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Guia Imperio Romano
Guia Imperio Romano
Instrucciones: Lea atentamente la información entregada a continuación y realice las actividades que se solicitan,
utilizando buena letra y cuidando su ortografía. Por favor evite utilizar corrector líquido.
El Origen de Roma:
Según la leyenda (Roma) fue fundada por Rómulo y Remo, dos
hermanos que eran hijos de Silvia, hija del rey Numitor. El dios Marte
raptó a Silvia, dejándola encinta y Numitor, irritado, se deshizo de
Rómulo y Remo abandonándolos en una canasta en el tío Tíber. Una
loba les dio de amamantar, hasta que un pastor los descubrió y los
adoptó como hijos propios. Un día los hermanos cayeron en manos
de Numitor, quien conmovido por la historia de sus dos nuestos,
les dio un ejército y les encargó que fundaran la ciudad.
La Monarquía y la República.
Monarquía: (753 a.C. -509 a.C.) Los pueblos de las siete
colinas fueron conquistados por los etruscos quienes convirtieron a
Roma en una verdadera ciudad, rodeándolas de murallas y ordenando sus calles. Durante este periodo, Roma fue
gobernada por reyes etruscos. Junto a la figura del rey aparece el Senado, una asamblea aristocrática constituida por
hombres elegidos entre los jefes de las principales familias (gens). Los latinos terminaron por rebelarse ante la
dominación etrusca y en el año 509 a. C. destronaron al último rey, adoptando una nueva forma de gobierno: La
República.
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La República romana nunca llegó a convertirse en una democracia como la de Atenas. Las magistraturas o cargos eran
honoríficos, sin remuneración, lo que dificultaba que los plebeyos se dedicaran a la política. Aun así, desarrollaron un
sistema político caracterizados por el equilibrio entre distintas instituciones políticas y por la importancia de la
participación ciudadana.
La crisis de la República.
El proceso de expansión territorial que le permitió a Roma dominar toda la
costa del Mediterráneo, ocasionó transformaciones económicas y
sociales que terminaron por debilitar la República.
La riqueza derivada de la expansión territorial se repartió
desigualmente. La aristocracia aumentó sus propiedades agrícolas,
mientras los pequeños propietarios se arruinaron. Los soldados, a su regreso
del campo de batalla, encontraban a sus familias empobrecidas.
Los territorios conquistados se organizaron en provincias a cargo
de gobernadores nombrados por el Senado, que muchas veces las
administraba de manera opresiva y corrupta. Esta sensación de crisis moral,
se extendió por toda la República.
La desigual distribución de la riqueza hizo que pobres y ricos
constituyeran dos grupos antagónicos, lo que provocó fuertes tensiones
sociales. Además en el siglo I a. C. Roma se conmocionó con la gran
rebelión de esclavos, dirigidos por el gladiador Espartaco.
El ejército, motor de la expansión territorial, comenzó a ser un
actor determinante de la política romana. Prestigiosos militares se
hicieron cargo de algunas magistraturas y llegaron a concentrar gran poder.
EN la segunda mitad del siglo I a. C. una serie de guerras civiles enfrentaron a los principales líderes militares y sus
ejércitos, devastando la República.
La influencia militar se reflejó en la formación de triunviratos o uniones de tres hombres prestigiosos. El
primer triunvirato estuvo integrado por Julio César, Craso y Pompeyo; César se impuso y fue proclamado dictador,
asumiendo máximos poderes. El segundo triunvirato lo integraron Marco Antonio, Lépido y Octavio. Este último se hizo
del control y el 27 a. C. el Senado le confirió máximos poderes, poniéndose fin a la República.
El Imperio romano.
Tras el colapso de la República romana, se desarrolló un nuevo sistema político,
el Imperio, que se extendió entre los años 27 a. C y 476 d. C. Este sistema se
caracterizó por la acumulación de los poderes civil, militar y religioso en
manos de una persona, el Emperador. Las instituciones republicanas se
mantuvieron, pero con poderes muy limitados. Octavio, llamado Augusto,
fue el primer emperador de Roma, aunque él prefirió la designación de
princeps, primero entre los ciudadanos. Su gobierno inició un periodo de paz,
conocido como pax romana, que permitió un importante desarrollo artístico y
económico.
En la etapa imperial los dominios de Roma abarcaron desde las costas
mediterráneas de África, Asia Menor y Europa, hasta los ríos Rin y
Danubio, incluyendo partes de las islas británicas. Todas las provincias del Imperio
se conectaban con Roma a través de una red de calzadas, lo que facilitó la
administración y el comercio. Además, la cultura romana –especialmente
su lengua, el latín- se difundió por los territorios del imperio, en un proceso denominado romanización.
El cristianismo.
El cristianismo es, hoy en día, una de las religiones más importantes del
planeta junto con el islamismo. El cristianismo se originó en la
provincia romana de Judea, actual región de Palestina. La base de esta
religión es la vida y predicación de Jesús, recogida en los
Evangelios, que fue difundida por sus apóstoles tras su muerte. Las
primeras comunidades cristianas permanecieron en Judea, pero
posteriormente se extendieron por el territorio romano, proceso que se vio
favorecido por la unidad geopolítica del Imperio.
El cristianismo y el Imperio.
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Los cristianos debieron enfrentar distintas oleadas de persecuciones por parte de las autoridades romanas. Aun así, a
comienzos del siglo IV, el mundo cristiano había crecido en número, influencia y organización, lo que contrastaba con los
problemas internos que experimentaba el Imperio. Esto habría decidido al emperador Constantino I el Grande a
establecer la tolerancia religiosa (Edicto de Milán, 313), abriendo el camino para que Teodosio, lo promulgara como la
religión oficial del Imperio el año 380, mediante el Edicto de Tesalónica.
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Las ciudades romanas:
El Imperio se caracterizó por ser fundamentalmente urbano. En las ciudades se desarrollaba toda la vida cultural, política
y económica. Las ciudades nuevas (tenían) dos calles principales, el cardo y el decumano que se cruzaban en el centro
económico y social de la ciudad, el foro alrededor del cual se erigían los templos, monumentos y edificios públicos (…) la
mayoría de las tiendas y puestos comerciales (…) Asimismo un cuidado sistema de alcantarillado garantizaba una buena
salubridad e higiene de la ciudad romana.