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Un aprendizaje filosòfico
Espacios del Saber
Gilles Deleuze
Un aprendizaje filosofico
PAIDÓS ^
Buenos Aires - Barcelona - M éxico I
Título original: Gilles Deleuze. An Apprenticeship in Philosophy
© 1993 by th e R egents of the U niversity of M innesota
ISBN 950-12-6541-2
I a edición, 2004
I a reimpresión, 2005
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ISBN 950-12-6541-2
s
Indice
Agradecimientos...................................................................... 11
1. L a ontologia bergsoniana.
El movimiento positivo del ser...................................... 35
1.1. Determinación y diferencia eficiente.................. 37
1.2. La multiplicidad en el paso de la cualidad
a la cantidad............................................................... 51
1.3. La emanación positiva del s e r ............................... 56
1.4. El ser del devenir y la organización de
lo actual....................................................................... 66
Observación: Deleuze y la interpretación.......... 71
E xpresió n o n t o lò g ic a
3.4. La interpretación de los atributos:
los problemas de una ontologia materialista...... 153
Observación: Producción especulativa
y práctica teórica....................................................... 157
3.5. Com batir los privilegios del pensam iento......... 162
Observación: D e la Forsclnmg a la Darstellung..... 171
Indice 9
Poder
3.6. L o verdadero y lo adecuado................................. 175
3.7. L o que un cuerpo puede h ace r........................... 181
P r á c t ic a
3.8. Nociones comunes: las combinaciones del
Ser com ponible........................................................ 188
3.9. L a constitución de la razón.................................. 195
Observación: L a práctica teórica
y la constitución práctica....................................... 200
3.10.El arte de la organización: hacia
una combinación política....................................... 206
M ic h a e l H ardt
Introducción
Hegel y los fundamentos
del postestructuralismo
1.1. D e t e r m in a c ió n y d if e r e n c ia e f ic ie n t e
detei'minatio ?iegatio est; non poterit, ut dictum, aliud quid, quam negatio, esse".
Suponer que Hegel haya modificado la cita para simplificarla y adecuarla a
sus propósitos no es serio; sin embargo, en su interpretación deforma por
completo el sentido spinoziano. Sobre un extenso análisis de la interpreta
ción errada que hace Hegel del “negativismo” de Spinoza, véase de Pierre
Macherey, Hegel ou Spinoza, págs. 141 y sigs.
L a ontologia bergsoniana 39
5. Duns Escoto establece una división básica entre causa per se, que es
tán ordenadas esencialmente, y causa per accidens que están ordenadas acci
dentalmente. Véase Philosophical Writings, pág. 40.
46 Michael Hardt
1.2. L a m u l t i p l i c i d a d e n e l p a s o d e l a c u a l i d a d
A LA CANTIDAD
¿Para qué sirve una dialéctica que cree abarcar lo real cuando
compensa la inadecuación de un concepto demasiado amplio o
demasiado general invocando el concepto opuesto que es igual
mente amplio y general? N unca podrá alcanzarse lo concreto
combinando lo inadecuado de un concepto con lo inadecuado
de su opuesto. L o singular nunca podrá alcanzarse corrigiendo
una generalidad con otra generalidad (pág. 44).
1.3. L a e m a n a c i ó n p o s i t i v a d e l s e r
Hegel, aquí la idea del espacio es irrelevante (Science of Logic, pág. 110). Es
tentador aceptar la etimología alemana y explicar el uso que hace Deleuze
del concepto sobre esa base: el ser determinado o Dasein se relaciona con
el espacio y marca diferencias de grado, mientras que el ser “ indetermina
do” de diferenciación se relaciona con el tiempo y marca diferencias de na
turaleza. Con todo, como ya vimos, Deleuze no concede que el Dasein
hegeliano de la dialéctica reconozca ni diferencias de naturaleza ni diferen
cias de grado: el ser hegeliano continúa siendo una abstracción.
La ontologia bergsoniana 59
O b se r v a c ió n : D e l e u z e y la in t e r p r e t a c ió n
de lo que puede hacer. Toda fuerza que va hasta el límite de su poder es,
por el contrario, activa. N o es una ley que toda fuerza vaya hasta el límite;
hasta es lo opuesto de una ley” (Nietzsche and Philosophy, págs. 58-59). Así
es como la concepción del poder de Nietzsche puede interpretarse como
un vigoroso antijuridicismo. Luego volveremos a examinar este pasaje. So
bre una explicación de la distinción entre ju s y lex en Spinoza, véase de An
tonio Negri, The Savage Anomaly, págs. 96 y sigs.
2. La ética nietzscheana.
Del poder eficiente a una
ética de afirmación
2.2. E l m é t o d o t r a s c e n d e n t a l y l a c r í t i c a p a r c i a l
quié sostiene, creo que con razón, que no es posible aislar a Hegel tan fá
cilmente y que muchos filósofos (Platón, Leibniz, Kant, etcétera) pusieron
el acento en la pregunta “ ¿Qué es...?” en diversos grados y en diferentes
contextos.
L a ética nietzscheana 85
2.3. L a l ó g ic a d e l e sc l a v o y e l p o d e r ío e f i c i e n t e
O b se rv a c ió n : E l r e s u r g im ie n t o d e l a n e g a ttv id a d
2 .4 . L a l a b o r d e l e s c l a v o y l a c r ít ic a in s u r r e c t a
bos casos es una esencia viva, material, histórica, una esencia superficial
que nada tiene que ver con las estructuras ideales, trascendentales a las que
habitualmente se refieren los argumentos “esencialistas” .
10. El “repudio del trabajo” no era únicamente un eslogan sino que
además fue una de las categorías analíticas centrales del marxismo italiano
en las décadas de 1960 y 1970. Así como Marx descubrió la plusvalía como
el término general que abarca las diversas formas de explotación (renta, ga
nancia, etcétera...), el “repudio del trabajo” es el término general que abar
ca las diversas formas de resistencia proletaria, sea ésta constructiva o
destructiva, individual o colectiva: emigración, éxodo masivo, paro, huel
gas organizadas, sabotaje, etcétera. Sin embargo, es importante dejar claro
que el repudio del trabajo no es la negación de la productividad ni de la
creatividad; antes bien es el repudio de una relación de explotación. En los
términos de la tradición, es la afirmación de la fuerza productiva proleta
ria y la negación de las relaciones capitalistas de producción.
108 Michael Hardt
O b s e r v a c ió n : La v o l u n t a d d e l p o d e r ío
DE LOS TRABAJADORES Y LA SÍNTESIS SOCIAL
11. Respecto del tema del ataque contra la esencia y la alegría de la des
trucción, las conexiones entre Nietzsche y Lenin son profundas. Sobre una
explicación del empleo dado por Lenin a la frase “el arte de la insurrec
ción", véase de Antonio Negri, La fabbrica della strategia, págs. 68 y sigs.
12. Ciertamente hay una gran variedad de versiones divergentes sobre
qué fue el ’68 y sobre lo que debería haber sido. La razón por la que creo
que Vogliamo tutto es la que mejor sirve a los propósitos de este estudio es
que la novela da directa expresión a los deseos de los trabajadores en ac
ción más que ninguna otra fuente que yo haya encontrado. En todo caso,
aun cuando yo sostuviera que este relato es ejemplar de los eventos del ’68,
no llegaría a afirmar que es representativo. Debería señalar además que, así
como la que hemos seguido es una interpretación particular de Nietzsche
-la definida por la selección de Deleuze-, también es una interpretación
L a ética nietzscheana 109
L o que me interesó inicialmente de esta comparación es el ata
que radical contra la noción establecida de esencia como una
condición previa para el cambio y la creación. En términos
nietzscheanos, Deleuze con frecuencia expresa esto como el
ataque contra el “hombre” o como un momento en el esfuerzo
por ir más allá del hombre, por crear nuevos términos y nuevos
valores de la existencia humana (Nietzsche and Philosophy, págs.
64-65; también Foucault, págs. 131-41). Esta es la misma noción
expresada en el “repudio del trabajo” por parte de los trabaja
dores, un ataque que lanzan contra lo que se Ies ha establecido
como su esencia, para poder crear nuevos términos de existen
cia. Obsérvese que el repudio de los trabajadores no es sola
mente un rechazo al trabajo sino además un rechazo del trabajo,
es decir, un repudio de una relación de producción existente es
pecífica. En otras palabras, el ataque de los trabajadores contra
el trabajo, su violenta pars destruens está dirigida precisamente
contra la esencia misma de los trabajadores.
En la primera sección de Vociamo tutto, el protagonista
aún no puede formular sus deseos en semejantes términos
políticos; no obstante, lo que inás aborrece es precisamente
lo que define su propia existencia social y lo que se le presen
ta como su esencia. E s por ello que no puede comprender por
qué razón alguien querría celebrar el I o de mayo el día del
trabajo: “ ¿Qué clase de broma es ésta de celebrar el día del
trabajo [...] Nunca comprendí por qué el trabajo debería ser
festejado” (pág. 74). Los trabajadores que aceptan el valor es
tablecido del trabajo le parecen encerrados, coartados en sus
posibilidades y justamente esta aceptación de los valores es
tablecidos como esencia los vuelve peligrosos. “Gente indo
lente, obtusa, sin el menor atisbo de imaginación, peligrosa.
N o fascistas, simplemente obtusos. Los del P C I [Partido C o
munista Italiano] eran pan y trabajo. Yo era un qualunquista
13. Pierre Klossowski desarrolla esta idea de una ontologia selectiva si
guiendo diferentes líneas en su notable análisis Nietzsche et le cercle vicieux.
Véase, en particular, el capítulo titulado “ Le cercle vicieux en tant que doc
trine sélective”, págs. 177-249.
116 Michael Hardt
O b se r v a c ió n : F in d e l a n t i h e g e i . i a n is m o d e D eleu zf.
2.7. P a t h o s y a l e g r í a : h a c i a u n a p r á c t i c a
DEL SER AFIRMATIVO
1. Aunque esta obra tuvo un alcance general mucho menor que otras
lecturas de Deleuze sobre la historia de la filosofía, su interpretación de
Spinoza revolucionó los estudios sobre este filósofo. Junto con la lectura de
126 Michael Hardt
E sp e c u l a c ió n
3 .2 . A t r i b u t o s e x p r e siv o s y la d is t in c ió n f o r m a l :
L A U N IV O C ID A D
eia” (Zac, “Les thèmes spinozistes”, pág. 126). Cualquier estudiante de his
toria de la filosofía podría señalar, como lo hace Zac, que Spinoza es un
“determinista absoluto”, en tanto que Bergson construye una ontologia ba
sada en la “ novedad imprevisible” . N o obstante, esta oposición tradicional
me parece en alto grado sospechosa. En la obra de Deleuze, como en la de
Spinoza, hallamos que las distinciones convencionales entre necesidad y
contingencia, entre determinación y creatividad, están efectivamente sub
vertidas.
138 Michael Hardt
certeza que leyó a Duns Escoto, Spinoza pudo haber recibido un enfoque
escotista de la univocidad y la distinción formal. Deleuze establece así este
eje de pensamiento, Duns Escoto-Spinoza, y lo enfrenta contra su eje ene
migo, Suárez-Deseartes. Las líneas de batalla son la univocidad, la inma
nencia y la expresión (en Duns Escoto y Spinoza) contra la equivocidad, la
eminencia y la analogía (en Suárez y Descartes). Como siempre sucede, las
ideas de Deleuze sobre la historia de la filosofía son muy sugestivas pero
nunca están plenamente desarrolladas desde el punto de vista historiogra
fía) o filológico. Sobre una explicación de la teoría de la distinción formal
en Duns Escoto, véase de Etienne Gilson, La Philosophie mi Moyen Age,
págs. 599 y siguientes.
142 Michael Hardt
O b s e r v a c ió n : E s p e c u l a c ió n o n t o l ò g ic a
poder
/ \
poder de existir = poder de ser afectado
/ \
afecciones activas afecciones pasivas
E x p r e s ió n o n t o l ò g ic a
O b s e r v a c ió n : P r o d u c c ió n e s p e c u l a t iv a
Y PRACTICA TEÓRICA
3.5. C o m b a t ir l o s p r iv il e g io s d e l p e n s a m ie n t o
Dios produce cosas en todos los atributos de una vez: las produ
ce en el mismo orden en cada uno de ellos y así hay una corres
pondencia entre los modos de los diferentes atributos. Pero,
como los atributos son realmente distintos, esta corresponden
cia o identidad de orden excluye cualquier acción causal de uno
sobre el otro. Porque los atributos son todos iguales, hay una
identidad de conexión entre los modos que difieren en atributo.
Porque los atributos constituyen una y la misma sustancia, los
modos que difieren en atributo forman una y la misma modifi
cación. (pág. 110)
Por lo tanto, está muy claro que cuando Deleuze enfoca esta
cuestión su preocupación principal es preservar la igualdad
ontològica de los atributos. El problema básico puede pues
plantearse de manera completamente sencilla. Si bien la idea
y su objeto se conciben bajo dos atributos separados, la idea
de la idea y la idea misma se conciben ambas bajo el atributo
del pensamiento. ¿Qué significa entonces decir que existe la
misma relación entre la idea y el objeto que la que existe en
tre la idea de la idea y la idea misma? La afirmación de que los
dos casos constituyen la misma relación parece conceder al
pensamiento la capacidad de subsumir la relación con todos
los atributos dentro de sí mismo: su prioridad como el atribu
to de la reflexión parece darle la capacidad de reproducir com
pletamente la dinámica interatributos dentro del pensamiento
mismo. En el sistema spinoziano aún anida la amenaza de una
perspectiva idealista, una filosofía de la conciencia.
Deleuze apela nuevamente a la distinción de poderes para
afrontar esta dificultad y sostiene que, considerados desde el
punto de vista de los atributos, los dos casos no pueden ser
considerados lo mismo; sólo es posible considerarlos así desde
el punto de vista de los poderes (págs. 110-11). Dicho de otro
modo, la relación común que se da en los dos casos debería ex
plicarse refiriendo el primer término al poder formal y el se
gundo al poder objetivo. El primer caso es muy sencillo. La res
ideata, como mi m odo del ser (correspondiente a uno de los
atributos), tiene cierto poder de existir y por lo tanto es una
expresión de la esencia formal. La idea de este objeto no se re
fiere sin embargo al poder de existir sino al poder de pensar y
por lo tanto es una expresión de la esencia objetiva. Podemos
aplicar esta misma lógica al segundo caso porque una idea es
también un modo del ser. U n modo de pensamiento, al igual
que un modo de cualquier atributo, puede referirse al poder de
existir, como esencia formal. Cuando una idea es concebida
así, podemos relacionar otra idea con esa primera, haciendo
referencia entonces al poder de pensar: esta idea de la idea es
una expresión de la esencia objetiva. La relación común a la
que se refiere Spinoza es pues que en cada caso los dos termi-
L a práctica spinoziana 111
O b s e r v a c ió n : D e l a F o r sc h u n g a l a Da r st e l l u n g
P o der
lógica mucho más antigua de la verdad del ser: “Si queremos ver la teoría
de la verdad de Spinoza en su contexto histórico, debemos cotejar la visión
de la correspondencia, no con la coherencia, sino más bien con las teorías
de la ‘verdad del ser’ o la ‘verdad de las cosas’: la verdad ontològica” (pág.
85). De acuerdo con Mark, esta teoría de la verdad ontològica coloca a Spi
noza en la tradición platónica en línea con Plotino, Anselmo y San Agus
tín. L a lectura de Deleuze concuerda hasta cierto punto con la de Mark,
pero la diferencia esencial es que Mark no reconoce, a diferencia de De
leuze, la relación central entre verdad y poder. Una vez que la cuestión de
la verdad se ha convertido además en una cuestión de poder, la epistemo
logía de Spinoza tiende a una epistemología práctica. Por consiguiente, la
lectura de Deleuze sitúa la “verdad ontològica” no en la tradición platóni
ca, sino en la nietzscheana.
18. Una determinada idea de un círculo puede ser clara y distinta, pe
ro continúa siendo inadecuada salvo que exprese el camino de su propia
producción. Una idea adecuada de un círculo podría, por ejemplo, abarcar
la idea de un radio fijo que se ha hecho rotar alrededor de un punto cen
tral; es decir, expresa su causa. Un ejemplo más importante y complejo se
ría la idea de la justicia: una idea adecuada de la justicia debería expresar los
medios a través de los cuales podríamos producir o construir tal idea; de
bería abarcar toda una genealogía de las ideas que dieron por resultado esa
idea.
180 Michael Hardt
19. “Cuando una cantidad de cuerpos [...] están tan apretados por otros
cuerpos que yacen uno sobre el otro, o si se mueven [...] que se comunican
sus movimientos entre sí de cierta manera fija, diríamos que esos cuerpos
están unidos entre sí y que todos juntos componen un cuerpo o un Indivi
duo” (Ética, IIP13Def).
L a práctica spinoziana 183
vas, porque no hay una causa externa a él. C on todo, “la fuer
za en virtud de la cual un hombre persevera en existir es limi
tada y el poder de las causas externas la supera infinitamente”
(IVP3). E n la medida en que el poder de la naturaleza en su
conjunto supere nuestro poder, en la medida en que las fuer
zas externas sean más potentes que nuestras propias fuerzas,
estaremos colmados de afecciones pasivas. Ahora bien, pues
to que las afecciones pasivas constituyen ampliamente nues
tra existencia, deberíamos enfocar nuestra investigación en
tales afecciones con el fin de determinar si podemos hacer
distinciones significativas entre ellas.
En el terreno de la extensión, las afecciones pasivas se ca
racterizan por los encuentros entre nuestro cuerpo y otros
cuerpos, encuentro que pueden parecer casuales porque no
están causados por nosotros. El orden de las pasiones es pues
el orden de los encuentros casuales, de los fortuitus occursus
(pág. 2 3 8). Sin embargo, un encuentro simple entre dos cuer
pos propone una escena extremadamente rica y compleja pa
ra el análisis, porque un cuerpo en sí mismo no es una unidad
fija con una estructura estática, sino que en realidad es una
relación dinámica cuya estructura interna y cuyos límites ex
ternos están abiertos y continuamente sujetos a cambios. C o
mo lo señalamos antes, lo que Spinoza identifica como un
cuerpo o un individuo es sencillamente una combinación
temporalmente estable de elementos coordinados (Etica, IIP-
13Def). U n encuentro entre dos cuerpos se caracterizará
pues por la componibilidad o la incomponibilidad de sus dos
relaciones. Ahora bien, teniendo en cuenta esta concepción
dinámica de los cuerpos y sus interacciones, Deleuze propo
ne dos casos de encuentros casuales que nos permitirán dis
tinguir dos tipos de afecciones pasivas y descender así un
nivel más en nuestro modelo del poder. En el primer caso,
me encuentro con un cuerpo cuya relación interna es com pa
tible con la relación interna de mi cuerpo y, por lo tanto, los
dos cuerpos juntos componen una nueva relación. Podemos
decir entonces que este cuerpo externo “está de acuerdo con
mi naturaleza” o que es “bueno” o “útil” para mí. Además, es
186 Michael Hardt
P r á c t ic a
3 .8 . N o c io n e s c o m u n e s : la s c o m b in a c io n e s
del Ser c o m p o n ib l e
3 .9 . L a c o n s t it u c ió n d e la r a zó n
O b s e r v a c ió n : La p r á c t ic a t e ó r ic a
Y LA CONSTITUCIÓN PRÁCTICA
4 .1 . L a o n t o l o g ìa
4.2. L a a f ir m a c ió n
4 .3 . L a p r á c t ic a
4 .4 . L a c o n s t i t u c i ó n