NOTA: Es opcional hacer una oración al empezar. El objetivo del discurso es poner en alto a
Jehová como el Dios de amor y misericordia, y al mismo tiempo consolar a los dolientes.
Esfuércese por dar un buen testimonio de la verdad y por hacerlo de manera afectuosa y
amigable. No es necesario mencionar todos los puntos ni todos los textos. Adapte la
información a las circunstancias del difunto y a las necesidades de los dolientes. Sin elogiar
demasiado al difunto, puede mencionar sucesos de su vida en el discurso para señalar
a los asistentes el buen ejemplo que dejó. Sea equilibrado en este aspecto. Puede presentar
una entrevista bien ensayada con un hermano de buena reputación que haya conocido bien
al difunto. Si hacen algún comentario gracioso, háganlo con prudencia. No ha de restarse
dignidad a la ocasión. El discurso no debería durar más de treinta minutos. No invite al
auditorio a hablar sobre el difunto; esto podría dar pie a comentarios no apropiados o que
no estén de acuerdo con la Biblia. Al empezar o al terminar el discurso, puede utilizar
una canción del Reino que sea adecuada. Es apropiado concluir con una oración corta. Si se
hacen planes para ir al lugar del entierro, es bueno repasar brevemente la esperanza del Reino
y leer uno o dos textos, tales como Job 14:14, 15 y 1 Corintios 15:54b-57. Estos comentarios
también pueden concluir con una oración, en la que se dé gracias a Jehová por la esperanza
de la resurrección.