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Tema Nº 3
ANTECEDENTES Y DEFINICIONES DE AFA
Durante las cuatro últimas décadas ha habido una tendencia a cambiar la práctica del
farmacéutico; de su función original de suministro de medicamentos a una orientación en el
cuidado del paciente. El papel del farmacéutico ha evolucionado desde un elaborador y
dispensador de fármacos hacia un proveedor de servicios y de información y, últimamente,
como proveedor de cuidados de salud.
La tarea del farmacéutico consiste en asegurar que la terapia que recibe el paciente sea la
mejor indicada, la más efectiva disponible, la más segura posible y cómoda para el paciente
de las disponibles. Asumiendo la responsabilidad directa de las necesidades farmacológicas
de cada paciente, el farmacéutico puede ofrecer una contribución única a la obtención de
resultados de la farmacoterapia, y a la calidad de vida de sus pacientes.
Al adoptar ésta definición en 1998, la FIP añadió una enmienda significativa: ”obtener
resultados precisos que mejoren o mantengan la calidad de vida del paciente”
Para poder cumplir esta obligación, el farmacéutico necesita ser capaz de asumir algunas
diferentes funciones. El concepto de “Farmacéutico siete estrellas” introducido por la OMS
y actualizado por la FIP en su declaración del año 2000, “Buenas prácticas de formación
farmacéutica”, dibuja al farmacéutico como agente de salud, comunicador, gestor, profesor,
estudiante en continúa actualización, líder y director. Para cumplir con los propósitos de este
manual debemos añadir el rol de investigador.
Los conocimientos con que se licencian los farmacéuticos están cambiando. Cuando estos
farmacéuticos empiecen a ejercer, la misma farmacia empezará a cambiar para reflejar los
nuevos conocimientos que aportan. Sin embargo los farmacéuticos en prácticas se siguen
formando con la vieja premisa de la orientación hacia los fármacos. Si estos farmacéuticos
van a contribuir efectivamente a la nueva práctica farmacéutica centrada en el paciente, ellos
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deben tener la oportunidad de adquirir los nuevos conocimientos y destrezas necesarios para
su nuevo papel. Para conseguirlo, deben formarse de manera continua durante su vida
profesional, uno de los requisitos del nuevo farmacéutico.
Este manual está diseñado para reconocer estas necesidades de cambio. No está solamente
pensado para su uso por farmacéuticos comunitarios u hospitalarios que ya hacen atención
farmacéutica, sino también para profesores, educadores y estudiantes –los farmacéuticos del
mañana- en cualquier país del mundo. Para alcanzar una difusión tan amplia como sea posible
este manual estará disponible tanto impreso como en formato electrónico. El objetivo es
hacerlo cómodo e interactivo y proveer respuestas “modelo”, que puedan también ser usadas
para autoevaluación. Contiene una amplia variedad de casos ilustrativos para poder cubrir las
necesidades de diferentes usuarios. Es una guía diseñada para llevar al formador hacía
resultados específicos, permitiéndole desarrollar una tarea que requiere una combinación de
conocimientos, habilidades y actitudes. Estos objetivos específicos se reflejan en los
objetivos de aprendizaje indicados al inicio de cada sección. El manual ha sido revisado por
grupos seleccionados para responder a una amplia variedad de situaciones.
El mensaje más importante de éste TEMA es que hay un papel profesional muy importante
y muy demandado por los farmacéuticos, más allá de la gestión y dispensación de
medicamentos. Los medicamentos no deben verse como un fin en sí mismo – a menudo tan
remarcado en la actual formación y profesión farmacéutica- sino como un medio para
conseguir un fin. En los casos en los que los medicamentos se usen para conseguir el mayor
beneficio posible en cada paciente y para la sociedad en su conjunto, se conseguirán tanto
mejoras en la salud, como ahorro de costes. Los nuevos farmacéuticos deberán tener los
conocimientos y las habilidades necesarias para asumir su nuevo papel y sus nuevas
responsabilidades, y para actuar como un miembro colaborador del equipo de salud.
DEFINICIONES
“la atención que un paciente dado requiere y recibe con garantías de un uso seguro y racional
de los medicamentos.
- el control y
- la disponibilidad del medicamento en los servicios farmacéuticos y no en la necesidad
del paciente dentro de unos parámetros clínicos identificables.
Hepler, 1988:
“ es una relación adecuada entre un paciente y un farmacéutico, en la que éste último realiza
las funciones de control del uso de medicamentos basándose en el conocimiento y
compromiso respecto al interés del paciente”.
Hepler y Strand, 1990: publicaron un artículo que desarrolla mucho más este concepto, y
además resaltaron que para que la atención farmacéutica se pudiera dar era necesario que se
dieran dos actividades:
La definición de Hepler y Strand, es pues la que mayor respaldo ha tenido hasta ahora y sobre
la que se hacen apuntes y complementos, es así como en 1992 la Asociación Norteamericana
de Farmacéuticos de Hospitales (ASHP) estableció que:
Peretta:
1. Cuando evalúa las necesidades del paciente relacionadas con los medicamentos
3. Cuando trabaja con el paciente y los otros proveedores de salud del paciente, para
promocionar la salud, prevenir las enfermedades, e iniciar, modificar y controlar el uso de
los medicamentos con el fin de garantizar que el plan farmacoterapéutico sea seguro y
efectivo.
Un farmacéutico brinda la Atención Farmacéutica sólo cuando los tres pasos han sido
ejecutados con éxito.
En muchas otras latitudes, el Regente de Farmacia desarrolla un rol muy importante de apoyo
al Químico Farmacéutico en todo lo relacionado con la sensibilización y educación al
paciente en cuanto al uso o manejo que él debe hacer de su tratamiento, como por ejemplo:
la forma como debe administrarse los medicamentos, como deberá almacenarlos en su casa,
qué hacer cuando aparecen los efectos secundarios, hasta cuándo deberá continuar con la
terapia, etc.
Es decir, es pieza clave para la educación en salud en el uso de los medicamentos, puesto que
como vemos la práctica de la atención farmacéutica está centrada en el seguimiento
farmacoterapéutico, una dispensación y una sensibilización al paciente sobre los cuidados
que debe tener con su medicación son fundamentales para obtener los resultados esperados
en la recuperación de la salud y la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo en nuestro
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país, el quimico farmacéutico es el mismo regente farmacéutico que debe cumplir todas las
funciones mencionadas.
- dependiente o
- independiente.
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Es dependiente, por medio de una Institución Prestadora de Servicios de Salud, como la CNS,
CPS y otras, las que además deben cumplir con los estándares de calidad.
ESTABLECIMIENTO FARMACEUTICO