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Es muy importante considerar que la sociedad alcance mayores beneficios en salud con
relación a sus gastos en medicamentos y los profesionales deben incorporar a su ejercicio
actividades para promover el uso racional de medicamentos, con la finalidad de hacer un
mejor uso de esto. Los egresados tienen una gran responsabilidad al respecto.
Los profesionales de la salud deben trabajar en equipo para enfrentar el reto del uso
racional de medicamentos, y en particular al farmacéutico debe jugar un papel fundamental
en la promoción del uso racional de medicamentos, la educación de la sociedad y la
disminución de los costos de salud.
Todas las actividades han de diseñarse como servicio continuado, y de modo que sirvan
de mecanismo para ofrecer al paciente protección frete a la aparición o presencia de
problemas relacionados con los medicamentos.
Además, es necesario establecer unas pautas profesionales que permitan la implantación
generalizada de un ejercicio profesional farmacéutico.
Para un farmacéutico clínico los retos giran sobre forma en que aquellos obtienen y utilizan
los consejos y la información sobre medicamentos. Además, un farmacéutico tiene más
que ofrecer que una aportación limitada a elaborar y mantener el formulario de
medicamentos.
Este profesional puede desenvolverse en cuatro roles:
El hecho de planificar y ordenar las prioridades sanitarias en esta dirección sirve para dos
importantes propósitos: en primer lugar, la prevención de la enfermedad, y en segundo
lugar, una estrategia dirigida a evitar la enfermedad.
La educación sanitaria debe ser considerada un proceso de aprendizaje que modifica los
conocimientos sobre conseguir y mantener una buena salud. Por lo tanto, el objetivo final
de la educación sanitaria es la modificación de los comportamientos en el sentido favorable
a la salud.
Es un hecho reconocido que la información y la educación sanitaria mejoran la calidad de
vida, reducen los factores de riesgo, personal y comunitarios y reducen el coste global de
la asistencia sanitaria.
Los farmacéuticos de oficina están en una situación óptima para realizar actividades de
promoción de la salud y prevención de la enfermedad, ya que disponen de la probabilidad
de una comunicación y acceso al público. Además, la sociedad les reconoce prestigio y
autoridad en el campo sanitario y una especial habilidad en la transmisión de información
útil para el ciudadano.
Hoy en día, ha sido necesario desarrollar el papel del farmacéutico incluyendo en sus
funciones tradicionales de dispensación aquellas orientadas al paciente y también de salud
publica en la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la educación
sanitaria.
Es necesario decir que estas actividades se cumplan con el objetivo previsto de mejorar el
estado de salud de la población. Los farmacéuticos comunitarios pueden estar en contacto
con más ciudadanos que en cualquier otra profesión relacionada.