Está en la página 1de 5

Devocionales

2019
Día 1: Orando por las misiones

Texto: Colosenses 4:2-4 Texto apoyo: 1 Timoteo 2:1-7

 Este texto contiene una amonestación a levantar diligente y agradecidamente una


oración que a primera vista puede parecer solo una instrucción en cómo debemos ser
como cristianos en nuestra relación con Dios. Debemos ser diligentes en las oraciones
ya que es una de las armas más poderosas que tenemos para derrotar al enemigo. Nota,
Pablo no pide a la iglesia en Colasas por su libertad de la prisión romana, que
ciertamente pudo pedir. En cambio, observando las posibilidades que el evangelio siga
avanzando aun estando él en cadenas, el apóstol oraba para que el evangelio se
extendiera libremente. Quizá deberías seguir su ejemplo, orando no mucho por nuestro
alivio del sufrimiento que atravesamos o la persecución en el mundo, pero orando para
que el evangelio corra libre y poderosamente en medio de las adversidades.

Día 2: Cumpliendo el llamado a las misiones

Texto: Mateo 10:40-42 Texto apoyo: 3 Juan 1:5-8

 Cada creyente tiene un rol importante para la extensión del reino de Dios. Esto sucede
porque el cuerpo de Cristo es hecho con gente que posee variedad de dones. La tarea
de la iglesia no puede ser alcanzada por un solo individuo, todos deben trabajar para
avanzar la misión del Señor. Además, todo aquel que trabaja para alcanzar la meta por
la que nuestro Padre nos ha creado recibirá recompensa. Jesús llama a sus discípulos al
ministerio y los prepara para la inevitable oposición de un mundo caído. Recibir a los
obreros, proveerles lugar y descanso merece una recompensa, no porque los mensajeros
sean dignos, pero hacer eso por los discípulos de Cristo es tratar a nuestro Señor de la
misma manera. Incluso el servicio más pequeño no pasa desapercibido, aquellos que
dan agua a los ministros en acto de hospitalidad nunca será olvidado.

2
Día 3: La base bíblica para las misiones

Texto: Juan 3:16-17 Texto apoyo: Isaías 6:8

 Muchos cristianos hemos recibido una percepción errónea de Dios el Padre, pensamos
que fuese áspero y vengativo intentando solo castigar a la humanidad. Y Jesús es visto
como aquel compasivo y misericordioso quien persuade al Padre de desatar su ira sobre
la gente. Sin embargo, en el texto leemos fue el Padre quien con tanto amor por su
creación envió a su Hijo para salvar a los transgresores. Luego recordamos que a lo
largo de la historia ha sido el Todopoderoso quien siempre envió emisarios con
propósitos de salvación. Envió a Moisés para liberar al pueblo hebreo de faraón, así
como a cada uno de los profetas que llamaron a arrepentimiento para rescatarlos de
destrucción. La palabra misiones proviene del latín “misio” que significa “enviar”.
Cuando la iglesia envía misioneros a predicar el evangelio, imita a lo que el Creador
hizo primero.

Día 4: La necesidad de misioneros

Texto: Romanos 10:13-17 Texto apoyo: Marcos 16:15-16

 Sabemos que la salvación es tanto para judíos y gentiles, aquí Pablo insiste en que
“cualquiera que invocara el nombre del Señor será salvo”. Primero, tengo que saber
sobre Él y confiar en su poder para hacer lo que estoy pidiendo al invocarlo. Segundo,
antes de que alguien pueda creer en Jesús, debe escuchar de Él. Tercero, Pablo dice
cómo alguien podrá escuchar si no hay nadie quien le predique. La predicación del
evangelio al mundo incrédulo es de seguro la tarea más crítica de la iglesia cristiana
porque no hay otro camino en que la gente pueda ser salva. Cuarto, es nuestro deber,
tuyo y mío, velar por ello que predicadores sean enviados. Probablemente el trabajo
más difícil en el mundo es el de predicar y el ministerio pastoral. Hubo un tiempo en
donde los pastores locales eran vistos con gran respeto, y tenían gran influencia en la
comunidad. Necesitamos retornar a esos días.

3
Día 5: La Era de la Misión

Texto: Juan 20:21-22 Texto apoyo: 2 Corintios 9:10-11

 A lo largo de todo el Antiguo Testamento Dios llamó a su pueblo a ser misioneros.


Podemos pensar en Abraham, quien convirtió a muchos de sus vecinos paganos.
Pensamos en José, cuando estuvo frente a faraón y le dijo que el Dios del cielo era el
único Dios y faraón escuchaba. Pensamos en Moisés predicando delante de faraón
quien eligió no escuchar. Vemos como Dios alcanza al mundo a través de Elías, quien
ministro a la viuda gentil: Eliseo, quien sano a Naamán el asirio y a través de Jonás,
quien convirtió toda la ciudad de Nínive. También, en el corto ministerio terrenal, Jesús
persistió en decir y hacer solo lo que el Padre lo envió que hiciese y que dijera. Cuando
nosotros hacemos obra misionera, comunicando el evangelio, estamos haciendo y
diciendo lo que Dios por medio de su Palabra nos manda que hagamos y digamos. Y
tal como Jesus recibió al Espíritu Santo cuando fue encomendado, sobre nosotros se
derramará ese mismo Espíritu empoderándonos en esta gran oportunidad. La
responsabilidad que tenemos no es que solamente individuos lo reconozcan, pero sino
naciones enteras reconozcan a Jesús como el Rey. Cada uno es único, eso significa que
la misión que Dios tiene para nosotros en muy especifica en particular para cada uno.
¿Le estamos preguntando cuál es su misión para nosotros?

También podría gustarte