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Hoy en día el doblaje de las películas rodadas en otros idiomas al

español es una práctica muy habitual, hasta el punto de que en


ocasiones es difícil encontrar una sala de cine que ofrezca los films
en su versión original subtitulada. Sin embargo esto no siempre ha
sido así, pues esta práctica acarrea
tanto ventajas como inconvenientes.
La principal ventaja del doblaje es sin duda la de hacer más accesible
las películas al público: el hecho de poder seguir los diálogos sin
necesidad de apoyarse en los subtítulos convierte su visionado en
una actividad mucho más sencilla y cómoda.
Además, de este modo se logra una mayor inmersión del
espectador en la trama, que poseerá una mayor libertad a la hora
de fijarse en el componente gestual y físico de las interpretaciones de
los actores.
Otra ventaja del doblaje de las películas es la adaptación de ciertos
contenidos a la idiosincrasia propia. Así, por ejemplo,
determinadas referencias culturales que perderían su valor al ser
traducidas pueden modificarse para encajar mejor en el contexto del
país.
Sin embargo existen adaptaciones, y adaptaciones. Así, y
limitándonos al género cómico, podemos encontrar grandes
doblajes como los de Ali G o Austin Powers 2. Pero, por el contrario,
también existen casos como los de Kung Fu Sion o Garfield en los
que la película pierde gran parte de sus contenidos originales, ya sea
por una mala adaptación de los contenidos o por el uso de voces
totalmente diferentes a las originales.
Siguiendo con el ejemplo de la película de Garfield no hay más que
comparar los tipos de voz de Bill Murray, doblador original del gato
naranja, y la empleada por Carlos Latre, totalmente opuesta al
carácter que se trata de imprimir al personaje.
Por último, hay quienes piensan que una de las ventajas del doblaje
de películas al español es su utilización como una forma de defender
el idioma frente a la intrusión de culturas ajenas, especialmente la
anglosajona, que acapara una porción cada vez mayor de la
industria.
Respecto a los inconvenientes del doblaje destaca especialmente
la pérdida de matices interpretativos: la voz original del actor es un
medio más de transmisión de información, a través de ciertos
aspectos como el tono o el acento empleado.
De este modo, aunque el actor de doblaje trate de imitar su actuación
siempre se pierden algunos detalles, cuya cantidad será mayor o
menor en función de la profesionalidad del doblador. Esto puede
observarse claramente en actuaciones muy basadas en el aspecto
sonoro, como las del actor Peter Sellers.
Sin embargo existe un tipo de cine que no se ve afectado por este
inconveniente: las películas de animación. Al realizarse todo el
trabajo dentro de un estudio de grabación, en lugar del set de
rodaje, los actores de doblaje no encuentran ningún handicap
respecto a los dobladores originales, por lo que pueden llegar incluso
a superar a estos.
Un buen ejemplo de ello sería, dentro del ámbito de la animación
televisiva, el soberbio doblaje de Los Simpson al español,
encabezado por el ya fallecido genio del doblaje Carlos Revilla.
Finalmente, y para los más puristas, también existe el inconveniente
de la mala sincronización entre los labios de los actores y las
voces dobladas, en ocasiones imposible de ignorar por su gran
obviedad.
Con todo, en España podemos felicitarnos por el hecho de
poseer algunos de los mejores dobladores del mundo, con
grandes profesionales a la altura de los actores que interpretan. Al fin
y al cabo, ¿quién no es capaz de identificar ya a sus actores favoritos
por la voz del actor de doblaje que le pone voz?

https://www.cosasdelcine.es/el-doblaje-de-peliculas-ventajas-e-
inconvenientes/


¿En inglés, francés, alemán, o castellano? ¿En versión original subtitulada o sin
subtítulos, o con doblaje? ¿Hace falta saber idiomas para ver una serie o una
película en una lengua que no es la materna? ¿Tenemos que centrarnos en
aprender bien el nuestro, optando por el mismo a la hora de sentarnos ante la
televisión o el portátil, dejando de lado el resto? ¿O son compatibles varios?

Todas esas preguntas derivan de un tema mil veces discutido, y sobre el que he
dejado clara mi postura en posts anteriores: el doblaje.

¿Por qué escribo sobre este tema ahora? Pues gracias a un artículo en la
revista Muy Interesante del escritor a tiempo parcial y maestro a tiempo
completo Antonio Muñoz Molina. El escritor andaluz, que vive en Nueva York, deja
claro en su escrito lo que piensa de esta práctica. Y he de decir que estoy
totalmente de acuerdo.

Muñoz Molina parte de lo rico y beneficioso que resulta aprender idiomas, lo


que define como “educarse en el pluralismo”, y que según sostiene nos permite
conocer más nuestra propia lengua a través de los conocimientos que adquirimos
en otra. Una serie de ventajas de las que disfrutan pocos españoles, tal y como
recuerda avalado por los datos.

Y es que, como recoge Eurostat, solo el 51% de los españoles habla una
segunda lengua extranjera. En Luxemburgo lo hace el 99% de su población;
Lituania, Letonia, Eslovenia o Dinamarca también superan el 90%.

El rechazo razonado al doblaje que hace Muñoz Molina en su artículo abarca varios
aspectos. Por ejemplo, que por su culpa se ha “contaminado” el español de
“fórmulas lingüísticas pseudoamericanas que lo empobrecen y lo falsifican”, todo
porque la calidad de las traducciones es “bajísima”. Y abunda sobre lo pernicioso
que resulta: “El doblaje anestesia esa parte de nuestro cerebro que se
mantiene ágil con el conocimiento de otros idiomas”. En definitiva, y según cree
el autor “somos bastante más tontos por culpa del doblaje”.

Como he dicho antes, estoy totalmente de acuerdo con la exposición que hace
Muñoz Molina. Creo que habría que erradicar el doblaje por completo. Imposibilita
un posible aprendizaje de otras lenguas, impide conocer que existen diversos
acentos en un mismo idioma, así como las bromas o metáforas empleadas en
otros países, y despoja de espíritu al actor o narrador que nos transmite a través del
habla aquello que estamos viendo.

Os aseguro que no es lo mismo el Sheldon Cooper (TBBT) original que el


doblado

Como siempre, es mi opinión. Y como es un asunto polémico, he decidido contar


con la opinión de otros que seguro ven el tema desde otros prismas. Porque son
mayores que yo, padres, o profesionales de la lengua. También he preguntado
a David Marzal, licenciado en filología catalana, profesor de secundaria y
escritor. Su reflexión es muy larga. pero me parece muy interesante este
fragmento:
En España el doblaje fue y sigue siendo un instrumento social de unificación y
expansión lingüística, de uniformización. Esto podría tener sentido en sociedades
menos alfabetizadas. Pero seguir a día de hoy con la cantinela de que el doblaje es
positivo desde el punto de vista lingüístico es una mentira. Mentira demostrada por
dos factores: Los países que doblan tienen una disposición mayor al monolingüísmo
(pasa incluso en EEUU) y los países que no lo hacen tienen jóvenes mejor
preparados en lenguas extranjeras ( sería el caso de los países nórdicos).

Otro punto de vista es el de Virginia Pérez Alonso, vicedirectora de 20minutos, y


que como la mayoría de madres busca que sus hijos adquieran todo el conocimiento
posible:

Como usuaria, prefiero ver las películas en versión original con subtítulos. Me
permite recoger muchos más matices que cuando las veo dobladas, me meto más
en la película, puedo valorar con más criterio el trabajo de los actores y, en el caso
de que la película esté rodada en un idioma original que conozco, aunque sea
someramente, siempre es un aprendizaje más allá del puro deleite. Como madre y
aficionada al cine he de admitir que aún no he logrado que mis hijos vean películas
en VOS (¡pero no cejaré en el empeño!), y como hija te diría que, si no hubiera
existido el doblaje, mis padres posiblemente no habrían podido amar el cine como lo
hacen ni transmitirme por tanto esa pasión.

Por último, y para aportar voces de distinto signo, he recurrido a Juan Carlos
Martínez. Él, además de responsable de las ediciones de Estados Unidos y
México, es mexicano, lo que le permite aportar una visión completamente
distinta. Su escrito es es más largo (como antes, aquí lo tenéis completo), pero el
siguiente extracto es muy interesante:

Cuando era niño, en México, no había doblaje de películas. Las únicas que se
doblaban eran las de Disney, y eso era porque en ese tiempo la compañía tenía en
México su centro de doblaje para Latinoamérica, y porque se encargaban de ello
verdaderos artistas. (…)

Pero el resto de las películas eran subtituladas. ¿Los niños mexicanos aprendíamos
mejor el inglés por ello? No lo creo; cuando cruzábamos la frontera a Texas éramos
incapaces de pedir una coca cola en inglés. Al final lo que hacías, eso sí, era
aprender a leer realmente rápido, ver qué era lo que estaban diciendo los
personajes para seguir atento a la trama. Algunas palabras se te quedaban, pero
pocas. Es ya muy conocido el caso de cómo R2D2 es llamado en México Arturito,
por la forma en que el nombre es pronunciado en inglés.

https://blogs.20minutos.es/solo-un-capitulo-mas-
series/2014/02/19/doblaje-si-o-no/

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