, esta metáfora explica que la humanidad
debe realizar sus elecciones en términos del desarrollo de la ciencia y la tecnología, AKIRA
hace preguntarnos sobre si ¿Tenemos el poder de controlar los efectos de lo que creamos?
¿Cuál es el costo que debemos asumir? ¿A quién le sirve? Son unas de las tantas preguntas
que AKIRA nos plantea.