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El "imperio romano" fue el tercer período de la antigua civilización romana,

el primer período fue la monarquía y el segundo la república.


Repasemos muy brevemente el origen de Roma.
Según la tradición romana, el origen de Roma se remonta a los hermanos
gemelos
Rómulo y Remo, que de bebés fueron amamantados por la loba Capitolina.
Más tarde Rómulo mató a Remo y fundaría la ciudad de Roma sobre el monte
Palatino
convirtiéndose en su primer rey. La forma política de Roma será la monarquía
hasta que fue expulsado el último rey Tarquinio "el soberbio".
Después de la expulsión del monarca se creó un senado permanente que
decidió abolir la monarquía
convirtiendo a Roma en una república.
Durante la etapa republicana, su principal competidora fue la ciudad púnica de
Cartago, las guerras púnicas
llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales
en la península itálica, y adquirir poco a poco nuevos dominios que debía
administrar, como: Sicilia, Sardinia,
Corcega Hispania y Iliria.
Fué en ese momento, al comienzo mismo de la república, cuando las
conocidas siglas SPQR
-Senatus Populusque Romanus- algo así como el senado y el pueblo romano
se convirtieron en el símbolo de Roma.
Roma se hizo con el control de la cuenca mediterránea,
los dominios se hicieron tan extensos que pronto fueron
difícilmente gobernables por un senado incapaz de moverse de la capital, ni de
tomar decisiones con rapidez.
Así fue cómo surgieron personajes ambiciosos como el general Julio César,
quien no sólo amplió los dominios de Roma
conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del senado romano y
reveló la importancia
que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener rédito político.
Tras la guerra civil, que lo enfrentó a Pompeyo y al senado, Cesar se había
erigido en
mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictador Perpetuus.
Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores
del senado romano que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los "idus
de marzo", dentro del propio senado, lo que suponía el
restablecimiento de la república, cuyo retorno sin embargo sería efímero.
El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César,
Octavio,
quien se convirtió años más tarde, en el primer emperador de Roma tras
derrotar en el campo de batalla
primero a los asesinos de César y más tarde, a su antiguo aliado Marco
Antonio,
unido a la reina Cleopatra de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar
Roma.
A su regreso a Roma el poder de Octavio fue enorme, tanto como lo fué la
influencia sobre sus legiones.
En el año 27 antes de Cristo se estableció una ficción de normalidad política en
Roma,
otorgando a Augusto por parte del senado, el título de "Imperator Caesar
Augustus",
el título de emperador, que significa vencedor en la batalla, lo convertía en
comandante de todos los ejércitos.
Formalmente nunca aceptó el poder absoluto, aunque de hecho lo ejerció,
aseguró su poder manteniendo un frágil equilibrio
entre la apariencia republicana y la realidad de una monarquía dinástica.
Los primeros emperadores desde Augusto hasta la muerte de Nerón, es decir
entre el 27 antes de cristo y el 68 después de cristo,
formaron la "dinastía Julio-Claudia". El reinado de Nerón se asocia
comúnmente a la tiranía y a la
extravagancia. Se lo recuerda por una serie de ejecuciones sistemáticas,
incluyendo la de su propia madre y sobre todo por la creencia generalizada, de
que mientras Roma ardía en un gran incendio,
él lo contemplaba desde la distancia tocando la lira.
Tras el período del 68 al 69,
el año de los cuatro emperadores, dio paso a la "dinastía Flavia". A los Flavios
le sucedieron la "dinastía de los Antoninos",
que trajeron la época dorada. En esta época, a lo largo del siglo II, el "imperio"
alcanza su máximo esplendor.
Destacar la figura del emperador Trajano
nacido en Hispania, fue el primer emperador romano nacido en una provincia
de Roma, fue un gobernante eficaz y querido por su pueblo.
Bajo su reinado el "imperio" alcanzó su máxima expansión.
El último de los llamados cinco buenos emperadores de la "dinastía
Antonina", fue Marco Aurelio, al que le sucedió su hijo natural Cómodo, con el
que reaparecerían muchos de los problemas previamente
presentes en cuanto a sucesiones e inestabilidad. Tras el asesinato de
Cómodo por su guardia pretoriana,
el "imperio" se sumió en una época de confrontación civil, tras la que asumió el
trono Septimio Severo,
quien instauró la "dinastía Severa", que termina con Alejandro Severo.
Después, entramos en lo que se conoce con -la crisis del siglo tercero-, un
período de 50 años de duración.
Es éste, un período de profunda crisis, durante el cual se producen fuertes
presiones de los pueblos
exteriores y una fuerte crisis política, económica y social, en el interior del
"imperio".
Tras una fase de anarquía militar, en el que la seguridad y la unidad del
"imperio" se habían visto gravemente
comprometidas,
diferentes emperadores de origen y ilírico y danuviano lograron reunificar el
"imperio" y sentar las bases para restablecer la situación.
Esta crisis se estabiliza con el ascenso de Diocleciano,
que llevó a cabo un importante programa de reformas. El emperador
Diocleciano
comprendió que el imperio era demasiado vasto para gobernarlo en
circunstancias tan graves
y decidió trocearlo. Esta época es conocida como la -tetrarquia o gobierno de
cuatro-.
Implicaba que el gobierno del imperio se repartía geográficamente entre cuatro
gobernantes.
Este sistema fue útil mientras estuvo al mando, pero colapsó en el momento en
que este abdicó. La gran persecución de Diocleciano
fue la última y quizá la más sangrienta persecución de cristianos en el "imperio
romano".
El sistema de la tetrarquia desembocó en una lucha entre gobernantes en la
que sólo podía quedar un emperador.
Este fue Constantino "el grande",
legalizador de la religión cristiana por medio del "edicto de milán" en el año
313.
Convocó el primer concilio ecuménico universal en Nicea en el año 325.
En este concilio se unifican los dogmas y se sientan las bases del credo oficial.
Se considera que esto fue esencial para la expansión de esta religión,
Constantino fue el primer emperador cristiano.
En esta etapa se produce el traslado de la capitalidad del "imperio" a la antigua
Ciudad de Bizancio,
reconstruida y ampliada por decisión del emperador que pasó a denominarse
"Constantinopla".
El "imperio" poco a poco fue entrando en declive,
el emperador Teodósio I, hizo de la religión católica la religión oficial del
"imperio".
Tras su muerte en el año 395
llega por fin la división administrativa del "imperio romano" en dos mitades
repartidas entre sus dos hijos.
Arcadio recibió el "imperio de oriente" y Honorio recibió "el de occidente". El
"imperio romano de occidente"
terriblemente desgastado tras las incansables incursiones bárbaras y el
malestar social por la mala gestión de las tierras,
desapareció en el año 476, fecha en la que se inicia la -edad media-. El
"imperio romano de oriente" perduró cerca de mil años más.
El "imperio bizantino" que acaba adoptando el idioma griego, sobrevivió hasta
el año 1453,
fecha de la caída de Constantinopla la actual Estambul. Con el colapso del
"imperio bizantino"
último vestigio del "imperio romano de oriente" finaliza la -edad media- dando
inicio a la -edad moderna-.
El "imperio romano" en su época dorada estuvo en constante expansión,
pero dentro de las fronteras del imperio reinaba la paz, lo que se conoció como
"Pax Romana",
que permitió al imperio alcanzar su máximo desarrollo económico, comercial y
territorial. En la cúspide de su poder, el "imperio romano"
dominaba 3 continentes y numerosas urbes, allí donde conquistaba, construia.
La mayor evidencia del poderío del "imperio romano" es quizá, su arquitectura
y su ingenieria.
Anfiteatros donde se presenciaban espectáculos de luchas de gladiadores,
circos donde se realizaban carreras de cuadrigas,
teatros que vieron representaciones de tragedias y comedias
termas,
acueductos, calzadas,
templos para los dioses,
basílicas para administrar justicia.
Porque no sólo nos dejaron un gran legado arquitectónico;
una de las mayores herencias fue quizá el derecho romano,
uno de los más importantes cuerpos de legislación de la humanidad y sin duda
alguna, el primero de occidente y base del derecho actual.

El "imperio romano" consiguió dominar una vasta extensión territorial,


con unas mismas costumbres, un mismo "modus vivendi" para una ciudadanía
multiétnica.
Este dominio territorial no fue posible sin el ejército más poderoso del mundo y
sus unidades de infantería, las legiones.
Durante el "imperio" el ejército estaba formado por 30 legiones de unos 5300
hombres cada una.
Cada legión se dividía en 10 cohortes y éstas a su vez en centurias, la centuria
era la unidad básica de infantería,
formando la espina dorsal de las legiones.
Cada centuria constaba de 80 hombres y era comandada por un centurión.
Para entrar en la milicia una condición indispensable era ser ciudadano
romano,
los esclavos lo tenían completamente prohibido. La sociedad se dividía en
varios estamentos los ciudadanos romanos se dividían en "patricios y
plebeyos".
Se denominaba "patricios" a las familias más antiguas de Roma, quienes
formaban una aristocracia,
poseían privilegios. Al principio estas familias componían el grueso del senado,
poco a poco la descendencia de estas grandes familias fue desapareciendo.
Con el paso del tiempo el término "patricio" dejó de tener el significado que se
le había dado hasta entonces, para significar
aristócrata o poderoso, pero sin distinción de sangre. Los "plebeyos" solían ser
campesinos, artesanos, comerciantes y también
constituían el grueso del ejército. Luego estaban los esclavos, los esclavos no
tenían derechos de ningún tipo, normalmente eran prisioneros de guerra.
El número de esclavos en Roma llegó a ser enorme con la expansión del
"imperio" se les obligaba a hacer los trabajos más duros.
Se puede decir que su destino dependía de la benevolencia o crueldad de su
amo.
Muchos de estos esclavos eran utilizados para satisfacer las ansias de
diversión del emperador y del pueblo,
los esclavos podían ganar su libertad de diversos modos. A los esclavos
liberados se les llamaba "libertos".
Para bien o para mal, Roma está enraizada en nuestras tradiciones políticas,
culturales y literarias, en nuestra forma de pensar.
Es imposible entender la idiosincrasia de occidente sin la civilización romana.

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