Está en la página 1de 2

INCERTIDUMBRE

SUSANA SZWARC

Estoy en una casa vacía.

Me he sentado en el suelo a pesar del polvo abundante.

Espero la llegada de la gente que me dirá cómo se habita una casa vacía.

Hasta este lugar no llegan ruidos. La calma es absoluta. Hay momentos de luz y momentos de
penumbra.

Hace horas y horas, días que espero. ¿Me habré confundido de lugar? ¿Soy yo la perdida o se han
perdido aquellos a los que espero?

Y en esta casa hace a veces mucho calor y a veces mucho frío.

Lo que no varía es el silencio.

Pasó la noche. ¿Otra noche?

Traté de mantenerme despierta No lo logré por completo y quizás en ese momento alguien llamó.
Creyéndose confundido se habrá retirado para siempre.

Debería atreverme. Hablar con alguien. Algún vecino. Pedir algún teléfono. Tengo mucha sed. Pero
temo tomar agua. Desconozco las canillas de este lugar. ¿Qué aguas podrían traer?

He cometido un grave error. Dejé las ventanas abiertas y un pájaro algo herido, creo, ha entrado.

Pobre pájaro. Tirita ¿de frío, de dolor, de miedo?

Yo también tirito.

Soy incapaz de tomar al pájaro con mis manos. Le hablo, le digo que no tema aunque no creo que
comprenda mi idioma.

El pájaro ha empezado a volar de espanto. Choca contra las paredes. Se golpea. Sangra.
Me asusta demasiado el vuelo del pájaro. Creo que el pájaro también tiene miedo porque se enreda
sobre mi cabeza.

No puedo quitarlo, incapaz de mover mis manos. Paralizada de terror, de frío, de dolor.

Debería encender el fuego. Sin embargo prefiero seguir aquí, sentada sobre el polvo.

Sin embargo, sin embargo, el pájaro saltó y ahora se ha quedado quieto. Me vengaré del susto que
me dio. Lo aplastaré como a una mosca. Mejor como a una hormiga.

Pobre pájaro pisoteado. Solo el pico quedó para recordar que hubo una vez un pájaro.

También podría gustarte