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Tema TSCA

[INTRODUCCIÓN] Preparé el concepto de “poder” en Foucault. En realidad, Foucault dice


que lo central en su obra no es el estudio del poder, sino del sujeto. Busca una definición
de poder que le sirva para estudiar el sujeto, para analizar las formas en que el ser
humano -en nuestra cultura- se constituye en sujeto.

[CONCEPTUAL] Va a plantear que lo que define al poder es ser un modo de acción que no
actúa directa e inmediatamente sobre los otros, sino sobre sus acciones. Por lo tanto, hay
relaciones de poder; el poder sólo existe cuando se pone en acción, por eso va a tomar
como objeto de análisis estas relaciones de poder. Tanto el consenso como la violencia
pueden ser resultados o instrumentos del poder, pero nunca su principio o naturaleza.
Una relación de poder se articula sobre la base de dos elementos indispensables: 1)
entender al otro como persona que actúa; 2) a ese otro se le abre un campo de
posibilidades, posibles acciones, reacciones y respuestas. De lo que se deduce que la
libertad es un componente central, es condición para el ejercicio del poder. El poder sólo
puede ser ejercido sobre sujetos libres, que pueden actuar de diferentes formas. Un
esclavo que está atado no está sometido a una relación de poder, porque hay una
cuestión física que le impide tener más opciones que la de permanecer ahí. Cada relación
de poder implica, al menos virtualmente, una posibilidad de estrategia de lucha.

[CÓMO SE EJERCE] Para estudiar cómo se ejerce el poder, hay que hacer una distinción.
Foucault dice que no hay que confundir la relación de poder con la facultad para usar
cosas, modificarlas, consumirlas o destruirlas. Esto tiene que ver más con las capacidades.
Por otro lado, también es necesario diferenciar la relación de poder de la relación de
comunicación, es decir, el transmitir información a través de un lenguaje, un sistema de
signos o cualquier medio simbólico. Esto no significa que capacidades, relaciones de
comunicación y relaciones de poder constituyan tres dominios separados; en
determinadas circunstancias, actúan juntos, se superponen y se refuerzan mutuamente.
Hay bloques en los que la adaptación de habilidades, recursos de comunicación y juegos
de poder forman sistemas regulados, como por ejemplo una institución educativa. Ahí se
conjugan los tres elementos, en la forma de disposición de los espacios, funciones de los
diferentes sujetos que se encuentran ahí, jerarquías, actividades que se organizan, etc.
Estos bloques, en los que las capacidades técnicas, los recursos de comunicación y las
relaciones de poder se ajustan a un acuerdo con fórmulas establecidas, son los que
Foucault llama “disciplinas”. En el análisis empírico de las diferentes disciplinas, podemos
ver como a veces se le da más importancia a un elemento por sobre los otros dos; por
ejemplo, en un establecimiento penitenciario va a predominar el elemento del poder; en
un taller, el de las capacidades. Lo que Foucault plantea cuando habla del disciplinamiento
de las sociedades tiene que ver con un proceso de ajuste, cada vez mejor vigilado, entre
actividades productivas, relaciones de comunicación y relaciones de poder.

[CÓMO SE ESTUDIA] Después lo que va a decir es que vivir en sociedad es vivir en


relaciones de poder. Pensar en una sociedad sin relaciones de poder es una abstracción;
esto no implica poner como necesario el poder establecido, ni decir que es inmodificable.
Pero sí postula como políticamente imprescindible el estudio de estas relaciones de
poder. Ante esto, establece que para poder estudiar estas relaciones hay que considerar
una serie de factores: el sistema de diferenciaciones que rige en una sociedad (diferencias
determinadas por ley o por tradición, lingüísticas, culturales, económicas, etc.); los
objetivos perseguidos por aquellos que participan en la relación de poder; los medios que
utilizan; la forma de institucionalización y el grado de racionalización.

[VIGILAR Y CASTIGAR. CUERPO EN RELACIÓN DE PODER] En Vigilar y castigar, Foucault


analiza cómo el cuerpo está investido por relaciones de poder. Analiza el poder desde el
mundo de la prisión; hace una genealogía de la sociedad punitiva. Muestra cómo fue
cambiando la lógica de la pena (desde el suplicio y la tortura hasta el encierro). A mitad
del siglo XVIII, se buscaba castigar a quienes habían infringido la ley mediante el
sufrimiento y el dolor prolongados. Hace una descripción muy detallada en el primer
capítulo del libro sobre cómo se procedía. Menos de un siglo después, se detecta un
cambio de objetivo: se busca controlar al prisionero, en sus tiempos, sus costumbres y sus
ocupaciones. Desaparece el suplicio, el dolor, el cuerpo descuartizado. Y desaparece
también el espectáculo punitivo. El cuerpo pasa a ser considerado un intermediario o un
instrumento; si se interviene sobre él encerrándolo o haciéndolo trabajar, es para privar al
individuo de una libertad que es considerada a la vez un derecho y un bien. Foucault llama
a esta era “de ortopedia social”, o “era de la sobriedad punitiva”.

[CAUSA DELCAMBIO DE LA LÓGICA DE LA PENA] La lectura más corriente sobre la causa de


ese cambio tiene que ver con un avance del humanismo, o un cambio en la sensibilidad
colectiva. Pero Foucault da otra respuesta. Busca situar a los sistemas punitivos en cierta
“economía política del cuerpo”; aún cuando se emplean los métodos “suaves”, es siempre
del cuerpo del que se trata, de su productividad, de su fuerza, de su docilidad. Entiende al
cuerpo como inmerso en un campo político; por lo tanto, hay relaciones de poder que
operan sobre él. La utilización económica de este cuerpo Foucault la va a vincular
directamente con las necesidades del mundo del siglo XIX; el avance del capitalismo
industrial necesita para su funcionamiento, cada vez más, cuerpos dóciles y productivos.
En “La verdad y las formas jurídicas”, Foucault dice que la riqueza comienza a aparecer en
diferentes formas, no sólo monetariamente. Se materializa en materias primas, stocks de
mercancías, oficinas, máquinas… y está cada vez más expuesta, por ejemplo, al robo. Por
lo tanto, se requieren nuevos mecanismos de control para proteger esa riqueza.

[CIERRE. SOCIEDAD DISCIPLINARIA] Este esquema disciplinario que Foucault identifica en


una institución concreta, la cárcel, va a extenderse por todo el sistema social. Por eso es
que habla de sociedad disciplinaria. Bajo la misma lógica, los individuos son vigilados y
disciplinados en la familia, en la escuela, en la fábrica, en el hospital psiquiátrico… El
Panóptico es la figura clave que retoma Foucault de Bentham para ilustrar esto. Se trata
de una figura arquitectónica que consiste en una torre central, rodeada por una
construcción en forma de anillo dividida en celdas. Desde la torre se puede observar el
interior de las celdas, se ejerce una vigilancia constante. Se trata de una tecnología del
sometimiento puesta al servicio del disciplinamiento de los presos, pero también de los
escolares, los enfermos mentales, los obreros, y cualquier grupo social que no se ajuste a
la normalidad impuesta. Se busca “corregir” a los sujetos en función de esta normalidad,
se busca volverlos políticamente dóciles y económicamente rentables. Con el tiempo, ni
siquiera hace falta que haya una persona vigilando constantemente en la torre; la
estructura funciona por sí sola, porque el sujeto encerrado normaliza ciertas prácticas,
determinadas conductas se vuelven normales. No son necesarias rejas ni cerraduras,
porque el que está siendo constantemente vigilado y lo sabe (o sabe de la mera
posibilidad de que lo estén vigilando), reproduce por su cuenta las coacciones del poder.
Inscribe en sí mismo la relación de poder.

[TEXTO AMPLIATORIO] En último lugar, quería nombrar el trabajo de Paula Abal Medina,
sobre los dispositivos de control en el sector supermercadista. Ahí se ve claramente el
funcionamiento panóptico en el ámbito laboral. Un dispositivo de control, por ejemplo, se
llama “el cliente misterioso”, y consiste en que una persona contratada por la empresa, se
hace pasar por un cliente, y desde esa posición evalúa el desempeño de los empleados.
Los empleados saben de la existencia de este mecanismo, pero nunca saben cuándo ni
quién los va a ir a evaluar; por lo tanto, se deben comportar como si estuvieran siendo
constantemente vigilados.

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