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Resumen
¿Cómo entender la situación actual de la mujer en los países de tradición islámica? ¿Existe
acaso una uniformidad en el trato y el en estatuto conferido legalmente a la mujer en el
mundo Islámico? Este artículo pretende responder a estas preguntas. En primera instancia,
se abordan los antecedentes históricos antes de la aparición del Islam. Luego se presenta la
concepción islámica de la mujer y su estatuto personal en el Islam a través del Corán y la
tradición o sunna. Y finamente, se explican algunos factores de la realidad actual sobre la
situacion de la mujer.
Palabras Claves: Mujer, Corán, sunna, Islam, ley islámica, estatuto personal matrimonio,
divorcio, velo.
Abstract
How to understand the situation of women in countries of Muslim tradition? Is there any
uniformity in the Islamic world about women’s treatment and their legal status? This paper
tries to answer these questions by presenting the Islamic conception of women and their
personal status in Islam. First, the historical background before the appearance of Islam is
explained. Then, this work presents the Islamic conception of women and their personal
status through the Coran and the tradition or sunna. And finally, some factors of the current
reality are explained about the situation of women in the Islamic World.
Key words: woman, Qur’an, sunna, Islam, Islamic law, personal status, marriage, divorce,
veil.
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Introducción
Entre diciembre del 2011 y Enero del 2012 el Imám 1 : Abd al-Islam de la comunidad
musulmana de Terrasa (Provincia de Barcelona-Comunidad Autónoma de Cataluña) en
España pronunció algunos sermones invitando a los hombres musulmanes a golpear a sus
mujeres según lo estipula el Corán:
Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a
otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo
que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el
lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande (Corán 4: 34).
Este suceso suscitó vivos rechazos en toda España, aún con querrellas judiciales y posible
expulsión del Imám de España. El hecho, así como las disputas en Francia 2 sobre la
utilización del velo para las mujeres en las instituciones educativas y lugares públicos, la
reclusión y segregación de mujeres en Afganistán durante la era Talibán y aún actualmente,
además de las diversas restricciones a los derechos humanos en los países del Medio Oriente
y Norte de África son algunos hechos que despiertan la curiosidad y más aún perplejidad de la
población mundial, especialmente para aquellos que no conocen el Islam o no tienen nexos
muy fuertes con este mundo.
El objetivo de este artículo es presentar y explicar cómo se percibe la mujer y su posición
en el mundo del Islámico y su rol en la religión. Un tema de bastante actualidad y de
importancia debido a su relevancia internacional, como también a la creciente consciencia de
la mujer musulmana en diferentes partes del mundo en relación con sus derechos
fundamentales. Curiosamente, los musulmanes tanto ayer como hoy defienden la idea de que
el Islam vino a mejorar la condición de la mujer en relación al pasado pre-islámico. Y
actualmente se pretende que la mujer hoy en el Islam goza de un estatuto mejor y más excelso
en relación al de las mujeres en el mundo occidental actual.
Es un poco difícil afirmar sobre un estado o estatuto general de la mujer en la Arabia pre-
islámica, o en el tiempo llamado la Yājiliya por el Islam actual. Tiempo este considerado de
1
Su traducción literal indicaría “quien está adelante” durante la oración. La persona que dirige la oración
colectiva en el Islam. También tiene funciones de predicación, enseñanza del Corán y guía religioso.
2
LOI n° 2010-1192 du 11 octobre 2010 interdisant la dissimulation du visage dans l'espace public.
3
ignorancia en relación con los mandatos divinos, antes de la creación de la cultura y religión
islámica: se debe tener encuenta que el Islam nació en el siglo séptimo de nuestra era, hacia el
año 622 después de Cristo (d. C.) La sociedad tradicional pre-islámica en la península
Arábiga era la beduina, tribus nómadas que vivían del comercio y la cría de algunos animales
como cabras, obejas y camellos. Por otro lado existían algunos asentamientos humanos en
oasis como Jaybar, Meca y Medina. Lo cual presuponía un ambiente de agricultura, comercio
y centros de peregrinación politeístas especialmente en la Mecca. También existían pequeñas
ciudades o reinos cristianos en la península: uno de ellos en el sur, en lo que es el actual
Yemen llamado Nayran. Existieron de igual modo otros reinos subalternos de los principales
imperios de la época, por ejemplo los Lajmidas, vasallos del imperio Sasánida de Persia, y los
Gasánidas, subalternos estos últimos del imperio Bizantino. Tanto en el imperio Bizantino
como en el Sasanida de la época, la esfera de la mujer era especialmente la privada de su
hogar. Algunas mujeres de la nobleza se destacaron por su participación y rol en la esfera
pública, un ejemplo de ello fue la emperatriz Teodora esposa de Justiniano I (527-565 d.C.).
Otros ejemplos se dieron en el imperio Sasánida con la Reina Borán (630-631 d. C.), y su
hermana la reina Azarmedukht (631-632 d. C.).
La situación de la mujer antes de la aparición del Islam podría entonces ser descrita por
varias características: en primer lugar, existían mujeres ricas y pudientes que manejaban sus
propios intereses o los delegaban en subalternos o parientes. Un ejemplo claro es el de la
primera esposa del profeta (Mujammad o Mahoma) del Islam: Khadija, una viuda rica, para
quien trabajaba Mujammad y con quien contrae matrimonio posteriormente. Por otro lado, el
estatuto de la mujer en los territorios circundantes a la Arabia pre-islámica y en la misma
Arabia era uno de dependencia y subalterno ante el hombre. Recordemos que la práctica de la
esclavitud existió desde la antigüedad en todas estas tierras y hasta finales del siglo
diecinueve (XIX d. C.). La mujer por consiguiente fue tomada como un objeto de venta y
codicia, como empleada del hogar y campo, y como objeto sexual.
Sin embargo, la literatura preislámica, codificada en la tradición oral y luego en la escritura,
muestra a través de sus poemas: los Muʿallaqat: suspendidos (Lecomte, 1993: 254-455), el
clima de romanticismo que la misma mujer despertaba. Los poemas muestran una mujer ideal
y una mujer real, como bien lo explica Yakubu Zahrrah Kamaldeen, al indicar que la mujer en
la poesía es alabada especialmente por su papel reproductor. La mujer real es la esposa, la
concubina o la esclava. La personificación o atributos dados a la mujer se dan en relación a
los animales salvajes del ambiente nómada desértico y semidesértico: gacelas, avestruces,
camellas y oryx que simbolizan belleza y perfección. Algunas mujeres prestaban servicios de
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abastecer a los guerreros de agua, atender a los enfermos y alimentar a los caballos y camellos
durante los combates. La poesía árabe manifiestan también que la mujer podía escoger a su
esposo y terminar el contrato matrimonial (Kamaldeen, 2012: 86-89).
Se tiene también conocimiento de mujeres poetisas como al-Hansa’ y ʽAsmā' bint Marwan.
Los poetas y poetisas en la Arabia pre-islámica tenían un rol de cantar las alabanzas de los
jefes o príncipes de los clanes y tribus, de los guerreros, hombres valientes, competidores y
cantar lamentos fúnebres después de las batallas o de sus muertos. Ambas poetisas eran
contemporáneas del profeta del Islam. La poetisa mejor reconocida en la literatura árabe es al-
Hansa’, esta se convirtió al Islam y cantaba lamentos por sus hermanos muertos en una
batalla, y luego por sus cuatro hijos muertos en la batalla de Qadisiya (Zirikli, 2002: 86). Por
el contrario, ʽAsmā' bint Marwan es recordada por su oposición al profeta y al Islam. ʽAsmā'
vivía en Medina la ciudad que albergó al profeta y a los musulmanes emigrantes de la Meca, y
por su oposición, el mismo profeta ordenó su muerte (Richard, 2007: 104).
La mujer en el Corán
Antes de abordar la visión que el Corán manifiesta de la mujer es preciso tener en cuenta
varios elementos en relación a este cometido. Este trabajo intenta ser más un informe
descriptivo de la visión y situación de la mujer en el Islam. Aunque no ambiciona enfocarse
específicamente en la ciencia del tafsīr: exégesis coránica, no puede desvincularse de esta
ciencia para la presentación del tema en cuestión. Por esta razón se hace necesario la ayuda de
varios elementos o ciencias afines que ayudan a su presentación e interpretación como son la
ʽilm al-luga: lingüística árabe, las asbab al-nuzul: las circunstancias de la Revelación, la
ciencia del jadiz, el fiqh: jurisprudencia islámica, el tārikh: historiografìa islámica y los
estudios y aportes de la islamología occidental.
Un problema actual de la interpretación coránica es el de identificar qué principios
universales estipula cada versículo de la escritura sagrada del Islam y cuáles son particulares y
se refieren a situaciones concretas del siglo séptimo antes de Cristo (a. C.), y específicas a un
medio árabe, seminómada y en proceso de cambio. Esta observación se debe tener en cuenta
para comprender cómo muchas prácticas, tradiciones, creencias y normas legales en el Islam
han sido presentadas solo desde una interpretación literal del texto coránico, debido a muchos
condicionamientos sociales, históricos, políticos y culturales. De igual modo el comentario
anterior se aplica a la visión y situación de la mujer en el Islam y en el mundo Islámico con
todas sus diferencias regionales.
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tanto del hombre como la mujer, lo describen como un ser débil, versátil, rebelde, hecho de la
arcilla y de líquidos seminales; en fin, un ser contradictorio. Hombre y mujer son valorados
aun en sus quehaceres y trabajos: “Su Señor escuchó su plegaria: ‘No dejaré que se pierda
obra de ninguno de vosotros, lo mismo si es varón que si es hembra, que habéis salido los
unos de los otros...’”. (Corán 3: 195).
De igual manera en cuanto a derechos religiosos, el mensaje coránico de conversión,
llamada a creer en un solo Dios y dejar prácticas politeístas o hipócritas es dirigido a ambos
sexos: “Los hipócritas y las hipócritas son todos uno. Ordenan lo que está mal y prohíben lo
que está bien. Cierran sus manos. Han olvidado a Alá y Él les ha olvidado” (Corán 9: 67; Cf.
24: 12; 33: 35). Asimismo, ambos: hombre y mujer son llamados a creer en Dios y hacer
buenas sobras: “Al creyente, varón o hembra, que obre bien, le haremos, ciertamente, que
viva una vida buena y le retribuiremos, sí, con arreglo a sus mejores obras” (Corán 16: 97).
Por consiguiente ambos pueden ser castigados o premiados (Corán 5: 38). Ambos son
presentados en igualdad y como complemento del otro: “Durante el mes del ayuno os es lícito
por la noche uniros con vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para
ellas”. (Corán 2: 187). Además, las relaciones entre esposos son descritas en igualdad (Corán
2: 187: 30: 21). Y en las manos de Dios está la fertilidad o esterilidad de hombre o mujer
(Corán 42: 49-50). El Islam, como religión de la sumisión a Dios, afirma que tanto hombres y
mujeres tienen los mismos derechos, sin embargo el libro sagrago: el Corán contradice un
poco esta afirmación. Las mujeres tienen derechos pero los derechos del hombre son más
altos, y cabe recordar la autoridad conferida a los hombres sobre las mujeres ya antes citado
(Corán 2: 228; 4: 34).
Por otra parte, el sentido ambivalente sobre la mujer también se puede percibir en algunos
pasajes que presentan una idea matriarcal. Por ejemplo, Moisés y Aarón son presentados
como hijos de su madre (Corán 7: 150; 20: 94); como también Jesús: hijo de María (Corán 19:
34). Sin embargo, La islamóloga Ruth Roded3 afirma que el concepto simbólico de la mujer
en el Corán es el de un ser: débil, pasivo e imperfecto o que tiene un defecto (Roded, 2006:
524). Un ejemplo claro es la concepción de la menstruación, la cual es considerada una
enfermedad, una impureza o aun un mal: “Te preguntan acerca de la menstruación. Di: "Es un
mal. ¡Manteneos, pues, aparte de las mujeres durante la menstruación y no os acerquéis a ellas
hasta que se hayan purificado! Y cuando se hayan purificado, id a ellas como Alá os ha
ordenado". Alá ama a quienes se arrepienten. Y ama a quienes se purifican. (Corán 2: 222). A
3
Profesora de la Hebrew University of Jerusalem, Islamic and Middle Eastern Studies. Autora de diversos libros
y artículos entre los cuales: Women in Islam and the Middle East: a reader. London and New York: I. B. Tauris.
7
Por otro lado, la suerte de las mujeres está asociada con la de sus esposos en el más allá:
“Ese día, los moradores del Jardín tendrán una ocupación feliz. Ellos y sus esposas estarán a
la sombra, reclinados en sofás”. (Corán 36: 55-56). No obstante, la mujer es vista como un
objeto para ser adjudicado al creyente fiel. Esto se sobreentiende, cuando el Corán promete
mujeres vírgenes y bellas a los creyentes como premio en el más allá: “Reclinados en lechos
alineados. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos.” (Corán 52: 20; 37: 48; 38: 52;
55: 54, 56; 78: 31-33).
La práctica atroz del infanticidio de niñas, mencionado anteriormente, es reprobada por el
Corán; esta práctica es descrita como un acto innatural y malo: “...cuando se pregunte a la
niña enterrada viva, qué crimen cometió para que la mataran...” (Corán 81: 8-9). Posiblemente
por esto el Corán manifiesta también que desear un hijo varón por encima de una mujer es
signo de los paganos (Corán 16: 58-09).
Existen dos versículos sorprendentes en el Corán, ya que estos fueron revelados en
situaciones particulares y los cuales vienen a defender a la mujer de algunos excesos o abusos
por parte de los hombres de la época y sentaron precedencia tanto para los efectos de
matrimonio como para el trato de esclavas y esclavos, estos son: “¡Creyentes! No es lícito
recibir en herencia a mujeres contra su voluntad, ni impedirles que vuelvan a casarse para
quitarles parte de lo que les habíais dado, a menos que sean culpables de deshonestidad
manifiesta. Comportaos con ellas como es debido. Y si os resultan antipáticas, puede que Alá
haya puesto mucho bien en el objeto de vuestra antipatía”. (Corán 4: 19).
En las culturas semitas (hebreos, árabes, acadios, amhárico, arameo, fenicios, ge'ez, maltes,
yehén, tigriña); en algunas poblaciones africanas y en el Asia entre los tibetanos y mongoles,
existió y existe aun lo que los judíos llamaban la ley del levirato (Cf. Deuteronomio 25: 5-10;
Génesis 38: 6-10; Rut 4; Marcos 12: 18-27). Cuando un hombre moría uno de sus hermanos o
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familiares próximos tomaba a la mujer por esposa para mantener vivo el nombre del difunto y
darle descendencia. También ocurría en la Arabia pre-islámica. El Corán manda abolir esta
costumbre que podría llevar a excesos o abusos en contra de la mujer y de su libertad y
decisión personal (Wahidi, 2008: 48-49)4. El otro versículo importante narra lo siguiente:
Que los que no puedan casarse observen la continencia hasta que Alá les enriquezca con Su favor. Extended la
escritura a los esclavos que lo deseen si reconocéis en ellos bien, y dadles de la hacienda que Alá os ha
concedido. Si vuestras esclavas prefieren vivir castamente, no les obliguéis a prostituirse para procuraros los
bienes de la vida de acá. Si alguien les obliga, luego de haber sido obligadas Alá se mostrará indulgente,
misericordioso. (Corán 24: 33).
De igual manera, el Corán prescribe esta prohibición en contra de los amos o señores de
esclavas que las forzaban a prostituirse por razones de lucro económico. Como algunas
esclavas y esclavos abrazaron el Islam, estos llevaron el asunto al profeta y fue la razón para
la revelación de este verso que sobreguarda también la integridad de las esclavas (Wahidi,
2008: 119-120).
La profesora, abogado, filósofa y feminista musulmana americana Azzizah al-Hibri,
contradice las posiciones patriarcales que indican que la mujer según el Corán fue creada del
hombre. Tampoco, es ella responsable del pecado original y mucho menos que fue creada:
para el hombre. En primera instancia, ella habla de la creación de la mujer y el hombre como
un alma o persona individual, la palabra Adamu se refiere generalmente en el Corán a la
humanidad y no al género. Además no hay ninguna narración en Corán que indique que la
mujer fue la culpable del pecado original, sino que este es referido como una falta de la
especie humana en común. Y finalmente, el objetivo de crear a la mujer no fue para el
hombre, lo cual haría de su existencia un instrumento en las manos del varón, sino que ambos
fueron creados para: fines justos, en la mejor de las formas y para vivir en armonía y justicia
(Barlas, 2006: 259).
Todavía cabe considerar el trato especial o particular que el Corán consagra a algunas
mujeres. Eva, la primera mujer, no es mencionada por nombre propio, según la tradición
islámica su nombre era Jawa en árabe. Solo habla de la creación del primer hombre Adamu y
su esposa (Corán 4: 1). Por el contrario, Adamu es mencionado veinticinco (25) veces por
4
Disponible en la web y en pdf a través de http://www.altafsir.com/WahidiAsbabAlnuzul.asp / rescatada el 18-
07-2013 a las 13:38.
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nombre propio pero de estas veintiún (21) veces como sinónimo de humanidad (Corán 2: 33,
35, 37; 7: 19; 16: 94; 20: 117, 120, 121). En la tradición Judeo-cristiana, el pecado original es
atribuido en primer lugar a la mujer quien se deja tentar por la serpiente y luego tienta a su
esposo. En la tradición islámica, que hace parte de esta tradición, hay una modificación en el
relato. La serpiente tienta a ambos al mismo tiempo, la desobediencia y el pecado son
atribuidos a ambos como pareja humana (Corán 2: 35-39 y 7: 19-25).
Un personaje importante en el Corán es María la madre de Jesús, llamada Marīam (Corán
19: 16). Aunque María es confundida con Marīam la hermana de Moisés y Aarón del libro del
libro bíblico del Éxodo (Corán 19: 28). En otros pasajes del Corán Jesús, llamado Isa en la
tradición árabe musulmana, es reconocido como Jesús hijo de María (Isa bin Marīam):
“Hicimos que les sucediera Jesús, hijo de María, en confirmación de lo que ya había de la
Tora. Le dimos el Evangelio, que contiene Dirección y Luz, en confirmación de lo que ya
había de la Tora y como Dirección y Exhortación para los temerosos de Alá.” (Coran 5: 46;
19: 34). La sura o capitulo 19 narra la historia del nacimiento de Juan Bautista y luego la
historia de la concepción virginal de Jesús. Hay un paralelo entre los relatos de la anunciación
de los evangelios de Lucas y Mateo y este dado por el Corán (Mateo 1: 18-25; Lucas 1: 26-
38; Corán 19: 16-22; 3: 45-48). Pero sobretodo, María es presentada por el Corán como el
modelo de creyente, fiel y recta (Corán 3: 33-59).
Otro carácter que merece ser mencionado en el Corán es la reina de Saba, ella ocupa un rol
especial en los relatos del Corán. Se habla del pueblo de Saba, ya antes mencionado en la
tradición bíblica del Antiguo y del Nuevo Testamento, Cf. 1 Reyes 10: 1-10; Mateo 12: 42).
El rey Salomón oye hablar de este pueblo y como una mujer reina sobre ellos, adoran el sol y
luego, esta mujer y su pueblo, aceptan la fe en el Dios único; posteriormente ella se convierte
en esposa del rey Salomón. (Corán 27: 22-23 y siguientes).
Zulaica es un nombre que nace de la tradicion profética, mas no se encuentra en el Corán.
Ella es la mujer de Potifar, oficial del faraón egipcio y jefe de su guardia, del cual narra la
historia del libro del Génesis sobre el patriarca José, hijo de Jacob (Génesis 37: 1-50: 26). Los
patriarcas en el Corán son tomados como profetas, anuncian el mensaje divino. La sura 12
lleva por nombre Yusuf: José y narra toda la historia familiar y su vida en Egipto. La mujer de
Potifar en esta narración coránica es presentada como una mujer que desea seducir al hombre
de Dios, como acude a utilizar la seducción, la mentira y la traición para lograrlo (Corán 12:
20-34).
Hay otra mujer, cuyo carácter negativo es presentado como una infiel, enemiga del profeta
del Islam, aun su labor es mencionada y su destino es predicho junto al de su esposo: Abu
10
Lahab (Caetani, 1972: 308, 496): “¡Perezcan las manos de Abu Lahab! ¡Perezca él! Ni su
hacienda ni sus adquisiciones le servirán de nada. Arderá en un fuego llameante, así como su
mujer, la acarreadora de leña, a su cuello una cuerda de fibras. (Corán 111: 1-5). Según el
Corán y la tradición profética Abu Lahab era un hombre rico de la Meca y desde un inicio de
la predicación del profeta Mujammad, este presentó antipatía, enemistad y rechazo tanto hacia
el mensaje coránico como hacia la misión profeta. Por tanto se manifiesta su futuro, el de su
esposa y la de los aldeanos de la Meca que no quisieron abrazar el mensaje del Islam naciente.
5
La shariʿa o ley islámica tiene entre sus fuentes principales el Corán y la sunna. Esta última complementa e
ilumina lo que el Corán no contempla.
6
La palabra sunna significa en árabe: práctica o tradición del profeta. Esta designa un compendio de dichos,
acciones, actitudes y aprobaciones del profeta Mujammad (Mahoma) en relación a muchos elementos de fe,
práctica y relaciones. En sí, son una confirmación del mensaje del Corán o de elementos no explicados en este.
Existen varios compendios voluminosos aceptados como canónicos y otros menos aceptados. Dos de los las
principales son los textos recopilados por Mujammad al-Bukhari (810-870 d. C.) y Muslim Ibn Jayay (818-875
d. C.). En este ensayo serán citados como Sahih al-Bukhari y Sahih Muslim. Estos textos pueden ser encontrados
en su integralidad tanto en árabe como en su tradición al inglés en internet. Lo que no pasa en su totalidad con la
traducción al español.
7
Principalmente, esta basada en la capacidad económica del hombre en dar la dote a mas de una esposa y por
otra parte la posibilidad de procrear hijos con otra esposa en caso de la infertilidad de otra de ellas.
11
8
Corán 4: 3; 16: 72; Sahih al-Bukhari Volume 7, Book 62, 1, 4.
9
Sahih al-Bukhari, Volume 7. Book 62, Number 2.
10
Sahih Muslim Book 8, chapter 10, 3303-3308; Sahih al-Bukhari, Volume 7, Book 62, numbers 67, 68, 69, 70.
12
a tener en cuenta (ʿidda), ósea tres períodos menstruales de la mujer, no debe ser cuando las
mujeres estén en su periodo menstrual ni embarazadas, deben haber dos testigos11.
Existen algunos elementos en favor de la mujer en relación al divorcio. El marido no la
puede retener a la fuerza, la separación debe ser un acuerdo mutuo, y ella puede conservar
regalos y bienes dados por el esposo:
El repudio se permite dos veces. Entonces, o se retiene a la mujer tratándola como se debe o se la deja marchar
de buena manera. No os es lícito recuperar nada de lo que les disteis, a menos que las dos partes teman no
observar las leyes de Alá. Y, si teméis que no observen las leyes de Alá, no hay inconveniente en que ella
obtenga su libertad indemnizando al marido. Éstas son las leyes de Alá, no las violéis. Quienes violan las leyes
de Alá, ésos son los impíos. (Corán 2: 229).
consiguiente una mayor parte va a los hijos varones. Esto en la práctica y en el trascurso de la
historia ha cambiado en algunos países y regiones del mundo islámico, ya que las situaciones
particulares de los hogares impulsan tanto a la mujer como al hombre a compartir los gastos
del hogar. Por otro lado el testimonio de una sola mujer no es vàlido. En materia de contratos,
deudas, testamentos y algunos asuntos judiciales se necesitan dos testigos: varones. Si solo
hay un hombre s ellamaran dos mujeres para reemplazar al otro testigo (Corán 2: 282: 5: 106).
El mandato de usar el jiyab: velo para las mujeres está prescrito por el Corán en esta
forma:
Di a los creyentes que bajen la vista con recato y que sean castos. Es más correcto. Alá está bien informado de
lo que hacen. Y di a las creyentes que bajen la vista con recato, que sean castas y no muestren más adorno que
los que están a la vista, que cubran su escote con el velo y no exhiban sus adornos sino a sus esposos, a sus
padres, a sus suegros, a sus propios hijos, a sus hijastros, a sus hermanos, a sus sobrinos carnales, a sus
mujeres, a sus esclavas, a sus criados varones fríos, a los niños que no saben aún de las partes femeninas. Que
no batan ellas con sus pies de modo que se descubran sus adornos ocultos. ¡Volvéos todos a Alá, creyentes!
Quizás, así, prosperéis. (Corán 24: 30-31).
Son cuatro los objetivos detrás de estos versículos: en un primer lugar, la invitación a la
modestia en las costumbres y el recato; luego para no ser molestadas por las miradas y
actitudes de los hombres extraños (Corán 33: 58-59); un tercer elemento es utilizarlo como un
signo de reconocimiento de su fe musulmana. Y finalmente un objetivo adicional y el cual fue
el origen de esta costumbre se explica por el medio geográfico. En las zonas desérticas y
calurosas del mundo, el velo usado tanto por hombres (por ejemplo los Tuareg en el Magreb-
África del Norte) como por las mujeres, es un elemento de protección contra los rayos del sol
y las tormentas de arena.
Otra práctica o mandato común en el Islam es el de invitar a las mujeres a recluirse en sus
casas: “¡Quedaos en vuestras casas! ¡No os acicaléis como se acicalaban las antiguas paganas!
¡Haced la azalá! ¡Dad el azaque! ¡Obedeced a Alá y a Su Enviado! Alá sólo quiere libraros de
la mancha, gente de la casa, y purificaros por completo”. (Corán 33: 33). Este verso y otros
más (Corán 24: 31; 33: 33. 53: 33; 59: 33), justifican la práctica en algunos países de recluir o
excluir a las mujeres en sus casas y no permitirles ejercer algún oficio particular en la esfera
pública. Algunos opinan que fue más una práctica antigua persa (Irán) que fue introducida
cuando el Islam conquistó estas tierras (Asha, 2008: 41-51).
En cuanto a la segregación sexual o separación de géneros en el Islam, tanto musulmanes
(An-Na’im 2008) como islamólogos occidentales precisan que se debe estudiar bien el
contexto histórico en el cual nacieron estas tradiciones y elementos de la shari’a: la ley
islámica que son más basadas en la interpretación de juristas y teólogos musulmanes sobre los
14
El propósito detrás de las palabras e intenciones del profeta del Islam estaban en la protección
e integridad de las mujeres, sean estas casadas o solteras. La compañía de un varón se acepta
si es: su esposo, un pariente cercano o un tutor reconocido. De esta manera se puede evitar
cualquier clase de promiscuidad entre los sexos. Por lo tanto se ha estabilizado tanto la
educación diferenciada o segregada en los países islámicos, como también muchas otras
actividades sociales, entre ellas los deportes, especialmente por la actividad física que
presuponen, la interacción, el roce y la cercanía de los cuerpos, particularmente en algunos
deportes de grupo.
En los imaginarios que manejan las sociedades occidentales sobre la mujer en el Islam se
encuentran estereotipos fijos y codificados a través de los tiempos debido a su percepción del
15
Medio Oriente y de los países del Norte de África especialmente. Sin embargo, podríamos
decir que hay elementos paradójicos en el mundo islámico si los ponemos en comparación
con la situación de las mujeres en el mundo occidental. Un ejemplo de ello es la participación
en la vida pública y política del Islam. Los Estados Unidos no han tenido hasta hoy, una
mujer presidente pese a su presentación como la nación de las libertades e igualdad por
excelencia de sus ciudadanos 13 . En cambio países con mayoría musulmana Pakistán,
Indonesia, Bangladesh, Turquía, Kosovo, Kirguistán y Senegal han tenido mujeres
presidentes o primer ministros.
Por tal motivo, se hace necesario precisar algunos puntos en relación a la realidad del
mundo islámico y del mundo árabe. Cuando hablamos del mundo islámico nos referimos a
todos aquellos países y regiones del mundo donde se encuentra la religión del Islam profesada
y practicada, o donde hay una población mayoritaria musulmana. En cambio el mundo árabe
comprende los países de la península Arábiga y el norte de África especialmente. No todo
árabe es musulmán: existen cristianos y otras minorías religiosas en estos países. En cambio
el mundo islámico comprende tanto lo árabe como los países del resto del mundo. Por
ejemplo Indonesia, en el sudeste asiático, es el país con mayor población musulmana en el
mundo con cerca de 230 millones de habitantes que no son de origen árabe y no hablan el
idioma árabe. Otro tanto pasa con Pakistán mayoritariamente musulmán con cerca de 200
millones de habitantes de origen e idioma Urdu. El mundo islámico comprendería también las
poblaciones de las ex-republicas societicas 14 donde son una gran mayoría, como también
Filipinas, China, Kosovo, Albania, Mali, Somalia, Niger y la mayoría de los países africanos
(del Sajel) hacia el sur del Sahara entre otros.
Por consiguiente hay una gran variedad y heterogeneidad de poblaciones, lenguas, etnias,
diferencias sociales y regionales en todo este mundo islámico. De lo cual se desprende
también la visión y situación de la mujer en estos países. Esta situación en muchos de estos
países responde tanto a los elementos ya resaltados en el Corán como en la ley islámica
(sharīʿa), pero sobretodo responde a sistemas patriarcales y leyes consuetudinarias que han
perseverado a pesar de la igualdad que manifiesta el Corán entre géneros. Estos sistemas
patriarcales afectan no solo a la población musulmana sino también a los no musulmanes. De
igual modo estos sistemas manifiestan algunas características en relación a la mujer:
dominación masculina, matrimonio precoz, códigos que restringen la conducta femenina,
13
El Ethos norteamericano se vislumbra en la obra de: James Truslow Adams (1931), The Epic of America,
Boston: Little, Brown, and Co.
14
Azerbaiyan, Kazagistan, Kirgistan, Tayikistan, Turmekistan, Uzbekistan.
16
15
La Mudawana es un texto legal escrito por Sahnun ibn Saʿid ibn Habib at-Tanukhi (cerca de (c.) 776-7 – 854-
5 d. C.), discípulo de Malik ibn Anas, y escrito después de la muerte de este último. Es uno de los dos textos
guías de la escuela Malikita.
16
Igualdad espiritual e igualdad en responsabilidad. La igualdad espiritual a los ojos de Dios es la base para los
aspectos temporales del comportanmiento humano: “Su Señor escuchó su plegaria: ‘No dejaré que se pierda obra
de ninguno de vosotros, lo mismo si es varón que si es hembra, que habéis salido los unos de los otros’.” Corán
3: 195.
17
Cf. Conferencia-Mesa Redonda (Roundtable Conference): “Análisis Comparativo de las leyes de Familia en el
contexto del Islam (Comparative Analysis of Family Law in the Context of Islam)”. Auspiciada por AIHRC:
Comisión independiente de derechos humanos de Afganistán y Heinrich Boll foundation; Agosto 15-17, 2006,
Kabul, Afganistán. http://af.boell.org/downloads/English_Family_Law.pdf rescatada el 11/02/2014 a las 11:02.
17
musulmanes, no árabes, con tendencia laica que pretenden extender e igualar las condiciones
entre ambos sexos. En los últimos años, debido a su afán y deseo de ser aceptada en la
comunidad europea, Turquía ha introducido mejoras para asegurar los derechos de la mujer.
El derecho penal y civil ha sido renovado en relación a la igualdad de los derechos
matrimoniales, divorcio y herencias. Se pretende un mayor acceso de las mujeres a la
educación, la abolición de la violencia doméstica y leyes que evitan la discriminación en el
trabajo (Gündüz, 2004: 115-134).
Un caso contrario es la situación de las mujeres y de la legislación en el reino de Arabia
Saudita. En este país aún existen prohibiciones o restricciones que incumben los derechos de
las mujeres: como son el voto, solo será posible desde el 2015, permisos de conducir, práctica
de deportes en público o en escuelas oficiales entre otros. De igual manera, Irán es un país de
bastantes contradicciones. La mujer tiene gran acceso a la educación. La mitad de los
estudiantes universitarios en este país son mujeres. Desde 1997 se han introducido reformas
que garantizan a través de un pre contrato nupcial la interdicción de la poligamia, el derecho
al divorcio y la igualdad en relación a la patria potestad de los hijos. Sin embargo, el jiyab:
velo musulmán, es obligatorio y no portarlo se castiga con 70 latigazos o 60 días de cárcel.
Por otra parte las mujeres pueden practicar deportes y asistir a eventos internacionales, solo
para deportes considerados femeninos. Unicamente varones cercanos (por lazos de
parentesco) pueden asistir a presenciar las competencias deportivas femeninas. La edad
permitida para contraer matrimonio desde la revolución de 1979 fue estipulada a 18 años para
el varón y 15 para la joven. El código civil prohíbe que una mujer y el hombre contraigan
matrimonio antes de la pubertad que se considera a los 9 años para la niña y para el joven a
los 14 años. Desde la revolución de 1979 la desigualdad hombre y mujer para acceder al
trabajo y puestos de gobierno ha sido marcada. La base está en considerar a la mujer física y
mentalmente más débil, lo cual la imposibilitaba para ciertos trabajos y funciones.
Conclusión
La situación y posición de la mujer en la historia del Islam ha sido variada pero en la mayor
parte de los casos en desventaja de privilegios y concepción en relación al varón. Esta
realidad se podía constatar en la Arabia pre-islámica. Si bien el Corán introdujo algunos
cambios favorables en relación al estatuto de la mujer en Arabia y por consiguiente en los
países donde se extendió el Islam como religión y cultura, la situación de la mujer en muchos
18
lugares siguió siendo vista desde las leyes consuetudinarias. La sagrada escritura del Islam,
sancionó algunas de las tradiciones prevalentes en la Arabia del siglo VII d.C. De igual
manera, se puede percibir en el Corán una cierta ambigüedad en relación a la mujer. Desde
una visión actual del ser humano marcado por la defensa y promulgación de los Derechos
Humanos, algunas consideraciones doctrinales y legales en relación a la mujer, su estatuto
personal y su relación con el varón parecen en desventaja. Ciertamente, esta realidad puede
ser entendida desde las diferencias conceptuales e ideológicas que manejan tanto del Islam
desde su cosmovisión teocéntrica como el Occidente desde una cosmovisión antropocéntrica
y laica. Hoy por hoy, la realidad de los países árabes y del mundo islámico es compleja,
variada y heterogénea. Pero en muchos de los casos es una realidad cambiante y en plena
transformación. Todo esto se puede constatar en los esfuerzos que se realizan en algunos
países de mayoría musulmana por hacer cambios legales y oficiales en el estatuto personal de
la mujer, las leyes de familia y el derecho penal. Desafortunadamente, algunos sectores
continúan aferrándose a la tradición y a la ley islámica, como una entidad sagrada e
inmutable.
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